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Bible Commentaries
1 Samuel 24

Comentario de ClarkeComentario Clarke

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Versículo 1

CAP�TULO XXIV

Sa�l es informado de que David est� en En-gadi y va a buscarlo

con tres mil hombres , 1, 2.

Entra en una cueva para descansar, donde David y sus hombres yac�an escondidos;

los cuales, observando esto, exhortan a David a quitarle la vida: David

reh�sa, y se contenta con cortar una��orilla del manto de

�a Sa�l, 3-7.

Cuando Sa�l se fue, sin saber lo que hab�a pasado, llam� David

despues de el; le mostr� que su vida hab�a estado en su poder;

protesta fuertemente con �l; y apela a Dios, el Juez

de su inocencia , 8-15.

Sa�l confiesa la rectitud de David, reconoce su obligaci�n

con �l por salvarle la vida; y le hace jurar que, cuando

tome el reino, no destruir�su simiente ,�17-21.

Sa�l vuelve a casa, y David y sus hombres se quedan en la cueva,�22.

NOTAS SOBRE EL CAP. XXIV

Vers�culo 1 Samuel 24:1 . Sa�l fue devuelto.��Es muy probable que fuera s�lo un peque�o grupo de merodeadores que hab�a hecho una incursi�n en las fronteras israelitas, y esta invasi�n fue pronto reprimida.

Versículo 2

Vers�culo 1 Samuel 24:2 . Rocas de las cabras salvajes. �El original (???? ?????? tsurey haiyeelim ) se entiende de diversas formas. La VULGADA hace una par�frasis: Super abruptissimas petras quae solis ibicibus perviae sunt ; "Sobre las rocas m�s escarpadas sobre las que solo las cabras montesas pueden viajar.�"El TARGUM: las cavernas de las rocas . La SEPTUAGINTA hace del original un nombre propio; pues de ???? ?????? tsurey haiyeelim , hacen ???????? Saddaiem , y en algunas copias ???????? Aeiamein , que son evidentemente corrupciones del hebreo.

Versículo 3

Vers�culo 1 Samuel 24:3 . Los corrales de ovejas.��Cuevas en las rocas, en las que es com�n, a�n hoy, que se alojen los pastores y sus reba�os. Seg�n Estrab�n hay cavernas en Siria, una de las cuales es capaz de contener cuatro mil hombres : ?? ?? ??? ??????????????? ????????? ???????? ?????????; liberaci�n xvi. pags. 1096. Editar. 1707.

Saulo entr� para cubrirse los pies.�Tal vez esta frase signifique exactamente lo que la Vulgata la ha traducido, ut purparet ventrem . La Septuaginta , el T�rgum y el �rabe lo entienden de la misma manera. Es probable que, cuando hubo realizado este acto de necesidad , se acost� a descansar, y fue mientras dorm�a que David cort� la falda de su t�nica.�Es extra�o que Sa�l no supiera que podr�a haber hombres al acecho en tal lugar; y los rabinos han inventado una presunci�n muy curiosa para explicar la seguridad de Sa�l: "Dios, previendo que Sa�l vendr�a a esta cueva, hizo que una ara�a tejiera su tela sobre la boca de ella , la cual, cuando Sa�l vio, dio por sentado que �ltimamente nadie hab�a estado all�, y en consecuencia entr� sin sospechar.�Esto puede ser literalmente cierto; y sabemos que incluso una ara�a en la mano de Dios puede ser el instrumento de una gran salvaci�n. Esta es una tradici�n jud�a, y una de las m�s elegantes e instructivas de toda su colecci�n.

David y sus hombres se quedaron en los lados de la cueva. �Esto no es una hip�rbole; no solo tenemos la autoridad de Estrab�n como se mencion� anteriormente, sino que tenemos la autoridad de los viajeros m�s precisos, para atestiguar el hecho de la gran capacidad de las cuevas en Oriente.

El Dr. Pococke observa: "M�s all� del valle (de Tekoa) hay una gruta muy grande, que los �rabes llaman El Maamah , un escondite; las rocas altas a cada lado del valle son casi perpendiculares, y el camino a la gruta es por una terraza formada en la roca, que es muy angosta, hay dos entradas a ella, nosotros fuimos por la mas lejana, que lleva por un paso angosto a una gran gruta, estando la roca sostenida por grandes pilares naturales, la parte superior se eleva en varias partes como c�pulas, la gruta est� perfectamente seca.

Es tradici�n que la gente del pa�s, en n�mero de treinta mil , se retirara a esta gruta para evitar el mal aire. Este lugar es tan fuerte que uno podr�a imaginar que es una de las fortalezas de En-gadi , a donde David y sus hombres huyeron de Sa�l; y posiblemente puede ser esa misma cueva en la que cort� la falda de Sa�l, porque David y sus hombres podr�an muy f�cilmente estar escondidos all� y no ser vistos por �l". - Pococke's Travels , vol. ii., parte 1, p. 41.

Versículo 4

Verse 1 Samuel 24:4.�Y los hombres de David dijeron. No sabemos a qu� promesa de Dios se refieren los hombres de David; tal vez no quer�an m�s que decir: "He aqu� que el Se�or ha entregado a tu enemigo en tu tierra, haz ahora con �l lo que �l quiera hacer contigo".

Entonces David se levant�. �Aunque tengo una alta opini�n del car�cter de David, las circunstancias del caso parecen indicar que se levant� para quitarle la vida a Sa�l, y que fue en referencia a esto que su coraz�n lo golpe�. Parece que se levant� inmediatamente ante el deseo de sus hombres de matar a su inveterado enemigo, y a quien sab�a que el Se�or hab�a rechazado; pero cuando estaba a punto de hacerlo se lo impidi� la reconvenci�n de Dios en su conciencia, y en lugar de cortarle la cabeza, como podr�a haber hecho, acto que las leyes y los usos de la guerra habr�an justificado, se content� con cortarle la falda del manto; y lo hizo s�lo para mostrar a Sa�l cu�nto hab�a estado en su poder.

Versículo 6

Vers�culo 1 Samuel 24:6 . El ungido del Se�or.�Por muy indignamente que actuara ahora Sa�l, hab�a sido designado para su alto cargo por el propio Dios, y s�lo pod�a ser destituido por la autoridad que lo hab�a colocado en el trono. Incluso David, que sab�a que hab�a sido designado para reinar en su lugar, y cuya vida Sa�l hab�a intentado destruir a menudo, no conceb�a que tuviera ning�n derecho a quitarle la vida; y fundamenta las razones de su tolerancia en esto: �l es mi amo, yo soy su s�bdito. �l es el ungido del Se�or, y por lo tanto es sagrado en cuanto a su persona a los ojos del Se�or. Es una cosa horrible matar a un rey, incluso al m�s adverso, cuando ha sido constitucionalmente designado para el trono. Ning�n experimento de este tipo ha tenido �xito; el Se�or aborrece el asesinato de reyes. Si David hubiera quitado la vida a Sa�l en ese momento, a los ojos de Dios habr�a sido un asesino.

Versículo 7

Vers�culo 1 Samuel 24:7 . No les�permiti� que�se levantaran contra Sa�l.�Como pod�a contenerlos, era su deber hacerlo; si hubiera consentido que lo mataran, David habr�a sido el asesino. Al orar por el rey llamamos a Dios el �nico Gobernante de los pr�ncipes, por esta sencilla raz�n, que su autoridad es la m�s alta entre los hombres, y junto a la de Dios mismo; por lo tanto, s�lo �l est� por encima de ellos. Encontramos este sentimiento bien expresado por un elegante poeta: -

Regum timendorum in proprios greges,

Reges in ipsos imperium est Jovis.

HORACIO, Odar. lib. iii., Od. i., ver. 5.

Los reyes son supremos sobre sus propios s�bditos;

Jove es supremo sobre los propios reyes.

Versículo 12

Vers�culo 1 Samuel 24:12 . El Se�or juzgue entre t� y yo.��Las apelaciones de este tipo a Dios son el refugio com�n de las personas pobres y oprimidas. As� tambi�n entre los hind�es: Dios juzgar� entre nosotros. Madre Kalee juzgar� . A veces esto brota de una conciencia de inocencia, y a veces de un deseo de venganza.

Versículo 13

Vers�culo 1 Samuel 24:13 . La maldad proced�a del imp�o.��Este proverbio puede entenderse as�: El que hace un acto malvado, da prueba con ello de que es un hombre malvado. De quien es malvado, proceder� la maldad; quien es malvado a�adir� una iniquidad a otra. Si hubiera conspirado para destronarte, te habr�a quitado la vida cuando estaba en mi poder, y as� habr�a a�adido maldad a la maldad.

Versículo 14

Vers�culo 1 Samuel 24:14 . Despu�s de un perro muerto.��T�rmino usado entre los hebreos para significar el desprecio m�s soberano; ver 2 Samuel 16:9 . Uno completamente incapaz de oponer la menor resistencia contra Sa�l y las tropas de Israel. La misma idea se expresa en el t�rmino pulga . El Targum expresa apropiadamente ambos as�: uno que es d�bil, uno que es despreciable .

Versículo 15

Vers�culo 1 Samuel 24:15 . El Se�or, pues, sea juez.�Que Dios determine qui�n es el culpable.

Versículo 16

Vers�culo 1 Samuel 24:16 . Mi hijo David?�David hab�a llamado a Sa�l su amo, se�or y rey . Sa�l lo aborda aqu� como a su hijo , para mostrar que se sent�a perfectamente reconciliado con �l y deseaba recibirlo como antes en su familia.

Versículo 19

Vers�culo 1 Samuel 24:19 . Si un hombre encuentra a su enemigo, �lo dejar� ir bien lejos? �O m�s bien, �lo enviar� por buen camino ? Pero Houbigant traduce toda la cl�usula as�: Si quis, inimicum suum reperiens, dimittit eum in viambonam , redditur ei adomino sua merces; �Si alguno, encontrando a su enemigo, lo encamina por buen camino, el Se�or le dar� su recompensa .�"Las palabras que est�n aqu� puestas en cursiva, no est�n en el texto hebreo , pero se encuentran, al menos en el sentido, en la Septuaginta, el sir�aco y el �rabe , y parecen necesarias para completar el sentido; por lo tanto , agrega Sa�l, el Se�or te recompensar� bien por lo que me has hecho .

Versículo 20

Vers�culo 1 Samuel 24:20 . S� bien que ciertamente ser�s rey.��Hebreo, Reinando, t� reinar�s . �l sab�a esto antes; y, sin embargo, continu� persigui�ndolo con el odio m�s mortal.

Versículo 21

Vers�culo 1 Samuel 24:21 . Jura ahora.��Sa�l sab�a que un juramento atar�a a David , aunque era insuficiente para obligarse a s� mismo ; ver 1 Samuel 19:6 . Hab�a jurado a su hijo Jonat�n que no matar�an a David; �y sin embargo trat� por todos los medios a su alcance de destruirlo!

Versículo 22

Vers�culo 1 Samuel 24:22 . Sa�l se fue a su casa.��Confundido por el sentido de su propia bajeza, y abrumado por el sentido de la generosidad de David.

David y sus hombres�subieron al lugsr fuerte.�Subi� a Mizpa, seg�n el sir�aco y el �rabe . David no pod�a confiarle a Sa�l su vida; lo m�ximo que pod�a esperar de �l era que cesara de perseguirlo; pero aun esto era demasiado esperar de un hombre de car�cter como Sa�l. Ya no estaba bajo la gu�a divina; un esp�ritu maligno ten�a pleno dominio sobre su alma. Lo que Dios no llena, el diablo lo ocupar�.

Información bibliográfica
Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre 1 Samuel 24". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/1-samuel-24.html. 1832.
 
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