Bible Commentaries
2 Reyes 19

Comentario de ClarkeComentario Clarke

Versículo 1

CAP�TULO XIX

Ezequ�as est� muy angustiado y env�a a Isa�as a orar por

�l , 1-4.

Isa�as devuelve una respuesta c�moda y predice la

destrucci�n del rey de Asiria y su ej�rcito , 5-8.

Senaquerib, al enterarse de que su reino fue invadido por los

et�opes, env�a una terrible carta a Ezequ�as, para inducir

que se rindiera , 9-13.

Ezequ�as va al templo, extiende la carta ante el

Se�or, y hace una oraci�n muy conmovedora, 14-19.

Isa�as es enviado a �l para asegurarle que su oraci�n es escuchada;

que Jerusal�n ser� liberada; y que los asirios

ser�n destruidos , 20-34.

Esa misma noche un mensajero de Dios mata a ciento

ochenta y cinco mil asirios , 35.

Senaquerib regresa a N�nive y es asesinado por sus propios hijos .

36, 37.

NOTAS SOBRE EL CAP. XIX

Versículo 2

Vers�culo 2 Reyes 19:2 . Al profeta Isa�as.��Su fama e influencia eran en este tiempo grandes en Israel; y era bien sabido que la palabra del Se�or estaba con �l. Aqu� tanto la el el pueblo de Dios�como el estado se unen en ferviente aplicaci�n y fuerte dependencia de Dios; �y he aqu� c�mo lo consiguen!

Versículo 3

Vers�culo 2 Reyes 19:3 . Los ni�os han llegado al nacimiento.

El Estado jud�o est� representado aqu� bajo el emblema de una mujer de parto, que ha estado tanto tiempo en los dolores de parto, que su fuerza est� ahora completamente agotada, y su liberaci�n es desesperada, sin un milagro. La imagen es muy bonita y muy apropiada.

Una imagen similar es empleada por Homero, cuando representa las agon�as que Agamen�n sufre por su herida: -


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Il. xi., ver. 266.

Esto, mientras a�n estaba caliente, destilaba el torrente p�rpura;

Pero cuando la herida se endureci� con la sangre coagulada,

entonces se desgarra su fuerte pecho.

Menos agudos son los dardos que env�a el feroz Ilythiae,

Los poderes que causan las agon�as de la matrona,

Tristes madres de inenarrables penas.

POPE.

Mejor traducido por Macpherson; pero en ninguno de los dos est� bien: "Mientras de la herida abierta brot�, en su calor, la sangre; pero cuando la herida se sec�, cuando ces� de fluir la sangre, agudos dolores invadieron la fuerza de Atrides. Los dolores se deslizan a trav�s de su cuerpo, como cuando las Ilythiae, que presiden los nacimientos, las hijas de Juno, ferozmente armadas, lanzan todos sus dardos sobre las mujeres desventuradas que dan a luz. Tales dolores impregnan la fuerza de Atrides".

Versículo 4

Vers�culo 2 Reyes 19:4 . El remanente que queda.�Es decir, los jud�os ; las diez tribus ya hab�an sido llevadas cautivas por los reyes de Asiria.

Versículo 7

Vers�culo 2 Reyes 19:7 . He aqu�, enviar� una explosi�n, y �l oir� un rumor.�El rumor era que Tirhakah hab�a invadido Asiria. La explosi�n fue la que mat� a ciento ochenta y cinco mil de ellos en una noche, ver 2 Reyes 19:35 .

Haz que caiga a espada.�En alusi�n a su muerte a manos de sus dos hijos, en N�nive. Ver� 2 Reyes 19:35-12 .

Versículo 8

Vers�culo 2 Reyes 19:8 . Libna - Laquis. �Estos dos lugares no estaban muy distantes uno del otro; estaban en los montes de Jud�, al sur de Jerusal�n.

Versículo 10

Vers�culo 2 Reyes 19:10 . No dejes que tu Dios en quien conf�as.�Esta carta es casi el mismo con el discurso pronunciado por Rab-saces. V�ase 2 Reyes 18:29 .

Versículo 14

Vers�culo 2 Reyes 19:14 . La extendi� delante del Se�or.�El templo se consideraba como la morada de Dios ; y que lo que sea que estaba all� estaba peculiarmente bajo su ojo. Ezequ�as extendi� la carta ante el Se�or, ya que deseaba que leyera las blasfemias pronunciadas contra �l mismo.

Versículo 15

Vers�culo 2 Reyes 19:15 . T� eres el Dios.�T� no s�lo eres Dios de Israel, sino tambi�n Dios de Asiria y de todas las naciones del mundo.

Versículo 21

Vers�culo 2 Reyes 19:21 . La virgen hija de Si�n te menospreci�, y se burl� de ti con escarnio; la hija de Jerusal�n ha meneado la cabeza ante ti. �"Tan verdaderamente despreciable es tu poder, y vac�a tu jactancia, que aun las mujeres j�venes de Jerusal�n, bajo la direcci�n de Jehov�, ser�n suficientes para desbaratar todas tus fuerzas, y hacerte volver con verg�enza a tu propio pa�s, donde te espera la muerte m�s vergonzosa".�Cuando el obispo Warburton hubo publicado su Doctrina de la gracia, y decidi� enemistarse con algunas de las personas m�s religiosas del pa�s, una joven de la ciudad de Gloucester expuso su sistema sin gracia en un panfleto, al que a�adi� las palabras anteriores como �un lema!

Versículo 23

Vers�culo 2 Reyes 19:23 . Los altos cedros - los abetos elegidos.�Probablemente se refiera a los pr�ncipes y nobles del pa�s.

El bosque de su Carmelo. �Mejor en el margen: el bosque y su campo f�rtil .

Versículo 24

Vers�culo 2 Reyes 19:24 . He sumergido y bebido aguas extra�as.�He conquistado pa�ses extra�os , en los cuales he cavado pozos para mi ej�rcito; o he ganado la riqueza de pa�ses extra�os.

Con la planta de mis pies.�Mi infanter�a ha sido tan numerosa que ella sola ha sido suficiente para beber los r�os de los lugares que he sitiado.

Versículo 25

Vers�culo 2 Reyes 19:25 . �No has o�do?�Aqu� habla Jehov� , y muestra a este rey jactancioso que lo que hab�a hecho lo hab�a hecho por designio divino , y que por su propio consejo y poder no pod�a haber hecho nada. Fue porque Dios los hab�a designado para esta destrucci�n civil que los hab�a vencido; y no fue por su poder; porque Dios hab�a hecho a sus habitantes de escaso poder , de modo que s�lo obtuvo la victoria sobre los hombres a quienes Dios hab�a confundido, atemorizado y enervado , 2 Reyes 19:26 .

Versículo 28

Verso 28. Pondr� mi garfio en tu nariz.�Esto parece ser una alusi�n al m�todo de guiar a un b�falo ; se le coloca una especie de aro en la nariz, al cual se ata una cuerda o brida, por la cual se le puede dar vuelta a la derecha , a la izquierda , o en redondo, seg�n el gusto de su conductor.

Versículo 29

Vers�culo 29. Esto te ser� por se�al.��A�Ezequ�as; porque para �l fue hecha esta parte de la direcci�n.

Comer�is este a�o.�Senaquerib hab�a devastado el pa�s, y el tiempo de la siembra ya hab�a terminado, pero Dios les muestra que �l bendecir� la tierra de tal manera que lo que crecer� por s� mismo ese a�o ser� suficiente para abastecer a los habitantes y prevenir toda hambruna ; y aunque el segundo a�o era el descanso sab�tico o jubileo de la tierra , en el cual era il�cito arar o sembrar; sin embargo, incluso entonces la tierra, por una bendici�n especial de Dios, producir�a lo suficiente para sus habitantes; y en el tercer a�o deben sembrar y plantar, etc.,�y tener abundancia, etc. Ahora bien, esto iba a ser una se�al para Ezequ�as, que su liberaci�n no hab�a sido efectuada por medios naturales o casuales porque as� como sin un milagro la tierra devastada y sin cultivar no pod�a producir alimento para sus habitantes, no sin una intervenci�n milagrosa podr�a el ej�rcito asirio ser derrotado,�cortado e Israel salvado.

Versículo 30

Vers�culo 30. El remanente - volver� a echar ra�ces.�Como vuestro grano echa ra�ces en la tierra, y brota y se multiplica abundantemente , as� lo har� el pueblo jud�o; la poblaci�n aumentar� grandemente, y las desolaciones ocasionadas por la espada pronto ser�n olvidadas.

Versículo 31

Vers�culo 31. De Jerusal�n saldr� un remanente.�Los jud�os se multiplicar�n de tal manera que no solo llenen Jerusal�n , sino todo el pa�s adyacente.

Y los que escapen del monte Si�n.�Algunos piensan que esto se refiere a la salida de los ap�stoles al mundo de los gentiles, y la conversi�n de las naciones por la predicaci�n del Evangelio.

Versículo 32

Vers�culo 32. No lo har�.�Aqu� siguen las pruebas m�s completas de que Jerusal�n no ser� tomada por los asirios.

1. No entrar� en esta ciudad.

2. No podr� acercarse tanto como para dispararle una flecha ;

3. No podr� traer un ej�rcito delante de �l,

4. Ni podr� levantar contra ella baluarte ni terrapl�n ;

5. No; ni aun un escudo asirio se ver� en el pa�s; ni siquiera un grupo de forrajeros se acercar� a la ciudad.

Versículo 33

Vers�culo 33. Por el camino por donde vino ] Aunque su ej�rcito no vuelva, �l volver� a Asiria; porque por su blasfemia est� reservado para una muerte m�s ignominiosa.

Versículo 35

Vers�culo 35. Esa noche.�La misma noche despu�s de que se envi� el mensaje blasfemo y se entreg� esta c�moda profec�a.

El �ngel del Se�or sali�.�Yo creo que este �ngel o mensajero del Se�or era simplemente un VIENTO asfixiante o pestilencial ; por lo cual el ej�rcito asirio fue destruido, como en un momento, sin ruido, confusi�n ni aviso alguno. 1 Reyes 20:30 . As� se cumpli� la amenaza,� 2 Reyes 19:7 , enviar� un R�FAGO sobre �l ; porque hab�a o�do el rumor de que sus territorios hab�an sido invadidos; y en su camino para salvar su imperio, en una noche todo su ej�rcito fue destruido, sin que nadie viera siquiera qui�n los hab�a herido. Esto se llama un �ngel o mensajero del Se�or. 1 Reyes 20:30,� 2 Reyes 19:7: es decir, algo enviado inmediatamente por �l para ejecutar sus juicios.

Cuando se levantaron temprano ] Es decir, Senaquerib , y probablemente algunos asociados , que fueron preservados como testigos y relatores de este desastre tan terrible. Rab-saces, sin duda, pereci� con el resto del ej�rcito.

Versículo 36

Vers�culo 36. Habit� en N�nive. �Esta fue la capital del imperio asirio.

Versículo 37

Vers�culo 2 Reyes 19:37 . Nisroc�su dios.�No sabemos nada de esta deidad; no se menciona en ning�n otro lugar.

Lo hiri� con la espada.�Los rabinos dicen que sus hijos se hab�an enterado de que pretend�a sacrificarlos a este dios, y que s�lo pod�an impedirlo mat�ndolo.

Los mismos escritores a�aden que consult� a sus sabios c�mo era que se produc�an tales milagros para los israelitas; quienes le dijeron que era por el m�rito de Abraham, que hab�a ofrecido a su �nico hijo a Dios: entonces dijo: le ofrecer� a mis dos hijos; lo cual, cuando lo oyeron, se levantaron y lo mataron. Cuando un rabino no puede desatar un nudo, no siente ni escr�pulo ni dificultad para cortarlo.

Información bibliográfica
Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre 2 Kings 19". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/2-kings-19.html. 1832.