Bible Commentaries
Lamentaciones 5

Comentario de ClarkeComentario Clarke

Versículo 1

CAP�TULO V

Este cap�tulo es, por as� decirlo, un epifonema o conclusi�n de

los cuatro precedentes, representando a la naci�n como gimiendo bajo

sus calamidades, y suplicando humildemente el favor Divino ,

1-22.

NOTAS SOBRE EL CAP. V

Vers�culo Lamentaciones 5:1 . Acu�rdate, oh Se�or.�En la Vulgata, sir�aco y �rabe, se titula "La oraci�n de Jerem�as". En mi antigua MS. Biblia: Aqu� est� la oraci�n del profeta Jerem�as.

Aunque este cap�tulo consta exactamente de veintid�s vers�culos, el n�mero de letras del alfabeto hebreo, ya no se observa la forma acr�stica. Tal vez no se consider� apropiado algo tan t�cnico cuando en agon�a y angustia (bajo la sensaci�n del desagrado de Dios a causa del pecado) se postraron ante �l para pedir misericordia. Sea como fuere, no parece que se haya intentado dar a estos vers�culos la forma de los cap�tulos precedentes. Se trata propiamente de una oraci�n solemne de todo el pueblo, en la que se exponen sus sufrimientos pasados y presentes y se ruega la misericordia de Dios.


He aqu� nuestro oprobio. ???? hebita. Pero muchos MSS. de Kennicott, y el m�s antiguo de los m�os, a�aden la ? he parag�gica, ????? hebitah, "Mirad con conmiseraci�n"; pues las letras parag�gicas siempre aumentan el sentido.

Versículo 2

Vers�culo Lamentaciones 5:2 . Nuestra herencia se vuelve a los extra�os.�La mayor parte de los jud�os fueron asesinados o llevados cautivos; y aun los que quedaron bajo el mando de Gedal�as no quedaron libres , porque eran vasallos de los caldeos .

Versículo 4

Vers�culo Lamentaciones 5:4 . Hemos bebido nuestra agua por dinero.�Supongo que el significado de esto es que todo era gravado por los caldeos, y que ellos manten�an la administraci�n en sus propias manos, de modo que tanto la madera como el agua eran vendidas, no permiti�ndose al pueblo ayudarse a s� mismo. Ahora estaban tan humildemente reducidos por la servidumbre, que se ve�an obligados a pagar caro por las cosas que antes eran comunes y de ning�n precio. Un pobre hind� en el campo nunca compra le�a, pero cuando llega a la ciudad se ve obligado a comprar su combustible, y lo considera un asunto de gran dificultad.

Versículo 5

Vers�culo Lamentaciones 5:5 . Nuestros cuellos est�n bajo persecuci�n.�Sentimos el yugo de nuestra servidumbre; somos conducidos a nuestro trabajo como el becerro , que tiene un yugo sobre su cuello.

Versículo 6

Verso 6. Hemos dado la mano a los egipcios.�Hemos buscado alianzas tanto con los egipcios como con los asirios, y hemos hecho pactos con ellos para conseguir lo necesario para la vida. O, dondequiera que ahora seamos conducidos, estamos obligados a someternos a la gente de los pa�ses para la preservaci�n de nuestras vidas.

Versículo 7

Verso 7. Nuestros padres han pecado , y no son.�Supongo que el significado de esto es que todo era gravado por los caldeos, y que ellos manten�an la administraci�n en sus propias manos, de modo que tanto la madera como el agua eran vendidas, no permiti�ndose al pueblo ayudarse a s� mismo. Ahora estaban tan humildemente reducidos por la servidumbre, que se ve�an obligados a pagar caro por las cosas que antes eran comunes y de ning�n precio. Un pobre hindoo en el campo nunca compra le�a, pero cuando llega a la ciudad se ve obligado a comprar su combustible, y lo considera un asunto de gran dificultad.�V�ase Ezequiel 18:1.

Versículo 8

Vers�culo 8. Siervos se han ense�oreado de nosotros.�Estar sujeto a tales es la esclavitud m�s dolorosa y deshonrosa: -

Quio domini faciant, audent cum talia fures?

Virg. Ecl. iii. 16.

"Ya que crecen esclavos tan insolentes,

�Qu� no pueden hacer los amos?"

Tal vez aluda aqu� a los soldados caldeos, a cuya voluntad se ve�an obligados a obedecer los desdichados jud�os.

Versículo 9

Vers�culo 9. Obtuvimos nuestro pan con peligro de nuestras vidas.�No pod�an ir al desierto a apacentar su ganado, o conseguir lo necesario para la vida, sin ser acosados ??y saqueados por partidas merodeadoras, y por estos a menudo estaban expuestos a el peligro de sus vidas. Esto fue predicho por Mois�s, Deuteronomio 28:31 .

Versículo 10

Verso 10. Nuestra piel estaba negra - por causa de la terrible hambruna. �Por los vientos penetrantes que quemaron todo lo verde, destruyendo la vegetaci�n, y en consecuencia produciendo hambre.

Versículo 11

Verso 11. Violaron a las mujeres en Si�n , y a las siervas en las ciudades de Jud�. �El mal mencionado aqu� fue predicho por Mois�s, Deuteronomio 28:30 ; Deuteronomio 28:32 , y por Jerem�as, Jeremias 6:12.

Versículo 12

Vers�culo 12. Los pr�ncipes son colgados de la mano.�Es muy probable que se tratara de una especie de castigo. Los colgaban de ganchos en la pared por las manos hasta que mor�an por tortura y agotamiento. El cuerpo de Sa�l fue atado al muro de Bet-s�n, probablemente de la misma manera; pero ya le hab�an quitado la cabeza. Los colgaban as� para que los devoraran las aves del cielo. Era costumbre entre los persas, despu�s de haber matado, estrangulado o decapitado a sus enemigos, colgar sus cuerpos en postes o empalarlos. As� trataron a Histiaeus de Miletum y a Leonidas de Lacedaemon. V�ase Herodot. lib. vi. c. 30, lib. vii. c. 238.

Versículo 13

Vers�culo 13. Llevaron a los j�venes a moler.�Esta era obra de las esclavas. Isa�as 47:2 .

Versículo 14

Verso 14. Los ancianos han cesado en la puerta.�Ya no se administra m�s justicia al pueblo; est�n bajo la ley militar, o se dispone de ellos en todos los sentidos seg�n el capricho de sus amos.

Versículo 16

Vers�culo 16. Se nos ha ca�do la corona de la cabeza.�En las fiestas, matrimonios, etc., se coronaban con guirnaldas de flores, toda fiesta de este tipo ya hab�a terminado. O puede referirse a que perdieron toda soberan�a, siendo hechos esclavos.

Versículo 18

Verso 18. Los zorros caminan sobre �l. Las zorras son muy numerosas en Palestina, ver�� Jueces 15:4 . Era costumbre entre los hebreos considerar toda tierra desolada como lugar de descanso de las fieras; lo cual es, de hecho, el caso en todas partes cuando los habitantes son removidos de un pa�s.

Versículo 19

Vers�culo 19. T�, oh Se�or, permaneces para siempre.�T� no sufres ning�n cambio . Una vez nos amaste , �oh, que ese amor se renueve hacia nosotros!

Versículo 21

Vers�culo Lamentaciones 5:21 . Renueva nuestros d�as como anta�o. �Rest�uranos a nuestro estado anterior. Recuperemos nuestra patria, nuestro templo y todos los oficios divinos de nuestra religi�n; pero, m�s especialmente, tu favor.

Versículo 22

Vers�culo Lamentaciones 5:22 . Pero t� nos has rechazado por completo.

Parece como si hubieras sellado nuestra reprobaci�n final, porque muestras contra nosotros una ira sobremanera grande. Pero convi�rtenos, Se�or, a ti, y nos convertiremos. Ahora estamos muy humillados, sentimos nuestro pecado y vemos nuestra insensatez: �restit�yenos una vez m�s, y nunca m�s te abandonaremos! �l escuch� la oraci�n, y al cabo de setenta a�os fueron devueltos a su tierra.

Este �ltimo vers�culo est� bien traducido en la primera edici�n impresa de nuestra Biblia, 1535: "Devu�lvenos nuestros d�as como anta�o, pues ya nos has desterrado bastante tiempo y te has disgustado mucho con nosotros".

Mi vieja MS. Biblia no est� menos nerviosa: Newe thou our dais as fro the begynnyng: bot castand aweie you put us out: you wrathedist ugein us hugely.

El Dr. Blayney traduce: "Porque ciertamente nos has desechado del todo", y a�ade: "?? ki debe traducirse ciertamente como causal; el hecho de que Dios haya rechazado a su pueblo y expresado gran indignaci�n contra �l, es la causa y el fundamento de la petici�n precedente, en la que ruegan que se les devuelva su favor y el goce de sus antiguos privilegios".


Pareau piensa que no se puede dar un buen sentido a este lugar a menos que traduzcamos interrogativamente, como en� Jeremias 14:19 : -

"�Has rechazado totalmente a Jud�?

�Ha aborrecido tu alma a Si�n?".

Sobre esta base traduce aqu�,

An enim prorsus nos rejecisses?

�Nobis iratus esses usque adeo?

"�Nos has desechado del todo?

�Estar�s enojado con nosotros para siempre?


�Extender�s tu ira contra nosotros hasta no mostrarnos m�s misericordia? Esto concuerda bien con el estado y los sentimientos de los querellantes.

NOTAS MASOR�TICAS

N�mero de versos en este Libro, 154.

Vers�culo medio, Lamentaciones 3:34 .

En uno de mis manuscritos m�s antiguos, el vers�culo veintiuno se repite al final del vers�culo veintid�s. En otro, a�n m�s antiguo, s�lo aparece la primera palabra: ?????? hashibenu, �Convi�rtenos!

Habiendo dado en el prefacio y notas precedentes lo que juzgo necesario para explicar las principales dificultades de este poema tan fino y conmovedor, muy apropiadamente llamado LAS LAMENTACIONES, ya que justamente est� a la cabeza de toda composici�n de este tipo, s�lo a�adir� unas pocas palabras, y �stas ser�n principalmente a modo de recapitulaci�n.

Los hebreos acostumbraban a hacer lamentaciones o cantos de duelo a la muerte de grandes hombres, pr�ncipes y h�roes que se hab�an distinguido en las armas, y en cualquier ocasi�n de desgracias y calamidades p�blicas. Calmet cree que ten�an colecciones de este tipo de Lamentaciones, y como prueba se refiere a� 2 Cr�nicas 35:25 :

"Y Jerem�as se lament� por Jos�as; y todos los cantores y cantoras hablaron de Jos�as en sus lamentaciones, hasta el d�a de hoy, y las convirtieron en una ordenanza en Israel; y he aqu�, est�n escritas en las Lamentaciones".

De este vers�culo se desprende que Jerem�as hab�a compuesto una eleg�a f�nebre sobre Jos�as; pero, por la complexi�n de este Libro, es muy evidente que no fue compuesto sobre la muerte de Jos�as, sino sobre las desolaciones de Jerusal�n, �como ya se ha se�alado. Por lo tanto, su lamento por Jos�as se ha perdido. Parece tambi�n que en ocasiones particulares, tal vez aniversarios, estas lamentaciones eran cantadas por hombres y mujeres, que interpretaban sus distintas partes, pues se trataba de canciones alternas o de respuesta. Y es muy probable que este libro se cantara de la misma manera; los hombres comenzaban con aleph, las mujeres respond�an con beth y as� sucesivamente. Todav�a se conservan varias canciones de este tipo. Tenemos los que David compuso a la muerte de su hijo Absal�n y a la muerte de su amigo Jonat�n. Y tenemos los que hicieron Isa�as, Jerem�as y Ezequiel sobre la desolaci�n de Egipto, Tiro, Sid�n y Babilonia.�V�ase Isa�as 14:4 ; Isa�as 15:1 ; Isa�as 16:1 ; Jeremias 7:29 ; Jeremias 9:10 ; Jeremias 48:32 ; Ezequiel 19:1 ; Ezequiel 28:11 ; Ezequiel 32:2 ; Jeremias 9:17 .

Adem�s de �stos, tenemos fragmentos de otros en diferentes lugares; y referencias a algunos, que ahora se han perdido definitivamente.

En los dos primeros cap�tulos de este libro, el profeta describe, principalmente, las calamidades del sitio de Jerusal�n.

En el tercero, deplora las persecuciones que �l mismo hab�a sufrido, aunque en esto puede estar personificando a la ciudad y al Estado; muchos de sus propios sufrimientos son ilustrativos de las calamidades que cayeron en general sobre la ciudad y el pueblo en general.

El cuarto cap�tulo est� dedicado principalmente a la ruina y desolaci�n de la ciudad y del templo, y a las desgracias de Sedequ�as, de quien habla de la manera m�s respetuosa, tierna y conmovedora: - "El ungido de Jehov�, el que fue ungido por Jehov�, el que fue ungido por Jehov�, el que fue ungido por Jehov�".

"El ungido de Jehov�, la anchura de nuestras

nariz, fue tomado en sus afanes,

bajo cuya sombra dijimos: Viviremos

entre las naciones".


Al final habla de la crueldad de los edomitas, que hab�an insultado a Jerusal�n en sus miserias y contribuido a su demolici�n. A �stos los amenaza con la ira de Dios.

El quinto cap�tulo es una especie de oraci�n por los jud�os en su dispersi�n y cautiverio. En la conclusi�n del mismo, habla de su realeza ca�da; atribuye todas sus calamidades a su rebeli�n y maldad; y reconoce que no puede haber fin a su miseria, sino en su restauraci�n al favor Divino.

Este �ltimo cap�tulo fue escrito probablemente bastante tiempo despu�s del resto, pues supone que el templo estaba tan desierto que las zorras caminaban tranquilas entre sus ruinas, y que el pueblo ya estaba cautivo.

El poema es un monumento de la iniquidad y rebeli�n del pueblo; del desagrado y juicio de DIOS contra ellos; y de la piedad, elocuencia e incomparable habilidad del poeta.

Información bibliográfica
Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre Lamentations 5". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/lamentations-5.html. 1832.