Bible Commentaries
Números 17

Comentario de ClarkeComentario Clarke

Versículo 1

CAP�TULO XVII

Se ordena a los doce jefes de las tribus que tomen sus

varas, y que escriban el nombre de cada tribu en la vara que le�

�pertenezca a su representante; pero el nombre de Aar�n�

ir� en la vara de la tribu de Lev�, 1-3.

Las varas se depositar�n ante el Se�or, quien promete que

la vara del hombre que �l elija como sacerdote florecer�,

4, 5.

Las varas se depositan ante el tabern�culo, 6, 7.

S�lo la vara de Aar�n brota, florece y da fruto, 8, 9.

Es colocada ante el testimonio como se�al de la manera�

�en que Dios hab�a dispuesto del sacerdocio, 10, 11.

El pueblo est� muy asustado y teme ser destruido, 12, 13.

NOTAS SOBRE EL CAP. XVII

Versículo 2

Vers�culo N�meros 17:2 . Y tomad de cada uno de ellos una vara.��??? matteh , el bast�n o cetro , que llevaba el pr�ncipe o jefe de cada tribu, y que era se�al de oficio o realeza entre casi todos los pueblos de la tierra.

Versículo 5

Vers�culo N�meros 17:5 . La vara del hombre, a quien yo escoja, florecer�.��Era necesario que se hiciera algo m�s para aquietar las mentes de la gente, y para resolver para siempre la disputa, en qu� tribu deber�a fijarse el sacerdocio. Dios, por lo tanto, tom� el m�todo descrito en el texto, y tuvo el efecto deseado; el sacerdocio aar�nico nunca m�s fue discutido.

Versículo 8

Vers�culo N�meros 17:8 . La vara de Aar�n - reverdeci�.�

Es decir, en la misma vara o bast�n se encontraban brotes, flores y frutos maduros. Este hecho fue tan incuestionablemente milagroso, como para decidir el asunto para siempre y probablemente esto ten�a la intenci�n de mostrar que en el sacerdocio, representado por el de Aar�n, debe encontrarse el principio, el medio y el fin de toda buena obra. Los brotes de los buenos deseos, las flores de las resoluciones santas y las profesiones prometedoras, y el fruto maduro de la fe, el amor y la obediencia, todo brota del sacerdocio del Se�or Jes�s. Algunos han pensado que el bast�n de Aar�n (y quiz�s los bastones de todas las tribus) estaba hecho de la am�gdala communis, o almendro com�n. En un suelo y un clima favorables, crece hasta seis metros de altura; es uno de los �rboles m�s nobles y florecientes de la naturaleza: sus flores son de un rojo delicado, y las echa a principios de marzo, habiendo empezado a brotar en enero. Su nombre viene de shakad, despertar, porque brota y florece antes que la mayor�a de los �rboles. Y es muy probable que los bastones de mando, que llevaban los jefes de todas las tribus, estuvieran hechos de este �rbol, simplemente para significar la vigilancia y el cuidado asiduo que los jefes deb�an tener de las personas encomendadas, en el curso de la providencia divina, a su custodia.

Todo en este milagro est� tan lejos del poder de la naturaleza, que no pod�a quedar ninguna duda en la mente del pueblo, o de los envidiosos jefes, de la designaci�n divina de Aar�n, y de la interferencia especial de Dios en este caso. Ver un trozo de madera largamente cortado de la cepa madre, sin corteza ni humedad, colocado en un lugar seco durante una sola noche, con otros en las mismas circunstancias, y ver que ese trozo de madera se reanuda y muestra la perfecci�n de la vida vegetativa, brotando, floreciendo y dando frutos maduros al mismo tiempo, debe ser una demostraci�n tal de la interferencia peculiar de Dios, como para silenciar toda duda y satisfacer todo escr�pulo. Es digno de menci�n que un cetro, o bast�n de mando, reanudando su vida vegetativa, se consideraba una imposibilidad absoluta entre los antiguos; y como estaban acostumbrados a jurar por sus cetros, esta circunstancia se a�ad�a para establecer y confirmar el juramento. Un ejemplo notable de esto lo tenemos en HOMERO, Il�ada, lib. i., ver. 233, etc., donde Aquiles, en su furia contra Agamen�n, habla as�: -

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Pero escuchad: har� un juramento solemne:

Por este mismo cetro que nunca brotar�,

ni brotar�, como una vez que, habiendo dejado

a su progenitor en la cima de la monta�a, en el momento que

El hacha del le�ador arranc� su verde follaje

y despojado de su corteza, nunca volver� a crecer.

COWPER.


VIRGIL representa al rey Latino jurando de la misma manera, para confirmar su pacto con AEneas: -


Ut SCEPTRUM hoc (dextra sceptrum nam forte gerebat)

Nunquam fronde levi fundet virgulta neque umbras,

Cum semel in silvis imo de stirpe recisum.

Matre caret, posuitque comas et brachia ferro;

Olim arbos, nunc artificis manus aere decoro

Inclusit, patribusque dedit gestare Latinis,

Talibus inter se firmabant foedera dictis.

AEn., lib. xii., ver. 206-12.

As� como este cetro real (pues llevaba

Un cetro en su mano) nunca m�s

brotar� en ramas, ni renovar� el nacimiento;

Hu�rfano ahora, cortado de la madre tierra

Por el hacha afilada, deshonrado de su pelo,

y encajonado en lat�n, para que lo lleven los reyes de Latia.

Y as�, a la vista del p�blico, se at� la paz

Con votos solemnes, y jurados por ambas partes.

DRYDEN.


Cuando se considera la circunstancia de que la vara o el cetro se usaban antiguamente de esta manera, y la absoluta imposibilidad de su revivificaci�n tan fuertemente invocada, parece haber sido un instrumento muy apropiado para la presente ocasi�n, pues el cambio que pas� en �l debe ser reconocido como un milagro inmediato e incontestable.

Versículo 12

Vers�culo N�meros 17:12 . He aqu�, morimos, perecemos, perecemos todos. �????? gavaenu significa no tanto morir simplemente, como sentir una extrema dificultad para respirar , que, al producir asfixia , termina finalmente en la muerte. Vea la locura y la extravagancia de este pueblo pecador.�Al principio, cada persona pod�a acercarse a Dios , porque todos , pensaban, eran suficientemente santos y estaban calificados en todo sentido para ministrar en cosas santas. Ahora bien, ninguno , en su aprensi�n, puede acercarse al tabern�culo sin ser consumido , N�meros 17:13 . En ambos casos estaban equivocados; hab�a algunos que pod�an acercarse, otros que no. Dios hab�a puesto la diferencia. Su decisi�n deber�a haber sido definitiva para ellos; pero los pecadores siempre est�n llegando a los extremos.

Información bibliográfica
Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre Numbers 17". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/numbers-17.html. 1832.