Vers�culo N�meros 32:3 . Atarot�y Dib�n.�Los lugares mencionados aqu� pertenecieron a Seh�n, rey de los amorreos, y Og, rey de Bas�n, los cuales, siendo conquistados por los israelitas, constituyeron para siempre una parte de sus territorios, N�meros 32:33 .
Vers�culo N�meros 32:16 . Construiremos - ciudades para nuestros peque�os.��Era imposible para estos, por numerosos que fueran, construir ciudades y fortificarlas para la defensa de sus familias en su ausencia. Calmet supone que no pretend�an m�s que reparar las ciudades de los amorreos que hab�an tomado �ltimamente; obra que pudo haber sido cumplida muy f�cilmente en el tiempo que pasaron de este lado del Jord�n, antes de pasar con sus hermanos, para ponerlos en posesi�n de la tierra.
Vers�culo N�meros 32:17 . Por causa de los habitantes de la tierra. Estos fueron los amonitas, moabitas, idumeos y los restos de los madianitas y amorreos. Pero, �podr�an las mujeres y los ni�os mantener las ciudades defendidas, cuando se colocaran en ellas? Esto ciertamente no se puede suponer posible. Por supuesto, muchos de los hombres de guerra deben quedarse atr�s.
En el �ltimo censo, N�meros 26 , la tribu de Rub�n constaba de 43.730 hombres; la tribu de Gad, 40.500; la tribu de Manas�s, 52.700; la mitad de los cuales es 26.350. Agregue esto a la suma de las otras dos tribus, y la cantidad es 110,580. Ahora, de Josu� 4:13 aprendemos que de las tribus de Rub�n y Gad, y la mitad de la tribu de Manas�s, s�lo 40.000 hombres armados pasaron el Jord�n para ayudar a sus hermanos en la reducci�n de la tierra: por consiguiente, el n�mero de 70.580 hombres quedaron atr�s para la defensa de las mujeres, los ni�os y los reba�os. Esto fue m�s que suficiente para defenderlos contra un pueblo ya preso�del p�nico por sus �ltimos fracasos y reveses.
Vers�culo N�meros 32:34 . Los hijos de Gad construyeron - Aroer.�Esto estaba situado en el r�o Arn�n, Deuteronomio 2:36 ; 2 Reyes 10:33 .
Antiguamente estuvo habitada por los Emim, un pueblo belicoso y quiz�s gigantesco. Fueron expulsados ??por los moabitas; los moabitas por los amorreos; y los amorreos por los israelitas. Los gaditas entonces la poseyeron hasta el cautiverio de su tribu, con la de Rub�n y la mitad de la tribu de Manas�s, por los asirios, 2 Reyes 15:29 , despu�s de lo cual parece que los moabitas la recuperaron, como parece que lo ocup� en los d�as de Jerem�as, Jeremias 48:15 .
Vers�culo N�meros 32:38 . Y Nebo - siendo cambiados sus nombres.�Es decir, aquellos que conquistaron las ciudades las llamaron por sus propios nombres. As� la ciudad Kenat , siendo conquistada por Nobah , fue llamada por su nombre, N�meros 32:42 .
Verso 41. Havoth-jair. �Es decir, los pueblos o habitaciones de Jair ; y as� deber�an haber sido traducidos. As� como estas dos tribus y media fueron las primeras , dice Ainsworth, a quienes se les asign� su herencia en la tierra prometida, as� fueron los primeros de todo Israel que fueron llevados cautivos fuera de su propia tierra, a causa de sus pecados. �Porque se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron tras dioses ajenos.�Y Dios los entreg� en manos de Pul y Tiglat-Pilneser , reyes de Asiria, y los trajeron a Halah, Habor, Hara y Gozan , hasta el d�a de hoy.� Ver 1 Cr�nicas 5:25-13 .
Información bibliográfica Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre Numbers 32". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/numbers-32.html. 1832.
Versículo 1
CAP�TULO XXII
Los rubenitas y gaditas le piden a Mois�s que les d� su
heredad de este lado del Jord�n , 1-5.
Mois�s les reprocha y los reprende , 6-15.
Se explican y proponen condiciones con las que
Mois�s queda satisfecho: deben edificar ciudades para sus mujeres y
ni�os, y majadas para sus ganados, y despu�s pasar�n�el Jord�n armados
con las otras tribus, y pelear�n contra sus enemigos hasta que�
la tierra est�sometida; despu�s de lo cual han de volver , 16-27.
Mois�s propone el negocio a Eleazar, Josu� y los ancianos ,
28-30.
Los gaditas y los rubenitas prometen una fiel observancia de las
condiciones , 31, 32;
en que Mois�s les asigna, y la media tribu de Manas�s ,
el reino de Seh�n, rey de los amorreos, y el reino de
Og, rey de Bas�n , 33.
Las ciudades edificadas por los gaditas , 34-36.
Las ciudades edificadas por los rubenitas , 37, 38.
Los hijos de Maquir, hijo de Manas�s, expulsan a los amorreos
de Galaad , 39,
Mois�s les concede esa tierra , 40.
Jair, hijo de Manas�s, toma las peque�as ciudades de Galaad , 41.
Y Noba toma Kenat y sus aldeas , 42.
NOTAS SOBRE EL CAP. XXII
Versículo 3
Vers�culo N�meros 32:3 . Atarot�y Dib�n.�Los lugares mencionados aqu� pertenecieron a Seh�n, rey de los amorreos, y Og, rey de Bas�n, los cuales, siendo conquistados por los israelitas, constituyeron para siempre una parte de sus territorios, N�meros 32:33 .
Versículo 5
Vers�culo N�meros 32:5 . D�se esta tierra a tus siervos.�Porque era buena para pastos , y ten�an muchos reba�os , N�meros 32:1 .
Versículo 12
Vers�culo N�meros 32:12 . Caleb, hijo de Jefone el quenezita.��Era Jefone el quenezita, y no Caleb. Kenaz probablemente fue el padre de Jefone.
Versículo 16
Vers�culo N�meros 32:16 . Construiremos - ciudades para nuestros peque�os.��Era imposible para estos, por numerosos que fueran, construir ciudades y fortificarlas para la defensa de sus familias en su ausencia. Calmet supone que no pretend�an m�s que reparar las ciudades de los amorreos que hab�an tomado �ltimamente; obra que pudo haber sido cumplida muy f�cilmente en el tiempo que pasaron de este lado del Jord�n, antes de pasar con sus hermanos, para ponerlos en posesi�n de la tierra.
Versículo 17
Vers�culo N�meros 32:17 . Por causa de los habitantes de la tierra. Estos fueron los amonitas, moabitas, idumeos y los restos de los madianitas y amorreos. Pero, �podr�an las mujeres y los ni�os mantener las ciudades defendidas, cuando se colocaran en ellas? Esto ciertamente no se puede suponer posible. Por supuesto, muchos de los hombres de guerra deben quedarse atr�s.
En el �ltimo censo, N�meros 26 , la tribu de Rub�n constaba de 43.730 hombres; la tribu de Gad, 40.500; la tribu de Manas�s, 52.700; la mitad de los cuales es 26.350. Agregue esto a la suma de las otras dos tribus, y la cantidad es 110,580. Ahora, de Josu� 4:13 aprendemos que de las tribus de Rub�n y Gad, y la mitad de la tribu de Manas�s, s�lo 40.000 hombres armados pasaron el Jord�n para ayudar a sus hermanos en la reducci�n de la tierra: por consiguiente, el n�mero de 70.580 hombres quedaron atr�s para la defensa de las mujeres, los ni�os y los reba�os. Esto fue m�s que suficiente para defenderlos contra un pueblo ya preso�del p�nico por sus �ltimos fracasos y reveses.
Versículo 34
Vers�culo N�meros 32:34 . Los hijos de Gad construyeron - Aroer.�Esto estaba situado en el r�o Arn�n, Deuteronomio 2:36 ; 2 Reyes 10:33 .
Antiguamente estuvo habitada por los Emim, un pueblo belicoso y quiz�s gigantesco. Fueron expulsados ??por los moabitas; los moabitas por los amorreos; y los amorreos por los israelitas. Los gaditas entonces la poseyeron hasta el cautiverio de su tribu, con la de Rub�n y la mitad de la tribu de Manas�s, por los asirios, 2 Reyes 15:29 , despu�s de lo cual parece que los moabitas la recuperaron, como parece que lo ocup� en los d�as de Jerem�as, Jeremias 48:15 .
Versículo 38
Vers�culo N�meros 32:38 . Y Nebo - siendo cambiados sus nombres.�Es decir, aquellos que conquistaron las ciudades las llamaron por sus propios nombres. As� la ciudad Kenat , siendo conquistada por Nobah , fue llamada por su nombre, N�meros 32:42 .
Versículo 41
Verso 41. Havoth-jair. �Es decir, los pueblos o habitaciones de Jair ; y as� deber�an haber sido traducidos. As� como estas dos tribus y media fueron las primeras , dice Ainsworth, a quienes se les asign� su herencia en la tierra prometida, as� fueron los primeros de todo Israel que fueron llevados cautivos fuera de su propia tierra, a causa de sus pecados. �Porque se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron tras dioses ajenos.�Y Dios los entreg� en manos de Pul y Tiglat-Pilneser , reyes de Asiria, y los trajeron a Halah, Habor, Hara y Gozan , hasta el d�a de hoy.� Ver 1 Cr�nicas 5:25-13 .