Bible Commentaries
Daniel 3

Notas de Barnes sobre toda la BibliaNotas de Barnes

Introducción

Secci�n I. - Autenticidad del Cap�tulo

Las objeciones contra la autenticidad de este cap�tulo son mucho m�s numerosas que las alegadas contra los dos cap�tulos anteriores.

I. La primera que merece ser notada es declarada por De Wette (p. 383, bajo el encabezado general de "improbabilidades" en el cap�tulo), y Bleek, p. 268, citado por Hengstenberg, "die Authentie des Daniel", p�g. 83. La objeci�n es, sustancialmente, que si el relato de este cap�tulo es verdadero, probar�a que los caldeos estaban inclinados a la persecuci�n por opiniones religiosas, lo que, se dice, es contrario a su car�cter completo como se muestra en otra parte. Hasta donde tenemos informaci�n sobre ellos, se alega que estaban lejos de tener este car�cter, y no es probable, por lo tanto, que Nabucodonosor haga una ley que obligue a adorar a un �dolo bajo fuertes dolores y sanciones

A esta objeci�n se puede hacer la siguiente respuesta:

(1) Poco se sabe, bajo cualquier supuesto, de los caldeos en general, y poco del car�cter de Nabucodonosor en particular, m�s all� de lo que encontramos en el libro de Daniel. Hasta ahora, sin embargo, dado que tenemos conocimiento de cualquiera de las fuentes, no hay inconsistencia entre eso y lo que se dice que ocurri� en este cap�tulo. Es probable que nadie haya percibido alguna incongruencia de este tipo en el libro, ni, si esto fuera todo, deber�amos suponer que hubo alguna improbabilidad en el relato de este cap�tulo.

(2) No hay una descripci�n adecuada de la "persecuci�n" en esta narraci�n, ni ninguna raz�n para suponer que Nabucodonosor dise�� tal cosa. Esto es admitido por el propio Bertholdt (p. 261), y se manifiesta en la cara de toda la narrativa. De hecho, se afirma que Nabucodonosor exigi�, con penas severas, un reconocimiento del dios al que adoraba, y exigi� que se mostrara la reverencia a ese dios que �l cre�a que le correspond�a. Es cierto, tambi�n, que el monarca ten�a la intenci�n de ser obedecido en lo que nos parece una orden muy arbitraria e irrazonable, que deber�an reunirse, caerse y adorar la imagen que �l hab�a creado. Pero esto no implica ninguna disposici�n para perseguir por motivos de religi�n, o para evitar en otros el libre ejercicio de sus propias opiniones religiosas, o la adoraci�n de sus propios dioses. Es bien sabido que era una doctrina de todos los id�latras antiguos, que se pod�a mostrar respeto a los dioses extranjeros, a los dioses de otras personas, sin implicar en lo m�s m�nimo una falta de respeto por sus propios dioses, ni violar ninguno de sus obligaciones para con ellos.

La m�xima universal era que los dioses de todas las naciones deb�an ser respetados y, por lo tanto, los dioses extranjeros pod�an ser introducidos para la adoraci�n, y el respeto que se les deb�a pagar sin menoscabo del honor que se deb�a a los suyos. Nabucodonosor, por lo tanto, simplemente exigi� que se le mostrara homenaje al �dolo que "�l" hab�a erigido; que el dios a quien "�l" adoraba deber�a ser reconocido como un dios; y ese respeto deber�a mostrarse as� a s� mismo, y a las leyes de su imperio, al reconocer a "su" dios y darle a ese dios el grado de homenaje que le correspond�a. Pero en ninguna parte se insin�a que �l consideraba a su �dolo como el "�nico" dios verdadero, o que exig�a que lo reconocieran como tal, o que no estaba dispuesto a que todos los dem�s dioses, en su lugar, fueran honrados. No hay indicios, por lo tanto, de que �l ten�a la intenci�n de "perseguir" a otros hombres por adorar a sus propios dioses, ni hay ninguna raz�n para suponer que �l aprehendi� que habr�a alg�n escr�pulo por motivos religiosos sobre el reconocimiento de la imagen que cre�. ser digno de adoraci�n y alabanza.

(3) No hay raz�n para pensar que estaba tan familiarizado con el car�cter peculiar de la religi�n hebrea como para suponer que sus devotos tendr�an alguna dificultad en este tema, o dudar�an en unirse con otros para adorar su imagen. Sab�a, de hecho, que eran adoradores de Jehov�; que hab�an levantado un magn�fico templo para su honor en Jerusal�n, y que profesaban guardar sus leyes. Pero no hay raz�n para creer que �l estaba muy familiarizado con las leyes e instituciones de los hebreos, o que supon�a que tendr�an alguna dificultad para hacer lo que universalmente se entend�a como correcto: mostrar el debido respeto a los dioses de otras naciones Ciertamente, si hubiera conocido �ntimamente la historia de una porci�n considerable del pueblo hebreo y hubiera estado familiarizado con su propensi�n a caer en la idolatr�a, habr�a visto poco para hacerle dudar de que cumplir�an f�cilmente una orden para mostrar respeto por los dioses adoraban en otras tierras. No hay raz�n, por lo tanto, para suponer que anticip� que los exiliados hebreos, m�s que cualquier otra persona, dudar�an en mostrar a su imagen el homenaje que �l requer�a.

(4) Toda la cuenta concuerda bien con el personaje de Nabucodonosor. Fue un monarca arbitrario. Estaba acostumbrado a la obediencia impl�cita. Estaba determinado en su car�cter y resuelto en sus prop�sitos. Habiendo formado una vez la resoluci�n de erigir una imagen tan magn�fica de su dios, una que corresponder�a con la grandeza de su capital y, al mismo tiempo, mostrara su respeto por el dios que adoraba, nada era m�s natural que eso. debe emitir tal proclamaci�n de que todos sus s�bditos deben rendirle homenaje y que, para asegurar esto, debe emitir este decreto, que quienquiera que "no" lo haya hecho debe ser castigado de la manera m�s severa. No hay ninguna raz�n para suponer que �l ten�a alguna clase particular de personas en su ojo, o que, de hecho, anticip� que "cualquier" clase de personas desobedecer�a la orden. De hecho, vemos en toda esta transacci�n solo una ilustraci�n de lo que generalmente ocurr�a bajo los despotismos arbitrarios de Oriente, donde, �lo que sea� es el orden que se emite desde el trono, se exige la sumisi�n universal y absoluta, bajo la amenaza de Un castigo r�pido y temeroso. La orden de Nabucodonosor no fue m�s arbitraria e irrazonable que las que el sult�n turco ha emitido con frecuencia.

II Una segunda objeci�n al cap�tulo es el relato de los instrumentos musicales en Daniel 3:5. La objeci�n es que a algunos de estos instrumentos se les dan nombres "griegos", y esto demuestra que la transacci�n debe tener una fecha posterior a la que se le atribuye, o que la cuenta debe haber sido escrita por uno de los �ltimos tiempos. La objeci�n es que toda la declaraci�n parece haberse derivado del relato de una procesi�n griega en honor de los dioses de Grecia. Ver Bleek, p. 259.

A esta objeci�n, se puede responder:

(a) que tales procesiones en honor de los dioses, o tales conjuntos, acompa�ados con instrumentos musicales, eran y son comunes entre todas las personas. Ocurren constantemente en el Este, y no se puede decir, con propiedad alguna, que uno es prestado de otro.

(b) Una gran parte de estos instrumentos tienen indudablemente nombres de Caldeos que se les han dado, y los nombres son tales como podemos suponer que alguien que viv�a en los tiempos de Nabucodonosor los dar�a. Vea las notas en Daniel 3:5.

(c) En cuanto a los que supuestamente indican un origen griego, puede observarse que es bastante incierto si el origen del nombre era griego o caldeo. Es seguro que los griegos dan tales nombres a los instrumentos de m�sica; pero no es seguro de d�nde obtuvieron el nombre. Para cualquier cosa que pueda probarse lo contrario, el nombre puede haber tenido un origen oriental. Es muy probable que muchos de los nombres de las cosas entre los griegos tuvieran tal origen; y si el instrumento de la m�sica en s�, como nadie puede probar que no lo hizo, vino del Este, el "nombre" tambi�n vino del Este.

(d) Se puede afirmar adem�s que, incluso suponiendo que el nombre tuviera su origen en Grecia, no hay certeza absoluta de que el nombre y el instrumento fueran desconocidos para los caldeos. �Qui�n puede probar que algunos caldeos pueden no haber estado en Grecia y no haber tra�do a su propio pa�s alg�n instrumento musical que encontr� all� diferente de aquellos a los que estaba acostumbrado en casa, o que no pudo haber construido �Un instrumento parecido a uno que hab�a visto all� y que le hab�a dado el mismo nombre? �O qui�n puede probar que alg�n m�sico griego que pase� puede no haber viajado tan lejos como Babilonia, ya que los griegos viajaron a todas partes, y llevaron consigo alg�n instrumento musical antes desconocido para los caldeos, y les transmitieron al mismo tiempo el conocimiento del instrumento y el nombre? Pero hasta que esto se muestre, la objeci�n no tiene fuerza.

III. Una tercera objeci�n es, que la declaraci�n en Daniel 3:22, que las personas designadas para ejecutar las �rdenes del rey murieron por el calor del horno, o que el rey emiti� una orden, para ejecutar lo que conmovi� al La vida de los inocentes a quienes se les confi� su ejecuci�n es improbable.

A esto se puede decir

(a) que no hay evidencia o afirmaci�n de que el rey contempl� "su" peligro, o dise�ado para poner en peligro sus vidas; pero es indudablemente un hecho que ten�a la intenci�n de ejecutar su propia orden, y que no consideraba el peligro de quienes la ejecutaban. Y nada es m�s probable que esto; y, de hecho, nada m�s com�n. Un general que ordena a una compa��a de hombres a silenciar o tomar una bater�a no tiene malicia en su contra, y ning�n dise�o en sus vidas; pero �l est� decidido a lograr el objeto, cualquiera que sea el peligro de los hombres, o la gran parte de ellos que puedan caer. De hecho, la objeci�n que se hace aqu� a la credibilidad de esta narrativa es una objeci�n que tendr�a la misma fuerza contra la mayor�a de las �rdenes emitidas en la batalla, y no algunos de los comandos emitidos por monarcas arbitrarios en tiempos de paz. El hecho en este caso fue que el rey ten�a la intenci�n de ejecutar su prop�sito: el castigo de los hombres refractarios y tercos que se hab�an resistido a sus �rdenes, y no hay ninguna probabilidad de que, en medio de la excitaci�n de la ira, se detuviera a preguntar si la ejecuci�n de su prop�sito pondr�a en peligro la vida de los encargados de la ejecuci�n de la orden o no.

(b) Hay muchas probabilidades de que el calor "sea" tan grande como para poner en peligro la vida de quienes deber�an acercarse a �l. Se dice que se hizo siete veces m�s caliente de lo normal Daniel 3:19; es decir, tan caliente como podr�a hacerse, y, si esto fuera as�, de ninguna manera es una suposici�n irrazonable que aquellos que se vieron obligados a acercarse a �l tan cerca como para echar a otros deber�an estar en peligro.

IV. Una cuarta objeci�n, impulsada por Griesinger, p. 41, citado por Hengstenberg, "Authentie des Daniel", p�g. 92, es decir, �como Nabucodonosor ya ten�a el horno preparado para arrojar a estos hombres, debe haber sabido de antemano que no cumplir�an con su demanda y, por lo tanto, debe haber dise�ado para castigarlos; o que esta representaci�n es una mera ficci�n del escritor, para hacer que la entrega de estos hombres parezca m�s maravillosa ".

A esto puede responderse:

(a) que no hay la m�s m�nima evidencia, seg�n el relato de Daniel, de que Nabucodonosor prepar� el horno de antemano, como si se esperara que algunos desobedecieran, y como si quisiera mostrar su ira. De hecho, Daniel 3:6 amenaza este castigo, pero est� claro, por Daniel 3:19, que el horno a�n no se calent� y que la ocasi�n de que se calentara de esa manera fue la inesperada negativa de estos tres hombres a obedecerle.

(b) Pero si se admitiera que hab�a un horno tan brillante, calentado con el fin de castigar a los delincuentes, no ser�a contrario a lo que a veces ocurre en el Este bajo un despotismo. Sir John Chardin (Voy. En Perse. Iv. P. 276) menciona en su tiempo (en el siglo XVII) un caso similar a este. �l dice que durante todo un mes, en un momento de gran escasez, se mantuvo caliente un horno para arrojar a todas las personas que no hab�an cumplido con las leyes con respecto a los impuestos, y por lo tanto defraudaron al gobierno. Esto fue, de hecho, estrictamente de acuerdo con el car�cter del despotismo oriental. Sabemos, adem�s, por Jeremias 29:22, que este modo de castigo no era desconocido en Babilonia, y parece probable que no fuera raro en la �poca de Nabucodonosor. As� Jerem�as dice: "Y de ellos ser�n maldecidos por todos los cautivos de Jud� que est�n en Babilonia, diciendo: El Se�or te haga como Sedequ�as y como Acab, a quien el rey de Babilonia as� en el fuego".

V. Bertholdt declara as� una quinta objeci�n: ��Por qu� tuvieron lugar las maravillas registradas en este cap�tulo? Fue solo para este prop�sito que Nabucodonosor podr�a aparecer para alabar a Dios, que se le representa como un mandamiento de que nadie lo reproche. Pero este objeto es demasiado peque�o para justificar esa variedad de medios ". A esto puede responderse:

(a) que en el cap�tulo no parece que este fuera el "objeto" al que apuntaba.

(b) Hab�a otros dise�os en la narrativa junto a esto. Deb�an mostrar la firmeza de los hombres que se negaron a adorar a un dios �dolo; para ilustrar su adhesi�n concienzuda a su religi�n; mostrar su confianza en la protecci�n Divina; para demostrar que Dios defender� a quienes conf�an en �l y que puede librarlos incluso en medio de las llamas. Estas cosas fueron dignas de registro.

VI. Se ha objetado que "la expresi�n en la que Nabucodonosor Daniel 3:28 se representa como estallido, despu�s del rescate de los tres hombres, es totalmente contrario a su dignidad y al respeto por la religi�n de sus padres. y de su pa�s, que estaba obligado a defender ". - Bertholdt, p�g. 253. Pero a esto puede responderse:

(a) que si esta escena realmente ocurriera ante los ojos del rey, si Dios se hubiera interpuesto milagrosamente para liberar a sus siervos de esta manera maravillosa del horno caliente, nada ser�a m�s natural que esto. Fue un milagro manifiesto, una interposici�n directa de Dios, una liberaci�n de los profesos amigos de Jehov� por un poder que era sobre todo humano, y una expresi�n de sorpresa y afecto fue en todos los sentidos propiamente dicha en tal ocasi�n.

(b) Concuerda con todas las nociones predominantes de religi�n, y del respeto debido a los dioses, por decir esto. Como se se�al� anteriormente, era un principio reconocido entre los paganos para honrar a los dioses de otras naciones, y si se hab�an interpuesto para defender a sus propios devotos, no era m�s de lo que se admit�a en todas las naciones de idolatr�a. Por lo tanto, si Jehov� se hubiera interpuesto para salvar a sus propios amigos y adoradores, todos los principios que Nabucodonosor sostuvo sobre el tema har�an apropiado que �l reconozca el hecho y diga que el honor se debe a �l por su interposici�n. En esto, adem�s, se entender�a que Nabucodonosor no dec�a nada despectivo a los dioses que �l mismo adoraba, ni a los adorados en su propia tierra. Todo lo que es "necesario" suponer en lo que dijo es que ahora sent�a que Jehov�, el Dios a quien adoraban los hebreos, hab�a demostrado que era digno de ser clasificado entre los dioses, y que en com�n con los dem�s, �l ten�a poder para proteger a sus propios amigos.

A esto se le puede agregar

(c) que, a su manera, Nabucodonosor en todas partes demostr� que era un hombre "religioso": es decir, que reconoci� a los dioses y que siempre estuvo dispuesto a reconocer su interferencia en los asuntos humanos y a otorgarles el honor que era su debido De hecho, todo este asunto surgi� de su respeto por la "religi�n", y lo que ocurri� aqu� fue solo de acuerdo con su principio general. que cuando cualquier Dios haya demostrado que tiene poder para liberar a su pueblo, debe ser reconocido, y que no se deben pronunciar palabras de reproche contra hhn Daniel 3:29.

VII. Luderwald, Jahn, Dereser exhorta a una objeci�n m�s plausible que las que acaban de notar, en relaci�n con el relato que se da de la imagen que se dice que Nabucodonosor erigi�. Esta objeci�n hace referencia al "tama�o" de la imagen, a sus proporciones y al material del que se dice que est� compuesta. Esta objeci�n, seg�n lo declarado por Bertholdt (p. 256), es sustancialmente la siguiente: �Que la imagen probablemente ten�a una forma humana y, sin embargo, que las proporciones de la figura humana no se observan en absoluto; sesenta codos, y su ancho es de seis codos, o su altura es de diez a uno, mientras que la proporci�n de un hombre es solo de seis a uno; que la cantidad de oro en tal imagen es incre�ble, superando cualquier medio que el rey de Babilonia pudiera haber pose�do; y que probablemente la imagen aqu� mencionada fue una que Her�doto dice que vio en el templo de Belus en Babilonia (I. 183), y que Diodorus Siculus describe (II. 9), y que ten�a solo cuarenta pies de altura ". Vea las notas en Daniel 3:1. Con respecto a esta objeci�n, podemos observar, entonces:

(a) Que no hay certeza de que esta sea la misma imagen a la que se refieren Her�doto y Diodoro Siculus. Esa imagen estaba "en" el templo; esto fue erigido en la "llanura de Dura". Vea las notas en Daniel 3:1. Pero, hasta donde parece, esto puede haberse erigido para un prop�sito temporal, y los materiales pueden haber sido empleados para otros prop�sitos; eso en el templo era permanente.

(b) En cuanto a la cantidad de oro en la imagen, no se dice ni implica que fuera de oro s�lido. Es bien sabido que las im�genes de los dioses estaban hechas de madera o arcilla, y recubiertas de oro o plata, y esto es todo lo que necesariamente se implica aqu�. Vea las notas en Daniel 3:1.

(c) La "altura" de la supuesta imagen no puede ser una objeci�n real a la declaraci�n. No es necesario suponer que ten�a la forma humana, aunque eso es probable, pero si eso es admitido, no puede haber objeciones a la suposici�n de que, ya sea solo o elevado sobre un pedestal, puede haber sido como tan alto como la afirmaci�n aqu� implica. La colosal figura de Rodas ten�a ciento cinco pies de altura griega, y se hizo caminar a zancadas por la boca del puerto, fue un trabajo de construcci�n mucho m�s dif�cil de lo que hubiera sido esta figura.

(d) En cuanto a la supuesta "desproporci�n" en la figura de la imagen, vea las notas en Daniel 3:1. A lo que se dice puede agregarse:

(1) No es necesario suponer que ten�a la forma humana. No se afirma nada de este tipo, aunque puede considerarse como probable. Pero si no fuera as�, por supuesto, la objeci�n no tendr�a fuerza.

(2) Si ten�a la forma humana, de ninguna manera est� claro si ten�a una postura sentada o de pie. No se dice nada sobre este punto con respecto a la imagen o la estatua, y hasta que esto no se determine, no se puede decir nada sobre las proporciones.

(3) No se dice si se mantuvo por s� mismo, o si descans� sobre una base o front�n, y hasta que esto se determine, no hay objeciones v�lidas en cuanto a la proporci�n de la estatua. Es muy probable que la imagen se haya criado en un alto pedestal, y para cualquier cosa que aparezca, las proporciones de la "imagen misma", ya sea sentada o de pie, pueden haberse conservado bien.

(4) Pero adem�s de esto, debe decirse que si la cuenta aqu� debe tomarse literalmente como declarando que la imagen era diez veces m�s alta que ancha, por lo que no se observan las proporciones humanas adecuadas, la cuenta ser�a No sea increible. Gesenius (Ency. Vonr Ersch und Gruber, art. Babylon, Thes vii. P. 24) admite que los babilonios no ten�an el gusto correcto en estos asuntos. "Las ruinas", dice �l, "son imponentes por su colosal grandeza, no por su belleza; todos los adornos son �speros y b�rbaros ". Los babilonios, de hecho, ten�an un gusto por lo colosal, lo grandioso, lo imponente, pero tambi�n ten�an un gusto por lo monstruoso y lo prodigioso, y una mera falta de "proporci�n" no es un argumento suficiente para demostrar que lo que se dice Aqu� no ocurri�.

VIII Pero otra objeci�n queda por notar. Bertholdt (pp. 251, 252) advierte que, si se trata de un relato verdadero, es extra�o que no se haga referencia al mismo "Daniel"; que si �l era, seg�n la representaci�n en el �ltimo cap�tulo, un alto oficial en la corte, es inexplicable que no se le mencione como preocupado en estos asuntos, y especialmente que no intervino en nombre de sus tres amigos para salvarlos . A esta objeci�n es suficiente responder

(a) que, como sugiere el propio Bertholdt (p. 287), Daniel puede haber estado ausente de la capital en este momento en alg�n negocio del estado, y en consecuencia la pregunta de si "�l" adorar�a la imagen puede no haber sido probada. Es probable, por la naturaleza del caso, que �l sea empleado en tales embajadas o que sea enviado a alguna otra parte del imperio de vez en cuando, para organizar los asuntos de las provincias, y nadie puede demostrar que fue No ausente en esta ocasi�n. De hecho, el hecho de que no se lo mencione en absoluto en la transacci�n servir�a para implicar esto; dado que, si estuviera en la corte, es de suponerse que �l mismo habr�a sido implicado, al igual que sus tres amigos. Compare Daniel 6: No era un hombre que se alejara del deber, o que rechazara cualquier m�todo apropiado para mostrar su apego a la religi�n de sus padres, o cualquier inter�s apropiado en el bienestar de sus amigos. Pero

(b) es posible que incluso si Daniel estuviera en la corte en ese momento, y no se uniera en la adoraci�n de la imagen, podr�a haber escapado del peligro. Indudablemente hab�a muchos m�s jud�os en la provincia de Babilonia que no adoraban esta imagen, pero no se present� ninguna acusaci�n formal contra ellos, y su caso no se present� ante el rey. Por alguna raz�n, la acusaci�n se hizo espec�fica contra estos tres hombres: "porque eran gobernantes en la provincia" Daniel 2:49, y siendo extranjeros, las personas que estaban debajo de ellos pudieron haber aprovechado la ocasi�n para quejarse de ellos. al rey Pero tan poco se sabe de las circunstancias, que no es posible determinar el asunto con certeza. Todo lo que hay que decir es que el hecho de que Daniel no haya estado implicado en el asunto no es prueba de que las tres personas mencionadas no lo estuvieran; que no hay evidencia de que lo que se dice de "ellos" no sea cierto porque nada se dice de Daniel ".

Secci�n II - An�lisis del Cap�tulo

Este cap�tulo, que es completo en s� mismo, o que abarca toda la narrativa relacionada con una transacci�n importante, contiene el relato de una magn�fica imagen descarada erigida por Nebuchadnezzr, y el resultado de intentar obligar a los hebreos de conciencia a adorarla. La narrativa comprende los siguientes puntos:

I. La erecci�n de la gran imagen en la llanura de Dura, Daniel 3:1.

II La dedicaci�n de la imagen en presencia de los grandes pr�ncipes y gobernadores de las provincias, los altos funcionarios del estado y una inmensa multitud de la gente, acompa�ada con m�sica solemne, Daniel 3:2.

III. La queja de ciertos caldeos que respetaban a los jud�os, de que se negaban a rendir homenaje a la imagen, record�ndole al rey que hab�a ordenado solemnemente esto a todas las personas, bajo pena de ser arrojado a un horno en llamas en caso de desobediencia, Daniel 3:8. Este cargo fue presentado particularmente contra Shadtach, Meshach y Abed-nego. Daniel escap� de la acusaci�n, por las razones que se indicar�n en las notas en Daniel 3:12. La gente com�n de los jud�os tambi�n escap�, ya que el comando se extendi� particularmente a los gobernantes.

IV. La forma en que Nabucodonosor recibi� esta acusaci�n, Daniel 3:13. Estaba lleno de ira; convoc� al acusado en su presencia; les orden� postrarse ante la imagen bajo pena de ser arrojados inmediatamente al horno de fuego.

V. La noble respuesta del acusado, Daniel 3:16. Le declararon al rey que su amenaza no los alarm�, y que no sintieron solicitud para responderle sobre el asunto Daniel 3:16; que estaban seguros de que el Dios a quien serv�an pod�a librarlos del horno y de la ira del rey Daniel 3:17; pero que aunque no lo hiciera, cualquiera que sea el problema, no podr�an servir a los dioses de los caldeos ni adorar la imagen que el rey hab�a establecido.

VI. La imposici�n del castigo amenazado, Daniel 3:19. Se orden� que el horno se calentara siete veces m�s de lo normal; fueron atados y arrojados con su vestimenta habitual; y la explosi�n del horno destruy� a los hombres que estaban empleados para realizar este servicio.

VII. Su protecci�n y preservaci�n, Daniel 3:24. El asombrado monarca que hab�a ordenado que tres hombres fueran "atados", vio a cuatro hombres caminando en medio de las llamas "sueltos"; y satisfecho ahora que ten�an un Protector Divino, asombrado por el milagro, y sin duda temiendo la ira del Ser Divino que se hab�a convertido en su protector, les orden� que salieran de repente. Los pr�ncipes, gobernadores y capitanes se reunieron y estos hombres, notablemente preservados, aparecieron ante ellos ilesos.

VIII El efecto sobre el rey, Daniel 3:28-3. Como en el caso cuando Daniel hab�a interpretado su sue�o Daniel 2, reconoci� que este era el acto del Dios verdadero, Daniel 3:28. �l emiti� una orden solemne de que el Dios que hab�a hecho esto deb�a ser honrado, ya que ning�n otro Dios podr�a entregar de esta manera, Daniel 3:29. Nuevamente los restaur� a su mando honorable sobre las provincias, Daniel 3:3.

Versículo 1

Nabucodonosor el rey hizo una imagen de oro - El momento en que hizo esto no se menciona; ni se dice en honor de qui�n, ni por qu� dise�o, se erigi� esta imagen colosal. En las traducciones griegas y �rabes, se dice que esto ocurri� en el a�o dieciocho de Nabucodonosor. Sin embargo, esto no se encuentra en el texto original, ni se sabe con qu� autoridad se afirma. Dean Prideaux (Consex. I. 222) supone que al principio fue un comentario marginal sobre la versi�n griega lo que finalmente se introdujo en el texto, y que probablemente hab�a una buena autoridad para ello. Si esta es la cuenta correcta del tiempo, el evento aqu� registrado ocurri� 587 a.C. o, seg�n la cronolog�a de Prideaux, aproximadamente diecinueve a�os despu�s de la transacci�n registrada en el cap�tulo anterior. Hales hace que la cronolog�a sea algo diferente, aunque no esencialmente. Seg�n �l, Daniel fue llevado a Babilonia 586 a.C., y la imagen se configur� 569 a.C., haciendo un intervalo desde el momento en que fue llevado a Babilonia durante diecisiete a�os; y si el sue�o Daniel 2 se explic� dentro de los tres o cuatro a�os posteriores a que Daniel fuera llevado a Babilonia, el intervalo entre eso y este hecho ser�a de unos trece o catorce a�os.

Calmet hace el cautiverio de Daniel 602 a�os antes de Cristo; la interpretaci�n del sue�o 598; y la configuraci�n de la imagen 556, haciendo un intervalo de m�s de cuarenta a�os. Es imposible determinar el tiempo con certeza; pero permitiendo el per�odo m�s corto mencionado como el intervalo entre la interpretaci�n del sue�o Daniel 2 y la erecci�n de esta estatua, el tiempo ser�a suficiente para dar cuenta del hecho de que la impresi�n causada por ese evento en el La mente de Nabucodonosor, a favor de las afirmaciones del Dios verdadero Daniel 2:46, parece haberse borrado por completo. Los dos cap�tulos, para que pueda recibirse la impresi�n correcta sobre este punto, deben leerse con el recuerdo de que tal intervalo ha transcurrido. En el momento en que Prideaux supone que ocurri� el evento aqu� registrado, Nabucodonosor acababa de regresar de terminar la guerra jud�a.

Del bot�n que hab�a tomado en esa expedici�n en Siria y Palestina, ten�a los medios en abundancia para criar una estatua tan colosal; y al final de estas conquistas, nada ser�a m�s natural que desear criar en su capital una obra de arte espl�ndida que se�alara su reinado, registrara el recuerdo de sus conquistas y aumentara la magnificencia de la ciudad. La palabra que aqu� se representa "imagen" (Caldeo ??? ts e le?m - Griego ???????? eikona), en la forma usual en hebreo, significa sombra, sombra; entonces lo que ensombrece cualquier cosa; luego una imagen de cualquier cosa, y luego un "�dolo", como la representaci�n de la deidad adorada. No es necesario suponer que era de oro s�lido, ya que la cantidad requerida para tal estructura habr�a sido inmensa, y probablemente fuera del alcance de Nabucodonosor. La presunci�n es que simplemente estaba cubierto con planchas de oro, ya que esta era la forma habitual en que se hac�an las estatuas erigidas en honor de los dioses. Ver Isa�as 40:19.

No se sabe en honor de qui�n se erigi� esta estatua. Grocio supuso que se hab�a criado en la memoria de Nabopolasar, el padre de Nabucodonosor, y observa que era costumbre erigir estatuas de esta manera en honor de los padres. Prideaux, Hales, el editor de "Pict. Biblia �, y la mayor�a de los dem�s, supongan que fue en honor a Bel, la deidad principal adorada en Babilonia. Vea las notas en Isa�as 46:1. Algunos han supuesto que era en honor del propio Nabucodonosor, y que �l se propuso adorarlo como un dios. Pero esta opini�n tiene poca probabilidad a su favor. La opini�n de que era en honor de Bel, la principal deidad del lugar, es la m�s probable, y esto deriva cierta confirmaci�n del hecho bien conocido de que una imagen magn�fica de este tipo fue, en alg�n per�odo de su reinado. , erigido por Nabucodonosor en honor a este dios, en un estilo que se corresponde con la magnificencia de la ciudad.

El relato de esto dado por Her�doto es el siguiente: �El templo de J�piter Belus, cuyas enormes puertas de lat�n a�n se pueden ver, es un edificio cuadrado, a cada lado del cual hay dos estadios. En el medio se eleva una torre, de la profundidad y la altura s�lidas de uno de los pelos; sobre el cual, descansando como sobre una base, se construyen otras siete torres menores en sucesi�n regular. El ascenso est� en el exterior; que, serpenteando desde el suelo, contin�a hasta la torre m�s alta; y en el medio de toda la estructura hay un lugar de descanso conveniente. En la �ltima torre hay una gran capilla, en la que se coloca un sof�, magn�ficamente adornado, y cerca de ella una mesa de oro macizo; pero no hay estatua en el lugar. En este templo tambi�n hay una peque�a capilla, m�s abajo en el edificio, que contiene una figura de J�piter, en una postura sentada, con una gran mesa delante de �l; Estos, con la base de la mesa y el asiento del trono, son todos del oro m�s puro, y los caldeos estiman que valen ochocientos talentos.

En el exterior de esta capilla hay dos altares; uno es de oro, el otro es de inmenso tama�o y apropiado para el sacrificio de animales adultos; aquellos que a�n no han abandonado sus presas pueden ser ofrecidos en el altar de oro. En el altar m�s grande, en el festival de aniversario en honor de su dios, los caldeos regularmente consumen incienso por la cantidad de mil talentos. Anteriormente hab�a en este templo una estatua de oro macizo de doce codos de alto; esto, sin embargo, lo menciono por la informaci�n de los caldeos, y no por mi propio conocimiento ". - Clio, 183. Diodoro Siculus, un escritor mucho m�s tarde, habla a este efecto: �De la torre de J�piter Belus, los historiadores que han hablado han dado diferentes descripciones; y este templo ahora est� completamente destruido, no podemos hablar con precisi�n respet�ndolo. Era excesivamente alto; construido con mucho cuidado; construido de ladrillo y bet�n. Semiramis coloc� en la parte superior tres estatuas de oro macizo, de J�piter, Juno y Rea. J�piter estaba erecto, en la actitud de un hombre caminando; med�a cuarenta pies de altura; y pes� mil talentos babil�nicos: Rea, que estaba sentada en un carro de oro, ten�a el mismo peso. Juno, que estaba erguido, pesaba ochocientos talentos. - B. ii.

El templo de Bel o Belus, en Babilonia, estuvo en pie hasta la �poca de Jerjes; pero a su regreso de la expedici�n griega, la demoli� en su totalidad y la arroj� a la basura, primero la saque� de sus inmensas riquezas. Entre el bot�n que sac� del templo, se mencionan varias im�genes y estatuas de oro macizo, y entre ellas la mencionada por Diodoro Siculus, como de cuarenta pies de altura. Ver Strabo, lib. 16, p. 738; Herodoto, lib. 1; Arrian �de Expe. Alex ". lib. 7, citado por Prideaux I. 240. No es muy probable que la imagen que elimin� Jerjes fuera la misma que Nabucodonosor cri� en la llanura de Dura - compare la Introducci�n a este cap�tulo, Secci�n I. VII. (un); pero el hecho de que se haya encontrado una estatua tan colosal en Babilonia puede aducirse como una corroboraci�n incidental de la probabilidad de la declaraci�n aqu�. No es imposible que Nabucodonosor haya sido guiado, como ha se�alado el editor del "Diccionario" de Calmet (Taylor, vol. Iii. P. 194), a la construcci�n de esta imagen por lo que hab�a visto en Egipto. Hab�a conquistado y devastado Egipto, pero unos a�os antes de esto, y sin duda hab�a sido golpeado con las maravillas del arte que hab�a visto all�.

Abundaban las estatuas colosales en honor de los dioses, y nada ser�a m�s natural que Nabucodonosor deseara que su capital rivalizara con todo lo que hab�a visto en Tebas. Tampoco es improbable que, mientras buscaba hacer que su imagen fuera m�s magn�fica y costosa que incluso las de Egipto, las vistas de la escultura ser�an casi las mismas, y la "figura" de la estatua podr�a tomarse prestada de lo que se hab�a visto. en Egipto. Vea las estatuas de las dos figuras colosales celebradas de Amunoph III de pie en las llanuras de Goorneh, Thebes, una de las cuales se conoce como la Vocal Memnon. Estos colosos, exclusivos de los pedestales (parcialmente enterrados), tienen cuarenta y siete pies de alto y dieciocho pies y tres pulgadas de ancho sobre los hombros, y seg�n Wilkinson son de un solo bloque y contienen aproximadamente 11,500 pies c�bicos de piedra. Est�n hechos de una piedra que no se conoce dentro del viaje de varios d�as del lugar donde se erigen. Calmet se refiere a estas estatuas, citando a Norden.

Cuya altura era de tres codos - Prideaux y otros han quedado perplejos ante las "proporciones" de la imagen aqu� representada. Prideaux dice sobre el tema (Conexiones, I. 240, 241): �En la Escritura se dice que la imagen de oro de Nabucodonosor ten�a sesenta codos, es decir, noventa pies de altura; pero esto debe entenderse con la imagen y el pedestal juntos, ya que se dice que esa imagen tiene solo seis codos de ancho o grosor, es imposible que la imagen hubiera tenido sesenta codos de alto; porque eso hace que su altura sea diez veces su anchura o grosor, que excede todas las proporciones de un hombre, sin que la altura de un hombre sea superior a seis veces su grosor, midiendo al hombre m�s delgado que vive en la cintura. Pero no se dice d�nde se midi� la amplitud de esta imagen; tal vez era de hombro a hombro; y luego la proporci�n de seis codos de ancho reducir� la altura exactamente a la medida que Diodoro ha mencionado; para la altura habitual de un hombre que mide cuatro y media de su anchura entre los hombros, si la imagen fuera de seis codos de ancho entre los hombros, seg�n esta proporci�n, debe tener veintisiete codos de alto, que es cuarenta y medio pie.

La estatua misma, por lo tanto, seg�n Prideaux, ten�a cuarenta pies de altura; el pedestal de cincuenta pies. Pero esto, dice Taylor, el editor de Calmet, es una desproporci�n de partes que, si no es absolutamente imposible, es totalmente contradictorio con todos los principios del arte, incluso del tipo m�s grosero. Para enfrentar la dificultad, el propio Taylor supone que la altura a la que se hace referencia en la descripci�n era m�s bien "proporcional" que "real"; es decir, si se hubiera erguido habr�a sido de sesenta codos, aunque la elevaci�n real en una postura sentada podr�a haber sido de poco m�s de treinta codos, o cincuenta pies. El ancho, supone, era m�s bien la profundidad o grosor medido desde el pecho hasta la espalda, que el ancho medido de hombro a hombro. Su argumento e ilustraci�n pueden verse en Calmet, vol. iii) Frag 156. Sin embargo, no es absolutamente seguro que la imagen estuviera en una posici�n sentada, y la construcci�n "natural" del pasaje es que la estatua ten�a en realidad sesenta codos de altura.

Nadie puede dudar de que pueda erigirse una imagen de esa altura; y cuando recordamos el de Rodas, que ten�a 105 pies de altura griegos (ver art. "Coloso", en "Clase. Dict." de Anthon), y el deseo de Nabucodonosor de adornar su capital de la manera m�s magn�fica. No debe considerarse improbable que se haya erigido una imagen de esta altura. �Cu�l era la altura del pedestal? Si se encontraba sobre alguno, como probablemente lo hizo, ahora es imposible saberlo. La longitud del "codo" no era la misma en todos los lugares. La longitud originalmente era la distancia entre el codo y la extremidad del dedo medio, aproximadamente dieciocho pulgadas. El codo hebreo, seg�n el obispo Cumberland y M. Pelletier, med�a veintiuna pulgadas; pero otros lo arreglan a los dieciocho a�os. - Calmet Los talmudistas dicen que el codo hebreo era m�s grande en un cuarto que el romano. Her�doto dice que el codo en Babilonia era tres dedos m�s largo que el habitual. - Clio, 178. A�n as�, no hay certeza absoluta sobre ese tema. La medida usual y probable del codo har�a que la imagen en Babilonia tuviera unos noventa pies de altura.

Y su anchura de seis codos - Aproximadamente nueve pies. Esto, por supuesto, har�a que la altura sea diez veces mayor que la anchura, lo que seg�n Prideaux es completamente contrario a las proporciones habituales de un hombre. No se sabe en qu� "parte" de la imagen se realiz� esta medici�n, o si era el grosor desde el pecho hasta la espalda, o el ancho de hombro a hombro. Si el "grosor" de la imagen aqu� se refiere a la palabra "amplitud", la proporci�n estar�a bien conservada. "El grosor de un hombre bien proporcionado", dice Scheuchzer (Knupfer Bibel, in loc.), "Medido desde el pecho hasta la espalda es una d�cima parte de su altura". Esto fue entendido como la proporci�n por Agust�n, Civi. Dei, 1. xv. C. 26. La palabra que aqu� se traduce como "amplitud" (??? p e thay) no aparece en ning�n otro lugar del Caldeo de las Escrituras, excepto en Esdras 6:3: "Que se construya la casa, la altura de los mismos de tres codos y la" amplitud "de los mismos de tres codos". Quiz�s esto se refiere m�s bien a la "profundidad" del templo de adelante hacia atr�s, como Taylor ha comentado, que a la amplitud de un lado a otro. Si lo hace, corresponder�a con la medici�n del templo de Salom�n, y no es probable que Cyrus var�e de ese plan en sus instrucciones para construir un nuevo templo. Si esa es la verdadera construcci�n, entonces el significado aqu� puede ser, como se se�al� anteriormente, que la imagen era de ese "grosor", y no se puede hacer referencia a la amplitud de hombro a hombro.

Lo instal� en la llanura de Dura - Parecer�a de esto que se instal� en una llanura abierta, y no en un templo; quiz�s no cerca de un templo. No era inusual erigir im�genes de esta manera, como lo muestra la colosal figura de Rodas. Donde estaba este llano, por supuesto, ahora es imposible determinarlo. La traducci�n griega de la palabra es ???????? Deeira - "Deeira". Jerome dice que la traducci�n de Theodotion es "Deira"; de Symmachus, Doraum; y de la Septuaginta. ?????????? peribolon, que seg�n �l puede traducirse como "vivarium vel conclusum locum". "Los int�rpretes com�nmente", dice Gesenius, "comparan Dura, una ciudad mencionada por Ammian. Marcel 25. 6, situado en el Tigris; y otro de nombre similar en Polyb. 5, 48, en el �ufrates, cerca de la desembocadura de los Chaboras ". No es necesario suponer que esto estaba en la "ciudad" de Babilonia; y, de hecho, es probable que no lo fuera, ya que la "provincia de Babilonia" sin duda abarc� m�s que la ciudad, y parece que se ha seleccionado una extensa llanura, tal vez cerca de la ciudad, como un lugar donde el monumento ser�a m�s conspicuo, y donde un mayor n�mero podr�a convocar para el homenaje que se propuso que se le mostrara.

En la provincia de Babilonia - Una de las provincias, o departamentos, que abarca la capital, en la que se dividi� el imperio, Daniel 2:48.

Versículo 2

Entonces, Nabucodonosor el rey envi� a reunir a los pr�ncipes - Ahora es dif�cil, si no imposible, determinar el significado exacto de las palabras utilizadas aqu� con referencia a los diversos oficiales designados; y no es material que deba hacerse. El sentido general es que reuni� a los grandes oficiales del reino para honrar la imagen. El objeto era indudablemente hacer que la ocasi�n fuera lo m�s magn�fica posible. Por supuesto, si estos altos oficiales se reunieran, una inmensa multitud de personas se congregar�an tambi�n. Que esto se contempl�, y que de hecho ocurri�, es evidente por Daniel 3:4, Daniel 3:7. La palabra traducida como "pr�ncipes" (?????????? 'a?chash e dar e p e naya?') ocurre solo en Daniel, en Ezra y en Esther. En Daniel 3:2, Daniel 3:27; Daniel 6:1, Daniel 6:6, se representa uniformemente "pr�ncipes"; en Esdras 8:36; Ester 3:12; Ester 8:9; Ester 9:3, se representa uniformemente como "tenientes". La palabra significa, seg�n Gesenius (Lex.), "S�trapas, los gobernadores o virreyes de las grandes provincias entre los antiguos persas, que poseen tanto poder civil como militar, y que est�n en las provincias los representantes del soberano, cuyo estado y esplendor ellos tambi�n rivalizaron ". La etimolog�a de la palabra no se conoce con certeza. La palabra persa "s�trapa" parece haber sido la base de esta palabra, con algunas ligeras modificaciones que la adaptaron al modo de pronunciaci�n de Chaldee.

Los gobernadores - ????? s??g e naya?'. Esta palabra se traduce como "gobernadores" en Daniel 2:48 (vea la nota en ese lugar) y en Daniel 3:3, Daniel 3:27; Daniel 6:7. No ocurre en otra parte. La palabra hebrea correspondiente a esto - ????? s e ga?n??ym - aparece con frecuencia y se traduce como "gobernantes" en todos los lugares excepto Isa�as 41:25, donde se representa "princes:" Esdras 9:2; Nehem�as 2:16; Nehem�as 4:14 (7); Nehem�as 5:7, Nehem�as 5:17; Nehem�as 7:5; Jeremias 51:23, Jeremias 51:28, Jeremias 51:57; Ezequiel 23:6, Ezequiel 23:12, Ezequiel 23:23, y col. Evidentemente, la oficina era inferior a la del "s�trapa" o gobernador de toda una provincia.

Y los capitanes - ????? pacha?va?ta?'. Esta palabra, donde quiera que aparezca en Daniel, se traduce como "capitanes", Daniel 3:2, Daniel 3:27; Daniel 6:7; donde sea que ocurra, se convierte en gobernador, Esdras 5:3, Esdras 5:6, Esdras 5:14; Esdras 6:6, Esdras 6:13. La palabra hebrea correspondiente a esto (??? pecha?h) aparece con frecuencia y tambi�n se traduce indiferentemente como "gobernador" o "capit�n:" 1 Reyes 10:15; 2 Cr�nicas 9:14; Esdras 8:36; 1 Reyes 20:24; Jeremias 51:23, Jeremias 51:28, Jeremias 51:57, y col. Se refiere al gobernador de una provincia menor que la satrap�a, y se aplica a los oficiales del imperio asirio, 2 Reyes 18:24; Isa�as 36:9; en el caldeo, Ezequiel 23:6, Ezequiel 23:23; Jeremias 51:23; y en persa, Ester 8:9; Ester 9:3. La palabra "capitanes" ahora no expresa con mucha precisi�n el sentido. La oficina no era exclusivamente militar, y era de un grado m�s alto que el que se denotar�a con la palabra "capit�n".

Los jueces - ???????? 'a?dar e ga?z e raya?'. Esta palabra aparece solo aqu� y en Daniel 3:3. Significa propiamente grandes o "jueces principales", compuestos de dos palabras que significan "grandeza" y "jueces". Ver Gesenius, (Lex.)

Los tesoreros - ?????? g e da?b e raya?'. Esta palabra no aparece en ning�n otro lado. La palabra ???? gizba?r, sin embargo, la misma palabra con un ligero cambio en la pronunciaci�n, aparece en Esdras 1:8; Esdras 7:21, y denota "tesorero". Se deriva de una palabra (??? ga?naz) que significa esconderse, atesorar, guardar en la tienda.

Los consejeros - ?????? d e tha?b e raya?'. Esta palabra no aparece en ning�n otro lugar, excepto en Daniel 3:3. Significa uno experto en la ley; un juez. La oficina era evidentemente inferior a la indicada por la palabra "jueces".

Los alguaciles - Un sheriff con nosotros es un oficial del condado, a quien se le conf�a la administraci�n de las leyes. En Inglaterra, el cargo es tanto judicial como ministerial. Con nosotros es meramente ministerial. El deber del sheriff es ejecutar los procesos civiles y penales en todo el condado. Tiene a su cargo la c�rcel y los prisioneros, asiste a los tribunales y mantiene la paz. No se debe suponer que el oficial al que se hace referencia en Daniel se corresponde precisamente con esto. La palabra utilizada (????? t??pta?ye?') no aparece en ning�n otro lugar. Significa, seg�n Gesenius, personas aprendidas en la ley; abogados La oficina ten�a una estrecha relaci�n con la de "Mufti" entre los �rabes, el t�rmino se deriva de la misma palabra, y propiamente significa "un hombre sabio; uno cuya respuesta es equivalente a la ley ".

Y todos los gobernantes de las provincias - El t�rmino aqu� utilizado es un t�rmino general, y se aplicar�a a cualquier tipo de oficiales o gobernantes, y probablemente est� dise�ado para abarcar todo lo que no hab�a sido especificado. El objetivo era reunir a los principales oficiales del reino. Jacchiades ha comparado a los oficiales aqu� enumerados con los oficiales principales del imperio turco, y supone que se puede encontrar una contraparte de ellos en ese imperio. Vea la comparaci�n en Grocio, in loc. Supone que los oficiales denotados por �ltima vez bajo el t�tulo de "gobernantes de las provincias" eran similares a los "Zangiahos" o "visires" turcos. Grocio supone que el t�rmino se refiere a los gobernantes de ciudades y lugares adyacentes a las ciudades, un dominio de menor extensi�n e importancia que el de los gobernantes de provincias.

Para llegar a la dedicaci�n de la imagen ... - El p�blico la distingue de los fines para los que fue erigida. Esto deb�a hacerse con m�sica solemne y en presencia de los principales oficiales del reino. Hasta que fuera dedicado al dios en cuyo honor fue erigido, no ser�a considerado como un objeto de adoraci�n. Es f�cil concebir que tal ocasi�n reunir�a a un inmenso concurso de personas, y que ser�a una de particular magnificencia.

Versículo 3

Y se pararon ante la imagen - En presencia de la imagen. Fueron elaborados, sin duda, para al mismo tiempo tener la mejor vista de la estatua y hacer la apariencia m�s imponente.

Versículo 4

Entonces un heraldo grit� en voz alta - Margen, como en Chaldee, "con fuerza". Hizo una fuerte proclamaci�n. Un "heraldo" aqu� significa un pregonero p�blico.

Para usted se le ordena - Margen, "ellos ordenaron". Literalmente, "a usted al mando" (plural); es decir, el rey ha mandado.

Oh personas, naciones e idiomas - El imperio de Babilonia estaba formado por diferentes naciones, que hablaban idiomas muy diferentes. Los representantes de estas naciones se reunieron en esta ocasi�n, y el comando se extender�a a todos. Evidentemente, no se hizo ninguna excepci�n a favor de los escr�pulos de ninguno, y la orden incluir�a tanto a los hebreos como a los dem�s. Sin embargo, debe observarse que nadie m�s que los hebreos tendr�an alg�n escr�pulo sobre el tema. Todos estaban acostumbrados a adorar �dolos, y la adoraci�n de un dios no les imped�a rendir homenaje tambi�n a otro. Concuerda con las opiniones predominantes de los id�latras de que hab�a muchos dioses; que hab�a divinidades tutelares presidiendo personas particulares; y que no era apropiado rendir homenaje al dios de ning�n pueblo o pa�s. Aunque, por lo tanto, podr�an adorar a otros dioses en sus propios pa�ses, no tendr�an escr�pulos acerca de adorar tambi�n al que Nabucodonosor hab�a establecido. A este respecto, los jud�os fueron una excepci�n. Ellos reconocieron un solo Dios; cre�an que todos los dem�s eran dioses falsos, y era una violaci�n de los principios fundamentales de su religi�n rendir homenaje a cualquier otro.

Versículo 5

Que a qu� hora escuchas el sonido de la corneta - No ser�a posible determinar con precisi�n qu� tipo de instrumentos de m�sica se denotan por las palabras utilizadas en este verso Eran, sin duda, en muchos aspectos diferentes de los que est�n en uso ahora, aunque pueden haber pertenecido a la misma clase general, y pueden haber sido construidos sustancialmente sobre los mismos principios. Se puede encontrar una investigaci�n completa sobre los tipos de instrumentos musicales que se usan entre los hebreos en los diversos tratados sobre el tema en "Thesau Ant" de Ugolin. Sacra. tom. xxxii. Compare tambi�n las notas en Isa�as 5:12. La palabra Chaldee se convirti� en �cucurucho� - ???? qar e na?' - lo mismo que la palabra hebrea ??? qeren - significa una "bocina", como e. g., de buey, ciervo, carnero. Entonces significa un instrumento musical de viento que se asemeja a una bocina, o tal vez al principio se usaron literalmente cuernos. Instrumentos similares ahora se utilizan, como la "trompa", etc.

Flauta - ????????? mash e ro?q??ytha?' . Griego, ?????????? suringos. Vulgata, fistula, tuber�a. Las palabras de Chaldee no aparecen en ning�n otro lugar, pero en este cap�tulo, Daniel 3:5, Daniel 3:7, Daniel 3:1, Daniel 3:15, y est�n en cada instancia se convirti� en "flauta". Probablemente denotaba todos los instrumentos de la clase de flauta o flauta en uso entre los babilonios. La palabra hebrea correspondiente es ???? cha?l??yl. Vea esto explicado en las notas en Isa�as 5:12. Las siguientes observaciones del Editor de la "Biblia ilustrada" explicar�n la construcci�n habitual de las antiguas tuber�as o flautas: "Las antiguas flautas eran tubos cil�ndricos, a veces de igual di�metro en todo, pero a menudo m�s anchos en el extremo que en el extremo cercano, y a veces ensanchado en ese extremo en forma de embudo, parecido a un clarionet. Siempre estaban soplados, como tubos, en un extremo, nunca transversalmente; ten�an boquillas y, a veces, tapones o tapones, pero no ten�an llaves para abrir o cerrar los agujeros m�s all� del alcance de las manos. Los agujeros variaron en n�mero en las diferentes variedades de la flauta. En su origen, sin duda, estaban hechos de ca�as o bastones simples, pero en el progreso de la mejora llegaron a ser de madera, marfil, hueso e incluso metal. A veces se hicieron en juntas, pero conectadas por una boquilla interior que generalmente era de madera. Las flautas a veces eran dobles, es decir, una persona tocaba dos instrumentos a la vez, ya sea conectados o separados; y entre los antiguos cl�sicos, el jugador de la flauta doble a menudo ten�a un vendaje de cuero sobre la boca para evitar que se le escapara la respiraci�n en las esquinas. Los antiguos egipcios usaban la flauta doble. Se pueden ver ilustraciones de la flauta o tuber�a en las notas en Isa�as 5:12. Se pueden encontrar descripciones muy completas e interesantes de los instrumentos musicales que se utilizaron entre los egipcios en "Modales y costumbres de los antiguos egipcios" de Wilkinson, vol. ii. pp. 222-327.

Arpa - En la forma del "arpa", vea las notas en Isa�as 5:12. Compare Wilkinson, como se cit� anteriormente. El arpa fue uno de los primeros instrumentos musicales inventados, G�nesis 4:21. La palabra Chaldee aqu� utilizada no es la palabra hebrea com�n para denotar el arpa (???? kinno?r), pero es una palabra que no aparece en hebreo - ?????? qayth e ro?s. Esto no ocurre en ning�n otro lugar en el Caldeo, y es manifiestamente lo mismo que el griego ??????? kithara, y el lat�n cithara, que denota un arpa. Sin embargo, no se puede determinar con certeza si los caldeos lo derivaron de los griegos o los griegos de los caldeos. Se ha hecho una objeci�n a la autenticidad del libro de Daniel, que los instrumentos aqu� mencionados eran instrumentos con nombres griegos. Ver introducci�n. a ch. Secci�n II IV. (c) (5).

Sackbut - Vulgate, Sambuca. Griego, como la Vulgata, ???????? sambuke?. Estas palabras son simplemente formas diferentes de escribir la palabra Chaldee ???? sabb e ka?'. La palabra no aparece en ning�n otro lugar excepto en este cap�tulo. Parece haber denotado un instrumento de cuerda similar a la lira o al arpa. Strabo afirma que la palabra griega ???????? sambuke?, "sambyke", es de origen b�rbaro, es decir, de origen oriental. La palabra hebrea de la cual esta palabra no se deriva incorrectamente - ??? sa?bak - significa, "entretejer, entrelazar, trenzar", como e. g., ramas; y es posible que este instrumento haya derivado su nombre del "entrelazado" de las cuerdas. Compare Gesenius en la palabra. Passow define la palabra griega ???????? sambuke?, sambuca (lat�n), que significa un instrumento de cuerda triangular que hizo las notas m�s altas; o ten�a la clave m�s alta; pero como un instrumento que, debido a la brevedad de las cuerdas, no se consideraba muy valioso y ten�a poco poder. P�rfido y Suidas lo describen como un instrumento triangular, provisto de cuerdas de longitud y grosor desiguales. Los escritores cl�sicos lo mencionan como muy antiguo y atribuyen su invenci�n a los sirios. Musonius lo describe como un sonido agudo; y tambi�n se nos dice que a menudo se usaba para acompa�ar la voz en el canto de versos de Iambic: Biblia ilustrada. Parece haber sido una especie de lira triangular o arpa.

Salterio - El Caldeo es ??????? p e sante?r??yn. Griego, ?????????? psalte?rion; Vulgata, salterio. Todas estas palabras manifiestamente tienen el mismo origen, y es debido a que esta palabra, entre otras, es de origen griego, que la autenticidad de este libro ha sido cuestionada. La palabra no aparece en ning�n otro lugar, pero en este cap�tulo, Daniel 3:5, Daniel 3:7, Daniel 3:1, Daniel 3:15. Los traductores griegos a menudo usan la palabra ?????????? psalte?rion, salterio, para ??? nebel, y ???? kinno?r; y el instrumento al que se hace referencia aqu� fue sin duda del tipo de arpa. Para el tipo de instrumento denotado por ??? nebel, vea las notas en Isa�as 5:12. Compare las ilustraciones en la imagen. Biblia en Salmo 92:3. Se ha alegado que esta palabra es de origen griego, y por lo tanto, se ha planteado una objeci�n contra la autenticidad del libro de Daniel bajo la presunci�n de que, en el per�odo temprano cuando se supone que este libro fue escrito, los instrumentos musicales griegos no hab�a sido introducido en Caldea. Para una respuesta general a esto, vea la introducci�n, secci�n I, II, (d). Cabe se�alar m�s adelante, con respecto a esta objeci�n,

(1) que no es absolutamente seguro que la palabra se deriva del griego. Ver Pareau, 1. c. pag. 424, como se cita en Hengstenberg, "Authentic des Daniel", p�g. diecis�is.

(2) No se puede demostrar que no hubiera griegos en las regiones de Caldea tan pronto como esto. De hecho, es m�s que probable que los haya. Ver Hengstenberg, p. 16, siguiente.

Nabucodonosor convoc� a esta celebraci�n a los personajes principales de todo el reino, y es probable que en tal ocasi�n se recopilen todas las formas de m�sica conocidas, ya sean de origen nacional o extranjero.

Dulcimer - ??????? su?mpo?n e ya?h . Esta palabra aparece solo aqu�, y en Daniel 3:1, Daniel 3:15. En el margen se traduce "sinfon�a" o "canto". Es lo mismo que la palabra griega ????????? sumpho?nia, "sinfon�a", y en Italia el mismo instrumento de m�sica ahora se llama por un nombre del mismo origen, zampogna, y en Asia Menor zambonja. Probablemente respondi� al hebreo ???? ? u?ga?b, traducido como "�rgano" en G�nesis 4:21; Job 21:12; Job 30:31; Salmo 150:4. Vea las notas en Job 21:12. Compare los tratados sobre instrumentos musicales hebreos inscritos schilte haggibborim in Ugolin, thesau. vol. xxxii. La palabra parece haber tenido un origen griego, y es una de esas en las que se ha basado una objeci�n contra la autenticidad del libro. Compara la introducci�n. Secci�n I. II. (C). La palabra "dulcimer" significa "dulce", y denotar�a alg�n instrumento de m�sica que se caracteriza por la dulzura de sus tonos.

Johnson (Dict.) Describe el instrumento como uno que "se toca golpeando alambres de lat�n con peque�os palos". La palabra griega denotar�a adecuadamente un concierto o armon�a de muchos instrumentos; pero la palabra aqu� se usa evidentemente para denotar un solo instrumento. Gesenius lo describe como un tubo doble con un saco; una gaita Servio (en Virg. AEn. Xi. 27) describe la "sinfon�a" como una gaita: y los escritores hebreos hablan de ella como una gaita que consiste en dos tubos empujados a trav�s de una bolsa de cuero, y que producen un sonido triste. Cabe agregar que este es el mismo nombre que la gaita llevaba entre los moros en Espa�a; y todas estas circunstancias coinciden para demostrar que este fue probablemente el instrumento previsto aqu�. �La gaita oriental moderna est� compuesta por una piel de cabra, generalmente con el pelo puesto y en forma natural, pero sin la cabeza, la cola y los pies; siendo as� de la misma forma que la utilizada por los portadores de agua. Las tuber�as son generalmente de juncos, que terminan en las puntas de los cuernos de las vacas ligeramente curvadas; todo el instrumento es primitivamente simple en sus materiales y construcci�n ". - "Pict. Biblia."

Y todo tipo de m�sica - Todos los dem�s tipos. No es probable que todos los instrumentos empleados en esa ocasi�n se hayan enumerado realmente. Solo se mencionan los principales instrumentos, y entre ellos, los que demostraron que, como los de origen extranjero, fueron empleados en la ocasi�n. Del siguiente extracto de Chardin, se ver� que la cuenta aqu� no es improbable, y que tales cosas no eran infrecuentes en el Este: �En la coronaci�n de Soliman, rey de Persia, el general de los mosqueteadores hab�a susurrado Algunos momentos en el o�do del rey, entre otras cosas de menor importancia, revelaron que tanto la m�sica alta como la suave deber�an sonar en los dos balcones en la parte superior del gran edificio que se encuentra en un extremo del palacio real, llamado "kaisarie". "O palacio imperial. No se prescindi� de ninguna naci�n, ya sean persas, indios, turcos, moscovitas, europeos u otros; que se hizo de inmediato. Y esta misma "tintamarre", o confusi�n de instrumentos, que sonaba m�s como el ruido de la guerra que la m�sica, dur� veinte d�as juntos, sin interrupci�n, o la interrupci�n de la noche; qu� n�mero de veinte d�as se observ� para responder al n�mero de a�os del joven monarca, que ten�a entonces veinte a�os de edad ", p�g. 51; citado en los "fragmentos de Dict de Calmet" de Taylor. No. 485. Se puede observar, tambi�n, que en tal conjunto de instrumentos, nada ser�a m�s probable que algunos tendr�an nombres de origen extranjero, tal vez nombres cuyo origen se encontrar�a en naciones no representadas all�. Pero si esto ocurriera, no ser�a apropiado establecer el hecho como un argumento contra la autenticidad de la historia de Sir John Chardin, y tan poco como el hecho similar revelado aqu� debe considerarse como un argumento contra la autenticidad del libro. de Daniel

Se postrar�n y adorar�n - Es decir, rendir�n "homenaje religioso". Vea estas palabras explicadas en las notas en Daniel 2:46. Esto muestra que si esta imagen fue erigida en honor de Belus o de Nabopolassar, fue dise�ada para que �l, en cuyo honor fue erigido, fuera adorado como un dios.

Versículo 6

Y el que no se cae y adora - El orden en este vers�culo parece ser tir�nico, y es contrario a todas nuestras nociones de libertad de opini�n religiosa y culto. Pero fue mucho en el esp�ritu de esa �poca, y de hecho de casi todas las edades. Fue un acto para hacer cumplir la uniformidad en la religi�n por la autoridad del magistrado civil, y para asegurarla mediante penas amenazadas. Sin embargo, debe observarse que el mandato en ese momento no ser�a considerado como duro y opresivo por los fieles "paganos", y podr�a cumplirse de manera consistente con sus puntos de vista, sin infringir sus nociones de libertad religiosa. Seg�n sus puntos de vista, el homenaje rendido a un dios no entraba en conflicto con ning�n honor debido a otro, y aunque deb�an adorar a esta divinidad, eso no ser�a una prohibici�n de adorar a ning�n otro. Tambi�n estaba de acuerdo con todos los puntos de vista del paganismo que se deb�a rendir todo el honor apropiado al dios o dioses particulares que cualquier pueblo adoraba.

Las naciones reunidas aqu� lo considerar�an como ning�n deshonor mostrado a la deidad particular a la que adoraban para rendir homenaje al dios adorado por Nabucodonosor, ya que este mandato no implicaba ninguna prohibici�n de adorar a otro dios. Fue solo con respecto a aquellos que sostuvieron que solo hay un Dios, y que todo homenaje a cualquier otro es moralmente incorrecto, que este mandato ser�a opresivo. En consecuencia, la venganza contemplada cay� solo en los jud�os, todos, de todas las dem�s naciones, que se reunieron, cumpliendo con el comando sin dudarlo. Violaba el principio de "no" que sosten�an para rendir el homenaje que se reclamaba, porque aunque ten�an sus propios dioses tutelares a quienes adoraban, supon�an que lo mismo era cierto para todas las dem�s personas, y que "sus" dioses ten�an el mismo derecho a el respeto; pero violaba "todos" los principios seg�n los cuales el jud�o actuaba, porque cre�a que solo hab�a un Dios gobernando sobre todas las naciones, y que el homenaje a cualquier otro era moralmente incorrecto. Comp�rese con Hengstenberg, "Authentie des Daniel", p�gs. 83, 84.

Ser� la misma hora - Esto concuerda con el car�cter general de un d�spota oriental acostumbrado a imponer la obediencia impl�cita por el proceso m�s sumario, y es totalmente conforme a todo personaje de Nabucodonosor. Parecer�a de esto, que hab�a una aprensi�n que algunas de las multitudes reunidas se negar�an a obedecer la orden. Si hubo alg�n "dise�o" para hacer que esto sea dif�cil para los jud�os, es imposible determinarlo ahora. La palabra que aqu� se representa "hora" (????? sha? e ta?) probablemente sea de ???? sha??a?h - "mirar;" y denota adecuadamente una mirada, una mirada a los ojos, y luego el "tiempo" de tal mirada: un momento, un instante. No se refiere a "una hora", tal como la entendemos nosotros, sino que significa "al instante, inmediatamente", tan r�pido como la mirada. La palabra no se encuentra en hebreo, y aparece en Caldeo solo en Daniel 3:6, Daniel 3:15; Daniel 4:19, Daniel 4:33 ( Daniel 4:16, Daniel 4:3); Daniel 5:5, en cada caso traducido como "hora". Sin embargo, no se puede inferir nada de esto con respecto a la divisi�n del tiempo entre los caldeos en "horas", aunque Her�doto dice que los griegos recibieron la divisi�n del d�a en doce partes de ellos. - Lib. ii., c. 109

Ser arrojado en medio de un horno de fuego ardiendo - La palabra aqu� traducida como "horno" (???? 'attu?n) se deriva de (??? t e nan), "fumar"; y se puede aplicar a cualquier especie de horno u horno grande. No denota el uso al que se aplicaba com�nmente el horno, ni la forma de su construcci�n. Cualquier horno para quemar cal, si luego se quemara cal, o para quemar ladrillos, si se quemaran, o para fundir mineral, corresponder�a con el significado de la palabra. Tampoco se dice si el horno mencionado ser�a uno que se construir�a para la ocasi�n, o uno de uso com�n para alg�n otro prop�sito. El editor de Calmet (Taylor) supone que el "horno" al que se hace referencia aqu� era m�s bien un fuego encendido en el patio abierto de un templo, como un lugar apartado para quemar m�rtires, que un horno cerrado de ladrillo. Ver Cal. "Dict". vol. iv. pag. 330, siguiendo. La representaci�n m�s obvia, sin embargo, es que se trataba de un lugar cerrado, en el que la intensidad del fuego podr�a aumentar considerablemente. Tal modo de castigo no es infrecuente en el Este. Chardin (vi. P. 118), despu�s de hablar de los modos comunes de infligir el castigo de la muerte en Persia, comenta que "hay otros modos de infligir el castigo de la muerte a aquellos que han violado las leyes policiales, especialmente aquellos que han contribuido a producir escasez de alimentos, o que han usado pesos falsos, o que han ignorado las leyes que respetan los impuestos. Los cocineros �, dice �l,� se fijaron en los asadores y se asaron a fuego lento (comp�rese Jeremias 29:22), y los panaderos fueron arrojados a un horno en llamas. En el a�o 1668, cuando la hambruna estaba en su apogeo, vi en la residencia real de Ispahan que uno de estos hornos ard�a para aterrorizar a los panaderos y evitar que aprovecharan la escasez para aumentar sus ganancias ". Ver Rosenmuller, �Alte u. neue Morgenland, in loc ".

Versículo 7

Todas las personas, las naciones y los idiomas se cayeron ... - Todos excepto los jud�os. Se hace una excepci�n expresa con respecto a ellos en los siguientes vers�culos, y no parece que ninguno de ellos estuviera presente en esta ocasi�n. Parecer�a que solo los "oficiales" hab�an sido convocados para estar presentes, y no es improbable que todo el resto de la naci�n jud�a se ausentara.

Versículo 8

Por lo tanto, en ese momento ciertos caldeos se acercaron y acusaron a los jud�os - No parece que acusaron a los jud�os en general, pero particularmente a Sadrac, Mesac y Abednego , Daniel 3:12. Estuvieron presentes en la ocasi�n, siendo convocados con los otros oficiales del reino Daniel 3:2, pero no pudieron unirse en la adoraci�n id�latra. Se ha dicho con frecuencia que todo fue arreglado, ya sea por el propio rey o por instigaci�n de sus enemigos, con el fin de involucrar a los jud�os en dificultades, sabiendo que no pod�an cumplir concienzudamente el mandato de adora la imagen. Pero nada de este tipo aparece en la narraci�n misma. No parece que los jud�os fueran impopulares, o que hubiera menos disposici�n para mostrarles su favor que a cualquier otro extranjero. De hecho, los hab�an elevado a altos cargos, pero no hay evidencia de que se les haya conferido ning�n cargo que no se consider� apropiado conferir a los extranjeros; ni hay evidencia de que en el desempe�o de los deberes de la oficina hayan dado ocasi�n a una acusaci�n justa. La explicaci�n simple es que el rey configur� la imagen para otros fines y sin un dise�o malicioso hacia ellos; que cuando fueron convocados para estar presentes con los otros oficiales del reino en la dedicaci�n de la imagen, obedecieron el comando; pero que cuando se emiti� la orden de rendir "homenaje religioso" al �dolo, todos los principios de su religi�n se rebelaron y se negaron. Por las razones probables por las que Daniel no se incluy� en el n�mero, vea la nota en Daniel 3:12.

Versículo 9

Oh rey, vive para siempre - Una forma habitual de dirigirse a un monarca, lo que implica que la larga vida fue considerada como una bendici�n eminente. Vea las notas en Daniel 2:4.

Versículos 10-11

T�, oh rey, has hecho un decreto ... - Ver Daniel 3:4. Como el decreto inclu�a a "todos los hombres" que escuchaban el sonido de la m�sica, por supuesto abarcaba a los jud�os, sin importar los escr�pulos religiosos que pudieran tener. Sin embargo, no se sabe con certeza si sus escr�pulos se conoc�an en ese momento; o si hubieran sido considerados si se hubieran conocido, no es m�s seguro.

Versículo 12

Hay ciertos jud�os a quienes has puesto sobre los asuntos de la provincia de Babilonia, Sadrac, Mesac y Abed-nego - Daniel 2:49 . Es bastante notable que el nombre de Daniel no aparezca en el registro de esta transacci�n, y que no parece haber estado involucrado en la dificultad. Por qu� no fue ahora no se puede saber con certeza. Podemos estar seguros de que no se unir� a la adoraci�n del �dolo, y sin embargo, parece que, como Nabucodonosor hab�a convocado a todos los altos oficiales del reino para estar presentes Daniel 3:2, debe haber sido convocado tambi�n. La conjetura de Prideaux (Con. I. 222) no es improbable, que ocup� un lugar de tanta influencia y autoridad, y disfrut� en tan alto grado del favor del rey, que no creyeron prudente comenzar con �l. , pero prefiri� al principio presentar la acusaci�n contra oficiales subordinados. Si fueron condenados y castigados, la coherencia podr�a requerir que �l tambi�n sea castigado. Si �l hubiera estado involucrado al principio en la acusaci�n, su alto rango y su favor con el rey podr�an haberlos excluido a todos del castigo. Sin embargo, es posible que Daniel estuvo ausente con motivo de la dedicaci�n de la imagen. Debe recordarse que tal vez hayan transcurrido unos dieciocho a�os desde que se produjo la transacci�n mencionada en Daniel 2 (v�anse las notas en Daniel 3:1), y Daniel pudo haber sido empleado en alg�n remoto parte del imperio en los negocios p�blicos. Compare Introducci�n al cap�tulo, Secci�n I. VIII.

Estos hombres, oh rey, no te han considerado - Margen, "no tengas en cuenta". Literalmente, "no te han puesto el decreto"; es decir, no lo han contado; No le han prestado atenci�n.

No sirven a tus dioses - Quiz�s se infiri� del hecho de que no rendir�an homenaje religioso a "este" �dolo, que no sirvieron a los dioses en todo lo que fue reconocido por el rey; o posiblemente esto puede haberse sabido por lo que hab�a ocurrido antes. Puede haberse entendido bien en Babilonia, que los hebreos adoraban a Jehov� solamente. Ahora, sin embargo, se hab�a producido un caso que era un caso de "prueba", si rendir�an homenaje a los �dolos adorados en Babilonia. Al negarse a adorar al �dolo, parec�a agravar mucho la ofensa, e hizo que la acusaci�n fuera mucho m�s grave, que no reconoc�an a "ninguno" de los dioses que fueron adorados en Babilonia. Era f�cil, por lo tanto, persuadir al rey de que se hab�an puesto en contra de las leyes fundamentales del reino.

Versículo 13

Entonces Nabucodonosor, en su ira y furia - La palabra traducida como "furia" significa "ira". Todo lo que aprendemos de este monarca muestra que era un hombre de pasiones violentas y que se excitaba f�cilmente, aunque tambi�n era susceptible de profundas impresiones sobre temas religiosos. Hab�a mucho aqu� para despertar su ira. Su orden de adorar la imagen fue positiva. Se extendi� a todos los que fueron convocados a su dedicaci�n. Su negativa fue un acto de desobediencia positiva, y parec�a necesario que las leyes fueran reivindicadas. Como hombre y monarca, por lo tanto, no era antinatural que la ira del soberano se encendiera as�.

Se le orden� traer a Shadrach ... - Es notable que no orden� que los mataran de inmediato, como lo hicieron los magos que no pod�an interpretar su sue�o , Daniel 2:12. Esto muestra que a�n respetaba a estos hombres y que estaba dispuesto a escuchar lo que pod�an decir en su defensa. Es apropiado, tambi�n, reconocer la providencia de Dios al inclinarlo a este curso, que su noble respuesta a su pregunta pueda quedar registrada, y que se pueda desarrollar todo el poder del principio religioso.

Versículo 14

Nabucodonosor habl� y les dijo: �Es cierto - Margen, "de prop�sito;" es decir, �has hecho esto intencionalmente? Wintle hace esto, "�Es insultante?" Jacchiades dice que la palabra se usa para denotar admiraci�n o asombro, como si el rey no pudiera creer que fuera posible que pudieran ignorar una orden tan simple, cuando la desobediencia se acompa�aba de tal amenaza. De Dieu lo traduce: "�Es una broma?" Es decir, �puedes ser serio o serio para desobedecer una orden tan positiva? Aben Ezra, Theodotion y Sandias lo interpretan como est� al margen: "�Has hecho esto con un prop�sito y dise�o determinados?" como si el rey hubiera considerado posible que hubiera habido un malentendido, y como si no estuviera dispuesto a descubrir que pod�an disculparse por su conducta. La palabra Chaldee (??? ts e da?') no aparece en ning�n otro lugar. Lo representa Gesenius, "prop�sito, dise�o". Es decir, "�Es a prop�sito?" La palabra hebrea correspondiente (??? tsa?da?h) significa "estar al acecho, desviar", �xodo 21:13; 1 Samuel 24:11, (12). Compare N�meros 35:2, N�meros 35:22. El verdadero significado parece ser: "�Es tu" prop�sito determinado "no adorar a mis dioses? �Te has decidido deliberadamente a esto y quieres cumplir con esta resoluci�n? Que este es el significado es evidente por el hecho de que inmediatamente propone probarlos en el punto, d�ndoles la oportunidad de cumplir con su mandato de adorar la imagen si lo desean, o de mostrar si finalmente se resolvi� no hacerlo. eso.

�No serv�s a mis dioses? - Fue uno de los cargos contra ellos que no lo hicieron, Daniel 3:12.

Versículo 15

Ahora, si est� listo, eso a qu� hora ... - En el mismo momento; en el mismo instante Parecer�a probable a partir de esto que las ceremonias de la consagraci�n de la imagen se prolongaron durante un per�odo considerable, de modo que todav�a ten�an la oportunidad de unirse en el servicio si lo hicieran. La suposici�n de que dichos servicios continuar�an durante varios d�as es totalmente probable y concuerda con lo que era habitual en ocasiones festivas. Es notable que el rey estaba dispuesto a darles otra prueba, para ver si estaban dispuestos o no a adorar la imagen dorada. A esto podr�a haberle llevado la aprensi�n de que no hab�an entendido la orden, o que no hab�an considerado debidamente el tema; y posiblemente por respeto a ellos como oficiales fieles y a su compatriota Daniel. Parece, adem�s, haber estado en el seno de este monarca, con todo su orgullo y pasi�n, una disposici�n para hacer justicia y para brindar la oportunidad de un juicio justo antes de proceder a las extremidades. Consulte Daniel 2:16, Daniel 2:26, Daniel 2:46,

�Y qui�n es ese Dios que te librar� de mis manos? - Es decir, o supon�a que el Dios a quien adoraban no ser�a "capaz" de liberarlos, o que no estar�a "dispuesto" a hacerlo. Era una jactancia de Senaquerib, cuando pele� contra los jud�os, que ninguno de los dioses de las naciones que hab�a conquistado hab�a podido rescatar las tierras que presid�an, y argument� desde estas premisas que el Dios a quien los hebreos los adorados no podr�an defender su pa�s: ��Alguno de los dioses de las naciones libr� su tierra de la mano del rey de Asiria? �D�nde est�n los dioses de Hamath y de Arphad? �D�nde est�n los dioses de Sefarvaim? �Y han librado a Samaria de mi mano? �Qui�nes son ellos entre todos los dioses de estas tierras, que han librado su tierra de mi mano, para que el Se�or libere a Jerusal�n de mi mano? Isa�as 36:18-2. Nabucodonosor parece haber razonado de manera similar, y con un grado de jactancia vana que se parec�a mucho a esto, llamando su atenci�n sobre la destrucci�n segura que les esperaba si no cumpl�an con su demanda.

Versículo 16

Shadrach, Meshach y Abed-nego respondieron y le dijeron al rey - Parecen haber respondido r�pidamente y sin dudar, demostrando que hab�an considerado cuidadosamente el tema , y que con ellos se trataba de un principio establecido e inteligente. Pero lo hicieron de manera respetuosa, aunque fueron firmes. No vilipendiaron al monarca ni a sus dioses. No usaron palabras de reproche con respecto a la imagen que hab�a creado, ni a ninguno de los �dolos que adoraba. Tampoco se quejaron de su injusticia o severidad. Observaron con calma su propio deber y resolvieron hacerlo, dejando las consecuencias al Dios a quien adoraban.

No tenemos cuidado de responderte en este asunto - La palabra se convirti� en "cuidadosa" (???? cha?shach ) significa, seg�n Gesenius, "ser necesario" o "necesario"; entonces, "tener necesidad". La Vulgata lo traduce como "nos no portuarios", no nos corresponde; No es necesario para nosotros. Entonces el griego, ?? ? ??????? ???????? ou chreian echomen - no tenemos necesidad. Entonces Luther, Es ist Nicht noth, no hay necesidad. Por lo tanto, el significado es que no era "necesario" que respondieran al rey sobre ese punto; no se dar�an problemas ni solicitud para hacerlo. Hab�an tomado una decisi�n y, cualquiera que fuera el resultado, no pod�an adorar la imagen que �l hab�a creado, o los dioses a quienes adoraba. Sintieron que no hab�a necesidad de declarar las razones por las que no pod�an hacer esto. Quiz�s pensaron que ese argumento en su caso era inapropiado. Se convirti� en ellos para cumplir con su deber y dejar el evento con Dios. No ten�an necesidad de reivindicar ampliamente su conducta, ya que podr�a presumirse que sus principios de conducta eran bien conocidos. El estado mental, por lo tanto, que se indica en este pasaje, es que sus mentes estaban hechas; que sus principios fueron establecidos y bien entendidos; que hab�an llegado a la determinaci�n deliberada, como una cuesti�n de conciencia, de no rendir obediencia a la orden; que el resultado no puede ser modificado por ninguna declaraci�n que puedan hacer, o por cualquier argumento en el caso; y que, por lo tanto, no estaban ansiosos por el resultado, sino que tranquilamente confiaron toda la causa a Dios.

Versículo 17

Si es as� - Chaldee, ???? ?? he?n '??ythay - "as� es". Es decir, "esto es cierto, que el Dios a quien servimos puede salvarnos". La idea no es, como parece en nuestra traducci�n, "si vamos a ser arrojados al horno", sino que la mente se centra en el hecho de que el Dios a quien sirvieron podr�a salvarlos. Coverdale presenta todo este pasaje: �Oh Nabucodonosor, no debemos consentirte en este asunto, �por qu�? nuestro Dios a quien servimos puede mantenernos ", etc.

Nuestro Dios, a quien servimos - Griego, "nuestro Dios en los cielos, a quien servimos". Esta fue una declaraci�n clara de que eran los sirvientes del Dios verdadero, y no se avergonzaron de decirlo, cualesquiera que fueran las consecuencias.

Es capaz de liberarnos del horno de fuego en llamas - Esto se dijo evidentemente en respuesta a la pregunta formulada por el rey Daniel 3:15, " �Qui�n es ese Dios que te librar� de mis manos? Estaban seguros de que el Dios a quien adoraban pod�a, si �l decid�a hacerlo, salvarlos de la muerte. De qu� manera supusieron que podr�a salvarlos no se expresa. Probablemente no se les ocurri� que �l los salvar�a de la manera en que realmente lo hizo, pero sintieron que estaba completamente en su poder evitarles una muerte tan horrible si lo deseaba. El estado mental indicado en este vers�culo es el de "confianza total en Dios". Su respuesta mostr�

(a) que no ten�an ninguna duda de su "capacidad" para salvarlos si lo deseaba;

(b) que cre�an que har�a lo mejor en el caso; y

(c) que estaban totalmente dispuestos a entregar todo el caso en sus manos para deshacerse de �l como �l quisiera. Compare Isa�as 43:2.

Versículo 18

Pero si no - Es decir, "si �l" no "nos entregue; si "no" ocurriera que �l nos proteger�a y nos salvar�a de ese horno caliente: cualquiera que sea el resultado con respecto a nosotros, nuestra determinaci�n est� resuelta ".

S� sabido por ti, oh rey, que no serviremos a tus dioses ... - Esta respuesta es firme y noble. Demostr� que sus mentes estaban decididas, y que era una cuesti�n de "principio" no adorar a dioses falsos. El estado mental que se denota en este vers�culo es el de la determinaci�n de cumplir con su deber, cualesquiera que sean las consecuencias. La atenci�n se fij� en lo que era "correcto", no en lo que ser�a el resultado. La �nica pregunta que se hizo fue: �qu� "deber�a" hacerse en el caso? y no les preocupaba lo que seguir�a. La verdadera religi�n es un prop�sito determinado para hacer lo correcto, y no hacer lo malo, cualesquiera que sean las consecuencias en cualquier caso. No importa lo que sigue: riqueza o pobreza; honor o deshonra; buen informe o mal informe; Vida o muerte; la mente est� firmemente fijada en hacer lo correcto y no en hacer lo malo. Esta es "la religi�n del principio"; y cuando consideramos las circunstancias de quienes hicieron esta respuesta; cuando recordamos su comparativa juventud, y las pocas oportunidades que tuvieron para la instrucci�n en la naturaleza de la religi�n, y que fueron cautivos en una tierra lejana, y que se presentaron ante el monarca m�s absoluto de la tierra, sin amigos poderosos para apoyarlos, y con el tipo m�s horrible de muerte amenaz�ndolos, bien podemos admirar la gracia de ese Dios que podr�a proporcionarlos tan ampliamente para tal prueba, y amar esa religi�n que les permiti� tomar una posici�n tan noble y audaz .

Versículo 19

Entonces Nabucodonosor estaba lleno de furia - Margen, "lleno". Estaba extremadamente enfurecido. Evidentemente, no estaba preparado para una postura tan firme y decidida por su parte, y no apreciaba sus motivos, ni estaba dispuesto a cederles el privilegio y el derecho de seguir sus honestas convicciones. Estaba profundamente emocionado de ira cuando se hizo la queja de que no adorar�an a sus dioses Daniel 3:13, pero hab�a esperado que posiblemente no hubieran entendido su orden, y que lo que hab�an hecho no hubiera sido por prop�sito deliberado (las notas en Daniel 3:14); y, por lo tanto, les hab�a dado la oportunidad de reconsiderar el tema y, al cumplir con su voluntad, salvarse del castigo amenazado. Ahora ve�a, sin embargo, que lo que hab�an hecho se hab�a hecho deliberadamente. Vio que se negaban firme e inteligentemente a obedecer, y suponiendo que ahora no solo se rebelaban contra sus "�rdenes", sino que ignoraban y despreciaban incluso su "tolerancia" Daniel 3:15, no es maravilloso que Estaba lleno de ira. Lo que estaba con ellos fij� el "principio", probablemente lo consider� una mera obstinaci�n, y decidi� castigarlos en consecuencia.

Y cambi� la forma de su rostro - Como la cara generalmente es cuando los hombres se excitan de ira. Podemos suponer que hasta este punto hab�a demostrado dominio propio; "Posiblemente" puede haber mostrado algo como ternura o compasi�n. Estaba indispuesto a castigarlos, y esperaba que lo salvaran de la necesidad de cumplir sus �rdenes. Ahora vio que toda esperanza de esto era vana, y dio rienda suelta a sus sentimientos de ira.

Habl� y orden� que calentaran el horno una siete veces m�s de lo que sol�a calentar - Chaldee, "De lo que se ve que se calienta;" es decir, de lo que nunca se vio. La palabra "siete" aqu� es un n�mero perfecto, y el significado es que deber�an hacerlo lo m�s caliente posible. Probablemente no pens� que con esta orden estaba contribuyendo a acortar y reducir sus sufrimientos. Los hombres malvados, que se oponen violentamente a la religi�n, a menudo exageran el asunto y, por su prisa e impetuosidad, derrotan el fin que tienen a la vista e incluso promueven la causa que desean destruir.

Versículo 20

Y orden� a los hombres m�s poderosos que estaban en su ej�rcito - Margen, "poderoso de fuerza". Chaldee: "Y a los hombres poderosos, hombres poderosos y fuertes que estaban en su ej�rcito, dijo". Emple� a los hombres m�s fuertes que se pod�an encontrar para este prop�sito.

Versículo 21

Entonces estos hombres fueron atados en sus abrigos - Fueron capturados tal como estaban. No se les dio tiempo para la preparaci�n; No se hizo ning�n cambio en su vestido. En "autos-da-fe" de �pocas posteriores, ha sido habitual agrupar a aquellos que iban a sufrir con un vestido peculiar, indicativo del hecho de que eran herejes y de que merec�an la llama. Aqu�, sin embargo, la ira del rey fue tan grande que no se permiti� ning�n retraso para tal prop�sito, y procedieron a ejecutar la sentencia sobre ellos tal como estaban. Sin embargo, el hecho de que fueran arrojados al horno solo hizo que el milagro fuera m�s visible, ya que ni siquiera sus prendas se vieron afectadas por el fuego. La palabra traducida como "abrigos" est� en el margen traducido como "mantos". La palabra Chaldee (?????? sarba?l??yn) significa, seg�n Gesenius, los pantalones largos y anchos que usan los orientales, desde ???? sarbe?l, para cubrir. La palabra griega utilizada en la traducci�n se deriva de esto - ????????? sarabara - y la palabra ??????????? sarbarides sigue siendo utilizado en griego moderno. La palabra Chaldee se usa solo en este cap�tulo. La Vulgata representa esto, cum braccis suis, de ah� la palabra "calzones" y "brogues". La prenda mencionada, por lo tanto, parece ser m�s bien la que cubr�a la parte inferior de su persona que un abrigo o un manto.

Su hosen - Esta palabra fue dise�ada evidentemente por nuestros traductores para denotar cajones o pantalones, no medias, porque ese era el significado com�n de la palabra cuando la traducci�n era hecho. No es probable que la palabra est� dise�ada para denotar "medias", ya que no se usan com�nmente en el Este. Harmer supone que la palabra aqu� utilizada significa propiamente "un martillo", y que la referencia es a un martillo que se llev� como s�mbolo de oficio, y se refiere, en ilustraci�n de esto, a las placas de Sir John Chardin de las tallas encontradas en el ruinas de Pers�polis, entre las cuales se representa a un hombre con un martillo o mazo en cada mano. Supone que esto era alg�n s�mbolo de cargo. Sin embargo, la representaci�n m�s com�n y justa es considerar esto como una referencia a una prenda de vestir. La palabra Chaldee (????? pat?t???ysh) es de ???? pa?t?ash, romper, martillar (???????? patasso?); expandirse, expandirse; y el sustantivo significa

(1) un martillo; Isa�as 41:7; Jeremias 23:29; Jeremias 50:23; y

(2) una prenda, probablemente con la idea de que est� "extendida", y tal vez se refiera a una t�nica o prenda interior.

Compare Gesenius en la palabra. El griego es, ???????? tiarais, y entonces la Vulgata latina, tiaris: el tiara, o cubriendo el cabeza, turbante La referencia probable, sin embargo, es la ropa interior usada por los orientales; la t�nica, no se parece un poco a una camisa con nosotros.

Y sus sombreros - Margen o "turbantes". La palabra Chaldee (????? karb e la?') est� representada por el manto de Gesenius, pallium. Entonces, la versi�n llamada la Biblia "Breeches", la convierte en "clokes". Coverdale lo convierte en "zapatos", por lo que la Vulgata, calceamentis, sandalias; y el griego, ????????????? perikne?misin, chicharrones o una prenda que encierra las extremidades inferiores; pantalones. Ciertamente no hay ninguna raz�n para traducir la palabra "sombreros", ya que los sombreros eran desconocidos; ni hay evidencia de que se refiera a un turbante. Buxtorf ("Chaldee Lex") lo considera como una prenda, particularmente una prenda exterior, una capa, y esta es probablemente la idea correcta. Entonces deber�amos tener en estas tres palabras las principales prendas de vestir en las que aparecen los orientales, como se muestra en el grabado anterior, y de las ruinas de Pers�polis: los pantalones grandes y sueltos; la t�nica o prenda interior; y la prenda exterior, o capa, que com�nmente se arrojaba sobre todo.

Y sus otras prendas - Lo que sea que llevaran puesto, ya sea turbante, cintur�n, sandalias, etc.

Versículo 22

Por lo tanto, debido a que el mandamiento del rey era urgente - Margen, como en Chaldee, "palabra". El significado es que el rey no admitir�a ninguna demora; inst� a la ejecuci�n de su voluntad, incluso ante el peligro inminente de aquellos a quienes se les confi� la ejecuci�n de su comando.

Y el horno muy caliente - Probablemente para enviar la llama tan lejos como para hacer peligroso el acercamiento. La urgencia del rey no admitir�a ning�n acuerdo, incluso si hubiera habido alguno, por el cual el enfoque ser�a seguro.

La llama del fuego mat� a esos hombres - Margen, como en Chaldee, "chispa". El significado es, lo que arroj� el fuego: el fuego, el calor. Nada puede ser m�s probable que esto. Era necesario acercarse a la boca del horno para arrojarlos, y es muy concebible que un horno caliente expulse esas llamas o arroje una cantidad de calor tal que esto no podr�a hacerse pero a riesgo de la vida. La palabra Chaldee traducida como "matanza" aqu�, significa "asesinado". No significa simplemente que fueron vencidos por el calor, sino que en realidad murieron. Exponer a estos hombres as� a la muerte fue un acto de gran crueldad, pero debemos recordar cu�n absoluto es el car�cter de un d�spota oriental, y cu�nto enfureci� a este rey, y cu�n independiente ser�a un hombre de cualquier efecto sobre los dem�s. en la ejecuci�n de su propia voluntad.

Versículo 23

Y estos tres hombres - cayeron atados ... - Es decir, la llama no afloj� los cordones por los que se hab�an sujetado. El hecho de que se los viera caer en el horno "atados" hizo que el milagro fuera m�s notable de que se los viera caminando sueltos en medio del fuego.

En la Vulgata Septuaginta, Sir�aca, �rabe y Latina, siguen en este lugar sesenta y ocho versos, que contienen "La canci�n de los tres santos ni�os". Esto no est� en el Chaldee, y su origen es desconocido. Se coloca con toda propiedad en los ap�crifos, ya que no forma parte del canon inspirado. Con algunas cosas que son improbables y absurdas, la "canci�n" contiene muchas cosas que son hermosas, y eso ser�a muy apropiado si se hubiera pronunciado una canci�n en el horno.

Versículo 24

Entonces, Nabucodonosor el rey se sorprendi� - La palabra "asombrado", que aparece varias veces en nuestra traducci�n Esdras 9:3; Job 17:8; Job 18:2; Ezequiel 4:17; Daniel 3:24; Daniel 4:19; Daniel 5:9, es otra forma de "asombro", y expresa asombro o asombro. Las razones de la maravilla aqu� fueron que los hombres que fueron atados cuando fueron arrojados al horno fueron vistos vivos y caminando sin ataduras; que a ellos se les agreg� una cuarta persona, caminando con ellos; y que el cuarto ten�a la apariencia de un personaje Divino. Parecer�a de esto, que el horno estaba hecho de tal manera que uno pod�a verlo c�modamente, y tambi�n que el rey permanec�a cerca de �l para presenciar el resultado de la ejecuci�n de su propia orden.

Y se levant� apresuradamente - Expresar�a naturalmente su sorpresa a sus consejeros, y pedir�a una explicaci�n del notable hecho que presenci�. "Y habl�, y dijo a sus consejeros". Margen, "gobernadores". La palabra utilizada aqu� (?????? hadda?b e r??yn) solo aparece aqu� y en Daniel 3:27; Daniel 4:36; Daniel 6:7. Se presta "consejeros" en cada caso. La Vulgata lo convierte en "optimatibus"; la Septuaginta, ??????????? megistasin - sus nobles u hombres distinguidos. La palabra parecer�a significar aquellos que estaban autorizados a "hablar" (de ??? da?bar); es decir, aquellos autorizados para dar consejo; ministros de estado, visires, consejeros del gabinete.

�No echamos a tres hombres atados ... - El �nfasis aqu� est� en las palabras "tres" y "atados". Ahora era una cuesti�n de asombro que hubiera "cuatro" y que todos estuvieran "sueltos". No se debe suponer que Nabucodonosor ten�a alguna duda sobre este tema, o que su recuerdo le hab�a fallado tan pronto, pero esta forma de presentar el tema se adopta para fijar la atenci�n en el hecho de que estaba a punto de llamar su atenci�n, y lo cual fue para �l una gran sorpresa.

Versículo 25

Respondi� y dijo: He aqu�, veo a cuatro hombres sueltos - Por el hecho de que vio a estos hombres ahora sueltos, y que esto lo llen� de tanta sorpresa, se puede suponer que hab�an sido atados con algo que no era combustible, con alg�n tipo de grilletes o cadenas. En ese caso, ser�a una sorpresa que estuvieran "sueltos", aunque pudieran sobrevivir a la acci�n del fuego. Es evidente que el "cuarto" personaje, ahora tan misteriosamente agregado a su n�mero, asumi� la apariencia de un "hombre" y no la apariencia de un ser celestial, aunque era el aspecto de un hombre tan noble y majestuoso que merec�a ser llamado hijo de Dios.

Caminando en medio del fuego - El horno, por lo tanto, era grande, de modo que los que estaban en �l pod�an caminar. La visi�n debe haber sido sublime; y es una bella imagen de los hijos de Dios que a menudo caminan ilesos en medio de los peligros, a salvo bajo la protecci�n divina.

Y no tienen da�o - Margen, "No hay da�o en ellos". Caminan ilesos en medio de las llamas. Por supuesto, el rey juzg� esto solo por las apariencias, pero el resultado Daniel 3:27 mostr� que realmente era as�.

Y la forma del cuarto - Chaldee, (??? re?ve?h) - "su apariencia" (de ??? ra?'a?h - "para ver"); es decir, �l "parec�a" ser un hijo de Dios; �l "parec�a" como un hijo de Dios. La palabra no se refiere a nada especial o peculiar en su "forma" o "figura", pero se supone que denota algo que era noble o majestuoso en su semblante; algo en su semblante y comportamiento que lo declaraba de origen celestial.

Como el hijo de Dios - Hay dos preguntas que surgen con respecto a esta expresi�n: una es, �cu�l fue la idea denotada por la frase utilizada por el rey? o qui�n tom� este personaje para ser? el otro, �qui�n era en realidad? Con respecto a la investigaci�n anterior, se puede observar que no hay evidencia de que el rey se haya referido a aquel a quien este t�tulo se aplica con tanta frecuencia en el Nuevo Testamento, el Se�or Jesucristo. Esto es claro

(1) porque no hay ninguna raz�n para creer que el rey ten�a "ning�n" conocimiento de lo que hubiera en la tierra a quien se le pudiera otorgar este t�tulo;

(2) no hay evidencia de que el t�tulo fuera com�nmente dado al Mes�as por los jud�os, o, si lo fuera, que el rey de Babilonia estaba tan versado en la teolog�a jud�a como para conocerlo; y

(3) el lenguaje que utiliza no implica necesariamente que, incluso "si" estuviera familiarizado con el hecho de que exist�a la expectativa de que tal ser aparecer�a en la tierra, lo dise�� para usarlo.

La inserci�n del art�culo "the", que no est� en el Chaldee, da una impresi�n diferente de lo que el original interpretar�a literalmente. No hay nada en el Caldeo que lo limite a "cualquier" "hijo de Dios", o que designe a alguien a quien ese t�rmino pueda aplicarse seg�n lo previsto. Parecer�a probable que nuestros traductores tuvieran la intenci�n de transmitir la idea de que "" el "Hijo de Dios" ten�a la intenci�n particular, y sin duda consideraron esto como una de sus apariciones a los hombres antes de su encarnaci�n; pero est� claro que tal concepci�n no entr� en la mente del rey de Babilonia. El Chaldee es simplemente, ????????? ??? da?me?h l e bar 'e?la?h??yn -" como a un hijo de Dios "o a un hijo de los dioses - ya que la palabra ????? 'e?la?h??yn (Chaldee ), o ????? 'e?loh??ym (hebreo), aunque a menudo, y de hecho generalmente se aplica al Dios verdadero, est� en el n�mero plural, y en la boca de un pagano ser�a ser usado para denotar a los dioses que adoraba.

El art�culo no tiene el prefijo de la palabra "hijo", y el lenguaje se aplicar�a a cualquiera que pueda ser llamado hijo de Dios. La Vulgata lo ha traducido literalmente, "como a un hijo de Dios" - similis filio Dei; el griego de la misma manera - ??????? ?????? ????? homoia huio? theou; el sir�aco es como el caldeo; Castellio lo traduce, quartus formam habet Deo nati similem - "el cuarto tiene una forma que se asemeja a un nacido de Dios;" Coverdale "el cuarto es como un �ngel para mirar"; Lutero, m�s definitivamente, und der vierte ist gleich, als ware er ein Sohn der Gotter - "y el cuarto como si pudiera ser" un "hijo de los dioses". Est� claro que los autores de ninguna de las otras versiones ten�an la idea de que nuestros traductores supon�an ser transmitidos por el texto, y que implica que el monarca babil�nico "supuso" que la persona a la que vio era la que encarn� despu�s. Nuestra redenci�n.

De acuerdo con el uso com�n y conocido de la palabra "hijo" en los idiomas hebreo y caldeo, denotar�a a cualquiera que tuviera un "parecido" con otro, y se aplicar�a a cualquier ser que tuviera una apariencia majestuosa o digna , y quien parec�a digno de ser clasificado entre los dioses. Era habitual entre los paganos suponer que los dioses a menudo aparec�an en forma humana, y probablemente Nabucodonosor consideraba esto como una apariencia celestial. Si se supone que �l lo consideraba como una manifestaci�n relacionada con la forma de religi�n "hebrea", lo m�s que probablemente se le ocurrir�a ser�a que se trataba de un "angelical" apareciendo ahora para la protecci�n de estos adoradores de Jehov�. . Pero surge una segunda consulta, y una que no es tan f�cil de responder, con respecto a este misterioso personaje. �Qui�n de hecho "fue" este ser que apareci� en el horno para la protecci�n de estos tres hombres perseguidos?

�Era un �ngel, o era la segunda persona de la Trinidad, "el" Hijo de Dios? Que este era el Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad, que luego se encarn�, ha sido una opini�n bastante com�n de los expositores. As� lo sostuvieron Tertuliano, Agust�n y Hilario, entre los padres; y as� lo han mantenido Gill, Clarius y otros, entre los modernos. De aquellos que han sostenido que era Cristo, algunos han supuesto que Nabucodonosor se hab�a familiarizado con la creencia de los hebreos con respecto al Mes�as; otros, que habl� bajo la influencia del Esp�ritu Santo, sin ser plenamente consciente de lo que importaban sus palabras, como Caif�s, Saulo, Pilato y otros. - "Sinopsis" de Poole Los escritores jud�os Jarchi, Saadias y Jacchiades suponen que era un �ngel, llamado hijo de Dios, de acuerdo con la costumbre habitual en las Escrituras. Que esta �ltima es la opini�n correcta, parecer� evidente, aunque no puede haber certeza exacta, a partir de las siguientes consideraciones:

(1) El lenguaje utilizado implica necesariamente nada m�s. Aunque "podr�a" ser aplicable al Mes�as, la segunda persona de la Trinidad, si se pudiera determinar por otras fuentes que era �l, no hay nada en el lenguaje que necesariamente sugiera esto.

(2) En la explicaci�n del asunto por el propio Nabucodonosor Daniel 3:28, entendi� que era un �ngel: "Bendito sea el Dios de Sadrac, etc.," que envi� a su �ngel "", etc. Esto muestra que no hab�a tenido otro punto de vista sobre el tema, y ??que no ten�a mayor conocimiento en el caso que suponer que era un �ngel de Dios. El conocimiento de la existencia de los �ngeles era tan com�n entre los antiguos, que no es improbable suponer que Nabucodonosor estaba suficientemente instruido en este punto para saber que fueron enviados para la protecci�n del bien.

(3) La creencia de que era un �ngel concuerda con lo que encontramos en otras partes de este libro (compare Daniel 6:22; Daniel 7:1; Daniel 9:21), y en otros lugares en las Sagradas Escrituras, respetando su empleo para proteger y defender a los hijos de Dios. Compare Salmo 34:7; Salmo 91:11; Mateo 18:1; Lucas 16:22; Hebreos 1:14.

(4) Se puede agregar, que no se debe suponer que fue el Hijo de Dios en el sentido peculiar de ese t�rmino sin evidencia positiva, y dicha evidencia no existe. De hecho, apenas existe la probabilidad de que fuera as�. Si el Redentor apareci� en esta ocasi�n, no se puede explicar por qu�, en un caso igualmente importante y peligroso, no se le apareci� a Daniel cuando fue arrojado al foso de los leones Daniel 6:22; y como Daniel atribuy� su liberaci�n a la intervenci�n de un �ngel, hay muchas razones por las que se debe dar la misma explicaci�n de este pasaje. En cuanto a la probabilidad de que un �ngel sea empleado en una ocasi�n como esta, se puede observar que est� de acuerdo con la representaci�n uniforme de las Escrituras y con lo que sabemos que es una gran ley del universo. Los d�biles, los d�biles y los que est�n en peligro est�n protegidos por aquellos que son fuertes; y, en s� mismo, no hay m�s improbabilidad en la suposici�n de que un "�ngel" ser�a empleado para hacer un milagro que un "hombre".

No debemos suponer que el �ngel pudo evitar el efecto habitual del fuego con cualquier fuerza natural propia. El milagro en este caso, como todos los otros milagros, fue realizado por el poder de Dios. Al mismo tiempo, la presencia del �ngel ser�a una promesa de la protecci�n divina; ser�a una garant�a de que el efecto producido no fue de ninguna causa natural; proporcionar�a una explicaci�n f�cil de un hecho tan notable; y, tal vez m�s que todo, impresionar�a al monarca babil�nico y su corte con algunas visiones justas de la naturaleza divina y con la verdad de la religi�n que profesaron aquellos a quienes hab�a arrojado a las llamas. En cuanto a la probabilidad de que se produzca un milagro en una ocasi�n como esta, puede observarse que apenas podr�a concebirse una ocasi�n m�s apropiada para hacer un milagro. En un momento en que la verdadera religi�n fue perseguida; en la corte del monarca pagano m�s poderoso del mundo; Cuando el templo de Jerusal�n fue destruido, y se apagaron los incendios en los altares, y el pueblo de Dios se exili� en una tierra lejana, nada era m�s probable que Dios le diera a su pueblo algunas muestras manifiestas de su presencia. y alguna confirmaci�n sorprendente de la verdad de su religi�n.

Quiz�s nunca ha habido una ocasi�n en la que debamos esperar con mayor certeza las evidencias de la interposici�n divina que durante el exilio de su pueblo en Babilonia; y durante su largo cautiverio all� no es f�cil concebir una ocasi�n en la que sea m�s probable que ocurra tal interposici�n que cuando, en presencia del monarca y su corte, tres j�venes de eminente devoci�n a la causa de Dios fueron arrojados a un horno en llamas, "porque" se negaron firmemente a deshonrarlo.

Versículo 26

Entonces Nabucodonosor se acerc� a la boca ... - Margen, "puerta". La palabra Chaldee significa puerta, puerta, entrada. La "forma" del horno es desconocida. Sin embargo, hab�a un lugar a trav�s del cual se echaba el combustible, y esto sin duda se entiende por la palabra "puerta" o "boca" aqu� utilizada.

Ustedes siervos del Dios m�s alto - Hab�an profesado ser sus sirvientes; Ahora vio que eran reconocidos como tales. La frase "Dios supremo" implica que lo consideraba supremo sobre todos los dem�s dioses, aunque es probable que a�n conservara su creencia en la existencia de divinidades inferiores. Sin embargo, fue mucho para asegurar el reconocimiento del monarca de la capital del mundo pagano, que el Dios a quien adoraban era supremo. La frase "Dios m�s elevado" no se usa a menudo en las Escrituras, pero en todos los casos se usa como una denominaci�n del Dios verdadero.

Ven y ven aqu� - Las "razones" que parecen haber influido en este monarca singular para recordar la sentencia que se les impuso y para intentar castigarlas Adem�s, parece haber sido, que ten�a algunos restos de conciencia; que estaba acostumbrado a respetar lo que "�l" consideraba Dios; y que ahora vio evidencia de que un Dios "verdadero" estaba all�.

Versículo 27

Y los pr�ncipes, gobernadores y capitanes - Notas, Daniel 3:3.

Y los consejeros del rey - Notas, Daniel 3:24.

Al estar reunidos, vimos a estos hombres - No pod�a haber ning�n error sobre la realidad del milagro. Salieron cuando fueron echados. No podr�a haber habido ning�n truco, ni arte, ni legerdemain, por el cual pudieran haber sido preservados y restaurados. Si los hechos ocurrieron como se declaran aqu�, entonces no puede haber ninguna duda de que esto fue un verdadero milagro.

Sobre cuyos cuerpos el fuego no ten�a poder - Es decir, se evit� el poder habitual del fuego sobre el cuerpo humano.

Tampoco se chamusc� un pelo de su cabeza - Eso que probablemente habr�a quemado. El dise�o es para mostrar que el fuego no hab�a producido absolutamente ning�n efecto sobre ellos.

Tampoco se cambiaron sus capas - En la palabra "capas", vea las notas en Daniel 3:21. La palabra "cambiado" significa que no hubo cambios causados ??por el fuego ni en su color ni en su textura.

Ni el olor a fuego los hab�a transmitido - El fuego no hab�a producido el menor efecto; ni siquiera para ocasionar el olor causado por el fuego cuando la tela se chamusca o se quema. Quiz�s, sin embargo, se hab�a utilizado azufre o brea para calentar el horno; y la idea puede ser, que su preservaci�n hab�a sido tan completa, que ni siquiera se pod�a percibir el olor a humo causado por esos combustibles.

Versículo 28

Entonces Nabucodonosor habl�, y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac ... - Sobre la caracter�stica de la mente as� manifestada por este monarca, vea las notas y comentarios pr�cticos en Daniel 2:46.

Qui�n envi� a su �ngel - Esto prueba que el rey consideraba a este misterioso cuarto personaje como un �ngel, y que us� la frase Daniel 3:25 "Es como el hijo de Dios" solo en ese sentido. Hemos visto que un �ngel debe ser empleado en una embajada de este tipo, de acuerdo con las declaraciones actuales de las Escrituras. Compara "Excursus I." al Prof. Stuart "sobre el Apocalipsis". Ver tambi�n Lucas 1:11-2, Lucas 1:26; Mateo 1:20; Mateo 2:13, Mateo 2:19-2; Mateo 4:11; Mateo 18:1; Hechos 12:7; Gen 32: 1-2 ; 2 Reyes 6:17; �xodo 14:19; �xodo 23:2; �xodo 33:2; N�meros 20:16; Josu� 5:13; Isa�as 63:9; Daniel 10:5, Daniel 10:20; Daniel 12:1.

Y ha cambiado la palabra del rey - Es decir, su prop�sito o comando. Su conducta, y la protecci�n Divina como consecuencia de su conducta, hab�an tenido el efecto de cambiar completamente su prop�sito hacia ellos. Hab�a resuelto destruirlos; ahora resolvi� honrarlos. El monarca se refiere a esto como un resultado notable, como lo fue en realidad: que un d�spota oriental, que hab�a resuelto el castigo de cualquiera de sus s�bditos, deber�a cambiar por completo sus prop�sitos hacia ellos.

Y cedieron sus cuerpos - El griego agrega aqu� ???? ???? eis pur - "Al fuego". Entonces el �rabe. Este es sin duda el sentido del pasaje. El significado es que, en lugar de hacer un payaso para adorar a dioses que ellos consideraban que no eran dioses; en lugar de violar sus conciencias y hacer lo malo, hab�an preferido ser arrojados a las llamas, comprometi�ndose a la protecci�n de Dios. Aqu� se da a entender que lo hab�an hecho voluntariamente y que f�cilmente lo habr�an evitado si hubieran elegido obedecer al rey. Les hab�a dado tiempo para deliberar sobre el tema Daniel 3:14, y sab�a que hab�an decidido seguir el curso que hicieron por principio, sin importar cu�les podr�an ser los resultados Daniel 3:16. Esta fuerza de principio, esta obediencia a los dictados de la conciencia, esta determinaci�n de no hacer nada malo ante cualquier peligro, no pod�a sino respetarla; y esta es una instancia notable para demostrar que un curso firme y constante en hacer lo correcto exigir� el respeto de incluso los hombres malvados. Este monarca, con todo su orgullo, arrogancia y tiran�a, ten�a no pocas cualidades generosas, y algunas de las mejores ilustraciones de la naturaleza humana fueron proporcionadas por �l.

Para que no sirvan ni adoren a ning�n dios, excepto a su propio Dios - Entregaron sus cuerpos a la llama en lugar de hacerlo.

Versículo 29

Por lo tanto, hago un decreto - Margen, "Yo hago un decreto". Chaldee: "Y de m� se emite un decreto". Esta palabra Chaldee (??? t? e ?e?m) significa, adecuadamente, "sabor, sabor;" luego "juicio", el poder de "discernir", aparentemente como aquel que puede juzgar el "vino", etc., por el gusto; luego la sentencia, el decreto que es consecuencia de un acto de juzgar, siempre conservando la idea de que la determinaci�n o el decreto se basa en una concepci�n de los verdaderos m�ritos del caso. El decreto en este caso no fue dise�ado para ser considerado como arbitrario, sino como basado en lo que era correcto y apropiado. Hab�a visto evidencia de que el Dios a quien estos tres j�venes adoraban era un Dios verdadero y pod�a proteger a quienes confiaban en �l; y al considerarlo como un Dios real, hizo esta proclamaci�n, que se le debe mostrar respeto en todo su reino extendido.

Que cada pueblo, naci�n e idioma - Este decreto est� de acuerdo con el estilo habitual de un monarca oriental. Sin embargo, fue un hecho que el imperio de Nabucodonosor se extendi� por casi todo el mundo conocido.

Que dicen algo mal - Margen, "error". La palabra Chaldee (???? sha?luh) significa "error, error", y se refiere aqu� a cualquier cosa que sea adecuada para desviar las mentes de los hombres con respecto a lo verdadero car�cter del Dios a quien estas personas adoraban. La Vulgata lo convierte en "blasfemia". As� tambi�n se representa en griego, ??????????? blasphe?mian. La intenci�n era que su Dios fuera reconocido como un Dios de poder y rango eminentes. No parece que Nabucodonosor quisiera decir que deber�a ser considerado como el "�nico" Dios verdadero, pero estaba dispuesto, de acuerdo con las nociones prevalecientes de idolatr�a, a tomar su lugar entre los dioses y el lugar m�s honrado.

Se cortar� en pedazos - Margen, "hecho". Esta era una especie de castigo que era com�n en muchas naciones antiguas. - Gesenius.

Y sus casas se convertir�n en un basurero - Compare 2 Reyes 10:27. La idea es que la mayor deshonra y desprecio posible se debe colocar en sus casas, dedic�ndolos a los usos m�s viles y ofensivos.

Porque no hay otro dios que pueda entregar despu�s de este tipo - �l no dice que no hab�a otro dios en absoluto, porque su mente a�n no hab�a llegado a este conclusi�n, pero no hab�a otro que tuviera el mismo poder que el Dios de los hebreos. Hab�a visto una manifestaci�n de su poder en la preservaci�n de los tres hebreos, como ning�n otro dios hab�a exhibido, y estaba dispuesto a admitir que a este respecto super� a todas las dem�s divinidades.

Versículo 30

Entonces el rey promovi� a Sadrac ... - Margen, "hecho para prosperar". El Chaldee no significa m�s que "hecho para prosperar". Ya sea que los haya restaurado a sus lugares anteriores, o a honores superiores, no aparece. Sin embargo, no habr�a nada inconsistente con su curso habitual al suponer que los elev� a estaciones m�s exaltadas.

En la provincia de Babilonia - Vea las notas en Daniel 2:49. Los griegos y los �rabes agregan aqu�: "Y los consider� dignos de presidir sobre todos los jud�os que estaban en su reino". Pero nada de esto se encuentra en el Chaldee, y no se sabe qui�n hizo esta adici�n.

En la Vulgata y las versiones griegas, y en algunas de las ediciones cr�ticas de las Escrituras hebreas (Walton, Hahn, etc.), los tres primeros versos del siguiente cap�tulo est�n unidos a esto. Es bien sabido que las divisiones de los cap�tulos no tienen autoridad, pero est� claro que estos vers�culos pertenecen m�s apropiadamente al siguiente cap�tulo que a este, ya que la raz�n asignada por el monarca para la proclamaci�n es lo que se le ocurri� a s� mismo Daniel 3:2, en lugar de lo que hab�a presenciado en otros. La divisi�n, por lo tanto, que se hace en nuestra versi�n com�n de la Biblia, y en el sir�aco y el �rabe, es la correcta.

Observaciones pr�cticas

I. La instancia registrada en este cap�tulo Daniel 3:1 no es improbablemente el primer caso que haya ocurrido en el mundo de un intento de producir "conformidad" en la adoraci�n id�latra por ley penal. Sin embargo, se ha imitado abundantemente desde entonces, tanto en el mundo pagano como en el mundo nominalmente cristiano. No hay porciones de la historia m�s interesantes que las que describen el progreso de la libertad religiosa; los diversos pasos que se han tomado para alcanzar el resultado al que ahora se ha llegado, y para establecer los principios que ahora se consideran los verdaderos. Entre los puntos de vista que anteriormente estaban entretenidos, y que todav�a est�n entretenidos en muchos pa�ses, y los que constituyen las nociones protestantes sobre el tema, existe una diferencia mayor que la que existe, en lo que respecta a los derechos civiles, entre los puntos de vista que prevalecen bajo un El despotismo oriental y las nociones m�s ampliadas e ilustradas de la libertad civil. Las opiniones que han prevalecido sobre el tema son las siguientes:

1. La doctrina "general" entre los paganos ha sido que hab�a muchos dioses en el cielo y la tierra, y que todos ten�an derecho a la reverencia. Se supon�a que una naci�n ten�a el derecho de adorar a sus propios dioses tan bien como otra, y se consideraba como al menos un acto de cortes�a para mostrar respeto a los dioses que cualquier naci�n adoraba, de la misma manera que se mostrar�a respeto a ellos. los soberanos que los presidieron. Por lo tanto, los dioses de todas las naciones podr�an ser introducidos constantemente en el Pante�n de Roma; por lo tanto, hubo pocos intentos de "hacer proselitismo" entre los paganos; y por lo tanto, no era com�n "perseguir" a quienes adoraban a otros dioses. La persecuci�n de los id�latras "por" aquellos que eran id�latras era, por lo tanto, rara vez conocida entre los paganos, y la "tolerancia" no era contraria a los puntos de vista que prevalec�an, siempre que los dioses del pa�s fueran reconocidos. En la antigua Caldea, Asiria, Grecia y Roma, en las edades m�s tempranas, la persecuci�n era rara, y la tolerancia de otras formas de religi�n era habitual.

2. Los puntos de vista que han prevalecido que conducen a la persecuci�n, y que son una violaci�n, como suponemos, de todas las nociones justas de libertad en materia de religi�n, son los siguientes:

(a) Aquellos entre los paganos que, como en el caso de Nabucodonosor, requieren "todos" para adorar a un dios en particular que debe establecerse. En tal caso, est� claro que, si bien todos los que eran "id�latras" y que supon�an que "todos" los dioses adorados por los dem�s deb�an ser respetados, pod�an rendir homenaje; Tambi�n est� claro que aquellos que consideraban a "todos" los �dolos como dioses falsos, y cre�an que "ninguno" de ellos deb�a ser adorado, "no" pod�an cumplir con el mandato. Tal fue el caso de los jud�os que estaban en Babilonia Daniel 3:8, por suponer que solo hab�a un Dios, estaba claro que no pod�an rendir homenaje a ning�n otro. Mientras, por lo tanto, cada id�latra podr�a rendir homenaje a "cualquier" �dolo, el hebreo podr�a rendir homenaje a "ninguno".

(b) Los puntos de vista entre los paganos que "proh�ben" el ejercicio de cierto tipo de religi�n. Seg�n los puntos de vista predominantes, no se pod�a tolerar ning�n modo de religi�n que mantuviera que "todos" los dioses que eran adorados eran falsos. Se supon�a que la religi�n se identificaba con los mejores intereses del estado, y era reconocida por las leyes y protegida por las leyes. Negar el reclamo, por lo tanto, de cualquiera y de todos los dioses que fueron adorados; mantener que todos eran falsos por igual; llamar a los hombres a abandonar sus �dolos y abrazar una nueva religi�n: todo esto se consider� como un ataque contra el estado. Esta fue la actitud que asumi� el cristianismo hacia las religiones del imperio romano, y fue la que condujo a las feroces persecuciones que prevalecieron all�. Si bien Roma pod�a tolerar constantemente cualquier forma de idolatr�a que reconociera la religi�n establecida por el estado, no pod�a tolerar un sistema que mantuviera que "toda" idolatr�a estaba mal. Permitir�a colocar a otro dios en el Pante�n, pero no pod�a reconocer un sistema que eliminar�a a cada dios de ese templo. El cristianismo, entonces, hizo la guerra al sistema de idolatr�a que prevaleci� en el imperio romano en dos aspectos: al proclamar una religi�n "m�s pura", al denunciar todas las corrupciones que la idolatr�a hab�a engendrado, y que contrarrestaba; y al negar por completo que los dioses que se adoraban eran dioses verdaderos, actuando as� contra las leyes, el sacerdocio, las instituciones venerables y todas las pasiones y prejuicios de la gente. Estos puntos de vista pueden resumirse as�:

(aa) todos los dioses adorados por otros deb�an ser reconocidos;

(bb) podr�an introducirse nuevos por autoridad del estado;

(cc) los dioses que el estado aprob� y reconoci� deb�an ser honrados por todos;

(dd) si alguna persona negara su existencia y sus reclamos de homenaje, ser�an tratados como enemigos del estado.

Fue sobre este �ltimo principio que las persecuciones surgieron bajo las formas paganas de la religi�n. Los infieles, de hecho, se han acostumbrado a acusar al cristianismo de todas las persecuciones por motivos de religi�n, y a hablar en t�rminos elevados de "la tolerancia moderada de los antiguos paganos"; de "la tolerancia universal del polite�smo"; de "los pr�ncipes romanos contemplando sin preocupaci�n mil formas de religi�n que subsisten en paz bajo su suave influencia". - Gibbon Pero debe recordarse que las naciones paganas exig�an a cada ciudadano la conformidad con sus idolatr�as nacionales. Cuando esto fue rechazado, la persecuci�n surgi� como algo natural. Stilpo fue desterrado de Atenas por afirmar que la estatua de Minerva en la ciudadela no era divinidad, sino solo obra del cincel de Fidias. Prot�goras recibi� un castigo similar por esta oraci�n: "Ya sea que haya dioses o no, no tengo nada que ofrecer". Prodicus, y su alumno S�crates, sufrieron la muerte por opiniones en desacuerdo con la idolatr�a establecida de Atenas. Alcib�ades y Esquilo escaparon por un extremo similar por una causa similar. Cicer�n lo establece como un principio de legislaci�n totalmente conforme a las leyes del estado romano, que "ning�n hombre tendr� dioses separados para s� mismo; y ning�n hombre adorar� por s� mismo a dioses nuevos o extranjeros, a menos que hayan sido p�blicamente reconocidos por las leyes del estado ". - "De Legibus", ii. 8. Julius Paulus, el civil romano, da lo siguiente como una caracter�stica principal de la ley romana: "Aquellos que introdujeron nuevas religiones, o aquellas que eran desconocidas en su tendencia y naturaleza, por las cuales las mentes de los hombres podr�an estar agitadas, fueron degradados, si pertenec�an a los rangos m�s altos, y si estaban en un estado inferior, ser�an castigados con la muerte ". Ver las "Conferencias sobre las evidencias del cristianismo" de M�Ilvaine, p�gs. 427-429.

(c) Los intentos realizados para producir conformidad en pa�ses donde ha prevalecido el sistema "cristiano". En tales pa�ses, como entre los paganos, se ha supuesto que la religi�n es un auxiliar importante para los prop�sitos del estado, y que es apropiado que el estado no solo "proteja", sino que "la regule". Ha reclamado el derecho, por lo tanto, de prescribir la forma de religi�n que prevalecer�; exigir conformidad con eso y castigar a todos los que no se conformaron con el modo establecido de adoraci�n. Este intento de producir conformidad ha llevado a la mayor�a de las persecuciones de los tiempos modernos.

3. Los principios que han sido resueltos por las discusiones y agitaciones de tiempos pasados, y que se reconocen en todos los pa�ses donde hay puntos de vista justos sobre la libertad religiosa, y que est�n destinados a ser universalmente reconocidos, son los siguientes:

(a) Debe haber, sobre el tema de la religi�n, la libertad perfecta para adorar a Dios de la manera m�s acorde con los puntos de vista del individuo, siempre que al hacerlo no interfiera con los derechos o perturbe adoraci�n de los dem�s. No se trata simplemente de que los hombres sean "tolerados" en el ejercicio de su religi�n, ya que la palabra "tolerar" parecer�a implicar que el estado ten�a cierto derecho de control en el asunto, sino que la verdadera palabra para expresar la idea es "libertad."

(b) El estado debe "proteger" a todos en el disfrute de estos derechos iguales. Su "autoridad" no va m�s all� de esto; su "deber" exige esto. Estos dos principios comprenden todo lo que se requiere sobre el tema de la libertad religiosa. Han estado en nuestro mundo, sin embargo, principios de lento crecimiento. Eran desconocidos en Grecia, porque S�crates muri� porque no se les entend�a; eran desconocidos en Roma, porque el estado reclamaba el poder de determinar qu� dioses deber�an ser admitidos en el Pante�n; eran desconocidos incluso en Judea, porque all� se estableci� una religi�n nacional o estatal; eran desconocidos en Babilonia, porque el monarca all� reclamaba el derecho de hacer cumplir la conformidad con la religi�n nacional; eran desconocidos en Europa en la Edad Media, porque todos los horrores de la Inquisici�n surgieron del hecho de que no se entend�an; son desconocidos en Turqu�a, China y Persia, ya que el estado considera que la religi�n est� bajo su control. La doctrina de la libertad total en la religi�n, de la libertad perfecta para adorar a Dios de acuerdo con nuestros propios puntos de vista del derecho, es "el �ltimo punto que la sociedad debe alcanzar en esta direcci�n". Es imposible concebir que haya algo "m�s all�" de esto que la humanidad desee en el progreso hacia la perfecci�n de la organizaci�n social; y cuando esto se llegue a todas partes, los asuntos del mundo se colocar�n en una base permanente.

II En el esp�ritu manifestado por los tres j�venes, y la respuesta que dieron, cuando se les acusa de no adorar la imagen, y cuando se les amenaza con una muerte horrible, tenemos una hermosa ilustraci�n de la naturaleza y el valor de "la religi�n de principios". � Daniel 3:12. Para permitirnos ver la fuerza de este ejemplo, y apreciar su valor, debemos recordar que todav�a eran hombres relativamente j�venes; que eran cautivos en una tierra lejana; que no ten�an amigos poderosos en la corte; que hab�an tenido, en comparaci�n con lo que tenemos ahora, pocas ventajas de la instrucci�n; que fueron amenazados con la muerte m�s horrible; y que no ten�an nada de mundano que esperar al negarse a cumplir con los mandatos del rey. Esta instancia es valiosa para nosotros, porque no solo es importante "tener religi�n", sino "tener el mejor tipo de religi�n"; y es indudable que para que "podamos" tener esto, tales ejemplos se nos presentan en las Escrituras. Con respecto a este tipo de religi�n, hay tres preguntas que se presentar�an: �en qu� se funda? �Qu� nos llevar� a hacer? y cual es su valor?

(1) Se basa principalmente en dos cosas: una visi�n inteligente del deber y un principio fijo.

(a) Una visi�n inteligente del deber; un conocimiento de lo que est� bien y lo que est� mal. Estos j�venes hab�an tomado una decisi�n inteligente, que era correcto adorar a Dios y que estaba mal rendir homenaje a un �dolo. Esto no fue "obstinaci�n". La obstinaci�n existe cuando un hombre ha tomado una decisi�n y decide actuar, sin ninguna buena raz�n, o sin una visi�n inteligente de lo que est� bien o mal, y donde se adhiere a su prop�sito no porque sea correcto, sino por la influencia de mera "voluntad". La religi�n del principio siempre se encuentra donde hay una visi�n inteligente de lo que es correcto, y un hombre puede dar una "raz�n" para lo que hace.

(b) Esta religi�n se basa en la determinaci�n de "hacer" lo que est� bien y "no" hacer lo que est� mal. La pregunta no es qu� es conveniente, popular, honorable, lucrativo o agradable, sino qu� es lo correcto.

(2) �A qu� nos llevar� a hacer tal religi�n? Esta pregunta puede responderse con una referencia al caso que tenemos ante nosotros, y se ver� que nos llevar� a hacer tres cosas:

(a) Para hacer nuestro "deber" sin ser sol�cito o ansioso por los resultados, Daniel 3:16.

(b) Para confiar en Dios, sintiendo que si �l quiere "puede" protegernos del peligro, Daniel 3:17.

(c) Para cumplir con nuestro deber, "cualesquiera que sean las consecuencias, ya sea que nos proteja o no", Daniel 3:18,

(3) �Cu�l es el "valor" de este tipo de religi�n?

(a) Es el �nico tipo en el que existe un est�ndar fijo y seguro. Si un hombre regula sus opiniones y conducta desde la conveniencia, o desde el respeto a las opiniones de los dem�s, o desde el sentimiento, o desde los impulsos populares, no hay est�ndar; No hay nada resuelto o definitivo. Ahora una cosa es popular, ahora otra; hoy los sentimientos pueden incitar a una cosa, ma�ana a otra; en un momento la conveniencia sugerir� un curso, en otro un curso diferente.

(b) Es el �nico tipo de religi�n en la que se puede confiar. Al tratar de difundir el evangelio; para enfrentar los males que hay en el mundo; Para promover la causa de la templanza, la castidad, la libertad, la verdad y la paz, lo �nico en lo que se puede confiar permanentemente es en la religi�n de los principios. Y

(c) Es la �nica religi�n que es "ciertamente" genuina. Un hombre puede ver mucha belleza po�tica en la religi�n; �l puede tener gran parte de la religi�n del sentimiento; �l puede admirar a Dios en la grandeza de sus obras; �l puede tener sentimientos c�lidos; se enciende f�cilmente en el tema de la religi�n, e incluso puede llorar al pie de la cruz en vista de los males y los males que soport� el Salvador; puede estar impresionado con las formas, la pompa y el esplendor de la hermosa adoraci�n, y a�n no tener un arrepentimiento genuino por sus pecados, ni una fe salvadora en el Redentor.

III. Tenemos en este cap�tulo Daniel 3:19 un caso afectivo de un intento de "castigar" a los hombres por tener ciertas opiniones y por actuar de conformidad con ellas. Cuando leemos una instancia de persecuciones como esta, se nos ocurre hacer las siguientes preguntas: �Qu� es la persecuci�n? �Por qu� ha sido permitido por Dios? �Y qu� efectos han seguido de �l?

(1) �Qu� es la persecuci�n? Es el dolor infligido, o alguna p�rdida, o desventaja en persona, familia u oficina, debido a la celebraci�n de ciertas opiniones. Ha tenido "dos" objetos: uno para "castigar" a los hombres por tener ciertas opiniones, como si el perseguidor tuviera derecho a considerar esto como un delito contra el Estado; y el otro una visi�n profesa de reclamar a aquellos que est�n hechos para sufrir y salvar sus almas. Con respecto al "dolor" o "sufrimiento" involucrado en la persecuci�n, no es material qu� "tipo" de dolor se inflige para constituir persecuci�n. "Cualquier" sufrimiento corporal; cualquier privaci�n de confort; cualquier exclusi�n del cargo; cualquier retenci�n de uno al reproche p�blico; o cualquier forma de rid�culo, constituye la esencia de la persecuci�n. Se puede agregar que no pocos de los inventos m�s distinguidos por infligir dolor, y conocidos como refinamientos de crueldad, se originaron en tiempos de persecuci�n, y probablemente se habr�an desconocido si no hubiera sido con el prop�sito de restringir a los hombres. del libre ejercicio de opiniones religiosas. La Inquisici�n ha sido muy eminente en esto; y dentro de los muros de esa temida instituci�n, es probable que el ingenio humano se haya agotado al idear los modos m�s refinados de infligir tortura en el marco humano.

(2) �Por qu� se ha permitido esto? Entre las razones por las que se ha permitido pueden estar las siguientes:

(a) Mostrar el poder y la realidad de la religi�n. Parec�a deseable someterlo a "todo tipo" de juicio, con el fin de mostrar que su existencia no pod�a ser explicada, excepto en el supuesto de que es de Dios. Si los hombres nunca hubieran sido llamados a "sufrir" debido a la religi�n, habr�a sido f�cil para los enemigos de la religi�n alegar que hab�a poca evidencia de que fuera genuina o valiosa, porque nunca se hab�a probado. Compare Job 1:9. Tal como est�, ha sido sometido a "todas las formas" de juicio que los hombres malvados podr�an idear, y ha demostrado estar adaptado para enfrentarlos a todos. El trabajo de los m�rtires ha sido bien hecho; y la religi�n en los tiempos del martirio ha demostrado ser todo lo que es deseable que sea.

(b) Para promover su difusi�n en el mundo. "La sangre de los m�rtires" ha sido "la semilla de la iglesia"; y es probable que la religi�n en el pasado haya debido gran parte de su pureza y de su difusi�n al hecho de que ha sido perseguida.

(c) Adaptar a los enfermos para un lugar exaltado en el cielo. Los que han sufrido persecuci�n necesitaban pruebas, al igual que otros, porque "todos" los cristianos los necesitan, y "la suya" vino de esta forma. Algunos de los rasgos m�s encantadores del car�cter cristiano se han puesto de manifiesto en relaci�n con la persecuci�n, y algunas de las exhibiciones m�s triunfantes de preparaci�n para el cielo se han realizado en la hoguera.

(3) �Cu�les han sido los efectos de la persecuci�n?

(a) Ha sido el punto "establecido" que la religi�n cristiana no puede ser destruida por la persecuci�n. No hay poder contra �l m�s poderoso que, por ejemplo, el del imperio romano; y es imposible concebir que haya mayores refinamientos de crueldad de los que se han empleado.

(b) El efecto ha sido difundir la religi�n que ha sido perseguida. La forma en que se han soportado los sufrimientos infligidos ha demostrado que hay realidad y poder en ello. Tambi�n es una ley de la naturaleza humana "simpatizar" con los agraviados y los oprimidos, y aprendemos insensiblemente a transferir la simpat�a que tenemos por estas "personas" a sus "opiniones". Cuando vemos a alguien que est� "perjudicado", pronto encontramos nuestros corazones latiendo al un�sono con los suyos, y pronto nos encontramos tomando partido con �l en todo.

IV. Tenemos en este cap�tulo Daniel 3:24 una ilustraci�n instructiva de la "protecci�n" que Dios brinda a su pueblo en tiempos de prueba. Estos hombres fueron arrojados al horno debido a su obediencia a Dios y su negativa a hacer lo que sab�an que �l no aprobar�a. El resultado mostr�, por un milagro muy manifiesto, que ten�an raz�n en el curso que tomaron, y su conducta fue la ocasi�n de proporcionar una prueba m�s sorprendente de la sabidur�a de confiar en Dios en el cumplimiento fiel del deber, independientemente de las consecuencias. . Se proporcionaron ilustraciones similares en el caso de Daniel en la guarida de los leones Daniel 6:16, y de Peter Hechos 12:1. Pero aqu� surge una pregunta de mucho inter�s, que es: �Qu� tipo de protecci�n podemos buscar "nosotros" ahora?

(1) Hay numerosas "promesas" hechas a los justos de cada �poca y pa�s. En realidad, no son promesas de interferencia "milagrosa", pero son promesas de "una" interposici�n de alg�n tipo en su nombre, lo que mostrar� que "no es algo vano servir a Dios". Entre ellos se encuentran los registrados en los siguientes lugares: Isa�as 54:7; Mateo 5:4; Job 5:19,

(2) Con respecto al "tipo" de interposici�n que podemos buscar ahora, o la "naturaleza" de los favores implicados en estas promesas, se puede observar:

(a) Que no debemos buscar ninguna interposici�n "milagrosa" a nuestro favor.

(b) No debemos esperar que habr� en la tierra un "ajuste exacto" de los tratos Divinos de acuerdo con los desiertos de todas las personas, o de acuerdo con los principios de un gobierno moral "completado", cuando habr� un perfecto sistema de recompensas y castigos.

(c) No debemos esperar que haya recompensas manifiestas y abiertas de obediencia, y beneficios directos y constantes como resultado de la religi�n en este mundo, como para guiar a los hombres "simplemente" de ellos a servir y adorar a Dios. Si la religi�n fuera "siempre" atendida con prosperidad; Si los justos nunca fueron perseguidos, nunca fueron pobres o nunca fueron desconsolados, las multitudes ser�an inducidas a volverse religiosas, ya que muchos siguieron al Salvador, no porque vieron los milagros, sino porque comieron los panes y los peces, y fueron lleno: Juan 6:26. Si bien, por lo tanto, en la administraci�n Divina aqu� es apropiado que haya tantas y tan marcadas interposiciones a favor del bien como para demostrar que Dios es el amigo de su pueblo, "no" es correcto que as� sea. muchos de los hombres ser�an inducidos a participar en su servicio por amor a la recompensa en lugar de por el servicio en s� mismo; porque deben ser felices, m�s que porque aman la virtud. Puede esperarse, por lo tanto, que si bien el curso general de la administraci�n Divina ser� a favor de la virtud, puede haber mucho entremezclado con esto que parecer� ser de un tipo contrario; mucho que se ajustar� para "probar" la fe del pueblo de Dios, y para mostrar que aman su servicio por s� mismo.

V. Tenemos, en Daniel 3:28-3, una instancia sorprendente del efecto que producir� una adhesi�n al principio en las mentes de los hombres mundanos y malvados. Tales hombres no tienen "amor" por la religi�n, pero pueden ver que cierto curso concuerda con los puntos de vista que profesan, y que indica una alta integridad. Pueden ver que la firmeza y la consistencia son dignas de elogio y recompensa. Pueden ver, como lo hizo Nabucodonosor en este caso, que tal curso asegurar� el favor Divino, y estar�n dispuestos a honrarlo por ese motivo. Por un tiempo, un curso tortuoso puede parecer prosperar, pero al final, la fama s�lida, las altas recompensas, los honorables cargos y un recuerdo agradecido despu�s de la muerte, siguen el camino de la integridad estricta y la virtud inquebrantable.

Información bibliográfica
Barnes, Albert. "Comentario sobre Daniel 3". "Notas de Barnes sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/bnb/daniel-3.html. 1870.