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Bible Commentaries
Daniel 4

Notas de Barnes sobre toda la BibliaNotas de Barnes

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Introducción

Secci�n I - Autenticidad del Cap�tulo

Para la autenticidad de este cap�tulo, en cuanto al precedente, se han instado objeciones y dificultades, suficientes, a juicio de los objetores, para destruir su credibilidad como narrativa hist�rica. Esas objeciones, que se pueden ver extensamente en Bertholdt (pp. 70-72, 285-309), Bleek ("Theol. Zeitscrift, Drittes Heft", 268, siguiente) y Eichhorn ("Einlei". Iv. 471 , siguiente.), se relacionan principalmente con dos puntos: los derivados de la falta de pruebas hist�ricas para confirmar la narrativa, y los derivados de su supuesta improbabilidad intr�nseca.

I. Los primeros de estos, derivados de la falta de confirmaci�n hist�rica de la verdad de la narraci�n, son sumariamente los siguientes:

(1) Que los libros hist�ricos del Antiguo Testamento no dan indicios de que estas cosas notables le sucedieron a Nabucodonosor, que fue trastornado y expulsado de su trono, e hizo vivir bajo el cielo abierto con las bestias del campo, una omisi�n que , se dice, no podemos suponer que hubiera ocurrido si estas cosas hubieran sucedido, ya que los escritores hebreos, a causa de los errores que Nabucodonosor hab�a cometido a su naci�n, ciertamente se habr�an apoderado de tales hechos como una demostraci�n del desagrado Divino contra �l.

(2) No hay registro de estos eventos entre los escritores paganos de la antig�edad; Ning�n escritor entre los griegos, u otras naciones, los ha mencionado.

(3) Es igualmente notable que Josefo, en su narraci�n de la enfermedad de Nabucodonosor, no alude a ning�n conocimiento de esto entre otras naciones, y muestra que deriva su informaci�n solo de los libros sagrados de su propio pueblo.

(4) Or�genes y Jer�nimo reconocen que no pudieron encontrar bases hist�ricas para la verdad de este relato.

(5) Si estas cosas hubieran ocurrido, como se relata aqu�, no se habr�an ocultado as�, ya que el propio rey tom� todas las medidas posibles, seg�n el edicto mencionado en este cap�tulo, para darlas a conocer y hacer un registro permanente de ellos. �C�mo podr�a haber sucedido que todo el conocimiento se hubiera perdido si hubieran ocurrido as�?

(6) Si el edicto se perdi�, �c�mo se recuper� alguna vez? �Cu�ndo, d�nde y qui�n lo encontr�? Si se emiti� realmente, fue dise�ado para dar a conocer el caso en todo el imperio. �Por qu� fall� en producir ese efecto para no haber sido olvidado? Si se perdi�, �c�mo se conoci� el evento? Y si se perdi�, �c�mo podr�a haber sido recuperado y registrado por el autor de este libro? Comp�rese con Bertholdt, p�g. 298.

A estas objeciones, tal vez respondi�:

(1) Que el silencio de los libros hist�ricos del Antiguo Testamento no constituye una objeci�n fundada a lo que se dice en este cap�tulo, ya que ninguno de ellos pretende traer la historia de Nabucodonosor al final de su vida, ni a este per�odo de su vida. Los libros de Reyes y Cr�nicas mencionan su invasi�n de la tierra de Palestina y de Egipto; registran el hecho de que se llev� a los hijos de Israel a Babilonia, pero no profesan hacer ning�n registro de lo que se le ocurri� despu�s de eso, ni del final de su vida. El segundo libro de Cr�nicas cierra con un relato de la expulsi�n de los jud�os a Babilonia, y el traslado de los vasos sagrados del templo, y la quema del templo, y la destrucci�n de la ciudad, pero no relata la historia. de Nabucodonosor m�s all�, 2 Cr�nicas 36. El silencio del libro no puede, por lo tanto, alegarse como un argumento en contra de cualquier cosa que pueda decirse que ocurri� despu�s de eso. A medida que la historia se cierra all�; Como el dise�o era dar un registro de los asuntos jud�os al traslado a Babilonia, y no una historia de Nabucodonosor como tal, no hay motivo de objeci�n proporcionado por este silencio con respecto a cualquier cosa que pueda decirse que le ocurri� a Nabucodonosor. posteriormente a esto en su propio reino.

(2) Con respecto a los escritores profanos, tampoco se puede discutir nada sobre la improbabilidad de la cuenta mencionada aqu� desde su silencio sobre el tema. No es notable que en los pocos fragmentos que se encuentran en sus escritos que respetan a los reyes e imperios de Oriente, se haya omitido una ocurrencia de este tipo. La inutilidad general o la falta de valor de los escritos hist�ricos de los griegos con respecto a las naciones extranjeras, de los cuales derivamos la mayor parte de nuestro conocimiento de esas naciones, ahora es generalmente admitido, y Niebuhr y Schlosser lo mantienen expresamente (ver Hengstenberg). , "Die Authentic des Daniel", p. 101), y la mayor�a de estos escritores no hacen ninguna alusi�n a Nabucodonosor. Incluso Herodoto, que viaj� al Este y que reuni� todo lo que pudo de la historia del mundo, no menciona a ning�n conquistador tan ilustre como Nabucodonosor. �C�mo podr�a esperarse que, cuando han omitido todo aviso de sus conquistas, de los grandes eventos que tuvo lugar debajo de �l, que ejercieron un efecto tan importante en el mundo, deber�a haber habido un registro de un hecho como el mencionado en este cap�tulo? �Un hecho que parece no haber influido en las relaciones exteriores del imperio?

Es notable que Josefo, que busc� todo lo que pudo encontrar para ilustrar la literatura y la historia de los caldeos, dice (�Ant.� Bx ch. Xi. Secci�n 1) que solo pudo encontrar las siguientes �historias como todo lo que se hab�a reunido con este rey: Berosus, en el tercer libro de su historia caldea; Philostratus, en la historia de Judea y de los fenicios, que solo lo menciona con respecto a su asedio de Tiro; la historia india de Megasthenes - ???????? Indika - en la que el �nico hecho que se menciona de �l es que saque� Libia e Iberia; y la historia persa de Diocles, en la que solo hay una referencia solitaria a Nabucodonosor ". A estos agrega, en su trabajo "contra Api�n" (b. I. 20), una referencia a los "Archivos de los fenicios", en los que se dice que "conquist� Siria y Fenicia". Berosus es el �nico que pretende dar una cuenta extensa de �l.

Ver "Hormiga". si. X. ch. 11: Secci�n 1. Todas las autoridades mencionadas por Josefo, por lo tanto, excepto Berosus, pueden ser dejadas de lado, ya que no han hecho alusi�n a muchos hechos innegables en la vida de Nabucodonosor, y, por lo tanto, los eventos a los que se refiere este cap�tulo pueden han ocurrido, aunque no los han relacionado. Quedan dos autores que han notado a Nabucodonosor con mayor extensi�n, Abydenus y Berosus. Abydenus era un griego que vivi� 268 a.C. Escribi�, en griego, un relato hist�rico de los caldeos, babilonios y asirios, de los cuales Eusebins, Cyrill y Syncellus han conservado solo unos pocos fragmentos. Berosus era caldeo, y era sacerdote en el templo de Belus, en la �poca de Alejandro, y despu�s de haber aprendido el idioma griego de los macedonios, fue a Grecia y abri� una escuela de astronom�a y astrolog�a en la isla de Cos, donde sus producciones adquirieron para �l gran fama con los atenienses. Abydenus fue su alumno. Berosus escribi� tres libros relativos a la historia de los caldeos, de los cuales solo algunos fragmentos se conservan en Josefo y Eusebio. Como sacerdote de Belus, pose�a todas las ventajas que se pod�an desear para obtener un conocimiento de los caldeos, y si su trabajo hubiera sido preservado, sin duda ser�a de gran valor. Ambos escritores supuestamente derivaron su conocimiento de las tradiciones de los caldeos, y ambos deben considerarse como una buena autoridad.

Berosus es aducido por Josefo para confirmar la verdad de los registros hist�ricos en el Antiguo Testamento. Menciona, seg�n Josefo, el diluvio en el tiempo de No� y el relato del reposo del arca en una de las monta�as de Armenia. �l da un cat�logo de los descendientes de No�, y "finalmente se reduce a Nabolassar, quien era rey de Babilonia y de los caldeos". Luego menciona la expedici�n de su hijo, Nabucodonosor (Nabucodonosor), contra los egipcios; la captura de Jerusal�n; la quema del templo; y el traslado de los jud�os a Babilonia. Luego menciona la manera en que Nabucodonosor sucedi� al trono; la forma en que distribuy� a sus cautivos en varias partes de Babilonia; su adornamiento del templo de Belus; su reconstrucci�n de la ciudad vieja de Babilonia, y la construcci�n de otra ciudad al otro lado del r�o; �l agrega un nuevo palacio a lo que su padre hab�a construido; y el hecho de que este palacio se termin� en quince d�as. Despu�s de estas declaraciones respetando sus conquistas y la magnificencia de su capital, Berosus da la siguiente narrativa: "Nabucodonosor, despu�s de haber comenzado a construir el muro antes mencionado, cay� enfermo - ????????? ???? ????????????? eis arro?stian - y parti� de esta vida - ???????????? ???? ????? mete?llaxato ton bion - (una frase que significa morir, vea Passow en la palabra ??????????? metallasso?) "cuando hab�a reinado cuarenta y tres a�os, despu�s de lo cual su hijo Mal- Merodach obtuvo el reino. Josefo contra Api�n, b. 1, secci�n 20. Ahora esta narrativa es notable, y de hecho confirma la afirmaci�n de Daniel en dos aspectos:

(a) Es evidente que Berosus aqu� se refiere a alguna enfermedad en el caso de Nabucodonosor que era inusual y que probablemente precedi�, durante un tiempo considerable, su muerte. Esto se desprende del hecho de que, en el caso de los otros monarcas a los que menciona en relaci�n inmediata con esta narraci�n, no se alude a ninguna enfermedad como anterior a su muerte. Este es el caso con respecto a Neriglissar y Nabonnedus, sucesores de Nabucodonosor. Ver Jos. "Contra Ap." yo. 20. No es improbable suponer que lo que Berosus llama "enfermedad" es lo mismo que se menciona en el cap�tulo anterior. Berosus, �l mismo caldeo, podr�a no estar ansioso por declarar todos los hechos sobre un monarca de su propio pa�s tan distinguido, y podr�a no estar dispuesto a declarar todo lo que sab�a sobre su privaci�n de raz�n, y sobre la manera en que �l fue tratado y, sin embargo, lo que se le ocurri� fue tan notable y tan conocido que parec�a haber una necesidad de aludirlo de alguna manera; y esto lo hizo de la manera m�s general posible. Si este fuera su objeto, tampoco ser�a probable que mencionara el hecho de que fue restaurado nuevamente al trono. Se esforzar�a por hacer que pareciera un evento ordinario, una enfermedad que precedi� a la muerte, ya que "puede" haber sido el hecho de que nunca fue completamente restaurado hasta el punto de estar en perfecto estado de salud.

(b) Esta declaraci�n de los acuerdos de Berosus, con respecto al "tiempo", notablemente con la de Daniel. Ambos relatos coinciden en que la enfermedad ocurri� despu�s de que �l hab�a construido Babilonia, y hacia el final de su reinado.

El otro autor al que se hace referencia es Abydenus. El registro que hace lo conserva Eusebio, praep. Evang. ix. 41, y Chronicon Armenolatinum, I. p. 59, y est� en las siguientes palabras:

????? ?????? ???, ???????? ????? ?????????, ??? ???????? ????? ??? ??????????, ???????????? ????? ??????? ???, ???????????? ??? ???????? ??????? ????? ????????????????, ??? ???????????, ???? ?????????? ?????? ??????????? ?????????, ???? ????? ?????? ?????? ?????????, ??? ?? ????????? ??????? ??????????? ??????? ??????? ????????????? ?????? ??????? ?????????, ??????? ???????????? ???????? ?????????? ????????????? ???????? ??? ???????????? ?? { ??? ?????????? ??????? ??????, ??? ?????????? ????????? ??? ?????? ??? ???????? ??? ??????? ????? ?????????, ?????????? ????, ??? ????????? ??????????????, ??????????? ????????????? ??? ??? ??????? ??????? ?????????? ????????? ???? ???? ????????, ????? ?????? ???????, ?????? ?????? ??????????, ?????? ??? ?????? ????????, ???? ????????? ??????????, ???? ?? ????????? ???? ??????????? ??????? ??????????? ????? ??, ????? ???? ????? ????????? ??????, ??????? ??????????? ????????. ?? ???? ????????? ?????????? ??????????.

Meta tauta de, legetai pros Chaldaio?n, ho?s anabas epi ta basile?ia, kataschetheie? theo? hoseo? de?, phthengxamenos de eipen; ousos ego? Naboukodrosoros, o? Babulo?nioi, te?n mellousan humin proangello? sumphore?n, te?n hote Be?los emos progonos, he? te basileia Be?ltis apotrepsai Moiras peisai asthenousin; he?xei Perse?s he?mionos, toisin humeteroisi daimosi chreo?menos summachoisin; epaxei de doulosune?n; hou de? sunaitios estai Me?de?s, to Assurion auche?ma; ho?s eithe min prosthen e? dounai tous polie?tas, Charubdin tina, e? thalassan eisdexamene?n, aisto?sai prorrizon; e? min allas hodous straphenta pheresthai dia te?s ere?mou, hina oute astea, oute patos; anthro?po?n, the?res de nomon echousi, kai ornithes plazontai, en te petre?si kai charadre?si mounon halo?menon; eme te, prin eis no?n balesthai tauta, teleos ameinonos kure?sai. Ho men thespissas parachre?ma e?phanisto.

Este pasaje es tan notable que anexo una traducci�n de �l, tal como lo encuentro en el trabajo del profesor Stuart sobre Daniel, p�g. 122: �Despu�s de estas cosas� (sus conquistas a las que el escritor se hab�a referido antes), �como dicen los caldeos, despu�s de haber ascendido a su palacio, fue capturado por alg�n dios, y hablando en voz alta, dijo: 'Yo, Nabucodonosor, oh babilonios, predicen su futura calamidad, que ni Belus, mi antepasado, ni la reina Beltis, pueden persuadir a los destinos para que eviten. Vendr� una "mula persa", empleando a sus propias divinidades como sus auxiliares; e impondr� servidumbre (sobre ti). Su coadjutor ser� el "Mede", que es el alarde de los asirios. �Ojal�, antes de que ponga a mis ciudadanos en tales condiciones, alg�n Caribdis o golfo lo traguen con la destrucci�n total! �O eso, girado en una direcci�n diferente, podr�a vagar por el desierto (donde no hay ciudades ni pasos del hombre, pero las bestias salvajes encuentran pasto y los p�jaros deambulan), estando all� cercado por rocas y barrancos! �Que sea mi suerte lograr un mejor final, antes de que tales cosas se le ocurran! "Habiendo pronunciado esta predicci�n, desapareci� de inmediato". Este pasaje se asemeja tanto al relato en Daniel 4, que incluso Bertholdt (p. 296) admite que es id�ntico (identisch) con �l, aunque todav�a mantiene que, aunque se refiere al trastorno mental, no hace nada para confirmar la explicaci�n de que fue hecho para vivir con bestias salvajes, comiendo hierba y siendo restaurado nuevamente a su trono. Los puntos de "acuerdo" en la cuenta de Abydenus y la de Daniel son los siguientes:

(1) El relato de Abydenus, como admite Bertholdt, se refiere al trastorno mental. Tal trastorno mental y el poder de la profec�a, en opini�n de los antiguos, estaban estrechamente relacionados, o eran id�nticos, y se cre�a que eran producidos por la poderosa influencia de los dioses en el alma. Se supon�a que los poderes racionales del alma estaban suspendidos, y el dios tom� posesi�n total del cuerpo, y a trav�s de eso comunic� el conocimiento de eventos futuros. Comp�rese con Dale, "de Oraculis Ethnicorum", p�g. 172. Eusebio, �Chr. Brazo.- lat. ", P. 61. Considerado en s� mismo, por otra parte, nada ser�a m�s natural que Nabucodonosor, en la enfermedad que le sobrevino, o cuando le sobrevino, se expresar�a de la manera afirmada por Abydenus con respecto a la llegada del persa, y el cambio que le ocurrir�a a su propio reino. Si el relato de Daniel es verdadero respecto a las predicciones que se dice que pronunci� sobre los pr�ximos eventos Daniel 2, nada ser�a m�s natural que la mente del monarca se llenar�a de la anticipaci�n de estos eventos. , y que pronunciar�a sus expectativas en un momento de excitaci�n mental.

(2) Existe un acuerdo notable entre Abydenus y Daniel con respecto al "tiempo" y el "lugar" en el que ocurri� lo que se dice del rey. Seg�n Abydenus, el �xtasis prof�tico en el que cay� fue al final de todas sus expediciones militares, y ocurri� en el mismo lugar y en las mismas circunstancias, que se mencionan en el libro de Daniel, en su palacio, aparentemente como �l. camin� sobre el techo, o sobre alg�n lugar donde ten�a una vista clara de la ciudad circundante que hab�a construido - ???????? ????? ??? ?????????? anabas epi ta basileia.

(3) Los relatos en Abydenus y en Daniel armonizan en la medida en que se relacionan con el Dios por quien se produjo lo ocurrido. En Daniel se le atribuye al Dios verdadero, y no a ninguno de los objetos de culto caldeo. Es notable que en Abydenus no se le atribuya a un �dolo, ni a ning�n dios adorado por los caldeos, sino a Dios simplemente, como a un Dios que no se conoc�a - ???????????? ????? ??????? ??? kataschetheie? Theo? hoseo? de?. Parecer�a de esto que incluso la tradici�n de Chaldee no atribuy� lo que dijo Nabucodonosor, o lo que se le ocurri�, a ninguno de los dioses adorados en Babilonia, sino a un dios extranjero, o a uno a quien no estaban acostumbrados a adorar. .

(4) En el lenguaje que Nabucodonosor informa que Abydenus utiliz� para respetar el regreso del rey persa despu�s de su conquista, hay un notable parecido con lo que se dice en Daniel, lo que demuestra que, aunque el lenguaje se aplica a diferentes cosas en Daniel y en Abydenus, tuvo un origen com�n. As�, en la profec�a de Nabucodonosor, seg�n lo informado por Abydenus, se dice, "que �l, volviendo por otros caminos, sea llevado a trav�s del desierto donde no hay ciudades, donde no hay camino para los hombres, donde pastan las bestias salvajes, y las aves viven, deambulando en medio de rocas y cuevas ". Estas consideraciones muestran que las tradiciones caldeos corroboran fuertemente la cuenta aqu�; o, que hay cosas en estas tradiciones que no se pueden explicar, excepto en la suposici�n de la verdad de alg�n hecho como lo que aqu� se afirma en Daniel. La suma de la evidencia de la historia es

(a) que se conocen muy pocas cosas de este monarca de la historia profana;

(b) que no hay nada en lo que se sabe de �l que haga improbable lo que aqu� se dice;

(c) que hay cosas relacionadas con �l que armonizan con lo que aqu� se afirma; y

(d) que existen tradiciones que pueden explicarse mejor mediante una suposici�n tal como que el registro en este cap�tulo es verdadero.

En cuanto a la objeci�n de que si se promulgara el edicto, no ser�a probable que se perdiera, o el recuerdo se desvaneciera, es suficiente observar que casi "todos" los edictos, las leyes y los estatutos del asirio y los pr�ncipes caldeos han perecido con todos los dem�s registros de su historia, y casi todos los hechos relacionados con la historia personal o p�blica de estos monarcas ahora se desconocen. No se puede creer que los pocos fragmentos que ahora tenemos de sus escritos sean todos los que fueron compuestos, y en la cosa misma no hay m�s improbabilidad de que "este" edicto se pierda que cualquier otro, o que, aunque pueda tener sido guardado por un hebreo que resid�a entre ellos, no deber�a haber sido retenido por los caldeos mismos. En cuanto a la pregunta que se ha formulado, si se perdiera c�mo podr�a recuperarse nuevamente, es suficiente se�alar que, para cualquier cosa que aparezca, nunca se "perdi�" en el sentido de que nadie la ten�a en su poder. . Sin duda, llegar�a a manos de Daniel si �l estuviera, seg�n el relato de su libro, en Babilonia; y no es probable que "�l" sufra un documento tan notable como para perderse. El hecho de que fue preservado por �l es todo lo que es necesario para responder las preguntas sobre ese punto. "Puede" haber sido barrido con otros asuntos en la ruina que se encontr� con los registros caldeos en su propio pa�s; se ha conservado donde era m�s importante que se conservara: en un libro donde ser�a para todas las edades y en todas las tierras, una se�al de que Dios reina sobre los reyes y que tiene el poder de humillar y humillar a los orgulloso.

II Hay una segunda clase de objeciones a la credibilidad de la cuenta en este cap�tulo bastante distinta de la que acabamos de notar. Se basan en lo que supuestamente es la "improbabilidad" intr�nseca de que las cosas que se dice que le ocurrieron a Nabucodonosor deber�an haberle sucedido. No se puede alegar, de hecho, que es incre�ble que un monarca se convierta en un man�aco, ya que los reyes de la tierra no est�n m�s exentos de esta terrible enfermedad que sus s�bditos; pero las objeciones aqu� referidas se relacionan con las declaraciones que respetan la manera en que se dice que este monarca fue tratado y que vivi� durante este largo per�odo. Estas objeciones pueden notarse brevemente.

(1) Se ha objetado que es totalmente improbable que un monarca al frente de tal imperio, si se vuelve incapaz de administrar los asuntos del gobierno, se descuide por completo como la representaci�n aqu� implica: dejarse llevar por su palacio para vivir con bestias; irse como ellos iban, y volverse en toda su apariencia tan "como" una bestia. De hecho, los que hacen esta objeci�n admiten que no hay improbabilidad de que la calamidad caiga sobre un rey y otros hombres; y Michaelis ha comentado que es a�n m�s probable que un monarca se aflija as� que otros ("Anm. Z. Dan", p�g. 41; comp�rese con Bertholdt, p�g. 304), pero se alega que es totalmente improbable que uno tan alto en el poder y en el poder ser�a tratado con la absoluta negligencia que se establece aqu�. "�Es cre�ble", dice Bertholdt (p�gs. 300-303), "que la familia real y los consejeros reales, deber�an haber mostrado tan poco cuidado o preocupaci�n por un monarca que hab�a entrado en un estado tan indefenso? �Nadie lo habr�a buscado y tra�do de vuelta si se hubiera alejado tanto? �Podr�a �l en alguna parte de las llanuras abiertas, y las regiones alrededor de Babilonia, desprovistas de bosques, se han ocultado para que nadie pueda haberlo encontrado? Solo pudo haber sido por un milagro, que uno podr�a haber deambulado por tanto tiempo, en medio de los peligros que debieron haberle sucedido, sin haber sido destruido por bestias salvajes, o caer en alguna forma de ruina irrecuperable. �Qu� pol�tica tan imprudente en un gobierno exhibir ante un pueblo reci�n conquistado un espect�culo tan deshonroso!

A esta objeci�n puede responderse:

(a) Que su fuerza, como se lo inst� anteriormente, puede ser eliminada de alguna manera por una interpretaci�n correcta del cap�tulo y un conocimiento m�s preciso de la enfermedad que se produjo en el rey, y de la manera en que fue tratado realmente. Seg�n algunos puntos de vista anteriormente entretenidos sobre la naturaleza de la enfermedad, habr�a sido imposible, lo admito, haber defendido la narraci�n. Con respecto a estas vistas, vea las notas en Daniel 4:25. "Puede" parecer, a partir de la interpretaci�n justa de toda la narrativa, que no ocurri� nada m�s de lo que era natural en las circunstancias.

(b) La suposici�n de que se le dej� vagar sin ning�n tipo de supervisi�n o tutela es totalmente gratuita, y no est� autorizada por la cuenta que Nabucodonosor da de lo ocurrido. Esta opini�n se ha formado en parte a partir de una interpretaci�n falsa de la frase en Daniel 4:36 - "y mis consejeros y mis se�ores me buscaron" - como si lo hubieran buscado cuando estaba vagando, con miras a averiguar d�nde estaba; mientras que el verdadero significado de ese pasaje es que "despu�s" de su restauraci�n lo buscaron a �l, o lo aplicaron a �l como la cabeza del imperio, como lo hab�an hecho anteriormente.

(c) Hay cierta probabilidad del pasaje en Daniel 4:15 - "dejar el mu��n de sus ra�ces en la tierra, incluso con una banda de hierro y lat�n" - que Nabucodonosor estaba asegurado de la manera en que los man�acos a menudo lo han sido, y que en su ira estaba cuidadosamente protegido de todo peligro de lastimarse a s� mismo. Vea las notas en Daniel 4:15.

(d) Suponiendo que no lo fuera, a�n podr�a haber tomado todas las "precauciones" adecuadas para protegerlo. Todo lo que puede estar impl�cito cuando se dice que "fue expulsado de los hombres y comi� hierba como bueyes", etc., puede haber sido que esta era su "propensi�n" en ese estado; que ten�a esta disposici�n errante, y estaba dispuesto a deambular por los campos y arboledas que a vivir en las moradas de los hombres; y que fue impulsado "por esta propensi�n", no "por los hombres", a abandonar su palacio y tomar su residencia en parques o arboledas, en cualquier lugar que no sea en habitaciones humanas. Esto no ha sido una propensi�n infrecuente con los man�acos, y no es improbable suponer que esto fue permitido por quienes lo cuidaron, en la medida en que fuera coherente con su seguridad y con lo que se le deb�a como monarca, aunque su raz�n fue expulsada de su trono. En los parques adjuntos al palacio; En los grandes terrenos de recreo, que no estaban improvisados ??con varios tipos de animales, como una especie de casa de fieras real, no es improbable suponer que se le haya permitido en los momentos adecuados, y con guardias adecuados, vagar, ni que el monarca ca�do y humillado pudo haber encontrado, en intervalos relativamente l�cidos, un grado de diversi�n agradable en tales motivos, ni siquiera que se podr�a suponer que esto contribuir�a a su recuperaci�n de la salud.

Tampoco, en "cualquier" suposici�n con respecto a estas declaraciones, incluso admitiendo que hubo un alto grado de desatenci�n criminal por parte de sus amigos, su tratamiento hubiera sido peor de lo que generalmente ha ocurrido con respecto a los locos. Hasta un per�odo bastante reciente, e incluso ahora en muchas tierras civilizadas, los locos han sido tratados con el mayor abandono y con la crueldad m�s severa, incluso por parte de sus amigos. Se fueron a vagar donde eligieron sin un protector; sin afeitar y sin lavar; el deporte del ocioso y el vicioso; arrojado a las c�rceles comunes entre delincuentes; atado con pesadas cadenas a las fr�as paredes de las mazmorras; confinado en bodegas o buhardillas sin fuego en el clima m�s fr�o; con vestimenta insuficiente, tal vez completamente desnuda, y en medio de la inmundicia m�s repugnante, tal tratamiento, incluso en tierras cristianas y por personas cristianas, puede demostrar que en una tierra pagana, quinientos a�os antes de que amaneciera la luz del cristianismo mundo, no es "totalmente" incre�ble que un "monarca loco" haya sido tratado de la manera descrita en este cap�tulo.

Si los mejores amigos ahora pueden descuidar, o tratar con tanta severidad, a un hijo o hija demente, no hay improbabilidad en suponer que en una era de barbarie comparativa puede haber habido tan "poca" humanidad como se implica en este cap�tulo. Los siguientes extractos del Segundo Informe Anual de la Sociedad de Disciplina de la Prisi�n ("Boston") mostrar�n lo que ocurri� en el siglo XIX, en esta tierra cristiana y en la antigua comunidad de Massachusetts, una comunidad distinguida por la moral y por la humanidad. sentimiento - y demostrar� al mismo tiempo que lo que se dice aqu� sobre el monarca de la Babilonia pagana no es indigno de creencia. Se refieren al tratamiento de los locos en esa comunidad antes del establecimiento del hospital para locos en Worcester. �En Massachusetts, mediante un examen realizado con cuidado, se ha encontrado una treintena de lun�ticos en prisi�n. En una prisi�n se encontraron tres; en otros cinco; en otros seis; y en otros diez. Es una fuente de gran queja con los alguaciles y carceleros que deben recibir a esas personas, porque no tienen alojamientos adecuados para ellos. De los �ltimos mencionados, uno fue encontrado en un departamento en el que hab�a estado nueve a�os. Ten�a una corona de trapos alrededor de su cuerpo y otra alrededor de su cuello. Esta era toda su ropa. No ten�a cama, silla ni banco. Dos o tres: tablones �speros fueron esparcidos por la habitaci�n; Un mont�n de paja sucia, como el nido de cerdos, estaba en la esquina. Hab�a construido un nido de lodo de p�jaro en la reja de hierro de su guarida. Conectado con su miserable departamento hab�a un oscuro calabozo, sin orificio para la entrada de luz, calor o aire, excepto la puerta de hierro, de aproximadamente dos pies y medio cuadrados, que se abr�a desde la prisi�n.

Los otros locos en la misma prisi�n estaban dispersos en diferentes apartamentos, con ladrones y asesinos, y personas arrestadas, pero a�n no condenados por culpa. En la prisi�n de cinco lun�ticos, fueron confinados en celdas separadas, que eran mazmorras casi oscuras. Despu�s de abrir la puerta, fue dif�cil verlos claramente. La ventilaci�n era tan incompleta que m�s de una persona al ingresar a ellos encontr� el aire tan f�tido que produc�a n�useas y casi v�mitos. La vieja paja sobre la cual fueron colocados, y sus ropas sucias, fueron tales que hicieron que su locura fuera m�s desesperada; y en un momento no se consider� dentro de la provincia del m�dico examinar particularmente la condici�n de los lun�ticos. En estas circunstancias, apenas podr�a esperarse ninguna mejora de sus mentes. En lugar de tener tres de cuatro restaurados a la raz�n, como es el hecho en algunos de los manicomios favoritos, es de temer que, en estas circunstancias, algunos que de otra manera ser�an restaurados se volver�an incurables, y que otros podr�an perder la vida, por no hablar del sufrimiento presente.

En la prisi�n en la que hab�a seis lun�ticos, su condici�n era menos miserable. Pero a veces eran una molestia y, a veces, un deporte para los convictos; e incluso el departamento en el que estaban confinadas las mujeres se abr�a al patio de los hombres; hubo un intercambio perjudicial de obscenidad y blasfemia entre ellos, que no se vio restringido por la presencia del guardi�n. En la prisi�n, o casa de correcci�n, en la que se encontraban diez locos, se encontraron dos de unos setenta a�os, un hombre y una mujer, en el mismo departamento de un piso superior. La hembra yac�a sobre un mont�n de paja debajo de una ventana rota. La nieve en una tormenta severa estaba golpeando a trav�s de la ventana, y yac�a sobre la paja alrededor de su cuerpo marchito, que estaba parcialmente cubierto con algunas prendas sucias y andrajosas. El hombre estaba acostado en la esquina de la habitaci�n en una situaci�n similar, excepto que estaba menos expuesto a la tormenta.

El primero hab�a estado en este apartamento seis, y el �ltimo veinti�n a�os. Otro loco en la misma prisi�n fue encontrado en un apartamento de tablones de la primera historia, donde hab�a estado ocho a�os. Durante este tiempo nunca hab�a salido de la habitaci�n sino dos veces. La puerta de este apartamento no se hab�a abierto en dieciocho meses. La comida se suministr� a trav�s de un peque�o orificio en la puerta. La habitaci�n no se calent� por el fuego; y aun as� la mujer de la casa dijo "nunca se hab�a congelado". Cuando lo vieron a trav�s del orificio de la puerta, la primera pregunta fue: "�Es un ser humano?" El cabello se hab�a ido de un lado de su cabeza. y sus ojos eran como bolas de fuego. En el s�tano de la misma prisi�n hab�a cinco lun�ticos. Las ventanas de este s�tano no eran una defensa contra la tormenta, y, como podr�a suponerse, la mujer de la casa dijo: "Tenemos algo que hacer para evitar que se congelen". No hab�a fuego en este s�tano que pudiera ser sentido por cuatro de estos lun�ticos.

Una de las cinco ten�a una peque�a hoguera de c�sped en un departamento de la bodega sola. Sin embargo, estaba furiosa, si alguien se le acercaba. La mujer estaba comprometida con este s�tano hace diecisiete a�os. Los apartamentos son de unos seis pies por ocho. Est�n hechas de tablones gruesos y tienen un orificio en la puerta para la entrada de luz y aire, aproximadamente seis pulgadas por cuatro. La oscuridad era tal en dos de estos apartamentos que no se ve�a nada mirando a trav�s del orificio de la puerta. Al mismo tiempo, hab�a un lun�tico pobre en cada uno. Un hombre que hab�a envejecido estaba comprometido con uno de ellos en 1810, y hab�a vivido en �l diecisiete a�os. Una mujer demacrada fue encontrada en un departamento similar, en la oscuridad, sin fuego, casi sin cubrir, donde hab�a estado casi dos a�os. Una mujer de color en otra, en la que llevaba seis a�os; y un hombre miserable en otro, en el que hab�a estado cuatro a�os ".

(2) Bertholdt pregunta, como una objeci�n (p. 301), si "es cre�ble que alguien que hab�a sido durante tanto tiempo un man�aco ser�a restaurado nuevamente al trono; �Y si el gobierno volver�a a ser puesto en sus manos, sin ning�n temor de que recaer�a en el mismo estado? �O si se puede creer que las vidas y fortunas de tantos millones volver�an a confiarse a su voluntad y poder? A estas preguntas puede responderse:

(a) Que si fue restaurado a su raz�n, ten�a derecho al trono, y podr�a no haber sido un punto dudoso si deber�a ser restaurado o no.

(b) Es probable que durante ese tiempo se nombrara una regencia, y que hubiera una esperanza entretenida de que ser�a restaurado. Sin duda, durante la continuaci�n de esta enfermedad, el gobierno ser�a, como fue el caso durante la enfermedad algo similar de George III de Gran Breta�a, puesto en manos de otros, y a menos que hubiera una revoluci�n o una usurpaci�n, �l lo har�a. ser, por supuesto, restaurado a su trono en la recuperaci�n de su raz�n.

(c) A esto se puede agregar, que �l era un monarca que hab�a sido eminentemente exitoso en sus conquistas; quien hab�a hecho mucho para ampliar los l�mites del imperio y adornar la capital; y eso deb�a ser aprehendido del personaje de su sucesor legal, Evil-Merodach (Hengstenberg, p. 113); y que si fuera desplazado, los que entonces eran los principales oficiales de la naci�n ten�an razones para suponer que, de acuerdo con el uso oriental en la adhesi�n de un nuevo soberano, perder�an sus lugares.

(3) Tambi�n se ha preguntado, como una objeci�n, si "no se debe presumir que Nabucodonosor, en el supuesto de que fue restaurado de una enfermedad tan temerosa, hubiera empleado todos los medios en su poder para suprimir el conocimiento de ello; �o si, si se hiciera alguna comunicaci�n al respecto, no se hubiera tomado la molestia de darle un color al relato suprimiendo la verdad real y atribuyendo la aflicci�n a alguna otra causa? - Bertholdt, p�g. 301. A esto puede responderse:

(a) Que si la representaci�n aqu� hecha de la causa de su enfermedad es correcta, que fue un juicio Divino sobre �l por su orgullo, y que el dise�o de Dios al presentarlo sobre �l era que �l mismo podr�a ser conocido, es razonable suponer que, en su restauraci�n, habr�a una influencia tan Divina en la mente del monarca, como para llevarlo a hacer esta proclamaci�n, o este reconocimiento p�blico del Alt�simo;

(b) que el edicto parece haber sido hecho, no como una cuesti�n de pol�tica, sino bajo el nuevo recuerdo de una restauraci�n de tan terrible calamidad;

(c) que Nabucodonosor parece haber sido un hombre que ten�a una conciencia que lo llev� a un decidido reconocimiento de la interposici�n divina;

(d) que ten�a una fuerte propensi�n religiosa (comp�rese Daniel 3), y estaba listo para hacer cualquier reconocimiento p�blico de lo que �l consideraba Divino; y

(e) que tal vez supuso que, al afirmar la verdad tal como realmente ocurri�, podr�a hacerse una mejor impresi�n de lo que ya exist�a con respecto a la naturaleza de la enfermedad. Tambi�n pudo haber sido un objetivo para �l convencer a sus s�bditos de que, aunque hab�a sido privado de su raz�n, ahora, de hecho, hab�a recuperado su sano juicio.

(4) Eichhorn, Bertholdt y otros han alegado otro motivo de objeci�n, derivado del car�cter del edicto. Se dice que "la narrativa representa a Nabucodonosor en un momento como un jud�o ortodoxo, exponiendo sus puntos de vista casi en las mismas palabras utilizadas en los escritos de los jud�os, y que solo un jud�o emplear�a (ver , Daniel 4:34), y luego nuevamente como un simple id�latra, usando el lenguaje que emplear�a un id�latra, y a�n reconociendo la realidad de los dioses �dolos, Daniel 4:8, Daniel 4:18. � A esto se puede responder que esta misma circunstancia es m�s una confirmaci�n de la verdad de la cuenta que otra cosa. Es solo una explicaci�n tal como deber�amos suponer que un monarca, entrenado en idolatr�a, y practic�ndolo toda su vida, y sin embargo, de repente, y de esta manera impresionante, familiarizado con el Dios verdadero, probablemente dar�a. En un edicto publicado por tal monarca, en tales circunstancias, ser�a extra�o que no se traicionara el hecho de que hab�a sido un adorador de dioses paganos, ni ser�a extra�o que cuando revelara su sue�o a Daniel, pidi�ndole que lo interprete, y profesando creer que estaba bajo la influencia de la inspiraci�n de arriba, deber�a rastrearlo a los dioses en general, Daniel 4:8, Daniel 4:18.

Y, de la misma manera, si la cosa realmente ocurriera, como se relaciona, ser�a seguro que usar�a ese lenguaje al describirlo como un "jud�o ortodoxo" podr�a usarlo. Debe recordarse que se le representa obteniendo su visi�n de lo que significaba la visi�n de Daniel, y nada es m�s probable que usar�a el lenguaje que Daniel hubiera sugerido. No se podr�a suponer que alguien que hab�a sido un id�latra toda su vida pronto borrar�a de su mente todas las impresiones hechas por el h�bito de la idolatr�a, de modo que no aparecer�an rastros de ella en una proclamaci�n en una ocasi�n como esta; ni se podr�a suponer que no habr�a reconocimiento de Dios como el Dios verdadero. Nada ser�a m�s natural que una mezcla de nociones falsas con lo verdadero. De hecho, casi no hay ninguna circunstancia con respecto a este cap�tulo que tenga m�s aire de autenticidad, ni podr�a haber algo m�s probable en s� mismo, que lo que aqu� se afirma.

Es una mezcla de verdad con falsedad tal como deber�amos esperar en una mente entrenada en paganismo; y, sin embargo, esta es una circunstancia que no ser�a muy probable que ocurriera a alguien que intent� una falsificaci�n, o que se esforz� por dibujar el car�cter de un monarca pagano en tales circunstancias sin materiales aut�nticos. Si el edicto fuera obra de un jud�o, probablemente habr�a representado a su autor sin ning�n rastro de paganismo en su mente: si fuera obra de un pagano, no habr�a habido tal reconocimiento del Dios verdadero. Si se trata de una mera ficci�n, el artificio es demasiado refinado para que pueda ocurrir, para intentar atraerlo a este estado mental, donde hab�a una mezcla de falsedad con verdad; de los restos de todos sus viejos h�bitos de pensamiento, con verdades nuevas y trascendentales que acababan de comenzar a surgir en su mente. La suposici�n que mejor se adaptar� a todas las circunstancias del caso, y ser� responsable ante la menor cantidad de objeciones, es que la cuenta es una declaraci�n sin adornos de lo que realmente ocurri�. Sobre todo el tema de las objeciones a este cap�tulo, el lector puede consultar Hengstenberg, Die Authentie des Daniel, pp. 100-119. Para muchas de las observaciones aqu� hechas, estoy en deuda con ese trabajo. Compare m�s adelante vea las notas en Daniel 4:25, a continuaci�n.

Secci�n II - An�lisis del Cap�tulo

El cap�tulo profesa ser un edicto publicado por Nabucodonosor despu�s de su recuperaci�n de un largo per�odo de locura, que fue tra�do sobre �l por su orgullo. El edicto fue promulgado con el objetivo de guiar a los hombres a reconocer al Dios verdadero. Establece, en general, que el acercamiento de su calamidad se le dio a conocer en un sue�o, que fue interpretado por Daniel; que su propio coraz�n se hab�a elevado con orgullo a la vista de la espl�ndida ciudad que hab�a construido; que la enfermedad predicha vino repentinamente sobre �l, incluso mientras se entregaba a estas orgullosas reflexiones; que fue expulsado de las moradas de los hombres, un pobre loco descuidado; que recuper� nuevamente su raz�n, y luego su trono; y que el Dios que lo hab�a humillado y restaurado nuevamente, era el Dios verdadero y era digno de adoraci�n y alabanza universal. El edicto, por lo tanto, abarca las siguientes partes:

I. La raz�n por la cual fue promulgada - para mostrar a todas las personas, que habitan en todas partes de la tierra, las grandes cosas que el Dios elevado hab�a hecho hacia �l, Daniel 4:1.

II La declaraci�n del hecho de que hab�a tenido un sue�o que lo alarm� mucho, y que ninguno de los adivinos caldeos hab�a podido interpretar, Daniel 4:4.

III. La declaraci�n del sue�o en su totalidad a Daniel, Daniel 4:8.

IV. La interpretaci�n del sue�o por parte de Daniel: prediciendo el hecho de que se volver�a un man�aco, que ser�a expulsado de su trono y reino, y obligado a ocupar su morada con las bestias del campo, un marginado pobre y descuidado, Daniel 4:19.

V. El solemne y fiel consejo de Daniel para que �l rompa sus pecados y se convierta en un hombre justo, si es posible que se evite la terrible calamidad, Daniel 4:27.

VI. El cumplimiento de la predicci�n de Daniel. Nabucodonosor caminaba por su palacio y, en el orgullo de su coraz�n, inspeccionaba la gran ciudad que hab�a construido, y de repente una voz del cielo se dirigi� a �l, anunciando que su reino se hab�a ido, y su raz�n lo dej�, Daniel 4:28.

VII. Al final del tiempo se�alado, su raz�n fue restaurada y reconoci� con agradecimiento la soberan�a divina, y nuevamente fue reinstalado en su trono, Daniel 4:34.

VIII Por todo esto, �l dice que alab� al Dios del cielo, porque hab�a aprendido que todas sus obras son verdaderas y sus juicios, y que los que caminan orgullosos pueden humillar, Daniel 4:37.

Versículo 1

Nabucodonosor el rey, a todas las personas ... - El sir�aco aqu� tiene, "Nabucodonosor el rey escribi� a todas las personas, etc." Muchos manuscritos en el Chaldee tienen ???? sha?lach, "enviado" y algunos tienen ??? k e thab, "escribi�;" pero ninguna de estas lecturas es probablemente genuina, ni son necesarias. El pasaje es m�s una parte del edicto del rey que una narraci�n del autor del libro, y en ese edicto lo que se adoptar�a ser�a el estilo relativamente abrupto de la lectura actual. La Septuaginta ha insertado aqu� una declaraci�n hist�rica del hecho de que Nabucodonosor emiti� tal edicto: �Y Nabucodonosor el rey escribi� una ep�stola enc�clica - ??????????? ??????????? epistole?n egkuklion - a todas esas naciones en cada lugar, y a las regiones, y a todas las lenguas que habitan en todos los pa�ses, generaciones y generaciones: 'Nabucodonosor el rey' ", etc. Pero nada de esto est� en el original .

A todas las personas, naciones e idiomas que habitan en toda la tierra - Es decir, personas que hablan todos los idiomas de la tierra. Muchas naciones estaban bajo el cetro del rey de Babilonia; pero parece que dise�� esto como una proclamaci�n general, no solo para aquellos que fueron abrazados en su imperio, sino para todas las personas del mundo. Tal proclamaci�n estar�a muy de acuerdo con el estilo oriental. Compare la nota en Daniel 3:4.

La paz se multiplique para ti - Esto est� de acuerdo con el saludo oriental habitual. Compare G�nesis 43:23; Jue. 6:23 ; 1 Samuel 25:6; Salmo 122:7; Lucas 10:5; Efesios 6:23; 1 Pedro 1:2. Este es el saludo con el que uno se encuentra con otro ahora en el mundo oriental: la misma palabra a�n se conserva, "Shalom" o "Salam". La idea parec�a ser, que cada bendici�n se encontraba en la paz, y cada maldad en los conflictos y guerras. La expresi�n inclu�a el deseo de que pudieran ser preservados de todo lo que los perturbar�a; para que est�n contentos, tranquilos, pr�speros y felices. Cuando se dice que "la paz se multiplique", el deseo es que pueda abundar, o que puedan ser bendecidos con las innumerables misericordias que produce la paz.

Versículo 2

Me pareci� bien - Margen, "fue aparentemente antes que yo". La lectura marginal est� m�s de acuerdo con el original (???? ???? sh e phar qa?da?may). El significado apropiado de la palabra Caldeo (???? sh e phar) es, ser justo o bello; y el sentido aqu� es que le pareci� apropiado o llegar a hacer esta proclamaci�n p�blica. Era correcto y correcto que lo que Dios le hab�a hecho a �l se proclamara a todas las naciones.

Para mostrar los signos y maravillas - Los signos y maravillas, como denotando milagros poderosos, no est�n relacionados con frecuencia en las Escrituras. Ver �xodo 7:3; Deuteronomio 4:34; Deuteronomio 13:1; Deuteronomio 34:11; Isa�as 8:18; Jeremias 32:2. La palabra traducida como "signos" (hebreo: ??? 'o?th - Caldeo: ?? 'a?th) significa, correctamente, " un signo ", como algo significativo, o algo que se�ala o designa cualquier cosa; como G�nesis 1:14, "ser� para" signos "y para estaciones;" es decir, signos de estaciones. Entonces la palabra denota una insignia, una bandera militar, N�meros 2:2; entonces un signo de algo pasado, una ficha o recordatorio, �xodo 13:9, �xodo 13:16; Deuteronomio 6:8; entonces un signo de algo futuro, un portento, un presagio, Isa�as 8:18; entonces una se�al o se�al de lo que es visible, como circuncisi�n, G�nesis 17:11, o el arco iris en la nube, como una se�al del pacto que Dios hizo con el hombre, G�nesis 9:12; entonces cualquier cosa que sirva como se�al o prueba del cumplimiento de la profec�a, �xodo 3:12; 1 Samuel 2:34; y luego se refiere a cualquier cosa que sea una se�al o prueba del poder Divino, Deuteronomio 4:34; Deuteronomio 6:22; Deuteronomio 7:19, "et al."

La palabra hebrea se traduce com�nmente como "signos", pero tambi�n se traduce como "s�mbolo, insignia, milagros". Aplicado a lo que Dios hace, parece usarse en el sentido de cualquier cosa que sea significativa de su presencia y poder; todo lo que manifiestamente demuestre que lo que ocurre es hecho por �l; todo lo que est� m�s all� de la capacidad humana, y que da a conocer el ser y las perfecciones de Dios mediante una manifestaci�n directa y extraordinaria. Aqu� el significado es que lo que se hizo de una manera tan notable fue significativo de la agencia de Dios; fue lo que demostr� que existe, y eso demostr� su grandeza. La palabra traducida como "maravillas" (??? t e mahh) significa, adecuadamente, lo que est� preparado para producir asombro , o para llevar a uno a maravillarse, y se aplica a los milagros adaptados para producir ese efecto. Se refiere a ese estado mental que existe donde algo ocurre fuera del curso ordinario de la naturaleza, o que indica poder sobrenatural. La palabra hebrea traducida "maravillas" se usa a menudo para denotar milagros, �xodo 3:2; �xodo 7:3; �xodo 11:9; Deuteronomio 6:22, "et al." El significado aqu� es que lo que ocurri� fue apropiado para excitar el asombro y llevar a los hombres a maravillarse de las poderosas obras de Dios.

Que el Dios alto - El Dios que es exaltado o elevado; es decir, el Dios que est� por encima de todo. Ver Daniel 3:26. Es una denominaci�n que se le dar�a a Dios como el Ser Supremo. La traducci�n griega de este vers�culo es: �Y ahora te muestro los hechos - ???????? praxeis - que el gran Dios me ha hecho, porque me pareci� bueno. para mostrarte a ti y a tus sabios �- ????? ?????????? ?????? tois sophistais humo?n.

Versículo 3

�Qu� grandiosos son sus signos! - �Qu� grandiosas y maravillosas son las cosas por las cuales se da a conocer de esta manera! La alusi�n es indudable a lo que se le ocurri� a s� mismo: el evento por el cual un monarca de tal estado y poder se hab�a reducido a una condici�n tan humilde. Con propiedad, considerar�a esto como una se�al de la interposici�n divina, y como una adaptaci�n para darle una visi�n exaltada de la supremac�a del Dios verdadero.

�Y cu�n poderosas son sus maravillas! - Los maravillosos eventos que hace; las cosas adecuadas para producir admiraci�n y asombro. Compare Salmo 72:18; Salmo 86:1; Isa�as 25:1.

Su reino es un reino eterno - Nabucodonosor fue indudablemente llevado a esta reflexi�n por lo que se le hab�a ocurrido. �l, el monarca m�s poderoso de la tierra, hab�a visto que su trono no ten�a estabilidad; hab�a visto que Dios ten�a poder a su voluntad para bajarlo de su alto asiento y transferir su autoridad a otras manos; y fue llevado naturalmente a reflexionar que el trono de Dios era el �nico estable y permanente. No pod�a dejar de estar convencido de que Dios reinaba sobre todo, y que su reino no estaba sujeto a las vicisitudes que ocurren en los reinos de este mundo. Ha habido pocos sucesos en la tierra mejor adaptados para ense�ar esta lecci�n que esta.

Y su dominio es de generaci�n en generaci�n - Es decir, es perpetuo. No puede ser arrestado como lo es el hombre por muerte; no pasa de una familia a otra como lo hace a menudo un cetro terrenal. El mismo cetro; el mismo sistema de leyes; los mismos arreglos providenciales; Los mismos m�todos de recompensa y castigo siempre han existido bajo su gobierno, y continuar�n haci�ndolo hasta el final de los tiempos. Quiz�s no haya una visi�n m�s sublime del gobierno de Dios que esta. Todos los pr�ncipes terrenales mueren; toda autoridad alojada en manos de un monarca terrenal se retira pronto. Nadie es tan poderoso que pueda prolongar su propio reinado; y nadie puede hacer que su propia autoridad se extienda a la pr�xima generaci�n. Los gobiernos terrenales, por lo tanto, por poderosos que sean, son de corta duraci�n; y la historia se compone de los registros de un gran n�mero de tales administraciones, muchas de ellas extremadamente breves y de muy variado car�cter. El cetro cae de la mano del monarca, para que nunca m�s lo reanude; otro lo agarra para retenerlo tambi�n, pero un poco de tiempo, y luego fallece. Pero el dominio de Dios es igual en todas las generaciones. Esta generaci�n est� bajo el gobierno del mismo Soberano que rein� cuando Semiramis o Numa vivieron; y aunque hace mucho tiempo que el cetro cay� de manos de Alejandro y los C�sares, el mismo Dios que gobern� en su �poca todav�a est� en el trono.

Versículo 4

I Nabucodonosor estaba en reposo - Algunos manuscritos en griego agregan aqu�, "En el a�o dieciocho de su reinado, Nabucodonosor dijo". Estas palabras, sin embargo, no est�n en hebreo y no tienen autoridad. La palabra traducida �en reposo� (???? sh e le?h) significa, estar seguro; estar libre de aprensi�n o alarma. �l dise�a para describir un estado de tranquilidad y seguridad. Griego, �en paz� - ??????????? eire?neuo?n: disfrutando de la paz, o en condiciones de disfrutar de la paz. Sus guerras hab�an terminado; su reino era tranquilo; hab�a construido una magn�fica capital; Hab�a reunido a su alrededor la riqueza y los lujos del mundo, y ahora estaba en condiciones de pasar el resto de su vida con tranquilidad y felicidad.

En la casa de la mina - En su residencia real. Es posible que las dos palabras aqu� - casa y palacio - puedan referirse a cosas algo diferentes: la primera - casa - m�s particularmente a su propia familia privada - es relaciones dom�sticas como hombre; y el �ltimo - palacio - a aquellos relacionados con el gobierno que resid�a en su palacio. Si esto es as�, entonces el pasaje significar�a que todo a su alrededor era pac�fico, y que de ninguna fuente hab�a tenido alguna causa de inquietud. En su propia familia privada, abrazando a su esposa e hijos; y en los arreglos del palacio, que abarcaba a quienes ten�an a su cargo los asuntos p�blicos, no ten�a motivos de inquietud.

Y floreciendo en mi palacio - griego, ????????? ????? ???? ??????? ??? euthe?no?n epi tou thronou mou - literalmente, "abundante en mi trono"; es decir, estaba tranquilo, calmado, pr�spero en su trono. La palabra Chaldee (???? ra?a?nan) significa, apropiadamente, "verde;" como, por ejemplo, de hojas o follaje. Compare la palabra hebrea en Jeremias 17:8; "Ser� como un �rbol plantado por las aguas; su hoja ser� verde". Deuteronomio 12:2, "debajo de cada �rbol verde", 2 Reyes 16:4. Un �rbol verde y floreciente se convierte as� en el emblema de la prosperidad. Ver Salmo 1:3; Salmo 37:35; Salmo 92:12. El significado general aqu� es que estaba disfrutando de una prosperidad abundante. Su reino estaba en paz, y en su propio hogar ten�a todos los medios para disfrutar tranquilamente.

Versículo 5

Vi un sue�o - Es decir, vio una representaci�n hecha a �l en un sue�o. Hay algo incongruente en nuestro idioma al decir de uno que vio un sue�o.

Lo que me asust� - El temor evidentemente surgi� de la aprensi�n de que estaba dise�ado para revelar alg�n evento importante y solemne. Esto estaba de acuerdo con una creencia prevaleciente entonces (comp. Daniel 2:1), y se puede agregar que est� de acuerdo con una creencia prevaleciente ahora. Hay pocas personas, cualesquiera que sean sus creencias abstractas, que no est�n m�s o menos perturbadas por representaciones temerosas y solemnes que pasan ante la mente en las visiones de la noche. Compare Job 4:12; Job 33:14. Entonces Virgilio (Aen. Iv. 9):

�Anna soror, quae me suspensam insomnia terrent!�

Y los pensamientos sobre mi cama - Los pensamientos que ten�a sobre mi cama; a saber, en mi sue�o.

Y las visiones de mi cabeza - Lo que parec�a ver. La visi�n parec�a estar flotando alrededor de su cabeza.

Me molest� - Me molest�; aprehensi�n producida de lo que estaba por venir; de alg�n gran e importante evento.

Versículo 6

Por lo tanto, hice un decreto - La palabra aqu� representa decreto (??? t? e ?e?m) significa, com�nmente," sabor, sabor ", como el vino; entonces "juicio, discernimiento, raz�n"; y luego un juicio de un rey, un mandato, un edicto. Compare Daniel 3:1. La noci�n principal parece ser la de un "sabor" delicado que permite determinar las cualidades de los vinos, viandas, etc .; y luego una delicada y agradable discriminaci�n con respecto a las cualidades de las acciones. La palabra expresa as� un juicio s�lido y preciso, y se aplica a un decreto o edicto, seg�n lo declarado por alguien que ten�a las calificaciones para expresar dicho juicio. Aqu� significa que emiti� una orden real para convocar a su presencia a todos los que se supon�a que estaban calificados para explicar el sue�o. El griego (Codex Chisianus) omite Daniel 4:6.

Para atraer a todos los sabios ... - Particularmente como se enumeran en el siguiente verso. Compare Daniel 2:12. De acuerdo con su h�bito, era llamar a los sabios que fueron retenidos en la corte para dar consejos y explicar aquellas cosas que parec�an ser una indicaci�n de la voluntad divina. Vea la nota en Daniel 2:2. Compare tambi�n G�nesis 41:8.

Versículo 7

Luego entraron los magos ... - Todas las palabras que aparecen aqu� se encuentran en Daniel 2:2, y se explican en la nota en ese verso, excepto la palabra traducida como "adivinos". Esto ocurre en Daniel 2:27. V�alo explicado en la nota en ese vers�culo. Todas estas palabras se refieren a la misma clase general de personas: aquellas que fueron consideradas como dotadas con una sabidur�a eminente; quienes deb�an estar calificados para explicar acontecimientos extraordinarios, predecir el futuro y declarar la voluntad del cielo de portentos y maravillas. En un momento en que todav�a hab�a una revelaci�n limitada; cuando los l�mites de la ciencia no se determinaron con precisi�n; cuando no era seguro, pero que se podr�a determinar de alguna manera levantar el velo misterioso del futuro, y cuando era una pregunta abierta si eso podr�a no ser por sue�os o por comunicaci�n con esp�ritus difuntos, o por algunos secretos de la naturaleza no revelados, No era natural que se encontraran personas que afirmaran que este conocimiento estaba bajo su control. Tales demandantes del conocimiento sobrenatural se encuentran de hecho en todas las �pocas; y aunque una gran parte de ellos son indudablemente enga�adores, la existencia de tal orden de personas debe considerarse simplemente como el exponente del deseo profundo y sincero que existe en el seno humano de penetrar el misterioso futuro; para encontrar algo que revele al hombre, todos cuyos grandes intereses residen en el futuro, lo que a�n est� por ser. Compare los comentarios al final de Daniel 2.

Y les cont� el sue�o que ten�an delante ... - En su presencia. En este caso, no les impuso una solicitud tan fuerte como lo hizo en una ocasi�n anterior, cuando les exigi� no solo que interpretaran el sue�o, sino que le dijeran de qu� se trataba, Daniel 2. Pero su pretendido poder aqu� era igualmente vano. No parece si intentaron una interpretaci�n de este sue�o; pero si lo hicieran, ser�a totalmente insatisfactorio para el propio rey. Parecer�a m�s probable que supusieran que el sue�o podr�a tener alguna referencia al orgulloso monarca, y que, como indicaba una terrible calamidad, no se atrevieron a arriesgar una conjetura con respecto a su significado.

Versículo 8

Pero al final - Despu�s de que los dem�s hab�an demostrado que no pod�an interpretar el sue�o. Por qu� Daniel no fue llamado con los dem�s no aparece; ni se dice de qu� manera fue finalmente convocado a la presencia del rey. Es probable que su habilidad en una ocasi�n anterior Daniel 2 fuera recordada, y que cuando todos los dem�s mostraron que no ten�an poder para interpretar el sue�o, Nabucodonosor lo llam�. La Vulgata Latina lo hace, Donee collega ingressus est - "hasta que un colega ingres�". El griego, ????? heo?s, "hasta". Aquila y S�maco lo expresan, "hasta que otro entr� antes que yo, Daniel". La versi�n com�n expresa el sentido del Caldeo con suficiente precisi�n, aunque una traducci�n m�s literal ser�a "hasta despu�s".

cuyo nombre era Belteshazzar - Es decir, este era el nombre que llevaba en la corte, o que le hab�an dado los caldeos. Vea la nota en Daniel 1:7.

Seg�n el nombre de mi dios - Es decir, el nombre de mi dios Bel, o Belus, est� incorporado en el nombre que se le dio. A esto se hace referencia aqu�, probablemente, para mostrar la conveniencia de invocar as� su ayuda; porque llevaba el nombre del dios a quien el monarca hab�a adorado. Parecer�a tener una aptitud especial para convocarlo antes que �l, para explicar lo que se supon�a que era una indicaci�n de la voluntad del dios a quien adoraba. Hay una mezcla singular, aunque no natural, de los sentimientos del paganismo y de la verdadera religi�n en las expresiones que utiliza este monarca en este cap�tulo. Hab�a sido pagano toda su vida; sin embargo, hab�a tenido alg�n conocimiento del Dios verdadero y se le hab�a hecho sentir que era digno de adoraci�n y alabanza universal, Daniel 2. Que, en este estado mental, �l exprese alternativamente los sentimientos originados por el paganismo, y aquellos que surgen de puntos de vista justos de Dios, no es antinatural o improbable.

Y en qui�n est� el esp�ritu de los dioses santos - No es f�cil determinar a qui�n se refer�a con los dioses santos. Parecer�a probable que este fuera el lenguaje dictado por el hecho de que hab�a sido un id�latra. Le hab�an hecho sentir que el Dios a quien Daniel adoraba, y por cuya ayuda se le hab�a permitido interpretar el sue�o, era un Dios verdadero y que era digno de un homenaje universal; pero tal vez sus ideas todav�a estaban muy confundidas, y solo lo consideraba superior a todos los dem�s, aunque no ten�a la intenci�n de negar la existencia real de los dem�s. Podr�a ser cierto, en su aprehensi�n, que hab�a otros dioses, aunque el Dios de Daniel era supremo, y quiz�s quiso decir que el esp�ritu de todos los dioses estaba en Daniel; que en un grado eminente era el favorito del cielo, y que pod�a interpretar cualquier comunicaci�n que proven�a del mundo invisible. Quiz�s sea innecesario observar aqu� que la palabra esp�ritu no tiene referencia intencionada al Esp�ritu Santo. Probablemente se usa con referencia a la creencia de que los dioses estaban acostumbrados a impartir sabidur�a y conocimiento a ciertos hombres, y puede significar que el mismo esp�ritu de sabidur�a y conocimiento que habitaba en los dioses mismos parec�a habitar en el seno de Daniel.

Y ante �l le cont� el sue�o - No requiri�ndole, como lo hizo antes de Daniel 2, que diga tanto el sue�o como su significado.

Versículo 9

Oh Belteshazzar, maestro de los magos - " Maestro", en el sentido de que �l era el primero de ellos, o era superior a todos ellos. O, tal vez, a�n conservaba el cargo al frente de esta clase de hombres: el cargo al que hab�a sido designado cuando interpret� el sue�o anterior, Daniel 2:48. La palabra traducida como "maestro" (?? rab) es la que se aplic� a un maestro, un jefe o un gran hombre entre los jud�os, de donde vino el t�tulo " rabino." Compare Daniel 2:48; Daniel 5:11.

Porque s� que el esp�ritu de los dioses santos est� en ti - Esto lo hab�a aprendido por la habilidad que hab�a demostrado al interpretar su sue�o en una ocasi�n anterior, Daniel 2.

Y ning�n secreto te molesta - Es decir, te molesta tanto que no puedes explicarlo; no est� m�s all� de tu poder revelar su significado. La palabra representada "secreto" (?? r?az) aparece en Daniel 2:18, Daniel 2:27-3, Daniel 2:47. No se encuentra en otro lugar. Significa lo que est� oculto, y tiene referencia aqu� a la verdad oculta o la intimidad de la voluntad Divina, bajo un sue�o. La palabra traducida �te perturba� (??? 'a?nas) significa, para instar, presionar, obligar; y la idea aqu� es que no lo "presion�" tanto como para causarle ansiedad. Era f�cil para �l revelar su significado. Griego, "Ning�n misterio est� m�s all� de tu poder" - ???? ?????????? ?? ouk adunatei se.

Cu�ntame las visiones de mi sue�o - La naturaleza de la visi�n, o el significado de lo que he visto. Parece haber deseado saber qu� tipo de visi�n deber�a considerar, as� como su interpretaci�n, ya sea como una indicaci�n de la voluntad divina o como un sue�o ordinario. El griego y el �rabe traducen esto: "Escucha la visi�n de mi sue�o y dime la interpretaci�n del mismo". Esto concuerda mejor con el significado probable del pasaje, aunque la palabra "escuchar" no est� en el Caldeo.

Versículo 10

As� fueron las visiones de mi cabeza en mi cama - Estas son las cosas que vi en mi cama. Cuando dice que eran las "visiones de su cabeza", declara una doctrina que luego sin duda se consider� como la verdad, que la cabeza es el asiento del pensamiento.

Vi - Margen, "estaba viendo". Chaldee, "viendo que vi". La frase implicar�a una contemplaci�n atenta y tranquila. No era una visi�n revoloteante; era un objeto que contempl� deliberadamente para conservar un claro recuerdo de su forma y apariencia.

Y, he aqu�, un �rbol en medio de la tierra - Ocupando una posici�n central en la tierra. Parece haber estado solo, alejado de cualquier bosque: haber estado solo. Su posici�n central, no menos que su tama�o y proporciones, atrajo su atenci�n. Tal �rbol, que se elevaba hacia los cielos y enviaba sus ramas a lo lejos, y brindaba sombra a las bestias del campo, y un hogar para las aves del cielo Daniel 4:12, era un emblema llamativo de un monarca grande y poderoso, y sin duda a Nabucodonosor se le ocurri� de inmediato que la visi�n ten�a alguna referencia a s� mismo. As�, en Ezequiel 31:3, el rey asirio es comparado con un cedro magn�fico: "He aqu�, el asirio era un cedro en el L�bano, con ramas claras, y con una mortaja de sombra, y de una alta estatura, y su la parte superior estaba entre las ramas gruesas ". Compare tambi�n Ezequiel 17:22, donde "el �rbol alto y el �rbol verde" se refieren probablemente a Nabucodonosor. Vea la nota en Isa�as 2:13. Compare Isa�as 10:18; Jeremias 22:7, Jeremias 22:23. Homero a menudo compara a sus h�roes con los �rboles. H�ctor, derribado por una piedra, se compara con un roble derribado por un rayo. La ca�da de Simoisius es comparada por �l con la de un �lamo, y la de Euphorbus con la ca�da de una hermosa aceituna. Nada es m�s obvio que la comparaci�n de un h�roe con un alto �rbol del bosque, y por lo tanto, era natural para Nabucodonosor suponer que esta visi�n ten�a una referencia a s� mismo.

Y su altura era grande - En el siguiente verso se dice que lleg� al cielo.

Versículo 11

El �rbol creci� - O el �rbol era "genial" - ??? r e ba?h. No significa que el �rbol creci� mientras lo miraba para alcanzar el cielo, sino que estaba delante de �l en todo su esplendor, su copa alcanzaba el cielo y sus ramas se extend�an a lo lejos.

Y era fuerte - Estaba bien proporcionado, con un tronco adaptado a su altura y a la masa de ramas y follaje que soportaba. La fuerza aqu� se refiere a su tronco, y al hecho de que parec�a estar firmemente fijado en la tierra.

Y su altura alcanz� el cielo - Al cielo; a la regi�n de las nubes. La comparaci�n de los �rboles que llegan al cielo es com�n en los autores griegos y latinos. - Grocio. Compare la descripci�n de la fama de Virgil.

"Mox sese attollit in auras,

Ingrediturque solo, et caput inter nubila condit ". -

�AEn. iv. 176

Y su visi�n hasta el final de toda la tierra - Se pod�a ver, o era visible en todas las partes de la tierra. El griego aqu� para "vista" es ?????? kutos, "amplitud, capacidad". Her�doto ("Polimnia") describe una visi�n notablemente similar a esta, como indicativo de una monarqu�a amplia y universal, respetando a Jerjes:

"Despu�s de estas cosas hubo una tercera visi�n en su sue�o, que los magos (?????? magoi) escucharon, dijo que pertenec�a a toda la tierra, y denotaba que todo los hombres estar�an sujetos a �l. La visi�n era esta: Jerjes parec�a coronado con una rama de laurel, y las ramas de laurel parec�an extenderse por toda la tierra ". La visi�n que Nabucodonosor ten�a aqu�, de un �rbol tan visible como para ser visto desde cualquier parte del mundo, era una que se aplicar�a naturalmente a un soberano que tiene un dominio universal.

Versículo 12

Sus hojas eran justas - Eran hermosas. Es decir, eran abundantes y verdes, y no hab�a signos de descomposici�n. Todo indicaba un crecimiento vigoroso y saludable, un �rbol en toda su belleza y majestad, un emblema llamativo de un monarca en su gloria.

Y su fruto mucho - Estaba cargado de fruta - mostrando que el �rbol estaba en pleno vigor.

Y en ella hab�a carne para todos - Comida para todos, por lo que la palabra carne se usaba anteriormente. Esto indicar�a la dependencia de las multitudes de aquel a quien el �rbol representaba, y tambi�n denotar�a que era un dispensador liberal de sus favores.

Las bestias del campo ten�an sombra debajo de �l - Encontraron una sombra agradecida debajo de �l en el ardiente calor del mediod�a - un llamativo emblema de las bendiciones de una monarqu�a que brinda protecci�n y dando paz a todos los que est�n debajo.

Y las aves del cielo habitaban en sus ramas - Las aves del aire. Construyeron sus nidos y criaron a sus cr�as all� sin ser molestados, otro emblema llamativo de la protecci�n que brinda la gran monarqu�a dise�ada para ser representada.

Y toda la carne se aliment� de ella - Todos los animales; Todo lo que vivi�. Proporcion� protecci�n, un hogar y comida para todos. Bertholdt traduce esto, "todos los hombres". En el Codex griego Chisianus se da la siguiente versi�n o par�frasis de este pasaje: �Su visi�n era grandiosa, su cima alcanzaba el cielo y su amplitud (?????? kutos ) a las nubes - llenaron las cosas (??? ta) debajo del cielo - hab�a un sol y una luna, moraron en �l e iluminaron toda la tierra ".

Versículo 13

Vi en las visiones de mi cabeza sobre mi cama - En las visiones que pasaron ante m� mientras estaba acostado en mi cama, Daniel 4:1 .

Y, he aqu�, un observador y un santo - O mejor dicho, "incluso uno santo". o "qui�n era santo". Evidentemente, no tiene la intenci�n de referirse a dos seres, un "observador" y "uno que era santo"; pero se refiere a designar el personaje del observador, que era santo o que era uno de la clase de "observadores" que se clasificaron como santos, como si hubiera otros a quienes se podr�a aplicar el nombre de "observador". No fueron santos. Entonces Bertholdt, �no dos, sino solo uno, que era tanto observador como santo; uno de los conocidos como observadores y santos ". El ? copulativo (v) y puede usarse para denotar no una cosa o cosa adicional, sino para especificar algo adem�s de, o en explicaci�n de, qu� el nombre aplicado lo indicar�a. Compare 1 Samuel 28:3: "En Ram�, incluso (? v) en su propia ciudad". 1 Samuel 17:4: "y p�ngalos en una bolsa de pastor que ten�a, incluso (? v) en un script".

Compare Salmo 68:9 (10); Am�s 3:11; Am�s 4:1; Jeremias 15:13; Isa�as 1:13; Isa�as 13:14; Isa�as 57:11; Eclesiast�s 8:2. - Gesenius, "Lex". La palabra representada "vigilante" (??? ? ??yr) se representa en la Vulgata vigil; en el griego de Theodotion la palabra se retiene sin intentar traducirla - ????? eir; el Codex Chisianus tiene ????????? angelos - "un �ngel fue enviado en su fuerza desde el cielo". La palabra original (??? ? ??yr) significa, correctamente, "un observador", de ??? ? ??yr, para ser ardiente y ardiente; luego estar vivo o activo, y luego despertar, estar despierto, estar despierto por la noche, mirar. Compare Cantares de los Cantares 5:2; Malaqu�as 2:12. La palabra utilizada aqu� se emplea para denotar a alguien que observa, solo en este cap�tulo de Daniel, Daniel 4:13, Daniel 4:17, Daniel 4:23. Es evidente que en estos lugares se aplica a los �ngeles, pero se desconoce "por qu�" se usa este t�rmino. Gesenius ("Lex.") Supone que se les da para vigilar las almas de los hombres.

Jerome (in loc.) Dice que la raz�n por la cual se le da el nombre es porque siempre vigilan y est�n preparados para hacer la voluntad de Dios. Seg�n Jerome, el griego ?????? iris aplicado al arco iris, y que parece ser un ser celestial enviado a la tierra, se deriva de esta palabra. Compare la "Il�ada", ii. 27. Theodoret dice que el nombre se le da a un �ngel, para denotar que el �ngel no tiene cuerpo - ?????????? aso?maton - "porque el que est� rodeado de un cuerpo es el sirviente del sue�o, pero el que est� libre de un cuerpo es superior a la necesidad de dormir ". El t�rmino "observadores", tal como se aplica a los seres celestiales, es de origen oriental y no se deriva de manera improbable de Persia. �Los siete Amhaspands recibieron su nombre debido a sus grandes y santos ojos, y por lo tanto, en general, todos los Izeds celestiales observan en el cielo alto sobre el mundo y las almas de los hombres, y por este motivo se les llama los observadores del mundo. . " - Zendavesta, citado por Bertholdt, in loc. �El Bun-Dehesh, un comentario sobre el Zendavesta, contiene un extracto del mismo, que muestra claramente el nombre y el objeto de los observadores en el antiguo sistema de Zoroastro. Funciona as�: "Ormuzd ha establecido cuatro" observadores "en las cuatro partes de los cielos, para mantener su ojo en el anfitri�n de las estrellas.

Est�n obligados a vigilar las huestes de las estrellas celestiales. Uno se para aqu� como el observador de su c�rculo; El otro all�. Los ha colocado en tal o cual puesto, como observadores de tal o cual c�rculo de las regiones celestiales; y esto por su propio poder y poder. Tashter vigila el este, Statevis vigila el oeste, Venant el sur y Haftorang el norte. - Rhode, Die heilige Sage des Zendvolks, p�g. 267, citado por el Prof. Stuart., in loc. "El ep�teto" bueno "probablemente se agrega aqu� para distinguir a esta clase de observadores de los" malos ", porque Ahriman, el genio del mal, ten�a" Archdeves "y" Deves ", que correspond�an en rango con los Amhaspands e Izeds de los Zendavesta, y que "observaba" hacer el mal con tanta ansiedad como los dem�s hac�an el bien ". - Prof. Stuart. No es improbable que estos t�rminos, como aplicables a los seres celestiales, se conozcan en el reino de Babilonia, y nada es m�s natural que lo que deber�a usarse en este libro. No se encuentra en ninguno de los libros de hebreo puro.

Versículo 14

Llor� en voz alta - Margen, como en el Caldeo, "con fuerza". Es decir, llor� con una voz fuerte.

Corta el �rbol - Este comando no parece haber sido dirigido a ninguna persona en particular que ejecutara la comisi�n, pero es una forma fuerte y significativa de diciendo que ciertamente se har�a. O posiblemente el comando puede entenderse como dirigido a sus compa�eros observadores Daniel 4:17, o a las �rdenes de los �ngeles que presidi� este.

Y corta sus ramas ... - La idea aqu�, y en la parte posterior del vers�culo, es que el �rbol deb�a ser cortado por completo, y toda su gloria y belleza destruida. Primero deb�a ser talado, y luego sus miembros cortados, y luego estos deb�an ser despojados de su follaje, y luego la fruta que llevaba deb�a ser esparcida. Todo esto fue notablemente significativo, tal como se aplicaba al monarca, de una terrible calamidad que se le ocurrir�a despu�s de que deber�a haber sido bajado de su trono. Continuar�a un proceso de humillaci�n y desolaci�n, como si el �rbol, cuando se cortara, no sufriera su quietud sobre la tierra en silencio. �Deja que las bestias se escapen�, etc. Es decir, dejar� de dar sombra a las bestias y un hogar a las aves. Los prop�sitos que hab�a respondido en los d�as de su gloria llegar�n a su fin.

Versículo 15

Sin embargo, deje el mu��n de sus ra�ces en la tierra - Como un �rbol que no est� completamente muerto, pero que puede enviar reto�os y disparar nuevamente. Vea la nota en Isa�as 11:1. En Theodotion esto es, ???? ????? ???? ??????? te?n phue?n to?n rizo?n - la naturaleza, el germen . Schleusner traduce el griego, "el tronco de sus ra�ces". La Vulgata es, germen radicum ejus, "el germen de sus ra�ces". El Codex Chisianus tiene: ??????? ????? ??????? ??????? ??? ???? ???? rizan mian aphete autou en te? ge? -" deja una de sus ra�ces en la tierra ". La palabra original de Chaldee (??? ? ??qqar) significa "toc�n, tronco" (Gesenius); el hebreo - ??? ? e?qer - la misma palabra con diferentes puntos, significa un arbusto o brote. Ocurre solo una vez en hebreo Lev�tico 25:47, donde se aplica a la poblaci�n de una familia, o a una persona originaria de una familia extranjera residente en el territorio hebreo: "la poblaci�n de la familia del extra�o". La forma de la palabra Chaldee aparece solo en Daniel 4:15, Daniel 4:23, Daniel 4:26, traducida en cada lugar como "toc�n", pero no significa "toc�n" en el sentido en que esa palabra ahora se emplea com�nmente. La palabra "toc�n" ahora significa el trozo de un �rbol; la parte del �rbol que queda en la tierra, o que se proyecta sobre �l despu�s de que el �rbol se corta, sin ninguna referencia a la pregunta de si est� vivo o muerto. La palabra aqu� utilizada implica que todav�a estaba vivo, o que hab�a un germen que enviar�a un nuevo brote, para que el �rbol volviera a vivir. La idea es que, aunque el �rbol poderoso caer�a, quedar�a vitalidad en la ra�z, o la porci�n que permanecer�a en la tierra despu�s de que el �rbol fue cortado, y que esto brotar�a nuevamente, una imagen muy sorprendente de lo que le ocurrir�a a Nabucodonosor despu�s de que fuera arrojado de su alto trono, y nuevamente restaurado a su raz�n y poder.

Incluso con una banda de hierro y lat�n - Esta expresi�n puede considerarse aplicable tanto al �rbol talado como al monarca humillado. Si se aplica a la primera, parecer�a que la idea es que el toc�n o la ra�z de un �rbol, considerado tan valioso, estar�a cuidadosamente asegurado por un cerramiento de hierro o lat�n, ya sea en forma de aro colocado alrededor de la parte superior del mu��n, para evitar que sea abierto o agrietado por el calor del sol, a fin de admitir la humedad, que lo pudrir�a; o alrededor de las ra�ces, para unirlo, con la esperanza de que vuelva a crecer; o puede referirse a una baranda o cerramiento de hierro o lat�n, para evitar que sea arado o desenterrado como in�til. En cualquier caso, estar�a protegido con la esperanza de que un �rbol tan valioso pudiera volver a surgir. Si se aplica al monarca, una explicaci�n que no es inconsistente con la interpretaci�n adecuada del pasaje, parecer�a referirse a alg�n m�todo para asegurar al man�aco real en lazos de hierro y lat�n, como con la esperanza de que su raz�n a�n pueda ser restaurada, o con el fin de evitar que le inflija lesiones fatales. Que la cosa aqu� mencionada pueda practicarse con respecto a un �rbol valioso talado, o desmenuzado, no es de ninguna manera improbable; que se pueda practicar en referencia al monarca est� de acuerdo con la manera en que los locos han sido tratados en todas las edades y pa�ses.

En la tierna hierba del campo - Al aire libre; sin refugio; expuesto a roc�o y lluvia. El toc�n permanecer�a en el campo abierto donde crec�a la hierba, hasta que volviera a dispararse; y en una condici�n muy parecida a eso, el monarca ser�a excluido de su palacio y de las moradas de los hombres. Para el significado de esto, como se aplica a Nabucodonosor, vea la nota en Daniel 4:25. La palabra que se traduce como "hierba tierna" significa simplemente hierba joven o hierba. No se debe poner �nfasis en la palabra licitaci�n. Simplemente significa que estar�a en el extranjero donde la hierba brota y crece.

Y d�jelo mojar con el roc�o del cielo - Aplicado al �rbol, lo que significa que el roc�o caer�a sobre �l y lo humedecer�a continuamente. La ca�da del roc�o sobre �l contribuir�a a preservarlo vivo y asegurar su crecimiento nuevamente. En un suelo seco, o si no hubiera lluvia o roc�o, el germen morir�a. No se puede suponer que, en lo que respecta al monarca, podr�a significar que su permanencia bajo el roc�o del cielo contribuir�a de alguna manera a restaurar su raz�n, pero todo lo que est� impl�cito con respecto a �l es el hecho de que as� lo har�a. ser un paria. La palabra traducida como "d�jalo mojarse" - ????? y??ts e t?aba? de ??? ts e ba? - significa sumergir, sumergir; te�ir te�ir; aunque la palabra no se encuentra en los �ltimos sentidos en el Caldeo. En los Targums a menudo se usa para "te�ir, colorear". La palabra aparece solo en este cap�tulo de Daniel Daniel 4:15, Daniel 4:23, Daniel 4:33 y se representa en cada lugar de la misma manera. No se usa en la escritura hebrea en el sentido de te�ir o te�ir, excepto en la forma de un sustantivo - ??? tseba? - en Jueces 5:3: "Para Sisera una presa de diversos colores, una presa de diversos colores de costura, de diversos colores de costura". En el pasaje que tenemos ante nosotros, por supuesto, no hay ninguna alusi�n de este tipo, pero la palabra significa simplemente que el toc�n del �rbol se mantendr�a h�medo con el roc�o; seg�n corresponda al �rbol, es m�s probable que brote nuevamente.

Y que su porci�n est� con las bestias en la hierba de la tierra - Aqu� hay un cambio evidentemente del �rbol a algo representado por el �rbol. No podr�amos decir de un �rbol que su "porci�n estaba con las bestias en la hierba", aunque en las im�genes confusas e incongruentes de un sue�o, nada ser�a m�s natural que tal cambio de un �rbol a alg�n objeto representado por �l, o tener alg�n parecido con �l. Es probable que fue esta circunstancia la que atrajo particularmente la atenci�n del monarca, ya que aunque el sue�o comenz� con un "�rbol", termin� con la referencia a "una persona", y evidentemente alguien cuya estaci�n estar�a bien representada por tal Un �rbol magn�fico y solitario. El sentido aqu� es, "que comparta la gran cantidad de bestias; d�jelo vivir como ellos: "es decir, d�jelo vivir en la hierba. Compare Daniel 4:25.

Versículo 16

Que su coraz�n sea cambiado del hombre, y que se le d� el coraz�n de una bestia - Aqu� ocurre lo mismo en una forma m�s marcada, mostrando que alg�n hombre fue representado por la visi�n, e indicando alg�n cambio que fue adecuado para atraer la atenci�n m�s profunda, como si la persona mencionada dejara de ser hombre y se convirtiera en una bestia. La palabra coraz�n aqu� parece referirse a la naturaleza: �deja que su naturaleza o propensi�n dejen de ser la de un hombre y se vuelvan como las de una bestia; deja que deje de actuar como hombre, y que act�e como lo hacen las bestias, demostrando como poca mente y viviendo de la misma manera ".

Y deje pasar siete veces sobre �l - En esta condici�n, o hasta que sea restaurado. De hecho, no se dice que ser�a restaurado, pero esto est� impl�cito.

(a) en la misma expresi�n "hasta que siete veces pasen sobre �l", como si luego fuera restaurado de alguna manera, o como si esta condici�n terminara; y

(b) en la declaraci�n de que "el mu��n de las ra�ces" quedar�a en la tierra como si todav�a pudiera germinar de nuevo.

Sin embargo, todo en el sue�o estaba preparado para producir perplejidad en cuanto a lo que podr�a significar. La palabra representada "veces" (????? ? ??dda?n??yn - singular, ??? ? idda?n) es una palabra importante en la interpretaci�n de Daniel. Es de la misma clase de palabras que el hebreo ??? ya??ad - se�alar, nombrar, arreglar; y se referir�a adecuadamente al tiempo considerado como "designado" o "designado"; entonces puede significar cualquier per�odo establecido o designado, como un a�o. La idea es la del tiempo considerado como designado o fijo por per�odos, y la palabra puede referirse a cualquier per�odo, ya sea largo o corto, un d�a, un mes, un a�o o cualquier otra medida de duraci�n. La medida o porci�n que se pretende en un caso particular debe determinarse a partir de la conexi�n en la que se encuentra la palabra. La palabra usada aqu� no aparece en la escritura hebrea, y se encuentra solo en el libro de Daniel, donde se traduce uniformemente como "tiempo" y "tiempos".

Se encuentra solo en los siguientes lugares: Daniel 2:8, "que ganar�an el tiempo"; Daniel 2:9, "hasta que se cambie el tiempo;" Daniel 2:21, "y �l cambia los tiempos;" Daniel 3:5, Daniel 3:15, "a qu� hora oir�n"; Daniel 4:16, Daniel 4:23, "y dejar que siete veces pasen sobre �l", Daniel 4:25, Daniel 4:32, "siete veces pasar sobre �l; Daniel 7:12, "por una temporada y tiempo;" Daniel 7:25, "hasta un tiempo y tiempos y la divisi�n del tiempo". En el lugar que tenemos ante nosotros, en lo que respecta al significado de la palabra, podr�a significar un d�a, una semana, un mes o un a�o. La interpretaci�n m�s com�n es lo que supone que fue un a�o, y esto coincidir� mejor con todas las circunstancias del caso que cualquier otro per�odo. El griego de Theodotion aqu� es: ???? ?????? ??????? ?????????????? ??? ? ??????? kai hepta kairoi allage?sontai ep' auton - "Y siete veces cambiar�n sobre �l;" es decir, hasta siete temporadas giran sobre �l.

La construcci�n m�s natural de esta frase griega ser�a referirla a a�os. La Vulgata Latina lo interpreta de manera similar: et septem tempora mutentur super eum - "Y que se cambie siete veces" o gire "sobre �l". En el Codex Chisianus es: ???? ?????? ????? ???????? ???? ???????? kai hepta ete? boske?the? sun autois - "y deja que se alimente con ellos siete a�os". Lutero lo traduce como "tiempos". Josefo entiende por eso "siete a�os". - "Hormiga". si. X. ch. 10: Secci�n 6. Mientras que la palabra Chaldee es indeterminada con respecto al per�odo de tiempo, la construcci�n m�s natural y obvia aqu� y en otros lugares, en el uso de la palabra, es referirla a a�os. Los d�as o semanas ser�an obviamente demasiado cortos, y aunque en este lugar la palabra "meses" quiz�s abarcar�a todo lo que ser�a necesario, sin embargo, en los otros lugares donde aparece la palabra en Daniel, sin duda se refiere a a�os, y por lo tanto hay , una propiedad en entenderlo de la misma manera aqu�.

Versículo 17

Este asunto es por decreto de los observadores - Vea las notas en Daniel 4:13. Aqu� se describen no solo como velar por los asuntos de los hombres, sino como encomendados a la ejecuci�n de los altos e importantes designios de Dios. La representaci�n es que uno de estos seres celestiales fue visto por Nabucodonosor en sus visiones, y que este le dijo que hab�a venido a ejecutar lo que sus asociados hab�an determinado, o en consejo con otros. La idea parecer�a ser que los asuntos del reino de Nabucodonosor hab�an sido colocados en importantes aspectos bajo la administraci�n de estos seres, y que en un consejo solemne hab�an resuelto esta medida. No se dice que esto no estaba de acuerdo con, y bajo la direcci�n de un poder superior, el de Dios; y eso est� bastante impl�cito cuando se dice que el gran dise�o de esto fue mostrar a los vivos que "el Alt�simo gobierna en el reino de los hombres". En s� mismo considerado, no hay improbabilidad en suponer que los asuntos de este mundo inferior est�n en algunos aspectos puestos bajo la administraci�n de seres superiores al hombre, ni que los eventos pueden ocurrir como resultado de su deliberaci�n o, como se expresa aqu� , por su "decreto". Si, en alg�n aspecto, los asuntos del mundo est�n sujetos a su jurisdicci�n, hay muchas razones para suponer que habr�a armon�a entre el consejo y la acci�n, y un evento de este tipo podr�a estar tan representado.

Y la demanda - O, el asunto; el asunto; el negocio. La palabra Chaldee propiamente significa una pregunta, una petici�n; luego un tema de investigaci�n, una cuesti�n de negocios. Aqu� significa que este asunto, o este negocio, estaba de acuerdo con la direcci�n de los santos.

Los santos - Sin�nimo de los observadores, y refiri�ndose a lo mismo. Vea la nota en Daniel 4:13.

Con la intenci�n de que los vivos sepan - Con el dise�o de que aquellos que viven en la tierra pueden entender esto. Es decir, el dise�o era para proporcionar una prueba de esto, tan impresionante y llamativo, que nadie podr�a dudarlo. No podr�a haber una forma m�s efectiva de hacerlo que mostrando el poder absoluto del Alt�simo sobre un monarca como Nabucodonosor.

That the Most High - El que est� exaltado sobre todos los hombres; todos los �ngeles todos los que pretenden ser dioses. La frase aqu� est� dise�ada para referirse al Dios verdadero, y el objetivo era mostrar que �l era el m�s exaltado de todos los seres y que ten�a un control absoluto sobre todos.

Gobernaci�n en el reino de los hombres - Quien reina, �l reina sobre ellos.

Y se lo da a quien quiera - Es decir, le da dominio sobre los hombres a quien quiera. No es por orden humano, o por arreglos entre hombres. No es por derecho hereditario; no por sucesi�n; no por conquista; no por usurpaci�n; no por elecci�n, que este asunto finalmente se determine; es por decreto y prop�sito de Dios. Puede eliminar al pr�ncipe hereditario con la muerte; �l puede hacer que se haga a un lado otorg�ndole �xito a un usurpador; �l puede disponer de una corona por conquista; puede cortar al conquistador con la muerte y transferir la corona a un oficial inferior; �l puede eliminar a uno que fue la elecci�n unida de un pueblo por la muerte, y poner a otro en su lugar. Entonces el ap�stol Pablo dice: "No hay poder sino de Dios: los poderes que son ordenados por Dios" Romanos 13:1.

Y establece sobre �l al m�s bajo de los hombres - Es decir, designa sobre el reino de los hombres, a su gusto, aquellos que son del rango m�s humilde o m�s bajo . La alusi�n aqu� no es a Nabucodonosor como si �l fuera el "m�s bajo" o el "m�s vil" de los hombres, sino que la declaraci�n es una verdad general, que Dios, a su gusto, deja de lado a los de rango exaltado y eleva a los de los hombres. rango m�s bajo en su lugar. Hay una idea ahora unida com�nmente a la palabra "basest", que la palabra utilizada aqu� de ninguna manera transmite. No denota lo malo, lo vil, lo in�til, lo iliberal, sino los de rango humilde o humilde. Este es el significado apropiado de la palabra caldea ???? sh e phal - y as� se representa en la Vulgata , humillimum hominem. El griego de Theodotion, sin embargo, es "lo que est� desarmado entre los hombres" - ???????????? ??????????? exoudeno?ma anthro?po?n. En la �ltima parte del sue�o Daniel 4:15 tenemos una ilustraci�n de lo que ocurre a menudo en los sue�os: su singular incongruencia. En la primera parte del sue�o, la visi�n es la de un �rbol, y la idea se lleva a cabo de manera constante durante una parte considerable del mismo: la altura del �rbol, las ramas, las hojas, la fruta, la sombra, el toc�n ; entonces, de repente, hay un "cambio" en algo que es vivo y humano: el cambio del "coraz�n" al de una bestia; el ser expuesto al roc�o del cielo; la porci�n con las bestias de la tierra, etc. Tales cambios e incongruencias, como todos saben, son comunes en los sue�os. Entonces Shakespeare

"Es cierto, hablo de sue�os,

�Cu�les son los hijos de un cerebro inactivo,

Engendrado de nada m�s que vana fantas�a;

Que es tan delgada de sustancia como el aire,

Y m�s inconstante que el viento, que corteja

Incluso ahora el seno helado del norte,

Y, estando enojado, se aleja de all�

Girando su rostro hacia el sur que cae roc�o.

Romeo y Julieta .

Versículo 18

Este sue�o que el rey Nabucodonosor he visto - Este es el sue�o que vi. Lo hab�a detallado detalladamente tal como se le apareci�, sin pretender poder explicarlo.

Porque todos los sabios de mi reino ... - Daniel 4:7.

Pero eres capaz ... - Ver las notas en Daniel 4:9.

Versículo 19

Entonces Daniel, cuyo nombre era Belteshazzar - Daniel 4:8. Se ha objetado que la menci�n en este edicto de "ambos" los nombres por los cuales se conoc�a a Daniel es una circunstancia improbable; que un monarca pagano solo se hubiera referido a �l por el nombre con el que se le conoc�a en Babilonia, el nombre que �l mismo le hab�a conferido en honor del dios ("Belus") por el que fue llamado. Vea la nota en Daniel 1:7. A esto se puede responder que, aunque en una relaci�n ordinaria con �l en Babilonia, al dirigirse a �l como oficial de estado bajo el gobierno caldeo, sin duda solo se lo mencionar�a por ese nombre; sin embargo, en una proclamaci�n como esta, se usar�an los dos nombres con los que se le conoc�a: el uno para identificarlo entre sus propios compatriotas, el otro entre los caldeos. Esta proclamaci�n fue dise�ada para personas de todas las clases, rangos y lenguas Daniel 4:1; pretend�a dar a conocer la supremac�a del Dios adorado por los hebreos. Nabucodonosor hab�a derivado el conocimiento del significado de su sue�o de alguien que era hebreo, y era natural, por lo tanto, para que se supiera por qui�n hab�a sido interpretado el sue�o, que �l deber�a designarlo as� para que fuera entendido por todos.

Estaba asombrado - Estaba asombrado. La palabra "asombrado", ahora fuera de uso, aparece varias veces en la versi�n com�n; Esdras 9:3; Job 17:8; Job 18:2; Ezequiel 4:17; Daniel 3:24; Daniel 4:19; Daniel 5:9. Daniel estaba "asombrado" y "abrumado" por lo que evidentemente era la temible importancia del sue�o.

Durante una hora - No es posible designar la hora exacta indicada por la palabra "hora" - ???? sha??a?h. Seg�n Gesenius ("Lex"), significa momento de tiempo; correctamente, una mirada, una mirada, un gui�o de ojo - alem�n, "augenblick". En �rabe la palabra significa tanto un momento como una hora. En Daniel 3:6, Daniel 3:15, evidentemente significa inmediatamente. Aqu� parecer�a significar poco tiempo. Es decir, Daniel estaba concentrado en sus pensamientos y mantuvo un profundo silencio hasta que el rey se dirigi� a �l. No debemos suponer que esto continu� durante el espacio de tiempo que llamamos una hora, pero �l permaneci� en silencio hasta que Nabucodonosor se dirigi� a �l. No parecer�a estar dispuesto a hablar de tan terribles calamidades como vio que se acercaban al rey.

Y sus pensamientos lo preocuparon - Los pensamientos que pasaron por su mente respetando la temible importancia del sue�o.

El rey habl� y dijo ... - Al percibir que el sue�o ten�a, como probablemente lo hab�a comprendido, un significado terrible, y que Daniel dud� en explicar su significado. Tal vez supuso que dud� porque comprendi� el peligro para s� mismo si deb�a expresar sus pensamientos, y el rey, por lo tanto, le asegur� la seguridad y lo alent� a declarar el significado completo de la visi�n, sea lo que sea.

Belteshazzar respondi� y dijo: Mi se�or, el sue�o sea para aquellos que te odian - Deja que las cosas que el sue�o les haya adelantado a tus enemigos en lugar de a ti. . Esto simplemente implica que no deseaba que estas cosas vinieran sobre �l. Era el lenguaje de la cortes�a y del respeto; demostr� que no deseaba que le ocurriera ninguna calamidad al monarca, y que no deseaba el �xito de sus enemigos. No hay en esto nada que implique necesariamente un odio hacia los enemigos del rey, ni ning�n deseo de que caiga sobre ellos una calamidad; Es la expresi�n de un sincero deseo de que tal aflicci�n no pueda venir sobre �l. Si deb�a aparecer, tal era su respeto por el soberano y tal deseo por su bienestar y prosperidad, que prefer�a que cayera sobre aquellos que eran sus enemigos y que lo odiaban. Este lenguaje, sin embargo, no debe interpretarse r�gidamente. Es el idioma de un oriental; lenguaje pronunciado en un tribunal, donde solo se escucharon las palabras de respeto. Expresiones similares a esta ocurren con frecuencia en escritos antiguos. As� Horacio, b. iii) oda 27:

�Hostium uxores puerique caecos

Sentiant motus orientis Austri ".

Y Virgil, Georg. iii) 513:

"Di meliora piis, erroremque liostibus ilium".

"Tales adornos ret�ricos no est�n dirigidos a individuos, no tienen nada de malicia o mala voluntad, se usan como signos de respeto a los poderes gobernantes y se puede presumir que est�n libres de cualquier imputaci�n de falta de caridad". - Wintle, in loc.

Versículos 20-21

El �rbol que viste ... - En estos dos vers�culos, Daniel se refiere a las circunstancias principales que respetan el �rbol tal como apareci� en el sue�o, sin ninguna alusi�n todav�a. a la orden de reducirlo. Probablemente dise�� para mostrar que hab�a entendido claramente lo que se hab�a dicho, o que hab�a atendido las circunstancias m�s minuciosas seg�n lo narrado. Era importante hacer esto para mostrar claramente que se refer�a al rey; un hecho que probablemente el mismo Nabucodonosor aprehendi�, pero a�n as� era importante que esto se resolviera tan firmemente en su mente que no se rebelar�a de �l cuando Daniel llegara a revelar la temible importancia del resto del sue�o.

Versículo 22

Eres t�, oh rey - Es una representaci�n de ti mismo. Compare Daniel 2:38.

Ese arte creci� y se hizo fuerte - Refiri�ndose a la extensi�n limitada de su dominio cuando lleg� al trono, y al aumento de su poder por parte de una sabia administraci�n y conquista.

Porque tu grandeza ha crecido - La majestad y la gloria del monarca hab�an aumentado con todas sus conquistas y con la magnificencia que hab�a arrojado alrededor de su corte.

Y alcanza el cielo - Una expresi�n que simplemente denota la grandeza de su autoridad. Se dice que el �rbol lleg� al cielo Daniel 4:11, y la majestuosidad y grandeza de un monarca tan grande podr�a estar representada por un lenguaje que parec�a implicar que ten�a control sobre todas las cosas.

Y tu dominio hasta el fin de la tierra - En la medida del mundo como se conoc�a entonces. Esto era casi literalmente cierto.

Versículo 23

Y mientras que el rey vio un observador ... - Vea la nota en Daniel 4:13. La recapitulaci�n en este verso var�a ligeramente de la declaraci�n en Daniel 4:14, a�n as� no afecta materialmente el sentido. Daniel parece haber dise�ado recordar las principales circunstancias del sue�o, para identificarlo en la mente del rey y para prepararlo para la declaraci�n de los terribles eventos que le suceder�an.

Versículo 24

Este es el decreto del Alt�simo - Daniel aqu� dise�a evidentemente para dirigir la atenci�n del monarca al �nico Dios vivo y verdadero, y para mostrarle que �l preside sobre todos. El prop�sito de la visi�n era, de la manera m�s impresionante, convencer al rey de su existencia y soberan�a. Por lo tanto, Daniel dice que todo esto estaba de acuerdo con su "decreto". No era casualidad; no fue ordenado por dioses �dolos; no fue un evento que ocurri� por la mera fuerza de las circunstancias, o como resultado del funcionamiento de leyes secundarias: fue una interposici�n divina directa, el prop�sito solemne del Dios viviente de que as� fuera. Nabucodonosor hab�a representado esto, de acuerdo con las opiniones predominantes de la religi�n en su tierra, como un "decreto de los Vigilantes" Daniel 4:17; Daniel, de acuerdo con sus puntos de vista sobre la religi�n, y con la verdad, lo representa como el decreto del Dios verdadero.

Que ha venido sobre mi se�or el rey - El decreto se hab�a formado previamente; su ejecuci�n ahora hab�a ca�do sobre el rey.

Versículo 25

Que te expulsar�n de los hombres - Es decir, ser�s expulsado de las habitaciones de los hombres; del lugar que has ocupado entre los hombres. El profeta no dice "qui�n" har�a esto, pero dice que "se har�a". El lenguaje es tal como se usar�a para alguien que deber�a convertirse en un man�aco, y ser expulsado de la sociedad ordinaria en la que se hab�a mudado. El griego de Theodotion aqu� es: ???? ??? ????????????? kai se ekdio?xousin. El Codex Chisianus tiene, "Y el Alt�simo y sus �ngeles correr�n sobre ti - ?????????????? katatrechousin - conduci�ndote a la c�rcel", o a la detenci�n - ???? ???????? eis phulake?n -" y te empujar� a un lugar desierto ". El sentido general es que estar�a en un estado tal como para ser tratado como una bestia en lugar de un hombre; que lo sacar�an de sus moradas ordinarias y ser�a un paria miserable y descuidado.

Esto comienza el relato de la calamidad que iba a venir sobre Nabucodonosor, y como se han recibido muchas opiniones sobre la naturaleza de esta enfermedad, puede ser apropiado notar algunas de ellas. Comp�rese con Bertholdt, p�gs. 286-292. Algunos han sostenido que hubo una verdadera metamorfosis en alguna forma de animal, aunque su alma racional permaneci�, de modo que pudo reconocer a Dios y alabarlo. Cedrenus sostuvo que fue transformado en una bestia, mitad le�n y mitad buey. Un autor desconocido, mencionado por Justin, sostuvo que la transformaci�n se convirti� en un animal parecido a lo que se ve�a en las visiones de Ezequiel, los querubines, compuestos por un �guila, un le�n, un buey y un hombre. En apoyo de la opini�n de que hubo una transformaci�n real, se hizo un llamamiento a la creencia com�n entre las naciones antiguas, de que tales metamorfosis realmente hab�an ocurrido, y especialmente a lo que Her�doto (iv. 105) dice de los "Neuri" (?????? Neuroi) "Es dicho por los escitas, as� como por los griegos que habitan en Escitia, que una vez cada a�o todos ellos se convierten en lobos, y que despu�s de permanecer en ese estado por unos d�as, retoman su forma anterior ".

Herodoto agrega, sin embargo, "Esto no lo creo, aunque juran que es verdad". Tambi�n se hace un llamamiento a una afirmaci�n de Apuleius, quien dice de s� mismo que fue transformado en un asno; y tambi�n a las "Metamorfosis" de Ovidio. Esta supuesta transformaci�n de Nabucodonosor algunos le han atribuido a Satan�s. - John Wier "de Prcestigiis Daemonum", I. 26, Juan 4:1. Otros lo han atribuido a las artes de la magia o el encantamiento, y suponen que fue solo un cambio en la apariencia. Agust�n ("de Civit. Dei". Lib. Xviii. Cap. 17), refiri�ndose a lo que se dice de Diomed y sus seguidores a su regreso de Troya, que fueron transformados en p�jaros, dice que Varro, en prueba de la verdad de esto, apela al hecho de que Circe transform� a Ulises y sus compa�eros en bestias; y para los Arcadios, quienes, nadando sobre cierto lago, fueron transformados en lobos, y que "si no com�an carne de hombre, al final de nueve a�os nadaban sobre el mismo lago y volv�an a ser hombres".

Varro adem�s menciona el caso de un hombre llamado Daemonetus, quien, al probar los sacrificios que ofrec�an los arcadios (un ni�o), se convirti� en un lobo y se convirti� en un hombre nuevamente al cabo de dos a�os. El propio Agust�n dice que cuando estaba en Italia, escuch� un informe de que hab�a mujeres all� que, al darle una peque�a droga en queso, ten�an el poder de convertirlo en un imb�cil. Vea la curiosa discusi�n de Agust�n hasta qu� punto esto podr�a ser cierto, en su obra "de Civit". Dei ", lib. xviii. gorra. 18. Supone que, bajo la influencia de las drogas, los hombres podr�an suponer que se transformaron as�, o recordar lo que pas� en ese estado "como si" fuera as�. Cornelius a Lapide supone que la transformaci�n en el caso de Nabucodonosor fue tan lejos que sus rodillas se doblaron en la otra direcci�n, como las de los animales, y que camin� como animales. Or�genes, y muchos de los que han coincidido con �l en su modo aleg�rico de interpretar las Escrituras, supusieron que todo este relato es una alegor�a, dise�ada para representar la ca�da de Satan�s, y su restauraci�n nuevamente en favor de Dios, en de acuerdo con su creencia de la doctrina de la salvaci�n universal.

Otros suponen que la declaraci�n aqu� significa simplemente que hubo una conspiraci�n formidable contra �l; que fue destronado y atado con grillos; que luego fue expulsado de la corte y conducido al exilio; y que, como tal, vivi� una vida miserable, encontrando una precaria subsistencia en bosques y bosques, entre las bestias del bosque, hasta que, por otra revoluci�n, fue restaurado nuevamente al trono. No es necesario examinar estas diversas opiniones y mostrar su absurdo, su puerilidad o su falsedad. Algunos de ellos son simplemente rid�culos, y ninguno de ellos es exigido por una interpretaci�n justa del cap�tulo. Puede parecer, quiz�s, indigno incluso referirse a tales opiniones ahora; pero esto puede servir para ilustrar el m�todo en el cual la Biblia ha sido interpretada en �pocas anteriores, y los pasos que se han tomado antes de que los hombres lleguen a una interpretaci�n clara y racional del volumen sagrado. Es realmente doloroso reflexionar que tales absurdos y puerilidades se han relacionado de alguna manera con la interpretaci�n de la Palabra de Dios; Es triste reflejar que tantas personas, como consecuencia de ellas, han descartado la Biblia y las interpretaciones juntas como igualmente rid�culas y absurdas. La verdadera explicaci�n con respecto a la calamidad de Nabucodonosor es sin duda la siguiente:

(1) Era un man�aco, hecho as� por un juicio Divino directo a causa de su orgullo, Daniel 4:30. Lo esencial en la declaraci�n es que fue privado de su raz�n y que fue tratado como un man�aco. Compare Introducci�n al cap�tulo, II. (1)

(2) La forma particular de la locura con la que estaba afligido parece haber sido que se imaginaba a s� mismo como una bestia; y, habiendo tomado esta idea en su mente, actu� en consecuencia. Cabe se�alar en este sentido,

(a) que tal fantas�a no es algo raro entre los man�acos. Se pueden ver numerosos casos de esto en los diversos trabajos sobre locura, o incluso se puede ver simplemente visitando un manicomio. Uno se imagina que es un rey, y se engalana con un cetro y una diadema; otro que �l es de cristal y est� lleno de ansiedad excesiva por temor a que se rompa; otros se han visto privados de su propia naturaleza como seres humanos; otros como muertos y restaurados a la vida otra vez; otros como muertos y enviados a la vida sin coraz�n; otros como existentes de una manera diferente a cualquier otro mortal; otros como no tener alma racional. Ver Arnold "sobre la locura" I. pp. 176-195. En todos estos casos, cuando tal fantas�a se apodera de la mente, habr� un esfuerzo por parte del paciente para actuar de conformidad exacta con esta visi�n de s� mismo, y toda su conducta se adaptar� a ella. Nada puede convencerlo de que no es as�; y no hay absurdo en suponer que, si el pensamiento hubiera tomado posesi�n de la mente de Nabucodonosor de que era una bestia, vivir�a y actuar�a como una bestia salvaje, tal como se dice que lo hizo.

(b) En s� mismo considerado, "si" Nabucodonosor fue privado de su raz�n, y por la causa asignada: su orgullo, nada es m�s probable que dejarse imaginarse una bestia y actuar como una bestia. Esto proporcionar�a el contraste m�s llamativo a su estado anterior; har�a todo lo posible para derribar su orgullo; y mostrar�a de manera m�s efectiva la supremac�a del Alt�simo.

(3) En este estado mental, imagin�ndose a s� mismo una bestia salvaje y tratando de actuar de conformidad con este punto de vista, es probable que sea consentido en la medida en que sea compatible con su seguridad. Quiz�s la regencia ser�a inducida a permitir esto en parte por sus largos h�bitos de deferencia a la voluntad de un monarca arbitrario; en parte porque con esta indulgencia ser�a menos problem�tico; y en parte porque un espect�culo doloroso ser�a eliminado del palacio. No debemos suponer que se le permiti� deambular por los bosques en general sin ninguna restricci�n y sin ninguna supervisi�n. En Babilonia, adjunta al palacio, hab�a indudablemente, como en todo el Este, parques o jardines reales; hay muchas probabilidades de que en estos parques se hayan reunido animales raros y extra�os como una colecci�n real; y sin duda fue en estos parques, y entre estos animales que se le permiti� recorrer. Doloroso como tal espect�culo ser�a, sin embargo, no es improbable que a un man�aco as� se le permita, como contribuci�n a su satisfacci�n, o como un medio para restaurarlo en su sano juicio.

(4) Un rey, por amplio que sea su imperio, o su magn�fica corte, ser�a tan susceptible a un trastorno mental como cualquier otro hombre. Ninguna situaci�n en la vida puede salvar a la mente humana de la responsabilidad de una calamidad tan abrumadora, ni debemos considerar extra�o que venga tanto un rey como otros hombres. La condici�n de Nabucodonosor, representada por �l mismo en este edicto, era apenas m�s lamentable que la de Jorge III de Inglaterra, aunque no es sorprendente que en el siglo XVIII de la era cristiana, y en una tierra cristiana, el tratamiento del soberano en tales circunstancias era diferente de lo que un monarca recibi� en la Babilonia pagana.

(5) No se puede demostrar que esto no vino sobre Nabucodonosor, como se indica en este cap�tulo Daniel 4:30, debido a su orgullo. Que era un monarca orgulloso y altivo es evidente en toda su historia; que Dios tomar�a alg�n medio eficaz para humillarlo est� de acuerdo con sus tratos con la humanidad; que este ser�a el medio m�s efectivo de hacerlo, no se puede dudar. Nadie puede probar, con respecto a cualquier juicio que venga sobre la humanidad, que no se deba a alg�n pecado que reina en el coraz�n; y cuando se afirma en un libro que dice estar inspirado, que se produce una calamidad particular sobre los hombres a causa de sus transgresiones, no se puede demostrar que la afirmaci�n no sea cierta. Si estas observaciones son correctas, entonces ninguna objeci�n bien fundada puede mentir contra la cuenta aqu�, respetando la calamidad que se produjo sobre este monarca en Babilonia. Esta opini�n con respecto a la naturaleza de la aflicci�n que vino sobre Nabucodonosor, es probablemente lo que ahora se suele considerar, y ciertamente cumple con todas las circunstancias del caso, y libera la narrativa de la objeci�n material.

Como confirmaci�n de su verdad, copiar� aqu� la opini�n del Dr. Mead, tal como se encuentra en su �Medica Sacra�: �Todas las circunstancias de la jaula de Nabucodonosor concuerdan tan bien con una locura hipocondr�aca que me parece evidente que Nabucodonosor fue capturado con este moquillo, y bajo su influencia corri� salvajemente por los campos; y que, imagin�ndose transformado en un buey, se alimentaba de hierba a la manera del ganado. Todo tipo de locura es el resultado de una imaginaci�n perturbada; que este infeliz hombre trabaj� durante siete a�os completos. Y al descuidar el cuidado apropiado de s� mismo, su cabello y u�as crecieron a una longitud poco com�n; por lo que este �ltimo, cada vez m�s grueso y torcido, se parec�a a las garras de los p�jaros. Ahora los antiguos llamaban a las personas afectadas con este tipo de locura, ???????????? lukanthro?poi, "hombres lobo" - o ???????????? kunanthro?poi," Perros-hombres "- porque se fueron al extranjero por la noche imitando a lobos o perros; particularmente atentos al abrir los sepulcros de los muertos, y ten�an las piernas muy ulceradas, ya sea por ca�das frecuentes o por mordeduras de perros. De la misma manera, las hijas de Proetus est�n relacionadas con haber estado locas, quienes, como dice Virgil, Ecl. vi. 48,

�- implerunt falsis mugitibus agros.�

�With mimic howlings filled the fields.�

Porque, como Servius observa, Juno pose�a sus mentes con tal especie de furia, que, imagin�ndose vacas, corrieron hacia los campos, bramaron a menudo y temieron el arado. Tampoco era este desorden desconocido para los modernos, ya que Schneckius registra un ejemplo notable de un granjero en Padua, quien, imagin�ndose a s� mismo un lobo, atac� e incluso mat� a varias personas en los campos; y cuando finalmente lo llevaron, persever� en declararse un lobo real, y que la �nica diferencia consist�a en la inversi�n de su piel y cabello ". El Dr. John M. Good, en su "Estudio de medicina", expresa la misma opini�n sobre la naturaleza de la enfermedad. Tambi�n Burton ("Anatom�a de la melancol�a", Parte I. Secci�n I. Memb. I. Subs. 4). Burton se refiere a varios casos que ilustrar�an la opini�n. "Wierus", dice �l, "cuenta una historia de alguien as� en Padua, 1541, que no creer�a lo contrario, pero que era un lobo. Tiene otra instancia de un espa�ol, que se consideraba un oso. Tales, como, o un poco mejor, eran las hijas del rey Proectus, que se cre�an mellizas ", una instancia que se asemeja sorprendentemente a este caso de Nabucodonosor, que parece haberse imaginado a s� mismo alg�n tipo de bestia. Plinio, quiz�s refiri�ndose a enfermedades de este tipo, dice: "Algunos hombres se convirtieron en lobos en mi �poca, y de lobos a hombres otra vez", lib. viii. C. 22. Ver Burton como arriba.

Y tu morada estar� con las bestias del campo - Es decir, como se explic� anteriormente, te imaginar�s a ti mismo como una bestia, y actuar�s como una bestia . Se dar� rienda suelta a esta propensi�n a fin de permitirle acercarse a las bestias en el parque o la casa de fieras real.

Y te har�n comer hierba como bueyes - Es decir, esta ser� tu propensi�n, y ser�s consentido en ella. Imaginando a s� mismo una bestia de alg�n tipo, probablemente, como se desprende de esta expresi�n, "un buey", nada ser�a m�s natural que intentar vivir como los bueyes, en la hierba, que estar tan complacido que su comida consistir�a en vegetales. Nada es m�s com�n entre los man�acos que algunos fan�ticos de la comida; y es tan probable que un rey manifieste esto como cualquier otro hombre. La palabra "hierba" aqu� (????? ? ??s' e ba?', hebreo: ???? ? e?s'eb) significa, apropiadamente, "hierbas; hierbas verdes verduras "- representadas com�nmente, como alimento para el hombre, G�nesis 1:11; G�nesis 2:5; G�nesis 3:18; �xodo 10:12, �xodo 10:15; Salmo 104:14. La palabra "hierba", en nuestro idioma, transmite una idea que no est� "estrictamente" de acuerdo con el original. Esa palabra denotar�a solo las producciones vegetales que come el ganado; La palabra hebrea tiene un significado m�s general, abarca todo tipo de verduras: las que come el hombre y las que comen los animales; y el significado aqu� es que vivir�a de alimentos vegetales, una propensi�n en la cual indudablemente complacer�an a un hombre en tales circunstancias, por doloroso y humillante que fuera. La frase "ellos" te har�n comer hierba ", m�s bien significa" te permitir�n hacerlo ", o te tratar�n para que lo hagas. Ser�a su inclinaci�n, y le permitir�an estar satisfecho con ello.

Y te mojar�n con el roc�o del cielo - O, te dejar�n mojar con el roc�o del cielo; es decir, estar al aire libre: no hay tratamiento improbable de un man�aco, y es especialmente probable que ocurra en un clima donde no era raro que todas las clases de personas pasen la noche bajo el cielo.

Y siete veces pasar�n sobre ti - Ver las notas en Daniel 4:16.

Hasta que sepas ... - Hasta que efectivamente aprendas que el verdadero Dios gobierna; que da autoridad a quien quiere; y que se lo quita cuando quiere. Vea las notas en Daniel 4:17. Nada podr�a encajar mejor para ense�ar esta lecci�n que privar, por un juicio manifiesto del cielo, a tal monarca del ejercicio de la raz�n, y reducirlo a la condici�n lamentable aqu� descrita.

Versículo 26

Y mientras lo ordenaron - Los observadores, Daniel 4:15. Compare Daniel 4:17.

Para dejar el toc�n de las ra�ces del �rbol - O, para dejar las ra�ces al toc�n del �rbol; es decir, no se desenterrar�a ni se destruir�a por completo, sino que se dejar�a vitalidad en el suelo. El Chaldee aqu� es el mismo que en Daniel 4:15, "deja el mu��n de sus ra�ces".

Tu reino ser� seguro para ti - Es decir, no morir�s bajo esta calamidad, pero despu�s de que fallezca ser�s restaurado a la autoridad. Se podr�a haber supuesto que esto significaba que la autoridad sobrevivir�a en su familia, y que los que iban a sucederle reinar�an, ya que brotan brotes despu�s de que el �rbol parental ha ca�do; pero Daniel fue dirigido a una interpretaci�n que no est� menos de acuerdo con el justo significado del sue�o de lo que hubiera sido.

Despu�s de eso, sabr�s que los cielos gobiernan - Que Dios gobierna, esta fue la gran lecci�n que el evento fue dise�ado para ense�ar, y cu�ndo deber�a haber aprendido, habr�a una propiedad de que deber�a ser restaurado a su trono, y deber�a proclamar esto al mundo.

Versículo 27

Por lo tanto, oh rey, que mi consejo sea aceptable para ti - A Daniel se le permiti� ver no solo el hecho de que esta calamidad afectaba al rey, sino la causa de y como esa causa era su coraz�n orgulloso y pecaminoso, supuso que el juicio podr�a evitarse si el rey reformaba su vida. Si se eliminara la "causa", dedujo, no sin raz�n, que hab�a una esperanza de que se pudiera evitar la calamidad. No podemos dejar de admirar aqu� la audacia y la fidelidad de Daniel, quien no solo dio una interpretaci�n justa del sue�o, en el caso presentado a �l, sino que fue m�s all� de eso en una representaci�n fiel al monarca m�s poderoso de la �poca, que este fue consecuencia de su vida malvada.

Y rompe tus pecados con justicia - Por actos de justicia o justicia; abandonando un curso perverso de la vida. Es justo deducir de esto que la vida del monarca hab�a sido perversa, un hecho que se confirma en todas partes de su historia. Ten�a, de hecho, algunas buenas cualidades como hombre, pero estaba orgulloso; �l era ambicioso; fue arbitrario en su gobierno; era apasionado y vengativo; y �l era, sin duda, adicto a los placeres de la vida que com�nmente se encuentran entre los de su estaci�n. Ten�a cierto tipo de respeto por la religi�n, cualquiera que fuera el objeto de adoraci�n, pero esto no era incompatible con una vida malvada. La palabra traducida �romper� (??? p e raq) se representa en la Vulgata redime, "redimir", y as� en el griego de Theodotion, ????????? lutro?sai, y en el Codex Chisianus. Por este uso de la palabra en algunas de las versiones, y por el hecho de que la palabra traducida como "justicia" a menudo se emplea en el hebreo posterior para denotar limosna (compare el margen en Mateo 6:1 y el griego texto en Tittmann y Hahn donde la palabra ???????????? dikaiosune?n se usa para denotar "limosna"), el pasaje aqu� ha sido aducido a favor de la doctrina de los m�ritos expiatorios, y el compra de la absoluci�n por limosna - una doctrina favorita en la comuni�n cat�lica romana.

Pero el significado ordinario y com�n de la palabra no es redimir, sino romper, romper, abandonar. Es la palabra de la cual se deriva nuestra palabra inglesa "break" - Germ., "Brechen". Compare G�nesis 27:4, "que romper�s su yugo"; �xodo 32:2, "Rompe los pendientes de oro;" �xodo 32:3, "Y toda la gente se quita los pendientes de oro;" �xodo 32:24, "Quien tenga oro, que lo rompa;" 1 Reyes 19:11, "Un viento fuerte y fuerte desgarr� las monta�as"; Zacar�as 11:16, "Y rasgar sus garras en pedazos;" Ezequiel 19:12, "sus varillas fuertes estaban rotas". La palabra se traduce en nuestra versi�n com�n, "redimir" una vez Salmo 136:24, "Y nos ha redimido de nuestros enemigos". Se traduce "rending" en Salmo 7:2 y "delivery" en Lamentaciones 5:8. No ocurre en otro lugar en las Escrituras. El justo significado de la palabra es, como en nuestra versi�n, romper, y la idea de redimir el alma mediante actos de caridad o limosna no est� en el pasaje, y no puede derivarse de ella. Este pasaje, por lo tanto, no puede aducirse para defender la doctrina de que el alma puede ser redimida, o que los pecados pueden expiarse por actos de caridad y limosna. Significa que el rey deb�a romper sus pecados mediante actos de justicia; o, en otras palabras, deb�a demostrar con una vida justa que hab�a abandonado su curso malvado. La exhortaci�n es que practicar�a esos grandes deberes de justicia y caridad hacia la humanidad en los que hab�a sido tan deficiente, si, quiz�s, Dios pudiera mostrar misericordia y evitar la inminente calamidad.

Y tus iniquidades al mostrar misericordia a los pobres - La peculiar "iniquidad" de Nabucodonosor pudo haber consistido en oprimir a los pobres de su reino en las exorbitantes exacciones impuestas a ellos para llevar a cabo sus obras p�blicas, y construir y embellecer su capital. La vida, bajo un d�spota oriental, se considera de poco valor. Mohammed Ali emple� a sesenta mil hombres para cavar el canal desde El Cairo hasta Alejandr�a, en el que casi no se les proporcionaron herramientas, excepto sus manos. Una gran parte de ellos murieron y fueron enterrados por sus compa�eros de trabajo en la tierra excavada en la excavaci�n del canal. �Qui�n puede estimar el n�mero de hombres que fueron empleados imprudentemente bajo el arbitrario monarca de Egipto en el in�til trabajo de construir las pir�mides? Esas estructuras, sin duda, cuestan millones de vidas, y no hay improbabilidad en suponer que Nabucodonosor hab�a empleado a cientos de miles de personas sin una compensaci�n adecuada, y en un servicio duro y opresivo, en la crianza de los muros y los palacios de Babilonia, y al excavar los canales para regar la ciudad y el pa�s adyacente.

Ning�n consejo, por lo tanto, podr�a ser m�s apropiado que el de aliviar a los pobres de esas cargas y hacerles justicia. No hay indicios de que �l intentara comprar la liberaci�n de los juicios de Dios mediante tales actos; pero el significado es que si �l dejara sus actos de opresi�n, podr�a esperarse que Dios evite la amenaza de calamidad. El deber aqu� ordenado de mostrar misericordia a los pobres, es uno que est� ordenado en todas partes en las Escrituras, Salmo 41:1; Mateo 19:21; G�latas 2:1, "et saepe". Tambi�n se declara su influencia en la obtenci�n del favor divino, o en evitar la calamidad. Compare Salmo 41:1, "Bienaventurado el que considera a los pobres; el Se�or lo librar� en tiempo de angustia ". Es un sentimiento que ocurre con frecuencia en los libros de los ap�crifos, y en estos libros se puede encontrar el progreso de la opini�n hasta el punto que alcanz� en los �ltimos per�odos de la historia jud�a, y que ha obtenido en la �poca romana. La comuni�n cat�lica, que dar limosna o caridad a los pobres ser�a una expiaci�n por el pecado, y recomendar�a a los hombres a Dios como un fundamento de justicia; o, en otras palabras, el progreso de la doctrina hacia lo que ense�a que se pueden realizar obras de supererogaci�n.

As� en el libro de Tob. 4: 8-10, �Si tienes abundancia, da limosna en consecuencia; si tienes poco, no tengas miedo de dar de acuerdo con ese poco: porque te has guardado un buen tesoro para el d�a de la necesidad. Porque esas limosnas se liberan de la muerte y no sufren para entrar en la oscuridad ". Tob. 12: 9, 10, �Porque la limosna libra de la muerte, y limpiar� todo pecado. Aquellos que ejercen justicia y limosna ser�n llenos de vida; pero los que pecan son enemigos de su propia vida ". Tob. 14:10, 11: �Manas�s dio limosna y escap� de las trampas de la muerte que le hab�an tendido; pero Aman cay� en la trampa y pereci�. Por lo tanto, hijo m�o, considera lo que hace la limosna y c�mo la justicia entrega ". Eclesi�stico 29:12, 13, �C�llate limosnas en tus almacenes; te librar� de toda aflicci�n. Luchar� por ti contra tus enemigos mejor que un escudo poderoso y una lanza fuerte.

Eclesi�stico 40:24, �Hermanos y ayuda est�n en contra del tiempo de problemas; pero las limosnas entregar�n m�s que los dos ". En estos pasajes hay evidencia del progreso del sentimiento hacia la doctrina de la supererogaci�n; pero no hay nada de lo que Daniel haya atribuido tal eficacia a las limosnas, o de que tuviera la intenci�n de ense�ar algo m�s que la doctrina com�n de la religi�n, que cuando un hombre se separe de sus pecados, se espere que los juicios que se imponen sobre �l ser evitado, y que hacer el bien se encontrar� con las sonrisas y la aprobaci�n de Dios. Compare en referencia a este sentimiento el caso de los ninivitas, cuando la amenaza contra ellos fue evitada por su arrepentimiento y humillaci�n, Jon�s 3:1; el caso de Ezequ�as, cuando su muerte prevista fue evitada por sus l�grimas y oraciones, Isa�as 38:1; y Jeremias 18:7, donde este principio del gobierno Divino se afirma plenamente.

Si puede ser un alargamiento de tu tranquilidad - Margen, �o, una curaci�n de tu error. "El griego de Theodotion aqu� es:" Quiz�s Dios ser� paciente con tus ofensas ". El griego del Codex Chisianus es: "Y puedes permanecer mucho tiempo (??????????? ?????? polue?meros gene?) en el trono de tu reino". La Vulgata, "Quiz�s perdone tus faltas". El sir�aco, "hasta que te quite tus locuras". La palabra original traducida como "alargamiento" (???? 'arka?') significa, propiamente, como se traduce aqu�, una prolongaci�n; un dibujo; un alargamiento y la palabra aqu� se representa correctamente. No tiene el significado asignado al margen de la curaci�n. Se aplicar�a adecuadamente a una prolongaci�n de cualquier cosa, como la vida, la paz, la salud, la prosperidad. La palabra traducida �tranquilidad� (????? sh e le?va?h) significa, propiamente, seguridad, seguridad, tranquilidad; y la referencia aqu� es a su tranquila posesi�n del trono; a su quietud en su palacio y paz en su reino. No hay nada en el texto que justifique la versi�n en el margen.

Versículo 28

Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor - Es decir, el juicio amenazado vino sobre �l en la forma en que fue predicho. No se arrepinti� y reform� su vida como se le exhort�, y, despu�s de haberle dado tiempo suficiente para demostrar si estaba dispuesto a seguir el consejo de Daniel, Dios repentinamente le impuso el juicio. No se dice por qu� no sigui� el consejo de Daniel y no puede ser conocido. Pudo haber sido tan adicto a una vida de maldad que no se apart� de ella, incluso aunque admiti� que estaba expuesto por eso a un juicio tan horrible, como lo hacen las multitudes que siguen un curso. de iniquidad, aun cuando admitan que ser� seguido por la pobreza, la desgracia, la enfermedad y la muerte aqu�, y por la ira de Dios en el m�s all�; o puede ser que no acredit� la representaci�n que hizo Daniel, y se neg� a seguir su consejo en esa cuenta; o puede ser que, aunque se propuso arrepentirse, sin embargo, como lo hacen miles de personas, sufri� el tiempo para pasar hasta que la paciencia de Dios se agot�, y la calamidad vino repentinamente sobre �l. Al parecer, se le dio un a�o completo Daniel 4:29 para ver cu�l ser�a el efecto de la advertencia, y luego se cumpli� todo lo que se hab�a predicho. Su conducta proporciona una ilustraci�n notable de la conducta de los pecadores bajo la ira amenazada; del hecho de que contin�an viviendo en pecado cuando se exponen a cierta destrucci�n, y cuando se les advierte de la manera m�s clara de lo que vendr� sobre ellos.

Versículo 29

Al final de doce meses - Despu�s del sue�o y la interpretaci�n, d�ndole una amplia oportunidad para arrepentirse, y para reformar su vida, y evitar la calamidad.

Entr� en el palacio - Margen, "sobre". El margen es la representaci�n m�s correcta. Los techos de las casas en el este se hacen planos y proporcionan un lugar de paseo com�n, especialmente al fresco de la noche. Vea la nota en Mateo 9:2. El Codex Chisianus tiene aqu�: "El rey camin� sobre los muros de la ciudad con toda su gloria, rode� las torres y respondi�". Sin embargo, el lugar sobre el que caminaba parece haber sido el techo de su propio palacio, sin duda tan alto que pod�a tener una buena vista de la ciudad desde all�.

Del reino de Babilonia - Relativo a ese reino; La residencia real. Como es de suponer que este "palacio del reino", en cuyo techo caminaba el rey, era lo que �l mismo hab�a criado, y esto contribuy� mucho al esplendor de la capital de su imperio, y sin duda fue el ocasi�n, en un grado considerable, de su jactancia jactanciosa cuando el juicio del cielo cay� sobre �l Daniel 4:30, una breve descripci�n de ese palacio parece no ser inapropiada. La descripci�n se copia de un art�culo sobre Babilonia en "Cyclopaedia of Biblical Literature" de Kitto, vol. yo. pp. 270, 271: �El nuevo palacio construido por Nabucodonosor era de tama�o prodigioso y adornos excelentes. Su muro exterior abarcaba seis millas; dentro de esa circunferencia hab�a otros dos muros enfrentados, adem�s de una gran torre. Tres puertas de bronce conduc�an a la gran �rea, y cada puerta de consecuencia en toda la ciudad era de lat�n. El palacio estaba espl�ndidamente decorado con estatuas de hombres y animales, con vasijas de oro y plata, y amueblado con lujos de todo tipo tra�dos de las conquistas en Egipto, Palestina y Tiro. Su mayor alarde fueron los jardines colgantes, que adquirieron, incluso de escritores griegos, la denominaci�n de una de las maravillas del mundo. Se atribuyen a la galanter�a de Nabucodonosor, que los construy� de acuerdo con el deseo de su reina Amytis de poseer arboledas elevadas, como las que hab�a disfrutado en las colinas alrededor de su Ecbatana natal. Babilonia era completamente plana, y para lograr un deseo tan extravagante, se cri� una monta�a artificial, cuatrocientos pies a cada lado, mientras que las terrazas, una encima de otra, se elevaron a una altura que derrib� las paredes de la ciudad, es decir, m�s de tres Cien pies de altura.

El ascenso de una terraza a otra se realiz� mediante tramos de escalones correspondientes, mientras que las terrazas se elevaron a sus diversas etapas en rangos de muelles regulares, que, formando una especie de b�veda, se elevaron uno tras otro hasta la altura requerida. cada terraza, estando todo unido por una pared de dos metros de espesor. El nivel de cada terraza o jard�n se form� de la siguiente manera: las partes superiores de los pilares se colocaron primero con piedras planas, de seis pies de largo y cuatro de ancho; Sobre estas piedras se extendieron lechos de esteras, luego una gruesa capa de bet�n, despu�s de lo cual llegaron dos hileras de ladrillos, que estaban cubiertos con l�minas de plomo s�lido. La tierra se amonton� en esta plataforma, y ??para admitir las ra�ces de los grandes �rboles, se construyeron pilares huecos prodigiosos y se llenaron de moho. Desde el �ufrates, que flu�a cerca de los cimientos, el agua era arrastrada por la maquinaria. El conjunto, dice Q. Curtius ( Daniel 4:5), ten�a, para aquellos que lo vieron desde la distancia, la aparici�n de bosques que sobresalen monta�as. Los restos de este palacio se encuentran en el vasto mont�culo o colina llamado por los nativos "Kasr". Es de forma irregular, ochocientos yardas de largo y seiscientos yardas de ancho. Su apariencia est� en constante cambio debido a la excavaci�n continua que tiene lugar en sus inagotables canteras de ladrillos del material m�s fuerte y m�s fino. Por lo tanto, la masa est� surcada en profundos barrancos, cruzando y volviendo a cruzarse en todas las direcciones �.

Versículo 30

El rey habl� y dijo - El Caldeo, y el griego de Theodotion y del Codex Chisianus aqu� es, "el rey respondi� y dijo:" tal vez �l respondi� a alguna observaci�n hecha por sus asistentes con respecto a la magnitud de la ciudad; o tal vez la palabra "contestada" se usa, como a menudo parece estar en las Escrituras, para denotar una respuesta a algo que pasa por la mente que no se pronuncia; a alguna pregunta o consulta que la mente comienza. Simplemente podr�a haber estado pensando en la magnitud de esta ciudad, y dio respuesta a esos pensamientos en el lenguaje que sigue.

�No es esta gran Babilonia, la que he construido? el an�lisis prefijado a las notas en Isa�as 13. �l ensanch� mucho la ciudad; construy� una nueva ciudad en el lado oeste del r�o; cri� un magn�fico palacio; y construy� los famosos jardines colgantes; y, de hecho, hizo que la ciudad fuera tan diferente de lo que era, y aument� tanto su esplendor, que pudo decir sin inconvenientes que la hab�a "construido".

Para la casa del reino - Para ser considerado por completo - abrazando a toda la ciudad - como una especie de palacio del reino. Parece haber considerado a toda la ciudad como un vasto palacio preparado para ser una residencia apropiada del soberano de un imperio tan vasto.

Y por el honor de mi majestad - Ennoblecer o glorificar mi reinado; o donde uno de tanta majestad como yo pueda encontrar un hogar apropiado.

Versículo 31

Mientras la palabra estaba en la boca del rey - En el acto mismo de hablar - mostrando as� que no pod�a haber ninguna duda sobre la conexi�n entre el crimen y el castigo .

Se escuch� una voz del cielo - Se escuch� una voz; o, tal vez, parec�a caer como un rayo. Fue pronunciado sobre �l, y parec�a venir del cielo. Hubo un sentido importante en el que cay� del cielo, porque era la voz de Dios.

Diciendo, oh rey Nabucodonosor, a ti se te habla - Para ti est� especialmente destinado; o lo que se predice ahora te es hablado.

El reino se apart� de ti - Est�s a punto de dejar de reinar. Hasta este momento, mantuvo su raz�n, de que pod�a entender claramente la fuente de donde vendr�a el juicio, y por qu� se le present�, y que podr�a estar preparado, cuando deber�a recuperarse de su locura, para testificar claramente al origen y la naturaleza del juicio. El Codex Chisianus tiene una importante "adici�n" a lo que se dice aqu�, que, aunque no tiene autoridad, ya que no tiene nada que le corresponda en el texto original, sin embargo, establece lo que en s� mismo no es improbable. Es como sigue: �Y al final de lo que estaba diciendo, escuch� una voz del cielo: A ti se te dice, oh rey Nabucodonosor, el reino de Babilonia ser� quitado de ti, y ser� entregado a otro. , un hombre despreciado o sin rango - ??????????????? ?????????? exouthene?meno? anthro?po? - en tu casa. He aqu�, lo colocar� sobre tu reino, y tu poder, y tu gloria, y tu lujo - ???? ??????? te?n truphe?n - �l recibir� , hasta que sepas que el Dios del cielo tiene autoridad sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien quiera; pero hasta la salida del sol, otro rey se regocijar� en tu casa, y poseer� tu poder y tu fuerza y tu autoridad, y los �ngeles te echar�n por siete a�os, y no ser�s visto, y no hablar�s con nadie, sino que te alimentar�n con hierba como bueyes, y de la hierba del campo ser� tu apoyo ".

Versículo 32

Y te expulsar�n de los hombres ... - Ver la nota en Daniel 4:25.

Versículo 33

La misma hora se cumpli� - En la palabra hora, vea la nota en Daniel 4:19. El uso de la palabra aqu� parece confirmar la sugerencia all� hecha de que significa un breve per�odo de tiempo. La idea es claramente que se hizo al instante. El evento se produjo repentinamente sobre �l, sin ning�n intervalo, mientras hablaba.

Hasta que le crecieron los cabellos como plumas de �guila - Por mucho descuido y falta de atenci�n. La versi�n griega de Theodotion tiene en este lugar la palabra leones en lugar de �guilas: "hasta que le crecieron los cabellos como los leones"; y Jackson parafrasea el pasaje as�, "hasta que su cabello se hizo largo y se sacudi� como la melena de un le�n". Esto tendr�a sentido, pero no es la lectura del Caldeo. El Codex Chisianus lo lee, "y mis cabellos eran como las alas de un �guila, y mis u�as como las de un le�n". La idea correcta es que su cabello estaba descuidado hasta que en apariencia se parec�a a las plumas de un p�jaro.

Y sus u�as como garras de p�jaros - No es nada antinatural, si fue expulsado y descuidado como los locos lo han sido en tiempos posteriores, y en mucho m�s civilizado partes del mundo. Con respecto a la probabilidad de la declaraci�n aqu� hecha con respecto al tratamiento de Nabucodonosor, y la objeci�n derivada de �l contra la autenticidad del libro de Daniel, vea Introducci�n al cap�tulo, II. (1) Adem�s de lo que se dice all�, se puede hacer referencia a los siguientes casos como que muestran que no hay improbabilidad al suponer que lo que aqu� se afirma realmente ocurri�. Los extractos est�n tomados del Segundo Informe Anual de la Sociedad de Disciplina de Prisiones, y describen la condici�n de algunos de los pacientes antes de ser admitidos en el manicomio de Worcester. Si estas cosas ocurrieron en la comunidad de Massachusetts, y en el siglo XIX de la era cristiana, no hay nada incre�ble en suponer que algo similar pudo haber ocurrido en la antigua Babilonia pagana. "No. 1. Hab�a estado en prisi�n veintiocho a�os cuando fue llevado a la instituci�n. Durante siete a�os no hab�a sentido la influencia del fuego, y muchas noches no se hab�a acostado por miedo a congelarse. No se hab�a afeitado durante veintiocho a�os, y hab�a sido provocado y emocionado por la presentaci�n de cientos de personas para ver la exhibici�n de su delirio. No. 2. Llevaba catorce a�os en una prisi�n: estaba desnudo (ten�a el pelo y la barba alargados) y su piel estaba tan llena de polvo de carb�n que, por su apariencia, era imposible descubrir de qu� naci�n era. de. Ten�a la costumbre de gritar tan fuerte como para molestar a todo el vecindario, y era considerado el hombre m�s peligroso y desesperado. No. 3. Un anciano de setenta a�os o m�s; hab�a estado encadenado durante veinticinco a�os y le hab�an quitado la cadena, pero una vez en ese tiempo.

No. 4. Una mujer: hab�a estado confinada durante tanto tiempo con una cadena corta como para perder el uso de sus extremidades inferiores. Su salud se hab�a visto afectada materialmente por el confinamiento, y no pod�a ponerse de pie, y no hab�a caminado durante a�os. No. 8. Hab�a pasado diez a�os sin ropa: un ser muy inconcebiblemente sucio y degradado: extremadamente violento e indignante. No. 9. Otra mujer, muy sucia en sus h�bitos, no hab�a usado ropa durante dos a�os, tiempo durante el cual hab�a estado encerrada en una celda sucia, desprovista de todo, como comodidad, desgarrando todo lo que se le hab�a dado. No. 10. Hab�a estado loco ocho a�os: casi todo el tiempo en la c�rcel y en una jaula ".

Versículo 34

Y al final de los d�as - Es decir, la hora designada; a saber, las "siete veces" que iban a pasar por encima de �l.

I Nabucodonosor alc� mis ojos al cielo - Probablemente lo primero que indic� un motivo de regreso. No ser�a antinatural, suponiendo que fue privado de raz�n en el mismo instante en que una voz pareci� hablarle desde el cielo, y que continu� completamente loco o idiota durante el largo intervalo de siete a�os, que el primer indicio de volver a la raz�n ser�a mirar hacia el lugar de donde parec�a venir esa voz, como si todav�a le estuviera hablando. En algunas formas de trastorno mental, cuando se produce repentinamente en un hombre, el efecto es aniquilar por completo el intervalo, de modo que, cuando se restablece la raz�n, el individuo conecta en su recuerdo lo �ltimo que ocurri� cuando la raz�n ces� con el momento en que Est� restaurado. Un paciente hab�a estado preso durante mucho tiempo en un departamento de locos en Providence, Rhode Island. Era marinero, y hab�a resultado herido en la cabeza cuando su barco estaba en un combate naval, y se supon�a que su cerebro hab�a sido afectado permanentemente.

Durante muchos a�os fue idiota, y no se entretuvo la esperanza de su recuperaci�n. Finalmente se sugiri� que se realizara la operaci�n de trepanning, y en el mismo instante en que el hueso se levant� de su presi�n sobre el cerebro, exclam�: "�Ha golpeado?" Todo el intervalo de tiempo fue borrado de su memoria. El Dr. Abercrombie menciona casos similares ("Intellectual Powers", p�gs. 252, 253). Un hombre hab�a estado empleado durante un d�a con un escarabajo y cu�as en pedazos de madera para levantar una cerca. Por la noche, antes de irse a casa, coloc� el escarabajo y las cu�as en el hueco de un �rbol viejo, y orden� a sus hijos, que hab�an estado trabajando en un campo contiguo, que lo acompa�aran a la ma�ana siguiente para ayudarlo a hacer la cerca. En la noche se volvi� loco, y continu� en un estado de locura durante varios a�os, tiempo durante el cual su mente no estaba ocupada con ninguno de los temas con los que hab�a estado familiarizado en materia de salud.

Despu�s de varios a�os, su raz�n volvi� repentinamente, y la primera pregunta que hizo fue si sus hijos hab�an tra�do a casa el escarabajo y las cu�as. Una se�ora hab�a estado intensamente comprometida durante alg�n tiempo en un trabajo de costura. Antes de completarlo, se volvi� loca y continu� en ese estado durante siete a�os; despu�s de lo cual su raz�n regres� de repente. Una de las primeras preguntas que hizo se relacion� con su trabajo de costura, aunque nunca lo hab�a aludido, por lo que recordaba, durante su enfermedad. Otra mujer era susceptible a paroxismos peri�dicos del delirio, que a menudo la atacaban tan repentinamente que en una conversaci�n se deten�a en medio de una historia, o incluso de una oraci�n, y se ramificaba en el tema de la alucinaci�n. Al regresar a su raz�n, retomar�a el tema de su conversaci�n en la que estaba comprometida en el momento del ataque, comenzando exactamente donde lo hab�a dejado, aunque nunca lo hab�a mencionado durante su delirio; y en el pr�ximo ataque de delirio, retomar�a el tema de la alucinaci�n con la que hab�a estado ocupada al t�rmino del antiguo paroxismo. Algo similar se le ocurri� a Nabucodonosor. Fue privado de raz�n por una repentina voz del cielo. Nada era m�s natural, o estar�a m�s de acuerdo con las leyes que respetan la locura, que eso en el mismo momento en que la raz�n regres�, deber�a mirar hacia el lugar de donde parec�a haber venido la voz.

Y mi comprensi�n regres� a m� - Esto muestra que �l se consideraba un man�aco, aunque sin duda ignoraba la forma en que hab�a sido tratado. Parecer�a por la narrativa, y por las probabilidades del caso, que se encontr� expulsado de su palacio, pastoreando con ganado, y en la condici�n deplorable con respecto a la apariencia personal que aqu� describe. Al ver esto de hecho, y al recordar la predicci�n, no pod�a dudar de que esta era la forma en que hab�a sido tratado durante el per�odo de su angustiante enfermedad.

Y bendije al Alt�simo - Por su recuperaci�n y en un humilde reconocimiento de su dependencia. "Los actos de alabanza aqu� mencionados son los retornos adecuados de una mente verdaderamente penitente y profundamente sensible a sus faltas y misericordias". - Winkle

Y lo alab� y lo honr� - Es decir, lo honr� al darle las gracias por su misericordia restauradora, al reconocerlo como el Dios verdadero y al reconocer que la verdad de que tiene derecho a reinar, y que su reino est� sobre todos.

Que vive para siempre - �l es el Dios viviente, como a menudo se lo llama, a diferencia de todos los dioses falsos, que no tienen vida; y vive para siempre en contraste con sus criaturas en la tierra, todos los cuales est�n destinados a morir. Vivir� cuando todos en la tierra hayan muerto; vivir� para siempre en el futuro, como lo ha hecho en el pasado.

Cuyo dominio es un dominio eterno - Su imperio se extiende a trav�s de todos los tiempos y continuar� mientras las edades eternas se desvanezcan.

Y su reino es de generaci�n en generaci�n - Las generaciones de hombres cambian y los monarcas mueren. Ning�n soberano humano puede extender su propio poder sobre la pr�xima generaci�n, ni puede asegurar su autoridad en la persona de sus sucesores. Pero el dominio de Dios no cambia, mientras las generaciones de hombres pasan; y cuando uno desaparece de la tierra, se encuentra con el siguiente con el mismo reclamo del derecho de soberan�a, con los mismos principios de gobierno, llevando adelante, a trav�s de esa y sucesivas eras, el cumplimiento de sus grandes y gloriosos prop�sitos.

Versículo 35

Y todos los habitantes de la tierra tienen fama de nada - Son considerados como nada en comparaci�n con �l. Compare Isa�as 40:15, nota 17, nota. Precisamente el mismo sentimiento ocurre en Isa�as que se expresa aqu�: �Todas las naciones antes que �l son como nada; y le son contados menos que nada y vanidad ".

Y �l hace seg�n su voluntad en el ej�rcito del cielo - En el ej�rcito del cielo - ???? b e che?yol - griego, "en el poder del cielo", ??? ????, ???????? en te?, dunamei. La palabra Chaldee significa propiamente fuerza, poder, valor; y luego se aplica a un ej�rcito como poseedor de fuerza, valor o fuerza. Aqu� se aplica a los habitantes del cielo, probablemente considerados como un ej�rcito o un ej�rcito, de los cuales Dios es la cabeza, y de los que dirige o los mariscales para ejecutar sus prop�sitos. En Daniel 3:2, la palabra se representa "ej�rcito". El sentimiento aqu� es que, con respecto a los habitantes del cielo, representados como organizados o reunidos, Dios hace su propio placer. Una indicaci�n de su voluntad es todo lo que se necesita para controlarlos. Este sentimiento est� de acuerdo con todas las declaraciones en la Escritura, y es un punto de teolog�a que debe entrar en cada visi�n justa de Dios. As�, en la oraci�n del Se�or est� impl�cito: "H�gase tu voluntad en la tierra como en el cielo". Entonces Efesios 1:11 - "Quien obra todas las cosas seg�n el consejo de su propia voluntad". En el cielo, la voluntad de Dios se cumple en el sentido m�s estricto y absoluto, porque su voluntad es la ley, y la �nica ley para todos los habitantes de all�. La obediencia es tan completa como si la voluntad de cada uno de los habitantes no fuera m�s que una forma o manifestaci�n de la voluntad de Dios mismo.

Y entre los habitantes de la tierra - Esto no puede significar, incluso seg�n lo entendido por Nabucodonosor, que la voluntad de Dios se hace realmente entre los habitantes de la tierra en el mismo sentido, y en la misma medida, que entre los que moran en el cielo. Su dise�o era, indudablemente, afirmar la supremac�a y el control absoluto de Dios; hecho que se hab�a ilustrado de manera tan sorprendente en su propio caso. El sentimiento expresado por Nabucodonosor es cierto en los siguientes aspectos:

(1) Ese hombre no tiene poder para impedir el cumplimiento de los prop�sitos Divinos.

(2) Que Dios lograr� su dise�o en todas las cosas, cualquier oposici�n que el hombre pueda hacer.

(3) Que tiene control absoluto sobre cada ser humano, y sobre todo lo que pertenece a todos y cada uno.

(4) Que �l anular� todas las cosas para hacerlas subordinadas a sus propios planes.

(5) Que har� uso de hombres para lograr sus propios prop�sitos. Compare la nota en Isa�as 10:7.

(6) Que hay un gran y glorioso esquema de administraci�n que Dios est� llevando a cabo por la instrumentalidad de los hombres.

Y nadie puede detener su mano - literalmente, "nadie puede golpear su mano" (Gesenius, "Lex"); es decir, nadie puede contener su mano. El lenguaje se toma, dice Bertholdt, de la costumbre de golpear a los ni�os en la mano cuando est�n a punto de hacer algo malo, para frenarlos. La frase es com�n en los Targums para restringir, obstaculizar. Los �rabes tienen una expresi�n similar en uso com�n. Vea numerosas instancias del uso de la palabra ??? m e cha?' en el sentido de restringir o prohibir, en Buxtorf - "Lex. Chal. La verdad que se ense�a aqu� es que nadie tiene poder para retener la mano de Dios cuando se presenta para lograr los prop�sitos que tiene la intenci�n de ejecutar; es decir, ciertamente lograr� su propio placer.

O dile: �Qu� haces? - Una expresi�n similar ocurre en 2 Samuel 16:1: �As� que maldiga, porque el Se�or le ha dicho, maldice a David. �Qui�n dir� entonces: �Por qu� lo has hecho? Tambi�n en Job 9:12: "He aqu�, �l quita: �Qui�n puede obstaculizarlo? �Qui�n le dir�: �Qu� haces? Ver la nota en ese pasaje. El significado aqu� es claro. Dios es supremo y har� su placer en el cielo y en la tierra. La seguridad de que todo se har� bien se basa en la perfecci�n de su naturaleza; Y eso es amplio. Aunque sus formas nos parezcan misteriosas, sin embargo, en esa perfecci�n de su naturaleza, tenemos la plena seguridad de que no se har� mal a ninguna de sus criaturas. Nuestro deber, por lo tanto, es la sumisi�n tranquila a su santa voluntad, con la profunda convicci�n de que todo lo que Dios haga ser� visto como correcto.

Versículo 36

Al mismo tiempo, mi raz�n regres� a m� - Mostrando que se consideraba loco.

Y para la gloria de mi reino - Es decir, su restauraci�n al ejercicio de su raz�n contribuy� a la gloria de su reino, ya sea por los actos de justicia y la beneficencia que pretend�a deb�a caracterizar el resto de su reinado, o por su prop�sito de reformar los abusos que se hab�an infiltrado en el gobierno mientras estaba privado de su raz�n, o por su determinaci�n de completar las obras p�blicas que se hab�an propuesto o comenzado antes de su aflicci�n.

Mi honor y brillo volvieron a m� - Evidentemente refiri�ndose a su intelecto. Fue nuevamente restaurado a esa fuerza y ??claridad de entendimiento por la cual, antes de su aflicci�n, hab�a podido hacer tanto por la gloria de su reino.

Y mis consejeros y mis se�ores me buscaron - Como hab�an hecho anteriormente. Durante su estado de alienaci�n mental, por supuesto, los grandes se�ores del imperio no recurr�an a �l para pedirle consejo.

Y se me agreg� una excelente majestad - Majestad y honor apropiados para mi estado, en lugar del incidente de tratamiento a la condici�n de un man�aco; Theodotion traduce esto, "y se me agreg� una mayor majestad". De ninguna manera es improbable que se otorgue honor adicional al monarca recuperado.

Versículo 37

Ahora Nabucodonosor alabo y ensalzo y honro al Rey del cielo - Compare Daniel 2:47, y Daniel 4:1. Se sinti� llamado, de esta manera p�blica, a reconocer al Dios verdadero, con cuya supremac�a se hab�a familiarizado de tal manera que afectaba; para "alabarlo" por haberlo preservado y restaurarlo a su raz�n y su trono; ensalzarlo o exaltarlo, reconociendo su soberan�a sobre los poderosos reyes de la tierra, y el poder de gobernar sobre todos; y para "honrarlo" al dar a conocer su nombre y sus atributos en el extranjero, y al utilizar toda su influencia como monarca para que sea venerado en todo su extendido imperio.

Todas cuyas obras son verdaderas - Ver Deuteronomio 32:4; Salmo 33:4; Apocalipsis 15:3. El significado es que todo lo que hace se hace de acuerdo con la verdadera naturaleza de las cosas, o con justicia y propiedad. No se basa en una estimaci�n falsa de las cosas, como suele ser lo que hace el hombre. �Con qu� frecuencia son los planes y actos del hombre, incluso cuando hay las mejores intenciones, en base a una estimaci�n falsa de las cosas? en algunas vistas que, seg�n el resultado, han sido err�neas! Pero Dios ve las cosas exactamente como son, y sabe con precisi�n lo que debe hacerse en cada caso.

Y a los que caminan orgullosos puede humillar - Lo que le ocurri� a Nabucodonosor podr�a ocurrirle a otros, y como Dios hab�a demostrado que pod�a reducir a los m�s exaltados soberano de la tierra en la condici�n m�s baja en la que puede estar un ser humano, infiri� que pod�a hacer lo mismo con todos, y que no hab�a nadie tan exaltado en rango, tan vigoroso en salud y tan poderoso en intelecto, que no pod�a humillarlo y someterlo efectivamente. De hecho, esta es una verdad que afecta y que se ilustra constantemente en el mundo. Los reveses que ocurren entre los hombres, el lecho de enfermo, la p�rdida de la raz�n, la tumba, muestran cu�n f�cilmente Dios puede derribar el rango, la belleza, el talento y todo lo que el mundo llama grande. En el Codex griego Chisianus hay al final de este cap�tulo una hermosa atribuci�n de alabanza a Dios, que no tiene nada que corresponder con ella en el Caldeo, y cuyo origen se desconoce.

Lo traducir� porque, aunque no es de la autoridad Divina, y no es parte de los escritos sagrados, contiene sentimientos no inapropiados al final de este notable cap�tulo. Es como sigue: �Al Alt�simo hago confesi�n, y alabo al que hizo el cielo, y la tierra, y los mares, y los r�os, y todas las cosas en ellos; Lo reconozco y lo alabo porque es el Dios de los dioses, y el Se�or de los se�ores, y el Rey de los reyes, porque hace se�ales y maravillas, y cambia los tiempos y las estaciones, quitando los reinos de los reyes y colocando a otros en su lugar. . A partir de este momento, lo servir�, y por el temor de que temblara me ha apoderado, y alabo a todos sus santos, porque los dioses de los paganos no tienen en s� mismos el poder de transferir el reino de un rey a otro rey, y a matar y dar vida, y hacer se�ales, y maravillas grandes y temerosas, y cambiar obras poderosas, como el Dios del cielo me ha hecho, y me ha tra�do grandes cambios. Yo, durante todos los d�as de mi reinado, a causa de mi vida, traer� al Alt�simo sacrificios por un olor de dulce sabor al Se�or, y yo y mi pueblo haremos lo que sea aceptable ante �l: mi naci�n, y los pa�ses que est�n bajo mi poder.

Y al que hable contra el Dios del cielo, y al que tolere a los que hablen algo, lo condenar� a muerte. Alabado sea el Se�or Dios del cielo, y traiga sacrificio y ofrenda a �l gloriosamente. Yo, rey de reyes, lo confieso gloriosamente, porque as� lo ha hecho conmigo; En el mismo d�a me puso sobre mi trono, y mi poder, y mi reino; entre mi gente tengo poder, y mi majestad me ha sido devuelta. Y envi� cartas sobre todas las cosas que le fueron hechas en su reino; a todas las naciones que estaban debajo de �l ".

Se supone que Nabucodonosor vivi� aproximadamente un a�o despu�s de esto (Wintle), pero no se sabe nada de sus acciones posteriores. Cabe esperar que �l continuara firme en su fe en ese Dios a quien hab�a sido llevado a reconocer, y que muri� en esa creencia. Pero de esto no se sabe nada. Despu�s de una advertencia tan solemne, sin embargo, de su propio orgullo, y despu�s de ser llevado de esta manera p�blica a reconocer al Dios verdadero, debe considerarse como no improbable que mirara a la Babilonia que hab�a criado, y sobre su reinos, con otros sentimientos distintos a los que ten�a antes de que esta terrible calamidad lo golpeara. �Nabucodonosor fue sucedido en su reino por su hijo Iloarudam, seg�n Ptolomeo, quien es el malvado Merodach de Jerem�as. Despu�s de la muerte de Evil-Merodach, que rein� dos a�os, Niricassolassar, o Neriglissar, que parece haber sido el jefe de los conspiradores contra el �ltimo rey, le sucedi�. Se hab�a casado con una hija de Nabucodonosor, y en el curso de su reinado tom� una gran posici�n contra el creciente poder de los medos y los persas; pero finalmente, despu�s de un reinado de cuatro a�os, fue asesinado en una batalla con ellos bajo el mando de Ciro. Su hijo Laborosoarchod lo sucedi�, y despu�s de haber reinado solo nueve meses, y sin llegar a un Thoth, o al comienzo de un a�o egipcio, Ptolomeo no lo menciona; pero se dice que fue muy al rev�s de su padre, y que ejerci� muchos actos de crueldad desenfrenada, fue asesinado por sus propios s�bditos y sucedido por su hijo Nabonadius, o Belsasar ". - Wintle

Observaciones

(1) La narrativa en este cap�tulo proporciona una ilustraci�n de la disposici�n entre los hombres de hacer arreglos para su propia facilidad y comodidad, especialmente en vista de los a�os que avanzan, Daniel 4:4. Nabucodonosor hab�a dibujado a su alrededor todo lo que es posible, tal vez, que el hombre acumule con esta visi�n. Estaba a la cabeza del mundo pagano: el poderoso monarca del reino m�s poderoso de la tierra. Estaba en paz: hab�a terminado sus guerras y se hab�a saciado con la gloria de la batalla y la conquista. Hab�a ampliado y embellecido su capital, por lo que era una de las "maravillas del mundo". Se hab�a construido un palacio que superaba en riqueza, elegancia y lujo, todas las habitaciones del hombre en esa �poca. Hab�a acumulado una gran riqueza, y no hab�a una producci�n de ning�n clima que no pudiera controlar, ni hab�a nada que supuestamente fuera necesario para hacer feliz al hombre en esta vida que no ten�a en su poder.

Todo esto fue el resultado del arreglo y el prop�sito. Dise�� evidentemente alcanzar el punto en el que podr�a sentir que estaba "a gusto y floreciendo en su palacio". Lo que era cierto en su caso a gran escala es cierto para otros en general, aunque en una escala mucho menor. La mayor�a de los hombres se alegrar�an de hacer lo mismo; y la mayor�a de los hombres buscan hacer un arreglo de acuerdo a su habilidad. Miran hacia el momento en que pueden retirarse de los trabajos y preocupaciones de la vida, con competencia para su vejez, y cuando pueden disfrutar de la vida, quiz�s, muchos a�os, en la tranquilidad de una jubilaci�n honorable y feliz. El comerciante no espera ser siempre un comerciante; el hombre en el cargo siempre estar� cargado con las preocupaciones del estado. El soldado no espera estar siempre en el campamento, o el marinero en el mar. El guerrero espera descansar en sus laureles; el marinero para encontrar un refugio tranquilo; que el comerciante tenga suficiente para poder sentarse en la noche libre de preocupaciones; y el abogado, el m�dico, el cl�rigo, el agricultor, cada uno espera, despu�s de que terminen los conflictos y los conflictos de la vida, que se les permita pasar el resto de sus d�as c�modamente, si no en abundancia.

Esto parece estar basado en alguna ley de nuestra naturaleza; y no se debe hablar con dureza, ni despreciar como si no tuviera fundamento en lo que es grande y noble en nuestro ser. Veo en esto una verdad alta y noble. Es que nuestra naturaleza espera descansar; que estamos hechos para jadear por el descanso, por un descanso tranquilo cuando el trabajo de la vida ha terminado. A medida que nuestro Creador nos form�, la ley era que deber�amos buscar esto en el mundo venidero, en esa bendita morada donde podemos estar libres de todo cuidado y donde habr� un descanso eterno. Pero el hombre, naturalmente no dispuesto a mirar a ese mundo, ha abusado de esta ley de su ser, y busca encontrar el resto para el cual el alma jadea, en ese intervalo, generalmente muy corto y bastante inadecuado para disfrutar tranquilamente, entre el per�odo en que se esfuerza y ??se acuesta en la tumba. La verdadera ley de su ser lo llevar�a a mirar hacia la felicidad eterna; �l abusa y pervierte la ley, y busca satisfacerla haciendo un descanso breve y temporal al final de la vida actual.

(2) A menudo se est� llevando a cabo un proceso en el caso de estas personas para perturbar o prevenir ese estado de tranquilidad. As� hubo en el caso de Nabucodonosor, como lo insinu� el sue�o. Incluso entonces, en su m�s alto estado de grandeza, hubo una tendencia al triste resultado que sigui� cuando fue expulsado de su trono y tratado como un man�aco pobre y descuidado. Esto le fue insinuado por el sue�o; y para alguien que pudiera ver todo el futuro, ser�a evidente que las cosas tend�an a este resultado. Las mismas emociones y agitaciones de su vida, la intoxicaci�n de su orgullo y las circunstancias de tranquilidad y grandeza en que se encontraba ahora, todo tendido por un curso natural de las cosas para producir lo que sigui�. Y as�, en otros casos, a menudo hay un proceso en curso, si se puede ver, destinado a decepcionar todas esas esperanzas y evitar toda esa tranquilidad y tranquilidad anticipadas. No siempre es visible para los hombres, pero si pudi�ramos ver las cosas como Dios las ve, deber�amos percibir que hay causas en el trabajo que destruir�n todas esas esperanzas de tranquilidad y decepcionar�n todas esas expectativas de tranquilidad. Puede haber

(a) la p�rdida de todo lo que poseemos: porque lo mantenemos por una tenencia incierta, y "las riquezas a menudo se llevan alas". Puede haber

(b) la p�rdida de una esposa o un hijo y todas nuestras comodidades anticipadas ser�n ins�pidas, ya que no habr� nadie con quien compartirlas. Puede haber

(c) la p�rdida de la raz�n, como en el caso de Nabucodonosor, porque ninguna precauci�n humana puede proteger contra eso. Puede haber

(d) la p�rdida de salud, una p�rdida contra la cual nadie puede defenderse, lo que har� que todos sus preparativos para la comodidad no tengan valor. O

(e) la muerte misma puede venir, ya que nadie tiene ninguna base de c�lculo con respecto a su propia vida, y nadie, por lo tanto, quien construye para s� mismo un palacio puede tener la seguridad de que alguna vez lo disfrutar�.

Los hombres que construyen espl�ndidas casas para s� mismos pueden experimentar escenas tristes en sus viviendas; y si pudieran prever todo lo que ocurrir� en ellos, ser�a una tristeza para todo el futuro que los llevar�a a abandonar la empresa. �Qui�n podr�a participar alegremente en tal empresa si viera que estaba construyendo una casa en la que una hija deb�a acostarse y morir, o de la cual su esposa e hijos pronto ser�an llevados a la tumba? En esta c�mara, su hijo puede estar enfermo durante mucho tiempo; en esa, usted o su esposa pueden acostarse en una cama de la que nunca se levantar�n; desde esas puertas t�, tu esposa, tu hijo, ser�n llevados a la tumba; y si viste todo esto ahora, �c�mo podr�as comprometerte con tanto entusiasmo en la construcci�n de tu magn�fica habitaci�n?

(3) Nuestros planes de vida deben formarse con la sensaci�n de que esto es posible: digo que no con la sombr�a aprensi�n de que estas calamidades ciertamente vendr�n, o sin anticipaci�n ni esperanza de que habr� diferentes escenas, porque entonces la vida ser�a nada m�s que tristeza; pero que debemos permitir la posibilidad de que estas cosas ocurran para ingresar, como elemento, en nuestros c�lculos con respecto al futuro. Tal sentimiento nos dar� visiones sobrias y justas de la vida; romper� la fuerza de los problemas y la desilusi�n cuando lleguen; y nos dar� aprehensiones de nuestra dependencia de �l en cuya mano est�n todas nuestras comodidades.

(4) Los tratos de Dios en nuestro mundo son tales que est�n perfectamente preparados para mantener el reconocimiento de estas verdades. Lo que se le ocurri� a Nabucodonosor, en la humillaci�n de su orgullo, y la plaga de sus placeres anticipados, es solo una ilustraci�n de lo que est� ocurriendo constantemente en la tierra. �En qu� casa hay problemas, decepciones y penas? �Qu� esquema de orgullo hay con respecto al cual no ocurre algo para producir mortificaci�n? �Qu� habitaci�n hay en la cual la enfermedad, el duelo y la muerte nunca encuentran su camino? �Y qu� morada del hombre en la tierra se puede asegurar de la intrusi�n de estas cosas? La mansi�n m�s espl�ndida debe ser abandonada pronto por su propietario y nunca m�s debe ser visitada por �l. La sala de banquetes m�s magn�fica ser� abandonada por su poseedor, y nunca m�s volver� a ella; nunca entre en la c�mara donde buscaba reposo; nunca te sientes a la mesa donde se uni� a otros en juerga.

(5) El consejo dado por Daniel a Nabucodonosor Daniel 4:27, para quebrantar sus pecados con justicia, para que su tranquilidad se alargue, es un consejo que ahora se puede dar a todos los pecadores, con Igualdad de propiedad.

(I.) Porque, como en su caso, hay ciertas consecuencias del pecado a las que debemos mirar hacia adelante, y sobre las cuales debe descansar el ojo de un pecador. Esas consecuencias son

(1) como brotar en el curso de la naturaleza, o que son los resultados regulares del pecado en el curso de los acontecimientos. Son tales como se pueden prever, y se pueden hacer la base del c�lculo, o que un hombre puede saber de antemano que se encontrar� con �l si persevera en cierto curso. As�, el que es intemperante puede ver ciertos resultados que inevitablemente seguir�n si persevera en ese curso de la vida. Mientras contempla la pobreza, el balbuceo, el dolor, la tristeza, la miseria y la muerte de un ebrio, puede ver que ese lote ser� ciertamente suyo si persevera en su curso actual, y esto se puede hacer con �l es una cuesti�n de c�lculo definitivo o anticipaci�n. O

(2) hay todas estas consecuencias del pecado que se dan a conocer en las Sagradas Escrituras como seguras de los transgresores. Esto tambi�n es una clase grande; pero estas consecuencias son tan ciertas como las que ocurren en el curso regular de los eventos. La principal diferencia entre los dos es que la revelaci�n ha designado m�s pecados que involucrar�n al pecador en la calamidad de los que pueden determinarse en el curso normal de los acontecimientos, y que ha llevado la mente hacia adelante y revela lo que suceder� en el futuro mundo, as� como lo que ocurrir� en este. Pero el uno es m�s seguro que el otro; e igualmente en referencia a lo que seguramente ocurrir� en la vida presente, y lo que se nos dice que ocurrir� en el estado futuro, el pecador deber�a dejarse influenciar por la anticipaci�n de lo que vendr�.

(II.) El arrepentimiento, la reforma y una vida santa, en muchos casos, llegar�an lejos para detener estas calamidades o, en el lenguaje de Daniel, "alargar�an la tranquilidad". Esto es cierto en los siguientes aspectos:

(1) Que las calamidades temporales inminentes a menudo pueden ser rechazadas parcial o totalmente por la reforma. Una ilustraci�n de este pensamiento ocurri� en el caso de N�nive; y ahora ocurre lo mismo. Un joven que est� en peligro de volverse intemperante, y que ya ha contra�do algunos de los h�bitos que conducen a la intemperancia, podr�a evitar una gran clase de enfermedades inminentes con algo tan simple como firmar el compromiso de templanza y adherirse a �l. Ciertamente evitar�a todos los males de la pobreza, las l�grimas, el crimen, la enfermedad y una muerte prematura que produce la intemperancia; es decir, se asegurar�a de que la gran clase de males que engendra la intemperancia nunca se le presenten. Podr�a experimentar otros males, pero nunca los sufrir�a. Lo mismo ocurre con los sufrimientos producidos por el libertinaje, por la gula, por el esp�ritu de venganza; y lo mismo ocurre con todos los problemas que siguen a la violaci�n de las leyes humanas. Un hombre puede ser pobre; �l puede estar enfermo; puede estar desconsolado; �l puede perder su raz�n, pero estos males nunca los experimentar�. Pero lo que Daniel aqu� afirma es cierto en otro sentido con respecto a las calamidades temporales. Un hombre puede, por arrepentimiento, y separ�ndose de sus pecados, hacer mucho para detener el progreso del infortunio y evitar los resultados que ya ha comenzado a experimentar. As�, el borracho puede reformarse, y puede haber restaurado la salud, el rigor y la prosperidad; y as� el licencioso puede apartarse del mal de sus caminos y disfrutar de la salud y la felicidad a�n. Sobre este tema, vea las notas en Job 33:14, particularmente las notas en Job 33:25.

(2) Pero mediante el arrepentimiento y la vida santa, un hombre puede rechazar todos los resultados del pecado en el mundo futuro, y puede asegurarse de que nunca experimentar� una punzada m�s all� de la tumba. Todo el dolor que causar�a el pecado en el estado futuro puede ser evitado, y el que ha sido profundamente culpable puede entrar al mundo eterno con la seguridad de que nunca sufrir� m�s all� de la tumba. Si, entonces, miramos hacia el futuro en la vida presente, o hacia el futuro m�s all� de la tumba, tenemos los m�s altos motivos concebibles para abandonar los caminos del pecado y llevar vidas de santidad. Si un hombre viviera solo en la tierra, ser�a por su bienestar romper con los caminos de la transgresi�n; �Cu�nto m�s alto es este motivo cuando se recuerda que debe existir para siempre!

(6) Tenemos una ilustraci�n en el relato en este cap�tulo del mal del "orgullo", Daniel 4:29. El orgullo que podemos tener a causa de la belleza, la fuerza, el aprendizaje o los logros; que sentimos cuando observamos nuestras tierras que hemos cultivado, o las casas que hemos construido, o la reputaci�n que hemos adquirido, no es menos ofensivo a la vista de un Dios santo que el orgullo del magn�fico monarca que Contempl� las torres, c�pulas, muros y palacios de una gran ciudad, y dijo: "�No es esta la gran Babilonia que he construido?"

(7) Y en vista de la calamidad que vino sobre Nabucodonosor, y el trato que recibi� en su enfermedad, podemos hacer los siguientes comentarios:

(a) Deber�amos estar agradecidos por la continuaci�n de las razones. Cuando consideramos un caso como este, o cuando ingresamos en un manicomio, y vemos la miseria que causa la p�rdida de la raz�n, debemos agradecer a Dios diariamente que no estamos privados de esta bendici�n inestimable.

(b) Deber�amos estar agradecidos por la ciencia, y por la religi�n cristiana, y por todo lo que han hecho para consolar al man�aco, o para restaurarlo a una mente sana. Cuando comparamos el tratamiento que ahora reciben los locos en los manicomios con lo que se encuentran en todas partes en el mundo pagano, y con lo que han recibido, hasta un per�odo muy reciente, en tierras cristianas, no hay casi nada en lo que podamos Vemos una prueba m�s marcada de la interposici�n de Dios que en el gran cambio que se ha producido. Hay pocas personas que no tienen, o pueden no tener, alg�n amigo o pariente que est� loco, y no hay nadie que no est� o no est� personalmente interesado en la mejora que la religi�n y la ciencia han hecho en el tratamiento de Esta clase de seres desafortunados. Hasta donde yo s�, en ninguna cosa ha habido un progreso tan decidido en las opiniones y la conducta de los hombres; y en ning�n tema ha habido una mejora tan evidente en los tiempos modernos, como en el tratamiento de los locos.

(c) La posibilidad de p�rdida de raz�n debe ser un elemento en nuestros c�lculos sobre el futuro. En este punto no podemos tener seguridad. No existe tal vigor de intelecto, ni claridad mental, ni cultivo de los h�bitos de virtud, ni siquiera tal influencia de la religi�n, como para asegurarnos de que a�n no seamos considerados entre los locos; y la posibilidad de que esto sea as� deber�a admitirse como un elemento en nuestros c�lculos con respecto al futuro. No debemos poner en peligro ning�n inter�s valioso dejando lo que se debe deshacer, en el supuesto de que podamos disfrutar en el futuro de la vida el ejercicio de la raz�n. Recordemos que puede haber en nuestro caso, incluso en la juventud o la mediana edad, la p�rdida de esta facultad; que habr�, si llegamos a la vejez, con toda probabilidad, un debilitamiento de nuestros poderes mentales que no nos permita prepararnos para la vida venidera, y eso en la cama de la muerte, siempre que eso ocurra. A menudo hay una p�rdida total de los poderes mentales, y com�nmente mucho dolor. angustia o postraci�n, como para que el moribundo no sea apto para la calma y el pensamiento deliberado; y, por lo tanto, mientras tengamos raz�n y salud, hagamos todo lo que sabemos que debemos hacer para prepararnos para nuestro estado eterno. �Cu�l es nuestra raz�n m�s segura que nos ha dado que prepararnos para otro mundo?

Información bibliográfica
Barnes, Albert. "Comentario sobre Daniel 4". "Notas de Barnes sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/bnb/daniel-4.html. 1870.
 
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