Mois�s ahora pasa a aplicar Deut. 12�26 los principios rectores del Dec�logo para la vida eclesi�stica, civil y social del pueblo. Se notar�n detalles que son exclusivos de la Ley tal como se da en Deuteronomio; e incluso en leyes repetidas de libros anteriores se introducen varias circunstancias y detalles nuevos. Esto es natural. La legislaci�n sina�tica ten�a casi 40 a�os y se hab�a dado bajo condiciones de tiempo, lugar y circunstancias diferentes y distantes de las actuales.
Sin embargo, el sistema sina�tico, lejos de ser dejado de lado o de alguna manera abrogado, por el contrario, se presupone y se supone en todo. Su existencia y autoridad se toman como punto de partida para lo que aqu� se prescribe, y se da por sentado un conocimiento exacto de �l por parte de la gente.
es decir, �Los id�latras levantar�n sus altares e im�genes en cualquier colina alta, y debajo de todo �rbol frondoso a su antojo, pero vosotros no lo har�is as�; el Se�or mismo determinar� el lugar de vuestra adoraci�n, y s�lo all� le buscar�is�. La religi�n de los cananeos era humana; sus modos de adoraci�n fueron inventados por el hombre. Fij� sus lugares sagrados en las colinas con la vana idea de estar m�s cerca del cielo, o en arboledas profundas donde el silencio y la oscuridad podr�an intimidar al adorador.
Pero tales aparatos supersticiosos no eran dignos de la verdadera religi�n. Dios se hab�a revelado a S� mismo a la gente en �l, y manifest� entre ellos Su presencia y poder inmediatos. �l mismo asignar�a el santuario y el ritual de su propio servicio.
�Poner all� su nombre� significa manifestar a los hombres su divina presencia. Los targumistas se refieren correctamente a la Shejin�; pero la expresi�n comprende todas las diversas formas en que Dios se dign� revelarse a s� mismo y sus atributos a los hombres.
El prop�sito del mandato del texto es asegurar la unidad, y por medio de la unidad, la pureza de la adoraci�n a Dios. Que hubiera un centro nacional para la religi�n del pueblo era obviamente esencial para los grandes fines de toda la dispensaci�n. La corrupci�n comenz� tan pronto como se relajaron o se descuidaron los preceptos del texto: Compare el caso de Gede�n, ; de Miqueas, ; de Jeroboam, ss.
Las palabras �el lugar que el Se�or escoja para poner all� Su Nombre� sugieren Jerusal�n y el templo de Salom�n en nuestra mente. Pero aunque dichas por un profeta, e interpretadas como son por los Salmos (p. ej., Salmo 78:67 ), tienen una aplicaci�n adecuada al templo, pero no deben referirse exclusivamente a �l.
El texto no importa que Dios elegir�a siempre desde el principio una y la misma localidad �para poner all� Su Nombre�, sino que siempre habr�a una localidad as� escogida por �l; y que all� el pueblo debe traer sus sacrificios, y no ofrecerlos a su gusto o conveniencia en otra parte. El texto tampoco proh�be la ofrenda de sacrificios a Dios en otros lugares que el escogido por �l �para poner all� Su Nombre� en las ocasiones apropiadas y por la autoridad apropiada (comparar Deuteronomio 27:5 ; ; ; ; ). El texto simplemente proh�be los sacrificios en cualquier otro lugar que no sea el designado o permitido por Dios para ese prop�sito.
Algunos han objetado que este mandato no puede haber sido llevado a cabo jam�s, en todo caso hasta m�s tarde (establece que el territorio que deb�a obedecer a �l se redujo al peque�o reino de Jud�. Pero en estos y en otros preceptos, Mois�s sin duda da mucho por sentado). �l est� aqu�, como en otros lugares, regulando y definiendo con mayor precisi�n instituciones que hab�an existido durante mucho tiempo, en cuanto a muchos detalles de los cuales la costumbre super� la necesidad de una promulgaci�n espec�fica.
Sin duda el pueblo entendi� bien lo que Maim�nides nos dice expresamente con referencia al asunto, a saber, que donde no se pod�a hacer el pago inmediato, la deuda con Dios deb�a reservarse hasta la pr�xima gran Fiesta, y luego ser debidamente pagada. Lo que hab�a que observar especialmente era que no se deb�a ofrecer ning�n tipo de sacrificio excepto en el lugar sagrado fijado por Dios para su aceptaci�n.
Mois�s se�ala que hasta entonces no hab�an observado el orden prescrito en su culto, porque durante su vida migratoria en el desierto les hab�a sido imposible hacerlo. Sin duda, durante sus peregrinaciones hubo momentos en los que el tabern�culo no se instal� durante d�as seguidos, y cuando el sacrificio diario , junto con muchas otras ordenanzas, se omitieron necesariamente (comparar ).
Esta consideraci�n debe tenerse muy en cuenta a lo largo de Deuteronomio. Ilustra la necesidad de repetir gran parte de la legislaci�n sina�tica, y sugiere la raz�n por la cual algunas partes se reiteran e impresionan con tanta urgencia, mientras que otras pasan desapercibidas. Mois�s ahora advierte al pueblo que cuando estaban a punto de abandonar su modo de vida inestable, el prop�sito de Dios de elegir para s� mismo un lugar para poner all� su nombre se ejecutar�a y, en consecuencia, todo el ritual sagrado se volver�a obligatorio.
El �descanso y la seguridad� de Cana�n se establece significativamente en Deuteronomio 12:10 como la condici�n indispensable y la base para un pleno cumplimiento de la Ley: la perfecci�n de la justicia coincidiendo as� con el cese de los vagabundeos, peligros y fatigas.
Si bien se establece un mandato estricto de que se debe cumplir la antigua regla (comparar , etc.) con respecto a los animales muertos en sacrificio, ahora se permite sacrificar en casa lo que era necesario para la mesa. Las distinciones ceremoniales no se aplicaban en tales casos, m�s que para �el corzo� (o gacela) �y el ciervo�, animales permitidos para alimento pero no para sacrificio.
Si el lugar... - M�s bien, �Porque, o porque, el lugar estar� demasiado lejos de ti�. Se repite el permiso dado en Deuteronomio 12:15 , y se asigna la raz�n de ello.
Esta advertencia se basa en la noci�n que generalmente se ten�a en el antiguo mundo pagano, de que cada pa�s ten�a sus propias deidades tutelares a las que ser�a peligroso descuidar; comparar ; . Israel deb�a evitar tales supersticiones como indignas del pueblo elegido de Dios.
Información bibliográfica Barnes, Albert. "Comentario sobre Deuteronomy 12". "Notas de Barnes sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/bnb/deuteronomy-12.html. 1870.
Versículo 1
Mois�s ahora pasa a aplicar Deut. 12�26 los principios rectores del Dec�logo para la vida eclesi�stica, civil y social del pueblo. Se notar�n detalles que son exclusivos de la Ley tal como se da en Deuteronomio; e incluso en leyes repetidas de libros anteriores se introducen varias circunstancias y detalles nuevos. Esto es natural. La legislaci�n sina�tica ten�a casi 40 a�os y se hab�a dado bajo condiciones de tiempo, lugar y circunstancias diferentes y distantes de las actuales.
Sin embargo, el sistema sina�tico, lejos de ser dejado de lado o de alguna manera abrogado, por el contrario, se presupone y se supone en todo. Su existencia y autoridad se toman como punto de partida para lo que aqu� se prescribe, y se da por sentado un conocimiento exacto de �l por parte de la gente.
Versículo 3
Sus arboledas - Hacer sus �dolos de madera: y ver la nota .
Versículo 4
es decir, �Los id�latras levantar�n sus altares e im�genes en cualquier colina alta, y debajo de todo �rbol frondoso a su antojo, pero vosotros no lo har�is as�; el Se�or mismo determinar� el lugar de vuestra adoraci�n, y s�lo all� le buscar�is�. La religi�n de los cananeos era humana; sus modos de adoraci�n fueron inventados por el hombre. Fij� sus lugares sagrados en las colinas con la vana idea de estar m�s cerca del cielo, o en arboledas profundas donde el silencio y la oscuridad podr�an intimidar al adorador.
Pero tales aparatos supersticiosos no eran dignos de la verdadera religi�n. Dios se hab�a revelado a S� mismo a la gente en �l, y manifest� entre ellos Su presencia y poder inmediatos. �l mismo asignar�a el santuario y el ritual de su propio servicio.
Versículo 5
�Poner all� su nombre� significa manifestar a los hombres su divina presencia. Los targumistas se refieren correctamente a la Shejin�; pero la expresi�n comprende todas las diversas formas en que Dios se dign� revelarse a s� mismo y sus atributos a los hombres.
El prop�sito del mandato del texto es asegurar la unidad, y por medio de la unidad, la pureza de la adoraci�n a Dios. Que hubiera un centro nacional para la religi�n del pueblo era obviamente esencial para los grandes fines de toda la dispensaci�n. La corrupci�n comenz� tan pronto como se relajaron o se descuidaron los preceptos del texto: Compare el caso de Gede�n, ; de Miqueas, ; de Jeroboam, ss.
Las palabras �el lugar que el Se�or escoja para poner all� Su Nombre� sugieren Jerusal�n y el templo de Salom�n en nuestra mente. Pero aunque dichas por un profeta, e interpretadas como son por los Salmos (p. ej., Salmo 78:67 ), tienen una aplicaci�n adecuada al templo, pero no deben referirse exclusivamente a �l.
El texto no importa que Dios elegir�a siempre desde el principio una y la misma localidad �para poner all� Su Nombre�, sino que siempre habr�a una localidad as� escogida por �l; y que all� el pueblo debe traer sus sacrificios, y no ofrecerlos a su gusto o conveniencia en otra parte. El texto tampoco proh�be la ofrenda de sacrificios a Dios en otros lugares que el escogido por �l �para poner all� Su Nombre� en las ocasiones apropiadas y por la autoridad apropiada (comparar Deuteronomio 27:5 ; ; ; ; ). El texto simplemente proh�be los sacrificios en cualquier otro lugar que no sea el designado o permitido por Dios para ese prop�sito.
Versículo 6
Algunos han objetado que este mandato no puede haber sido llevado a cabo jam�s, en todo caso hasta m�s tarde (establece que el territorio que deb�a obedecer a �l se redujo al peque�o reino de Jud�. Pero en estos y en otros preceptos, Mois�s sin duda da mucho por sentado). �l est� aqu�, como en otros lugares, regulando y definiendo con mayor precisi�n instituciones que hab�an existido durante mucho tiempo, en cuanto a muchos detalles de los cuales la costumbre super� la necesidad de una promulgaci�n espec�fica.
Sin duda el pueblo entendi� bien lo que Maim�nides nos dice expresamente con referencia al asunto, a saber, que donde no se pod�a hacer el pago inmediato, la deuda con Dios deb�a reservarse hasta la pr�xima gran Fiesta, y luego ser debidamente pagada. Lo que hab�a que observar especialmente era que no se deb�a ofrecer ning�n tipo de sacrificio excepto en el lugar sagrado fijado por Dios para su aceptaci�n.
Versículo 7
Un mandato de que las fiestas que acompa�aban a ciertas ofrendas (no especificadas) tambi�n deb�an celebrarse en el mismo lugar.
Versículo 8
Mois�s se�ala que hasta entonces no hab�an observado el orden prescrito en su culto, porque durante su vida migratoria en el desierto les hab�a sido imposible hacerlo. Sin duda, durante sus peregrinaciones hubo momentos en los que el tabern�culo no se instal� durante d�as seguidos, y cuando el sacrificio diario , junto con muchas otras ordenanzas, se omitieron necesariamente (comparar ).
Esta consideraci�n debe tenerse muy en cuenta a lo largo de Deuteronomio. Ilustra la necesidad de repetir gran parte de la legislaci�n sina�tica, y sugiere la raz�n por la cual algunas partes se reiteran e impresionan con tanta urgencia, mientras que otras pasan desapercibidas. Mois�s ahora advierte al pueblo que cuando estaban a punto de abandonar su modo de vida inestable, el prop�sito de Dios de elegir para s� mismo un lugar para poner all� su nombre se ejecutar�a y, en consecuencia, todo el ritual sagrado se volver�a obligatorio.
El �descanso y la seguridad� de Cana�n se establece significativamente en Deuteronomio 12:10 como la condici�n indispensable y la base para un pleno cumplimiento de la Ley: la perfecci�n de la justicia coincidiendo as� con el cese de los vagabundeos, peligros y fatigas.
Versículo 15
Si bien se establece un mandato estricto de que se debe cumplir la antigua regla (comparar , etc.) con respecto a los animales muertos en sacrificio, ahora se permite sacrificar en casa lo que era necesario para la mesa. Las distinciones ceremoniales no se aplicaban en tales casos, m�s que para �el corzo� (o gacela) �y el ciervo�, animales permitidos para alimento pero no para sacrificio.
Versículo 21
Si el lugar... - M�s bien, �Porque, o porque, el lugar estar� demasiado lejos de ti�. Se repite el permiso dado en Deuteronomio 12:15 , y se asigna la raz�n de ello.
Versículo 30
Esta advertencia se basa en la noci�n que generalmente se ten�a en el antiguo mundo pagano, de que cada pa�s ten�a sus propias deidades tutelares a las que ser�a peligroso descuidar; comparar ; . Israel deb�a evitar tales supersticiones como indignas del pueblo elegido de Dios.