Bible Commentaries
1 Corintios 1

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. Pablo, llamado a ser Ap�stol De esta manera, Pablo procede, en casi todas las introducciones a sus Ep�stolas, con el fin de obtener su autoridad doctrinal. y favor El primero se asegura a s� mismo desde la estaci�n que Dios le hab�a asignado, como un Ap�stol de Cristo enviado por Dios; este �ltimo testificando su afecto hacia aquellos a quienes les escribe. Creemos mucho m�s f�cilmente en el hombre a quien consideramos que nos mira con afecto y que nos esforzamos fielmente por promover nuestro bienestar. En este saludo, por lo tanto, reclama para s� mismo autoridad, cuando habla de s� mismo como un Ap�stol de Cristo, y que, tambi�n, como lo llam� Dios, es decir, apartado por la voluntad de Dios Ahora, se requieren dos cosas en cualquiera que fuera escuchado en la Iglesia y ocupara el lugar de un maestro; porque debe ser llamado por Dios a ese cargo, y debe emplearse fielmente en el desempe�o de sus deberes. Pablo aqu� reclama ambos. Por el nombre, Ap�stol, implica que el individuo act�a concienzudamente como embajador de Cristo ( 2 Corintios 5:19) y proclama la doctrina pura del evangelio. Pero como nadie deber�a asumir este honor para s� mismo, a menos que lo llamen, agrega, que no se hab�a entrometido precipitadamente en �l, sino que hab�a sido nombrado (36) a ella por Dios.

Aprendamos, por lo tanto, a tomar estas dos cosas juntas cuando deseamos determinar qu� tipo de personas debemos estimar como ministros de Cristo, un llamado al cargo y la fidelidad en el cumplimiento de sus deberes. Como ning�n hombre puede asumir legalmente la designaci�n y rango de un ministro, a menos que sea llamado, por lo que no fue suficiente para llamar a nadie, si no cumple tambi�n con los deberes de su cargo. Porque el Se�or no elige ministros para que puedan ser �dolos tontos, o ejercer la tiran�a con el pretexto de su llamado, o hacer de su propio capricho su ley; pero al mismo tiempo se�ala qu� tipo de personas deber�an ser, y las obliga a cumplir sus leyes, y en definitiva las elige para el ministerio o, en otras palabras, para que en primer lugar no est�n ociosas, y , en segundo lugar, que puedan limitarse dentro de los l�mites de su cargo. Por lo tanto, como el apostolado depende de la vocaci�n, el hombre que se considerar�a ap�stol debe mostrarse realmente como tal: m�s a�n, tambi�n debe hacerlo todo el que exige que se le d� cr�dito o que se escuche su doctrina. . Ya que Paul se basa en estos argumentos para establecer su autoridad, peor que descarada fue la conducta de ese hombre que pensar�a tener alguna posici�n sin tales pruebas.

Sin embargo, debe observarse que no es suficiente para que nadie espere para ver el t�tulo de una llamada a la oficina, junto con la fidelidad en el desempe�o de sus funciones, si en realidad no da prueba de ambos. Porque a menudo sucede que ninguno se jacta m�s altivamente de sus t�tulos que los que carecen de la realidad; Desde la antig�edad, los falsos profetas, con alto desd�n, se jactaban de haber sido enviados por el Se�or. No, en la actualidad, �por qu� hacen ruido los romanistas, sino "la ordenaci�n de Dios y una sucesi�n sagrada inviolable incluso de los mismos ap�stoles", (37) mientras, despu�s de todo, parece que est�n desprovistos de esas cosas de las que se jactan. Aqu�, por lo tanto, no es jactancia lo que se requiere, sino realidad. Ahora, como el nombre es asumido por buenos y malos por igual, debemos pasar a la prueba, para poder determinar qui�n tiene derecho al nombre de Ap�stol y qui�n no. En cuanto a Pablo, Dios atestigu� su llamado con muchas revelaciones, y luego lo confirm� con milagros. La fidelidad debe ser estimada por esto, ya sea que haya proclamado o no la doctrina pura de Cristo. En cuanto al doble llamado, el de Dios y el de la Iglesia, vea mis Institutos. (38)

Un ap�stol Aunque este nombre, de acuerdo con su etimolog�a, tiene un significado general, y a veces se emplea en un sentido general, para denotar cualquier tipo de ministros, (39) sin embargo, como designaci�n peculiar, es aplicable a aquellos que fueron apartados por el nombramiento del Se�or para publicar el Evangelio en todo el mundo. Ahora, era importante que se contara a Pablo en ese n�mero, por dos razones: primero, porque se les daba mucha m�s deferencia que a otros ministros del evangelio; y, en segundo lugar, porque solo ellos, propiamente hablando, ten�an autoridad para instruir a todas las Iglesias.

Por la voluntad de Dios Mientras el Ap�stol est� acostumbrado alegremente a reconocerse en deuda con Dios por lo que sea que tenga de bien, lo hace m�s especialmente en referencia a su apostolado, para que pueda liberarse de toda apariencia de presunci�n. Y seguramente como un llamado a la salvaci�n es de gracia, as� tambi�n un llamado al oficio de ap�stol es de gracia, como Cristo ense�a en estas palabras:

"No me has elegido a m�, pero te he elegido a ti" ( Juan 15:16.)

Pablo, sin embargo, al mismo tiempo indirectamente insin�a, que todos los que intentan socavar su apostolado, o de alguna manera se oponen a �l, luchan contra un nombramiento de Dios. Para Pablo aqu� no se jacta in�tilmente de t�tulos honorarios, sino que vindica su apostolado de aspersiones maliciosas. Ya que su autoridad debe haber sido suficientemente establecida a la vista de los corintios, habr�a sido superfluo hacer menci�n particular de "la voluntad de Dios", si los hombres malvados no hubieran intentado por medios indirectos socavar ese rango honorable que hab�a sido divinamente le asign�

Y Sosthenes, nuestro hermano. Este es ese Sosthenes que era el gobernante de la sinagoga jud�a que estaba en Corinto, de quien Lucas menciona en Hechos 18:17. Su nombre se agrega por esta raz�n, que los corintios, sabiendo su ardor y firmeza en el evangelio, no pod�an sino tenerlo en merecida estima, y ??por lo tanto, es a�n m�s para su honor que se mencione ahora como el hermano de Pablo, que anteriormente como gobernante de la sinagoga

Versículo 2

2. A la Iglesia de Dios que est� en Corinto. Tal vez parezca extra�o que deba dar el nombre de una Iglesia de Dios a una multitud de personas que estaban infestadas de tantos �nimos, que se podr�a decir que Satan�s reinar�a entre ellos en lugar de Dios. Es cierto que no quiso halagar a los corintios, porque habla bajo la direcci�n del Esp�ritu de Dios, que no est� acostumbrado a halagar. Pero (40) entre tantas contaminaciones, �qu� apariencia de Iglesia ya no se presenta? Respondo, el Se�or le dijo: �No temas: tengo mucha gente en este lugar� ( Hechos 18:9;) teniendo en cuenta esta promesa, le otorg� a unos pocos piadosos tanto honor como a reconocerlos como una Iglesia en medio de una gran multitud de personas imp�as. Adem�s, a pesar de que muchos vicios se hab�an infiltrado, y varias corrupciones tanto de doctrina como de modales, hab�a, sin embargo, todav�a ciertos tokens de una verdadera Iglesia. Este es un pasaje que debe observarse cuidadosamente, para que no exijamos que la Iglesia, mientras est� en este mundo, est� libre de toda arruga y mancha, o inmediatamente declare que no es digna de tal t�tulo en cada sociedad en la que todo no es tan Lo desear�amos. Porque es una tentaci�n peligrosa pensar que no hay ninguna Iglesia en la que no se vea la pureza perfecta. Para el hombre que est� pose�do con esta noci�n, necesariamente debe retirarse al final de todos los dem�s y considerarse a s� mismo como el �nico santo en el mundo, o establecer una secta peculiar en compa��a de unos pocos hip�critas.

�Qu� fundamento, entonces, ten�a Pablo para reconocer una Iglesia en Corinto? Fue esto: que vio entre ellos la doctrina del evangelio, el bautismo, la Cena del Se�or, s�mbolos por los cuales una Iglesia deber�a ser juzgada. Porque aunque algunos comenzaron a tener dudas sobre la resurrecci�n, el error de no haberse extendido por todo el cuerpo, el nombre de la Iglesia y su realidad no se ven afectados. Algunas fallas se hab�an infiltrado entre ellas en la administraci�n de la Cena, la disciplina y la propiedad de la conducta hab�an disminuido mucho: despreciando la simplicidad del evangelio, se hab�an entregado a mostrar y pompa; y como consecuencia de la ambici�n de sus ministros, se dividieron en varios partidos. Sin embargo, a pesar de esto, en la medida en que retuvieron la doctrina fundamental: como el �nico Dios fue adorado entre ellos, y fue invocado en el nombre de Cristo: ya que depositaron su dependencia para la salvaci�n en Cristo, y tuvieron un ministerio no completamente corrompido: hab�a, seg�n estos relatos, una Iglesia todav�a existente entre ellos. Por consiguiente, donde sea que la adoraci�n a Dios se conserve sin infringir, y esa doctrina fundamental, de la que he hablado, permanezca, debemos sin dudarlo concluir que en ese caso existe una Iglesia.

Santificados en Cristo Jes�s, llamados a ser santos. �l menciona las bendiciones con las que Dios los hab�a adornado, como si los reprendiera, al menos en el caso de que no mostraran gratitud a cambio. Porque lo que podr�a ser m�s b�sico que rechazar a un Ap�stol a trav�s de cuya instrumentalidad hab�an sido apartados como la porci�n peculiar de Dios. Mientras tanto, por estos dos ep�tetos, se�ala qu� tipo de personas deben considerarse entre los verdaderos miembros de la Iglesia, y qui�nes son los que pertenecen al derecho a su comuni�n. Porque si no te muestras cristiano por la santidad de la vida, puedes estar en la Iglesia y pasar desapercibido, (41) pero de eso usted no puede ser. Por lo tanto, todos deben ser santificados en Cristo, que ser�a considerado entre el pueblo de Dios. Ahora, el t�rmino santificaci�n denota separaci�n. Esto tiene lugar en nosotros cuando somos regenerados por el Esp�ritu a la novedad de la vida, para que podamos servir a Dios y no al mundo. Porque mientras que por naturaleza somos imp�os, el Esp�ritu nos consagra a Dios. Sin embargo, esto se efect�a cuando somos injertados en el cuerpo de Cristo, aparte de quien no hay nada m�s que contaminaci�n, y como tambi�n es por Cristo, y no por cualquier otra fuente que el Esp�ritu confiera, es con buena voluntad. raz�n por la que dice que somos santificados en Cristo, en la medida en que es por �l que nos unimos a Dios, y en �l nos convertimos en nuevas criaturas.

Lo que sigue inmediatamente, llamado a ser santos, entiendo que significa: como hab�is sido llamados a la santidad. Sin embargo, puede tomarse en dos sentidos. O podemos entender que Pablo dice que el fundamento de la santificaci�n es el llamado de Dios, en la medida en que Dios los ha elegido; lo que significa que esto depende de su gracia, no de la excelencia de los hombres; o podemos entender que quiere decir que eso concuerda con nuestra profesi�n de ser santos, siendo este el dise�o de la doctrina del evangelio. La interpretaci�n anterior parece adaptarse mejor al contexto, pero no tiene gran importancia la forma en que la entiendes, ya que existe un acuerdo completo entre las dos posiciones siguientes: que nuestra santidad fluye de la fuente de la elecci�n divina, y que es el final de nuestro llamado.

Debemos, por lo tanto, mantener cuidadosamente, que no es a trav�s de nuestros propios esfuerzos que somos santos, sino por el llamado de Dios, porque solo �l santifica a los que por naturaleza eran inmundos. Y ciertamente me parece probable que, cuando Pablo ha se�alado como si fuera con el dedo la fuente de la santidad abierta de par en par, sube un escal�n m�s alto, para el placer de Dios, en el cual tambi�n la misi�n de Cristo para nosotros originado. Sin embargo, como el evangelio nos llama a la inocuidad de la vida ( Filipenses 2:15 ,) es necesario que esto se logra en nosotros en realidad, para que nuestro llamado sea efectivo. Sin embargo, se objetar� que no hab�a muchos entre los corintios. Respondo que los d�biles no est�n excluidos de este n�mero; porque aqu� Dios solo comienza su trabajo en nosotros, y poco a poco lo lleva adelante gradualmente y por pasos sucesivos. Respondo m�s all�, que Pablo dise�� m�s bien la gracia de Dios en ellos que sus propios defectos, para que pueda avergonzarlos por su negligencia, si no act�an como una parte adecuada.

Con toda esa llamada. Esto tambi�n es un ep�teto com�n a todos los piadosos; porque como es un ejercicio principal de fe invocar el nombre de Dios, as� tambi�n es por este deber principalmente que los creyentes deben ser estimados. Observe, tambi�n, que �l dice que los creyentes invocan a Cristo, y esto proporciona una prueba de su divinidad: la invocaci�n es una de las primeras expresiones del homenaje divino. Por lo tanto, la invocaci�n aqu� por synecdoche (42) (???? ??????????) denota toda la profesi�n de fe en Cristo, como en muchos pasajes de la Escritura se toma generalmente para toda la adoraci�n divina. Algunos lo explican como denotando mera profesi�n, pero esto parece ser escaso y en desacuerdo con su aceptaci�n habitual en las Escrituras. Las peque�as palabras nostri (las nuestras) y sui (las suyas) las he puesto en genitivo, entendi�ndolas como referentes a Cristo, mientras que otras, entendi�ndolas como referentes al lugar, las convierten en ablativas. Al hacerlo, he seguido a Cris�stomo. Esto, quiz�s, parecer� duro, ya que la expresi�n en cada lugar se introduce en el medio, pero en el estilo griego de Paul no hay nada de dureza en esta construcci�n. Mi raz�n para preferir esta representaci�n a la de la Vulgata es que si entiendes que se refiere al lugar, la cl�usula adicional no ser� simplemente superflua, sino inapropiada. �Para qu� lugar llamar�a Pablo el suyo? Judea entienden que quiere decir; �Pero por qu� motivo? Y luego, �a qu� lugar podr�a referirse como habitado por otros? "Todos los dem�s lugares del mundo" (dicen ellos;) pero esto tampoco se adapta bien. Por otro lado, el significado que le he dado se adapta admirablemente; porque, despu�s de mencionar todo lo que en cada lugar invoca el nombre de Cristo nuestro Se�or, agrega, tanto el suyo como el nuestro, manifiestamente con el prop�sito de mostrar que Cristo es el �nico Se�or com�n, sin distinci�n, de todos los que invocan �l, ya sean jud�os o gentiles.

En todos los lugares que Paul ha agregado, contrario a su manera habitual; porque en sus otras ep�stolas hace menci�n en el saludo de aquellos solo para quienes est�n dise�ados. Parece, sin embargo, haber tenido en cuenta anticipar las calumnias de los hombres malvados, que tal vez no lo tengan para alegar que, al dirigirse a los corintios, asumi� un aire de confianza y reclam� para s� mismo una autoridad de que no lo har�a. aventurarse a afirmar por escrito a otras iglesias. Porque poco a poco veremos que �l tambi�n fue injustamente cargado con este reproche, como si estuviera preparando peque�os nidos (43) para s� mismo, con el Para evitar la luz o para retirarse clandestinamente del resto de los Ap�stoles. Parece, entonces, que expresamente con el prop�sito de refutar esta falsedad, se coloca en una posici�n de mando, desde la cual se le puede escuchar de lejos.

Versículo 3

3. La gracia sea contigo y la paz Para una exposici�n de esta oraci�n, deja que mis lectores consulten el comienzo de mi Comentario sobre la Ep�stola a los Romanos ( Romanos 1:7;) porque no estoy dispuesto a cargar a mis lectores con repeticiones.

Versículo 4

4. Doy gracias a mi Dios. Habiendo asegurado en el saludo la autoridad de la estaci�n que le fue asignada, ahora se esfuerza por obtener el favor de su doctrina, expresando su afecto por ellos. De esta manera, calma sus mentes de antemano, para que puedan escuchar pacientemente sus reproches. (45) Los convence de su afecto por ellos con los siguientes s�mbolos: descubre tanta alegr�a en los beneficios otorgados a ellos, como si se les hubieran conferido sobre s� mismo; y su declaraci�n de que tiene una opini�n favorable de ellos, y que tiene buenas esperanzas en el futuro. Adem�s, califica sus felicitaciones de tal manera que no les da la oportunidad de ser hinchados, ya que rastrea a Dios todos los beneficios que pose�an, para que toda la alabanza pueda redundar en �l, ya que son los frutos de Su gracia. Es como si hubiera dicho: "Te felicito de verdad, pero es de tal manera que atribuimos la alabanza a Dios". Su significado, cuando llama a Dios su Dios, lo he explicado en mi comentario sobre la ep�stola a los romanos ( Romanos 1:8.) Como Pablo no estaba preparado para halagar a los corintios, tampoco los ha recomendado. motivos falsos Porque aunque no todos eran dignos de tales elogios, y aunque corromp�an muchos dones excelentes de Dios por ambici�n, sin embargo, los dones en s� mismos se convirtieron en �l para no despreciarlos, porque en s� mismos merec�an elogios. Adem�s, como los dones del Esp�ritu son conferidos para la edificaci�n de todos, es con buena raz�n que los enumera como dones comunes a toda la Iglesia. (46) Pero veamos lo que �l recomienda en ellos.

Para la gracia, etc. Este es un t�rmino general, porque comprende las bendiciones de todo tipo que obtuvieron por medio del evangelio. Por el t�rmino gracia denota aqu� no el favor de Dios, sino por metonimia (47) (???????????), los dones que �l otorga sobre los hombres gratuitamente. Inmediatamente procede a especificar instancias particulares, cuando dice que est�n enriquecidas en todas las cosas, y especifica cu�les son todas esas cosas: la doctrina y la palabra de Dios. Porque en estas riquezas se vuelven cristianos abundantes; y ellos tambi�n deber�an ser estimados por nosotros m�s, y considerados por nosotros como mucho m�s valiosos, en proporci�n a lo que generalmente se desprecian. La frase en ipso (en �l) he preferido conservarla, en lugar de hacerla per ipsum (por �l), porque en mi opini�n tiene m�s expresividad y fuerza. Porque estamos enriquecidos en Cristo, en la medida en que somos miembros de su cuerpo, y estamos injertados en �l: m�s a�n, al hacerse uno con �l, nos hace compartir con �l todo lo que ha recibido del Padre.

Versículo 6

6. Incluso como el testimonio, etc. Erasmus da una interpretaci�n diferente, en este sentido, "que por estas cosas el testimonio de Cristo fue confirmado en ellos"; es decir, por conocimiento y por la palabra. Sin embargo, las palabras transmiten otro significado, y si no se las arrebata, el significado es f�cil: que Dios ha sellado la verdad de su evangelio entre los corintios, con el prop�sito de confirmarlo. Ahora, esto podr�a hacerse de dos maneras, ya sea por milagros o por el testimonio interno del Esp�ritu Santo. Cris�stomo parece entenderlo de milagros, pero lo tomo en un sentido m�s amplio; y, antes que nada, es cierto que el evangelio se confirma adecuadamente en nuestra experiencia por la fe, porque es solo cuando lo recibimos por la fe que "establecemos nuestro sello que Dios es verdadero" ( Juan 3:33.) Y aunque admito que los milagros deben tener peso para confirmarlo, debemos ir m�s alto en busca del origen, esto es, que el Esp�ritu de Dios es el ferviente y el sello. Por consiguiente, explico estas palabras de esta manera: que los corintios se destacaron en conocimiento, en la medida en que Dios desde el principio hab�a dado eficacia a su evangelio entre ellos, y que no de una sola manera, sino que lo hab�an hecho por la influencia interna de el Esp�ritu, y por excelencia y variedad de dones, por milagros y por cualquier otra ayuda. �l llama al evangelio el testimonio de Cristo, o el respeto a Cristo, porque la suma total de este tiende a descubrirnos a Cristo,

�En quien se esconden todos los tesoros del conocimiento� ( Colosenses 2:3.)

Si alguien prefiere tomarlo en un sentido activo, sobre la base de que Cristo es el autor principal del evangelio, de modo que los Ap�stoles no fueron m�s que testigos secundarios o inferiores, no me opondr� mucho. Sin embargo, me siento mejor satisfecho con la exposici�n anterior. Es cierto que un poco despu�s ( 1 Corintios 2:1) el testimonio de Dios debe, m�s all� de toda controversia, ser tomado en un sentido activo, ya que una significaci�n pasiva no ser�a del todo adecuada. Aqu�, sin embargo, el caso es diferente y, lo que es m�s, ese pasaje fortalece mi punto de vista, ya que inmediatamente se une a lo que es (48) - para saber nada m�s que a Cristo. ( 1 Corintios 2:2.)

Versículo 7

7. Para que no te quedes atr�s en ning�n regalo ???????????? significa que necesitas lo que de otro modo necesitar�as. (49) �l quiere decir, por lo tanto, que los corintios abundan en todos los dones de Dios, para no faltar a nada, como si hubiera dicho , "El Se�or no solo te ha honrado con la luz del evangelio, sino que te ha dotado eminentemente de todas esas gracias que pueden ser �tiles para los santos por ayudarlos a avanzar en el camino de la salvaci�n". Porque �l da el nombre de dones (?????????) a esas gracias espirituales que son, por as� decirlo, medios de salvaci�n para los santos. Pero, por otro lado, se objeta que los santos nunca son tan abundantes como para no sentir falta de gracias hasta cierto punto, por lo que siempre deben ser necesariamente "hambrientos y sedientos" ( Mateo 5:6.) Porque, �d�nde est� el hombre que no est� muy lejos de la perfecci�n? Respondo: �Como est�n suficientemente dotados de regalos necesarios, y nunca tienen tanta indigencia, sino que el Se�or alivia su necesidad de manera razonable; Pablo en este terreno les atribuye tal riqueza ". Por la misma raz�n agrega: esperando la manifestaci�n, es decir, que no les atribuye tanta abundancia como para no dejar nada que desear; pero simplemente tanto como sea suficiente, hasta que hayan llegado a la perfecci�n. El participio que espera entiendo en este sentido, "Mientras tanto, mientras espera". Por lo tanto, el significado ser�: "Para que no necesites ning�n regalo mientras esperas el d�a de la revelaci�n perfeccionada, mediante la cual Cristo nuestra sabidur�a ( 1 Corintios 1:30) se manifestar� por completo. "

Versículo 8

8. Qui�n tambi�n lo confirmar�. El pariente aqu� no se refiere a Cristo, sino a Dios, aunque la palabra Dios es el antecedente m�s remoto. Porque el Ap�stol contin�a con su felicitaci�n, y como les ha dicho anteriormente lo que pensaba de ellos, ahora les hace saber qu� esperanza tiene de ellos en cuanto al futuro, y esto en parte con el prop�sito de asegurarles a�n m�s all� de su afecto por ellos, y en parte para que los exhorte con su propio ejemplo a abrigar la misma esperanza. Es como si �l hubiera dicho: aunque la expectativa de una salvaci�n por venir te mantiene a�n en suspenso, sin embargo, debes sentirte seguro de que el Se�or nunca te abandonar�, sino que, por el contrario, aumentar� lo que ha comenzado en ti. cuando llegue ese d�a en el que

"todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo" ( 2 Corintios 5:10,)

podemos encontrarnos all� sin culpa.

Sin culpa En sus ep�stolas a los efesios y colosenses ( Efesios 1:4, y Colosenses 1:22) �l ense�a que este es el final de nuestro llamado: que podamos parecer puros e irreprochables en la presencia de Cristo Sin embargo, debe observarse que esta gloriosa pureza no se perfecciona en primera instancia en nosotros; m�s bien, nos va bien si estamos progresando todos los d�as en penitencia, y estamos siendo purgados de los pecados ( 2 Pedro 1:9) que nos exponen al disgusto de Dios, hasta que al final ponemos fuera, junto con el cuerpo mortal, todos los desv�os del pecado. Del d�a del Se�or tendremos ocasi�n de hablar cuando lleguemos al cuarto cap�tulo.

Versículo 9

9. Dios es fiel Cuando la Escritura habla de Dios como fiel, el significado en muchos casos es que en Dios hay constancia y uniformidad de tenor, de modo que comienza comienza a perseguir hasta el final, (50) como el mismo Pablo dice en otra parte, que el llamado de Dios es sin arrepentimiento ( Romanos 11:29 .) Por lo tanto, en mi opini�n, el significado de este pasaje es que Dios es firme en lo que se propone. Siendo este el caso, en consecuencia no hace deporte en cuanto a su vocaci�n, pero se ocupar� incesantemente de su trabajo. (51) De los beneficios pasados ??de Dios siempre debemos esperar bien en el futuro. Sin embargo, Pablo tiene algo m�s alto a la vista, ya que argumenta que los corintios no pueden ser desechados, ya que una vez fue llamado por el Se�or a la comuni�n de Cristo. Sin embargo, para comprender completamente la fuerza de este argumento, observemos, en primer lugar, que cada uno debe considerar su llamado como una muestra de su elecci�n. Adem�s, aunque uno no puede juzgar con la misma certeza que la elecci�n de otro, siempre debemos, a juicio de la caridad, concluir que todos los llamados son llamados a la salvaci�n; Me refiero eficaz y fruct�fera. Sin embargo, Pablo dirigi� su discurso a aquellos en quienes la palabra del Se�or hab�a echado ra�ces y en quienes se hab�an producido algunos frutos.

Si alguien objeta que muchos de los que una vez recibieron la palabra luego se caen, respondo que solo el Esp�ritu es para cada uno un testigo fiel y seguro de su elecci�n, de la cual depende la perseverancia. Esto, sin embargo, no se interpuso en el camino de la persuasi�n de Pablo, a juicio de la caridad, de que el llamamiento de los corintios demostrar�a ser firme e inamovible, como personas en quienes vio las muestras de la benevolencia paterna de Dios. Sin embargo, estas cosas de ninguna manera tienden a engendrar seguridad carnal, a despojarnos de lo que las Escrituras frecuentemente nos recuerdan de nuestra debilidad, sino simplemente para confirmar nuestra confianza en el Se�or. Ahora, esto era necesario, para que sus mentes no se desanimaran al descubrir tantas fallas, ya que luego �l se presenta ante su punto de vista. La suma de todo esto puede afirmarse as�: que es parte de la franqueza cristiana esperar bien de todos los que han entrado en el camino correcto de la salvaci�n, y a�n perseveran en ese curso, a pesar de que est�n al mismo tiempo. todav�a acosado con muy mal genio. Cada uno de nosotros tambi�n, desde el momento en que fue iluminado ( Hebreos 10:32) por el Esp�ritu de Dios en el conocimiento de Cristo, deber�amos concluir con certeza de esto que ha sido adoptado por el Se�or a una herencia de vida eterna. Porque el llamado efectivo debe ser para los creyentes una evidencia de adopci�n divina; sin embargo, mientras tanto, todos debemos caminar con miedo y temblor ( Filipenses 2:12 .) En este punto tocar� de nuevo hasta cierto punto cuando llegamos al d�cimo cap�tulo.

En la comunidad. En lugar de esta interpretaci�n, Erasmus lo traduce en asociaci�n. El viejo int�rprete lo convierte en sociedad. Sin embargo, he preferido ofrecerle compa�erismo, ya que resalta mejor la fuerza de la palabra griega ????????? (52) Porque este es el dise�o del evangelio, para que Cristo se convierta en nuestro, y que podamos ser injertados en su cuerpo. Ahora, cuando el Padre nos lo da en posesi�n, tambi�n se nos comunica en �l; y de ah� surge una participaci�n en cada beneficio. El argumento de Pablo, entonces, es el siguiente: �Dado que, por medio del evangelio que has recibido por fe, has sido llamado a la comuni�n de Cristo, no tienes motivos para temer el peligro de muerte, (53) habiendo sido hechos part�cipes de �l ( Hebreos 3:14) que levant� un conquistador por la muerte". En resumen, cuando el cristiano se mira a s� mismo, solo encuentra una ocasi�n para temblar, o m�s bien para desesperarse; pero habiendo sido llamado a la comuni�n de Cristo, deber�a, en lo que respecta a la seguridad de la salvaci�n, pensar en s� mismo de otra manera que no sea miembro de Cristo, para considerar todos los beneficios de Cristo. Por lo tanto, obtendr� una esperanza inquebrantable de perseverancia final (como se le llama) si se considera un miembro de �l que est� m�s all� de todo peligro de caerse.

Versículo 10

10. Ahora les suplico, hermanos Hasta ahora, �l ha manejado a los corintios suavemente, porque sab�a que eran demasiado sensibles. Ahora, sin embargo, despu�s de preparar sus mentes para recibir la correcci�n, actuando como un cirujano bueno y h�bil, que alivia la herida cuando est� por aplicar un remedio doloroso, comienza a manejarlos con m�s severidad. Incluso aqu�, sin embargo, como veremos m�s adelante, �l usa una gran moderaci�n. La suma es la siguiente: "Espero que el Se�or no te haya conferido en vano tantos dones, para no tenerlo a la vista para llevarte a la salvaci�n, pero al mismo tiempo deber�as prestar atenci�n a las gracias. tan distinguido estar contaminado por tus vicios. Vean, entonces, que est�n de acuerdo entre ustedes; y no es sin una buena raz�n por la que llamo a un acuerdo entre ustedes, ya que me han informado que est�n en un estado de desacuerdo, que equivale incluso a la hostilidad, y que hay partes y disputas que se desatan entre ustedes, por las cuales la verdadera unidad de la fe se desgarra �. Sin embargo, como tal vez no est�n lo suficientemente excitados por la mera exhortaci�n, �l usa una s�plica sincera, porque los conjura, por el nombre de Cristo, que, como lo amaban, deber�an apuntar a promover la armon�a.

Que todos ustedes hablen lo mismo Al exhortarlos a la armon�a, �l emplea tres formas diferentes de expresi�n: porque, en primer lugar, requiere tal acuerdo entre ellos que todos tengan una sola voz; segundo, quita el mal por el cual la unidad se rompe y se rompe; y, en tercer lugar, revela la naturaleza de la verdadera armon�a, es decir, que se acuerden entre ellos en mente y voluntad. Lo que ha colocado en segundo lugar es primero en orden, que tengamos cuidado con las luchas. Porque a partir de esto, una segunda cosa seguir� naturalmente: que estemos en armon�a; y luego, por fin, seguir� una tercera cosa, que aqu� se menciona primero, que todos hablamos, por as� decirlo, con una sola boca; algo extremadamente deseable como fruto de la armon�a cristiana. Observemos, entonces, que nada es m�s inconsistente por parte de los cristianos que estar en desacuerdo entre ellos, ya que es el art�culo principal de nuestra religi�n que estamos en armon�a entre nosotros; y m�s all�, de tal acuerdo, la seguridad de la Iglesia descansa y depende.

Pero veamos lo que �l requiere en cuanto a la unidad cristiana. Si alguien desea distinciones agradables, primero las unir�a en una sola mente, en segundo lugar, en un juicio; y, en tercer lugar, les har�a declarar en palabras ese acuerdo. Sin embargo, dado que mi interpretaci�n difiere en algo de la de Erasmus, de paso llamar�a a mis lectores para que observen que aqu� Pablo hace uso de un participio, que denota cosas que se unen de manera adecuada y adecuada (56) Para el verbo ????????????? en s� mismo (del que proviene el participio ?????????????) significa, para ser ajustado y ajustado, solo ya que los miembros del cuerpo humano est�n conectados entre s� por una simetr�a admirable. (57)

Para sententia (juicio) Pablo tiene ??????: pero entiendo que aqu� denota la voluntad, de modo que hay una divisi�n completa del alma, y ??la primera cl�usula se refiere a la fe, la segunda al amor. Entonces solo habr� unidad cristiana entre nosotros, cuando no haya simplemente un buen acuerdo en cuanto a la doctrina, sino que tambi�n estemos en armon�a en nuestros afectos y disposiciones, y por lo tanto en todos los aspectos de una sola mente. As�, Lucas testifica a los creyentes en la Iglesia primitiva ( Hechos 2:46) que ten�an "un coraz�n y una alma". Y sin duda esto se encontrar� donde sea que reine el Esp�ritu de Cristo. Sin embargo, cuando los exhorta a que hablen lo mismo, insin�a a�n m�s por completo el efecto, cu�n completo debe ser el acuerdo, de modo que no pueda aparecer diversidad incluso en las palabras. Es dif�cil, de hecho, de alcanzar, pero a�n es necesario entre los cristianos, de quienes se requiere no solo una fe, sino tambi�n una confesi�n.

Versículo 11

11. Se ha declarado. Como las observaciones generales generalmente tienen poco efecto, �l insin�a, que lo que hab�a dicho era m�s particularmente aplicable a ellos. La aplicaci�n, por lo tanto, est� dise�ada con el objetivo de guiar a los corintios a percibir que no fue sin una buena raz�n por la que Pablo hab�a mencionado la armon�a. Porque muestra que no solo se hab�an apartado de una unidad sagrada, (58) sino que incluso hab�an ca�do en disputas, que son peores (59) que aretes de sentimiento. Y para que no le acusen de creer demasiado f�cilmente lo que se dijo, (60) como si prestara su o�do a acusaciones falsas, habla con elogios de sus informantes, que deben haber sido de la m�s alta estima, ya que no dud� en presentarlos como testigos competentes contra toda una Iglesia. De hecho, no es del todo cierto si Chloe es el nombre de un lugar o de una mujer, pero para m� parece m�s probable que sea el nombre de una mujer. (61) Soy de opini�n, por lo tanto, que era un hogar bien regulado que familiariz� a Paul con la condici�n perturbada de la Iglesia de Corinto, deseando que podr�a ser remediado por �l. La idea de muchos, de acuerdo con el punto de vista de Cris�stomo, de que se abstuviera de mencionar nombres, para que no les pusiera odio, me parece absurda. Porque no dice que algunos de los miembros de la familia le hayan informado esto, pero, por el contrario, los menciona a todos, y no hay duda de que voluntariamente habr�an permitido que se usaran sus nombres. Adem�s, para que no exaspere sus mentes por una severidad indebida, ha modificado la reprensi�n mediante una forma atractiva de direcci�n; no como si fuera a aligerar el moquillo, sino con el fin de llevarlos a un esp�ritu m�s ense�able, para percibir la gravedad de la enfermedad.

Versículo 12

12. Digo entonces, etc. Algunos piensan que aqu� hay una instancia de ???????, imitaci�n, como si Paul estuviera repitiendo aqu� expresiones Ahora, aunque los manuscritos difieren en cuanto a la part�cula ???,, soy de la opini�n de que es la conjunci�n (porque) en lugar de la relativa (que), por lo que simplemente hay una explicaci�n de la declaraci�n anterior en este sentido. "Mi raz�n para decir que hay contenciones entre ustedes es porque cada uno de ustedes se glor�a en nombre de alg�n individuo". Sin embargo, se objetar� que, en estas palabras, todav�a no hay apariencia de contenci�n. Mi respuesta es que donde hay aretes en la religi�n, no puede ser sino que las mentes de los hombres pronto explotar�n en una lucha abierta. Porque como nada es m�s efectivo para unirnos, y no hay nada que tienda m�s a unir nuestras mentes y mantenerlos en un estado de paz que un acuerdo en la religi�n, entonces, por otro lado, si surgi� alg�n desacuerdo como Para asuntos de esta naturaleza, el efecto es necesariamente que las mentes de los hombres est�n inmediatamente agitadas para el combate, y en ning�n otro departamento hay m�s enfrentamientos feroces. (62) Por lo tanto, es con buena raz�n que Pablo lo presenta como una evidencia suficiente de contienda, que los corintios estaban infestados de sectas y partidos.

Soy de Paul. Aqu� menciona a los fieles siervos de Cristo: Apolos, que hab�a sido su sucesor en Corinto, y tambi�n el propio Pedro, y luego se suma a su n�mero, para que parezca alegar no tanto su propia causa como esa. de Cristo Desde cualquier otro punto de vista, no es probable que haya alguna parte que defienda los intereses separados de los ministros unidos por un acuerdo sagrado. (63) Sin embargo, como luego menciona, se transfiri� a s� mismo y a Apolos lo que era aplicable a otros; y esto lo ha hecho, para que puedan considerar con m�s franqueza la cosa misma, vi�ndola aparte del respeto a las personas. Sin embargo, se responder� que �l hace menci�n aqu� incluso de aquellos que profesaron ser de Cristo. �Fue esto tambi�n digno de culpa? Respondo que de esta manera �l muestra m�s completamente qu� consecuencias indeseables resultan de esos afectos depravados, cuando nos entregamos a los hombres, como en ese caso Cristo debe ser reconocido simplemente en parte, y los piadosos no tienen otra alternativa, pero separarse de los dem�s, si no renunciaran a Cristo.

Como, sin embargo, este pasaje es arrebatado de varias maneras, debemos esforzarnos por determinar m�s minuciosamente lo que Pablo pretende aqu�. Su objetivo es mantener la autoridad exclusiva de Cristo en la Iglesia, para que todos podamos ejercer dependencia de �l, para que �l solo pueda ser reconocido entre nosotros como Se�or y Maestro, y que el nombre de ning�n individuo se oponga al suyo. Aquellos que, por lo tanto, atraen a sus disc�pulos ( Hechos 20:30) con el objetivo de dividir a la Iglesia en partidos, los condena como los enemigos m�s destructivos de nuestra fe. Por lo tanto, no quiere que los hombres tengan tanta preeminencia en la Iglesia como para usurpar la supremac�a de Cristo. �l no permite que sean retenidos en tal honor como para derogar incluso en lo m�s m�nimo la dignidad de Cristo. Es cierto que hay un cierto grado de honor que se debe a los ministros de Cristo, y ellos tambi�n son maestros en su propio lugar, pero esta excepci�n siempre debe tenerse en cuenta, que Cristo debe tener sin ninguna infracci�n lo que pertenece �l - que, sin embargo, �l ser� el �nico Maestro, y considerado como tal. Por lo tanto, el objetivo de los buenos ministros es el siguiente: que todos puedan en com�n servir a Cristo y reclamar para �l exclusivamente poder, autoridad y gloria, luchar bajo su estandarte, obedecerlo solo y atraer a otros a su dominio. Si alguien est� influenciado por la ambici�n, ese hombre re�ne disc�pulos, no para Cristo, sino para s� mismo. Esta es la fuente de todos los males, esta es la m�s dolorosa de todas las plagas, este es el veneno mortal de todas las Iglesias, cuando los ministros buscan sus propios intereses en lugar de los de Cristo. En resumen, la unidad de la Iglesia consiste m�s especialmente en esta �nica cosa: que todos dependemos solo de Cristo, y que los hombres ocupan as� un lugar inferior, para no restarle ning�n grado a su preeminencia.

Versículo 13

13. �Est� dividido Cristo? Este mal intolerable fue consecuencia de las divisiones que prevalecieron entre los corintios: porque solo Cristo debe reinar en la Iglesia. Y como el objeto del evangelio es que seamos reconciliados con Dios a trav�s de �l, es necesario, en primer lugar, que todos estemos unidos en �l. Sin embargo, como solo unos pocos corintios, que estaban en una condici�n m�s s�lida que los dem�s, (64) retuvieron a Cristo como su Maestro, (mientras que todos hicieron alarde de que eran cristianos,) Cristo fue por este medio desgarrado. Porque debemos ser un solo cuerpo, si nos mantendr�amos juntos debajo de �l como nuestra cabeza. Si, por otro lado, nos separamos en cuerpos diferentes, comenzamos a apartarnos de �l tambi�n. Por lo tanto, glorificarse en su nombre en medio de luchas y partidos es romperlo en pedazos: lo que de hecho es imposible, porque nunca se apartar� de la unidad y la concordia, porque "No puede negarse a s� mismo" ( 2 Timoteo 2:13). Pablo, por lo tanto, al presentar ante ellos este absurdo, se propone guiar a los corintios a percibir que est�n separados de Cristo, en la medida en que est�n divididos, porque solo �l reina en nosotros, cuando lo tenemos como el v�nculo de un inviolable. unidad sagrada

�Fue Pablo crucificado por ti? Por dos poderosas consideraciones, muestra cu�n b�sica es (65) es privar a Cristo del honor de ser el �nico Jefe de la Iglesia, el �nico Maestro - el �nico maestro; o quitarle cualquier parte de ese honor, con el fin de transferirlo a los hombres. La primera es que hemos sido redimidos por Cristo sobre esta base, que no somos nuestros propios amos. Este mismo argumento que Pablo usa en su Ep�stola a los Romanos ( Romanos 14:9), cuando dice:

"Para este fin, Cristo muri� y resucit�, para ser el Se�or tanto de los vivos como de los muertos".

Para �l, por lo tanto, vivamos y muramos, porque siempre somos suyos. Tambi�n en esta misma Ep�stola ( 1 Corintios 7:23,)

"Ustedes son comprados por un precio: no se�is sirvientes de los hombres".

Como los corintios, por lo tanto, hab�an sido comprados con la sangre de Cristo, de alguna manera renunciaron al beneficio de la redenci�n, cuando se unieron a otros l�deres. Aqu� hay una doctrina que merece atenci�n especial: que no estamos en libertad de someternos a los hombres, (66) porque somos la herencia del Se�or . Aqu�, por lo tanto, acusa a los corintios de la m�s baja ingratitud, al distanciarse de ese L�der, por cuya sangre hab�an sido redimidos, sin embargo, podr�an haberlo hecho sin darse cuenta.

M�s a�n, este pasaje milita contra la artima�a perversa de los papistas, mediante la cual intentan reforzar su sistema de indulgencias. Porque es de la sangre de Cristo y de los m�rtires (67) que componen ese tesoro imaginario de la Iglesia, que nos dicen que se reparte por medios de indulgencias As�, pretenden que los m�rtires por su muerte merecieron algo para nosotros a la vista de Dios, para que podamos buscar ayuda de esta fuente para obtener el perd�n de nuestros pecados. Negar�n, de hecho, que son por esa raz�n nuestros redentores; pero nada es m�s manifiesto que que una cosa se sigue de la otra. La pregunta es en cuanto a la reconciliaci�n de los pecadores con Dios; la pregunta es sobre la obtenci�n del perd�n; la pregunta es para apaciguar la ira del Se�or; La pregunta es sobre la redenci�n de nuestras iniquidades. Se jactan de que esto se logra en parte por la sangre de Cristo, y en parte por la de los m�rtires. Hacen, por lo tanto, que los m�rtires se asocian con Cristo para procurar nuestra salvaci�n. Aqu�, sin embargo, Pablo en t�rminos fuertes niega que alguien que no sea Cristo haya sido crucificado por nosotros. Los m�rtires, es cierto, murieron para nuestro beneficio, pero (como Leo (68) observa) fue para proporcionar un ejemplo de perseverancia, no para procurar nosotros el don de la justicia.

�O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Aqu� tenemos un segundo argumento, tomado de la profesi�n del bautismo; porque nos alistamos bajo las banderas de �l en cuyo nombre somos bautizados. En consecuencia, estamos obligados (69) a Cristo, en cuyo nombre se celebra nuestro bautismo. Por lo tanto, se deduce que los corintios son acusados ??de perfidia y apostas�a, si se someten a los hombres. Observe aqu� que la naturaleza del bautismo se asemeja a un contrato (70) de obligaci�n mutua; porque as� como el Se�or por ese s�mbolo nos recibe en su hogar y nos presenta entre su pueblo, as� le prometemos nuestra fidelidad a �l, que nunca m�s tendremos otro Se�or espiritual. Por lo tanto, como es parte de Dios un pacto de gracia que �l contrae con nosotros, en el cual promete perd�n de pecados y una nueva vida, as� que de nuestra parte es un juramento de guerra espiritual, en el cual prometemos sujeci�n perpetua a �l. El antiguo departamento que Paul no menciona aqu�, porque el sujeto no lo admiti�; pero en el tratamiento del bautismo no debe omitirse. Tampoco Pablo acusa a los corintios de apostas�a simplemente por el hecho de abandonar a Cristo y atacarse a los hombres; pero �l declara que si no se adhieren solo a Cristo, eso mismo los har�a romper el pacto.

Se pregunta, �qu� es ser bautizado en el nombre de Cristo? Respondo que con esta expresi�n no se insin�a simplemente que el bautismo se basa en la autoridad de Cristo, sino que tambi�n depende de su influencia, y de alguna manera consiste en ello; y, en resumen, que todo el efecto depende de esto, que se invoca el nombre de Cristo. M�s adelante se pregunta por qu� Pablo dice que los corintios fueron bautizados en el nombre de Cristo, mientras que Cristo mismo orden� ( Mateo 28:19) a los ap�stoles que bautizaran en el nombre del Padre y de los Hijo y del Esp�ritu Santo. Respondo que en el bautismo lo primero que se debe considerar es que Dios el Padre, al plantarnos en su Iglesia con bondad inmerecida, nos recibe por adopci�n en el n�mero de sus hijos. En segundo lugar, como no podemos tener ninguna conexi�n con �l, excepto por medio de la reconciliaci�n, necesitamos que Cristo nos restaure al favor del Padre con su sangre. En tercer lugar, como estamos por el bautismo consagrado a Dios, necesitamos tambi�n la interposici�n del Esp�ritu Santo, cuyo oficio es hacernos nuevas criaturas. M�s a�n, nuestro ser lavado en la sangre de Cristo es peculiarmente su obra; pero como no obtenemos la misericordia del Padre, o la gracia del Esp�ritu, de otra manera que solo a trav�s de Cristo, es por buenos motivos que hablamos de �l como el objeto peculiar a la vista en el bautismo, y m�s particularmente inscribimos su nombre sobre el bautismo Al mismo tiempo, esto no excluye de ninguna manera el nombre del Padre y del Esp�ritu; porque cuando deseamos resumir brevemente la eficacia del bautismo, solo mencionamos a Cristo; pero cuando estamos dispuestos a hablar con mayor minuciosidad, el nombre del Padre y el del Esp�ritu requieren ser expresamente introducidos.

Versículo 14

14. Doy gracias a Dios. En estas palabras, reprende muy bruscamente la perversidad de los corintios, lo que le hizo necesario evitar, de una manera, algo tan sagrado y honorable como el de la administraci�n del bautismo. Pablo, de hecho, habr�a actuado con propiedad y de acuerdo con la naturaleza de su cargo, aunque hab�a bautizado a tantos. Sin embargo, se alegra de que haya sucedido lo contrario, y reconoce que se le orden� tanto, en la providencia de Dios, que tal vez no se aprovechen de eso para glorificarse en �l, o que �l no tenga ning�n parecido con esos ambiciosos. hombres que se esforzaban de esta manera por atrapar seguidores. Pero, �y si hubiera bautizado a muchos? No habr�a habido ning�n da�o en ello, pero (como he dicho) hay un gran reproche contra los corintios y sus falsos ap�stoles, en la medida en que un siervo del Se�or encontr� la ocasi�n de alegrarse de que se hubiera abstenido de una obra. , de lo contrario bueno y encomiable, para que no se convierta en una ocasi�n de da�o para ellos.

Versículo 17

17. Porque Cristo no me envi�. Anticipa una objeci�n que, quiz�s, podr�a presentarse contra �l: que no hab�a cumplido con su deber, en la medida en que Cristo ordena a sus ap�stoles que bauticen y ense�en. En consecuencia, responde que este no era el departamento principal de su oficina, ya que el deber de ense�ar se le hab�a impuesto principalmente como aquello a lo que �l deb�a postularse. Porque cuando Cristo les dice a los Ap�stoles, ( Mateo 28:19, Marco 16:15,) Ve, predica y bautiza, �l conecta el bautismo con la ense�anza simplemente como una adici�n o un ap�ndice, para que la ense�anza siempre ocupa el primer lugar.

Dos cosas, sin embargo, deben notarse aqu�. La primera es que el ap�stol no niega aqu� absolutamente que ten�a la orden de bautizar, ya que esto es aplicable a todos los ap�stoles: ve y bautiza; y habr�a actuado precipitadamente al bautizar a uno solo, si no hubiera sido dotado de autoridad, sino que simplemente se�ala lo que era lo m�s importante en su llamamiento. La segunda cosa es que, de ninguna manera, le resta valor, como algunos piensan, a la dignidad o utilidad del sacramento. La pregunta aqu� es, no en cuanto a la eficacia del bautismo, y Pablo no instituye esta comparaci�n con la idea de restarle valor en ning�n grado; pero porque se le dio a pocos para ense�ar, mientras que muchos pod�an bautizar; y m�s all�, ya que muchos pod�an ense�arse al mismo tiempo, mientras que el bautismo solo pod�a administrarse a individuos sucesivamente, uno por uno, Paul, quien sobresali� en el don de la ense�anza, se aplic� al trabajo que era especialmente necesario para �l, y dej� a otros lo que podr�an lograr m�s convenientemente. Adem�s, si el lector considera minuciosamente todas las circunstancias del caso, ver� que hay iron�a (71) transmitido t�citamente aqu�, h�bilmente ideado para hacer esos siente agudamente que, bajo el color de administrar una ceremonia, se esfuerza por alcanzar un poco de gloria a expensas del trabajo de otro. El trabajo de Pablo en la construcci�n de esa Iglesia hab�a sido incre�ble. Le siguieron ciertos maestros afeminados, que hab�an atra�do a seguidores a su partido por la aspersi�n de agua; (72) Pablo, luego, d�ndoles el t�tulo de honor, se declara contento con haber tenido la carga. (73)

No con sabidur�a de palabras. Aqu� hay una instancia de anticipaci�n, por la cual se refuta una doble objeci�n. Porque estos pretendidos maestros podr�an responder que era absurdo escuchar a Paul, que no estaba dotado de elocuencia, haciendo alarde de que el departamento de ense�anza le hab�a sido asignado. Por lo tanto, dice, a modo de concesi�n, que no hab�a sido formado para ser un orador, (74) para ponerse en marcha por la elegancia del discurso: sino un ministro del Esp�ritu, para que �l pueda, por medio de un discurso sencillo y hogare�o, no traer a nada la sabidur�a del mundo. Ahora, para que nadie se oponga a que �l persigui� la gloria por su predicaci�n, tanto como otros lo hicieron por el bautismo, responde brevemente, que como el m�todo de ense�anza que sigui� fue el m�s alejado del espect�culo, y no respir� nada de ambici�n, no pod�a dar lugar a sospechas sobre esa cabeza. Por lo tanto, tambi�n, si no me equivoco, se puede deducir f�cilmente cu�l fue el motivo principal de la controversia que Pablo tuvo con los ministros malvados e infieles de los corintios. Fue que, llenos de ambici�n, para asegurarse la admiraci�n de la gente, se los recomendaron con un espect�culo de palabras y una m�scara de sabidur�a humana.

De este mal principal se dedujeron necesariamente otros dos: que con estos disfraces (por as� decirlo) la simplicidad del evangelio qued� desfigurada, y Cristo estaba, por as� decirlo, vestido con un atuendo nuevo y extra�o, de modo que el conocimiento puro y no adulterado de �l no se encontraba. Adem�s, a medida que las mentes de los hombres se desviaban a la pulcritud y la elegancia de la expresi�n, a especulaciones ingeniosas y a una muestra vac�a de sublimidad superior de la doctrina, la eficacia del Esp�ritu desapareci� y no qued� nada m�s que la letra muerta. La majestad de Dios, como brilla en el evangelio, no se pod�a ver, sino un mero disfraz y un espect�culo in�til. Pablo, en consecuencia, con el fin de exponer estas corrupciones del evangelio, hace una transici�n aqu� a la manera de su predicaci�n. Esto lo declara correcto y apropiado, mientras que al mismo tiempo se opone diametralmente a la ostentaci�n ambiciosa de esos hombres. (75) Es como si hubiera dicho: "Soy muy consciente de lo mucho que sus fastidiosos maestros se deleitan con sus frases sonoras. En cuanto a m�, no confieso simplemente que mi predicaci�n se ha llevado a cabo en un estilo grosero, grosero y sin pulir, sino que incluso me glor�o en ello. Porque era correcto que as� fuera, y este fue el m�todo que me fue recetado divinamente. �Por la sabidur�a de las palabras, no quiere decir ????????????, (76) que es una mera conversaci�n vac�a, sino una verdadera elocuencia, que consiste en ingeniosos artilugios de temas, ingenioso arreglo y elegancia de expresi�n. �l declara que no ten�a nada de esto: m�s a�n, que no era adecuado para su predicaci�n ni ventajoso.

No sea que la cruz de Cristo no tenga ning�n efecto. Como �l hab�a presentado con frecuencia el nombre de Cristo en contraste con la arrogante sabidur�a de la carne, ahora, con el objetivo de derribar de ese modo todo su orgullo y nobleza, �l trae adelante para ver la cruz de Cristo. Porque toda la sabidur�a de los creyentes est� comprendida en la cruz de Cristo, �y qu� m�s despreciable que una cruz? Quien quiera, por lo tanto, desear ser verdaderamente sabio en la cuenta de Dios, necesariamente debe inclinarse ante esta humillaci�n de la cruz, y esto no se lograr� de otra manera que renunciando ante todo a su propio juicio y a toda la sabidur�a del mundo. Sin embargo, Pablo muestra aqu� no solo qu� tipo de personas deber�an ser los disc�pulos de Cristo, y qu� camino de aprendizaje deber�an seguir, sino tambi�n cu�l es el m�todo de ense�anza en la escuela de Cristo. "La cruz de Cristo (dice �l) no habr�a tenido ning�n efecto, si mi predicaci�n hubiera sido adornada con elocuencia y espect�culo". La cruz de Cristo la puso aqu� para beneficio de la redenci�n, que debe buscarse en Cristo crucificado. Ahora, la doctrina del evangelio que nos llama a esto, debe saborear la naturaleza de la Cruz, para ser despreciada y despreciable, en lugar de gloriosa, a los ojos del mundo. El significado, por lo tanto, es que si Pablo hubiera hecho uso de la agudeza filos�fica y estudiara el discurso en presencia de los corintios, la eficacia de la cruz de Cristo, en la que consiste la salvaci�n de los hombres, habr�a sido enterrada, porque no puede ven a nosotros de esa manera.

Aqu� se proponen dos preguntas: primero, si Pablo aqu� condena en todos los aspectos la sabidur�a de las palabras, en oposici�n a Cristo; y en segundo lugar, si quiere decir que la elocuencia y la doctrina del evangelio son invariablemente opuestas, por lo que no pueden ponerse de acuerdo, y que la predicaci�n del evangelio est� viciada, si la m�s m�nima tintura de elocuencia (77 ) se utiliza para adornarlo. A la primera de ellas respondo: que era bastante irracional suponer que Pablo condenar�a por completo esas artes que, es evidente, son excelentes dones de Dios, y que sirven como instrumentos para ayudar a los hombres en el realizaci�n de prop�sitos importantes. En cuanto a esas artes, entonces, que no tienen nada de superstici�n, pero contienen un aprendizaje s�lido, (78) y se basan en principios justos, ya que son �tiles y adecuados a las transacciones comunes de la vida humana, por lo que no puede haber ninguna duda de que han salido del Esp�ritu Santo; y la ventaja que se deriva y experimenta de ellos debe atribuirse exclusivamente a Dios. Lo que Pablo dice aqu�, por lo tanto, no debe tomarse como un desprecio de las artes, como si fueran desfavorables para la piedad.

La segunda pregunta es algo m�s dif�cil, porque �l dice que la cruz de Cristo no tiene ning�n efecto si hay alguna mezcla de la sabidur�a de las palabras que contesto, que debemos considerar qui�nes son los que aqu� Pablo aborda. Las orejas de los corintios se hac�an cosquillas con una tonta afici�n por el estilo de alto sonido. (79) Por lo tanto, necesitaban m�s que otros para regresar a la humillaci�n de la cruz, para que pudieran aprender a abrazar a Cristo tal como es, sin adornos, y El evangelio en su simplicidad, sin ning�n adorno falso. Reconozco, al mismo tiempo, que este sentimiento en algunos aspectos es invariable, que la cruz de Cristo no tiene ning�n efecto, no solo por la sabidur�a del mundo, sino tambi�n por la elegancia de la direcci�n. Porque la predicaci�n de Cristo crucificado es simple y sin adornos, y por lo tanto no debe ser oscurecida por falsos adornos del habla. Es prerrogativa del evangelio derribar la sabidur�a del mundo de tal manera que, despojados de nuestro propio entendimiento, demostremos que somos simplemente d�ciles, y no pensamos ni deseamos saber nada, sino lo que el Se�or El mismo ense�a. En cuanto a la sabidur�a de la carne, tendremos ocasi�n de considerar m�s en general, en cuanto a lo que se opone a Cristo. En cuanto a la elocuencia, lo anunciar� aqu� en pocas palabras, en la medida en que lo requiera el pasaje.

Vemos que Dios desde el principio orden� las cosas para que el evangelio se administrara con sencillez, sin ayuda de la elocuencia. �No podr�a el que crea las lenguas de los hombres para la elocuencia ser �l mismo elocuente si as� lo desea? Si bien podr�a ser as�, no eligi� serlo. Por qu� fue que no eligi� esto, encuentro dos razones m�s particularmente. La primera es que, de una manera clara y sin pulir, la majestad de la verdad podr�a brillar m�s claramente, y la simple eficacia de su Esp�ritu, sin ayuda externa, podr�a llegar al coraz�n de los hombres. La segunda es, que �l podr�a probar m�s efectivamente nuestra obediencia y docilidad, y entrenarnos al mismo tiempo a la verdadera humildad. Porque el Se�or no admite a nadie en su escuela sino a ni�os peque�os. (80) Por lo tanto, solo ellos son capaces de la sabidur�a celestial que, contentos con la predicaci�n de la cruz, por despreciable que pueda parecer, no sienten ning�n deseo tener a Cristo debajo de una m�scara. Por lo tanto, la doctrina del evangelio requer�a ser regulada con este punto de vista, que los creyentes deber�an ser alejados de todo orgullo y altivez.

Pero, �qu� pasar�a si alguien en la actualidad, al hablar con cierto grado de elegancia, adornase la doctrina del evangelio por elocuencia? �Merecer�a ser rechazado por ese motivo, como si lo contaminara o oscureciera la gloria de Cristo? En primer lugar, respondo que la elocuencia no est� en absoluto en desacuerdo con la simplicidad del evangelio, cuando no simplemente no desde�a cederle el paso y estar sujeto a �l, sino que tambi�n le presta servicio, como una criada de su amante. Como dice Agust�n, "El que le dio a Peter un pescador, tambi�n le dio a Cipriano un orador". Con esto quiere decir que ambos son de Dios, a pesar de que uno, que es muy superior al otro en cuanto a dignidad, carece por completo de gracia en el habla; mientras que el otro, que se sienta a sus pies, se distingue por la fama de su elocuencia. Esa elocuencia, por lo tanto, no debe ser condenada ni despreciada, lo que no tiene tendencia a llevar a los cristianos a ser absorbidos por un brillo externo de palabras, o intoxicarse con deleite vac�o, o cosquillear sus o�dos con su tintineo, o cubrirse la cruz de Cristo con su espect�culo vac�o como con un velo; (81) pero, por el contrario, tiende a llamarnos a la simplicidad nativa del evangelio, tiende a exaltar la simple predicaci�n de la cruz al abatir voluntariamente en s�, y, en definitiva, act�a como parte de un heraldo (82) para procurar una audiencia para aquellos pescadores y personas analfabetas, que no tienen nada m�s que recomendarlos. La energ�a del Esp�ritu.

En segundo lugar, respondo que el Esp�ritu de Dios tambi�n tiene una elocuencia propia, pero de una naturaleza tal que brille con un brillo nativo propio, o m�s bien (como dicen) intr�nseco, m�s que con cualquier aventura. adornos Tal es la elocuencia que tienen los Profetas, m�s particularmente Isa�as, David y Salom�n. Mois�s tambi�n tiene una pizca de ella. M�s a�n, incluso en los escritos de los Ap�stoles, aunque est�n m�s sin pulir, a pesar de algunas chispas que ocasionalmente se emiten. Por lo tanto, la elocuencia que se adapta al Esp�ritu de Dios es de tal naturaleza que no se hincha con un espect�culo vac�o, ni se gasta en un sonido vac�o, sino que es s�lida y eficaz, y tiene m�s sustancia que elegancia.

Versículo 18

18. Para la predicaci�n de la cruz, etc. En esta primera cl�usula se hace una concesi�n. Porque, como se podr�a objetar f�cilmente, que el evangelio es com�nmente despreciado, si se presenta de una manera tan desnuda y abyecta, Pablo por su propia voluntad lo reconoce, pero cuando agrega, lo es en la estimaci�n. de los que perecen, �l insin�a que no se debe tener en cuenta su juicio. �Para qui�n elegir�a despreciar el evangelio a expensas de perecer? Esta declaraci�n, por lo tanto, debe entenderse de esta manera: �Sin embargo, la predicaci�n de la cruz, como no tener nada de la sabidur�a humana para recomendarla, es considerada una tonter�a por los que perecen; a nuestro juicio, no obstante, la sabidur�a de Dios brilla claramente en �l ". Sin embargo, indirectamente reprende el juicio pervertido de los corintios, quienes, mientras eran seducidos por palabras, demasiado f�cilmente seducidos por maestros ambiciosos, consideraban con desd�n a un ap�stol que estaba dotado del poder de Dios para su salvaci�n, y que simplemente porque se dedic� a la predicaci�n de Cristo. De qu� manera la predicaci�n de la cruz es el poder de Dios para salvaci�n, hemos explicado al comentar sobre Romanos 1:16

Versículo 19

19. Porque est� escrito, etc. �l muestra a�n m�s lejos, desde el testimonio de Isa�as, cu�n irrazonable es que la verdad del evangelio sea considerado con prejuicio porque los sabios de este mundo lo desprecian, por no decir burla. Porque es evidente por las palabras del Profeta, que su opini�n no se considera nada en la cuenta de Dios. El pasaje est� tomado de Isa�as 29:14, donde el Se�or amenaza con vengarse de la hipocres�a de la gente con este tipo de castigo, que la sabidur�a perecer� de los sabios, etc. Ahora la aplicaci�n de esto Para el tema en cuesti�n es: �No es nada nuevo o inusual que los hombres formulen juicios completamente absurdos, que en otros aspectos parecen distinguirse por su sabidur�a. De esta manera, el Se�or ha acostumbrado a castigar la arrogancia de aquellos que, dependiendo de su propio juicio, piensan ser l�deres para s� mismos y para los dem�s. De esta manera, �l, entre los israelitas de la antig�edad, destruy� la sabidur�a de aquellos que eran los l�deres del pueblo. Si esto sucediera entre un pueblo, cuya sabidur�a las otras naciones tuvieron ocasi�n de admirar, �qu� ser� de los dem�s?

Sin embargo, es apropiado comparar las palabras del Profeta con las de Pablo, y examinar todo el asunto a�n m�s de cerca. El Profeta, de hecho, hace uso de verbos neutros cuando dice: la sabidur�a perecer� y la prudencia desaparecer�, mientras que Pablo los convierte en la forma activa, haciendo que tengan una referencia a Dios. Sin embargo, son perfectamente iguales en significado. Porque este es un gran prodigio que Dios declara que exhibir�, para que todos se llenen de asombro. La sabidur�a, por lo tanto, perece, pero es por la destrucci�n del Se�or: la sabidur�a se desvanece, pero es por el Se�or que la cubre y la borra. En cuanto al segundo t�rmino ??????? (que Erasmus hace rechazar), ya que es ambiguo, y a veces se lo toma en el sentido de borrar, borrar o borrar, prefiero entenderlo en este sentido aqu�, para corresponder con la palabra del Profeta desaparecer, o esconderse. Al mismo tiempo, hay otra raz�n que ha pesado m�s conmigo, (83) - que la palabra rechazar no estaba de acuerdo con el tema, como lo har� parece ser largo. Veamos, entonces, en cuanto al significado.

El significado del Profeta, sin duda, es precisamente esto, que ya no tendr�an gobernadores que gobernar�an bien, porque el Se�or los privar� de un buen juicio e inteligencia. Porque como �l en otro lugar amenaza con enviar ceguera a toda la naci�n ( Isa�as 6:10), as� que aqu�, a los l�deres; que es como si estuviera arrancando los ojos del cuerpo. Sea como fuere, surge una gran dificultad por la circunstancia de que el t�rmino sabidur�a o prudencia fue tomado por Isa�as en un buen sentido, mientras que Pablo lo cita con un prop�sito opuesto, como si la sabidur�a de los hombres fuera condenada por Dios. pervertido, y su prudencia dejada de lado como mera vanidad. Confieso que com�nmente se expone de esta manera; pero como es cierto que los or�culos del Esp�ritu Santo no son pervertidos por los ap�stoles a significados ajenos a su dise�o real, elijo m�s bien apartarme de la opini�n com�n de los int�rpretes que acusar a Pablo de falsedad. En otros aspectos, tambi�n, el significado natural de las palabras del Profeta no concuerda con la intenci�n de Pablo; porque si incluso los m�s sabios se vuelven tontos, cuando el Se�or quita un esp�ritu recto, �qu� confianza se debe depositar en la sabidur�a de los hombres? Adem�s, como es la forma habitual de castigar de Dios, dejar ciegos a aquellos que, siguiendo impl�citamente su propio juicio, son sabios en su propia estima, no debe preguntarse si los hombres carnales, cuando se levantan contra Dios, con la vista de someter su verdad eterna a su imprudencia, se vuelven tontos y se vuelven vanos en su imaginaci�n. Ahora vemos con qu� pertinencia Pablo hace uso de este testimonio. Isa�as declara que la venganza de Dios sobre todos aquellos que sirvieron a Dios con sus propios inventos ser�a, que la sabidur�a se desvanecer�a de sus sabios. Pablo, con el fin de probar que la sabidur�a de este mundo es vana e in�til, cuando se exalta contra Dios, presenta este testimonio de Isa�as.

Versículo 20

20. �D�nde est� el sabio? donde esta el escriba Esta expresi�n de triunfo se agrega con el prop�sito de ilustrar el testimonio del Profeta. Pablo no ha tomado este sentimiento de Isa�as, como com�nmente se piensa, pero habla en su propia persona. Porque el pasaje al que apuntan ( Isa�as 33:18) no tiene nada que corresponda al tema en cuesti�n, o casi se acerque a �l. Porque en ese pasaje, mientras �l promete a los jud�os la liberaci�n del yugo de Senaquerib, para que pueda magnificar m�s esta gran bendici�n de Dios, muestra cu�n miserable es la condici�n de aquellos que est�n oprimidos por la tiran�a de los extranjeros. �l dice que est�n en una constante fiebre de ansiedad, por pensar en ellos mismos acosados ??por escribas o buscadores, tesoreros y mostradores de torres. M�s a�n, dice, que los jud�os estaban involucrados en tales dificultades, que se sintieron agradecidos por el recuerdo de ellos. (84) Es un error, por lo tanto, suponer que esta oraci�n es tomada del Profeta. (85) El t�rmino mundo no debe tomarse en relaci�n con el �ltimo t�rmino simplemente, sino tambi�n con los otros dos. Ahora, por los sabios de este mundo, se refiere a aquellos que no derivan su sabidur�a de la iluminaci�n del Esp�ritu a trav�s de la palabra de Dios, sino que, dotados de mera sagacidad mundana, descansan en la seguridad que les brinda.

En general, se acepta que por el t�rmino escribas se entiende maestros. Como ???, saphar, entre los hebreos, significa relacionar o contar, y el sustantivo derivado de �l, ???, sepher, es usado por ellos para significar un libro o volumen, emplean el t�rmino ??????, sopherim, para denotar hombres eruditos y aquellos que est�n familiarizados con los libros; y, por la misma raz�n, tambi�n, sopher regis se usa a menudo para designar a un canciller o secretario. Los griegos, siguiendo la etimolog�a del t�rmino hebreo, lo han traducido ??????????, escribas (86) Da apropiadamente el nombre de los investigadores (87) a aquellos que muestran su agudeza al comenzar puntos dif�ciles e preguntas involucradas. Por lo tanto, de una manera general, no lleva a nada el intelecto completo del hombre, a fin de no otorgarle ninguna posici�n en el reino de Dios. Tampoco es, sin una buena raz�n, que �l estima tan vehementemente contra la sabidur�a de los hombres, ya que es imposible expresar cu�n dif�cil es erradicar de las mentes de los hombres una confianza mal dirigida en la carne, que no pueden reclamar para s� mismos m�s que es razonable. Ahora hay m�s de lo que deber�a ser, si, incluso en el m�s m�nimo grado de su propia sabidur�a, se aventuran a formar un juicio.

�No ha hecho Dios tonto, etc.? Por sabidur�a aqu� quiere decir todo lo que el hombre puede comprender, ya sea por los poderes naturales de su comprensi�n, o como derivar ayuda de la pr�ctica, del aprendizaje o del conocimiento de las artes. Porque �l contrasta la sabidur�a del mundo con la sabidur�a del Esp�ritu. Por lo tanto, cualquier conocimiento que un hombre pueda llegar a tener sin la iluminaci�n del Esp�ritu Santo, est� incluido en la expresi�n, la sabidur�a de este mundo. Esto dice que Dios se ha vuelto completamente tonto, es decir, lo ha convencido de locura. Esto puede entender que se efect�a de dos maneras; porque cualquier cosa que un hombre sepa y entienda, es mera vanidad, si no se basa en la verdadera sabidur�a; y de ninguna manera est� mejor preparado para la comprensi�n de la doctrina espiritual que el ojo de un ciego para discriminar colores. Debemos notar cuidadosamente estas dos cosas: que el conocimiento de todas las ciencias es simple humo, donde la ciencia celestial de Cristo est� deseando; y el hombre, con toda su agudeza, es tan est�pido para obtener de s� mismo un conocimiento de los misterios de Dios, como un asno no est� calificado para comprender las armon�as musicales. De esta manera, �l reprende el orgullo destructivo de aquellos que se glor�an en la sabidur�a del mundo para despreciar a Cristo y toda la doctrina de la salvaci�n, crey�ndose felices cuando son criados con criaturas; y derriba la arrogancia de aquellos que, confiando en su propio entendimiento, intentan escalar el cielo mismo.

Tambi�n hay una soluci�n proporcionada al mismo tiempo a la pregunta de c�mo sucede que Pablo arroja al suelo todo tipo de conocimiento que est� separado de Cristo y pisotea, por as� decirlo, lo que es manifiestamente uno. de los principales dones de Dios en este mundo. �Por qu� es m�s noble que la raz�n del hombre, en la cual el hombre sobresale de los otros animales? �Cu�n ricamente merecedores de honor son las ciencias liberales, que pulen al hombre, para darle la dignidad de la verdadera humanidad! Adem�s de esto, �qu� frutas distinguidas y selectas producen! �Qui�n no ensalzar�a con las m�s altas elogios de la prudencia civil (88) (por no hablar de otras cosas) por el cual se mantienen los gobiernos, principados y reinos? Una soluci�n de esta pregunta, digo, se abre para ver, desde la circunstancia, que Pablo no condena expresamente la perspicacia natural del hombre, ni la sabidur�a adquirida de la pr�ctica y la experiencia, o el cultivo de la mente obtenida mediante el aprendizaje; pero declara que todo esto no sirve para adquirir sabidur�a espiritual. Y, ciertamente, es una locura para cualquiera, confiar ya sea en su propia agudeza o en la ayuda del aprendizaje, intentar volar al cielo o, en otras palabras, juzgar los misterios secretos del reino de Dios. (89) o para atravesar ( �xodo 19:21) para descubrirlos, ya que est�n ocultos a la vista humana. Tengamos en cuenta, entonces, que debemos restringir a las especialidades del caso en cuesti�n lo que Pablo aqu� ense�a con respecto a la vanidad de la sabidur�a de este mundo: que descansa en los meros elementos del mundo y no llega a cielo. En otros aspectos, tambi�n es cierto que sin las ciencias de Cristo en todos los departamentos son vanas, y que el hombre que no conoce a Dios es vanidoso, aunque deber�a estar familiarizado con todas las ramas del aprendizaje. M�s a�n, tambi�n podemos afirmar esto, con la verdad, que estos dones de elecci�n de Dios: pericia mental, agudeza de juicio, ciencias liberales y conocimiento de idiomas, se profanan de una manera en cada caso en el que caen en la cuenta. muchos hombres malvados

Versículo 21

21. Porque desde el mundo no lo sab�a. El orden correcto de las cosas era seguramente este, que el hombre, contemplando la sabidur�a de Dios en sus obras, a la luz del entendimiento que le proporciona la naturaleza, podr�a llegar a conocerlo. Como, sin embargo, este orden de cosas se ha invertido a trav�s de la depravaci�n del hombre, Dios dise�a en primer lugar para hacernos ver como tontos, antes de hacernos sabios para la salvaci�n, ( 2 Timoteo 3:15) y En segundo lugar, como muestra de su sabidur�a, nos presenta lo que parece una locura. Esta inversi�n del orden de las cosas merec�a la ingratitud de la humanidad. Por la sabidur�a de Dios se refiere a la mano de obra del mundo entero, que es una muestra ilustre y una clara manifestaci�n de su sabidur�a: Dios, por lo tanto, presenta ante nosotros en sus criaturas un espejo brillante de su sabidur�a admirable, para que todo el que mire mundo, y las otras obras de Dios, necesariamente deben estallar en admiraci�n por �l, si tiene una sola chispa de buen juicio. Si los hombres fueran guiados a un conocimiento correcto de Dios por la contemplaci�n de sus obras, conocer�an a Dios en el ejercicio de la sabidur�a, o por un m�todo natural y apropiado de adquirir sabidur�a; pero como el mundo entero no obtuvo nada en el punto de instrucci�n de la circunstancia de que Dios hab�a exhibido su sabidur�a en sus criaturas, recurri� a otro m�todo para instruir a los hombres. (90) Por lo tanto, debe considerarse como nuestra propia culpa, que no logramos un conocimiento salvador de Dios, antes de que nos vaciemos de nuestra propia comprensi�n.

Hace una concesi�n cuando llama al evangelio la necedad de la predicaci�n, teniendo esa apariencia a la vista de esos sabios necios (??????????) que, intoxicados con falsa confianza, (91 ) temen no someter la sagrada verdad de Dios a sus cr�ticas sin sentido. Y de hecho, desde otro punto de vista, nada es m�s absurdo a la vista de la raz�n humana que escuchar que Dios se ha vuelto mortal, que la vida ha sido sometida a la muerte, que la justicia ha sido velada bajo la apariencia del pecado, y que la fuente la bendici�n ha sido sometida a la maldici�n, que de esta manera los hombres podr�an ser redimidos de la muerte y ser part�cipes de una bendita inmortalidad, que podr�an obtener vida, que, al ser destruido el pecado, la justicia podr�a reinar, y que la muerte y el La maldici�n puede ser tragada. Sabemos, sin embargo, mientras tanto, que el evangelio es la sabidur�a oculta ( 1 Corintios 2:7) que en su apogeo supera los cielos y de la cual los �ngeles mismos se quedan asombrados. Aqu� tenemos un pasaje muy hermoso, del cual podemos ver cu�n grande es la ceguera de la mente humana, que en medio de la luz no discierne nada. Porque es cierto, que este mundo es como un teatro, en el que el Se�or nos presenta una clara manifestaci�n de su gloria, y sin embargo, a pesar de que tenemos tal espect�culo ante nuestros ojos, estamos ciegos como una piedra, no porque la manifestaci�n se presenta oscuramente, pero debido a que estamos alienados en mente ( Colosenses 1:21) y, por este motivo, carecemos no solo de inclinaci�n sino de habilidad. A pesar de que Dios se muestra abiertamente, es solo con el ojo de la fe que podemos contemplarlo, salvo que recibimos una ligera percepci�n de su divinidad, suficiente para hacernos inexcusables.

Por consiguiente, cuando Pablo aqu� declara que Dios no es conocido por medio de sus criaturas, debes entenderlo para que signifique que no se alcanza un conocimiento puro de �l. Para que ninguno pueda tener pretexto para la ignorancia, la humanidad hace competencia en la escuela universal de la naturaleza; hasta el punto de verse afectados por alguna percepci�n de la deidad, pero lo que Dios es, no lo saben, ni mucho menos, se vuelven vanos en su imaginaci�n, ( Romanos 1:21.) As�, la luz brilla en la oscuridad, ( Juan 1:5.) Se deduce, entonces, que la humanidad no se equivoca hasta el momento por simple ignorancia, para no ser acusado de desprecio, negligencia e ingratitud. Por lo tanto, es bueno que todos

he conocido a Dios y a�n no lo hemos glorificado, ( Romanos 1:21,)

y que, por otro lado, nadie, bajo la gu�a de la mera naturaleza, jam�s hizo tal competencia como para conocer a Dios. Si alguien presenta a los fil�sofos como excepciones, respondo que en ellos, m�s especialmente, se presenta una se�al de esta debilidad. Porque no se encontrar� uno de ellos, que no se haya derivado de ese primer principio de conocimiento, que he mencionado, inmediatamente se desvi� en vagar (92) y especulaciones err�neas, y en su mayor parte traicionan una tonter�a peor que la de las viejas esposas. Cuando dice que los que son salvos creen, esto corresponde con la afirmaci�n anterior: que el evangelio es el poder de Dios para salvaci�n M�s all�, al contrastar a los creyentes, cuyo n�mero es peque�o, con un mundo ciego y sin sentido, nos ense�a que nosotros erramos si tropezamos con la peque�ez de su n�mero, en la medida en que han sido divinamente apartados para la salvaci�n.

Versículo 22

22. Para los jud�os requieren una se�al Esto es explicativo de la declaraci�n anterior - mostrando en qu� aspectos la predicaci�n del evangelio se considera una tonter�a Al mismo tiempo que lo hace no simplemente explica, sino que incluso va un paso m�s all�, al decir que los jud�os no solo desprecian el evangelio, sino que incluso lo aborrecen. "Los jud�os", dice, "desean por medio de los milagros tener ante sus ojos una evidencia del poder divino: los griegos aprecian lo que tiende a gratificar el intelecto humano con el aplauso de la agudeza. Nosotros, por otro lado, predicamos a Cristo crucificado, en donde a primera vista no aparece nada m�s que debilidad y locura. �l es, por lo tanto, un obst�culo para los jud�os, cuando lo ven como si fuera abandonado por Dios. A los griegos les parece una f�bula, que se les hable de tal m�todo de redenci�n ". Por el t�rmino griego aqu�, en mi opini�n, no se refiere simplemente a gentiles, sino que tiene en cuenta a aquellos que ten�an el esmalte de las ciencias liberales, o que se distingu�an por una inteligencia superior. Al mismo tiempo, por synecdoche, todos los dem�s vienen de la misma manera para ser incluidos. Sin embargo, entre jud�os y griegos, establece esta distinci�n, que el primero, golpeando contra Cristo por un celo irrazonable por la ley, se enfureci� contra el evangelio con furia ilimitada, como suelen hacer los hip�critas, cuando compiten por sus supersticiones; mientras que los griegos, por otro lado, hinchados de orgullo, lo miraban con desprecio como ins�pido.

Cuando lo atribuye a los jud�os como una falta, que desean ansiosamente los signos, no se debe a que sea incorrecto en s� mismo exigir signos, sino que expone su bajeza en los siguientes aspectos: - por un incesante exigiendo milagros, de alguna manera trataron de vincular a Dios con sus leyes: que, de acuerdo con el aburrimiento de su aprehensi�n, buscaban sentirlo fuera (93) en milagros manifiestos - que fueron tomados con los milagros mismos, y los miraron con asombro - y, en fin, que ning�n milagro los satisfizo, pero en lugar de esto, todos los d�as se quedaron boquiabiertos incesantemente por otros nuevos . A Ezequ�as no se le reprocha que por su propia voluntad se le permita ser confirmado por un signo, ( 2 Reyes 19:29 e 2 Reyes 20:8), ni siquiera a Gede�n por pedir un signo doble , ( Judas 6:37 .) No, en lugar de esto, Acaz est� condenado por rechazar una se�al de que el Profeta ten�a le ofreci�, ( Isa�as 7:12.) �Qu� culpa, entonces, hubo de parte de los jud�os al pedir milagros? Resultaba en esto, que no les pidieron un buen final, no establecieron l�mites a su deseo, y no hicieron un uso correcto de ellos. Mientras que la fe deber�a ser ayudada por los milagros, su �nica preocupaci�n era cu�nto tiempo podr�an perseverar en su incredulidad. Si bien es ilegal prescribir leyes a Dios, ellos quer�an con un deseo desmedido. Si bien los milagros deber�an conducirnos a conocer a Cristo y la gracia espiritual de Dios, sirvieron como un obst�culo en su camino. Tambi�n en esta cuenta, Cristo los reprende, (Marco 8:12.)

Una generaci�n perversa busca una se�al.

Porque no hab�a l�mites para su curiosidad y deseo desmesurado, y por todo lo que tan a menudo hab�an obtenido milagros, no apareci� ninguna ventaja de ellos.

Versículo 24

24. Tanto griegos como jud�os �l muestra con este contraste, que el hecho de que Cristo fue recibido tan desfavorablemente, no fue debido a ninguna falta de su parte, ni a la disposici�n natural de la humanidad en general, pero surgi� de la depravaci�n de aquellos que no fueron iluminados por Dios, en la medida en que los elegidos de Dios, ya sean jud�os o gentiles, no se ve obstaculizado por ning�n obst�culo para venir a Cristo, para que puedan encontrar en �l Una salvaci�n segura. �l contrasta el poder con el obst�culo, que fue ocasionado por la humillaci�n, y la sabidur�a contrasta con la locura. La suma, entonces, es esta: - �Soy consciente de que nada, excepto los signos, tiene efecto sobre la obstinaci�n de los jud�os, y que nada alivia la arrogancia de los griegos, excepto una muestra vac�a de sabidur�a. Sin embargo, no debemos tener en cuenta esto; porque, sin embargo, nuestro Cristo en relaci�n con la humillaci�n de su cruz es un obst�culo para los jud�os, y es ridiculizado por los griegos, no obstante, es, a pesar de todos los elegidos, de cualquier naci�n que sean, al mismo tiempo el poder de Dios. para salvaci�n por superar estos escollos, y la sabidur�a de Dios por arrojar esa m�scara ". (94)

Versículo 25

25. Por la necedad de Dios Mientras el Se�or trata con nosotros de tal manera que parece actuar tontamente, porque no muestra su sabidur�a, lo que parece La necedad supera en sabidur�a todo el ingenio de los hombres. Adem�s, aunque Dios parece actuar con debilidad, como consecuencia de ocultar su poder, esa debilidad, como se considera, es m�s fuerte que cualquier poder de los hombres. Sin embargo, siempre debemos tener en cuenta que existe una concesi�n, como lo not� hace poco. Porque nadie puede percibir que, en estricta propiedad, ni la necedad ni la debilidad pueden atribuirse a Dios, pero fue necesario, con expresiones ir�nicas, vencer la loca presunci�n de la carne, que no tiene escr�pulos para robar a Dios de todo su gloria

Versículo 26

26. Contemple su llamado. Como el estado de �nimo del verbo griego (???????) es dudoso, y el indicativo se adapta tanto al contexto como al imperativo, dejo a elecci�n del lector cu�l de ellos puede preferir. El significado es manifiestamente el mismo en cualquiera de los casos, por suponer que es el indicativo (ya ves) que en ese caso los convocar�a como testigos, como de una cosa que es manifiesta, y los llamar�a como si fueran algo. Eso est� presente. Por otro lado, entendi�ndolo en el imperativo, los despierta, por as� decirlo, de su somnolencia a una consideraci�n del asunto mismo. El t�rmino llamado puede tomarse en un sentido colectivo para referirse a la multitud de los que son llamados, en este sentido: "Ved qu� descripci�n de personas est�n entre ustedes que el Se�or ha llamado". Sin embargo, estoy bastante inclinado a pensar que �l se�ala la forma de su llamado, y es un argumento muy contundente, porque de esto se desprende que, si desprecian la humillaci�n de la cruz, de alguna manera hacen anule su llamamiento, en el que Dios hab�a actuado de tal manera que le quitara todo m�rito a la sabidur�a humana, y al poder, y la gloria. Por lo tanto, los acusa t�citamente de ingratitud, porque, olvidadizos por igual de la gracia de Dios y de s� mismos, miran el evangelio de Cristo con desd�n.

Sin embargo, se deben observar dos cosas aqu�: que estaba deseoso del ejemplo de los corintios para confirmar la verdad de lo que hab�a dicho: y m�s all�, que �l dise�� para amonestarlos, que deben estar completamente despojados de orgullo, si consideraron debidamente el orden de las cosas que el Se�or hab�a observado en su llamado. Para avergonzar, dice �l, el sabio y el noble, y para deshacer las cosas que son Ambas expresiones son apropiadas, porque la fortaleza y la sabidur�a desaparecen cuando se averg�enzan, pero lo que tiene una existencia requiere ser destruido. la elecci�n de los pobres, y los necios, y los ignorantes, quiere decir, que Dios los ha preferido antes que los grandes, los sabios y los nobles. Porque no hubiera sido suficiente, derribar la arrogancia de la carne, si Dios los hubiera puesto a todos a un nivel. Por lo tanto, aquellos que parec�an sobresalir los puso en un segundo plano, para poder abatirlos completamente. Ese hombre, sin embargo, era un tonto ardiente, que inferir�a de esto, que Dios ha humillado de esta manera la gloria de la carne, para que los grandes y nobles puedan ser excluidos de la esperanza de la salvaci�n. Hay algunas personas necias que hacen de esto un pretexto para no solo triunfar sobre los grandes, como si Dios los hubiera rechazado, sino incluso despreciarlos tan por debajo de ellos. Sin embargo, tengamos en cuenta que esto se dice a los corintios, quienes, aunque no ten�an una gran distinci�n en el mundo, no obstante, incluso sin ninguna ocasi�n, se hincharon. Dios, por lo tanto, al confundir a los poderosos, a los sabios y a los grandes, no se propone exaltar con orgullo a los d�biles, los analfabetos y los abyectos, sino que los une a todos a un nivel. Que, por lo tanto, aquellos que son despreciables a los ojos del mundo, piensen as� consigo mismos: "�Qu� modestia se requiere de nuestra parte, cuando incluso aquellos que tienen un alto honor a la vista del mundo no les queda nada?" (98) Si la refulgencia del sol se oscurece, �qu� debe ser de las estrellas? Si la luz de las estrellas se extingue, �qu� debe ser de los objetos opacos? El dise�o de estas observaciones es que aquellos que han sido llamados por el Se�or, aunque no sean estimados a la vista del mundo, no pueden abusar de estas palabras de Pablo al colocar sus escudos, sino, por el contrario, tener en cuenta el exhortaci�n

Has luchado por la fe, no seas de mente alta, sino miedo, ( Romanos 11:20,)

Puede caminar pensativamente a la vista de Dios con temor y humildad.

Pablo, sin embargo, no dice aqu�, que no hay ninguno de los nobles y poderosos que han sido llamados por Dios, sino que son pocos. �l declara el dise�o de esto: que el Se�or pueda derribar la gloria de la carne, por prefiriendo lo despreciable antes que lo grande. Dios mismo, sin embargo, por boca de David, exhorta a los reyes a abrazar a Cristo, (99) (Salmo 2:12) y por el La boca de Pablo, tambi�n, declara, que �l tendr� a todos los hombres para ser salvados, y que su Cristo se ofrece por igual a grandes y peque�os, por igual a los reyes y sus s�bditos, ( 1 Timoteo 2:1.) �l mismo ha proporcionado una muestra de esto. Los pastores, en primer lugar, est�n llamados a Cristo: luego vienen los fil�sofos: los pescadores analfabetos y despreciados tienen el m�s alto rango de honor; sin embargo, en su escuela se reciben en el proceso de reyes del tiempo y sus consejeros, senadores y oradores.

Versículo 28

28. Cosas que no son �l utiliza t�rminos similares en Romanos 4:17, pero en un sentido diferente. Porque en ese pasaje, cuando describe el llamado universal de los piadosos, dice, que no somos nada previamente a nuestro llamado, lo que debe entenderse como una referencia a la realidad a la vista de Dios, sin embargo, podemos parecer algo en el mundo. ojos de hombres Aqu�, la nada (????????) de la que habla debe verse como una referencia a la opini�n de los hombres, como se manifiesta en la cl�usula correspondiente, en la que dice que esto se hace para que las cosas eso puede quedar en nada porque no hay nada excepto en apariencia, porque en realidad no somos nada. Las cosas que son, por lo tanto, deben explicar para que signifiquen las cosas que aparecen, de modo que este pasaje corresponda con declaraciones como estas:

Levanta a los pobres del esti�rcol, (Salmo 113:7.)

�l levanta a los que est�n abatidos, (Salmo 146:8,)

y similares. Por lo tanto, podemos ver claramente cu�n grande es la locura de aquellos que imaginan que hay en la humanidad alg�n grado de m�rito o dignidad, lo que mantendr�a un lugar antecedente a la elecci�n de Dios.

Versículo 29

29. Que ninguna carne se glor�e Aunque el t�rmino carne aqu�, y en muchos pasajes de las Escrituras, denota a toda la humanidad, sin embargo, en este pasaje lleva consigo un particular idea; porque el Esp�ritu, al hablar de la humanidad en t�rminos de desprecio, derriba su orgullo, como en Isa�as 31:3 - El egipcio es carne y no esp�ritu Es un sentimiento que es digno de ser recordado - que no nos queda nada en lo que podamos gloriarnos justamente. Con este punto de vista, agrega la expresi�n en la presencia de Dios, porque en la presencia del mundo muchos se deleitan por el momento en una falsa gloria, que, sin embargo, se desvanece r�pidamente como el humo. Al mismo tiempo, por esta expresi�n, toda la humanidad queda en silencio cuando se encuentran ante la presencia de Dios; como dice Habacuc

Que toda carne guarde silencio ante Dios, ( Habacuc 2:20.)

Por lo tanto, que todo lo que merezca alabanza sea reconocido como procedente de Dios.

Versículo 30

30. De �l sois vosotros. Para que no piensen que ninguna de esas cosas que �l dijo no les era aplicable, ahora les muestra la aplicaci�n de esas cosas, en la medida en que no son de otra manera que de Dios. Porque las palabras que sois son enf�ticas, como si �l hubiera dijo: "Tienes tu principio de Dios, que llama a las cosas que no son" ( Romanos 4:17) pasando por las cosas que parecen ser; y tu subsistencia se basa en Cristo, y por lo tanto no tienes ocasi�n de sentirte orgulloso. Tampoco es de la creaci�n simplemente que �l habla, sino de esa existencia espiritual, en la que nacemos de nuevo por la gracia de Dios.

�Qui�n de Dios est� hecho para nosotros? Ya que se pueden encontrar muchos que, aunque no est�n dispuestos a alejarse de Dios, buscan algo aparte de Cristo, como si �l solo no contuviera todas las cosas (100) en s� mismo, reconoce al pasar qu� y cu�n grandes son los tesoros con los que Cristo est� provisto, y de tal manera que intima al mismo tiempo cu�l es la manera de subsistencia en Cristo. Porque cuando llama a Cristo nuestra justicia, debe entenderse una idea correspondiente: que en nosotros no hay nada m�s que pecado; y con respecto a los otros t�rminos. Ahora �l atribuye aqu� a Cristo cuatro t�tulos encomiables, que incluyen toda su excelencia y todos los beneficios que recibimos de �l.

En primer lugar, dice que est� hecho para nosotros sabidur�a, lo que quiere decir que obtenemos en �l una perfecci�n absoluta de sabidur�a, en la medida en que el Padre se nos ha revelado completamente en �l, para que no deseemos saber algo aparte de �l. Hay un pasaje similar en Colosenses 2:3 -

En quien se esconden todos los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento.

De esto tendremos ocasi�n de hablar despu�s cuando lleguemos al pr�ximo cap�tulo.

En segundo lugar, dice que se nos ha hecho justicia, por lo que quiere decir que por su cuenta somos aceptables para Dios, en la medida en que expi� nuestros pecados con su muerte, y su obediencia nos es imputada por justicia. Porque como la justicia de la fe consiste en la remisi�n de los pecados y una aceptaci�n amable, obtenemos ambos por medio de Cristo.

En tercer lugar, lo llama nuestra santificaci�n, con lo cual quiere decir que nosotros, que de otra manera somos imp�os por naturaleza, somos renovados por su Esp�ritu para santidad, para que podamos servir a Dios. De esto, tambi�n, inferimos, que no podemos ser justificados libremente solo por la fe sin al mismo tiempo vivir en santidad. Porque estos frutos de la gracia est�n conectados entre s�, por as� decirlo, por un lazo indisoluble, (101) de modo que el que intenta cortarlos hace una l�grima Cristo en pedazos. Por lo tanto, el hombre que busca ser justificado por medio de Cristo, por la bondad inmerecida de Dios, considere que esto no puede lograrse sin que �l lo tome al mismo tiempo para la santificaci�n o, en otras palabras, sea renovado a la inocencia y la pureza de la vida. Aquellos, sin embargo, que nos difaman, como si al predicar una justificaci�n gratuita a trav�s de la fe, que rechaz�ramos a los hombres de las buenas obras, son ampliamente refutados de este pasaje, que insin�a que la fe aprehende la regeneraci�n de Cristo igualmente con el perd�n de los pecados.

Obs�rvese, por otro lado, que estos dos oficios de Cristo est�n unidos de tal manera que, a pesar de ello, se distinguen entre s�. Lo que, por lo tanto, aqu� Pablo distingue expresamente, no est� permitido confundir err�neamente.

En cuarto lugar, nos ense�a que nos es entregado para la redenci�n, lo que quiere decir que a trav�s de su bondad somos liberados de inmediato de toda esclavitud al pecado y de toda la miseria que fluye de ella. As�, la redenci�n es el primer don de Cristo que se inicia en nosotros, y el �ltimo que se completa. Porque el comienzo de la salvaci�n consiste en que salgamos del laberinto del pecado y la muerte; sin embargo, mientras tanto, hasta el �ltimo d�a de la resurrecci�n, gemimos con el deseo de redenci�n (como leemos en Romanos 8:23). Si se pregunta de qu� manera Cristo nos es dado para la redenci�n, Respondo: "Porque se hizo un rescate".

En resumen, de todas las bendiciones que se enumeran aqu�, debemos buscar en Cristo no la mitad, o simplemente una parte, sino la totalidad. Porque Pablo no dice que nos ha sido dado por medio de llenar o ganar justicia, santidad, sabidur�a y redenci�n, sino que le asigna exclusivamente el logro total del todo. Ahora, como apenas se encontrar� con otro pasaje de la Escritura que marque m�s claramente todos los oficios de Cristo, tambi�n puede comprender muy claramente la naturaleza y la eficacia de la fe. Como Cristo es el objeto apropiado de la fe, todo aquel que sabe cu�les son los beneficios que Cristo nos confiere, al mismo tiempo se le ense�a a entender qu� es la fe.

Versículo 31

31. El que se glor�a, que se glor�e en el Se�or. Marque el fin que Dios tiene en mente al otorgarnos todas las cosas en Cristo, para que no podamos reclamar ninguna. m�rito a nosotros mismos, pero puede darle todos los elogios. Porque Dios no se despoja con la idea de dejarnos desnudos, sino que inmediatamente nos viste con su gloria, pero con esta condici�n, que siempre que nos gloriemos debemos salir de nosotros mismos. En resumen, el hombre, llevado a la nada en su propia estimaci�n, y reconociendo que no hay nada bueno en ninguna parte sino solo en Dios, debe renunciar a todo deseo de su propia gloria, y con todas sus fuerzas aspirar y aspirar a la gloria de Dios exclusivamente. Esto tambi�n es m�s evidente en el contexto de los escritos del Profeta, de quien Pablo tom� prestado este testimonio; porque en ese pasaje, el Se�or, despu�s de despojar a toda la humanidad de la gloria con respecto a la fuerza, la sabidur�a y las riquezas, nos ordena que nos gloriemos solo en conocerlo (Jeremias 9:23). Ahora nos har�a conocerlo de tal manera que sepa que es �l quien ejerce el juicio, la justicia y la misericordia. Porque este conocimiento produce en nosotros al mismo tiempo confianza en �l y temor a �l. Por lo tanto, si un hombre tiene su mente regulada de tal manera que, sin reclamar ning�n m�rito para s� mismo, desea que solo Dios sea exaltado; si descansa con satisfacci�n en su gracia, y coloca toda su felicidad en su amor paternal, y, en definitiva, est� satisfecho solo con Dios, ese hombre verdaderamente "se glor�a en el Se�or". Digo de verdad, incluso para los hip�critas por motivos falsos, glorif�quese en �l, como declara Paul, ( Romanos 2:17) cuando se hincha con sus dones o se alegra con una base de confianza en la carne o se abusa de �l. su palabra, sin embargo, toman su nombre sobre ellos.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 1". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-1.html. 1840-57.