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Bible Commentaries
1 Corintios 11

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

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Versículo 1

1. Imitadores de m�. De esto se deduce cu�n absurdamente se dividen los cap�tulos, en la medida en que esta oraci�n se separa de lo anterior, con lo que deber�a haberse conectado, y se une a lo que sigue, con lo que no tiene conexi�n. Veamos esto, entonces, como el cierre del cap�tulo anterior. Pablo hab�a presentado all� su propio ejemplo en confirmaci�n de su doctrina. Ahora, para que los corintios puedan entender que esto se convertir�a en ellos, los exhorta a imitar lo que hab�a hecho, as� como hab�a imitado a Cristo.

Aqu� hay dos cosas a observar: primero, que no prescribe nada a otros que no haya practicado primero; y, en segundo lugar, que se dirige a s� mismo y a los dem�s a Cristo como el �nico patr�n de acci�n correcta. Si bien es parte de un buen maestro no ordenar nada en palabras sino lo que est� preparado para practicar en acci�n, no debe, al mismo tiempo, ser tan austero, como exigir a los dem�s todo lo que hace por s� mismo. como es la manera de lo supersticioso. Por todo lo que contraen les gusta, lo imponen tambi�n a los dem�s, y tendr�an su propio ejemplo como una regla absoluta. El mundo tambi�n est�, por s� mismo, inclinado a una imitaci�n mal dirigida, (??????????) (610) y, despu�s de la manera de los simios, se esfuerzan por copiar lo que ven hecho por personas de gran influencia. Sin embargo, vemos cu�ntos males han sido introducidos en la Iglesia por este absurdo deseo de imitar todas las acciones de los santos, sin excepci�n. Por lo tanto, mantengamos tanto m�s cuidadosamente esta doctrina de Pablo: que debemos seguir a los hombres, siempre que tomen a Cristo como su gran modelo, (??????????), para que los ejemplos de los santos puedan no tiende a alejarnos de Cristo, sino a dirigirnos a �l.

Versículo 2

2. Ahora te alabo �l pasa ahora a otro tema: para instruir a los corintios, qu� decoro se debe observar en las asambleas sagradas. Como el vestido o el gesto de un hombre tiene en algunos casos el efecto de desfigurar, y en otros de adornarlo, por lo que todas las acciones se ven favorecidas por el decoro y est�n viciadas por la falta de �l. Mucho, por lo tanto, depende del decoro (?? ??????,) (611) y no solo para asegurar nuestras acciones de gracia y belleza, pero tambi�n para acostumbrar nuestras mentes a la propiedad. Si bien esto es cierto de manera general en cuanto a todo, se aplica especialmente a las cosas sagradas; (612) �por qu� desprecio y, eventualmente, en qu� barbarie se incurrir�, si no preservamos la dignidad en la Iglesia, conduci�ndonos honorablemente y cada vez m�s? Por lo tanto, prescribe algunas cosas que est�n conectadas con el orden p�blico, por las cuales las asambleas sagradas se vuelven honorables. Pero para prepararlos m�s para la obediencia, elogia, desde el principio, su obediencia en el pasado, en la medida en que observaron sus ordenanzas; por cuanto hab�a engendrado esa Iglesia al Se�or, ( 1 Corintios 4:15) les hab�a entregado un cierto sistema, por el cual deb�a ser gobernado. Al retener esto, los corintios dieron raz�n a la esperanza de que tambi�n en el futuro ser�an d�ciles.

Sin embargo, es sorprendente que, si bien ahora les otorga esta recomendaci�n, anteriormente los hab�a culpado por muchas cosas. M�s a�n, si consideramos el estado de la Iglesia, como se describi� anteriormente, estaban lejos de merecer este elogio. Respondo que hubo algunos que estaban infectados con esos vicios que �l hab�a reprochado previamente, y de hecho, algunos con uno, otros con otro; pero, mientras tanto, la forma que les hab�a prescrito hab�a sido retenida por todo el cuerpo. Porque no hay nada inconsistente en decir que muchos pecados, y de varios tipos, prevalecen entre un pueblo en particular, algunos enga�ando, otros saqueando, algunos envidiosos, otros discutiendo y otra clase culpable de fornicaci�n, mientras que, al mismo tiempo , con respecto a la forma p�blica de la Iglesia, se mantienen las instituciones de Cristo y sus ap�stoles.

Esto aparecer� m�s claramente cuando veamos qu� quiere decir Pablo con ??????????; (tradiciones;) (613) e independientemente de esto, es necesario hablar de esta palabra, con el fin de responder a los papistas, que se arman con esto pasaje con el prop�sito de defender sus tradiciones. Es una m�xima com�n entre ellos, que la doctrina de los Ap�stoles consiste en parte en escritos y en parte en tradiciones. Bajo este segundo departamento, incluyen no solo ciertas supersticiones tontas y ceremonias pueriles, con las cuales est�n llenas, sino tambi�n todo tipo de abominaci�n grosera, directamente contraria a la simple palabra de Dios, y sus leyes tir�nicas, que son meros tormentos para los hombres. conciencias De esta manera no hay nada tan tonto, nada tan absurdo; en fin, nada tan monstruoso, como no tener refugio bajo este pretexto y ser pintado con este barniz. Como Pablo, por lo tanto, hace menci�n aqu� de las tradiciones, se apoderan, como est�n acostumbrados, de esta peque�a palabra, con el fin de hacer de Pablo el autor de todas esas abominaciones, que dejamos de lado por la simple declaraci�n de la Escritura.

No niego que haya ciertas tradiciones (614) de los Ap�stoles que no se comprometieron a escribir, pero no admito que fueran parte de la doctrina , o relacionado con las cosas necesarias para la salvaci�n. �Entonces que? Estaban conectados con el orden y el gobierno. Porque sabemos que cada Iglesia tiene la libertad de enmarcarse una forma de gobierno que sea adecuada y rentable para ella, porque el Se�or no ha prescrito nada definitivo. As�, Pablo, el primer fundador de la Iglesia de Corinto, tambi�n hab�a enmarcado por su regulaci�n promesas piadosas y aparentemente - para que todas las cosas se pudieran hacer decentemente y en orden, como luego ordena. ( 1 Corintios 14:40.) Pero, �qu� tiene esto que ver con esas tonter�as de ceremonias, que se pueden ver en Popery? (615) �Qu� tiene que ver con una superstici�n peor que la jud�a? �Qu� tiene que ver con una tiran�a digna de Phalaris, (616) por la cual torturan conciencias miserables? �Qu� tiene que ver con tantos monstruosos ritos de idolatr�a? Para la base de toda la correcta actuaci�n fue esto: observar la moderaci�n de la que Pablo hizo uso - no para obligar a las personas a seguir sus promulgaciones, (617) mientras, Mientras tanto, inventando todo lo que pueda imaginar, pero exigiendo que sean imitados, en la medida en que son imitadores de Cristo. Pero ahora, despu�s de haber tenido la audacia de criticar todo agradablemente a su propio humor, exigir obediencia. de todo es extremadamente absurdo. Adem�s, debemos saber que Pablo elogia su obediencia en el pasado, para que pueda volverlos d�ciles tambi�n en el futuro.

Versículo 3

3. Pero quiero que sepas que es un viejo proverbio: "Los malos modales engendran buenas leyes". (618) Como el rito aqu� tratado no hab�a sido cuestionado previamente, Paul no hab�a promulgado nada al respecto. (619) El error de los corintios fue la ocasi�n de su exhibici�n, en qu� parte se estaba volviendo a actuar en este asunto. Con el fin de demostrar que es indecoroso que las mujeres aparezcan en una asamblea p�blica con la cabeza descubierta y, por otro lado, que los hombres recen o profeticen con la cabeza cubierta, se da cuenta de los arreglos. que est�n divinamente establecidos

�l dice que as� como Cristo est� sujeto a Dios como su cabeza, as� tambi�n el hombre est� sujeto a Cristo, y la mujer al hombre Luego veremos, c�mo llega a inferir de esto, que las mujeres deben cubrirse la cabeza. Por el momento, tomemos nota de esas cuatro gradaciones que se�ala. Dios, entonces, ocupa el primer lugar: Cristo ocupa el segundo lugar. �C�mo es eso? En la medida en que se ha sometido en nuestra carne al Padre, porque, aparte de esto, siendo de una esencia con el Padre, �l es su igual. Por lo tanto, tengamos en cuenta que se habla de Cristo como mediador. �l es, digo, inferior al Padre, en la medida en que asumi� nuestra naturaleza, para que �l sea el primog�nito entre muchos hermanos.

Hay algo m�s de dificultad en lo que sigue. Aqu� el hombre se coloca en una posici�n intermedia entre Cristo y la mujer, de modo que Cristo no es la cabeza de la mujer. Sin embargo, el mismo Ap�stol nos ense�a en otra parte ( G�latas 3:28) que en Cristo no hay hombre ni mujer. �Por qu� entonces hace una distinci�n aqu�, que en ese pasaje elimina? Respondo, que la soluci�n de esto depende de la conexi�n en la que ocurren los pasajes. Cuando dice que no hay diferencia entre el hombre y la mujer, est� tratando el reino espiritual de Cristo, en el cual las distinciones individuales (620) no se consideran, o hecho alguna cuenta de; porque no tiene nada que ver con el cuerpo, y no tiene nada que ver con las relaciones externas de la humanidad, sino que tiene que ver �nicamente con la mente, por lo que declara que no hay diferencia, incluso entre el v�nculo y la libertad. Mientras tanto, sin embargo, no perturba el orden civil ni las distinciones honorarias, que no pueden prescindirse de la vida ordinaria. Aqu�, por otro lado, razona respetando la propiedad externa y el decoro, que es parte de la pol�tica eclesi�stica. Por lo tanto, en lo que respecta a la conexi�n espiritual a la vista de Dios, e internamente en la conciencia, Cristo es la cabeza del hombre y de la mujer sin distinci�n, porque, en cuanto a eso, no se tiene en cuenta al hombre o la mujer; pero en lo que respecta al arreglo externo y al decoro pol�tico, el hombre sigue a Cristo y la mujer al hombre, de modo que no est�n en la misma posici�n, sino que, por el contrario, existe esta desigualdad. Si alguien pregunta, qu� conexi�n tiene el matrimonio con Cristo, respondo que Pablo habla aqu� de esa uni�n sagrada de personas piadosas, de la cual Cristo es el sacerdote oficiante, (621) y �l en cuyo nombre est� consagrado.

Versículo 4

4. Cada hombre rezando Aqu� hay dos proposiciones. El primero se relaciona con el hombre, el otro con la mujer. �l dice que el hombre comete una ofensa contra Cristo su cabeza, si ora o profetiza con la cabeza cubierta. �Porque? Debido a que est� sujeto a Cristo, con este entendimiento, debe ocupar el primer lugar en el gobierno de la casa, porque el padre de la familia es como un rey en su propia casa. Por lo tanto, la gloria de Dios brilla en �l, como consecuencia de la autoridad con la que est� investido. Si se cubre la cabeza, se desanima de esa preeminencia que Dios le hab�a asignado, para estar sujeto. As� se infringe el honor de Cristo. Por ejemplo, (622) Si la persona a quien el pr�ncipe ha designado como su lugarteniente, no sabe c�mo mantener su puesto adecuado, (623) y en lugar de esto, expone su dignidad al desprecio por parte de las personas en la estaci�n m�s baja, �no deshonra a su pr�ncipe? De la misma manera, si el hombre no mantiene su propia posici�n, si no est� sujeto a Cristo de tal manera que presida a su propia familia con autoridad, oscurece, en esa medida, la gloria de Cristo, que brilla en el orden bien regulado del matrimonio. La cobertura, como veremos antes, es un emblema de autoridad intermedia e interpuesta.

Profetizar aqu�, quiero decir: declarar los misterios de Dios para la edificaci�n de los oyentes (como despu�s en 1 Corintios 14:3) como orar significa preparar una forma de oraci�n y tomar la iniciativa, por as� decirlo. , de todas las personas, que es parte del maestro p�blico, (624) porque Paul no est� discutiendo aqu� en cuanto a todo tipo de oraci�n, sino en cuanto a solemne oraci�n en p�blico. Sin embargo, tengamos en cuenta que en este asunto el error es simplemente en la medida en que se viola el decoro, y se rompe la distinci�n de rango que Dios ha establecido. Porque no debemos ser tan escrupulosos como para considerarlo una cosa criminal que un maestro tenga una gorra en la cabeza cuando se dirige a la gente desde el p�lpito. Pablo no quiere decir nada m�s que esto: que parezca que el hombre tiene autoridad, y que la mujer est� sometida, y esto se asegura cuando el hombre descubre su cabeza a la vista de la Iglesia, aunque despu�s debe ponerse la gorra. de nuevo por miedo a resfriarse. En resumen, la �nica regla que debe observarse aqu� es ?? ?????? - decoro Si eso est� asegurado, Paul no requiere nada m�s.

Versículo 5

5. Toda mujer rezando o profetizando Aqu� tenemos la segunda proposici�n: que las mujeres deben cubrirse la cabeza cuando rezan o profetizan; de lo contrario, deshonran su cabeza Porque as� como el hombre honra su cabeza al mostrar su libertad, as� la mujer, al mostrar su sujeci�n. Por lo tanto, por otro lado, si la mujer descubre su cabeza, se sacude la sujeci�n, lo que implica el desprecio de su esposo. Sin embargo, puede parecer superfluo que Paul proh�ba a la mujer profetizar con la cabeza descubierta, mientras que en otros lugares �l

proh�be a las mujeres hablar en la Iglesia. ( 1 Timoteo 2:12.)

Por lo tanto, no se les permitir�a profetizar incluso con una cubierta sobre su cabeza, y por lo tanto, se deduce que no tiene ning�n prop�sito que �l argumenta aqu� sobre una cubierta. Puede responderse que el Ap�stol, al condenar aqu� al uno, no elogia al otro. Porque cuando los reprende por profetizar con la cabeza descubierta, al mismo tiempo no les da permiso para profetizar de otra manera, sino que retrasa su condena de ese vicio a otro pasaje, es decir, en 1 Corintios 14:34. En esta respuesta no hay nada de malo, aunque al mismo tiempo podr�a ser suficiente decir que el Ap�stol exige que las mujeres muestren su modestia, no solo en un lugar en el que se re�ne toda la Iglesia, sino tambi�n en cualquier lugar m�s digno asamblea, ya sea de matronas o de hombres, como a veces se convoca en casas particulares.

Porque es todo como si estuviera afeitada. Ahora sostiene, por otras consideraciones, que es indecoroso que las mujeres tengan la cabeza descubierta. La naturaleza misma, dice �l, la aborrece. Ver a una mujer afeitada es un espect�culo asqueroso y monstruoso. Por lo tanto, inferimos que a la mujer se le ha dado el pelo para cubrirse. Si alguien se opone ahora, que su cabello es suficiente, como una cobertura natural, Paul dice que no, porque es una cobertura que requiere otra cosa para se utiliza para cubrirlo Y, por lo tanto, se dibuja una conjetura, con cierta apariencia de que las mujeres que ten�an un cabello hermoso estaban acostumbradas a destaparse la cabeza con el fin de mostrar su belleza. No es, por lo tanto, sin una buena raz�n que Pablo, como remedio para este vicio, les presenta la idea opuesta: que se los considere notables por su falta de respeto, en lugar de por lo que es un incentivo para la lujuria. (625)

Versículo 7

7. El hombre no debe cubrirse la cabeza, porque �l es la imagen. Ahora se puede proponer la misma pregunta con respecto a la imagen, como antes con respecto a la cabeza. Para ambos sexos fueron creados a imagen de Dios, y Pablo exhorta a las mujeres no menos que a los hombres a formarse de nuevo, de acuerdo con esa imagen. Sin embargo, la imagen de la que est� hablando ahora se relaciona con el orden del matrimonio y, por lo tanto, pertenece a la vida presente y no est� relacionada con la conciencia. La soluci�n simple es esta: que no trata aqu� de la inocencia y la santidad, que se est�n convirtiendo igualmente en hombres y mujeres, sino de la distinci�n, que Dios ha conferido al hombre, para tener superioridad sobre la mujer. En este orden superior de dignidad se ve la gloria de Dios, ya que brilla en todo tipo de superioridad.

La mujer es la gloria del hombre No hay duda de que la mujer es un distinguido adorno del hombre; porque es un gran honor que Dios la haya designado para el hombre como la compa�era de su vida, y una ayuda para �l, (626) y la haya hecho sujeto a �l como lo es el cuerpo a la cabeza. Porque lo que Salom�n afirma en cuanto a una esposa cuidadosa, que ella es una corona para su esposo, ( Proverbios 12:4) es cierto para todo el sexo, si miramos al nombramiento de Dios, que Pablo aqu� recomienda , mostrando que la mujer fue creada para este prop�sito, que podr�a ser un distinguido adorno del hombre.

Versículo 8

8. Porque el hombre no es de la mujer. Establece por dos argumentos la preeminencia, que hab�a asignado a los hombres por encima de las mujeres. La primera es que, a medida que la mujer deriva su origen del hombre, por lo tanto, es inferior en rango. La segunda es que, como la mujer fue creada por el bien del hombre, por lo tanto est� sujeta a �l, ya que el trabajo producido en �ltima instancia es por su causa. (627) Que la ley demuestra que el hombre es el principio de la mujer y el fin para el cual fue creada. ( G�nesis 2:18.)

No es bueno para un hombre estar solo. Hagamos por �l, etc.

M�s lejos,

Dios tom� una de las costillas de Ad�n y form� Eva. ( G�nesis 2:21.)

Versículo 10

10. Por esta causa, la mujer debe tener poder (628) De esa autoridad �l dibuja un argumento (629) a favor del decoro externo. "Ella est� sujeta", dice �l, "deja que ella use una muestra de sujeci�n". En el t�rmino poder, hay una instancia de metonimia, (630) porque �l significa una ficha por la cual ella se declara bajo el poder de su esposo; y es una cubierta, ya sea una t�nica o un velo, (631) o cualquier otro tipo de cubierta. (632)

Se le pregunta, si habla exclusivamente de mujeres casadas, porque hay algunas que les restringen lo que Pablo aqu� ense�a, porque no pertenece a las v�rgenes estar bajo la autoridad de un esposo. Sin embargo, es un error, porque Pablo mira m�s all� de esto: la ley eterna de Dios, que ha sometido el sexo femenino a la autoridad de los hombres. Por esta raz�n, todas las mujeres nacen, para que puedan reconocerse inferiores como consecuencia de la superioridad del sexo masculino. De lo contrario, fue un argumento no concluyente que Paul ha extra�do de la naturaleza, al decir que no era una cosa m�s aparentemente que una mujer tuviera la cabeza descubierta en lugar de afeitarse; esto tambi�n se aplica a las v�rgenes.

Debido a los �ngeles Este pasaje se explica de varias maneras. Como el Profeta Malaqu�as 2:7 llama a los sacerdotes �ngeles de Dios, algunos opinan que Pablo habla de ellos; pero los ministros de la palabra no tienen en ninguna parte ese t�rmino aplicado por s� mismos, es decir, sin que se agregue algo; y el significado ser�a demasiado forzado. Lo entiendo, por lo tanto, en su propia significaci�n. Pero se pregunta, �por qu� las mujeres tienen las cabezas cubiertas por los �ngeles? �Qu� tiene esto que ver con ellas? Algunos responden: "Debido a que est�n presentes en ocasiones de las oraciones de los creyentes, y por este motivo son espectadores de ingobernabilidad, en caso de que haya alguna en tales ocasiones". Pero, �qu� necesidad hay de filosofar con tal refinamiento? Sabemos que los �ngeles est�n presentes, tambi�n, sobre Cristo como su cabeza, y ministran a �l. (633) Cuando, por lo tanto, las mujeres se aventuran a tales libertades, como para usurparse a s� mismas la se�al de autoridad, manifiestan su bajeza a los �ngeles. Esto, por lo tanto, se dijo a modo de amplificaci�n, como si hubiera dicho: "Si las mujeres descubren sus cabezas, no solo Cristo, sino tambi�n todos los �ngeles, ser�n testigos de la indignaci�n". Y esta interpretaci�n encaja bien con el dise�o del Ap�stol. �l est� tratando aqu� de diferentes rangos. Ahora dice que, cuando las mujeres asumen un lugar m�s alto de lo que se convierten en ellas, obtienen esto al descubrir que descubren su descaro ante los �ngeles del cielo.

Versículo 11

11. Pero tampoco lo es el hombre sin la mujer. Esto se agrega en parte como un control sobre los hombres, para que no puedan insultar a las mujeres; (634) y en parte como un consuelo para las mujeres, que pueden no sentirse insatisfechas de estar sometidas. �El sexo masculino (dice que �l) tiene una distinci�n sobre el sexo femenino, con este entendimiento, que deber�an estar conectados por benevolencia mutua, ya que uno no puede prescindir del otro. Si se separan, son como los miembros mutilados de un cuerpo destrozado. Que, por lo tanto, se conecten entre s� por el v�nculo del deber mutuo ". (635)

Cuando �l dice, en el Se�or, �l con esta expresi�n llama la atenci�n de los creyentes sobre el nombramiento del Se�or, mientras que los malvados no ven nada m�s all� de una necesidad apremiante. (636) Para hombres profanos, si pueden vivir convenientemente solteros, desprecian a todo el sexo y no consideran que tienen la obligaci�n de hacerlo por la cita y decreto de Dios. Los piadosos, por otro lado, reconocen que el sexo masculino no es m�s que la mitad de la raza humana. Reflexionan sobre el significado de esa declaraci�n: Dios cre� al hombre: hombre y mujer los cre� a ellos ( G�nesis 1:27 y G�nesis 5:2.) De este modo, ellos mismos se reconocen a s� mismos ser deudores del sexo m�s d�bil. Las mujeres piadosas, de la misma manera, reflexionan sobre su obligaci�n. (637) Por lo tanto, el hombre no tiene pie sin la mujer, ya que esa ser�a la cabeza separada del cuerpo; ni la mujer sin el hombre, porque eso era un cuerpo sin cabeza. "Que, por lo tanto, el hombre realice a la mujer el cargo de jefe con respecto a gobernarla, y que la mujer realice al hombre el cargo del cuerpo con respecto a ayudarlo, y que no solo en el estado casado, pero tambi�n en celibato; porque no hablo simplemente de convivencia, sino tambi�n de cargos civiles, para lo cual hay ocasiones incluso en el estado de solteros ". Si se inclina m�s bien a referir esto a todo el sexo en general, no me opongo a esto, sin embargo, cuando Paul dirige su discurso a los individuos, parece se�alar el deber particular de cada uno.

Versículo 12

12. Como la mujer es del hombre Si esta es una de las razones, por qu� el hombre tiene superioridad: que la mujer fue sacada de �l, habr� sea, de la misma manera, este motivo de conexi�n amistosa: que el sexo masculino no puede mantenerse y preservarse sin la ayuda de las mujeres. Porque esto sigue siendo un punto establecido: que no es bueno para el hombre estar solo ( G�nesis 2:18). Esta afirmaci�n de Pablo puede, en verdad, ser vista como una referencia a la propagaci�n, porque los seres humanos se propagan no solo por hombres, sino por hombres y mujeres; pero entiendo que tambi�n significa esto: que la mujer es una ayuda necesaria para el hombre, ya que una vida solitaria no es conveniente para el hombre. Este decreto de Dios nos exhorta a cultivar el intercambio mutuo.

Pero todas las cosas de Dios Dios es la Fuente de ambos sexos, y por lo tanto, ambos deben humildemente aceptar y mantener la condici�n que el Se�or les ha asignado. Deje que el hombre ejerza su autoridad con moderaci�n, y no insulte a la mujer que le ha sido dada como su compa�era. Deje que la mujer est� satisfecha con su estado de sujeci�n, y no se equivoque si se la hace inferior al sexo m�s distinguido. De lo contrario, ambos arrojar�n el yugo de Dios, que no sin raz�n ha designado esta distinci�n de filas. Adem�s, cuando se dice que el hombre y la mujer, cuando quieren cumplir su deber el uno con el otro, son rebeldes contra la autoridad de Dios, la declaraci�n es m�s seria que si Pablo hubiera dicho, que hacen da�o a unos y otros.

Ni siquiera la naturaleza misma. �l nuevamente expone la naturaleza como la due�a del decoro, y lo que en ese momento era de uso com�n por consentimiento y costumbre universal, incluso entre los griegos, habla de ser natural, ya que no siempre se consider� un desgracia para los hombres tener el pelo largo. (638) Los registros hist�ricos muestran que en todos los pa�ses de la antig�edad, es decir, en las primeras edades, los hombres llevaban el pelo largo. Por lo tanto, tambi�n los poetas, al hablar de los antiguos, est�n acostumbrados a aplicarles el ep�teto com�n de los no cortados (639) No fue hasta un per�odo tard�o que los barberos comenz� a trabajar en Roma, en la �poca de Africanus el viejo. Y en el momento en que Pablo escribi� estas cosas, la pr�ctica de cortar el cabello a�n no se hab�a puesto en pr�ctica en las provincias de la Galia o en Alemania. M�s a�n, se habr�a considerado una cosa indecorosa para los hombres, no menos que para las mujeres, ser despojados o afeitados; pero como en Grecia se consideraba que todo lo impropio era que un hombre permitiera que su cabello creciera largo, de modo que aquellos que lo hicieron se consideraron afeminados, �l considera como naturaleza una costumbre que hab�a sido confirmada. (640)

Versículo 16

16. Pero si alg�n hombre parece Una persona contenciosa es aquella cuyo humor lo inclina a provocar disputas, y no le importa lo que sea de la verdad. De esta descripci�n est�n todos los que, sin ninguna necesidad, abolieron las buenas y �tiles costumbres - plantean disputas con respecto a asuntos que no son dudosos - quienes no ceden ante los razonamientos - quienes no pueden soportar que nadie est� por encima de ellos. De esta descripci�n, tambi�n, son aquellos (???????????) ser�an personas singulares (641) que, por una afectaci�n tonta, (642) apunta a alguna forma nueva e inusual de actuar. Esas personas a las que Pablo no considera dignas de ser respondidas, ya que la disputa es algo pernicioso y, por lo tanto, debe ser expulsada de las Iglesias. Con esto nos ense�a que aquellos que son obstinados y aficionados a las disputas, deben ser restringidos por la autoridad en lugar de ser confrontados por disputas prolongadas. Porque nunca tendr�s un final de disputas, si est�s dispuesto a luchar con una persona combativa hasta que la hayas vencido; porque aunque venci� cien veces, �l todav�a discut�a. Por lo tanto, marquemos cuidadosamente este pasaje, para que no nos dejemos llevar por disputas innecesarias, siempre que sepamos distinguir a las personas contenciosas. Porque no siempre debemos considerar como contencioso al hombre que no acepta nuestras decisiones, o que se aventura a contradecirnos; pero cuando el temperamento y la obstinaci�n se muestran, entonces digamos con Pablo, que las disputas est�n en desacuerdo con la costumbre de la Iglesia (643)

Versículo 17

Su reproche de la falla previamente notada no fue m�s que una amonestaci�n suave y gentil, porque los corintios pecaron en ignorancia, por lo que era apropiado que fueran perdonados f�cilmente. Pablo tambi�n los hab�a elogiado desde el principio, porque hab�an guardado fielmente sus representaciones. ( 1 Corintios 11:2.) Ahora comienza a reprenderlos m�s bruscamente, porque ofendieron m�s gravemente en algunas cosas, y no por ignorancia.

17. Pero, al advertirte sobre esto, no te alabo. (644) Porque lo traduzco de esta manera, porque Pablo parece haber hecho que el participio y el verbo cambien de lugar. (645) Tampoco estoy satisfecho con la interpretaci�n de Erasmus, que considera que ???????????? significa mandar El verbo advertir ser�a adecuado mejor, pero en cuanto a esto no contengo. Hay una ant�tesis entre esta cl�usula y el comienzo de este cap�tulo. �Aunque te he elogiado, no pienses que es una recomendaci�n sin reservas; porque tengo algo con lo que encontrar defectos, ya que es digno de una severa reprensi�n ". Sin embargo, esto, en mi opini�n, no se refiere exclusivamente a la Cena del Se�or, sino tambi�n a otras fallas de las que hace menci�n. Que esto se tome como una declaraci�n general, que los corintios son reprendidos, porque se unieron no para mejor sino para peor. Los efectos particulares de este mal se presentar�n despu�s.

�l encuentra fallas en ellos, entonces, en primer lugar, porque no se unen para mejor, y en segundo lugar, que se unen para peor. El segundo, es cierto, es el m�s serio, pero incluso el primero no lo es. ser soportado, porque si consideramos lo que se tramita en la Iglesia, nunca deber�a haber una reuni�n sin algo de fruto. All� se escucha la doctrina de Dios, se ofrecen oraciones, se administran los sacramentos. El fruto de la Palabra es, cuando la confianza en Dios y el temor a �l aumentan en nosotros, cuando se avanza en la santidad de la vida, cuando posponemos cada vez m�s al viejo hombre, ( Colosenses 3:9) - cuando avanzamos en novedad de vida, etc. ( Romanos 6:4.) Los sacramentos tienden a ejercitarnos en la piedad y el amor. Las oraciones tambi�n deber�an ser �tiles para promover todos estos prop�sitos. Adem�s de esto, el Se�or trabaja eficazmente por su Esp�ritu, porque no quiere que sus ordenanzas sean vanas. Por lo tanto, si las asambleas sagradas no nos benefician, y no somos mejoradas por ellas, es nuestra ingratitud la culpable, y por lo tanto merecemos ser reprendidas. Porque el efecto de nuestra conducta es que aquellas cosas que, por su propia naturaleza y por el nombramiento de Dios, deber�an haber sido saludables, no son rentables.

Luego sigue la segunda falla: que se unen para peor. Esto es mucho m�s criminal y, sin embargo, casi siempre se sigue al otro, ya que si no obtenemos ninguna ventaja de los beneficios de Dios, �l emplea este m�todo de castigar nuestro descuido: que ellos empeoran. Por lo general, tambi�n sucede que la negligencia da lugar a muchas corrupciones, especialmente por este motivo, que aquellos que no observan el uso natural de las cosas suelen caer en inventos hirientes. (646)

Versículo 18

18. Cuando se unen en la Iglesia, escucho que hay divisiones Algunos toman las palabras divisiones y herej�as, en referencia a ese trastorno (???????) del cual habla poco despu�s. Considero que tienen un significado m�s extenso, y ciertamente no es probable que emplee t�rminos tan impropios e inadecuados con el fin de exponer ese abuso. (647) En cuanto a su alegaci�n de que se ha expresado en t�rminos m�s severos, con el fin de exponer m�s completamente la atrocidad del delito, lo har�a f�cilmente conceda esto, si el significado corresponde. Es, entonces, una reprensi�n de tipo general: que no estaban de acuerdo entre s� como cristianos, sino que cada uno estaba tan ocupado con sus propios intereses, que no estaba preparado para acomodarse a los dem�s. De ah� surgi� ese abuso, como lo veremos en un momento, de ah� surgi� la ambici�n y el orgullo, de modo que cada uno se exaltara a s� mismo y despreciara a los dem�s, de ah� surgi� el descuido en cuanto a la edificaci�n, de ah� surgi� la profanaci�n de los dones de Dios.

�l dice que en parte lo cree, que podr�an no pensar que los acus� a todos de este crimen atroz y, por lo tanto, podr�an quejarse de que fueron acusados ??sin fundamento. Mientras tanto, sin embargo, �l insin�a que esto le hab�a sido presentado no por un mero rumor vago, sino por informaci�n cre�ble, tal como no pod�a desacreditarlo por completo.

Versículo 19

19. Porque tambi�n debe haber herej�as Anteriormente hab�a hablado de divisiones ( 1 Corintios 11:18). Ahora usa el t�rmino herej�as, con el vista de amplificar m�s, como tambi�n podemos inferir, de la palabra tambi�n, porque se agrega en aras de la amplificaci�n. (???? ???????.) Es bien sabido en qu� sentido los antiguos usaron esos dos t�rminos, (648) y qu� distinci�n hicieron entre Herejes y Cism�tica. (649) Herej�a que hicieron consistir en desacuerdos en cuanto a doctrina y cisma, por el contrario, en alienaci�n de afecto, como cuando alguien se retiraba de la Iglesia de la envidia, o de la aversi�n a los pastores, o de la mala naturaleza. Es cierto que la Iglesia no puede sino ser desgarrada por una falsa doctrina, y por lo tanto la herej�a es la ra�z y el origen del cisma, y ??tambi�n es cierto que la envidia o el orgullo es la madre de casi todas las herej�as, pero al mismo tiempo Es ventajoso distinguir de esta manera entre estos dos t�rminos.

Pero veamos en qu� sentido los emplea Pablo. Ya he expresado mi desaprobaci�n de aquellos que explican la herej�a como el establecimiento de una mesa separada, en la medida en que los ricos no participaron de su Cena junto con los pobres; porque ten�a en vista se�alar algo m�s odioso. Pero sin mencionar las opiniones de los dem�s, tomo el cisma y la herej�a aqu� de manera cada vez menor. Los cismas, entonces, son rencores secretos, cuando no vemos ese acuerdo que deber�a subsistir entre los piadosos, cuando las inclinaciones en desacuerdo entre s� est�n en funcionamiento, cuando cada uno est� muy satisfecho con su propio camino, y encuentra fallas en �l. todo lo que hacen los dem�s. Las herej�as son cuando el mal procede a tal tono que se descubre una hostilidad abierta, y las personas se dividen deliberadamente en partes opuestas. Por lo tanto, para que los creyentes no se sientan desanimados al ver a los corintios desgarrados por las divisiones, el Ap�stol da la vuelta a esta ocasi�n de ofensa en una direcci�n opuesta, insinuando que el Se�or, en lugar de tales pruebas, prueba la constancia de su pueblo. Un consuelo encantador! "Hasta ahora, dice �l, deber�amos estar preocupados, o rechazados, cuando no vemos la unidad completa en la Iglesia, sino por el contrario algunas amenazas de separaci�n de la falta de un acuerdo adecuado, que incluso si las sectas deber�an comenzar , (650) debemos permanecer firmes y constantes. Porque de esta manera se detectan los hip�critas; de esta manera, por otro lado, se prueba la sinceridad de los creyentes. Porque como esto da ocasi�n para descubrir la veleidad de aquellos que no estaban enraizados en la Palabra del Se�or, y la maldad de aquellos que hab�an asumido la apariencia de buenos hombres, los buenos ofrecen una manifestaci�n m�s clara de su constancia y sinceridad ".

Pero observen lo que dice Pablo: debe haber, porque �l insin�a con esta expresi�n, que este estado de cosas no sucede por casualidad, sino por la segura providencia de Dios, porque �l tiene la intenci�n de juzgar a su pueblo, como el oro. el horno, y si es agradable a la mente de Dios, es, en consecuencia, conveniente. Al mismo tiempo, sin embargo, no debemos entrar en disputas espinosas, o m�s bien en laberintos por una necesidad fatal. Sabemos que nunca habr� un momento en que no habr� muchos reproches. Sabemos que est�n gobernados por el esp�ritu de Satan�s, y efectivamente se sienten atra�dos por lo que es malo. Sabemos que Satan�s, en su actividad, no deja piedra sin remover con el objetivo de romper la unidad de la Iglesia. De esto, no del destino, viene esa necesidad de la que Pablo hace menci�n. (651) Sabemos, tambi�n, que el Se�or, por su sabidur�a admirable, convierte las maquinaciones mortales de Satan�s para promover la salvaci�n de los creyentes. (652) De ah� viene ese dise�o del que habla: que el bien brille m�s visiblemente; porque no debemos atribuir esta ventaja a las herej�as, que, siendo malvadas, no pueden producir nada m�s que lo que es malo, sino a Dios, quien, por su bondad infinita, cambia la naturaleza de las cosas, para que esas cosas sean saludables para los elegidos , que Satan�s hab�a ideado para su ruina. En cuanto a Cris�stomo, sostiene que la part�cula que (???) no denota la causa, sino el evento, no es un gran momento. Porque la causa es el consejo secreto de Dios, (653) por el cual las cosas que son malas son anuladas de tal manera que tienen un buen problema. Sabemos, en resumen, que los malvados son impulsados ??por Satan�s de tal manera, que ambos act�an y se act�a sobre ellos con el consentimiento de sus voluntades. (654) Por lo tanto, no tienen excusa.

Versículo 20

20. Esto no es para comer la cena del Se�or. Ahora reprende el abuso que se hab�a deslizado entre los corintios en cuanto a la Cena del Se�or, con respecto a su confusi�n. banquetes profanos con la fiesta sagrada y espiritual, y eso tambi�n con desprecio de los pobres. Pablo dice que, de esta manera, no es la cena del Se�or de la que se participa, ni que un solo abuso deja de lado la instituci�n sagrada de Cristo y la reduce a nada, sino que contaminan el sacramento al observarlo de manera incorrecta. camino. Porque estamos acostumbrados a decir, en una conversaci�n com�n, que una cosa no se hace en absoluto, si no se hace correctamente. Ahora bien, esto no fue un abuso trivial, como veremos m�s adelante. Si comprende que las palabras no tienen sentido, no est� permitido, (655) el significado equivaldr� a lo mismo: que los corintios no estaban en un estado de preparaci�n para participar de la cena del Se�or, como estar en un estado tan dividido. Lo que dije hace un momento, sin embargo, es m�s simple: que condena esa mezcla profana, que no ten�a nada parecido a la Cena del Se�or.

Versículo 21

21. Por cada uno de ustedes lleva ante los dem�s su propia cena. Es realmente maravilloso, y junto a un milagro, (656) que Satan�s pudo haber logrado tanto en tan poco tiempo. Sin embargo, se nos advierte en esta instancia, cu�nta antig�edad, sin raz�n de su parte, puede afectar o, en otras palabras, cu�nta influencia tiene una costumbre larga y continuada, aunque no est� sancionada por una sola declaraci�n de la Palabra de Dios . Esto, habi�ndose convertido en una costumbre, fue considerado como legal. Paul estaba entonces a mano para interferir. �Cu�l debe haber sido el estado de las cosas despu�s de la muerte de los ap�stoles? Con qu� libertad Satan�s debe haberse lucido. (657) Sin embargo, aqu� est� la gran fortaleza de los papistas: "La cosa es antigua, se hizo hace mucho tiempo, por lo tanto, tenga el peso de un revelaci�n del cielo ".

Sin embargo, es incierto cu�l fue el origen de este abuso, o cu�l fue la ocasi�n de su surgimiento tan pronto. Cris�stomo es de opini�n, que se origin� en las fiestas de amor, (658) (??? ??? ??????) y que, mientras que los ricos ten�an acostumbrados (659) a traer con ellos de sus casas los medios para festejar indiscriminadamente y en com�n, luego comenzaron a excluir a los pobres, y a engullen sus manjares solos. Y, ciertamente, de Tertuliano parece que esa costumbre era muy antigua. (660) Ahora dieron el nombre de Agapae (661) a esos entretenimientos comunes, que idearon entre ellos, como muestras de afecto fraterno, y consistieron en limosnas. Tampoco tengo ninguna duda de que surgi� de los ritos de sacrificio com�nmente observados tanto por jud�os como por gentiles. Observo que los cristianos, en su mayor parte, corrigieron las fallas relacionadas con esos ritos, de tal manera que conservan al mismo tiempo cierta semejanza. Por lo tanto, es probable que, al observar que tanto jud�os como gentiles a�adieron una fiesta a su sacrificio, como un ap�ndice, pero que ambos pecaron por ambici�n, lujo e intemperancia, instituyeron (662) una especie de banquete, que podr�a acostumbrarlos a la sobriedad y la frugalidad, (663) y might , al mismo tiempo, estar de acuerdo con un entretenimiento espiritual con respecto a la comuni�n mutua. Porque en �l se entreten�a a los pobres a expensas de los ricos, y la mesa estaba abierta a todos. Pero, ya sea que desde el primer momento hayan ca�do en este abuso profano, o si una instituci�n, de otra manera no tan objetable, se hubiera degenerado de esta manera en el proceso del tiempo, Paul no los har�a mezclar este banquete espiritual con las fiestas comunes. . "Esto, de hecho, se ve bien: que los pobres junto con los ricos participan en com�n de las provisiones que se han tra�do, y que los ricos comparten su abundancia junto con los necesitados, pero nada debe tener tanto peso con nosotros como para gu�anos a profanar el sacramento sagrado ". (664)

Y uno tiene hambre. Este era un mal en el caso, que mientras los ricos se entregaban suntuosamente, parec�an, en cierto modo, reprochar a los pobres su pobreza. La desigualdad que describe hiperb�licamente, cuando dice, que algunos est�n borrachos y otros tienen hambre, ya que algunos ten�an los medios para rellenarse bien, mientras que otros ten�an una tarifa delgada. As�, los pobres estaban expuestos a la burla de los ricos, o al menos estaban expuestos a la verg�enza. Fue, por lo tanto, un espect�culo indecoroso, y no de acuerdo con la cena del Se�or.

Versículo 22

22. �No tienen casas? De esto vemos que el Ap�stol estaba completamente insatisfecho con esta costumbre de festejar, a pesar de que el abuso mencionado anteriormente no hab�a existido. Porque, aunque parece permisible que toda la Iglesia participe en una mesa com�n, esto, por otro lado, es incorrecto: convertir una asamblea sagrada para prop�sitos ajenos a su naturaleza. Sabemos para qu� ejercicios debe reunir una Iglesia: escuchar doctrinas, orar y cantar himnos a Dios, observar los sacramentos, (665) a hacer confesi�n de su fe y participar en observancias piadosas y otros ejercicios de piedad. Si se hace algo m�s all�, est� fuera de lugar. Cada uno tiene su propia casa designada para comer y beber, y por lo tanto eso es algo indecoroso en una asamblea sagrada.

�Qu� debo decirte? Habiendo declarado adecuadamente el caso, ahora los llama a considerar, si son dignos de elogio, ya que no pueden defender un abuso tan manifiesto. Los presiona a�n m�s, preguntando: ��Qu� m�s podr�a hacer? �Dir�s que eres injustamente reprendido? Algunos manuscritos conectan las palabras en esto con el verbo que sigue: de esta manera: �Te alabo? En esto no te alabo (666) El otro Sin embargo, la lectura es la m�s generalmente recibida entre los griegos, y se adapta mejor.

Versículo 23

Hasta ahora ha estado exponiendo el abuso; (667) ahora procede a mostrar cu�l es el m�todo adecuado para rectificarlo. La instituci�n de Cristo es una regla segura, por lo que si te desv�as de ella pero muy poco, est�s fuera del curso correcto. Por lo tanto, como los corintios se hab�an desviado de esta regla, los llama de nuevo a ella. Es un pasaje que debe observarse cuidadosamente, ya que muestra que no hay remedio para corregir y eliminar abusos, salvo el regreso a la instituci�n pura de Dios. As�, el Se�or mismo, cuando estaba hablando sobre el matrimonio respetuoso ( Mateo 19:3) y los escribas presentaron la costumbre, y tambi�n el permiso otorgado por Mois�s, simplemente presenta la instituci�n de su Padre, como una ley inviolable . Cuando hacemos esto en la actualidad, los papistas gritan que no estamos dejando nada intacto. (668) Demostramos abiertamente que no es solo en un punto que se han degenerado de la primera instituci�n de nuestro Se�or, sino que lo han corrompido en mil formas. Nada es m�s manifiesto que su Misa es diametralmente opuesta a la Santa Cena de nuestro Se�or. Voy m�s all�: mostramos de la manera m�s clara que est� lleno de abominaciones malvadas: por lo tanto, es necesario reformarlo. Exigimos, a lo que parece recurrir Paul, que la instituci�n de nuestro Se�or sea la regla com�n, a lo que acordamos que ambas partes hagan nuestra apelaci�n. A esto se oponen con todas sus fuerzas. Marque entonces la naturaleza de la controversia en este d�a en referencia a la Cena del Se�or.

23 Recib� del Se�or. En estas palabras, �l insin�a que no hay autoridad que sea de utilidad en la Iglesia, sino solo la del Se�or. �No te he entregado un invento propio: cuando llegu� a ti, no hab�a ideado un nuevo tipo de Cena, seg�n mi propio humor, sino que ten�a a Cristo como mi autoridad, de quien recib� lo que tengo. entregado a usted, en la forma de entregarlo ". (669) Regrese, entonces, a la fuente original. Por lo tanto, al adi�s a las leyes humanas, la autoridad de Cristo se mantendr� en su estabilidad.

Esa noche en la que fue traicionado. Esta circunstancia en cuanto al tiempo nos instruye en cuanto al dise�o del sacramento: que el beneficio de la muerte de Cristo pueda ser ratificado en nosotros. Porque el Se�or podr�a haber comprometido previamente con los Ap�stoles este sello del pacto, (670) pero esper� hasta el momento de su oblaci�n, para que los Ap�stoles pudieran pronto, despu�s de lograr en realidad en su cuerpo, lo que les hab�a representado en el pan y el vino. Si alguien deduce de esto, que la Cena debe, por lo tanto, celebrarse por la noche y despu�s de una cena corporal, respondo: que, en lo que hizo nuestro Se�or, debemos considerar qu� hay que �l tenga que hacer por nosotros. Es cierto que no quiso instituir una especie de festival nocturno, como ese en honor a Ceres, (671) y m�s all�, que no era su dise�o para invitar a su gente a venir a este banquete espiritual con el est�mago lleno. Las acciones de Cristo que no est�n destinadas a nuestra imitaci�n no deben considerarse como pertenecientes a su instituci�n. (672) De esta manera, no hay dificultad en dejar de lado esa sutileza de los papistas, por lo que se desv�an (673 ) lo que ya he dicho sobre el deber de mantener y preservar la instituci�n de Cristo en su simplicidad. "Por lo tanto", dicen, "no recibiremos la Cena del Se�or, excepto de noche, y por lo tanto la tomaremos, no cuando ayunemos, sino despu�s de haber cenado". Todo esto, digo, es meramente trivial; porque es f�cil distinguir lo que hizo nuestro Se�or, para que podamos imitarlo, o m�s bien lo que hizo con el fin de ordenarnos que hagamos lo mismo.

Versículo 24

24. Habiendo dado las gracias. Pablo observa en otra parte, que cada regalo que recibimos de la mano de Dios

nos es santificado por la palabra y la oraci�n. ( 1 Timoteo 4:5.)

Por consiguiente, en ninguna parte leemos que el Se�or prob� el pan junto con sus disc�pulos, pero se hace menci�n de su agradecimiento, ( Juan 6:23), por cuyo ejemplo nos ha instruido con seguridad que hagamos lo mismo. Sin embargo, este agradecimiento tiene una referencia a algo m�s elevado, porque Cristo da gracias al Padre por su misericordia (674) hacia la raza humana, y el beneficio inestimable de la redenci�n; y nos invita, con su ejemplo, a levantar nuestras mentes cada vez que nos acercamos a la mesa sagrada, a reconocer el amor ilimitado de Dios hacia nosotros, y a que nuestras mentes se enciendan con verdadera gratitud. (675)

Toma, come, este es mi cuerpo Como Paul dise�� aqu� para instruirnos en pocas palabras sobre el uso correcto del sacramento, es nuestro deber considerar con atenci�n (676) lo que pone ante nosotros, y no permite que pase nada sin ser visto, en la medida en que no dice nada m�s que lo que es extremadamente necesario para ser conocido, y merecedor de la atenci�n m�s cercana. En primer lugar, debemos tener en cuenta que Cristo aqu� distribuye el pan entre los Ap�stoles, que todos pueden compartirlo en com�n y, por lo tanto, cada uno puede recibir su porci�n, que puede haber una participaci�n igual entre todos. En consecuencia, cuando no hay una mesa en com�n preparada para todos los piadosos, donde no est�n invitados a partir el pan en com�n y donde, en fin, los creyentes no participan mutuamente, no tiene sentido que el nombre de la Cena del Se�or se reivindica.

Pero, �con qu� prop�sito (677) se llama a las personas a misa, a menos que sea que salgan vac�as de un espect�culo sin sentido? (678) Por lo tanto, no tiene nada al un�sono con la cena. Por lo tanto, tambi�n inferimos que la promesa de Cristo no es m�s aplicable a la misa que a la fiesta de los Salii; (679) porque cuando Cristo promete que nos dar� su cuerpo, al mismo tiempo nos ordena tomar y comer el pan. Por lo tanto, a menos que obedezcamos Este mandato no sirve para nada que nos gloriemos en su promesa. Para explicar esto m�s familiarmente en otras palabras, la promesa se anexa al mandamiento de manera condicional, por as� decirlo: por lo tanto, solo se cumple si la condici�n tambi�n se cumple. Por ejemplo, est� escrito: Ll�mame; Te responder� (Salmo 91:15.) Es nuestra parte obedecer el mandato de Dios, para que �l pueda cumplir para nosotros lo que promete; de lo contrario nos excluimos del cumplimiento de la misma. (680)

�Qu� hacen los papistas? Ellos descuidan la participaci�n y consagran el pan para un prop�sito totalmente diferente, y mientras tanto se jactan de que tienen el cuerpo del Se�or. Mientras, por un malvado divorcio, ellos

separe las cosas que Cristo ha unido, ( Mateo 19:6,)

Es evidente que su jactancia es vana. Por lo tanto, cada vez que presentan la cl�usula: este es mi cuerpo, debemos replicar sobre ellos el que lo precede inmediatamente. Tomar y comer Porque el significado de las palabras es: "Al participar en la partici�n del pan, de acuerdo con el orden y la observancia que he prescrito, ustedes tambi�n ser�n participantes en mi cuerpo ". Por lo tanto, cuando un individuo se lo come solo, la promesa en ese caso no sirve para nada. Adem�s, se nos ense�a en estas palabras lo que el Se�or quiere que hagamos. Toma, dice �l. Por lo tanto, aquellos que ofrecen un sacrificio a Dios tienen otro que no sea Cristo como su autoridad, ya que no se nos instruye en estas palabras para realizar un sacrificio.

�Pero qu� dicen los papistas sobre su masa? Al principio eran tan descarados como para mantener, que se llamaba un sacrificio verdadero y apropiado. Ahora, sin embargo, admiten que de hecho es un sacrificio conmemorativo, pero de tal manera que el beneficio de la redenci�n es, a trav�s de su oblaci�n diaria, (681) aplicado a los vivos y los muertos. Sea como sea, presentan la apariencia de un sacrificio. (682) En primer lugar, hay imprudencia en esto, como estar sin ning�n comando de Cristo; pero hay un error a�n m�s serio involucrado en eso: que, aunque Cristo design� la Cena para este prop�sito, que podr�amos tomar y comer, la pervierten para un uso totalmente diferente.

Este es mi cuerpo. No contar� los concursos infelices que han probado a la Iglesia en nuestros tiempos en cuanto al significado de estas palabras. �No, m�s bien, le gustar�a a Dios que pudi�ramos enterrar el recuerdo de ellos en perpetuo olvido! En primer lugar, declarar� sinceramente y sin disfraz, y luego, m�s adelante, declarar� libremente (como sol�a hacer) cu�les son mis puntos de vista. Cristo llama al pan su cuerpo; porque dej� de lado, sin ninguna disputa, ese absurdo artificio, que nuestro Se�or no exhibi� el pan a los Ap�stoles, sino su cuerpo, que vieron con sus ojos, porque inmediatamente sigue: esta copa es el Nuevo Testamento en mi sangre Consideremos entonces como m�s all� de toda controversia que Cristo est� aqu� hablando del pan. Ahora la pregunta es: "�En qu� sentido?" Para que podamos obtener el verdadero significado, debemos sostener que la expresi�n es figurativa; porque, ciertamente, negar esto es extremadamente deshonesto. (683) �Por qu� entonces se aplica el t�rmino cuerpo al pan? Creo que todo permitir� que sea por la misma raz�n que Juan llama paloma al Esp�ritu Santo ( Juan 1:32). Hasta ahora estamos de acuerdo. Ahora, la raz�n por la que se llamaba as� al Esp�ritu era esta: que hab�a aparecido en forma de paloma. Por lo tanto, el nombre del Esp�ritu se transfiere al signo visible. �Por qu� no deber�amos sostener que aqu� hay una instancia similar de metonimia, y que el t�rmino cuerpo se aplica al pan, como signo y s�mbolo de �l? Si alguno tiene una opini�n diferente, me perdonar�; pero me parece una evidencia de un esp�ritu contencioso, disputar pertinazmente sobre este punto. Lo establezco, entonces, como un punto establecido, que aqu� hay una forma sacramental de expresi�n, (684) en el que el Se�or le da al signo el nombre de la cosa significada.

Ahora debemos avanzar m�s y preguntar por la raz�n de la metonimia. Aqu� respondo que el nombre de la cosa significada no se aplica al signo simplemente como una representaci�n de �l, sino m�s bien como un s�mbolo de �l, (685) por el cual se nos presenta la realidad. Porque no permito la fuerza de esas comparaciones que algunos toman prestada de cosas profanas o terrenales; porque hay una diferencia material entre ellos y los sacramentos de nuestro Se�or. La estatua de H�rcules se llama H�rcules, pero �qu� tenemos all� sino una representaci�n vac�a y vac�a? Por otro lado, el Esp�ritu se llama paloma, como una promesa segura de la presencia invisible del Esp�ritu. Por lo tanto, el pan es el cuerpo de Cristo, porque atestigua con seguridad que el cuerpo que representa se nos ofrece, o porque el Se�or, al mostrarnos ese s�mbolo, nos da al mismo tiempo su propio cuerpo; porque Cristo no es un enga�ador, para burlarse de nosotros con representaciones vac�as. (686) Por lo tanto, me parece m�s all� de toda controversia, que la realidad aqu� est� unida al signo; o, en otras palabras, que no nos volvamos realmente menos participantes en el cuerpo de Cristo con respecto a la eficacia espiritual, de lo que participamos del pan.

Ahora debemos discutir la manera. Los papistas nos presentan su sistema de transubstanciaci�n: alegan que, cuando se ha realizado el acto de consagraci�n, la sustancia del pan ya no existe, y que no queda nada m�s que los accidentes. (687) A esta invenci�n nos oponemos, no solo las palabras simples de las Escrituras, sino la naturaleza misma de los sacramentos. �Cu�l es el significado de la cena si no hay correspondencia entre el signo visible y la realidad espiritual? Tendr�an la se�al de ser una apariencia falsa y enga�osa de pan. Entonces, �qu� significar� la cosa, sino una mera imaginaci�n? Por lo tanto, si debe haber una correspondencia entre el signo y su realidad, es necesario que el pan sea real, no imaginario, para representar el cuerpo real de Cristo. Adem�s, el cuerpo de Cristo est� aqu� no solo dado, sino como alimento. Ahora no es de ninguna manera el color del pan lo que nos nutre, sino la sustancia. En resumen, si tuvi�ramos realidad en la cosa misma, no debe haber enga�o en el signo.

Rechazando entonces el sue�o de los papistas, veamos de qu� manera se nos da el cuerpo de Cristo. Algunos explican que se nos da cuando somos part�cipes de todas las bendiciones que Cristo nos ha procurado en su cuerpo, cuando, digo, abrazamos a Cristo crucificado por nosotros y resucitamos de entre los muertos. , y de esta manera son efectivamente participantes de todos sus beneficios. En cuanto a los que son de esta opini�n, no tengo ninguna objeci�n a que mantengan esa opini�n. En cuanto a m�, reconozco que es solo cuando obtenemos a Cristo mismo que participamos de los beneficios de Cristo. Sin embargo, es obtenido, afirmo, no solo cuando creemos que se le hizo una ofrenda por nosotros, sino cuando mora en nosotros, cuando es uno con nosotros, cuando somos miembros de su carne, ( Efesios 5:30,) - cuando, bien, estamos incorporados con �l (por as� decirlo) en una vida y sustancia. Adem�s, atiendo a la importancia de las palabras, porque Cristo no solo nos presenta el beneficio de su muerte y resurrecci�n, sino el cuerpo mismo en el que sufri� y resucit�. Concluyo que el cuerpo de Cristo es realmente (como la expresi�n com�n es), es decir, que verdaderamente se nos da en la Cena, un alimento saludable para nuestras almas. Utilizo la forma com�n de expresi�n, pero mi significado es que nuestras almas se nutren de la sustancia del cuerpo, que realmente podemos ser uno con �l o, lo que equivale a lo mismo, que una virtud que da vida. El Esp�ritu nos vierte de la carne de Cristo, aunque est� muy lejos de nosotros y no est� mezclado con nosotros. (688)

Ahora solo queda una dificultad: �c�mo es posible que su cuerpo, que est� en el cielo, nos sea dado aqu� en la tierra? Algunos imaginan que el cuerpo de Cristo es infinito, y no est� confinado a ning�n espacio, sino que llena el cielo y la tierra, (Jeremias 23:24) como su esencia Divina. Esta fantas�a es demasiado absurda para requerir refutaci�n. Los escolares disputan con m�s refinamiento en cuanto a su cuerpo glorioso. Sin embargo, toda su doctrina se reduce a esto: que Cristo debe ser buscado en el pan, como si estuviera incluido en �l. De ah� viene que las mentes de los hombres contemplan el pan con asombro y lo adoran en lugar de Cristo. Si alguien les pregunta si adoran el pan, o la apariencia del mismo, aceptar�n con confianza que no lo hacen, pero, mientras tanto, cuando est�n a punto de adorar a Cristo, recurren al pan. Se vuelven, digo, no solo con sus ojos y todo su cuerpo, sino incluso con los pensamientos del coraz�n. �Qu� es esto sino una idolatr�a sin mezclar? Pero esa participaci�n en el cuerpo de Cristo, que, afirmo, se nos presenta en la Cena, no requiere una presencia local, ni el descenso de Cristo, ni una extensi�n infinita, (689) ni nada de esa naturaleza, ya que la Cena es una acci�n celestial, no es absurdo decir que Cristo, mientras permanece en el cielo, es recibido por nosotros. En cuanto a su comunicaci�n con nosotros, eso se efect�a a trav�s de la virtud secreta de su Esp�ritu Santo, que no solo puede unir, sino unir en uno, cosas que est�n separadas por la distancia del lugar y muy lejos.

Pero, para que podamos ser capaces de participar, debemos elevarnos hacia el cielo. Aqu�, por lo tanto, la fe debe ser nuestro recurso, cuando todos los sentidos corporales han fallado. Cuando hablo de fe, no me refiero a ning�n tipo de opini�n, que se apoya en artilugios humanos, ya que muchos, jact�ndose de fe en todas las ocasiones, se vuelven terriblemente salvajes en este punto. �Entonces que? Ves pan, nada m�s, pero aprendes que es un s�mbolo (690) del cuerpo de Cristo. No dudes de que el Se�or cumple lo que sus palabras �ntimas: que el cuerpo, que no contemplas en absoluto, te es entregado como una recompensa espiritual. Parece incre�ble que nos alimentemos con la carne de Cristo, que est� a una gran distancia de nosotros. Tengamos en cuenta que es una obra secreta y maravillosa del Esp�ritu Santo, que era criminal medir seg�n el est�ndar de nuestro entendimiento. �Mientras tanto, sin embargo, aleja las imaginaciones groseras, que te evitar�an mirar m�s all� del pan. Deje a Cristo la verdadera naturaleza de la carne, y no, por una aprensi�n equivocada, extienda su cuerpo sobre el cielo y la tierra: no lo divida en diferentes partes por sus fantas�as, y no lo adore en este lugar y eso, de acuerdo con tu aprensi�n carnal Perm�tele permanecer en su gloria celestial, y aspira all�, (691) para que desde all� se comunique contigo. Estas pocas cosas satisfar�n a las que son s�lidas y modestas. En cuanto a los curiosos, quisiera que buscaran en otro lugar los medios para satisfacer su apetito.

Lo que est� roto para ti. Algunos explican que esto se refiere a la distribuci�n del pan, porque era necesario que el cuerpo de Cristo permaneciera completo, como se hab�a predicho, ( �xodo 12:46,) Un hueso de �l deber� no ser quebrantado En cuanto a m� mismo, aunque reconozco que Paul hace una alusi�n al partimiento del pan, sin embargo, entiendo la palabra rota como se usa aqu� para sacrificarla, no, de hecho, con estricta propiedad, sino al mismo tiempo sin ning�n absurdo. Porque aunque no se rompi� ning�n hueso, sin embargo, el cuerpo mismo fue sometido, en primer lugar, a tantas torturas e inflicciones, y luego al castigo de la muerte en la forma m�s cruel, no puede decirse que no haya resultado herido. Esto es lo que Pablo quiere decir con su ruptura. Sin embargo, esta es la segunda cl�usula de la promesa, que no debe pasarse por alto. Porque el Se�or no nos presenta su cuerpo simplemente, y sin ninguna consideraci�n adicional, sino como un sacrificio por nosotros. La primera cl�usula, entonces, da a entender que se nos presenta el cuerpo: esta segunda cl�usula nos ense�a, qu� ventaja obtenemos de ella, que somos part�cipes de la redenci�n, y el beneficio de su sacrificio se nos aplica. Por lo tanto, la Cena es un espejo que nos representa a Cristo crucificado, para que nadie pueda recibir la cena de manera rentable y ventajosa, sino el hombre que abraza a Cristo crucificado.

Haz esto en mi memoria. Por lo tanto, la Cena es un monumento, (?????????? (692) ) designado como una ayuda para nuestra debilidad; porque si fu�ramos lo suficientemente conscientes de la muerte de Cristo, esta ayuda ser�a innecesaria. Esto es com�n a todos los sacramentos, ya que son ayudas para nuestra debilidad. �Cu�l es la naturaleza de ese recuerdo que Cristo quisiera que apreciamos con respecto a �l? Vamos a escuchar en el presente. Sin embargo, en cuanto a la inferencia, que algunos extraen de esto: que Cristo no est� presente en la Cena, porque un recuerdo se aplica a algo que est� ausente; la respuesta es f�cil: que Cristo est� ausente en el sentido en que la Cena es una conmemoraci�n. Porque Cristo no est� visiblemente presente, y no es visto con nuestros ojos, ya que los s�mbolos son los que excitan nuestro recuerdo al representarlo. En resumen, para que pueda estar presente con nosotros, no cambia su lugar, sino que nos comunica desde el cielo la virtud de su carne, como si estuviera presente. (693)

Versículo 25

25. La copa, cuando hab�a cenado El Ap�stol parece intimar, que hab�a un intervalo de tiempo entre la distribuci�n del pan y la de la copa, y los Evangelistas no saben si la transacci�n completa fue continua. (694) Esto, sin embargo, no es de gran momento, ya que puede ser que el Se�or entreg� alguna direcci�n, despu�s de distribuir el pan, y antes dando la copa Sin embargo, como no hizo o no dijo nada que no estuviera en armon�a con el sacramento, no necesitamos decir que la administraci�n del mismo fue perturbada o interrumpida. Sin embargo, no lo expresar�a como lo hace Erasmo: la cena, terminando, porque, en un asunto de tanta importancia, se debe evitar la ambig�edad.

Esta copa es el Nuevo Testamento Lo que se afirma en cuanto a la copa, es aplicable tambi�n al pan; y as�, por esta forma de expresi�n, �l insin�a lo que antes hab�a dicho m�s brevemente: que el pan es el cuerpo. Para nosotros es as�, que puede ser un testamento en su cuerpo, es decir, un pacto, que una vez ha sido confirmado por la ofrenda de su cuerpo, y ahora se confirma al comer, cuando los creyentes se dan un fest�n con ese sacrificio. En consecuencia, mientras Paul y Luke usan las palabras - testamento en la sangre, Matthew y Mark emplean la expresi�n - sangre del testamento, lo que equivale a lo mismo. Porque la sangre fue derramada para reconciliarnos con Dios, y ahora bebemos de ella en un sentido espiritual, para que podamos ser part�cipes de la reconciliaci�n. Por lo tanto, en la Cena, tenemos tanto un pacto como una promesa confirmatoria del pacto.

Hablar� en la Ep�stola a los hebreos, si el Se�or me permite la oportunidad, en cuanto al texto de la palabra. Sin embargo, es bien sabido que los sacramentos reciben ese nombre, por ser testimonios de la voluntad divina, para confirmar (695) en nuestras mentes. Porque as� como se hace un pacto entre hombres con ritos solemnes, as� es como el Se�or trata con nosotros. Tampoco es sin estricta propiedad que se emplea este t�rmino; porque como consecuencia de la conexi�n entre la palabra y el signo, el pacto del Se�or est� realmente incluido en los sacramentos, y el t�rmino pacto tiene una referencia o relaci�n con nosotros. Esto no ser� de poca importancia para comprender la naturaleza de los sacramentos; porque si son convenios, entonces contienen promesas, por medio de las cuales las conciencias pueden despertarse para asegurar la salvaci�n. Por lo tanto, se deduce que no son simples signos externos de la profesi�n ante los hombres, sino que, internamente, tambi�n ayudan a la fe.

Esto, tan seguido como bebes a Cristo, ha designado un doble signo en la Cena.

Lo que Dios ha unido no permita que el hombre lo separe. ( Mateo 19:6.)

Distribuir, por lo tanto, el pan sin la copa, es para el hombre la instituci�n de Cristo. (696) Porque escuchamos las palabras de Cristo. Como �l nos ordena comer del pan, tambi�n nos ordena beber de la copa. Obedecer la mitad del comando y descuidar la otra mitad. �Qu� es esto sino hacer deporte de su mandamiento? Y para alejar a la gente de esa copa, que Cristo pone ante todo, despu�s de beberla por primera vez, como se hace bajo la tiran�a del Papa, �qui�n puede negar que esto es una presunci�n diab�lica? En cuanto al cavillo que presentan, que Cristo habl� simplemente a los Ap�stoles, y no a la gente com�n, es extremadamente infantil, y es f�cilmente refutado de este pasaje, porque Pablo aqu� se dirige a hombres y mujeres indiscriminadamente, y a todo el cuerpo de la Iglesia. Declara que �l

les hab�a entregado esto de manera agradable al mandamiento del Se�or. ( 1 Corintios 11:23.)

�Con qu� esp�ritu fingir�n actuar, quienes se atrevieron a dejar de lado esta ordenanza? Sin embargo, incluso en este d�a, este abuso se defiende obstinadamente; �Y qu� motivo de asombro hay si se esfuerzan descaradamente por excusar, con palabras y escritos, lo que tan cruelmente mantienen con fuego y espada?

Versículo 26

26. Por cuanto com�is. Pablo ahora agrega qu� tipo de recuerdo debe ser apreciado, es decir, con acci�n de gracias; no es que el recuerdo consista totalmente en la confesi�n con la boca; porque lo principal es que la eficacia de la muerte de Cristo se selle en nuestras conciencias; pero este conocimiento deber�a llevarnos a una confesi�n con respecto a la alabanza, para declarar ante los hombres lo que sentimos interiormente ante Dios. La Cena es (por as� decirlo) una especie de memorial, que siempre debe permanecer en la Iglesia, hasta la �ltima venida de Cristo; y ha sido designado para este prop�sito, para que Cristo nos recuerde el beneficio de su muerte, y para que podamos reconocerlo (697) ante los hombres . Por eso tiene el nombre de la Eucarist�a. (698) Si, por lo tanto, celebrara la Cena correctamente, debe tener en cuenta que se requiere de usted una profesi�n de su fe. Por lo tanto, vemos cu�n descaradamente aquellos que se burlan de Dios, que se jactan de tener en la masa algo de la naturaleza de la Cena. �Para qu� es la masa? Confiesan (porque no estoy hablando de papistas, sino de los supuestos seguidores de Nicodemo) que est� lleno de supersticiones abominables. Mediante un gesto externo, les dan una supuesta aprobaci�n. �Qu� clase de manifestaci�n de la muerte de Cristo es esta? �No prefieren renunciar?

Hasta que �l venga Como siempre necesitamos una ayuda de este tipo, mientras estemos en este mundo, Pablo insin�a que esta conmemoraci�n nos ha sido dada a cargo, hasta que Cristo venga a juicio. Como �l no est� presente con nosotros en forma visible, es necesario que tengamos alg�n s�mbolo de su presencia, mediante el cual nuestras mentes puedan ejercitarse.

Versículo 27

27. Por lo tanto, el que coma este pan indignamente. Si el Se�or requiere gratitud de nosotros al recibir este sacramento, si quisiera que reconozcamos su gracia con el coraz�n y la publiquemos con la boca, ese hombre no quedar� sin castigo, quien ha insultado a �l en lugar de honrarlo; porque el Se�or no permitir� que su mandamiento sea despreciado. Ahora, si entendemos el significado de esta declaraci�n, debemos saber qu� es comer indignamente. Algunos lo restringen a los corintios y el abuso que se hab�a infiltrado entre ellos, pero creo que Paul aqu�, seg�n su de manera habitual, se pasa del caso particular a una declaraci�n general, o de una instancia a una clase completa. Hubo una falla que prevaleci� entre los corintios. Aprovecha la ocasi�n para hablar de todo tipo de administraci�n o recepci�n defectuosa de la Cena. "Dios", dice �l, "no permitir� que este sacramento sea profanado sin castigarlo severamente".

Comer indignamente, entonces, es pervertir el uso puro y correcto de este por nuestro abuso. Por lo tanto, hay varios grados de esta indignidad, por as� decirlo; y algunos ofenden m�s gravemente, otros menos. Alg�n fornicario, tal vez, o perjurer, o borracho, o tramposo, ( 1 Corintios 5:11) se entromete sin arrepentimiento. Como tal desprecio franco es una muestra de insulto sin sentido contra Cristo, no cabe duda de que esa persona, quienquiera que sea, recibe la Cena para su propia destrucci�n. Quiz�s se presente otro, que no sea adicto a ning�n vicio abierto o flagrante, pero que al mismo tiempo no est� tan preparado de coraz�n como se convirti� en �l. Como este descuido o negligencia es un signo de irreverencia, tambi�n merece el castigo de Dios. Como, entonces, hay varios grados de participaci�n indigna, entonces el Se�or castiga un poco m�s; en otros inflige castigos m�s severos.

Ahora, este pasaje dio lugar a una pregunta, que luego algunos agitaron con demasiada agudeza: �si los indignos realmente participan del cuerpo del Se�or? Para algunos, por el calor de la controversia, hasta el punto de decir que fue recibido indiscriminadamente por lo bueno y lo malo; y muchos en este d�a sostienen pertinazmente, y lo m�s clamorosamente, que en la primera Cena, Pedro no recibi� m�s que Judas. Es, de hecho, con renuencia, que disputo profundamente con cualquiera sobre este punto, que (en mi opini�n) no es esencial; pero a medida que otros se permitan, sin raz�n, pronunciar, con un aire magistral, lo que sea que les parezca bueno, y lanzar rayos a cada uno que murmure algo en contra, seremos excusados, si aducimos razones con calma. apoyo de lo que consideramos cierto.

Lo sostengo, entonces, como un punto establecido, y no me permitir� ser expulsado de �l, que Cristo no puede separarse de su Esp�ritu. Por lo tanto, sostengo que su cuerpo no es recibido como muerto, o incluso inactivo, desunido de la gracia y el poder de su Esp�ritu. No dedicar� mucho tiempo a probar esta afirmaci�n. Ahora, �de qu� manera el hombre que carece por completo de una fe viva y arrepentimiento, sin nada del Esp�ritu de Cristo, (699) recibir a Cristo mismo? M�s a�n, como �l est� completamente bajo la influencia de Satan�s y el pecado, �c�mo ser� capaz de recibir a Cristo? Si bien, por lo tanto, reconozco que hay algunos que reciben a Cristo verdaderamente en la Cena, y al mismo tiempo indignamente, como es el caso de muchas personas d�biles, sin embargo, no admito que quienes traen con ellos un mero hecho hist�rico fe, (700) sin un sentimiento vivo de arrepentimiento y fe, reciba cualquier cosa menos el signo. Porque no puedo soportar mutilar a Cristo, (701) y me estremezco ante lo absurdo de afirmar que los malvados se lo comen en un estado sin vida, como si fuera. Tampoco Agust�n quiere decir nada m�s cuando dice que los imp�os reciben a Cristo simplemente en el sacramento, lo que expresa m�s claramente en otra parte, cuando dice que los otros ap�stoles comieron el pan: el Se�or; pero Judas solo el pan del Se�or (702)

Pero aqu� se objeta que la eficacia de los sacramentos no depende de la dignidad de los hombres, y que nada se quita de las promesas de Dios, ni cae al suelo, a trav�s de la maldad de los hombres. Reconozco esto y, en consecuencia, agrego en t�rminos expresos, que el cuerpo de Cristo se presenta a los malvados no menos que a los buenos, y esto es suficiente en lo que respecta a la eficacia del sacramento y la fidelidad de Dios. Porque Dios no representa all� de una manera enga�osa, para los imp�os, el cuerpo de su Hijo, sino que lo presenta en realidad; ni el pan es una se�al desnuda para ellos, sino una promesa fiel. En cuanto a su rechazo, eso no perjudica ni altera nada en cuanto a la naturaleza del sacramento.

Sigue siendo que damos una respuesta a la declaraci�n de Pablo en este pasaje. "Pablo representa a los indignos como culpables, en la medida en que no disciernen el cuerpo del Se�or: se deduce que reciben su cuerpo". Niego la inferencia; porque aunque lo rechazan, sin embargo, mientras lo profanan y lo tratan con deshonra cuando se les presenta, son merecidamente culpables; porque, por as� decirlo, lo arrojan al suelo y lo pisotean bajo sus pies. �Es semejante sacrilegio trivial? Por lo tanto, no veo dificultad en las palabras de Pablo, siempre que tenga en cuenta lo que Dios presenta y ofrece a los malvados, no lo que reciben.

Versículo 28

28. Pero que un hombre se examine a s� mismo Una exhortaci�n extra�da de la amenaza anterior. �Si los que comen indignamente son culpables del cuerpo y la sangre del Se�or, entonces no se acerque nadie que no est� debidamente y debidamente preparado. Por lo tanto, cada uno tenga cuidado de s� mismo, para que no caiga en este sacrilegio por ociosidad o descuido ". Pero ahora se pregunta qu� tipo de examen deber�a ser a lo que Pablo nos exhorta. Los papistas hacen que consista en una confesi�n auricular. Ordenan a todos los que reciben la Cena, que examinen su vida cuidadosa y ansiosamente, para que puedan descargar todos sus pecados en los o�dos del sacerdote. �Tal es su preparaci�n! (703) Sin embargo, mantengo que este examen sagrado del que habla Pablo es muy diferente de la tortura. Esas personas, (704) despu�s de haberse torturado con la reflexi�n durante unas horas, y hacer que el sacerdote, como �l es, conozca su vileza, (705) imagina que han cumplido con su deber. Es un examen de otro tipo que Pablo requiere aqu�, uno de los tipos que puedan estar de acuerdo con el uso leg�timo de la Santa Cena.

Ves aqu� un m�todo que es m�s f�cil de aprehender. Si desea utilizar correctamente el beneficio ofrecido por Cristo, traiga fe y arrepentimiento. En cuanto a estas dos cosas, por lo tanto, la prueba debe hacerse, si usted viene debidamente preparado. Bajo el arrepentimiento incluyo el amor; porque el hombre que ha aprendido a renunciar a s� mismo, para que pueda entregarse por completo a Cristo y a su servicio, tambi�n mantendr�, sin duda, cuidadosamente esa unidad que Cristo ha ordenado. Al mismo tiempo, no se requiere una fe o arrepentimiento perfectos, ya que algunos, al instar m�s all� de los l�mites debidos, una perfecci�n que no se puede encontrar en ninguna parte, cerrar�a para siempre de la Cena a cada individuo de la humanidad. Sin embargo, si aspiras a la justicia de Dios con el ferviente deseo de tu mente y, temblando ante la vista de tu miseria, te apoyas por completo en la gracia de Cristo y descansas en ella, debes saber que eres un invitado digno para acercarte digno de la mesa, quiero decir a este respecto, que el Se�or no te excluye, aunque en otro punto de vista hay algo en ti que no es como deber�a ser. Porque la fe, cuando apenas comienza, hace a aquellos dignos que no lo son.

Versículo 29

29. El que come indignamente, se juzga a s� mismo. Anteriormente hab�a se�alado en t�rminos expresos la atrocidad del crimen, cuando dijo que aquellos que deber�an comer indignamente ser�an culpables del cuerpo y la sangre del Se�or. Ahora los alarma al denunciar el castigo; (706) porque hay muchos que no est�n afectados por el pecado mismo; a menos que sean golpeados por el juicio de Dios. Esto, entonces, lo hace, cuando declara que esta comida, de otra manera saludable, resultar� en su destrucci�n, y se convertir� en veneno para aquellos que comen indignamente

Agrega las razones porque no distinguen el cuerpo del Se�or, es decir, como algo sagrado de lo profano. �Manejan el cuerpo sagrado de Cristo con las manos sin lavar, (Marco 7:2,) (707) ni m�s, como si fuera un De nada, no consideran cu�n grande es el valor. (708) Por lo tanto, pagar�n la pena de una profanaci�n tan terrible ". Deje que mis lectores tengan en cuenta lo que dije hace un momento, que el cuerpo (709) se les presenta, aunque su indignidad les priva de participar en �l. .

Versículo 30

30. Por esta causa, etc. Despu�s de haber tratado de manera general la alimentaci�n indigna y el tipo de castigo que espera a quienes contaminan este sacramento, �l ahora instruye a los corintios sobre el castigo que estaban soportando en ese momento. No se sabe si una pestilencia estaba ocurriendo all� en ese momento, o si estaban trabajando bajo otros tipos de enfermedades. Sin embargo, puede haber sido por esto, deducimos de las palabras de Pablo, que el Se�or les hab�a enviado un azote para su correcci�n. Tampoco Pablo simplemente conjetura que es por eso que son castigados, sino que lo afirma como algo que �l conoc�a perfectamente. �l dice, entonces, que muchos yac�an enfermos, que muchos fueron mantenidos en estado de languidez, y que muchos hab�an muerto, como consecuencia de ese abuso de la Cena, porque hab�an ofendido a Dios. Con esto �l insin�a, que por enfermedades y otros castigos de Dios, se nos exhorta a pensar en nuestros pecados; porque Dios no nos aflige sin una buena raz�n, porque no se complace en nuestras aflicciones.

El tema es copioso y amplio; pero que sea suficiente anunciarlo aqu� en una sola palabra. Si en los tiempos de Pablo un abuso ordinario de la Cena (710) pudiera encender la ira de Dios contra los corintios, de modo que los castigara severamente, �qu� deber�amos? pensar en el estado de las cosas en la actualidad? Vemos, en toda la extensi�n de Popery, no solo profanaciones horribles de la Cena, sino incluso una abominaci�n sacr�lega establecida en su habitaci�n. En primer lugar, se prostituye con lucro sucio ( 1 Timoteo 3:8) y mercanc�as. En segundo lugar, se mutila, quitando el uso de la copa. En tercer lugar, se cambia a otro aspecto, (711) por haberse acostumbrado a que uno participe de su propio banquete por separado, ya que la participaci�n se anula. (712) Cuarto, no hay explicaci�n del significado del sacramento, sino un murmullo que concuerda mejor con un encantamiento m�gico o los sacrificios detestables de los gentiles, que con la instituci�n de nuestro Se�or. En quinto lugar, hay un sinf�n de ceremonias, que abundan en parte con peque�eces, en parte con superstici�n y, en consecuencia, con contaminaciones manifiestas. Sexto, existe la invenci�n diab�lica del sacrificio, que contiene una blasfemia imp�a contra la muerte de Cristo. S�ptimo, est� preparado para embriagar a hombres miserables con confianza carnal, mientras se lo presentan a Dios como si fuera una expiaci�n, y piensan que con este encanto expulsan todo lo que es doloroso, y eso sin fe y arrepentimiento. M�s a�n, mientras conf�an en que est�n armados contra el diablo y la muerte, y est�n fortificados contra Dios por una defensa segura, se aventuran a pecar con mucha m�s libertad, (713) y se vuelven m�s obstinados. Octavo, se adora a un �dolo en la habitaci�n de Cristo. En resumen, est� lleno de todo tipo de abominaci�n. (714)

Incluso entre nosotros, a quienes se nos ha restaurado la administraci�n pura de la Cena, (715) en virtud de un retorno, por as� decirlo, del cautiverio, (716) �cu�nta irreverencia! �Cu�nta hipocres�a por parte de muchos! �Qu� mezcla vergonzosa, mientras que, sin discriminaci�n alguna, las personas malvadas y abiertamente abandonadas se entrometen, como ning�n hombre de car�cter y decencia admitir�a tener relaciones sexuales comunes! (717) Y, sin embargo, despu�s de todo, nos preguntamos c�mo es que hay tantas guerras, tantas plagas, tantas fallas del cultivo, tantos desastres y calamidades, �como si la causa no se manifestara! Y seguramente, no debemos esperar una terminaci�n de nuestras calamidades, hasta que hayamos eliminado la ocasi�n de ellas, corrigiendo nuestras fallas.

Versículo 31

31. Porque si nos juzg�ramos aqu�, tenemos otra declaraci�n notable: que Dios no se enfurece de repente contra nosotros, para infligir castigo de inmediato sobre nuestro pecado, pero eso, en su mayor parte, se debe a nuestro descuido, que �l est� de alguna manera obligado a castigarnos, cuando ve que estamos en un estado descuidado y somnoliento, y nos estamos halagando en nuestros pecados . (718) Por lo tanto, evitamos o mitigamos el castigo inminente, si primero nos llamamos a rendir cuentas y, actuando por un esp�ritu de arrepentimiento, desaprobamos la ira de Dios infligiendo castigo voluntariamente sobre nosotros mismos. (719) En resumen, los creyentes anticipan, por arrepentimiento, el juicio de Dios, y no hay otro remedio, por el cual puedan obtener la absoluci�n a la vista de Dios, pero conden�ndose voluntariamente

Sin embargo, no debe aprehender, como los papistas est�n acostumbrados a hacer, que aqu� hay una especie de transacci�n entre nosotros y Dios, como si, al infligirnos un castigo por nuestra propia voluntad, le brindamos satisfacci�n, y lo hicimos, en cierto modo, redimirnos de su mano. Por lo tanto, no anticipamos el juicio de Dios, sobre la base de nuestra compensaci�n para apaciguarlo. La raz�n es esta: porque Dios, cuando nos castiga, tiene la intenci�n de sacarnos de nuestra somnolencia y despertarnos al arrepentimiento. Si hacemos esto por nuestra propia cuenta, ya no hay ninguna raz�n, por qu� �l debe proceder a infligir su juicio sobre nosotros. Sin embargo, si alguien, despu�s de haber comenzado a sentirse disgustado consigo mismo y meditar en el arrepentimiento, todav�a es visitado con los castigos de Dios, h�ganos saber que su arrepentimiento no es tan v�lido o seguro, como para no requerir alg�n castigo para ser enviado sobre �l, por lo que puede ser ayudado a avanzar hacia un desarrollo m�s completo. Marque c�mo el arrepentimiento evita el juicio de Dios mediante un remedio adecuado, pero no a modo de compensaci�n.

Versículo 32

32. Pero cuando se nos juzga Aqu� tenemos un consuelo que es extremadamente necesario; porque si alguien en la aflicci�n piensa que Dios est� enojado con �l, estar� m�s bien desanimado que emocionado por el arrepentimiento. Pablo, en consecuencia, dice que Dios est� enojado con los creyentes de tal manera que, mientras tanto, no se olvide de su misericordia: m�s a�n, es por este motivo en particular que los castiga, para que pueda consultar su bienestar. Es un consuelo inestimable (720) - que los castigos por los cuales nuestros pecados son castigados son evidencias, no de la ira de Dios por nuestra destrucci�n, sino de su paternidad. amamos y al mismo tiempo somos de ayuda para nuestra salvaci�n, porque Dios est� enojado con nosotros como sus hijos, a quienes no dejar� que perezcan.

Cuando dice: que no seamos condenados con el mundo, �l insin�a dos cosas. La primera es que los ni�os de este mundo, mientras duermen tranquila y segura en sus delicias, (721) est�n engordados, como los cerdos, para el d�a de la matanza (Jeremias 12:3.) Porque aunque el Se�or a veces invita a los imp�os, tambi�n, a arrepentirse por sus castigos, sin embargo, a menudo los pasa como extra�os, (722 ) y les permite precipitarse impunemente, hasta que hayan completado la medida de su condena final. ( G�nesis 15:16.) Este privilegio, por lo tanto, pertenece exclusivamente a los creyentes: que mediante los castigos se les llama a la destrucci�n. La segunda cosa es esta: que los castigos son remedios necesarios para los creyentes, porque de lo contrario, ellos tambi�n se precipitar�an a la destrucci�n eterna, (723) si no estuvieran restringidos por castigo temporal.

Estas consideraciones deber�an llevarnos no solo a la paciencia, para soportar con ecuanimidad los problemas que Dios nos asigna, sino tambi�n a la gratitud, para que, dando gracias a Dios nuestro Padre, podamos resignarnos (724) a su disciplina mediante una sujeci�n voluntaria. Tambi�n nos son �tiles de varias maneras; porque hacen que nuestras aflicciones sean saludables para nosotros, mientras nos entrenan para la mortificaci�n de la carne y una humillaci�n piadosa, nos acostumbran a la obediencia a Dios, nos convencen de nuestra propia debilidad, encienden el fervor de nuestras mentes en oraci�n: ejercen esperanza, de modo que al final todo lo que hay de amargura en ellos se traga todo en alegr�a espiritual.

Versículo 33

33. Por lo tanto, mis hermanos De la discusi�n de una doctrina general, regresa al tema particular con el que se hab�a expuesto, y llega a esta conclusi�n, que debe observarse la igualdad en la Cena del Se�or, para que pueda haber una participaci�n real, como debe ser, y que no puedan celebrar cada una su propia cena; y m�s lejos, que este sacramento no debe mezclarse con las fiestas comunes.

Versículo 34

34. El resto lo pondr� en orden cuando venga Es probable que haya algunas cosas adicionales, que ser�a una ventaja poner mejor orden, pero como eran de menor importancia, el Ap�stol retrasa la correcci�n de ellos hasta su venida entre ellos. Puede ser, al mismo tiempo, que no haya nada de esta naturaleza; pero como uno sabe mejor lo que es necesario cuando est� presente para ver, Paul se reserva la libertad de organizar los asuntos cuando est� presente, seg�n lo requiera la ocasi�n. Los papistas se arman contra nosotros con este escudo tambi�n, por defender su misa, porque interpretan que este es el escenario en el que Pablo aqu� promete, como si se hubiera tomado la libertad (725) de revocar ese nombramiento eterno de Cristo, que �l aqu� tan claramente aprueba! �Por qu� semejanza tiene la misa con la instituci�n de Cristo? Pero lejos con tales peque�eces, ya que es seguro que Pablo habla solo de decoro externo. Como esto se pone en el poder de la Iglesia, debe organizarse de acuerdo con la condici�n de los tiempos, lugares y personas.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 11". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-11.html. 1840-57.
 
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