Bible Commentaries
1 Corintios 13

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

La divisi�n del Cap�tulo es tan absurda que no pude evitar cambiarlo, especialmente porque no podr�a interpretarlo convenientemente de otra manera. �Con qu� prop�sito sirvi� conectarse con lo que va antes de una oraci�n separada, que concuerda tan bien con lo que viene despu�s, es m�s, se completa? Es probable que haya sucedido por un error por parte de los transcriptores. Sin embargo, puede ser que, despu�s de haber ordenado que se tenga en cuenta principalmente la edificaci�n, ahora declara que les mostrar� algo de mayor importancia: que todo se regule de acuerdo con la regla del amor. Esta, entonces, es la forma m�s excelente, cuando el amor es el principio regulador de todas nuestras acciones. Y, al principio, procede con esto: que todas las excelencias (774) no tienen valor sin amor; porque nada es tan excelente o estimable como no ser viciado a la vista de Dios, si el amor (775) es querer. Tampoco ense�a nada aqu�, sino lo que hace en otros lugares, cuando declara que es el fin de la ley y el v�nculo de la perfecci�n ( Tito 1:5) y tambi�n cuando hace la santidad de los piadosos consisten completamente en esto, ( Colosenses 3:14), �para qu� m�s nos exige Dios en la segunda Tabla de la Ley? No es de extra�ar, entonces, si todos nuestros actos se estiman por esta prueba, su aparici�n procede del amor. Tampoco es de extra�ar, si los regalos, de lo contrario excelentes, llegan a tener su verdadero valor solo cuando est�n subordinados al amor.

1. Si debe hablar en lenguas de hombres. Comienza con elocuencia, que es, es verdad, un regalo admirable, considerado en s� mismo, pero, aparte del amor, no recomienda a un hombre en la estimaci�n de Dios. Cuando habla de la lengua de los �ngeles, usa una expresi�n hiperb�lica para denotar lo que es singular o distinguido. Al mismo tiempo, lo explico m�s bien como una referencia a la diversidad de idiomas, que los corintios ten�an en gran estima, midiendo todo por ambici�n, no por fruto. (776) "Hazte maestro", dice �l, "de todos los idiomas, no solo de los hombres, sino incluso de los �ngeles. No tienes, en ese caso, ninguna raz�n para pensar, que eres m�s estimado a la vista de Dios que un simple platillo, si no tienes amor ".

Versículo 2

2. Y si tuviera el don de profec�a. �l reduce a nada la dignidad de incluso esta investidura, (777) que, sin embargo, hab�a preferido a todos los dem�s. Para conocer todos los misterios, podr�a parecer que se agrega al t�rmino profec�a, a modo de explicaci�n, pero a medida que se agrega el t�rmino conocimiento de inmediato, del cual ya hab�a hecho menci�n por s� mismo, ( 1 Corintios 12:8,) Merecer� su consideraci�n, si el conocimiento de los misterios no puede usarse aqu� para significar sabidur�a. En cuanto a m�, aunque no me aventurar�a a afirmar que es as�, estoy muy inclinado a esa opini�n.

Esa fe, de la que habla, es especial, como es evidente por la cl�usula que se agrega de inmediato, de modo que elimino monta�as. Por lo tanto, los sofistas no logran nada, cuando pervierten este pasaje con el prop�sito de restarle valor a la excelencia de la fe. Como, por lo tanto, el t�rmino fe se usa (?????????) en una variedad de sentidos, es parte del lector prudente observar en qu� significado se toma. Pablo, sin embargo, como ya he dicho, es su propio int�rprete, al restringir la fe, aqu�, a los milagros. Es lo que Cris�stomo llama la "fe de los milagros", y lo que llamamos una "fe especial", porque no aprehende a un Cristo completo, sino simplemente su poder para obrar milagros; y, por lo tanto, a veces puede existir en un hombre sin el Esp�ritu de santificaci�n, como lo hizo en Judas. (778)

Versículo 3

3. Y si gastara todas mis posesiones. (779) Esto, es cierto, merece el mayor elogio, si se considera en s� mismo; pero como la liberalidad en muchos casos proviene de la ambici�n, no de la verdadera generosidad, o incluso el hombre que es liberal carece de los otros departamentos de amor (incluso la liberalidad, que se siente internamente, es solo un departamento de amor). Puede suceder que una obra, por lo dem�s tan encomiable, tenga, de hecho, un espect�culo justo a la vista de los hombres, y sea aplaudida por ellos, y sin embargo no se considere nada a la vista de Dios.

Y si debo renunciar a mi cuerpo. Habla, sin duda, del martirio, que es un acto que es el m�s bello y excelente de todos; porque �qu� es m�s admirable que esa invencible fortaleza mental que hace que un hombre no dude en derramar su vida por el testimonio del evangelio? Sin embargo, incluso esto, tambi�n, Dios lo considera como nada, si la mente carece de amor. El tipo de castigo del que hace menci�n no era tan com�n entre los cristianos; porque leemos que los tiranos, en ese momento, se propusieron destruir la Iglesia, m�s bien con espadas que con llamas, (780) excepto que Ner�n, en su ira , recurri�, tambi�n, a la quema. Sin embargo, el Esp�ritu parece haber predicho aqu�, por boca de Pablo, las persecuciones que se avecinaban. Pero esto es una digresi�n. La verdad principal en el pasaje es esta: como el amor es la �nica regla de nuestras acciones, y el �nico medio para regular el uso correcto de los dones de Dios, nada, en ausencia de �l, es aprobado por Dios, sin embargo. magn�fico puede ser en la estimaci�n de los hombres. Porque donde est� queriendo, la belleza de todas las virtudes es un simple oropel, es un sonido vac�o, no vale la pena, m�s a�n, es ofensivo y desagradable. En cuanto a la inferencia que los papistas extraen de esto: que el amor es, por lo tanto, m�s valioso para nuestra justificaci�n que la fe, lo refutaremos despu�s. En la actualidad, debemos proceder a notar lo que sigue,

Versículo 4

4. El amor es paciente. Ahora elogia el amor por sus efectos o frutos, aunque al mismo tiempo estos elogios no est�n destinados �nicamente a su recomendaci�n, sino para hacer que los corintios entiendan cu�les son sus oficios y cu�l es su naturaleza. El objetivo, sin embargo, principalmente a la vista, es mostrar cu�n necesario es para preservar la unidad de la Iglesia. Tampoco tengo dudas de que �l dise�� indirectamente para reprender a los corintios, al presentarles un contraste, en el que podr�an reconocer, a modo de contrarios, sus propios vicios.

El primer elogio del amor es este: que, por la paciencia que soporta muchas cosas, promueve la paz y la armon�a en la Iglesia. Casi similar a esto es la segunda excelencia: gentileza y lenidad, porque tal es el significado del verbo ???????????? (781) Un tercero la excelencia es que contrarresta la emulaci�n, la semilla de todas las contiendas. Bajo la emulaci�n, comprende la envidia, que es un vicio cercano a ella, o m�s bien, quiere decir que la emulaci�n, que est� relacionada con la envidia, y con frecuencia surge de ella. Por lo tanto, donde reina la envidia, donde cada uno desea ser el primero, o parece ser as�, el amor no tiene lugar.

Lo que he rendido �no act�a insolentemente� est� en griego ???????????? Erasmus lo ha rendido, no es perverso. (782) Es cierto que la palabra tiene significados diferentes; pero, como a veces se toma en el sentido de que es feroz o insolente por presunci�n, este significado parece ser m�s adecuado para el pasaje que tenemos ante nosotros. (783) Pablo, por lo tanto, atribuye amar la moderaci�n, y declara que es una brida restringir a los hombres, para que no puedan estallar en ferocidad, pero pueden conviven juntos de manera pac�fica y ordenada. A�ade, adem�s, que no tiene nada de la naturaleza del orgullo. (784) Ese hombre, entonces, que se rige por el amor, no se enorgullece de orgullo, para despreciar a los dem�s y sentirse satisfecho de s� mismo. (785)

Versículo 5

5. No se comporta indebidamente Erasmus lo traduce como "No es desde�oso"; pero como no cita a ning�n autor en apoyo de esta interpretaci�n, he preferido mantener su significado apropiado y habitual. Sin embargo, lo explico de esta manera: que el amor no se regocija en una ostentaci�n tonta, o no brama, sino que observa moderaci�n y propiedad. Y de esta manera, nuevamente reprende a los corintios indirectamente, porque vergonzosamente dejan en nada la propiedad de una arrogancia indecorosa. (786)

No busca lo suyo. De esto podemos inferir cu�n lejos estamos de tener el amor implantado en nosotros por naturaleza; porque, naturalmente, somos propensos a amarnos y cuidarnos a nosotros mismos, y apuntamos a nuestra propia ventaja. No, para hablar m�s correctamente, nos precipitamos precipitadamente. (787) Para una inclinaci�n tan perversa, el remedio (788) es el amor, que conduce dejar de cuidar de nosotros mismos y sentirnos preocupados por nuestros vecinos, para amarlos y preocuparnos por su bienestar. Adem�s, para buscar las propias cosas, (789) debe dedicarse a s� mismo y estar totalmente preocupado por su propia ventaja. Esta definici�n resuelve la pregunta, �es legal que un cristiano se preocupe por su propio beneficio? porque Pablo no reprende aqu� todo tipo de cuidado o preocupaci�n por nosotros mismos, sino el exceso de ello, que proviene de un apego inmoderado y ciego a nosotros mismos. Ahora el exceso radica en esto: si pensamos en nosotros mismos para descuidar a los dem�s, o si el deseo de nuestra propia ventaja nos aleja de esa preocupaci�n, que Dios nos ordena que tengamos con respecto a nuestros vecinos. (790) Agrega, que el amor tambi�n es un freno para reprimir las disputas, y esto se deduce de las dos primeras declaraciones. Porque donde hay gentileza y tolerancia, las personas en ese caso, de repente, no se enojan, y no se incitan f�cilmente a disputas y concursos. (791)

Versículo 7

7. Lleva todas las cosas, etc. Por todas estas declaraciones que �l insin�a, que el amor no es ni impaciente ni rencoroso. Porque soportar y soportar todas las cosas es parte de la paciencia para creer y esperar que todo sea parte de la franqueza y la bondad. Como naturalmente estamos demasiado dedicados a uno mismo, este vicio nos vuelve taciturnos y malhumorados. El efecto es que todos desean que otros lo carguen sobre sus hombros, pero se niega por su parte a ayudar a otros. El remedio para esta enfermedad es el amor, que nos somete a nuestros hermanos y nos ense�a a aplicar nuestros hombros a sus cargas. ( G�latas 6:2.) Adem�s, como somos naturalmente rencorosos, por lo tanto, tambi�n somos sospechosos y tomamos casi todo lo que est� mal. El amor, por otro lado, nos devuelve a la amabilidad, para que pensemos favorable y sinceramente en nuestros vecinos.

Cuando dice todas las cosas, debes entenderlo como una referencia a las cosas que deben ser soportadas, y de la manera que sea adecuada. Porque no debemos soportar los vicios, para darles nuestra sanci�n por adulaci�n o, gui��ndolos, alentarlos a trav�s de nuestra supina. Adem�s, esta resistencia no excluye correcciones y solo castigos. El caso es igual a la amabilidad al juzgar las cosas.

El amor cree todas las cosas, no es que el cristiano se permita imponerse a sabiendas y voluntariamente, no es que se despoje de la prudencia y el juicio, de que pueda aprovecharse m�s f�cilmente, no es que no aprenda la forma de distinguir al negro del blanco. �Entonces que? �l requiere aqu�, como ya he dicho, simplicidad y amabilidad al juzgar las cosas; y declara que estos (792) son los acompa�amientos invariables del amor. La consecuencia ser� que un hombre cristiano considerar� que se le impondr� mejor por su propia amabilidad y mal genio, que maltratar a su hermano por una sospecha hostil.

Versículo 8

8. El amor nunca falla Aqu� tenemos otra excelencia de amor: que perdura para siempre. Hay buenas razones por las que debemos desear ansiosamente una excelencia que nunca llegar� a su fin. Por lo tanto, se debe preferir el amor antes que los regalos temporales y perecederos. Las profec�as tienen un final, las lenguas fallan, el conocimiento cesa. Por lo tanto, el amor es m�s excelente que ellos en este terreno: que, mientras fallan, sobrevive.

Los papistas pervierten este pasaje, con el prop�sito de establecer la doctrina que han ideado, sin ninguna autoridad de la Escritura: que las almas de los difuntos oren a Dios en nuestro nombre. Porque razonan de esta manera: "La oraci�n es un perpetuo oficio de amor: el amor perdura en las almas de los santos difuntos, por eso rezan por nosotros". Por mi parte, aunque no quisiera contender demasiado sobre este punto, a�n as�, para que no piensen que han ganado mucho al concederles esto, respondo a su objeci�n en pocas palabras.

En primer lugar, aunque el amor perdura para siempre, no se sigue necesariamente que est� (como la expresi�n lo est�) en constante ejercicio. �Qu� hay para impedir que mantengamos que los santos, que ahora disfrutan del reposo tranquilo, no ejercen amor en los oficios actuales? (793) �Qu� absurdo, te ruego, habr�a en esto? En segundo lugar, si mantuviera que no es un perpetuo oficio de amor interceder por los hermanos, �c�mo probar�an lo contrario? Para que una persona pueda interceder por otra, es necesario que conozca su necesidad. Si podemos conjeturar sobre el estado de los muertos, es una suposici�n m�s probable, que los santos difuntos ignoran lo que est� haciendo aqu�, que que son conscientes de nuestras necesidades. Los papistas, es cierto, imaginen que ven al mundo entero en el reflejo de la luz que disfrutan en la visi�n de Dios; pero es una invenci�n profana y totalmente pagana, que tiene m�s del sabor de la teolog�a egipcia, (794) de lo que tiene de acuerdo con la filosof�a cristiana. Entonces, �qu� debo hacer si mantengo que los santos, ignorantes de nuestra condici�n, no se preocupan por nosotros? �Con qu� argumento me presionar�n los papistas para obligarme a mantener su opini�n? �Qu� pasar�a si afirmara que est�n tan ocupados y tragados, por as� decirlo, en la visi�n de Dios, que no piensan en nada m�s? �C�mo probar�n que esto no es aceptable para razonar? �Qu� pasar�a si respondiera que la perpetuidad del amor, aqu� mencionada por el Ap�stol, ser� posterior al �ltimo d�a y no tiene nada que ver con el tiempo intermedio? �Qu� pasar�a si dijera que el oficio de intercesi�n mutua se ha impuesto solo a los vivos y a los que viven en este mundo y, en consecuencia, no se extiende a los difuntos?

Pero ya he dicho m�s que suficiente; por el mismo punto por el que sostienen, dejo indeterminado, que no puedo plantear ninguna disputa sobre un asunto que no lo requiera. Sin embargo, fue importante notar, de paso, cu�n poco apoyo se les brinda en este pasaje, en el que creen que tienen un baluarte tan fuerte. Consideremos lo suficiente, que no cuenta con el respaldo de ninguna declaraci�n de las Escrituras, y que, en consecuencia, lo mantienen imprudentemente y sin consideraci�n. (795)

Ya sea conocimiento, ser� destruido. Ya hemos visto el significado de estas palabras; pero de esto surge una cuesti�n de no poca importancia si aquellos que en este mundo se destacan en el aprendizaje o en otros dones, �estar�n a la altura de los idiotas en el reino de Dios? En primer lugar, desear�a amonestar a (796) lectores piadosos, para no hostigarse m�s de lo que se encuentra en la investigaci�n de estas cosas. Prefiera que busquen el camino por el cual se llega al reino de Dios, que curiosamente pregunten cu�l ser� nuestra condici�n all�; porque el Se�or mismo, por su silencio, nos ha llamado de vuelta de tanta curiosidad. Ahora vuelvo a la pregunta. Hasta donde puedo conjeturar, e incluso puedo deducir en parte de este pasaje, en la medida en que el aprendizaje, el conocimiento de idiomas y dones similares est�n subordinados a la necesidad de esta vida, no creo que haya ninguno de ellos. luego restante. Los eruditos, sin embargo, no sufrir�n p�rdidas por la falta de ellos, en la medida en que recibir�n el fruto de ellos, lo cual es muy preferible. (797)

Versículo 9

Ahora demuestra que la profec�a y otros dones de esa naturaleza se han eliminado, (798) porque nos son conferidos para ayudar a nuestra enfermedad. Ahora nuestra imperfecci�n alg�n d�a tendr� un final. Por lo tanto, el uso, incluso de esos regalos, ser�, al mismo tiempo, descontinuado, ya que era absurdo que permanecieran y no sirvieran. Por lo tanto, perecer�n. Este tema lo persigue hasta el final del cap�tulo.

9. Sabemos en parte Este pasaje es mal interpretado por la mayor�a de las personas, como si significara que nuestro conocimiento, y de la misma manera nuestra profec�a, a�n no es perfecto, pero que estamos progresando diariamente en ellos. Sin embargo, el significado de Pablo es que, debido a nuestra imperfecci�n, actualmente tenemos conocimiento y profec�a. De ah� que la frase en parte signifique: "Porque todav�a no somos perfectos". El conocimiento y la profec�a, por lo tanto, tienen lugar entre nosotros siempre y cuando esa imperfecci�n nos afecte, a lo que son de ayuda. Es cierto, de hecho, que debemos progresar durante toda nuestra vida, y que todo lo que tenemos es simplemente un comienzo. Observemos, sin embargo, lo que Pablo propone probar: que los dones en cuesti�n son temporales. Ahora lo demuestra por la circunstancia, que la ventaja de ellos es solo por un tiempo, siempre y cuando apuntemos a la marca haciendo progresos todos los d�as.

Versículo 10

10. Cuando llegue lo que es perfecto "Cuando se haya alcanzado el objetivo, entonces las ayudas en la carrera desaparecer�n". Sin embargo, conserva la forma de expresi�n que ya hab�a utilizado cuando contrasta la perfecci�n con lo que en parte es "Perfecci�n", dice �l, "cuando llegue, pondr� fin a todo lo que ayude a la imperfecci�n". �Pero cu�ndo vendr� esa perfecci�n? Comienza, de hecho, a la muerte, porque luego posponemos, junto con el cuerpo, muchas enfermedades; pero no se manifestar� completamente hasta el d�a del juicio, como oiremos en el presente. Por lo tanto, inferimos que toda esta discusi�n se aplica ignorantemente al tiempo intermedio.

Versículo 11

11. Cuando era ni�o, ilustra lo que hab�a dicho, por una similitud. Porque hay muchas cosas que son adecuadas para los ni�os, que luego se eliminan al llegar a la madurez. Por ejemplo, la educaci�n es necesaria para la infancia; no se comporta con la edad madura. (799) Mientras vivamos en este mundo, requerimos, en cierto sentido, educaci�n. Estamos lejos de haber alcanzado, hasta ahora, la perfecci�n de la sabidur�a. Esa perfecci�n, por lo tanto, que ser� en cierto modo una madurez de la edad espiritual, pondr� fin a la educaci�n y sus acompa�amientos. En su Ep�stola a los Efesios, ( Efesios 4:14) nos exhorta a no ser m�s ni�os; pero tiene otra consideraci�n a la vista, de la cual hablaremos cuando lleguemos a ese pasaje.

Versículo 12

12. Ahora vemos a trav�s de un cristal Aqu� tenemos la aplicaci�n de la similitud. �La medida del conocimiento que tenemos ahora es adecuada para la imperfecci�n y la infancia, por as� decirlo; porque todav�a no vemos claramente los misterios del reino celestial, y todav�a no disfrutamos de una visi�n clara de ellos ". Para expresar esto, hace uso de otra similitud, que ahora solo vemos como en un vaso, y por lo tanto, pero de manera oscura. Esta oscuridad la expresa con el t�rmino enigma (800)

En primer lugar, no puede haber ninguna duda de que es el ministerio de la palabra, y los medios que se requieren para el ejercicio de la misma, que se compara con un espejo. medios para descubrirse a nosotros mismos. Al mismo tiempo, esto tambi�n puede verse como una extensi�n a toda la estructura del mundo, en la cual la gloria de Dios brilla a nuestro parecer, de acuerdo con lo que se establece en Romanos 1:16; y 2 Corintios 3:18. En Romanos 1:20 el Ap�stol habla de las criaturas como espejos, (801) en el que se ve la majestad invisible de Dios; pero como �l trata aqu� particularmente de los dones espirituales, que est�n subordinados al ministerio de la Iglesia y son sus acompa�amientos, no nos alejaremos de nuestro tema actual.

El ministerio de la palabra, digo, es como un espejo. Porque los �ngeles no tienen necesidad de predicar u otras ayudas inferiores, ni de sacramentos, porque disfrutan de una visi�n de Dios de otro tipo; (802) y Dios no les da una vista de su rostro simplemente en un espejo, sino que se manifiesta abiertamente como presente con ellos. Nosotros, que a�n no hemos alcanzado esa gran altura, contemplamos la imagen de Dios tal como se presenta ante nosotros en la palabra, en los sacramentos y, en fin, en todo el servicio de la Iglesia. Esta visi�n de la que Pablo habla aqu� es que participa de la oscuridad, no como si fuera dudosa o enga�osa, sino porque no es tan distinta como la que finalmente se lograr� en el d�a final. Ense�a lo mismo en otras palabras, en la segunda Ep�stola - ( 2 Corintios 5:7) - que,

siempre que moremos en el cuerpo, estamos ausentes del Se�or; porque caminamos por fe, no por vista.

Nuestra fe, por lo tanto, en la actualidad contempla a Dios como ausente. �C�mo es eso? Porque no ve su rostro, sino que descansa satisfecho con la imagen en el espejo; pero cuando hayamos dejado el mundo y nos hayamos ido a �l, lo ver� como cerca y ante sus ojos.

Por lo tanto, debemos entenderlo de esta manera: que el conocimiento de Dios, que ahora tenemos de su palabra, es ciertamente cierto y verdadero, y no contiene nada que sea confuso, perplejo u oscuro, pero que se mencione como comparativamente oscuro, porque est� muy lejos de esa manifestaci�n clara a la que esperamos; porque entonces veremos cara a cara (803) Por lo tanto, este pasaje no est� en desacuerdo con otros pasajes, que hablan de la claridad, en un momento dado, de la ley, en otro momento, de toda la Escritura, pero m�s especialmente del evangelio. Porque tenemos en la palabra (en la medida en que sea conveniente para nosotros) una revelaci�n desnuda y abierta de Dios, y no tiene nada intrincado para mantenernos en suspenso, como imaginan las personas malvadas; (804) pero �qu� proporci�n tan peque�a tiene esto para esa visi�n, que tenemos en nuestro ojo! Por lo tanto, es solo en un sentido comparativo que se denomina oscuro.

El adverbio luego denota el �ltimo d�a, en lugar del tiempo inmediatamente posterior a la muerte. Al mismo tiempo, aunque la visi�n completa se diferir� hasta el d�a de Cristo, una visi�n m�s cercana de Dios comenzar� a disfrutarse inmediatamente despu�s de la muerte, cuando nuestras almas, liberadas del cuerpo, ya no tengan necesidad del ministerio exterior. u otras ayudas inferiores. Paul, sin embargo, como not� hace un poco, no entra en una discusi�n cercana sobre el estado de los muertos, porque el conocimiento de eso no es particularmente �til para la piedad.

Ahora s�, en parte, que la medida de nuestro conocimiento actual es imperfecta, como dice John en su Ep�stola, ( 1 Juan 3:1), que

sabemos, de hecho, que somos hijos de Dios, pero que todav�a no aparece, hasta que veamos a Dios como es.

Entonces veremos a Dios, no a su imagen, sino en s� mismo, de modo que habr�, en cierto modo, una visi�n mutua.

Versículo 13

13. Pero ahora queda la fe, la esperanza, el amor. Esta es una conclusi�n de lo que precede: que el amor es m�s excelente que otros regalos; pero en lugar de la enumeraci�n de regalos que hab�a hecho anteriormente, ahora pone fe y esperanza junto con amor, ya que todos esos regalos se comprenden en este resumen. �Para qu� es el objeto de todo el ministerio, sino para que seamos instruidos en estas cosas? (805) Por lo tanto, el t�rmino fe tiene una aceptaci�n mayor aqu� que en casos anteriores; porque es como si hubiera dicho: "Hay, es cierto, muchos y varios dones, pero todos se�alan este objeto y lo tienen en mente".

Permanecer, entonces, transmite la idea de que, como en el c�lculo de una cuenta, cuando todo se ha deducido, esta es la suma que queda. Porque la fe no permanece despu�s de la muerte, en la medida en que el Ap�stol en otro lugar la contrasta con la vista, ( 2 Corintios 5:7) y declara que permanece solo mientras estemos ausentes del Se�or Ahora estamos en posesi�n de lo que significa fe en este pasaje: ese conocimiento de Dios y de la voluntad divina, que obtenemos por el ministerio de la Iglesia; o, si lo prefiere, fe universal, y tomada en su debida aceptaci�n. La esperanza no es m�s que perseverancia en la fe. Porque cuando una vez hemos cre�do la palabra de Dios, permanece que perseveramos hasta el cumplimiento de estas cosas. Por lo tanto, como la fe es la madre de la esperanza, as� se mantiene, para no ceder.

El m�s grande de estos es el amor. Es as�, si estimamos su excelencia por los efectos que �l ha enumerado previamente; y m�s lejos, si tenemos en cuenta su perpetuidad. Porque cada uno obtiene ventaja de su propia fe y esperanza, pero el amor extiende sus beneficios a los dem�s. La fe y la esperanza pertenecen a un estado de imperfecci�n: el amor permanecer� incluso en un estado de perfecci�n. Porque si destacamos los efectos particulares de la fe y los comparamos, se encontrar� que la fe es en muchos aspectos superior. No, incluso el amor mismo, seg�n el testimonio del mismo Ap�stol, ( 1 Tesalonicenses 1:3) es un efecto de la fe. Ahora el efecto es, sin duda, inferior a su causa.

Adem�s, se otorga a la fe una se�al de recomendaci�n, que no se aplica al amor, cuando Juan declara que es nuestra victoria la que vence al mundo. ( 1 Juan 5:4.) Bien, es por fe que nacemos en contra de que nos convertimos en hijos de Dios - que obtenemos la vida eterna, y que Cristo mora en nosotros. ( Efesios 3:17.) Otras innumerables cosas que paso por alto; pero estos pocos son suficientes para probar lo que tengo en mente: que la fe es, en muchos de sus efectos, superior al amor. Por lo tanto, es evidente que se declara aqu� que es superior, no en todos los aspectos, sino en la medida en que ser� perpetuo, y ocupa actualmente el primer lugar en la preservaci�n de la Iglesia.

Es, sin embargo, sorprendente cu�nto placer disfrutan los papistas al tronar estas palabras. "Si la fe justifica", dicen, "entonces mucho m�s ama, lo que se declara ser mayor". Una soluci�n de esta objeci�n ya est� provista de lo que he declarado, pero admitamos que el amor es superior en todos los aspectos; �Qu� tipo de razonamiento es ese, porque como es mayor, por lo tanto, es m�s �til para justificar a los hombres! �Entonces un rey arar� el suelo mejor que un labrador, y har� un zapato mejor que un zapatero, porque �l es m�s noble que cualquiera! �Entonces un hombre correr� m�s r�pido que un caballo y llevar� una carga m�s pesada que un elefante, porque es superior en dignidad! �Entonces los �ngeles dar�n luz a la tierra mejor que el sol y la luna, porque son m�s excelentes! Si el poder de justificar dependiera de la dignidad o el m�rito de la fe, tal vez podr�an ser escuchados; pero no ense�amos que la fe justifica, debido a que tiene m�s valor, u ocupa una posici�n m�s alta de honor, sino porque recibe la justicia que se ofrece gratuitamente en el evangelio. La grandeza o la dignidad no tienen nada que ver con esto. Por lo tanto, este pasaje no da m�s ayuda a los papistas, que si el Ap�stol hubiera dado preferencia a la fe por encima de todo lo dem�s.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 13". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-13.html. 1840-57.