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Bible Commentaries
1 Corintios 15

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

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Versículo 1

1. Ahora te lo hago saber. Ahora entra en otro tema, la resurrecci�n, cuya creencia entre los corintios hab�a sido sacudida por algunas personas malvadas. Sin embargo, es incierto si dudaban simplemente de la resurrecci�n final del cuerpo, o tambi�n de la inmortalidad del alma. Es bien sabido que hubo una variedad de errores en este punto. Algunos fil�sofos sostuvieron que las almas son inmortales. En cuanto a la resurrecci�n del cuerpo, nunca entr� en la mente de ninguno de ellos. Los saduceos, sin embargo, ten�an opiniones m�s groseras; porque no pensaban en nada m�s que en la vida presente; m�s a�n, pensaban que el alma del hombre era un soplo de viento sin sustancia. Por lo tanto, no es del todo seguro (como ya he dicho) si los corintios hab�an llegado a una locura tan grande como para desechar toda expectativa de una vida futura, o si simplemente negaron la resurrecci�n de cuerpo; porque los argumentos que utiliza Paul parecen implicar que estaban completamente hechizados con el loco sue�o de los saduceos.

Por ejemplo, cuando dice:

�De qu� ventaja es ser bautizado por los muertos? ( 1 Corintios 15:29.)

�No era mejor comer y beber? ( 1 Corintios 15:32.)

�Por qu� estamos en peligro cada hora? ( 1 Corintios 15:30,)

y similares, podr�a responderse f�cilmente, de acuerdo con los puntos de vista de los fil�sofos, "porque despu�s de la muerte el alma sobrevive al cuerpo". De ah� que algunos apliquen todo el razonamiento de Pablo contenido en este cap�tulo a la inmortalidad del alma. Por mi parte, si bien dejo sin determinar cu�l fue el error de los corintios, a�n no puedo ver las palabras de Pablo en referencia a otra cosa que no sea la resurrecci�n del cuerpo. Que, por lo tanto, se considere como un punto establecido, que es de esto exclusivamente lo que trata en este cap�tulo. �Y si la impiedad de Himeneo y Fileto se hubiera extendido hasta ahora, (2) quien dijo que la resurrecci�n ya hab�a pasado, ( 2 Timoteo 2:18,) y que no habr�a nada m�s? Similar a estos, en la actualidad hay algunos locos, o m�s bien demonios, (3) que se llaman a s� mismos Libertinos. (4) Para m�, sin embargo, la siguiente conjetura parece m�s probable: que se dejaron llevar por alguna ilusi�n, (5 ) que les quit� la esperanza de una futura resurrecci�n, como las de hoy, al imaginar una resurrecci�n aleg�rica, (6) nos quita la verdadera resurrecci�n que se nos promete.

Sin embargo, esto puede ser realmente un caso terrible, y junto a un prodigio, que aquellos que hab�an sido instruidos por un maestro tan distinguido, deber�an haber sido capaces de caer tan r�pidamente (7) en errores de naturaleza tan grosera. Pero, �qu� hay de sorprendente en esto, cuando en la Iglesia israelita los saduceos tuvieron la audacia de declarar abiertamente que el hombre no difiere nada de un bruto, en lo que respecta a la esencia del alma, y ??no disfruta sino lo que es com�n? a �l con las bestias? Sin embargo, observemos que la ceguera de este tipo es un juicio justo de Dios, de modo que aquellos que no descansan satisfechos con la verdad de Dios, son sacudidos de un lado a otro por las ilusiones de Satan�s.

Sin embargo, se pregunta por qu� se ha dejado o aplazado hasta el final de la Ep�stola, �qu� deber�a haber tenido la precedencia de todo lo dem�s? Algunos responden que esto se hizo con el prop�sito de imprimirlo m�s profundamente en la memoria. Soy m�s bien de la opini�n de que Paul no deseaba presentar un tema de tanta importancia, hasta que afirm� su autoridad, que hab�a disminuido considerablemente entre los corintios, y hasta que, al reprimir su orgullo, los prepar� para escucharlo. con docilidad

Te lo hago saber. Dar a conocer aqu� no significa ense�ar lo que antes desconoc�an para ellos, sino recordar en su recuerdo lo que hab�an escuchado anteriormente. �Llama a tu recuerdo, junto a m�, ese evangelio que aprendiste, antes de que te guiaran por el camino correcto�. �l llama a la doctrina de la resurrecci�n el evangelio, para que no se imaginen que alguien tiene la libertad de formarse cualquier opini�n que elija sobre este punto, como sobre otras preguntas, que no traen consigo da�o a la salvaci�n.

Cuando agrega, lo que le prediqu�, amplifica lo que hab�a dicho: "Si me reconoces como ap�stol, seguramente te lo he ense�ado". Hay otra amplificaci�n en las palabras, que tambi�n hab�is recibido, porque si ahora se dejan persuadir de lo contrario, ser�n acusados ??de inconstancia. Una tercera amplificaci�n es a este efecto, que hasta ahora hab�an continuado en esa creencia con una resoluci�n firme y constante, que es algo m�s de lo que alguna vez hab�an cre�do. Pero lo m�s importante de todo es que �l declara que su salvaci�n est� involucrada en esto, ya que de esto se deduce que, si se les quita la resurrecci�n, no les queda ninguna religi�n, ninguna garant�a de fe, y en resumen , no tengo fe restante. Otros entienden en otro sentido que la palabra significa, que significa que se mantienen; Pero la interpretaci�n que he dado es m�s correcta. (8)

Versículo 2

2. Si mantiene en la memoria, a menos que sea en vano (9) Estas dos expresiones son Muy cortante. En el primero, �l reprocha su descuido o inconstancia, porque una ca�da tan repentina era una evidencia de que nunca hab�an entendido lo que se les hab�a entregado, o que su conocimiento de eso hab�a sido suelto y flotante, ya que hab�a desaparecido tan r�pidamente. . En el segundo, les advierte que hab�an profesado lealtad innecesaria e in�tilmente a Cristo, si no manten�an firme esta doctrina principal. (10)

Versículo 3

3. Porque entregu� a usted en primer lugar, ahora confirma lo que hab�a dicho anteriormente, al explicar que la resurrecci�n hab�a sido predicada por �l, y que tambi�n como Una doctrina fundamental del evangelio. En primer lugar, dice �l, ya que no es habitual tener una base en la construcci�n de una casa. Al mismo tiempo, agrega a la autoridad de su predicaci�n, cuando se une, que no entreg� nada m�s que lo que hab�a recibido, porque no solo quiere decir que relat� lo que ten�a del informe de los dem�s, sino que era lo que hab�a sido ordenado sobre �l por el Se�or. (11) Para la palabra (12) debe explicarse de acuerdo con la conexi�n de el pasaje. Ahora es el deber de un ap�stol presentar nada m�s que lo que ha recibido del Se�or, de manera mano a mano (13) (como dicen ) para administrar a la Iglesia la pura palabra de Dios.

Que Cristo muri�, etc. Vea ahora m�s claramente de d�nde lo recibi�, porque cita las Escrituras como prueba. En primer lugar, hace menci�n de la muerte de Cristo, m�s a�n de su entierro, para que podamos inferir que, como �l fue como nosotros en estas cosas, tambi�n lo es en su resurrecci�n. �l, por lo tanto, muri� con nosotros para que podamos levantarnos con �l. Tambi�n en su entierro, la realidad de la muerte en la que ha participado con nosotros se hace m�s evidente. Ahora hay muchos pasajes de la Escritura en los que se predice la muerte y resurrecci�n de Cristo, pero en ninguna parte m�s claramente (14) que en Isa�as 53, en Daniel 9:26 y en Salmo 22

Por nuestros pecados, es decir, al tomar nuestra maldici�n sobre �l, podr�a redimirnos de �l. Porque, �qu� m�s fue la muerte de Cristo, sino un sacrificio por expiar nuestros pecados? �Qu� sino una pena satisfactoria, por la cual podr�amos reconciliarnos con Dios? �Qu� sino la condena de uno, con el prop�sito de obtener el perd�n para nosotros? �l habla tambi�n de la misma manera en Romanos 4:25, pero en ese pasaje, por otro lado, lo atribuye tambi�n a la resurrecci�n como su efecto: que nos confiere justicia; porque as� como el pecado fue eliminado por la muerte de Cristo, la justicia se obtiene a trav�s de su resurrecci�n. Esta distinci�n debe observarse cuidadosamente, para que podamos saber qu� debemos buscar de la muerte de Cristo, y qu� de su resurrecci�n. Sin embargo, cuando la Escritura en otros lugares solo menciona su muerte, entendamos que en esos casos su resurrecci�n est� incluida en su muerte, pero cuando se mencionan por separado, el comienzo de nuestra salvaci�n es (como vemos) en el uno, y su consumaci�n en el otro.

Versículo 5

5. Que fue visto por Cephas Ahora presenta testigos oculares, (????????) como los llama Lucas, ( Lucas 1:2,) quien vio el cumplimiento de lo que las Escrituras hab�an predicho ocurrir�a. Sin embargo, no los aduce a todos, ya que no menciona a las mujeres. Cuando, por lo tanto, �l dice que se le apareci� primero a Peter, debes entender por esto que es puesto ante todos los hombres, de modo que no hay nada inconsistente con esto en la declaraci�n de Marcos (Marco 16:9 ) que se le apareci� a Mary.

Pero, �c�mo es que dice que se apareci� a los doce cuando, despu�s de la muerte de Judas, solo quedaban once? Cris�stomo es de la opini�n de que esto ocurri� despu�s de que Matthias hab�a sido elegido en su habitaci�n. Otros han optado por corregir la expresi�n, consider�ndola como un error (15) Pero, como sabemos, hab�a doce en n�mero separados por El nombramiento de Cristo, aunque uno de ellos hab�a sido eliminado de la lista, no es absurdo suponer que se retuvo el nombre. Seg�n este principio, hab�a un cuerpo de hombres en Roma que se llamaban Centumviri , (16) mientras estaban en el n�mero 102. (17) Por lo tanto, para los doce, simplemente debes entender a los Ap�stoles elegidos.

No parece del todo cuando fue que esto ocurri� a m�s de quinientos. Solo es posible que esta gran multitud se reuniera en Jerusal�n, cuando �l se manifestara a ellos. Porque Lucas ( Lucas 24:33) menciona de manera general a los disc�pulos que se hab�an reunido con los once; pero cu�ntos hubo �l no dice. Cris�stomo lo refiere a la ascensi�n, y explica que la palabra ????? significa, desde lo alto. (18) Sin lugar a dudas, en cuanto a lo que dice en referencia a que se le apareci� a James aparte, esto puede haber sido posteriormente a la ascensi�n.

Por todos los ap�stoles entiendo no solo a los doce, sino tambi�n a aquellos disc�pulos a quienes Cristo hab�a asignado el oficio de predicar el evangelio. (19) En proporci�n a que nuestro Se�or estaba deseoso de que hubiera muchos testigos de su resurrecci�n, y de que se atestiguara con frecuencia, h�ganos saber que deber�a ser tanto m�s seguro entre nosotros. ( Lucas 1:1.) Adem�s, en la medida en que el Ap�stol prueba la resurrecci�n de Cristo del hecho de que se apareci� a muchos, insin�a que esto no era figurativo, sino verdadero y natural, para los ojos de el cuerpo no puede ser testigo de una resurrecci�n espiritual.

Versículo 8

8. Lo �ltimo de todo para m�, en cuanto a uno nacido prematuramente, ahora se presenta junto con los dem�s, porque Cristo se hab�a manifestado a �l como vivo, y invertido en gloria. (20) Como no era una visi�n enga�osa, se calcul� que era �til (21) para establecer una creencia en la resurrecci�n, ya que tambi�n hace uso de este argumento en Hechos 26:8. Pero como no era de poca importancia que su autoridad tuviera el mayor peso e influencia entre los corintios, introduce, por cierto, una recomendaci�n personal, pero al mismo tiempo califica de tal manera que, mientras afirma mucho para s� mismo, es al mismo tiempo extremadamente modesto. No sea que alguien, por lo tanto, se encuentre con �l con la objeci�n: "�Qui�n eres t� para que te demos cr�dito?" �l, por su propia voluntad, confiesa su indignidad y, en primer lugar, se compara con uno que nace prematuramente y que, en mi opini�n, con referencia a su repentina conversi�n. Porque como los infantes no salen del �tero, hasta que hayan estado all� formados y maduros durante un curso regular de tiempo, as� el Se�or observ� un per�odo regular de tiempo para crear, nutrir y formar a sus Ap�stoles. Paul, por otro lado, hab�a sido expulsado del �tero cuando apenas hab�a recibido la chispa vital. (22) Hay algunos que entienden el t�rmino abortado como empleado para significar p�stumo; (23) pero el primer t�rmino es mucho m�s adecuado, ya que fue engendrado y nacido en un momento, y un hombre de edad plena. Ahora, este nacimiento prematuro hace que la gracia de Dios sea m�s ilustre en Pablo que si lo hubiera hecho poco a poco, y por pasos sucesivos, hasta la madurez en Cristo.

Versículo 9

9. Porque yo soy lo menos No es seguro si sus enemigos arrojaron esto con el prop�sito de restarle cr�dito, o si era completamente de su propia acuerdo, que hizo el reconocimiento. Por mi parte, aunque no tengo dudas de que, en todo momento estuvo dispuesto voluntariamente, e incluso alegremente, a humillarse para poder magnificar la gracia de Dios, aunque sospecho que en este caso deseaba evitar las calumnias. Para eso hubo algunos en Corinto que hicieron que su objetivo fuera restarle valor a su dignidad con calumnias maliciosas, se puede inferir no solo de muchos pasajes anteriores, sino tambi�n de sumar un poco despu�s una comparaci�n, que seguramente nunca habr�a tocado , si no hubiera sido obligado por la maldad de algunos, "Restr�yeme todo lo que quieras, sufrir� que me arrojen al suelo, sufrir� de ninguna manera, (24) para que la bondad de Dios hacia m� brille m�s. Perm�tanme, por lo tanto, ser considerado el menor de los Ap�stoles: m�s a�n, reconozco que no soy digno de esta distinci�n. �Por qu� m�ritos podr�a haber alcanzado ese honor? Cuando persegu� a la Iglesia de Dios, �qu� me merec�a? Pero no hay ninguna raz�n por la que debas juzgarme seg�n mi propio valor, (25) porque el Se�or no mir� lo que era, sino que me hizo por su gracia, otro hombre m�s. La suma es esta, que Pablo no se niega a ser el m�s in�til de todos, y casi nada, siempre que este desprecio no lo impida en ning�n grado en su ministerio, y no menoscabe en absoluto su doctrina. Est� contento de que, en cuanto a s� mismo, se lo considerar� indigno de cualquier honor, siempre que solo elogie su apostolado con respecto a la gracia conferida a �l. Y seguramente Dios no lo hab�a adornado con dotaciones tan distinguidas para que su gracia pudiera estar enterrada o descuidada, pero hab�a dise�ado para hacer que su apostolado fuera ilustre y distinguido.

Versículo 10

10. Y su gracia no fue en vano. Aquellos que ponen el libre albedr�o en oposici�n a la gracia de Dios, para que cualquier bien que hagamos no se le atribuya por completo a �l, confiesan estas palabras para que se adapten a su propia interpretaci�n, como si Paul se jactara de que se hab�a ocupado de su propia industria. que la gracia de Dios hacia �l no hab�a sido mal dirigida. Por lo tanto, infieren que Dios, de hecho, ofrece su gracia, pero que el uso correcto de ella est� en el poder del hombre y que est� en su propio poder evitar que sea ineficaz. Sostengo, sin embargo, que estas palabras de Pablo no respaldan su error, porque aqu� no reclama nada como propio, como si �l mismo, independientemente de Dios, hubiera hecho algo digno de elogio. �Entonces que? Que no parezca gloriarse sin ning�n prop�sito en meras palabras, mientras est� desprovisto de realidad, dice, que no afirma nada que no sea abiertamente aparente. Adem�s, incluso admitiendo que estas palabras son �ntimas, que Pablo no abus� de la gracia de Dios, y que no la hizo ineficaz por su negligencia, sostengo, sin embargo, que no hay raz�n en esa cuenta, por qu� deber�amos dividirnos entre �l y Dios, la alabanza, que debe atribuirse totalmente a Dios, en la medida en que nos confiere no solo el poder de hacer el bien, sino tambi�n la inclinaci�n y el logro.

Pero m�s abundantemente. Algunos refieren esto a jactancios vanos y gloriosos, (26) que, al restarle importancia a Paul, se esforzaron por exponerse a s� mismos y a sus bienes en beneficio, como , en su opini�n, al menos, no es probable que deseara participar en un concurso con los Ap�stoles. Sin embargo, cuando se compara con los Ap�stoles, lo hace simplemente por el bien de esas personas malvadas, que estaban acostumbradas a presentarlas con el prop�sito de restarle valor a su reputaci�n, como vemos en la Ep�stola a los G�latas ( G�latas 1:11.) Por lo tanto, es probable que hable de los ap�stoles cuando habla, cuando representa sus propios trabajos como superiores a los de ellos, y es bastante cierto que fue superior a los dem�s, no simplemente con respecto a su sufrimiento de muchas dificultades, encontrando muchos peligros, absteni�ndose de las cosas legales y despreciando perseverantemente todos los peligros; ( 2 Corintios 11:26;) pero tambi�n porque el Se�or le dio a sus trabajos una medida mucho mayor de �xito. (27) Porque tomo trabajo aqu� para significar el fruto de su trabajo que apareci�.

No yo, sino la gracia El viejo traductor, al omitir el art�culo, ha dado la ocasi�n de error a aquellos que no est�n familiarizados con el idioma griego, ya que, como consecuencia de haber dicho las palabras as�, no yo, sino la gracia de Dios conmigo, (28) pensaron que solo la mitad de la alabanza se atribuye a Dios, y que la otra mitad est� reservada para el hombre. En consecuencia, entienden el significado de que Paul trabaj� no solo, ya que no pod�a hacer nada sin la gracia cooperativa, (29) sino al mismo tiempo tiempo fue bajo la influencia de su propio libre albedr�o, y por medio de su propia fuerza. Sus palabras, sin embargo, tienen un significado bastante diferente, ya que lo que hab�a dicho era suyo, luego, corrigi�ndose a s� mismo, se atribuye totalmente a la gracia de Dios, digo, no en parte, por lo que sea que haya parecido. hacer, fue totalmente, declara, la obra de la gracia. Un pasaje notable ciertamente, tanto para despreciar el orgullo del hombre como para magnificar la operaci�n de la gracia Divina en nosotros. Para Pablo, como si �l se hubiera hecho incorrectamente el autor de algo bueno, corrige lo que hab�a dicho y declara que la gracia de Dios fue la causa eficiente del todo. No pensemos que aqu� hay una mera pretensi�n de humildad (30) Es sincero que hable as�, y al saber que as� es. verdad. Aprendamos, por lo tanto, que no tenemos nada bueno, sino lo que el Se�or nos ha dado amablemente, que no hacemos nada bueno sino lo que �l obra en nosotros, ( Filipenses 2:13 ), no es que no hagamos nada nosotros mismos, sino que no hagamos nada sin ser influenciados, es decir, bajo la gu�a e impulso del Esp�ritu Santo.

Versículo 11

11. Ya sea que yo o ellos se hayan comparado con los otros ap�stoles, ahora se asocia con ellos, y ellos con �l, de acuerdo con su predicaci�n. "Ahora no hablo de m� mismo, pero todos lo hemos ense�ado con una sola boca, y a�n seguimos ense��ndolo". Para el verbo ?????????? (predicamos) est� en tiempo presente - insinuando un acto continuo o perseverancia en la ense�anza. (31) "Si, de lo contrario, nuestro apostolado es nulo: m�s a�n, as� que cre�ste: tu religi�n, por lo tanto, no sirve para nada".

Versículo 12

12. Pero de Cristo. Ahora comienza a probar la resurrecci�n de todos nosotros de la de Cristo. Porque una inferencia mutua y rec�proca es v�lida por un lado y por el otro, tanto afirmativa como negativamente, de Cristo a nosotros de esta manera: si Cristo resucit�, entonces resucitaremos; si Cristo no resucit�, entonces no lo haremos. resucitar, de nosotros a Cristo, por otro lado: si resucitamos, entonces Cristo resucit�. Si no resucitamos, tampoco Cristo resucit�. El fundamento del argumento que se extraer� de Cristo hacia nosotros en la primera inferencia es esta: �Cristo no muri� ni resucit� por s� mismo, sino por nosotros: de ah� que su resurrecci�n sea el fundamento. (32) nuestro, y lo que se logr� en �l, debe cumplirse tambi�n en nosotros �. En la forma negativa, por otro lado, es as�: "De lo contrario, habr�a resucitado innecesariamente y sin ning�n prop�sito, porque el fruto de esto debe buscarse, no en su propia persona, sino en sus miembros".

Observe la base, por otro lado, de la primera inferencia que debe deducirse de nosotros a �l; porque la resurrecci�n no es de la naturaleza, y no proviene de otra parte que solo de Cristo. Porque en Ad�n morimos, y recuperamos la vida solo en Cristo; por lo tanto, se deduce que su resurrecci�n es la base de la nuestra, de modo que si se la quita, no puede soportar (33) El trabajo preliminar de la inferencia negativa ya ha sido declarado; porque como no podr�a haber resucitado de nuevo, pero por nuestra cuenta, su resurrecci�n ser�a nula e inv�lida, (34) si no fuera de ninguna ventaja para nosotros.

Versículo 14

14. Entonces, nuestra predicaci�n es vana, no simplemente por tener una mezcla de falsedad, sino por ser una falacia vac�a. Pues, �qu� queda si Cristo ha sido tragado por la muerte, si se ha extinguido, si ha sido abrumado por la maldici�n del pecado, si, en fin, ha sido vencido por Satan�s? En resumen, si se subvierte ese art�culo fundamental, todo lo que quede ser� de ning�n momento. Por la misma raz�n, agrega, que su fe ser� vana, �qu� solidez de la fe habr�, donde no se ver� ninguna esperanza de vida? Pero en la muerte de Cristo, considerada en s� misma, (35) no se ve nada m�s que motivo de desesperaci�n, porque �l no puede ser el autor de la salvaci�n para otros, quien ha sido completamente vencido por la muerte. Por lo tanto, tengamos en cuenta que todo el evangelio consiste principalmente en la muerte y resurrecci�n de Cristo, de modo que debemos dirigir nuestra atenci�n principal a esto, si deseamos, de manera correcta y ordenada, progresar en el evangelio - a�n m�s, si no nos quedamos est�riles e infructuosos. ( 2 Pedro 1:8.)

Versículo 15

15. Tambi�n se nos considera testigos falsos. Es cierto que las otras desventajas, que �l acaba de contar, eran m�s serias, en lo que respecta a nosotros, que la fe se hizo vana, que toda la doctrina del evangelio era in�til e in�til, y que est�bamos privados de toda esperanza de salvaci�n. Sin embargo, esto tampoco era un absurdo trivial: que los Ap�stoles, que fueron ordenados por Dios para ser los heraldos de su verdad eterna, fueran detectados como personas que hab�an enga�ado al mundo con falsedades; porque esto tiende al mayor deshonor de Dios.

La expresi�n, falsos testigos de Dios, podemos entender de dos maneras: o bien mintiendo, usaron el nombre de Dios con un pretexto falso, o que fueron detectados como mentirosos, al testificar lo que hab�an recibido de Dios. Prefiero el segundo de estos, porque implica un crimen que es mucho m�s atroz, y �l ya hab�a hablado anteriormente con los hombres. (36) Ahora, por lo tanto, �l ense�a que, si se niega la resurrecci�n de Cristo, Dios es hecho culpable de falsedad en los testigos que han sido presentados y contratado por �l (37) La raz�n, tambi�n, que se agrega, corresponde bien, porque hab�an declarado lo que era falso, no como de ellos mismos, sino de Dios.

Al mismo tiempo, soy consciente de que hay algunos que le dan otra representaci�n a la part�cula ???? El viejo int�rprete la representa. (38) Erasmus, por otro lado, preocupante. (39) Pero, como tambi�n tiene entre los griegos la fuerza de ???, (desde,) esta significaci�n me pareci� estar m�s de acuerdo con el dise�o del ap�stol. Porque �l no est� hablando aqu� de la reputaci�n de los hombres, (como ya he dicho, (40) ) pero declara que Dios estar� expuesto a la acusaci�n de falsedad, por cuanto lo que publican ha salido de �l.

Versículo 17

17. Vosotros todav�a est�is en vuestros pecados, porque aunque Cristo, por su muerte, expi� nuestros pecados, para que nunca m�s nos sean imputados en el juicio de Dios, y tiene

crucific� a nuestro viejo hombre, para que sus lujurias ya no reinaran en nosotros, ( Romanos 6:6;)

y, en fin, tiene

por la muerte destruy� el poder de la muerte, y el mismo diablo, ( Hebreos 2:14;)

sin embargo, no habr�a habido ninguna de estas cosas, si no hubiera salido victorioso al levantarse nuevamente. Por lo tanto, si la resurrecci�n es derrocada, el dominio del pecado se establece nuevamente.

Versículo 18

18. Entonces los que se han quedado dormidos. Teniendo esto en cuenta para demostrar que si la resurrecci�n de Cristo es quitada, la fe es in�til, y el cristianismo (41) es un mero enga�o, hab�a dicho que los vivos permanezcan en sus pecados; pero como hay una ilustraci�n m�s clara de este asunto para ser visto en los muertos, los presenta como un ejemplo. ��Qu� ventaja ten�an para los muertos que alguna vez fueron cristianos? Por lo tanto, nuestros hermanos que ahora est�n muertos no vivieron en ning�n sentido en la fe de Cristo ". Pero si se concede que la esencia del alma es inmortal, este argumento parece, a primera vista, concluyente; porque se responder� muy f�cilmente que los muertos no han perecido, en la medida en que sus almas viven en un estado de separaci�n de sus cuerpos. Por lo tanto, algunos fan�ticos concluyen que no hay vida en el per�odo intermedio entre la muerte y la resurrecci�n; Pero este frenes� es f�cilmente refutado. (42) Porque aunque las almas de los muertos ahora viven y disfrutan de un reposo tranquilo, toda su felicidad y consuelo depende exclusivamente de la resurrecci�n; porque les conviene por este motivo, y no por otro, que esperen ese d�a, en el que ser�n llamados a la posesi�n del reino de Dios. Por lo tanto, en cuanto a la esperanza de los muertos, todo ha terminado, a menos que ese d�a tarde o temprano llegue.

Versículo 19

19. Pero si en esta vida Aqu� hay otro absurdo, que no creemos simplemente en perder nuestro tiempo y nuestros dolores, ya que el fruto perece en nuestro muerte, pero era mejor para nosotros no creer; porque la condici�n de los no creyentes era preferible, y m�s que desear. Creer en esta vida significa aqu� limitar el fruto de nuestra fe a esta vida, de modo que nuestra fe no busque m�s y no se extienda m�s all� de los l�mites de la vida presente. Esta declaraci�n muestra m�s claramente que los Corintios hab�an sido impuestos por una fantas�a err�nea de una resurrecci�n figurativa, como Himeneo y Fileto, como si el �ltimo fruto de nuestra fe fuera puesto ante nosotros en esta vida. ( 2 Timoteo 2:17.) Porque como la resurrecci�n es la finalizaci�n de nuestra salvaci�n, y en cuanto a todas las bendiciones es, por as� decirlo, el objetivo m�s lejano, (43) el hombre que dice que nuestra resurrecci�n ya pas�, no nos deja nada mejor que esperar despu�s de la muerte. Sea como fuere, este pasaje no muestra, en todo caso, el frenes� de aquellos que imaginan que el alma duerme tan bien como el cuerpo, hasta el d�a de la resurrecci�n. (44) Presentan, es cierto, esta objeci�n: que si el alma continuara viviendo separada del cuerpo, Paul no habr�a dicho eso, si la resurrecci�n fuera quitada, solo tendr�amos esperanza en esta vida, en la medida en que todav�a quedar�a algo de felicidad para el alma. A esto, sin embargo, respondo que Paul no so�� con campos el�seos, (45) y f�bulas tontas de ese tipo, sino que da por sentado, que toda la esperanza de los cristianos espera el �ltimo d�a del juicio: que las almas piadosas hasta en este d�a descansen en la misma expectativa, y que, en consecuencia, nos falte todo, si una confianza de esta naturaleza nos enga�a.

Pero, �por qu� dice que ser�amos los m�s miserables de todos los hombres, como si la suerte de los cristianos fuera peor que la de los imp�os? Para todas las cosas, dice Salom�n, suceden tanto a lo bueno como a lo malo. ( Eclesiast�s 9:2.) Respondo que todos los hombres, es cierto, sean buenos o malos, pueden sufrir angustias en com�n, y sienten en com�n los mismos inconvenientes y las mismas miserias; pero hay dos razones por las cuales a los cristianos les ha ido peor en todas las �pocas, adem�s de lo cual, hab�a una que era peculiar en los tiempos de Pablo. La primera es que, si bien el Se�or con frecuencia castiga a los malvados, tambi�n, con sus pesta�as, y comienza a infligir sus juicios sobre ellos, al mismo tiempo afecta de manera peculiar a los suyos de varias maneras; - en primer lugar, porque castiga a los que ama, ( Hebreos 12:6;) y en segundo lugar, para entrenarlos a la paciencia, para probar su obediencia y gradualmente prep�relos en la cruz para una verdadera renovaci�n. Sin embargo, es posible que esta afirmaci�n siempre sea v�lida en el caso de los creyentes. Es hora de que el juicio comience en la casa de Dios. (Jeremias 25:29; 1 Pedro 4:17 (46) ) De nuevo,

se nos considera ovejas designadas para el sacrificio. ( Salmo 44:22.)

De nuevo,

ustedes est�n muertos, y su vida est� escondida con Cristo en Dios. ( Colosenses 3:3.)

Mientras tanto, la condici�n de los malvados es en su mayor parte m�s deseable, porque el Se�or los alimenta, como cerdos para el d�a de la matanza.

La segunda raz�n es que los creyentes, a pesar de que deber�an abundar en riquezas y bendiciones de todo tipo, sin embargo, no se exceden y no se atormentan a gusto; en fin, no disfrutan del mundo, como lo hacen los incr�dulos, sino que avanzan con ansiedad, constantemente gimiendo, ( 2 Corintios 5:2), en parte por la conciencia de su debilidad y en parte por un ansioso ansia de vida futura. Los no creyentes, por otro lado, est�n totalmente decididos a intoxicarse con las delicias actuales. (47)

La tercera raz�n, que era peculiar, como he dicho, a la edad del Ap�stol, es que en ese momento el nombre de los cristianos era tan odioso y abominable que nadie pod�a asumir el nombre de Cristo sin exponerlo. su vida a peligro inminente. Por lo tanto, no sin una buena raz�n dice que los cristianos ser�an los m�s miserables de todos los hombres, si su confianza se limitara a este mundo.

Versículo 20

20. Pero ahora Cristo ha resucitado. Despu�s de haber mostrado la terrible confusi�n en cuanto a todo lo que seguir�a, si neg�ramos que los muertos resucitaran nuevamente, �l ahora asume nuevamente como cierto lo que hab�a establecido suficientemente antes: que Cristo ha resucitado; y agrega que �l es el primer fruto, (48) por una similitud tomada, como parece, del antiguo ritual de la ley. Porque como en las primicias, el producto de todo el a�o fue consagrado, por lo que el poder de la resurrecci�n de Cristo se extiende a todos nosotros, a menos que prefiera tomarlo de una manera m�s simple, que en �l el primer fruto de la resurrecci�n fue reunido Sin embargo, prefiero entender la declaraci�n en este sentido: que el resto de los muertos lo seguir�n, como toda la cosecha hace los primeros frutos; (49) y esto se confirma mediante la siguiente declaraci�n.

Versículo 21

21. Dado que por la muerte del hombre vino el punto que debe probarse es que Cristo es la primicia, y que no fue simplemente como un individuo resucitado de entre los muertos. Lo prueba a trav�s de los contrarios, porque la muerte no es de la naturaleza, sino del pecado del hombre. Como, por lo tanto, Ad�n no muri� solo por s� mismo, sino por todos nosotros, se deduce que Cristo de la misma manera, que es el antitipo, (50) no se levant� solo para s� mismo; porque vino, para poder restaurar todo lo que se hab�a arruinado en Ad�n.

Debemos observar, sin embargo, la fuerza del argumento; porque no lucha por similitud o por ejemplo, sino que recurre a causas opuestas con el fin de probar efectos opuestos. La causa de la muerte es Ad�n, y nosotros morimos en �l: de ah� que Cristo, cuyo oficio es restaurarnos lo que perdimos en Ad�n, es la causa de la vida para nosotros; y su resurrecci�n es la base y la promesa de los nuestros. Y como el primero fue el comienzo de la muerte, el segundo es de la vida. En el quinto cap�tulo de los romanos (Romanos 5) sigue la misma comparaci�n; pero existe esta diferencia, que en ese pasaje razona respetando una vida espiritual y la muerte, mientras trata aqu� de la resurrecci�n del cuerpo, que es el fruto de la vida espiritual.

Versículo 23

23. Cada uno en su propio orden. Aqu� tenemos una anticipaci�n de una pregunta que podr�a proponerse: "Si la vida de Cristo", alguien podr�a decir, "atrae la nuestra, �por qu� no aparece esto? En lugar de esto, mientras Cristo ha resucitado de la tumba, yacemos pudri�ndonos all� �. La respuesta de Pablo es que Dios ha designado otro orden de cosas. Por lo tanto, consideremos lo suficiente, que ahora tenemos en Cristo las primicias, (51) y que su venida ( 52) ser� el tiempo de nuestra resurrecci�n. Porque nuestra vida a�n debe estar escondida con �l, porque a�n no ha aparecido. ( Colosenses 3:3.) Por lo tanto, ser�a absurdo desear anticipar ese d�a de la revelaci�n de Cristo.

Versículo 24

24. Luego llega el final, cuando habr� entregado. Puso una brida sobre la impaciencia de los hombres, cuando les advirti�, que el momento adecuado para la nueva vida (53) no ser�a antes de la venida de Cristo. Pero como este mundo es como un mar tormentoso, en el que estamos continuamente sacudidos, y nuestra condici�n es tan incierta, o m�s bien est� tan llena de problemas, y hay en todas las cosas cambios tan repentinos, que podr�an perturbar las mentes d�biles . Por lo tanto, ahora los lleva a ese d�a, diciendo que todas las cosas estar�n en orden. Entonces, por lo tanto, llegar� el final, es decir, el objetivo de nuestro curso, un puerto tranquilo, una condici�n que ya no estar� expuesta a cambios; y al mismo tiempo nos advierte que se debe esperar ese fin, porque no es apropiado que seamos coronados en la mitad del curso. En qu� sentido Cristo entregar� el reino al Padre, se explicar� en un poco. Cuando dice: Dios y el Padre, esto puede tomarse en dos sentidos: que Dios el Padre se llama Dios y Padre de Cristo, o que el nombre del Padre se agrega a modo de explicaci�n. La conjunci�n et (y) en este �ltimo caso significar� a saber. En cuanto al significado anterior, no hay nada absurdo o inusual en el dicho de que Cristo es inferior a Dios con respecto a su naturaleza humana.

Cuando habr� abolido toda regla. Algunos entienden que esto se refiere a los poderes que se oponen al mismo Cristo; porque tienen un ojo en lo que sigue inmediatamente, hasta que �l haya puesto a todos sus enemigos, etc. Esta cl�usula, sin embargo, corresponde con lo anterior, cuando dijo, que Cristo no entregar�a el reino antes. Por lo tanto, no hay raz�n por qu� deber�amos restringir de tal manera la declaraci�n que tenemos ante nosotros. Lo explico, en consecuencia, de manera general, y entiendo por �l: todos los poderes que son legales y ordenados por Dios. ( Romanos 13:1.) En primer lugar, lo que encontramos en los Profetas ( Isa�as 13:10; Ezequiel 32:7) en cuanto al oscurecimiento del sol y la luna , para que solo Dios brille, mientras ha comenzado a cumplirse bajo el reinado de Cristo, sin embargo, no se cumplir� completamente hasta el �ltimo d�a; pero entonces cada altura ser� bajada ( Lucas 3:5), para que solo la gloria de Dios brille. Adem�s, sabemos que todos los principados y honores terrenales est�n conectados exclusivamente con el mantenimiento de la vida actual y, en consecuencia, son parte del mundo. Por lo tanto, se deduce que son temporales.

Por lo tanto, as� como el mundo tendr� un fin, tambi�n lo har� el gobierno, la magistratura, las leyes y las distinciones de los rangos, los diferentes �rdenes de dignidades y todo lo de esa naturaleza. Ya no habr� ninguna distinci�n entre sirviente y amo, entre rey y campesino, entre magistrado y ciudadano privado. Adem�s, habr� un fin para los principados angelicales en el cielo, y para los ministerios y superioridades en la Iglesia, para que Dios pueda ejercer su poder y dominio solo, y no por manos de hombres o �ngeles. Los �ngeles, es cierto, continuar�n existiendo, y tambi�n conservar�n su distinci�n. Tambi�n los justos brillar�n, cada uno seg�n la medida de su gracia; pero los �ngeles tendr�n que renunciar al dominio, que ahora ejercen en el nombre y por el mandamiento de Dios. Los obispos, maestros y profetas dejar�n de mantener estas distinciones y renunciar�n al cargo que ahora cumplen. La regla, la autoridad y el poder tienen el mismo significado en este pasaje; pero estos tres t�rminos est�n unidos para resaltar el significado m�s completamente.

Versículo 25

25. Porque debe reinar �l prueba que a�n no ha llegado el momento en que Cristo entregar� el reino al Padre, con el fin de mostrar al mismo tiempo tiempo en que el final a�n no ha llegado, cuando todas las cosas se pondr�n en un estado correcto y tranquilo, porque Cristo a�n no ha sometido a todos sus enemigos. Ahora eso debe lograrse, porque el Padre lo ha puesto a su mano derecha con este entendimiento, que no debe renunciar a la autoridad que ha recibido, hasta que hayan sido sometidos bajo su poder. Y esto se dice para consolar a los piadosos, que pueden no ser impacientes debido al largo retraso de la resurrecci�n. Esta declaraci�n ocurre en Salmo 110:1

Sin embargo, puede parecer que Pablo refina la palabra hasta m�s all� de lo que requiere el significado simple y natural de la palabra; porque el Esp�ritu no da en ese pasaje una indicaci�n de lo que ser� despu�s, sino simplemente de lo que debe ser previamente. Respondo que Pablo no concluye que Cristo entregar� el reino al Padre, por haber sido predicho en el Salmo, sino que ha utilizado esta cita del Salmo, con el prop�sito de demostrar que el d�a de entregar el reino a�n no hab�a llegado, porque Cristo todav�a tiene que ver con sus enemigos. Pablo, sin embargo, explica de pasada lo que significa Cristo sentado a la diestra del Padre, cuando en lugar de esa expresi�n figurativa hace uso de la simple palabra reinado.

El �ltimo enemigo: la muerte Vemos que todav�a hay muchos enemigos que resisten a Cristo y se oponen obstinadamente a su reinado. Pero la muerte ser� el �ltimo enemigo (54) que ser� destruido. Por lo tanto, Cristo todav�a debe ser el administrador del reino de su Padre. Dejemos que los creyentes, por lo tanto, sean de buen valor, y no pierdan la esperanza, hasta que se cumpla todo lo que debe preceder a la resurrecci�n. Sin embargo, se pregunta en qu� sentido afirma que la muerte ser� el �ltimo enemigo (55) que ser� destruido cuando ya haya sido destruido por Cristo muerte, o al menos, por su resurrecci�n, �cu�l es la victoria sobre la muerte y el logro de la vida? Respondo que fue destruido de tal manera que ya no es mortal para los creyentes, pero no de tal manera que no les cause inquietud. El Esp�ritu de Dios, es cierto, morar en nosotros es vida; pero a�n llevamos con nosotros un cuerpo mortal. ( 1 Pedro 1:24.) La sustancia de la muerte en nosotros alg�n d�a ser� drenada, pero a�n no ha sido as�. Nacemos de nuevo de una semilla incorruptible, ( 1 Pedro 1:23), pero a�n no hemos llegado a la perfecci�n. O para resumir el asunto brevemente en una similitud, la espada de la muerte que podr�a penetrar en nuestros corazones ha sido embotada. Sin embargo, todav�a hiere, pero sin ning�n peligro; (56) porque morimos, pero al morir entramos en la vida. En resumen, como ense�a Pablo en otros lugares sobre el pecado, ( Romanos 6:12), tal debe ser nuestro punto de vista sobre la muerte: que realmente mora en nosotros, pero no reina

Versículo 27

27. �l ha puesto todas las cosas bajo sus pies Algunos piensan que esta cita est� tomada de Salmo 8:6, y no tengo ninguna objeci�n a esto , aunque no habr�a nada fuera de lugar al considerar esta declaraci�n como una inferencia que saca Pablo de la naturaleza del reino de Cristo. Sin embargo, sigamos la opini�n m�s generalmente recibida. Pablo muestra de ese Salmo, que Dios el Padre le ha conferido a Cristo el poder de todas las cosas, porque se dice: "Pusiste todas las cosas bajo sus pies". Las palabras son claras en s� mismas, si no fuera porque hay dos dificultades. ellos mismos: primero, que el Profeta habla aqu� no solo de Cristo, sino de toda la raza humana; y en segundo lugar, que por todas las cosas se refiere solo a aquellas que tienen que ver con la conveniencia de la vida del cuerpo, como encontramos en G�nesis 2:19. La soluci�n de la dificultad anterior es f�cil; porque como Cristo es el primog�nito de toda criatura, ( Colosenses 1:15,) y el heredero de todas las cosas, ( Hebreos 1:2,) Dios, el Padre, no ha conferido la raza humana usa a todas las criaturas de tal manera que impiden que, mientras tanto, el poder principal y, por as� decirlo, el dominio leg�timo, permanezca en manos de Cristo. Adem�s, sabemos que Adam perdi� el derecho que se le hab�a conferido, de modo que ya no podemos llamar a nada nuestro. Porque la tierra fue maldecida ( G�nesis 3:17) y todo lo que contiene; y es solo a trav�s de Cristo que recuperamos lo que nos han quitado. (57) Es con propiedad, por lo tanto, que esta recomendaci�n pertenece a Cristo personalmente, que el Padre ha puesto todas las cosas bajo sus pies, en la medida en que leg�timamente poseemos nada excepto en �l. Porque c�mo seremos herederos de Dios, si no somos sus hijos, y por qui�n somos sus hijos, sino por Cristo.

La soluci�n de la segunda dificultad es la siguiente: que el Profeta, es cierto, menciona especialmente las aves del cielo, los peces del mar y las bestias del campo, porque este tipo de dominio es visible y es m�s evidente a simple vista. ; pero al mismo tiempo, la declaraci�n general llega mucho m�s lejos: a los cielos y la tierra, y todo lo que contienen. Ahora la sujeci�n debe tener una correspondencia con el car�cter del que gobierna, es decir, tiene una adecuaci�n a su condici�n, para corresponder con ella. Ahora Cristo no necesita animales para alimentarse, ni otras criaturas para ninguna necesidad. �l gobierna, por lo tanto, que todas las cosas pueden estar subordinadas a su gloria, en la medida en que nos adopte como participantes en su dominio. El fruto de esto aparece abiertamente en criaturas visibles; pero los creyentes sienten en sus conciencias un fruto interno que, como he dicho, se extiende m�s all�.

Todas las cosas se pusieron debajo de �l, excepto el que puso todas las cosas debajo de �l. Insiste en dos cosas: primero, que todas las cosas deben someterse a Cristo antes de que �l restaure al Padre el dominio del mundo, y en segundo lugar, que el Padre ha entregado todas las cosas en las manos de su Hijo de tal manera como para retener el derecho principal en sus propias manos. Del primero de ellos se deduce que a�n no ha llegado la hora del juicio final; del segundo, que Cristo es ahora el medio entre nosotros y el Padre de tal manera que nos acerca a �l. Por lo tanto, inmediatamente deduce lo siguiente: Despu�s de haberle sometido todas las cosas a �l, entonces el Hijo se someter� al Padre. �Esperemos pacientemente hasta que Cristo venza a todos sus enemigos y nos traiga, junto con �l mismo, bajo el dominio de Dios, para que el reino de Dios se cumpla en todos los aspectos. "

Esta declaraci�n, sin embargo, es a primera vista en desacuerdo con lo que leemos en varios pasajes de las Escrituras con respecto a la eternidad del reino de Cristo. Porque, �c�mo se corresponder�n estas cosas? - De su reino no habr� fin, ( Daniel 7:14; Lucas 1:33; 2 Pedro 1:11) y �l mismo ser� sometido? La soluci�n de esta pregunta abrir� el significado de Paul m�s claramente. En primer lugar, debe observarse que todo el poder fue entregado a Cristo, en la medida en que se manifest� en la carne. Es cierto que una majestad tan distinguida no se corresponder�a con un simple hombre, pero, a pesar de eso, el Padre lo ha exaltado en la misma naturaleza en que fue humillado, y ha

dado un nombre, ante el cual cada rodilla debe doblarse, etc. ( Filipenses 2: 9 .)

Adem�s, debe observarse que ha sido nombrado Se�or y Rey supremo, para ser como el Vicegerente del Padre en el gobierno del mundo, no es que est� empleado y el Padre desempleado (porque c�mo podr�a ser eso, en la medida en que �l es la sabidur�a y el consejo del Padre, es de una esencia con �l y, por lo tanto, es Dios mismo.) Pero la raz�n por la cual la Escritura testifica, que Cristo ahora tiene dominio sobre el cielo y la tierra en la habitaci�n del Padre es que no podemos pensar que haya otro gobernador, se�or, protector o juez de los muertos y los vivos, sino que podemos fijar nuestra contemplaci�n solo en �l. (58) Reconocemos, es verdad, a Dios como el gobernante, pero est� en la cara del hombre Cristo. Pero Cristo restaurar� el reino que ha recibido, para que podamos unirnos completamente a Dios. (59) Tampoco renunciar� de esta manera al reino, sino que lo transferir� de su humanidad a su gloriosa divinidad, porque una forma de acercamiento entonces se abrir�, de lo cual nuestra enfermedad ahora nos retiene. De este modo, Cristo ser� sometido al Padre, porque cuando se retire el velo, veremos abiertamente a Dios reinando en su majestad, (60) y la humanidad de Cristo lo har� entonces ya no se interpondr� para mantenernos alejados de una visi�n m�s cercana de Dios. (61)

Versículo 28

28. Para que Dios sea todo en todo �Ser� as� tambi�n en el diablo y los hombres malvados? De ninguna manera, a menos que quiz�s elijamos tomar el verbo ser como significado, ser conocido y ser visto abiertamente. En ese caso, el significado ser�: "Por el momento, como el Diablo resiste a Dios, como los hombres malvados confunden y perturban el orden que �l ha establecido, y como interminables ocasiones de ofensa se presentan a nuestra vista, no parece claramente que Dios es todo en todos; pero cuando Cristo haya ejecutado el juicio que le ha sido encomendado por el Padre, y haya derribado a Satan�s y a todos los imp�os, la gloria de Dios ser� notoria en su destrucci�n. Lo mismo puede decirse tambi�n respecto de los poderes que son sagrados y l�citos en su g�nero, ya que de alguna manera impiden que Dios mismo vea a Dios en lo correcto. Entonces, por otro lado, Dios, manteniendo el gobierno del cielo y de la tierra por s� mismo, y sin ning�n medio, ser� en ese sentido todo, y en consecuencia ser� as�, no solo en todas las personas, sino tambi�n en todas las criaturas ".

Esta es una interpretaci�n piadosa, (62) y, como corresponde lo suficientemente bien con el dise�o del Ap�stol, lo acepto con mucho gusto. Sin embargo, no habr�a nada fuera de lugar en entenderlo como una referencia exclusiva a los creyentes, en quienes Dios ahora ha comenzado su reino, y luego lo perfeccionar�, y de tal manera que se unir�n a �l por completo. Ambos significados refutan suficientemente de s� mismos los malvados fren�ticos de algunos que presentan este pasaje como prueba de ellos. Algunos imaginan que Dios ser� todo en todo a este respecto, que todas las cosas se desvanecer�n y se disolver�n en nada. Las palabras de Pablo, sin embargo, no significan nada m�s que esto, que todas las cosas ser�n devueltas a Dios, como su �nico principio y fin, para que puedan estar estrechamente vinculadas a �l. Otros deducen de esto que el Diablo y todos los malvados ser�n salvos, como si Dios no fuera mejor conocido en la destrucci�n del Diablo, que si �l asociara al Diablo consigo mismo y lo hiciera uno consigo mismo. Vemos entonces, cu�n descaradamente locos de este tipo arrebatan esta declaraci�n de Pablo por mantener sus blasfemias.

Versículo 29

29. De lo contrario, �qu� har�n? Reanuda su enumeraci�n de los absurdos, que se derivan del error bajo el cual trabajaron los corintios. Al principio se hab�a propuesto hacer esto, pero introdujo la instrucci�n y el consuelo, por medio de los cuales interrumpi� en cierto grado el hilo de su discurso. A esto ahora regresa. En primer lugar, presenta esta objeci�n: que el bautismo que recibieron aquellos que ya se consideran muertos, ser� en vano si no hay resurrecci�n. Antes de exponer este pasaje, es importante dejar de lado la exposici�n com�n, que se basa en la autoridad de los antiguos, y se recibe con el consentimiento casi universal. Cris�stomo, por lo tanto, y Ambrosio, a quienes siguen otros, opinan (63) que los corintios estaban acostumbrados, cuando alguien hab�a sido privado del bautismo por muerte s�bita, para sustituir a una persona viva en el lugar del difunto, para ser bautizado en su tumba. Al mismo tiempo, no niegan que esta costumbre era corrupta y estaba llena de superstici�n, pero dicen que Pablo, con el prop�sito de confundir a los corintios, estaba contento con este solo hecho, (64 ) que si bien negaron que hubiera una resurrecci�n, mientras tanto declararon de esta manera que cre�an en ella. Por mi parte, sin embargo, no puedo ser persuadido de ninguna manera para creer esto, (65) porque no se debe acreditar, que aquellos que negaron eso Fue una resurrecci�n, junto con otros, hizo uso de una costumbre de este tipo. Entonces, Paul habr�a recibido inmediatamente esta respuesta: "�Por qu� nos molestas con la superstici�n de esas viejas esposas, que no apruebas t� mismo?" Adem�s, si lo hubieran utilizado, podr�an haber respondido muy f�cilmente: "Si esto lo hemos practicado hasta ahora por error, m�s bien dejemos que se corrija el error, que deber�a tener peso para probarlo. tanta importancia ".

Sin embargo, admitiendo que el argumento fue concluyente, �podemos suponer que, si una corrupci�n como esta hubiera prevalecido entre los corintios, el Ap�stol, despu�s de reprobar casi todas sus faltas, habr�a guardado silencio sobre esta? Ha censurado sobre algunas pr�cticas que no son de tan gran momento. No ha tenido escr�pulos para dar instrucciones sobre c�mo cubrirse la cabeza a las mujeres y otras cosas de esa naturaleza. Su administraci�n corrupta de la Cena no solo la ha reprobado, sino que se ha inventado contra ella con la mayor agudeza. Mientras tanto, �no habr�a pronunciado ni una sola palabra en referencia a una profanaci�n tan b�sica del bautismo, que fue una falta mucho m�s grave? Se ha inventado con gran vehemencia contra aquellos que, frecuentando los banquetes de los gentiles, mantuvieron en silencio sus supersticiones. �Habr�a sufrido esta horrible superstici�n de los gentiles que se llevar�a a cabo abiertamente en la Iglesia misma bajo el nombre de bautismo sagrado? Pero admitiendo que podr�a haber estado en silencio, �qu� diremos cuando lo mencione expresamente? Es, te lo ruego, una cosa probable que el Ap�stol presentar�a en forma de argumento un sacrilegio (66) por el cual el bautismo fue contaminado, y convertido en un mero abuso m�gico, y a�n as� no decir ni una palabra en condena de la culpa? Cuando trata asuntos que no son de la mayor importancia, introduce sin embargo este par�ntesis, que habla como hombre. ( Romanos 3:5; Romanos 6:19; G�latas 3:15.) �No habr�a sido este un lugar m�s apropiado y adecuado para tal par�ntesis? Ahora, al hacer menci�n de tal cosa sin ninguna palabra de reproche, �qui�n no entender�a que es algo que est� permitido? Por mi parte, seguramente entiendo que �l hable aqu� del uso correcto del bautismo, y no de un abuso de esa naturaleza.

Preguntemos ahora en cuanto al significado. En un momento tuve la opini�n de que Pablo aqu� se�al� el dise�o universal del bautismo, ya que la ventaja del bautismo no se limita a esta vida; pero al considerar las palabras despu�s con mayor cuidado, percib� que Pablo aqu� se�ala algo peculiar. Porque �l no habla de todo cuando dice: �Qu� har�n, los bautizados? etc. Adem�s, no me gustan las interpretaciones, que son m�s ingeniosas que s�lidas. �Entonces que? Digo que aquellos que son bautizados por muertos, que son vistos como ya muertos y que han perdido la vida por completo; y de esta manera la part�cula ???? tendr� la fuerza del lat�n pro, como cuando decimos, habere pro derelicto; - considerar como abandonado (67) Esta significaci�n no es forzada. O si prefiere otro significado, ser bautizado por los muertos significar�, ser bautizado para sacar provecho de los muertos, no de los vivos, (68) Ahora es bien sabido, que desde el comienzo de la Iglesia, aquellos que, aunque todav�a catec�menos, (69) cayeron en la enfermedad, (70) si su vida estaba manifiestamente en peligro, estaban acostumbrados a pedir el bautismo, para que no dejaran este mundo antes de haber hecho una profesi�n de cristianismo; y esto, para que puedan llevar consigo el sello de su salvaci�n.

De los escritos de los Padres se desprende que, en cuanto a este asunto, tambi�n surgi� despu�s una superstici�n, porque se inmiscuyeron en contra de aquellos que retrasaron el bautismo hasta el momento de su muerte, que, siendo de una vez por todas purgados de todos sus pecados. , podr�an en este estado cumplir con el juicio de Dios. (71) �Un error grave verdaderamente, que se origin� en parte por gran ignorancia y en parte por hipocres�a! Pablo, sin embargo, aqu� simplemente menciona una costumbre que era sagrada, y de acuerdo con la instituci�n Divina: que si un catec�meno, que ya hab�a abrazado en su coraz�n la fe cristiana, (72) vio que la muerte era inminente sobre �l, pidi� el bautismo, en parte para su propio consuelo, y en parte con vistas a la edificaci�n de sus hermanos. Porque no es un peque�o consuelo llevar la se�al de su salvaci�n sellada en su cuerpo. Tambi�n hay una edificaci�n, que no debe perderse de vista: la de hacer una confesi�n de su fe. Fueron, entonces, bautizados por los muertos, en la medida en que no pod�a serles de ning�n servicio en este mundo, y la ocasi�n misma de pedir el bautismo fue que se desesperaron de la vida. Ahora vemos que no es sin una buena raz�n por la que Paul pregunta, �qu� har�an si no hubiera esperanza despu�s de la muerte? (73) Este pasaje tambi�n nos muestra que aquellos impostores que hab�an perturbado la fe de los corintios, hab�an ideado una resurrecci�n figurativa, convirti�ndose en el objetivo m�s lejano de los creyentes estar en este mundo, repiti�ndolo por segunda vez, �por qu� tambi�n se bautizan por los muertos? le da mayor �nfasis: �No solo los bautizados que piensan que van a vivir m�s tiempo, sino tambi�n aquellos que tienen la muerte ante sus ojos; y eso, para que en la muerte puedan cosechar el fruto de su bautismo ".

Versículo 30

30. �Por qu� nosotros tambi�n? "Si nuestra resurrecci�n y felicidad final est�n en este mundo, �por qu� lo abandonamos por nuestra propia voluntad y nos encontramos voluntariamente con la muerte?" El argumento tambi�n podr�a desarrollarse de esta manera: "De ninguna manera estar�amos en peligro cada hora, si no buscamos una vida mejor, despu�s de que la muerte haya pasado". Sin embargo, habla de peligros voluntarios a los que los creyentes exponen sus vidas con el prop�sito de confesar a Cristo. "Esta magnanimidad del alma, digo, al despreciar la muerte, se atribuir�a a la imprudencia m�s que a la firmeza, si los santos perecieran por la muerte, porque es una locura diab�lica comprar por la muerte una fama inmortal". (74)

Versículo 31

31. Muero a diario. Tal desprecio a la muerte declara estar en s� mismo, que puede parecer que no habla con valent�a cuando est� fuera del alcance del peligro. "Estoy todos los d�as", dice �l, "incesantemente acosado por la muerte. �Qu� locura hab�a en m� sufrir tanta miseria, si no hubiera una recompensa para m� en el cielo? M�s a�n, si mi gloria y dicha est�n en este mundo, �por qu� no prefiero disfrutarlas antes que renunciar a ellas por mi propia cuenta? �l dice que muere a diario, porque estaba constantemente acosado por peligros tan formidables y tan inminentes, que la muerte era inminente sobre �l. Una expresi�n similar ocurre en Salmo 44:22, y tambi�n encontraremos uno del mismo tipo en la segunda Ep�stola. ( 2 Corintios 11:23.)

Por nuestra gloria. La traducci�n anterior dice propter, (debido a) (75) pero ha surgido de la ignorancia de los transcriptores; porque en la part�cula griega (76) no hay ambig�edad. Es entonces un juramento, por el cual deseaba despertar a los corintios, estar m�s atento al escucharlo, al razonar sobre el asunto en cuesti�n. (77) �Hermanos, no soy un fil�sofo parloteando en la sombra. (78) A medida que me expongo todos los d�as a la muerte, es necesario que piense en serio en la vida celestial. Cree, por lo tanto, un hombre que tiene mucha experiencia.

Tambi�n es una forma de juramento que no es com�n, pero se adapta al tema en cuesti�n. Correspondi� a este juramento celebrado de Dem�stenes, citado por Fabius, (79) cuando hizo el juramento de las Sombras de aquellos que hab�an encontrado la muerte en el campo de Marat�n, mientras que su objetivo era exhortarlos a defender la Rep�blica. (80) De modo similar, aqu� Pablo jura por la gloria que los cristianos tienen en Cristo. Ahora esa gloria est� en el cielo. �l muestra, entonces, que lo que llamaron en cuesti�n era un asunto del que estaba tan seguro, que estaba preparado para hacer uso de un juramento sagrado, una muestra de habilidad que debe notarse cuidadosamente.

Versículo 32

32. Si, seg�n la manera de los hombres, presenta un caso notable de muerte, de lo cual se puede ver claramente que hubiera sido peor que un tonto , si no hubiera una vida mejor reservada para nosotros m�s all� de la muerte; porque fue una muerte ignominiosa a la que estuvo expuesto. "�Para qu� fue", dice �l, "que yo incurra en infamia en conexi�n con la muerte m�s cruel, si todas mis esperanzas se limitaran a este mundo?" Seg�n la manera de los hombres, significa en este pasaje, con respecto a la vida humana, para que podamos obtener una recompensa en este mundo.

Ahora, por aquellos que lucharon con las bestias, se entiende, no aquellos que fueron arrojados a las bestias salvajes, como Erasmus imagin� err�neamente, sino aquellos que fueron condenados a luchar contra las bestias salvajes, para proporcionar una diversi�n a la gente. Hab�a, entonces, dos tipos de castigos, que eran totalmente diferentes: ser arrojados a las bestias salvajes y luchar contra las bestias salvajes. Para aquellos que fueron arrojados a las bestias salvajes fueron inmediatamente desgarrados en pedazos; pero aquellos que lucharon con bestias salvajes salieron armados a la arena, para que si se les dotara de fuerza, coraje y agilidad, podr�an escapar escapando a las bestias salvajes. Adem�s, hab�a un juego en el que los que luchaban con bestias salvajes eran entrenados, como los gladiadores (81) Por lo general, muy pocos escaparon, porque los el hombre que hab�a enviado una bestia salvaje, ten�a que luchar con un segundo, (82) hasta que la crueldad de los espectadores se saciara, o m�s bien se derritiera en pena ; �Y sin embargo, se encontraron hombres tan abandonados y desesperados que se contrataron para esto! (83) Y esto, puedo decir por cierto, es ese tipo de caza que es castigado tan severamente por los antiguos c�nones, ya que incluso las leyes civiles lo califican con una marca de infamia (84)

Regreso a Paul. (85) Vemos a qu� extremo Dios permiti� que su siervo llegara, y cu�n maravillosamente tambi�n lo rescat�. Luke, (86) sin embargo, no menciona esta pelea. Por lo tanto, podemos inferir que soport� muchas cosas que no se han comprometido a escribir.

Comamos y bebamos Esto es un dicho de los epic�reos, quienes consideran que el bien m�s elevado del hombre consiste en el disfrute presente. Isa�as tambi�n testifica que es un dicho utilizado por personas profanas ( Isa�as 22:13) que, cuando los Profetas de Dios los amenazan con la ruina, (87) con el objetivo de llamarlos al arrepentimiento, hacer deporte de esas amenazas, alentarse con desenfreno y alegr�a desenfrenada, y para mostrar m�s abiertamente su obstinaci�n, digamos: "Dado que debemos morir, d�jenos mientras tanto disfruta el tiempo, y no nos atormentemos antes del tiempo con miedos vac�os ". En cuanto a lo que cierto general le dijo a su ej�rcito, (88) "Mis compa�eros soldados, cenemos de coraz�n, porque cenaremos hoy en las regiones a continuaci�n , � (89) que fue una exhortaci�n a enfrentar la muerte con intrepidez, y no tiene nada que ver con este tema. Soy de la opini�n, que Paul hizo uso de una broma de uso com�n entre las personas abandonadas y desesperadamente malvadas, o (para expresarlo en breve) un proverbio com�n entre los epic�reos con el siguiente prop�sito: "Si la muerte es el fin del hombre, hay no hay nada mejor que eso, que debe disfrutar del placer, sin preocupaciones, mientras dure la vida ". Los sentimientos de este tipo se deben encontrar con frecuencia en Horace. (90)

O beate Sesti! Vitae summa brevis nos vetat inchoare longam, Mermelada para premet nox, fabulaeque Manes Et domus exilis Plutonia :

�Oh feliz Sestio! El breve lapso de la vida humana nos proh�be complacer una esperanza distante. Pronto caer� la noche sobre ti, sobre los fabulosos Manes y la oscura mansi�n de Plut�n. - Hor. Carm. I. 4, 13-17.

Sapias, vina liques, y spatio brevi Spem longam se resece. Dum loquimur, fugerit invida Aetas Carpe diem, quam m�nimo credula postero .

Se Sabio; apaga tus vinos; y resumir tus esperanzas distantes en la adaptaci�n a la brevedad de la vida. Mientras hablamos, la edad envidiosa ha estado volando. Aproveche el d�a presente, dependiendo lo menos posible de cualquier futuro ". - Hor. Carre. I. 11.6-8.

Versículo 33

33. No se deje enga�ar. Las malas comunicaciones corrompen los buenos modales Como nada es m�s f�cil que deslizarse en especulaciones profanas, con el pretexto de preguntar, (91) se encuentra con este peligro, advirti�ndoles que Las malas comunicaciones tienen m�s efecto de lo que podr�amos suponer, al contaminar nuestras mentes y corromper nuestra moral. (92) Para mostrar esto, utiliza una cita del poeta Menander, (93) ya que estamos en libertad de tomar prestado de cada trimestre todo lo que ha salido de Dios. Y como toda la verdad es de Dios, no hay duda de que el Se�or ha puesto en la boca de los mismos imp�os, lo que sea que contenga una doctrina verdadera y saludable. Sin embargo, prefiero que, para el manejo de este tema, se recurra a la oraci�n de Basilio a los j�venes. Pablo, entonces, al darse cuenta de que este proverbio era de uso com�n entre los griegos, prefiri� utilizarlo, para que pudiera abrirse paso en sus mentes m�s f�cilmente, que para expresar lo mismo en sus propias palabras. Porque recibir�an m�s f�cilmente a lo que estaban acostumbrados, como tenemos experiencia en proverbios con los que estamos familiarizados.

Ahora es un sentimiento que merece especial atenci�n, para Satan�s, cuando no puede atacarnos directamente, (94) nos enga�a con este pretexto, que no hay nada de malo en plantear cualquier tipo de disputa con miras a la investigaci�n de la verdad. Aqu�, por lo tanto, Pablo en oposici�n a esto, nos advierte que debemos protegernos de las malas comunicaciones, como lo har�amos con el veneno m�s mortal, porque, al insinuarse secretamente en nuestras mentes, corrompen nuestra vida de inmediato. Observemos, entonces, que nada es m�s pestilente que la doctrina corrupta y las disputas profanas, que nos alejan, incluso en el m�s m�nimo grado, de una fe correcta y simple; (95) porque no es sin una buena raz�n que Pablo nos exhorta a no ser enga�ados. (96)

Versículo 34

34. Despierta con rectitud Al ver que los corintios estaban intoxicados, (97) por descuido excesivo, los despierta de su letargo. Al agregar, sin embargo, el adverbio rectamente, �l insin�a de qu� manera los har�a despertar, ya que estaban lo suficientemente atentos y claros en sus propios asuntos: m�s a�n, no puede haber ninguna duda de que se felicitaron por su agudeza. ; pero mientras tanto estaban somnolientos, donde m�s deber�an haber estado vigilando. �l dice en consecuencia, despierta con rectitud, es decir, "Dirige tu mente y apunta a las cosas que son buenas y santas".

A�ade al mismo tiempo la raz�n: - Para algunos, dice que, entre ustedes, ignoran a Dios. Esto debe ser declarado: de lo contrario, podr�an haber pensado que la advertencia era innecesaria; porque se consideraban maravillosamente sabios. Ahora los condena por ignorancia de Dios, para que sepan que lo principal era quererlos. Una advertencia �til para aquellos que exponen toda su agilidad al volar por el aire, mientras que mientras tanto no ven lo que est� delante de sus pies y son est�pidos donde deber�an, sobre todo, haber sido clarividentes.

Para su verg�enza Al igual que los padres, al reprochar a sus hijos por sus faltas, averg��ncelos para que con esa verg�enza puedan cubrir su verg�enza. Cuando, sin embargo, declar� previamente que no deseaba avergonzarlos ( 1 Corintios 4:14), su significado era que no deseaba sostenerlos en desgracia, presentando sus faltas a la vista del p�blico en un esp�ritu de enemistad y odio. (98) Mientras tanto, sin embargo, era una ventaja para ellos ser reprendidos bruscamente, ya que todav�a se permit�an males de tal magnitud. Ahora, Pablo, al reprocharles ignorancia de Dios, los despoja completamente de todo honor.

Versículo 35

35. �C�mo se levantar�n? No hay nada que est� m�s en desacuerdo con la raz�n humana que este art�culo de fe. Porque qui�n, sino solo Dios, podr�a persuadirnos de que los cuerpos, que ahora est�n expuestos a la corrupci�n, despu�s de haberse podrido, o despu�s de haber sido consumidos por el fuego, o destrozados por las bestias salvajes, no solo ser�n restaurados enteramente, sino En una condici�n mucho mejor. �No todas nuestras aprensiones de las cosas rechazan de inmediato esto como algo fabuloso, m�s absurdo? (100) Paul, con el fin de eliminar por completo esta apariencia de absurdo, utiliza una anhypophora, (101) es decir, presenta a modo de objeci�n, en la persona de otro, lo que a primera vista parece estar en desacuerdo con la doctrina de una resurrecci�n. Porque esta pregunta no es la de quien pregunta dudosamente sobre el modo, sino la de quien argumenta que es imposible, es decir, lo que se dice sobre la resurrecci�n es algo incre�ble. Por lo tanto, en su respuesta, repele tal objeci�n con severidad. Observemos, entonces, que las personas que se presentan aqu� para hablar son aquellas que se esfuerzan por menospreciar, en una forma de burlarse, una creencia en la resurrecci�n, debido a que es algo imposible.

Versículo 36

36. T� tonto, lo que siembras El Ap�stol podr�a haber respondido, que el modo, que para nosotros es incomprensible, sin embargo es f�cil con Dios. Por lo tanto, no debemos formar aqu� nuestro juicio de acuerdo con nuestro propio entendimiento, sino asignarle al poder estupendo y secreto de Dios el honor de creer, que lograr� lo que no podemos comprender. �l va a trabajar, sin embargo, de otra manera. �l muestra que la resurrecci�n est� tan lejos de estar en contra de la naturaleza, que todos los d�as tenemos una clara ilustraci�n de ella en el curso de la naturaleza misma: en el crecimiento de los frutos de la tierra. �De qu�, sino de la podredumbre, brotan los frutos que recogemos de la tierra? Para cuando la semilla se haya sembrado, a menos que los granos mueran, no habr� aumento. La corrupci�n, entonces, siendo el comienzo y la causa de la producci�n, tenemos en esto una especie de imagen de la resurrecci�n. Por lo tanto, se deduce que somos inconcebibles y desagradecidos al estimar el poder de Dios, si tomamos de �l lo que ya se manifiesta ante nuestros ojos.

Versículo 37

37. No siembras ese cuerpo que brotar�. Esta comparaci�n consta de dos partes: primero, que no debe sorprenderse que los cuerpos se levanten de la podredumbre, en la medida en que ocurre lo mismo que la semilla; y en segundo lugar, que no est� en desacuerdo con la raz�n, que nuestros cuerpos deber�an ser restaurados en otra condici�n, ya que, a partir de grano desnudo, Dios produce tantas mazorcas de ma�z, revestidas con un artefacto admirable y almacenadas con granos de calidad superior. Sin embargo, como puede parecer �ntimo, al hablar de esta manera, que muchos cuerpos se levantar�n de uno, modifica su discurso de otra manera, al decir que Dios forma el cuerpo como le agrada, lo que significa que en ese sentido Tambi�n hay una diferencia con respecto a la calidad.

Agrega, a cada semilla, su propio cuerpo. Con esta cl�usula restringe lo que dijo respecto a otro cuerpo; porque �l dice que, si bien el cuerpo es diferente, es de tal manera que retiene, sin embargo, su tipo particular.

Versículo 39

39. Toda la carne no lo es, etc. Aqu� tenemos otra comparaci�n que lleva a la misma conclusi�n, aunque hay algunos que lo explican de otra manera. Porque cuando dice que bajo el nombre de carne se comprende el cuerpo de un hombre y el de una bestia, y sin embargo la carne en esos dos casos es diferente, quiere decir con esto que la sustancia es la misma, pero hay Una diferencia en cuanto a calidad. La suma es esta: que cualquier diversidad que veamos en cualquier tipo particular es una especie de preludio de la resurrecci�n, porque Dios muestra claramente que no es dif�cil para �l renovar nuestros cuerpos cambiando la condici�n actual de las cosas. (102)

Versículo 41

41. Hay una gloria del sol y otra gloria de la luna No solo hay una diferencia entre los cuerpos celestes y los terrenales, sino que incluso los cuerpos celestes tienen no todos son la misma gloria; porque el sol sobrepasa a la luna, y las otras estrellas difieren entre s�. Esta disimilitud, en consecuencia, aparece (103) en la resurrecci�n de los muertos. Un error, sin embargo, com�nmente se encuentra en la aplicaci�n; (104) porque se supone que Pablo quiso decir que, despu�s de la resurrecci�n, los santos tendr�n diferentes grados de honor y gloria. Esto, de hecho, es perfectamente cierto, y lo demuestran otras declaraciones de la Escritura; pero no tiene nada que ver con el objeto de Paul. Porque no est� discutiendo qu� diferencia de condici�n habr� entre los santos despu�s de la resurrecci�n, sino en qu� aspectos nuestros cuerpos en la actualidad difieren de los que alg�n d�a recibiremos. (105)

Elimina, entonces, toda idea de lo absurdo, instituyendo esta comparaci�n: la sustancia del sol y la luna es la misma, pero hay una gran diferencia entre ellos en cuanto a dignidad y excelencia. �Es de extra�ar, entonces, si nuestro cuerpo adquiere una calidad m�s excelente? (106) "No ense�o que algo suceder� en la resurrecci�n sino lo que ya se presenta ante los ojos de todos". Que tal es el significado de las palabras es claro por el contexto. �De d�nde y con qu� prop�sito har�a Paul tal transici�n si los estuviera comparando entre s� con respecto a la diferencia de su condici�n, mientras que hasta este momento ha estado comparando la condici�n actual de todos con su condici�n futura? inmediatamente procede con esa comparaci�n?

Versículo 43

43. Se siembra en corrupci�n Para que no quede ninguna duda, Paul se explica al revelar la diferencia entre su condici�n actual y lo que ser� despu�s La resurrecci�n. �Qu� conexi�n, entonces, habr�a en su discurso, si hubiera pretendido en primera instancia (107) distinguir entre los diferentes grados de gloria futura entre los santos? Por lo tanto, no puede haber ninguna duda de que, hasta este punto, ha estado siguiendo un tema. Ahora vuelve a la primera similitud de la que hab�a hecho uso, pero la aplica m�s de cerca a su dise�o. O, si lo prefiere, manteniendo esa similitud, compara figurativamente el tiempo de la vida actual con el tiempo de la semilla, y la resurrecci�n con la cosecha; y �l dice que nuestro cuerpo ahora est�, de hecho, sujeto a mortalidad e ignominia, pero ser� glorioso e incorruptible. �l dice lo mismo en otras palabras en Filipenses 3:21

Cristo cambiar� nuestro cuerpo vil, para que lo haga semejante a su propio cuerpo glorioso.

Versículo 44

44. Se siembra un cuerpo animal. Como no pod�a expresar cada particular enumerando uno por uno, resume todo de manera integral en una palabra, diciendo que el cuerpo ahora es animal, (108) pero entonces ser� espiritual. Ahora eso se llama animal que es acelerado por (alma) el alma: eso es espiritual que es acelerado por el Esp�ritu. (109) Ahora es el alma la que acelera el cuerpo, para evitar que sea un cad�ver muerto. Por lo tanto, toma su t�tulo de manera muy apropiada. Despu�s de la resurrecci�n, por otro lado, esa influencia aceleradora, que recibir� del Esp�ritu, ser� m�s excelente. (110) Sin embargo, tengamos siempre presente lo que hemos visto anteriormente: que la sustancia del cuerpo es la misma, (111) y que es la calidad de la que se trata aqu�. Que la calidad actual del cuerpo se llame, en aras de una mayor claridad, animaci�n; (112) deje que el futuro reciba el nombre de inspiraci�n. En cuanto a que el alma ahora est� acelerando el cuerpo, eso se efect�a mediante la intervenci�n de muchas ayudas; porque necesitamos bebidas, comida, ropa, sue�o y otras cosas de naturaleza similar. Por lo tanto, la debilidad de la animaci�n se manifiesta claramente. La energ�a del Esp�ritu, por otro lado, para acelerar, ser� mucho m�s completa y, en consecuencia, estar� exenta de las necesidades de esa naturaleza. Este es el significado simple y genuino del Ap�stol; que nadie, al filosofar m�s, se entregue a especulaciones a�reas, como lo hacen aquellos, que suponen que la sustancia del cuerpo ser� espiritual, mientras que aqu� no se hace menci�n de la sustancia, y no se har� ning�n cambio al respecto.

Versículo 45

45. Como est� escrito, el primer Ad�n se hizo para que no parezca una nueva invenci�n en cuanto al cuerpo del animal, (113) cita la Escritura, que declara que Ad�n se convirti� en un alma viviente, ( G�nesis 2:7) - lo que significa que su cuerpo fue acelerado por el alma, para que �l se convirti� en un hombre vivo. Se pregunta, �cu�l es el significado de la palabra alma aqu�? Es bien sabido que la palabra hebrea ???, (nephesh,) que Mois�s usa, se toma en una variedad de sentidos; pero en este pasaje se entiende que significa movimiento vital o la esencia misma de la vida misma. El segundo de estos prefiero bastante. Observo que se afirma lo mismo que para las bestias: que se convirtieron en un alma viviente, ( G�nesis 1:20;) pero como el alma de cada animal debe ser juzgada seg�n su especie, no hay nada impedir que un alma, es decir, movimiento vital, sea com�n a todos; y, sin embargo, al mismo tiempo, el alma del hombre puede tener algo peculiar y distintivo, a saber, la esencia inmortal, como la luz de la inteligencia y la raz�n.

El �ltimo Ad�n. Esta expresi�n no la encontramos escrita en ning�n lado. (114) De ah� que la frase, Est� escrita, debe entenderse que se refiere exclusivamente a la primera cl�usula; pero despu�s de presentar este testimonio de la Escritura, el Ap�stol ahora comienza en su propia persona a hacer un contraste entre Cristo y Ad�n. �Mois�s relata que Ad�n fue provisto de un alma viviente; Cristo, por otro lado, est� dotado de un Esp�ritu vivificante. Ahora es mucho m�s grande ser la vida, o la fuente de la vida, que simplemente vivir ". (115) Sin embargo, debe observarse que Cristo tambi�n, como nosotros, se convirti� en un alma viviente; pero, adem�s del alma, el Esp�ritu del Se�or tambi�n se derram� sobre �l, para que por su poder pudiera resucitar de entre los muertos y resucitar a otros. Esto, por lo tanto, debe observarse para que nadie pueda imagine, (como Apollinaris (116) lo hizo en la antig�edad,) que el Esp�ritu estaba en Cristo en lugar de un alma. E independientemente de esto, la interpretaci�n de este pasaje puede tomarse del octavo cap�tulo de los Romanos, donde el Ap�stol declara que el cuerpo, de hecho, est� muerto, a causa del pecado, y llevamos en nosotros los elementos de la muerte; pero que el Esp�ritu de Cristo, que lo levant� de los muertos, habita tambi�n en nosotros, y que �l es la vida, para resucitarnos tambi�n un d�a de los muertos. ( Romanos 8:10.) De esto se ve que tenemos almas vivas, en la medida en que somos hombres, pero que tenemos el Esp�ritu vivificador de Cristo derramado sobre nosotros por la gracia de la regeneraci�n. En resumen, el significado de Pablo es que la condici�n que obtenemos a trav�s de Cristo es muy superior a la suerte del primer hombre, porque se le confiri� un alma viviente a Ad�n en su propio nombre y en el de su posteridad, pero Cristo ha adquirido para nosotros el Esp�ritu, que es la vida.

Ahora, en cuanto a su llamado a Cristo, el �ltimo Ad�n, la raz�n es esta: que, como la raza humana fue creada en el primer hombre, tambi�n se renueva en Cristo. Lo expresar� de nuevo, y m�s claramente: todos los hombres fueron creados en el primer hombre, porque, lo que Dios dise�� para dar a todos, lo confiri� a ese hombre, para que la condici�n de la humanidad se estableciera en su persona. �l por su ca�da (117) se arruin� a s� mismo y a los que eran suyos, porque los llev� a todos, junto con �l, a la misma ruina: Cristo vino a restaurar nuestra naturaleza de la ruina, y elevarla a una mejor condici�n que nunca. Ellos (118) son entonces, por as� decirlo, dos fuentes o dos ra�ces de la raza humana. Por lo tanto, no es sin una buena raz�n, que uno se llama el primer hombre, y el otro el �ltimo. Esto, sin embargo, no da apoyo a esos locos, que hacen que Cristo sea uno de nosotros, �como si hubieran sido y siempre hayan sido solo dos hombres, y que esta multitud que contemplamos fuera un mero fantasma! Una comparaci�n similar ocurre en Romanos 5:12

Versículo 46

46. Pero esto no es lo primero, que es espiritual. "Es necesario", dice �l, "que antes de ser restaurados en Cristo, obtengamos nuestro origen de Ad�n y nos parezcamos a �l". Por lo tanto, no nos preguntemos si comenzamos con el alma viviente, porque como el nacimiento precede al orden para nacer de nuevo, as� el vivir precede al resucitar �.

Versículo 47

47. El primer Ad�n era de la tierra. La vida animal es lo primero, porque el hombre terrenal es lo primero. (119) La vida espiritual vendr� despu�s, como Cristo, el hombre celestial, vino despu�s de Ad�n. Ahora los maniqueos pervirtieron este pasaje, con el fin de probar que Cristo trajo un cuerpo del cielo al vientre de la Virgen. Sin embargo, se imaginaron err�neamente que Pablo habla aqu� de la sustancia del cuerpo, mientras que �l habla m�s sobre su condici�n o calidad. Por lo tanto, aunque el primer hombre ten�a un alma inmortal, y eso tambi�n, no tomado de la tierra, sin embargo, �l saboreaba la tierra, de la cual hab�a surgido su cuerpo, y en la que hab�a sido designado para vivir. Cristo, por otro lado, nos trajo del cielo un Esp�ritu vivificante, para que pudiera regenerarnos en una vida mejor, y elevado sobre la tierra. (120) En resumen, lo tenemos de Ad�n, que vivimos en este mundo, como ramas desde la ra�z: Cristo, por otro lado, es el Principio y autor de la vida celestial.

Pero alguien dir� en respuesta: se dice que Ad�n es de la tierra: Cristo del cielo; la naturaleza de la comparaci�n (121) requiere esto, que Cristo tenga su cuerpo del cielo, como el cuerpo de Ad�n se form� de la tierra; o, al menos, que el origen del alma del hombre deber�a ser de la tierra, pero que el alma de Cristo hab�a salido del cielo. Respondo que Pablo no hab�a contrastado los dos departamentos del tema con tal refinamiento y minuciosidad (porque esto no era necesario), pero al tratar la naturaleza de Cristo y Ad�n, hizo una alusi�n pasajera a la creaci�n de Ad�n, que �l hab�a sido formado de la tierra, y al mismo tiempo, con el prop�sito de elogiar la excelencia de Cristo, �l declara que �l es el Hijo de Dios, que vino a nosotros desde el cielo, y trae consigo, por lo tanto, una naturaleza celestial e influencia. Este es el significado simple, mientras que el refinamiento de los maniqueos es una mera calumnia.

Sin embargo, debemos responder a otra objeci�n a�n. Para Cristo, mientras vivi� en el mundo, vivi� una vida similar a la nuestra, y por lo tanto terrenal: por lo tanto, no es un contraste apropiado. La soluci�n de esta pregunta servir� m�s lejos para refutar la invenci�n (122) de los maniqueos. Porque sabemos que el cuerpo de Cristo estaba expuesto a la muerte, y que estaba exento de corrupci�n, no por su propiedad esencial, (mientras hablan) (123) pero �nicamente por la providencia de Dios. Por lo tanto, Cristo no fue simplemente terrenal en cuanto a la esencia de su cuerpo, sino que tambi�n estuvo por un tiempo en una condici�n terrenal; porque antes de que el poder de Cristo pudiera mostrarse al conferir la vida celestial, era necesario que muriera en la debilidad de la carne ( 2 Corintios 13:4). Ahora esta vida celestial apareci� primero en la resurrecci�n, que �l podr�a acelerarnos tambi�n.

Versículo 49

49. Como hemos dicho, algunos han pensado que aqu� hay una exhortaci�n a una vida piadosa y santa, a la cual Pablo fue conducido por medio de la digresi�n; y por eso han cambiado el verbo del tiempo futuro al modo hortativo. M�s a�n, en algunos manuscritos griegos la lectura es ????????? (perm�tanos soportar,) (124) pero como eso no conviene bien con respecto a la conexi�n, adoptemos con preferencia lo que corresponde mejor con el objeto a la vista y el contexto. (125) Observemos, en primer lugar, que esto no es una exhortaci�n, sino pura doctrina, y que no est� tratando aqu� la novedad de la vida , pero persigue, sin ninguna interrupci�n, el hilo de su discurso con respecto a la resurrecci�n de la carne. El significado en consecuencia ser� este: �Como la naturaleza animal, que tiene la precedencia en nosotros, es la imagen de Ad�n, as� seremos conformados a Cristo en la naturaleza celestial; y esta ser� la finalizaci�n de nuestra restauraci�n. Porque ahora comenzamos a llevar la imagen de Cristo, y cada d�a somos m�s y m�s transformados en ella; (126) pero esa imagen consiste en la regeneraci�n espiritual. Pero luego se restaurar� por completo, tanto en cuerpo como en alma, y ??lo que se ha comenzado ahora se perfeccionar� y, en consecuencia, obtendremos en realidad lo que hasta ahora solo esperamos ". Sin embargo, si alguien prefiere una lectura diferente, esta declaraci�n servir� para estimular a los corintios; y si hubiera habido una meditaci�n viva de piedad sincera y una nueva vida, podr�a haber sido el medio de encenderlas al mismo tiempo, la esperanza de la gloria celestial.

Versículo 50

50. Ahora esto digo Esta cl�usula insin�a, que lo que sigue es explicativo de la declaraci�n anterior. "Lo que he dicho sobre la imagen del Ad�n celestial significa esto: que debemos ser renovados con respecto a nuestros cuerpos, en la medida en que nuestros cuerpos, siendo susceptibles de corrupci�n, no puedan heredar el reino incorruptible de Dios. Por lo tanto, no habr� admisi�n para nosotros en el reino de Cristo, salvo que Cristo nos renueve seg�n su propia imagen ". Carne y sangre, sin embargo, debemos entender, de acuerdo con la condici�n en la que se encuentran actualmente, porque nuestra carne ser� un participante en la gloria de Dios, pero lo ser�, como renovado y vivificado por el Esp�ritu de Cristo.

Versículo 51

Hasta ahora ha incluido dos cosas en su razonamiento. En primer lugar, muestra que habr� una resurrecci�n de entre los muertos: en segundo lugar, muestra de qu� naturaleza ser�. Ahora, sin embargo, entra m�s a fondo en una descripci�n de la forma en que se hace. Esto lo llama un misterio, porque a�n no se hab�a desarrollado tan claramente en ninguna declaraci�n de revelaci�n; pero �l hace esto para que est�n m�s atentos. Porque esa doctrina malvada hab�a derivado fuerza de la circunstancia, que disputaban sobre este asunto descuidadamente y a gusto; (127) como si fuera un asunto en el que no sent�an ninguna dificultad. Por lo tanto, por el t�rmino misterio, les exhorta a aprender un asunto que no solo era desconocido para ellos, sino que deb�a ser considerado entre los secretos celestiales de Dios.

51. De hecho, no todos dormiremos. Aqu� no hay diferencia en los manuscritos griegos, pero en las versiones latinas hay tres lecturas diferentes. La primera es: todos moriremos, pero no todos seremos transformados. La segunda es: todos resucitaremos, pero no todos seremos transformados. (128) El tercero es: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados. Supongo que esta diversidad hab�a surgido de esto: que algunos lectores, que no eran los m�s exigentes, insatisfechos con la lectura verdadera, se aventuraron a conjeturar una lectura que fue m�s aprobada por ellos. (129) Porque les pareci�, a primera vista, absurdo decir que no todos morir�an, mientras leemos en otra parte, que se designa a todos los hombres que mueran una vez. ( Hebreos 9:27.) Por lo tanto, alteraron el significado de esta manera: no todo cambiar�, aunque todos resucitar�n o morir�n; y el cambio que interpretan que significa: la gloria que solo los hijos de Dios obtendr�n. La lectura verdadera, sin embargo, puede juzgarse por el contexto.

La intenci�n de Pablo es explicar lo que hab�a dicho: que seremos conformados a Cristo, porque la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios. Se present� una pregunta: (130) �qu� ser� de aquellos que seguir�n viviendo en el d�a del Se�or? Su respuesta es que, aunque no todos morir�n, ser�n renovados, pero la mortalidad y la corrupci�n pueden desaparecer. Sin embargo, debe observarse que �l habla exclusivamente de creyentes; porque aunque la resurrecci�n de los imp�os tambi�n implicar� un cambio, sin embargo, como no se hace menci�n de ellos aqu�, debemos considerar todo lo que se dice, como una referencia exclusiva a los elegidos. Ahora vemos cu�n bien esta declaraci�n se corresponde con la anterior, porque como �l hab�a dicho, llevaremos la imagen de Cristo, ahora declara, que esto suceder� cuando seamos cambiados, de modo que

la mortalidad puede ser tragada de la vida, ( 2 Corintios 5:4,)

y que esta renovaci�n no es inconsistente con el hecho de que el advenimiento de Cristo encontrar� algunos a�n vivos.

Sin embargo, debemos desentra�ar la dificultad: que est� establecido que todos los hombres mueran una vez; y ciertamente, no es dif�cil desentra�arlo de esta manera: que como un cambio no puede tener lugar sin eliminar el sistema anterior, ese cambio se considera, con raz�n, una especie de muerte; pero, como no es una separaci�n del alma del cuerpo, no se considera una muerte ordinaria. Entonces ser� la muerte, ya que ser� la destrucci�n de la naturaleza corruptible: no ser� un sue�o, ya que el alma no abandonar� el cuerpo; pero habr� una transici�n repentina de la naturaleza corruptible a una inmortalidad bendecida.

Versículo 52

52. En un momento Esto todav�a es de naturaleza general; es decir, incluye todo. En general, el cambio ser� repentino e instant�neo, porque el advenimiento de Cristo ser� repentino. Y para transmitir la idea de un momento, luego usa la frase centelleo (o tir�n) del ojo, ya que en los manuscritos griegos hay un doble, lectura: ???? (tir�n) o ???? (centelleo.) (131) Sin embargo, no tiene nada de sentido. Paul ha seleccionado un movimiento del cuerpo que supera a todos los dem�s en rapidez; porque nada es m�s r�pido que un movimiento del ojo, aunque al mismo tiempo ha hecho una alusi�n al sue�o, con lo cual se contrasta el parpadeo del ojo. (132)

Con el �ltimo triunfo. Aunque la repetici�n del t�rmino parezca colocarlo m�s all� de toda duda, que la palabra trompeta se toma aqu� en su debida aceptaci�n, sin embargo, prefiero entender la expresi�n como metaf�rica. En 1 Tesalonicenses 4:16, conecta la voz del arc�ngel y la trompeta de Dios: por lo tanto, un comandante, con el sonido de una trompeta, convoca a su ej�rcito a la batalla, por lo que Cristo, con su lejana proclamaci�n. , que se escuchar� en todo el mundo, convocar� a todos los muertos. Mois�s nos dice ( �xodo 19:16) qu� sonidos fuertes y terribles se emitieron en ocasi�n de la promulgaci�n de la ley. Entonces ser� muy diferente la conmoci�n, cuando no solo un pueblo, sino todo el mundo ser� convocado al tribunal de Dios. Tampoco se convocar� a los vivos, sino que incluso los muertos saldr�n de sus tumbas. (133) Adem�s, se debe dar un mandamiento a los huesos secos y al polvo que, reanudando su apariencia anterior y reuni�ndose con el esp�ritu, salen directamente como seres vivos. hombres en la presencia de Cristo.

Los muertos resucitar�n. Lo que �l hab�a declarado en general a todos, ahora lo explica particularmente en cuanto a los vivos y los muertos. Esta distinci�n, por lo tanto, es simplemente una exposici�n de la declaraci�n anterior: que no todos morir�n, pero todos ser�n cambiados "Los que ya murieron", dice �l, "resucitar�n incorruptible". �Mira qu� cambio habr� sobre los muertos! "Aquellos", dice �l, "quienes seguir�n vivos tambi�n ser�n cambiados". Ves entonces en cuanto a ambos. (134) Ahora percibes c�mo es, ese cambio ser� com�n para todos, pero no para dormir. (135)

Cuando dice: "Seremos transformados", se incluye a s� mismo en el n�mero de aquellos que vivir�n hasta el advenimiento de Cristo. Como era ahora la �ltima vez, ( 1 Juan 2:18,) ese d�a ( 2 Timoteo 1:18) los santos deb�an buscarlo cada hora. Al mismo tiempo, al escribir a los Tesalonicenses, �l pronuncia esa predicci�n memorable con respecto a la dispersi�n (136) que tendr�a lugar en la Iglesia antes de la venida de Cristo. ( 2 Tesalonicenses 2:3.) Sin embargo, esto no impide que �l, al poner a los corintios, por as� decirlo, en contacto inmediato con el evento, los asocie a ellos y a aquellos que en ese momento estar�an viva.

Versículo 53

53. Por esta marca corruptible debe, c�mo viviremos en el reino de Dios tanto en cuerpo como en alma, mientras que al mismo tiempo la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, porque previamente ser�n liberados de la corrupci�n. Nuestra naturaleza, entonces, como ahora es corruptible y mortal, no es admisible en el reino de Dios, pero cuando haya pospuesto la corrupci�n y haya sido embellecida con corrupci�n, entrar� en ella. Este pasaje tambi�n prueba claramente que resucitaremos en esa misma carne que ahora llevamos con nosotros, ya que el Ap�stol le asigna una nueva cualidad que servir� como prenda. Si �l hubiera dicho: Este corruptible debe ser renovado, el error de esos fan�ticos, que imaginan que la humanidad estar� dotada de nuevos cuerpos, no habr�a sido derrocado de manera tan clara o forzada. Ahora, sin embargo, cuando declara que este corruptible ser� investido de gloria, no queda espacio para el mal.

Versículo 54

54. Entonces se har� pasar el dicho Esto no es simplemente una amplificaci�n, (???????????,) (137) pero tambi�n una confirmaci�n de la declaraci�n anterior. Porque lo que fue predicho por los Profetas debe cumplirse. Ahora, esta predicci�n no se cumplir� hasta que nuestros cuerpos, dejando de lado la corrupci�n, se incorporen a la corrupci�n. Por lo tanto, este �ltimo resultado tambi�n es necesario. Para que suceda, se usa aqu� en el sentido de estar plenamente logrado, porque lo que Paul cita ahora se ha comenzado en nosotros, y es diario, tambi�n, recibiendo logros adicionales; pero no tendr� su cumplimiento completo hasta el �ltimo d�a.

Sin embargo, no parece bastante manifiesto, de qu� pasaje ha tomado esta cita, ya que muchas declaraciones ocurren en los Profetas a este efecto. Solo la probabilidad es que la primera cl�usula sea tomada de Isa�as 25:8, donde se dice que el Se�or destruir� la muerte para siempre, (138) o (como casi todos est�n inclinados a pensar) de Oseas 13:14, donde el Profeta, lamentando la obstinada maldad de Israel, se queja de que era como un ni�o inoportuno, que lucha contra los esfuerzos de su madre en la aflicci�n, para que no pueda salir del �tero, y de esto concluye, que se deb�a totalmente a s� mismo, que no fue liberado de la muerte. Los rescatar�, dice �l, del poder de la tumba: los rescatar� de la muerte. No importa si lees estas palabras en el futuro del indicativo o en el subjuntivo (139) porque de alguna manera el significado equivale a esto: que Dios estaba preparado para conferirles la salvaci�n, si hubieran permitido que se les otorgara el favor, y que, por lo tanto, si perec�an, era su culpa.

Luego agrega, �ser� tu destrucci�n, oh muerte! tu ruina, oh tumba! En estas palabras, Dios insin�a que �l logra la salvaci�n de su pueblo (140) solo cuando la muerte y la tumba se reducen a nada. Porque nadie negar� que en ese pasaje hay una descripci�n de la salvaci�n completa. Como, por lo tanto, no vemos tal destrucci�n de la muerte, se deduce que todav�a no disfrutamos de esa salvaci�n completa, que Dios promete a su pueblo, y que, en consecuencia, se retrasa hasta ese d�a. Entonces, en consecuencia, se tragar� la muerte, es decir, se reducir� a nada, (141) que podamos tener manifiestamente, en cada particular, y en todos los aspectos, (como dicen), una victoria completa sobre �l. (142)

Versículo 55

En cuanto a la segunda cl�usula, en la que triunfa sobre la muerte y la tumba, no es seguro si habla de s� mismo o si se refer�a a las palabras del Profeta. Porque donde lo presentamos, ��ser� tu destrucci�n, oh muerte! �Tu ruina, oh tumba! los griegos lo tradujeron, ��D�nde, oh muerte, est� tu traje? (143) �d�nde, oh tumba, tu aguij�n? � Ahora, aunque este error de los griegos es excusable por el parecido cercano de las palabras, (144) a�n si alguien examina atentamente el contexto, ver� que se han alejado bastante de la intenci�n del Profeta. El verdadero significado, entonces, ser� este: que el Se�or pondr� fin a la muerte y destruir� la tumba. Es posible, sin embargo, que, como la traducci�n griega era de uso com�n, Pablo aludi� a ella, y en eso no hay nada inconsistente, aunque no ha citado literalmente, porque en lugar de victoria ha usado el t�rmino acci�n o ley -traje. (145) Ciertamente soy de opini�n, que el Ap�stol no tuvo la intenci�n deliberada de llamar al Profeta como testigo, con el fin de hacer un uso incorrecto de su autoridad, pero simplemente acomodaba, de paso, a su propio uso un sentimiento que hab�a llegado a ser de uso com�n, como ser, independientemente de esto, de naturaleza piadosa. (146) Lo principal es esto: que Pablo, por una exclamaci�n de naturaleza en�rgica, dise�� despertar las mentes de los corintios y guiarlos hacia adelante. , por as� decirlo, a una vista cercana de la resurrecci�n. Ahora, aunque todav�a no contemplamos la victoria con nuestros ojos, y el d�a del triunfo a�n no ha llegado (a�n m�s, los peligros de la guerra deben ser encontrados todos los d�as), pero la seguridad de la fe, como tendremos ocasi�n de observar antes de mucho tiempo, no se reduce en absoluto.

Versículo 56

56. El aguij�n de la muerte es el pecado En otras palabras, �La muerte no tiene un dardo con el cual herirnos excepto el pecado, ya que la muerte procede de la ira de Dios. Ahora es solo con nuestros pecados que Dios est� enojado. Elimina el pecado, por lo tanto, y la muerte ya no podr� da�arnos �. Esto concuerda con lo que dijo en Romanos 6:23, que la paga del pecado es muerte. Aqu�, sin embargo, hace uso de otra met�fora, porque compar� el pecado con un aguij�n, con el cual solo la muerte est� armada para infligirnos una herida mortal. Deja que eso se quite, y la muerte se desarma, para que ya no sea hiriente. Ahora, con qu� punto de vista Paul dice que esto ser� explicado por �l antes de mucho tiempo.

La fuerza del pecado es la ley. Es la ley de Dios que imparte a ese aguij�n su poder mortal, porque no solo descubre nuestra culpa, sino que incluso la aumenta. Una exposici�n m�s clara de esta declaraci�n se puede encontrar en Romanos 7:9, donde Paul nos ense�a que estamos vivos, siempre y cuando estemos sin la ley, porque en nuestra opini�n nos conviene, y nosotros no sientan nuestra propia miseria, hasta que la ley nos convoque al juicio de Dios y hiera nuestra conciencia con la aprensi�n de la muerte eterna. Adem�s, nos ense�a que el pecado se ha dormido de una manera adormecida, pero la ley lo enciende, para enfurecerse furiosamente. Mientras tanto, sin embargo, reivindica la ley a partir de calumnias, porque es sagrada, buena y justa, y no es en s� misma la causa del pecado o la causa de la muerte. Por lo tanto, concluye que lo que sea que haya del mal debe tenerse en cuenta en nuestra propia cuenta, en la medida en que proceda manifiestamente de la depravaci�n de nuestra naturaleza. Por lo tanto, la ley no es m�s que una ocasi�n de lesi�n. La verdadera causa de la ruina est� en nosotros mismos. Por lo tanto, �l habla de la ley aqu� como la fuerza o el poder del pecado, porque ejecuta sobre nosotros el juicio de Dios. Mientras tanto, �l no niega, que el pecado inflige muerte incluso a aquellos que no conocen la ley; pero habla de esta manera, porque ejerce su tiran�a sobre ellos con menos violencia. Para la ley vino que el pecado podr�a abundar, ( Romanos 5:20), o que podr�a volverse pecaminoso sin medida. ( Romanos 7:13.)

Versículo 57

57. Pero gracias a Dios De esto parece, por qu� fue que hizo menci�n tanto del pecado como de la ley, al tratar de la muerte. La muerte no tiene ning�n aguij�n para herir excepto el pecado, y la ley imparte a este aguij�n un poder mortal. Pero Cristo ha vencido el pecado, y al conquistarlo nos ha conseguido la victoria y nos ha redimido de la maldici�n de la ley. ( G�latas 3:13.) De aqu� se deduce que ya no estamos bajo el poder de la muerte. Por lo tanto, aunque todav�a no tenemos un descubrimiento completo de esos beneficios, es posible que ya tengamos confianza en ellos, porque es necesario que lo que se ha logrado en la Cabeza se haga tambi�n en los miembros. Podemos, por lo tanto, triunfar sobre la muerte como sometida, porque la victoria de Cristo es nuestra.

Cuando, por lo tanto, dice, que se nos ha dado la victoria, debes entender esto en primer lugar, ya que Cristo ha abolido el pecado en su propia persona, ha satisfecho la ley, ha soportado la maldici�n, ha apaciguado la ira de Dios y ha procurado la vida; y m�s all�, porque ya ha comenzado a hacernos part�cipes de todos esos beneficios. Si bien todav�a llevamos con nosotros los restos del pecado, sin embargo, no reina en nosotros: aunque todav�a nos pica, no lo hace fatalmente, porque su borde est� embotado, para que no penetre en el vitales del alma. Aunque la ley todav�a amenaza, sin embargo, se nos presenta la libertad que nos fue obtenida por Cristo, que es un ant�doto para sus terrores. Aunque los restos del pecado a�n moran en nosotros, sin embargo, el Esp�ritu que levant� a Cristo de la muerte es vida, a causa de la justicia. ( Romanos 8:10.) Ahora sigue la conclusi�n.

Versículo 58

58. Por lo tanto, mis hermanos Habi�ndose satisfecho de haber probado suficientemente la doctrina de la resurrecci�n, ahora cierra su discusi�n con una exhortaci�n; y esto tiene mucha m�s fuerza que si hubiera hecho uso de una simple conclusi�n con una afirmaci�n. Como tu trabajo, dice �l, no es en vano en el Se�or, s� firme y abunda en buenas obras. Ahora �l dice que su trabajo no es en vano, por esta raz�n, que hay una recompensa para ellos con Dios. Esta es esa esperanza exclusiva que, en primera instancia, anima a los creyentes, y luego los sostiene, para que no se detengan en la carrera. Por lo tanto, los exhorta a permanecer firmes, porque descansan sobre una base firme, ya que saben que una vida mejor est� preparada para ellos en el cielo.

�l agrega: abundando en la obra del Se�or; porque la esperanza de una resurrecci�n nos hace no estar cansados ??de hacer el bien, como ense�a en Colosenses 1:10. En medio de tantas ocasiones de ofensa que constantemente se nos presentan, qui�n est� all� que no se desanime, o se aparte del camino, si no fuera eso, al pensar en una vida mejor, por este medio se le mantiene temeroso de �Dios? Ahora, por otro lado, �l insin�a, que si se quita la esperanza de una resurrecci�n, entonces, al erradicar la base (por as� decirlo), toda la estructura de la piedad cae al suelo. (147) Sin lugar a dudas, si la esperanza de recompensa se quita y se extingue, la rapidez en la carrera no solo se enfriar�, sino que se destruir� por completo.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 15". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-15.html. 1840-57.
 
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