Bible Commentaries
1 Corintios 4

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. Deje que un hombre nos cuente ya que no era de poca importancia ver a la Iglesia de esta manera desgarrada por facciones corruptas, de los gustos o no le gustaban las personas, entre en una discusi�n a�n m�s prolongada sobre el ministerio de la palabra. Aqu� hay tres cosas a considerar en su orden. En primer lugar, Pablo describe el oficio de pastor de la Iglesia. En segundo lugar, muestra, que no es suficiente que nadie produzca un t�tulo, o incluso que asuma el deber: se requiere una administraci�n fiel del cargo. En tercer lugar, como el juicio formado por �l por los corintios era absurdo, (207) los llama a �l y a ellos al tribunal de Cristo. En primer lugar, entonces, ense�a en qu� estimaci�n se debe tener a cada maestro en la Iglesia. En este departamento, modifica su discurso de tal manera que, por un lado, no reduce el cr�dito del ministerio ni, por otro, asigna al hombre m�s de lo que es conveniente. Porque ambas cosas son extremadamente peligrosas, porque, cuando bajan los ministros, surge el desprecio de la palabra, (208) mientras que, por otro lado, si son exaltados sin medida, abusan de la libertad y se vuelven "insensatos contra el Se�or". ( 1 Timoteo 5:11.) Ahora el medio observado por Pablo consiste en esto, que los llama ministros de Cristo; por lo cual �l insin�a, que deben aplicarse no a su propio trabajo sino al del Se�or, que los ha contratado como sus siervos, y que no est�n designados para gobernar de manera autoritativa en la Iglesia, sino que son sujeto a la autoridad de Cristo (209) - en resumen, que son servidores, no amos.

En cuanto a lo que agrega: mayordomos de los misterios de Dios, expresa por este medio el tipo de servicio. Con esto, insin�a que su cargo no se extiende m�s all� de esto, que son administradores de los misterios de Dios. En otras palabras, lo que el Se�or ha comprometido a su cargo lo entregan a los hombres de mano en mano, ya que la expresi�n es (210) - no es lo que ellos mismos podr�an elegir. "Para este prop�sito, Dios los ha elegido como ministros de su Hijo, para que a trav�s de ellos pueda comunicar a los hombres su sabidur�a celestial, y por lo tanto no deben ir un paso m�s all� de esto". Parece, al mismo tiempo, dar un golpe indirecto a los corintios, quienes, dejando en el fondo los misterios celestiales, hab�an comenzado a cazar con excesivo entusiasmo despu�s de extra�os inventos, y por lo tanto valoraron a sus maestros por nada m�s que un aprendizaje profano. Es una distinci�n honorable que confiere al evangelio cuando llama a su contenido los misterios de Dios. Pero a medida que los sacramentos est�n conectados con estos misterios como ap�ndices, se deduce que aquellos que tienen la responsabilidad de administrar la palabra son los administradores autorizados de ellos tambi�n.

Versículo 2

2. Pero se requiere en los ministros (211) Es como si hubiera dicho , no es suficiente ser mayordomo si no hay una mayordom�a recta. Ahora la regla de una mayordom�a recta es conducirse con fidelidad. Es un pasaje que debe observarse cuidadosamente, ya que vemos cu�n arrogantemente (212) Los papistas requieren que todo lo que hacen y ense�an deben tener la autoridad de la ley. , simplemente por ser llamados pastores. Por otro lado, Paul est� tan lejos de estar satisfecho con el mero t�tulo, que, en su opini�n, ni siquiera es suficiente que haya una llamada leg�tima, a menos que la persona que se llama se conduzca en la oficina con fidelidad. En cada ocasi�n, por lo tanto, en la que los papistas sostienen ante nosotros la m�scara de un nombre, con el prop�sito de mantener la tiran�a de su �dolo, dejemos que nuestra respuesta sea que Pablo requiere m�s que esto de los ministros de Cristo, sin embargo, en Al mismo tiempo, el Papa y su tren asistente no solo quieren fidelidad en el desempe�o del cargo, sino tambi�n en el ministerio mismo, si todo se considera debidamente.

Sin embargo, este pasaje milita no solo contra los maestros malvados, sino tambi�n contra todos los que tienen otro objeto a la vista que la gloria de Cristo y la edificaci�n de la Iglesia. Porque todo el que ense�a la verdad no es necesariamente fiel, sino solo el que desea desde el coraz�n servir al Se�or y promover el reino de Cristo. Tampoco es sin una buena raz�n que Agust�n asigne a los asalariados, ( Juan 10:12), un lugar intermedio entre los lobos y los buenos maestros. En cuanto a que Cristo requiere sabidur�a tambi�n por parte del buen administrador, ( Lucas 12:42) habla, es cierto, en ese pasaje con mayor claridad que Pablo, pero el significado es el mismo. Porque la fidelidad de la que habla Cristo es la rectitud de la conciencia, que debe ir acompa�ada de un consejo prudente y s�lido. Por un ministro fiel, Pablo significa alguien que, con conocimiento y rectitud, (213) desempe�a el cargo de un ministro bueno y fiel.

Versículo 3

3. Pero para m� es una cosa muy peque�a Quedaba que �l les presentara su fidelidad, para que los corintios pudieran juzgarlo por esto, pero , ya que su juicio fue corrompido, lo tira a un lado y apela al tribunal de Cristo. Los corintios erraron en esto, que miraron con asombro las m�scaras extranjeras, y no prestaron atenci�n a las marcas de distinci�n verdaderas y apropiadas. (214) �l, en consecuencia, declara con gran confianza, que desprecia un juicio pervertido y ciego de este tipo. De esta manera, tambi�n, �l, por un lado, expone admirablemente la vanidad de los falsos ap�stoles que hicieron de los simples aplausos de los hombres su objetivo, y se consideraron felices si los admiraban; y, por otro lado, castiga severamente la arrogancia (215) de los corintios, raz�n por la cual estaban tan cegados en su juicio.

Pero, se pregunta, �sobre qu� base era permisible para Pablo, no solo dejar de lado la censura de una Iglesia, sino ponerse por encima del juicio de los hombres? porque esta es una condici�n com�n a todos los pastores, para ser juzgada por la Iglesia. Respondo que es parte de un buen pastor someter su doctrina y su vida para su examen al juicio de la Iglesia, y que es el signo de una buena conciencia de no rehuir la luz de una inspecci�n cuidadosa. A este respecto, Pablo, sin duda, estaba preparado para someterse al juicio de la Iglesia de Corinto y para ser llamado a rendir cuentas tanto de su vida como de su doctrina, si hubiera habido entre ellos un escrutinio adecuado, (216) ya que a menudo les asigna este poder, y por su propia voluntad les suplica que est�n preparados para juzgar correctamente. Pero cuando un pastor fiel ve que se ve afectado por afectos irracionales y perversos, y que la justicia y la verdad no tienen cabida, debe apelar a Dios y dirigirse a su tribunal, independientemente de la opini�n humana, especialmente cuando no puede asegurar que se llegue a un conocimiento verdadero y adecuado de los asuntos.

Si, entonces, los siervos del Se�or tendr�an en cuenta que deben actuar de esta manera, que permitan que su doctrina y su vida sean puestas a prueba, es m�s, que se presenten voluntariamente para este prop�sito; y si hay algo en contra de ellos, que no se nieguen a responder. Pero si ven que son condenados sin ser escuchados en su propia defensa, y que se les emite un juicio sin que se les permita una audiencia, d�jenlos elevar sus mentes a tal tono de magnanimidad, como eso, despreciando las opiniones de hombres, esperar�n sin temor a Dios como su juez. De esta manera, los Profetas de la antig�edad, que tienen que ver con personas refractarias, (217) y quienes tuvieron la audacia de despreciar la palabra de Dios en su administraci�n de requer�a levantarse en alto para pisar esa obstinaci�n diab�lica, que evidentemente tend�a a derrocar de inmediato la autoridad de Dios y la luz de la verdad. Si alguien, sin embargo, cuando se le da la oportunidad de defenderse, o al menos cuando tiene que limpiarse, apela a Dios por medio de un subterfugio, no har� bien su inocencia, sino que descubrir� su imprudencia consumada. (218)

O del d�a del hombre. Mientras que otros lo explican de otra manera, la forma m�s simple, en mi opini�n, es entender la palabra d�a como se usa metaf�ricamente para significar juicio, porque hay d�as establecidos para administrar justicia, y los acusados ??son convocados para aparecer en un d�a determinado. lo llama el d�a del hombre (219) cuando se pronuncia el juicio, no de acuerdo con la verdad o de acuerdo con la palabra del Se�or, sino de acuerdo con el humor o la precipitaci�n de hombres, (220) y en resumen, cuando Dios no preside. "Que los hombres", dice, "se sienten a juzgar como les plazca: es suficiente para m� que Dios anule lo que hayan pronunciado".

No, yo juzgo no el m�o. El significado es: �No me aventuro a juzgarme, aunque me conozco mejor; �c�mo me juzgar�s, a quien conozco menos �ntimamente? Ahora demuestra que no se aventura a juzgarse a s� mismo por esto, que aunque no es consciente de s� mismo de nada malo, no es absuelto a la vista de Dios. Por lo tanto, concluye que lo que los corintios asumen para s� mismos pertenece exclusivamente a Dios. �En cuanto a m�, dice �l, �cuando me he examinado cuidadosamente, percibo que no soy tan clarividente como para discernir a fondo mi verdadero car�cter; y, por lo tanto, lo dejo al juicio de Dios, quien solo puede juzgar, y a quien pertenece exclusivamente esta autoridad. En cuanto a ti, entonces, �sobre qu� base har�s pretensiones de algo m�s?

Sin embargo, como era muy absurdo rechazar todo tipo de juicio, ya sea de individuos que se respetan a s� mismos, o de un individuo que respeta a su hermano, o de todos juntos que respetan a su pastor, debe entenderse que Pablo no habla aqu� de las acciones de hombres, que pueden considerarse buenos o malos seg�n la palabra del Se�or, pero de la eminencia de cada individuo, que no debe estimarse seg�n los humores de los hombres. Le pertenece solo a Dios determinar qu� distinci�n tiene cada uno y qu� honor merece. Los corintios, sin embargo, despreciando a Pablo, exaltaron infundadamente a otros a los cielos, como si tuvieran a su disposici�n ese conocimiento que pertenec�a exclusivamente a Dios. Esto es lo que mencion� anteriormente como el d�a del hombre: cuando los hombres montan el trono del juicio y, como si fueran dioses, anticipan el d�a de Cristo, quien solo es designado por el Padre como juez, asignado a cada uno. en su puesto de honor, asigne a algunos un lugar alto y degrade a otros a los asientos m�s bajos. Pero, �qu� regla de distinci�n observan? Miran simplemente a lo que aparece abiertamente; y, por lo tanto, lo que a su juicio es elevado y honorable, es en muchos casos una abominaci�n a la vista de Dios. ( Lucas 16:15.) Si alguien se opone m�s, para que los ministros de la palabra se distingan en este mundo por sus obras, como �rboles por sus frutos, ( Mateo 7:16,) Admito que esto es cierto, pero debemos considerar con qui�n tuvo que tratar Paul. Fue con personas que, al juzgar, no buscaron nada m�s que mostrar y pompa, y se arrogaron a s� mismos un poder que Cristo, mientras estuvo en este mundo, se abstuvo de usar: el de asignar a cada uno su asiento en el reino de Dios. ( Mateo 20:23.) Por lo tanto, no nos proh�be estimar a aquellos a quienes hemos encontrado que son trabajadores fieles y declararlos como tales; ni, por otro lado, juzgar a las personas como malos trabajadores de acuerdo con la palabra de Dios, sino que condena esa imprudencia que se practica cuando algunos son preferidos sobre otros en un esp�ritu de ambici�n, no de acuerdo con sus m�ritos, sino sin ellos. examen del caso. (221)

Versículo 4

4. No soy consciente de nada defectuoso. Observemos que Pablo no habla aqu� de toda su vida, sino simplemente del oficio de apostolado. Porque si hubiera estado completamente inconsciente de algo malo, (222) eso habr�a sido una queja sin fundamento que �l hace en Romanos 7:15, donde lamenta que el mal que no quiere, que hace, y que es por el pecado no se entrega por completo a Dios. Pablo, por lo tanto, sinti� el pecado morando en �l, y lo confes�; pero en cuanto a su apostolado (que es el tema que se trata aqu�) se hab�a conducido con tanta integridad y fidelidad que su conciencia no lo acus� de nada. Esta es una protesta sin car�cter com�n, y de una naturaleza que muestra claramente la piedad y la santidad de su pecho; (223) y, sin embargo, dice que no est� justificado, es decir, puro y completamente libre de culpa ante los ojos de Dios. �Por qu�? Seguramente, porque Dios ve mucho m�s claramente que nosotros; y por lo tanto, lo que nos parece m�s limpio, es sucio en sus ojos. Aqu� tenemos una advertencia hermosa y singularmente rentable, para no medir la rigurosidad del juicio de Dios seg�n nuestra propia opini�n; porque somos miopes, pero Dios est� discerniendo preeminentemente. Pensamos en nosotros mismos con indulgencia, pero Dios es un juez de la m�s estricta rigidez. De ah� la verdad de lo que dice Salom�n:

"Las formas de cada hombre parecen tener sus propios ojos, pero el Se�or reflexiona sobre los corazones". ( Proverbios 21:2.)

Los papistas abusan de este pasaje con el prop�sito de sacudir la seguridad de la fe, y realmente, confieso, que si su doctrina fuera admitida, no podr�amos hacer nada m�s que temblar de miseria durante toda nuestra vida. �De qu� tranquilidad podr�an disfrutar nuestras mentes si se determinara a partir de nuestras obras si estamos complaciendo a Dios? Confieso, por lo tanto, que desde los cimientos principales de los papistas no sigue m�s que una continua inquietud por la conciencia; y, en consecuencia, ense�amos que debemos recurrir a la promesa gratuita de misericordia, que se nos ofrece en Cristo, para que podamos estar completamente seguros de que Dios nos considera justos.

Versículo 5

5. Por lo tanto, no juzgues nada antes de tiempo Desde esta conclusi�n, es manifiesto, que Pablo no quiso reprochar todo tipo de juicio sin excepci�n, sino solo lo que es apresurado y erupci�n cut�nea, sin examinar el caso. Porque los corintios no marcaron con ojo injusto el car�cter de cada individuo, sino que, cegados por la ambici�n, exaltaron infundadamente a uno y despreciaron a otro, y se encargaron de marcar la dignidad de cada individuo m�s all� de lo que es legal para los hombres. H�ganos saber, entonces, cu�nto nos est� permitido, qu� hay ahora dentro de la esfera de nuestro conocimiento y qu� se difiere hasta el d�a de Cristo, y no intentemos ir m�s all� de estos l�mites. Porque hay algunas cosas que ahora se ven abiertamente, mientras que hay otras que yacen enterradas en la oscuridad hasta el d�a de Cristo.

�Qui�n traer� a la luz? Si esto se afirma de manera verdadera y adecuada respetando el d�a de Cristo, se deduce que las cosas nunca est�n tan bien reguladas en este mundo, pero que muchas cosas est�n involucradas en la oscuridad, y que nunca hay tanta luz, pero que muchas cosas permanecen en la oscuridad. . Hablo de la vida de los hombres y sus acciones. Explica en la segunda cl�usula, cu�l es la causa de la oscuridad y la confusi�n, para que todas las cosas no se manifiesten ahora. Es porque hay rincones maravillosos y lugares de acecho m�s profundos en los corazones de los hombres. Por lo tanto, hasta que los pensamientos de los corazones salgan a la luz, siempre habr� oscuridad.

Y entonces cada uno tendr� alabanzas. Es como si hubiera dicho: "Ahora, oh Corintios, como si tuvieran la adjudicaci�n de los premios, (224) corona a algunos y despide a otros con verg�enza, pero este derecho y este cargo pertenecen exclusivamente a Cristo. Lo haces antes de tiempo, antes de que se manifieste qui�n es digno de ser coronado, pero el Se�or ha designado un d�a en el que lo har� manifiesto ". Esta declaraci�n surge de la seguridad de una buena conciencia, lo que nos trae tambi�n esta ventaja, al cometer nuestras alabanzas en las manos de Dios, ignoramos el aliento vac�o de los aplausos humanos.

Versículo 6

6. Tengo una figura transferida. Por lo tanto, podemos inferir que no fueron los que estaban apegados a Pablo los que dieron origen a las fiestas, como seguramente no lo hicieron. han sido tan instruidos, pero aquellos que por ambici�n se entregaron a maestros vanos. (225) Pero como pudo expresar m�s libremente y con menos envidia su propio nombre y el de sus hermanos, prefiri� se�alar en su propia persona el culpa que existi� en otros. Al mismo tiempo, da un duro golpe a los creadores de las fiestas y se�ala con el dedo las fuentes de las que surgi� este divorcio mortal. Porque �l les muestra que si hubieran estado satisfechos con buenos maestros, habr�an estado exentos de este mal. (226)

Eso somos nosotros Algunos manuscritos tienen "eso en ti. Ambas lecturas se adaptan bien, y no hay diferencia de significado; porque lo que Pablo pretende es esto: "Por ejemplo, me he transferido estas cosas a m� y a Apolos, para que ustedes puedan transferir este ejemplo a ustedes mismos". "Aprende entonces en nosotros", es decir, "en ese ejemplo que he puesto ante ti en nuestra persona como en un espejo"; o "Aprenda en usted", es decir, "apliquen este ejemplo a ustedes mismos". �Pero qu� desea que aprendan? Que nadie se enfade por su propio maestro contra otro, es decir, que no se enorgullezcan por sus maestros y no abusen de sus nombres con el prop�sito de formar partidos y desgarrar a la Iglesia. Observe tambi�n que el orgullo o la altivez son la causa y el comienzo de todas las disputas, cuando cada uno, asumiendo a s� mismo m�s de lo que tiene derecho a hacer, est� ansioso por tener a otros sujetos a �l.

La cl�usula anterior a lo que est� escrito puede explicarse de dos maneras, ya sea en referencia a los escritos de Pablo o a las pruebas de las Escrituras que �l ha presentado. Como esto, sin embargo, es cuesti�n de poco tiempo, mis lectores pueden tener la libertad de tomar lo que prefieran.

Versículo 7

7. �Para qui�n te distingue? El significado es: �Deje que el hombre se presente, sea quien sea, que desee distinguirlo y perturbe a la Iglesia por su ambici�n. �Le exigir� qui�n es el que lo hace superior a los dem�s? Es decir, �qui�n es el que le ha conferido el privilegio de ser sacado del rango de los dem�s y ser superior a los dem�s? Ahora bien, todo este razonamiento depende del orden que el Se�or ha designado en su Iglesia: que los miembros del cuerpo de Cristo puedan unirse y que cada uno de ellos descanse satisfecho con su propio lugar, su propio rango, su propio cargo, y su propio honor. Si un miembro desea abandonar su lugar, para saltar al lugar de otro e invadir su oficina, �qu� ser� de todo el cuerpo? H�ganos saber, entonces, que el Se�or nos ha colocado as� en la Iglesia, y ha asignado de tal manera a cada uno su propio puesto, que, estando bajo una cabeza, podemos ayudarnos mutuamente. H�ganos saber, adem�s, que hemos sido dotados con una diversidad de dones, para que podamos servir al Se�or con modestia y humildad, y podamos esforzarnos por promover la gloria de aquel que nos ha conferido todo lo que tenemos. Este, entonces, era el mejor remedio para corregir la ambici�n de aquellos que deseaban la distinci�n: llamarlos de regreso a Dios, para que pudieran reconocer que no estaba de acuerdo con el placer de nadie que �l fuera colocado en un lugar una estaci�n baja, pero que esto pertenec�a solo a Dios; y m�s all�, que Dios no confiere tanto a nadie como para elevarlo al lugar de la Cabeza, sino que distribuye sus dones de tal manera que solo �l es glorificado en todas las cosas.

Distinguir aqu� significa hacer eminente. (227) Agust�n, sin embargo, no hace uso inepto de esta declaraci�n para mantener, en oposici�n a los pelagianos, ( 228) que cualquier cosa que haya de excelencia en la humanidad, no est� implantada en �l por naturaleza, de modo que pueda atribuirse a la naturaleza o al descenso; y m�s all�, que no se adquiere por libre albedr�o, para obligar a Dios, sino que fluye de su misericordia pura e inmerecida. Porque no puede haber ninguna duda de que Pablo aqu� contrasta la gracia de Dios con el m�rito o la dignidad de los hombres. (229)

�Y qu� tienes t�? Esta es una confirmaci�n de la declaraci�n anterior, ya que el hombre no puede en buen terreno exaltarse a s� mismo, quien no tiene superioridad sobre los dem�s. �Por qu� mayor vanidad hay que la de jactarse sin fundamento? Ahora, no hay hombre que tenga algo de excelencia de s� mismo; por lo tanto, el hombre que se ensalza es un tonto y un idiota. El verdadero fundamento de la modestia cristiana es este: no ser autocomplaciente, como saber que estamos vac�os y desprovistos de todo lo bueno, que, si Dios ha implantado en nosotros algo que es bueno, somos tanto m�s deudores a su gracia; y en fin, que, como dice Cipriano, no debemos gloriarnos en nada, porque no hay nada que sea nuestro.

�Por qu� te glor�as como si no lo hubieras recibido? Obs�rvese que no queda terreno para nuestra gloria, ya que es por

la gracia de Dios de que somos lo que somos, ( 1 Corintios 15:10.)

Y esto es lo que tuvimos en el primer cap�tulo, que Cristo es la fuente de todas las bendiciones para nosotros, para que podamos aprender a gloriarnos en el Se�or, ( 1 Corintios 1:30), y esto lo hacemos, solo cuando Renunciamos a nuestra propia gloria. Porque Dios no obtiene lo que le corresponde de otra manera que no sea que estemos vaciados, de modo que se pueda ver que todo en nosotros que es digno de alabanza se deriva.

Versículo 8

8. Ahora est�s lleno Teniendo en serio, y sin el uso de ninguna figura, vencer su vana confianza, ahora tambi�n lo ridiculiza a modo de iron�a , (230) porque son muy autocomplacientes, como si fueran las personas m�s felices del mundo. Tambi�n procede, paso a paso, a exponer su insolencia. En primer lugar, dice, que estaban llenos: esto se refiere al pasado. Luego agrega: Vosotros sois ricos: esto se aplica al futuro. Por �ltimo, dice, que hab�an reinado como reyes, esto es mucho m�s que cualquiera de esos dos. Es como si hubiera dicho: "�Qu� lograr�s cuando pareces no solo estar lleno para el presente, sino que tambi�n eres rico para el futuro? Adem�s, �son reyes?" Al mismo tiempo, los reprende t�citamente con ingratitud, porque tuvieron la audacia de despreciarlo, o mejor dicho, aquellos a trav�s de los cuales hab�an obtenido todo.

Sin nosotros, dice �l. �Porque Apolos y yo ahora no somos apreciados por ti, aunque es por nuestra instrumentalidad que el Se�or te ha conferido todo. �Qu� inhumanidad hay en descansar con autocomplacencia en los dones de Dios, mientras que mientras tanto desprecias a aquellos a trav�s de cuya instrumentalidad los obtuviste!

Y le dir�a a Dios que reinaron (231) Aqu� declara que no envidia su felicidad (si es que la tienen) y que Al principio no ha tratado de reinar entre ellos, sino solo de llevarlos al reino de Dios. Sin embargo, �l insin�a que el reino en el que se glorificaron era simplemente imaginario, y que su gloria era infundada y perniciosa, (232) all� no siendo una verdadera gloria sino lo que disfrutan todos los hijos de Dios en com�n, bajo Cristo su Cabeza, y cada uno de ellos seg�n la medida de la gracia que le ha sido dada.

Porque con estas palabras para que tambi�n reinemos con nosotros, quiere decir esto: �Eres tan reconocido en tu propia opini�n que no dudes en despreciarme a m� y a aquellos como yo, pero marca, cu�n vana es tu gloria. Porque no puedes glorificarte delante de Dios, en el cual no tenemos una participaci�n, porque si el honor te afecta por tener el evangelio de Dios, �cu�nto m�s para nosotros, por cuyo ministerio te fue transmitido! Y seguramente, esta es una locura (233) que es com�n a todos los orgullosos, que al atraer todo hacia s� mismos, se despojan de cada bendici�n, m�s a�n , renuncian a la esperanza de la salvaci�n eterna ".

Versículo 9

9. Por lo que creo, etc. No est� claro si habla de s� mismo exclusivamente, o acepta al mismo tiempo a Apolos y Silvanus, porque a veces llama a tales personas ap�stoles. Sin embargo, prefiero entenderlo por s� mismo exclusivamente. Si alguien se inclina a extenderlo m�s, no tendr� ninguna objeci�n en particular, siempre y cuando �l no lo entienda como Cris�stomo, en el sentido de que los ap�stoles fueron como por la ignominia reservada al �ltimo lugar. (234) Porque no puede haber ninguna duda de que por el �ltimo t�rmino, se refiere a aquellos que fueron admitidos al rango de ap�stoles posteriormente a la resurrecci�n de Cristo. Ahora, admite que es como aquellos que se exhiben ante la gente cuando est�n en la v�spera de la muerte. Porque tal es el significado de la palabra exhibida, ya que aquellos que en ocasiones de un triunfo fueron conducidos alrededor (235) por el bien del espect�culo, y luego se apresuraron lejos a la prisi�n para ser estrangulado.

Esto lo expresa m�s claramente al agregar que se hicieron un espect�culo. "Esta", dice �l, "es mi condici�n, que exhibo al mundo un espect�culo de mis miserias, como aquellos que han sido condenados a luchar con bestias salvajes, (236) o para los juegos de los gladiadores, o para alg�n otro modo de castigo, son presentados a la vista de la gente, y eso no ante unos pocos espectadores, sino ante el mundo entero. Observe aqu� la admirable firmeza de Pablo, quien, aunque se vio a s� mismo tratado por Dios de esta manera, no se quebr� ni se desanim�. Porque �l no lo atribuye a la impotencia de los imp�os, que fue, por as� decirlo, llevado con ignominia al deporte de la arena, sino que lo atribuye totalmente a la providencia de Dios.

La segunda cl�usula para los �ngeles y los hombres, considero que es expositiva en este sentido: "Estoy hecho un deporte y un espect�culo, no solo para la tierra, sino tambi�n para el cielo". Este pasaje se ha explicado com�nmente como referido a los demonios, ya que parece absurdo referirse a los buenos �ngeles. Sin embargo, Pablo no quiere decir que todos los que son testigos de esta calamidad est�n satisfechos con tal espect�culo. Simplemente quiere decir que el Se�or ha ordenado tanto su suerte que parece haber sido designado para proporcionar deporte a todo el mundo. .

Versículo 10

10. Somos tontos por el amor de Cristo Este contraste es ir�nico y extremadamente puntiagudo, ya que es indecoroso y absurdo que los corintios sean felices y honorables en todos los aspectos , seg�n la carne, mientras que, mientras tanto, contemplaban a su amo y padre afectados por la m�s baja ignominia, y con miserias de todo tipo. Para aquellos que piensan que Pablo se humilla de esta manera, para que pueda atribuir a los corintios con seriedad las cosas que �l reconoce que necesitan, pueden ser refutadas sin ninguna dificultad de la peque�a cl�usula que �l despu�s subunidades. Al hablar, por lo tanto, de los corintios como sabios en Cristo, fuertes y honorables, hace una concesi�n ir�nicamente, como si hubiera dicho (237) - �Deseas, junto con el evangelio, retener elogios por la sabidur�a, (238) mientras que no he podido predicar a Cristo de otro modo que al volverme tonto este mundo. Ahora, cuando voluntariamente, en su cuenta, me haya sometido a ser un tonto, o ser considerado como tal, considere si es razonable que desee ser considerado sabio. �C�mo consorten estas cosas, que yo, que he sido tu maestro, soy un tonto por el amor de Dios, y t�, por otro lado, sigues siendo sabio! De esta manera, ser sabio en Cristo no se toma aqu� en un buen sentido, ya que se burla de los corintios por desear mezclar a Cristo y la sabidur�a de la carne, en la medida en que esto se esfuerza por unir las cosas directamente contrarias.

El caso es el mismo que para las cl�usulas posteriores: �Eres fuerte, dice �l, y honorable, es decir, te glor�as en las riquezas y recursos del mundo, no puedes soportar la ignominia de la cruz. Mientras tanto, �es razonable que est� en su cuenta (239) malo y despreciable, y expuesto a muchas enfermedades? Ahora la queja conlleva tanto m�s reproche (240) en esta cuenta, que incluso entre ellos era d�bil y despreciable. ( 2 Corintios 10:10.) Bien, se burla de su vanidad a este respecto, que, invirtiendo el orden de las cosas, aquellos que eran hijos y seguidores deseaban ser considerados honorables y nobles, mientras su padre estaba en oscuridad, y fue expuesto tambi�n a todos los reproches del mundo.

Versículo 11

11. Hasta esta hora. El ap�stol aqu� describe su condici�n, como en una imagen, de que los corintios puedan aprender, de su ejemplo, a dejar a un lado esa nobleza de esp�ritu y abrazar, como lo hizo, la cruz de Cristo con mansedumbre de esp�ritu. �l descubre la mayor destreza a este respecto, que al mencionar aquellas cosas que lo hicieron despreciable, ofrece una prueba clara de su fidelidad singular y su celo infatigable por el avance del evangelio; y, por otro lado, reprende t�citamente a sus rivales, quienes, aunque no hab�an proporcionado tal prueba, deseaban, sin embargo, ser tenidos en la m�s alta estima. En las palabras en s� mismas no hay oscuridad, excepto que debemos tomar nota de la distinci�n entre esos dos participios: ????????????? ??? ?????????????? (vilipendiado y difamado). Como ???????? significa: m�s duro Una especie de barandilla, que no solo le da a una persona un ligero toque, sino un mordisco agudo, y ennegrece su car�cter de forma contigua, no hay duda de que ????????? significa herir a una persona con reproche como con una picadura (241) En consecuencia, lo he procesado - hostigado con malvados ????????? significa un reproche m�s abierto, cuando alguien es calumniado severamente y atrozmente . (242)

Versículo 12

12. Cuando dice que mientras es perseguido lo sufre, y que ora por sus rebeldes, insin�a que Dios no solo lo aflige y humilla. significa la cruz, pero tambi�n est� dotado de una disposici�n para humillarse voluntariamente. En esto, tal vez, le da un golpe a los falsos ap�stoles, que eran tan afeminados y tiernos, que no pod�an soportar ser tocados ni siquiera con su dedo me�ique. Al hablar de su labor, agrega - con nuestras propias manos, para expresar m�s completamente la mezquindad de sus empleos (243) - "No me limito a ganarme la vida". para m� mismo por mi propio trabajo, pero por mal trabajo, trabajando con mis propias manos. "

Versículo 13

13. Como las execraciones del mundo. Hace uso de dos t�rminos, el primero de los cuales denota a un hombre que, por execraciones p�blicas, es devoto, con el objetivo de limpiar una ciudad, (244) para tales personas, en raz�n de su limpieza al resto de la gente, al recibir en s� mismos lo que haya en la ciudad de cr�menes y ofensas atroces, los griegos a veces los llaman ????????, pero m�s frecuentemente ?????????. (245) Paul, al agregar la preposici�n ???? (alrededor) parece tener ten�a un ojo en el rito expiatorio en s� mismo, en la medida en que esos hombres infelices que se dedicaban a las execraciones fueron conducidos por las calles, para que pudieran llevarse consigo lo que fuera del mal (246) en cualquier esquina, para que la limpieza sea m�s completa. Puede parecer que el n�mero plural implica que no habla exclusivamente de s� mismo, sino tambi�n de los otros que eran sus asociados y que los corintios no ten�an menos desprecio por ellos. Sin embargo, no hay una raz�n urgente para considerar que lo que �l dice se extiende m�s all� de s� mismo. El otro t�rmino - ????????, (desv�o,) denota limaduras o raspaduras de cualquier tipo, y tambi�n las basuras que se eliminan con un cepillo. (247) En cuanto a ambos t�rminos, consulte las anotaciones de Budaeus. (248)

En lo que respecta al significado del pasaje que tenemos ante nosotros, Paul, con el fin de expresar su extrema degradaci�n, dice que todo el mundo lo mantiene abominado, como un hombre apartado para la expiaci�n, (249) y que, como las desviaciones, tiene n�useas para todos. Al mismo tiempo, no quiere decir, seg�n la comparaci�n anterior, que �l es v�ctima expiatoria de los pecados, sino que simplemente quiere decir que, con respecto a la desgracia y los reproches, no difiere nada del hombre sobre quien se acumulan las execraciones de todos.

Versículo 14

14. No escribo estas cosas para avergonzarte Como los casos anteriores de iron�a eran muy puntiagudos, para que pudieran exasperar las mentes de los corintios, ahora obvia esa insatisfacci�n al declarar que no hab�a dicho estas cosas para cubrirlas de verg�enza, sino para amonestarlas con afecto paterno. De hecho, es cierto que esta es la naturaleza y la tendencia del castigo de un padre, hacer que su hijo se sienta avergonzado; porque la primera se�al de retorno a un estado mental correcto es la verg�enza que el hijo comienza a sentir al ser reprochado por su culpa. El objeto, entonces, que el padre tiene en mente cuando castiga a su hijo con reprensiones, es que puede llevarlo a estar disgustado consigo mismo. Y vemos que la tendencia de lo que Pablo ha dicho hasta ahora es hacer que los corintios se averg�encen de s� mismos. Adem�s, lo encontraremos un poco despu�s ( 1 Corintios 6:5) declarando que hizo menci�n de sus fallas para que puedan comenzar a avergonzarse. Aqu�, sin embargo, simplemente quiere decir intimar, que no fue su intenci�n acumular verg�enza sobre ellos, o exponer sus pecados p�blica y abiertamente con miras a su reproche. Para el que amonesta con un esp�ritu amistoso, se preocupa especialmente de que lo que sea de verg�enza pueda permanecer con el individuo a quien amonesta, (250) y de esta manera puede ser enterrado. Por otro lado, el hombre que reprocha con una disposici�n maligna, inflige verg�enza al hombre a quien reprocha por su culpa, de tal manera que lo somete al reproche de todos. Luego, Paul simplemente afirma que lo que hab�a dicho, lo hab�a dicho �l, sin disposici�n a reprender, o con la intenci�n de da�ar su reputaci�n, sino, por el contrario, con afecto paterno, les advirti� sobre lo que ve�a ser defectuoso en ellos.

Pero, �cu�l fue el dise�o de esta advertencia? Era que los corintios, que estaban llenos de meras nociones vac�as, pod�an aprender a la gloria, como lo hizo, en la humillaci�n de la cruz, y ya no pod�an despreciarlo por aquellos motivos por los cuales era merecidamente honorable a la vista de Dios y los �ngeles: en fin, que, dejando de lado su arrogancia acostumbrada, podr�an establecer un valor m�s alto en esas marcas (251) de Cristo ( G�latas 6:17) que estaban sobre �l, que en el espect�culo vac�o y falso de los falsos ap�stoles. Dejemos que los maestros (252) infieran de esto, que en las reprensiones siempre deben usar tal moderaci�n para no herir las mentes de los hombres con severidad excesiva, y que, de acuerdo con el Proverbio com�n: deben mezclar miel o aceite con vinagre, que deben, sobre todo, tener cuidado de no parecer triunfar sobre aquellos a quienes reprenden, o de deleitarse en su desgracia, es m�s, deben esforzarse por hacer que se entienda. que no buscan nada m�s que su bienestar puede ser promovido. �De qu� sirve el maestro (253) haciendo un simple grito, si no sazona la agudeza de su reproche con esa moderaci�n de la que he hablado? Por lo tanto, si deseamos hacer algo bueno corrigiendo las faltas de los hombres, debemos informarles claramente que nuestras reprensiones proceden de una disposici�n amistosa.

Versículo 15

15. Porque aunque ten�as diez mil. Se hab�a llamado a s� mismo padre, y ahora muestra que este t�tulo le pertenece peculiar y especialmente, ya que solo �l los ha engendrado en Cristo. En esta comparaci�n, sin embargo, tiene un ojo puesto en los falsos ap�stoles a quienes los corintios mostraron toda su deferencia, de modo que Pablo ahora era casi como nada entre ellos. Por consiguiente, les exhorta a considerar qu� honor debe rendirse a un padre, y qu� a un pedagogo (254) "Entretener el respeto por esos nuevos maestros. A esto no tengo objeciones, siempre que tengan en cuenta que soy su padre, mientras que ellos son simplemente pedagogos. Ahora, al reclamar para s� mismo autoridad, insin�a que est� actuado por un tipo de afecto diferente al de aquellos a quienes tan altamente apreciaban. �Se esfuerzan en instruirte. Que as� sea. Muy diferente es el amor de un padre, muy diferente su ansiedad, muy diferente su apego a los de un pedagogo. �Qu� pasar�a si �l tambi�n hiciera una alusi�n a esa imperfecci�n de la fe (255) con el que previamente hab�a encontrado fallas? Porque mientras que los corintios eran gigantes en el orgullo, eran ni�os en la fe y, por lo tanto, con propiedad, enviados a pedagogos (256) Tambi�n reprende lo absurdo y el sistema de base de esos maestros para mantener a sus seguidores en los primeros rudimentos, con el objetivo de mantenerlos siempre en lazos bajo su autoridad. (257)

Porque en Cristo Aqu� tenemos la raz�n por la cual solo �l debe ser estimado como el padre de la Iglesia de Corinto, porque lo hab�a engendrado. Y verdaderamente es en los t�rminos m�s apropiados que aqu� describe la generaci�n espiritual, cuando dice que los ha engendrado en Cristo, quien solo es la vida del alma, y ??hace del evangelio la causa formal. (258) Observemos, entonces, que estamos ante los ojos de Dios verdaderamente engendrado, cuando estamos injertados en Cristo, de los cuales habr� no encontr� nada m�s que la muerte, y que esto se efect�a por medio del evangelio, porque, mientras somos por naturaleza carne y heno, la palabra de Dios, como Pedro ( 1 Pedro 1:24) ense�a de Isa�as, ( Isa�as 40:6,) es la semilla incorruptible por la cual somos renovados a la vida eterna. Quita el evangelio y todos permaneceremos malditos y muertos a la vista de Dios. La misma palabra por la cual somos engendrados es luego leche para alimentarnos, y tambi�n es alimento s�lido para sostenernos para siempre. (259)

�Deber�a alguien presentar esta objeci�n: "Como los nuevos hijos son engendrados por Dios en la Iglesia todos los d�as, por qu� dice Pablo que los que le sucedieron no fueron padres?" la respuesta es f�cil: que �l est� aqu� hablando del comienzo de la Iglesia. Porque aunque muchos hab�an sido engendrados por el ministerio de otros, este honor permaneci� intacto para Pablo: que �l hab�a fundado la Iglesia de Corinto. �Deber�a alguien preguntar nuevamente: "No todos los pastores deben ser considerados padres, y si es as�, �por qu� Pablo priva a todos los dem�s de este t�tulo, para reclamarlo para s� exclusivamente?" Respondo: "�l habla aqu� comparativamente". Por lo tanto, sin embargo, el t�tulo de padres podr�a ser aplicable a ellos en otros aspectos, sin embargo, con respecto a Paul, eran simplemente instructores. Tambi�n debemos tener en cuenta lo que mencion� hace un poco, que �l no est� hablando de todo, (para en cuanto a aquellos que eran como �l, como, por ejemplo, Apolos, Silvanus y Timotheus, que apuntaban a nada m�s que al avance del reino de Cristo, no habr�a tenido ninguna objeci�n a que se les llamara as�, y que se les asignara el m�s alto honor. ellos), pero est� reprobando a aquellos que, por una ambici�n mal dirigida, se transfirieron a s� mismos la gloria que pertenec�a a otro. De este tipo fueron los que le robaron a Paul el honor que se le deb�a, para que pudieran ponerse en su bot�n.

Y, verdaderamente, la condici�n de la Iglesia universal en este d�a es la misma que la de la Iglesia de Corinto en ese momento. �Porque pocos son los que aman a las Iglesias con un afecto paternal, es decir, desinteresado, y se exponen para promover su bienestar! Mientras tanto, hay muchos pedagogos que prestan sus servicios como asalariados, de manera tal que se desempe�an como un mero oficio temporal, y mientras tanto mantienen a las personas en sujeci�n y admiraci�n. (260) Al mismo tiempo, incluso en ese caso, es bueno cuando hay muchos pedagogos, que hacen el bien, al menos en cierta medida al ense�ar, y no destruyan a la Iglesia por las corrupciones de la falsa doctrina. Por mi parte, cuando me quejo de la multitud de pedagogos, no me refiero a los sacerdotes popish (porque no les har�a el honor de contarlos en ese n�mero), sino a aquellos que, aunque est�n de acuerdo con nosotros en la doctrina, emplean ellos mismos en el cuidado de sus propios asuntos, en lugar de los de Cristo. Todos, es cierto, deseamos ser considerados padres y exigir a los dem�s la obediencia de los hijos, pero �d�nde se puede encontrar al hombre que act�a de tal manera que demuestre que es un padre? (261)

Queda otra cuesti�n de mayor dificultad: como Cristo nos proh�be

llama a cualquier padre sobre la tierra, porque tenemos un Padre en el cielo, ( Mateo 23:9,)

�C�mo se atreve Paul a tomar el nombre de padre? Respondo que, propiamente hablando, solo Dios es el Padre, no solo de nuestra alma, sino tambi�n de nuestra carne. Sin embargo, en lo que respecta al cuerpo, �l comunica el honor de su nombre paterno a aquellos a quienes da descendencia, mientras que, en cuanto a las almas, se reserva exclusivamente el derecho y el t�tulo de Padre, confieso que, en este sentido, se le llama en un sentido peculiar el Padre de los esp�ritus, y se distingue de los padres terrenales, como habla el Ap�stol en Hebreos 12:9. Sin embargo, a pesar de que es �l solo quien, por su propia influencia, engendra almas, las regenera y las aviva, hace uso del ministerio de sus siervos para este prop�sito, no hay da�o en que se les llame padres. respeto de este ministerio, ya que esto en ning�n grado le resta valor al honor de Dios. La palabra, como he dicho, es la semilla espiritual. Solo Dios por medio de �l regenera nuestras almas por su influencia, pero, al mismo tiempo, no excluye los esfuerzos de los ministros. Por lo tanto, si considera atentamente lo que Dios logra por s� mismo y lo que �l dise�a para que lo lleven a cabo los ministros, comprender� f�cilmente en qu� sentido solo �l es digno del nombre del Padre, y hasta qu� punto este nombre es aplicable a su ministros, sin ninguna violaci�n de sus derechos.

Versículo 16

16. Te exhorto. Ahora tambi�n expresa, en sus propias palabras, lo que les exige en su amonestaci�n paterna: que, siendo sus hijos, no se degeneren de su padre. Porque lo que es m�s razonable que ese hijo se esfuerza por ser lo m�s parecido posible a su padre. (262) Al mismo tiempo, �l renuncia a algo con respecto a su propio derecho, cuando los exhorta a esto, por s�plica en lugar de por orden. Pero hasta qu� punto desea que sean imitadores de �l, lo muestra en otra parte, cuando agrega, como era de Cristo ( 1 Corintios 11:1). Esta limitaci�n siempre debe observarse, para no seguir ninguna hombre, excepto en la medida en que nos lleva a Cristo. Sabemos de qu� est� tratando aqu�. Los corintios no solo evitaron la humillaci�n de la cruz, sino que tambi�n miraron a su padre con desprecio, por este motivo, que, olvidando la gloria terrenal, se glori� m�s bien en reproches a Cristo; y se consideraban a s� mismos y a otros afortunados en no tener nada despreciable seg�n la carne. En consecuencia, les advierte que se dediquen, despu�s de su ejemplo, al servicio de Cristo, para soportar todas las cosas con paciencia.

Versículo 17

17. Por esta causa. El significado es: �Para que sepas cu�l es mi forma de vida y si soy digno de ser imitado, escucha lo que Timothy tiene que decir, quien estar� preparado para ser un testigo fiel de estas cosas. Ahora, como hay dos cosas que aseguran el cr�dito al testimonio de un hombre: el conocimiento de las cosas que relata y la fidelidad, �l les hace saber que Timothy posee ambas cosas. Porque al llamarlo su hijo amado, �l insin�a que lo conoc�a �ntimamente y que conoc�a todos sus asuntos; y m�s lejos, �l habla de �l como fiel en el Se�or. Tambi�n le da dos cosas a cargo a Timoteo: primero, recordar al recuerdo de los corintios aquellas cosas que ellos mismos deber�an haber tenido en memoria, y en esto �l reprende t�citamente ellos; y en segundo lugar, para testificarles, cu�n uniforme y estable era su manera de ense�ar en todos los lugares. Ahora es probable que haya sido asaltado por las calumnias de los falsos ap�stoles, como si asumiera m�s autoridad sobre los corintios que sobre otros, o como si se condujera de una manera muy diferente en otros lugares; porque no es sin una buena raz�n por la que desea que esto se les testifique. Es entonces la parte de un ministro prudente para regular su procedimiento, y observar tal m�todo de instrucci�n, que tal objeci�n no pueda ser presentada en su contra, pero estar� preparado para responder sobre la misma base que lo hace Pablo.

Versículo 18

18. Como si no fuera a ti Esta es la costumbre de los falsos ap�stoles: aprovechar la ausencia del bien para que puedan triunfar y alardear sin ning�n obst�culo. Pablo, en consecuencia, con el objetivo de reprobar su conciencia mal regulada y reprimir su insolencia, les dice que no pueden soportar su presencia. A veces sucede, es cierto, que los hombres malvados, al encontrar la oportunidad de insultar, se levantan abiertamente con un frente de hierro contra los siervos de Cristo, pero nunca se presentan ingenuamente a un combate igualitario, (263) pero por el contrario, por siniestros artificios descubren su falta de confianza.

Versículo 19

19. Pero vendr� en breve. "Est�n en un error", dice �l, "al levantar sus crestas durante mi ausencia, como si fuera a ser de larga duraci�n, porque en poco tiempo percibir�n cu�n vana ha sido su confianza". Sin embargo, no tiene tanto en vista para aterrorizarlos, como si a su llegada atacar�a con ellos, sino que presiona y ataca sus conciencias, porque, por m�s que lo disfracen, sab�an que �l fue amueblado con influencia divina.

La cl�usula, si el Se�or quiere, insin�a, que no debemos prometer nada a otros en cuanto al futuro, o determinar con nosotros mismos, sin agregar esta limitaci�n en la medida en que el Se�or lo permita, por lo tanto, James con raz�n justifica la imprudencia. de la humanidad ( Santiago 4:15) en la planificaci�n de lo que deben hacer diez a�os despu�s, mientras que no tienen seguridad para vivir ni una sola hora. Es cierto que no estamos obligados por una necesidad constante al uso de tales formas de expresi�n, pero es la mejor manera de acostumbrarnos cuidadosamente a ellas, para que podamos ejercitar nuestras mentes de vez en cuando en esta consideraci�n: que Todos nuestros planes deben estar sujetos a la voluntad de Dios.

Y no sabr� el discurso. Por el discurso, debes entender esa palabrer�a en la que los falsos ap�stoles se deleitaron, porque sobresalieron en una especie de destreza y gracia del discurso, mientras que eran indigentes del celo y la eficacia del Esp�ritu. Por el t�rmino poder, se refiere a la eficacia espiritual, con la que est�n dotados aquellos que dispensan la palabra del Se�or con seriedad. (264) El significado, por lo tanto, es: �Ver� si tienen tantas ocasiones para estar hinchados; y no los juzgar� por su mera charla externa, en la que colocan la suma total (265) de su gloria, y sobre la base de la cual ellos reclaman para s� mismos cada honor. Si desean obtener alg�n honor de mi parte, deben presentar ese poder que distingue a los verdaderos siervos de Cristo de los que simplemente pretenden: de lo contrario, los despreciar� con todo su espect�culo. No tiene ning�n prop�sito, por lo tanto, que conf�en en su elocuencia, porque no creo que sea mejor que fumar.

Versículo 20

20. Porque el reino de Dios no est� en la palabra Como el Se�or gobierna la Iglesia por su palabra, como con un cetro, la administraci�n del evangelio a menudo se llama El reino de Dios Aqu�, entonces, debemos entender por el reino de Dios todo lo que tiende en esta direcci�n, y est� designado para este prop�sito: que Dios pueda reinar entre nosotros. �l dice que este reino no consiste en palabras, por cu�n peque�o es un asunto para alguien tener habilidad para hablar con elocuencia, mientras que no tiene nada m�s que tintineos vac�os. (266) H�ganos saber, entonces, una mera gracia y destreza externa en la ense�anza es como un cuerpo elegante y de un hermoso color, mientras que el poder de lo que Pablo aqu� habla es como el alma. Ya hemos visto que la predicaci�n del evangelio es de tal naturaleza, que est� internamente repleta de una especie de majestad s�lida. Esta majestad se manifiesta cuando un ministro se esfuerza por medio del poder en lugar de hablar, es decir, cuando no deposita confianza en su propio intelecto o elocuencia, sino que cuenta con una armadura espiritual que consiste en el celo por mantener el honor del Se�or. - ansia por el levantamiento del reino de Cristo - un deseo de edificar - el temor del Se�or - una constancia invencible - pureza de conciencia y otras dotaciones necesarias, se aplica diligentemente a la obra del Se�or. Sin esto, la predicaci�n est� muerta y no tiene fuerza, con cualquier belleza que pueda ser adornada. Por lo tanto, en su segunda ep�stola, dice, que en Cristo nada vale m�s que una nueva criatura ( 2 Corintios 5:17), una declaraci�n que tiene el mismo prop�sito. Porque �l no quiere que descansemos en m�scaras externas, sino que dependamos �nicamente del poder interno del Esp�ritu Santo.

Pero aunque en estas palabras reprime la ambici�n de los falsos ap�stoles, al mismo tiempo reprocha a los corintios por su juicio pervertido, al medir a los siervos de Cristo por lo que ocupa el lugar m�s bajo entre sus excelencias. Aqu� tenemos una declaraci�n notable, y una que no es menos aplicable a nosotros que a ellos. En cuanto a nuestro evangelio, del cual estamos orgullosos, (267) �d�nde est� en la mayor�a de las personas, excepto en la lengua? �D�nde est� la novedad de la vida? �D�nde est� la eficacia espiritual? Tampoco es as� entre la gente simplemente. (268) Por el contrario, cu�ntos hay, quienes, mientras se esfuerzan por obtener el favor y los aplausos del evangelio, como si fuera una ciencia profana, apuntan �nada m�s que hablar con elegancia y refinamiento! No apruebo restringir el t�rmino poder a los milagros, ya que por el contraste podemos deducir f�cilmente que tiene una importancia m�s amplia.

Versículo 21

21. �Qu� quer�is? La persona que dividi� las Ep�stolas en cap�tulos deber�a haber hecho de esto el comienzo del quinto cap�tulo. Por haber reprendido hasta ahora el est�pido orgullo de los corintios, su vana confianza y su juicio pervertido y corrompido por la ambici�n, ahora menciona los vicios con los que se infectaron y por los cuales deber�an avergonzarse: " Est�s enloquecido, como si todo estuviera en el mejor equilibrio posible entre ti, pero ser�a mejor si lo hicieras con verg�enza y suspiros reconocieras la infelicidad de tu condici�n, porque si persistes, tendr� la necesidad de dejar a un lado la suavidad. y ejerciendo hacia ti una severidad paterna ". Sin embargo, hay a�n m�s �nfasis en esta amenaza en la que les da libertad para elegir, ya que declara que no depende de s� mismo si se mostrar� agradable o amable, sino que es culpa suya que �l sea necesario para usar la severidad. "Es para ti", dice, "elegir en qu� temperamento me tendr�as. En cuanto a m�, estoy preparado para ser amable, pero si contin�as como hasta ahora, estar� bajo la necesidad de tomar la vara �. Por lo tanto, toma un terreno m�s alto, despu�s de haber reclamado la autoridad paterna sobre ellos, ya que habr�a sido absurdo establecer esta amenaza, sin abrir primero el camino por lo que dijo, y prepararlos para albergar temores.

Por el t�rmino vara, se refiere a la severidad con la que un pastor debe corregir las faltas de su pueblo. �l pone en contraste con esto, el amor y el esp�ritu de mansedumbre, no como si el padre odiara a los hijos a quienes castiga, porque por el contrario el castigo proviene del amor, sino porque por la tristeza del semblante y la dureza de las palabras, �l Parece que estaba enojado con su hijo. Para expresarme m�s claramente: en una palabra, un padre siempre, cualquiera que sea el tipo de mirada que mire, mira a su hijo con afecto, pero ese afecto que manifiesta cuando le ense�a agradable y amorosamente; pero cuando, por otro lado, estando disgustado con sus faltas, lo castiga en t�rminos bastante agudos, o incluso con la vara, presenta la apariencia de una persona apasionada. Como entonces el amor no aparece cuando se ejerce la severidad de la disciplina, no es sin una buena raz�n que Paul aqu� se une al amor con un esp�ritu de mansedumbre. Hay algunos que entienden que el t�rmino vara significa excomuni�n, pero, por mi parte, concedo Para ellos, que la excomuni�n es parte de esa severidad con la que Pablo amenaza a los corintios, al mismo tiempo la extiendo a�n m�s, para incluir todas las reprensiones que son m�s severas.

Observe aqu� qu� sistema debe observar un buen pastor; porque, por su propia voluntad, deber�a inclinarse por la mansedumbre, con el objetivo de atraer a Cristo, en lugar de conducir. Esta suavidad, en lo que respecta a �l, debe mantenerse, y nunca recurrir a la amargura, a menos que se vea obligado a hacerlo. Por otro lado, no debe perdonar la varilla, ( Proverbios 13:24) cuando sea necesario, ya que aquellos que son f�ciles de ense�ar y agradables deben tratarse con suavidad, la nitidez requiere ser utilizada en tratando con lo refractario y contumaz. Tambi�n vemos que la Palabra de Dios no contiene una mera doctrina, sino que contiene una mezcla de amargas reprensiones, a fin de proporcionar a los pastores una vara, porque a menudo sucede, a trav�s de la obstinaci�n de la gente, que esos pastores que son naturalmente los (269) m�s suaves est�n obligados a ponerse, por as� decirlo, el semblante de otro, y actuar con rigor y severidad.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 4". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-4.html. 1840-57.