Bible Commentaries
1 Corintios 6

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

Aqu�, comienza a reprobar otra falla entre los corintios: una afici�n excesiva por los litigios, que surgi� de la avaricia. Ahora, esta reprensi�n consta de dos partes. La primera es que al llevar sus disputas ante los tribunales de los malvados, por este medio hicieron despreciable el evangelio y lo expusieron a la burla. La segunda es que, si bien los cristianos deber�an soportar las lesiones con paciencia, infligieron lesiones a los dem�s, en lugar de permitirse ser objeto de cualquier inconveniente. As�, la primera parte es particular: la otra es general.

1.Atr�vete a cualquiera de ustedes. Esta es la primera declaraci�n: que, si alguien tiene una controversia con un hermano, debe decidirse ante jueces piadosos, y que no debe ser ante aquellos que son imp�os. Si se pregunta la raz�n, ya he dicho, que se debe a que la desgracia es tra�da sobre el evangelio, y el nombre de Cristo se mantiene como si se tratara de las burlas de los imp�os. Para los imp�os, por instigaci�n de Satan�s, siempre est�n ansiosos de vigilar (316) para encontrar oportunidades de calumnias contra la doctrina de la piedad. Ahora los creyentes, cuando los hacen partes en sus disputas, parecen como si lo hicieran a prop�sito para proporcionarles una manija para el mal. Se puede agregar una segunda raz�n: que tratamos a nuestros hermanos con desd�n, cuando nosotros mismos los sometemos a las decisiones de los no creyentes.

Pero aqu� se puede objetar: �Como pertenece a la oficina del magistrado, y como es peculiarmente su provincia administrar justicia a todos, y decidir sobre los asuntos en disputa, �por qu� no deber�an los incr�dulos, quienes est�n en la oficina? de magistrados, tienen esta autoridad y, si la tienen, �por qu� se nos impide mantener nuestros derechos ante sus tribunales? Respondo que Pablo no condena aqu� a aquellos que necesariamente tienen una causa ante jueces incr�dulos, (317) como cuando una persona es convocada a un tribunal; pero aquellos que, por su propia voluntad, traen a sus hermanos a esta situaci�n y los hostigan, por as� decirlo, por medio de incr�dulos, mientras est�n en su poder emplear otro remedio. Es incorrecto, por lo tanto, instituir por propia voluntad una demanda contra los hermanos ante jueces incr�dulos. Si, por otro lado, lo convocan a un tribunal, no hay da�o en comparecer all� y mantener su causa.

Versículo 2

2. No sab�is que los santos. Aqu� tenemos un argumento de menor a mayor; Para Paul, estar deseoso de demostrar que la Iglesia de Dios sufre da�os cuando los juicios sobre asuntos relacionados con las cosas terrenales se llevan ante los incr�dulos, como si no hubiera nadie en la sociedad de los piadosos que estuviera calificado para juzgar. en esta tensi�n: "Dado que Dios ha considerado a los santos dignos de tal honor, como para haberlos designado para ser jueces de todo el mundo, no es razonable que se les excluya de juzgar en asuntos peque�os, como personas no calificadas para eso." Por lo tanto, se deduce que los corintios se infligen da�o a s� mismos, al renunciar a las manos de los no creyentes el honor (318) que Dios les ha conferido.

Lo que se dice aqu� para juzgar al mundo deber�a verse como una referencia a esa declaraci�n de Cristo:

Cuando venga el Hijo del Hombre, te sentar�s, etc. ( Mateo 19:28.)

Por todo el poder de juicio se ha comprometido con el Hijo, ( Juan 5:22,)

de tal manera que recibir� a sus santos para que participen con �l en este honor, como asesores. Aparte de esto, juzgar�n al mundo, como ya comienzan a hacerlo, porque su piedad, fe, temor al Se�or, buena conciencia e integridad de la vida, har�n que los incr�dulos sean absolutamente inexcusables, como se dice de No�, que por su fe conden� a todos los hombres de su �poca. ( Hebreos 11:7.) Pero la significaci�n anterior concuerda mejor con el dise�o del Ap�stol, ya que a menos que tome el juicio mencionado aqu� en su correcta aceptaci�n, el razonamiento no ser� v�lido.

Pero incluso en este sentido (319) puede parecer que no tiene mucho peso, ya que es como si uno dijera '�Los santos est�n dotados de sabidur�a celestial , que trasciende inconmensurablemente todas las doctrinas humanas: por lo tanto, pueden juzgar mejor las estrellas que los astr�logos ". Ahora esto nadie lo permitir�, y el motivo de objeci�n es obvio, porque la piedad y la doctrina espiritual no confieren un conocimiento de las artes humanas. Mi respuesta aqu� es que, entre la experiencia en juzgar y otras artes, existe esta diferencia, que si bien estas �ltimas se adquieren por la agudeza del intelecto y por el estudio, y se aprenden de los maestros, (320) el primero depende m�s bien de la equidad y la conciencia.

Pero (321) "los abogados juzgar�n mejor y con m�s confianza que un cristiano analfabeto: de lo contrario, el conocimiento de la ley no tiene ninguna ventaja". Respondo que su consejo no est� excluido aqu�, ya que si la determinaci�n de cualquier pregunta oscura debe buscarse a partir del conocimiento de las leyes, el Ap�stol no impide que los cristianos soliciten un abogado. (322) Lo que �l encuentra en los Corintios es simplemente esto, que llevan sus disputas ante jueces incr�dulos, como si no tuvieran ninguno en la Iglesia calificado para emitir un juicio, y m�s all�, muestra cu�n superior es el juicio que Dios ha asignado a su pueblo creyente.

Las palabras expresadas en usted significan aqu�, en mi opini�n, entre ustedes. Porque cada vez que los creyentes se encuentran en un lugar, bajo los auspicios de Cristo, (323) ya hay en su asamblea una especie de imagen del juicio futuro, que ser� ser perfectamente sacado a la luz el �ltimo d�a. En consecuencia, Pablo dice que el mundo es juzgado en la Iglesia, porque all� se erige el tribunal de Cristo, desde el cual ejerce su autoridad. (324)

Versículo 3

3. �No sab�is que juzgaremos a los �ngeles? Este pasaje se toma de diferentes maneras. Cris�stomo afirma que algunos lo entendieron como una referencia a los sacerdotes, (325) pero esto es muy descabellado. Otros lo entienden de los �ngeles en el cielo, en este sentido: que los �ngeles est�n sujetos al juicio de la palabra de Dios, y pueden ser juzgados por nosotros, si es necesario, por medio de esa palabra, como se dice en la Ep�stola a los g�latas

Si un �ngel del cielo trae alg�n otro evangelio, que sea maldito. ( G�latas 1:8.)

A primera vista, esta exposici�n tampoco parece inadecuada para el hilo del discurso de Pablo; porque si todos los que Dios ha iluminado por su palabra est�n dotados de tal autoridad, que por medio de esa palabra juzgan no solo a los hombres sino tambi�n a los �ngeles, �cu�nto m�s estar�n preparados para juzgar asuntos peque�os y triviales? Sin embargo, como Paul habla aqu� en tiempo futuro, refiri�ndose al �ltimo d�a, y como sus palabras transmiten la idea de un juicio real, (como la expresi�n com�n es), era preferible, en mi opini�n, entenderlo. como hablando de ap�statas (326) �ngeles. Porque el argumento no ser� menos concluyente de esta manera: "Los demonios, que surgieron de un origen tan ilustre, e incluso ahora, cuando han ca�do de su alto estado, son criaturas inmortales y superiores a este mundo corruptible, ser�n juzgados por nosotros �Entonces que? �Deber�n quedar exentas de nuestro juicio las cosas que est�n subordinadas al vientre?

Versículo 4

4. Si tienes juicios sobre las cosas relacionadas con esta vida Siempre debemos tener en cuenta las causas de las que est� tratando; porque los juicios p�blicos est�n m�s all� de nuestra provincia y no deben transferirse a nuestra disposici�n; pero en cuanto a asuntos privados, se puede determinar sin el conocimiento del magistrado. Como, entonces, no le restamos ning�n grado a la autoridad del magistrado recurriendo al arbitraje, no es sin una buena raz�n que el Ap�stol exija a los cristianos que se abstengan de recurrir a jueces profanos, es decir, jueces incr�dulos. Y para que no aleguen que fueron privados de un mejor remedio, �l les ordena elegir entre los �rbitros de la Iglesia, quienes pueden resolver las causas de manera agradable y equitativa. Adem�s, para que no aleguen que no tienen un n�mero suficiente de personas calificadas, dice que el m�s malo es competente para descargar esta oficina. Por lo tanto, no hay menoscabo aqu� de la dignidad del cargo de magistrados, cuando �l da �rdenes de que su cargo se comprometa con personas despreciables, ya que esto (como ya he dicho) se afirma por anticipaci�n, como si hubiera dicho: �Incluso los m�s bajos y m�s malos entre ustedes desempe�ar�n este cargo mejor que aquellos jueces incr�dulos a los que recurren. Hasta ahora no tienes necesidad de esta manera.

Cris�stomo se acerca a esta interpretaci�n, aunque le agrega algo adicional; porque �l es de opini�n, que el Ap�stol quiso decir que, a pesar de que los corintios no deber�an encontrar a nadie entre ellos que tuviera la sabidur�a suficiente para juzgar, sin embargo, deben elegir algunos, de cualquier sello que sean. Ambrosio no toca el cielo ni la tierra. (327) Creo que he resaltado fielmente la intenci�n del Ap�stol: que el m�s bajo entre los creyentes era preferido por �l a los no creyentes, en cuanto a la capacidad de juzgar. Hay algunos que tienen un significado bastante diferente, ya que entienden que la palabra ???????? est� en tiempo presente: los pones a juzgar, y los que son menos estimados en la Iglesia entienden lo profano. personas. (328) Esto, sin embargo, es m�s ingenioso que s�lido, ya que fue una mala designaci�n de los no creyentes. (329) Adem�s, la forma de expresi�n, si la tiene, no encajar�a tan bien con una reprensi�n, ya que la expresi�n habr�a requerido ser mientras usted tener, porque esa condici�n le quita la fuerza. Por lo tanto, estoy m�s inclinado a pensar que aqu� se prescribe un remedio para el mal.

Que esta declaraci�n, sin embargo, fue tomada err�neamente por los antiguos, parece de cierto pasaje en Agust�n. Porque en su libro - "Sobre el trabajo de los monjes", donde menciona sus empleos, declara que entre sus numerosos compromisos, el m�s desagradable de todos fue que ten�a la necesidad de dedicar una parte del d�a a asuntos seculares, pero que al mismo tiempo lo soport� pacientemente, porque el Ap�stol (330) le hab�a impuesto esta necesidad. De este pasaje, y de cierta ep�stola, parece que los obispos estaban acostumbrados a sentarse a ciertas horas para resolver disputas, como si el Ap�stol se hubiera referido a ellos aqu�. Sin embargo, como las cosas siempre empeoran, surgi� de este error, en un proceso de tiempo, esa jurisdicci�n que los funcionarios de los obispos asumen en asuntos monetarios. En esa antigua costumbre hay dos cosas que merecen reproche: que los obispos estaban involucrados en asuntos ajenos a su cargo; y que perjudicaron a Dios al hacer su autoridad y ordenar un pretexto para apartarse de su llamado apropiado. Sin embargo, el mal era en cierta medida excusable, pero en cuanto a la costumbre profana, que ha prevalecido en el papado, era el colmo de la bajeza para excusarlo o defenderlo.

Versículo 5

5. Hablo con tu verg�enza El significado es: �Si otras consideraciones no te influyen, deja que al menos lo consideres, lo vergonzoso que es usted que no hay tanto como uno entre ustedes que est� calificado para resolver un asunto amistosamente entre hermanos, un honor que le asigna a los incr�dulos. Ahora este pasaje no es inconsistente con la declaraci�n con la que nos reunimos anteriormente, cuando afirm� que s� no mencione sus fallas con el objetivo de avergonzarlos ( 1 Corintios 4:14), porque en lugar de esto, al avergonzarlos de esta manera, los llama de nuevo desde la desgracia, (331) y muestra que desea promover su honor. �l no desea que, entonces, formen una opini�n tan desfavorable de su sociedad, como para quitarle a todos sus hermanos un honor que les permiten a los no creyentes

Versículo 7

7. Ahora, de hecho, hay una falla total. Aqu� tenemos la segunda parte de la reprensi�n, que contiene una doctrina general; porque ahora los reprende, no porque expongan el evangelio a la burla y la desgracia, sino porque van a la ley unos con otros. Esto, dice, es una falla. Sin embargo, debemos observar la propiedad del t�rmino que emplea. Para ?????? en griego significa debilidad mental, como cuando uno se descompone f�cilmente (332) por lesiones, y no puede soportar nada luego se aplica a los vicios de cualquier tipo, ya que todos surgen de la debilidad y la deficiencia en la fortaleza. (333) Lo que Pablo, entonces, condena en los Corintios es esto: que se hostigaban unos a otros con demandas judiciales. Afirma el motivo: que no estaban preparados para soportar lesiones con paciencia. Y, seguramente, como el Se�or nos ordena ( Mateo 5:44; Romanos 12:21) no ser vencidos por los males, sino por el contrario vencer las heridas por actos de bondad, es cierto , que aquellos que no pueden controlarse a s� mismos para sufrir lesiones con paciencia, cometen pecado por su impaciencia. Si la disputa en pleitos entre los creyentes es una muestra de esa impaciencia, se deduce que es defectuosa

De esta manera, sin embargo, parece descartar por completo los juicios sobre los asuntos de los individuos. �Esos est�n completamente equivocados cuando van a la ley. Por lo tanto, no se permitir� a nadie mantener sus derechos recurriendo a un magistrado ". Hay algunos que responden a esta objeci�n de esta manera: que el Ap�stol declara que donde hay pleitos hay una falla absoluta, porque, necesariamente, uno u otro tiene una mala causa. Sin embargo, no escapan por este sofisma, porque �l dice que tienen la culpa, no solo cuando infligen da�o, sino tambi�n cuando no lo soportan pacientemente. Por mi parte, mi respuesta es simplemente esta: despu�s de haber dado un poco de permiso para recurrir a los �rbitros, ha demostrado, con suficiente claridad, que a los cristianos no se les proh�be perseguir sus derechos de manera moderada y sin ninguna violaci�n de amor. Por lo tanto, podemos inferir f�cilmente que su ser tan severo se debi� a su particular consideraci�n de las circunstancias del caso. Y, sin lugar a dudas, siempre que haya un recurso frecuente a demandas judiciales, o donde las partes luchen entre s� pertinazmente con rigor legal, (334) est� en ese caso abundantemente claro, que sus mentes est�n inmoderadamente inflamadas con disposiciones equivocadas, y no est�n preparadas para la equidad y la resistencia de los errores, de acuerdo con el mandamiento de Cristo. Para hablar m�s claramente, la raz�n por la que Pablo condena las demandas judiciales es que debemos sufrir lesiones con paciencia. Veamos ahora si alguien puede llevar una demanda sin impaciencia; porque si es as�, ir a la ley no estar� mal en todos los casos, sino solo ??? ?? ???? - en su mayor parte. Sin embargo, confieso que, como los modales de los hombres son corruptos, la impaciencia o la falta de paciencia (mientras hablan) es un asistente casi inseparable en los juicios. Esto, sin embargo, no obstaculiza su distinci�n entre la cosa misma y el acompa�amiento incorrecto. Tengamos en cuenta, por lo tanto, que Pablo no condena las demandas judiciales por ser una cosa equivocada en s� misma para mantener una buena causa recurriendo a un magistrado, sino porque casi siempre se acompa�a de disposiciones corruptas; como, por ejemplo, violencia, deseo de venganza, enemistades, obstinaci�n y cosas por el estilo.

Es sorprendente que esta pregunta no haya sido tratada con m�s cuidado por escritores eclesi�sticos. Agust�n le ha otorgado m�s dolores que los dem�s, y se ha acercado a la marca; (335) pero incluso �l es algo oscuro, aunque hay algo de verdad en lo que dice. Quienes apuntan a una mayor claridad en sus declaraciones nos dicen que debemos distinguir entre venganza p�blica y privada; porque mientras la venganza del magistrado es designada por Dios, aquellos que recurren a ella no se vengan precipitadamente de su propia mano, sino que recurren a Dios como un Vengador. (336) Esto, es cierto, se dice juiciosa y apropiadamente; pero debemos ir un paso m�s all�; porque si no es permisible incluso desear venganza de Dios, entonces, con el mismo principio, no era permisible recurrir al magistrado por venganza.

Reconozco, entonces, que a un cristiano se le proh�be por completo la venganza, por lo que no debe ejercerlo, ya sea por s� mismo o por medio del magistrado, ni siquiera desearlo. Por lo tanto, si un hombre cristiano desea perseguir sus derechos legales, para no ofender a Dios, debe, ante todo, tener cuidado de no traer a la corte ning�n deseo de venganza, ning�n afecto corrupto de la mente, o ira, o bien, cualquier otro veneno. En este asunto, el amor ser� el mejor regulador. (337)

Si se objeta, que rara vez ocurre que alguien presente una demanda judicial totalmente gratuita y exenta de todo afecto corrupto, reconozco que es as�, y digo m�s, que es raro encontrar una sola instancia de un litigante erguido; pero es �til por muchas razones para mostrar que la cosa no es mala en s� misma, sino que se corrompe por el abuso: Primero, que no puede parecer que Dios no tuvo ning�n prop�sito en los tribunales de justicia designados; En segundo lugar, que los piadosos sepan hasta d�nde se extienden sus libertades, que no pueden tomar nada en contra de los dictados de la conciencia. Debido a esto, muchos se apresuran a abrir el desprecio de Dios, cuando una vez han comenzado a transgredir esos l�mites; (338) En tercer lugar, para que puedan ser amonestados, que siempre deben mantenerse dentro de los l�mites, para no contaminar por su propia mala conducta el remedio que el Se�or tiene les permiti� emplear; Por �ltimo, que la audacia de los malvados puede ser reprimida por un celo puro y sin corrupci�n, que no podr�a realizarse si no se nos permitiera someterlos a castigos legales.

Versículo 8

8. Pero s� lesionas. Por lo tanto, vemos por qu� raz�n se ha inventado contra ellos con tanta amargura, porque prevaleci� entre ellos un deseo de ganancia tan bajo, que ni siquiera se abstuvieron de lastimarse unos a otros. Precis� un poco antes, con el fin de exponer la magnitud del mal, que esos no son cristianos que saben que no deben soportar las heridas. Hay, entonces, una amplificaci�n aqu�, basada en una comparaci�n: porque si est� mal no soportar lesiones con paciencia, �cu�nto peor es infligirlas?

Y que sus hermanos Aqu� hay otra agravaci�n del mal; porque si son doblemente culpables los que defraudan a los extra�os, es monstruoso que el hermano sea enga�ado o despojado por el hermano. Ahora todos somos hermanos que invocan a un Padre en el cielo ( Mateo 23:9.) Al mismo tiempo , si alguien act�a como parte sin principios hacia extra�os, Paul no alivia el crimen; pero �l ense�a que los corintios estaban completamente cegados al hacer de la sagrada hermandad una cuesti�n de ning�n momento.

Versículo 9

9. No lo sepas, etc. Por la injusticia aqu� puedes entender lo que se opone a la integridad estricta. Los injustos, entonces, es decir, aquellos que infligen da�o a sus hermanos, que defraudan o eluden a otros, quienes, en resumen, tienen la intenci�n de sacar provecho a costa de da�ar a otros, no heredar�n el reino de Dios. Aqu�, como por ejemplo ad�lteros, ladrones, codiciosos y vilipendiadores, quiere decir que aquellos que no se arrepienten de sus pecados, pero persisten obstinadamente en ellos, son demasiado manifiestos para exigir que se mencione. El Ap�stol mismo tambi�n expresa esto luego en las palabras empleadas por �l, cuando dice que los corintios eran antes tales. Los malvados, entonces, heredan el reino de Dios, pero es solo en el caso de que se hayan convertido por primera vez. al Se�or en verdadero arrepentimiento, y habiendo de esta manera dejado de ser malvado. Porque aunque la conversi�n no es motivo de perd�n, sabemos que ninguno se reconcilia con Dios sino aquellos que se arrepienten. El interrogatorio, sin embargo, es enf�tico, ya que insin�a que �l no dice nada m�s que lo que ellos mismos saben, y es una cuesti�n com�n entre todas las personas piadosas.

No se dejen enga�ar. �l aprovecha la ocasi�n de un vicio para hablar de muchos. Sin embargo, soy de la opini�n de que �l ha se�alado esos vicios principalmente que prevalecieron entre los corintios. Hace uso de tres t�rminos para reprobar esas pasiones lascivas que, como lo atestiguan todos los relatos hist�ricos, reinaban, incluso en su apogeo, a una altura extraordinaria en esa ciudad. Porque era una ciudad que abundaba en riqueza (como se ha dicho en otra parte). Era un famoso mercado, frecuentado por comerciantes de muchas naciones. La riqueza tiene como acompa�ante al lujo: la madre de la falta de castidad y todo tipo de lascivia. Adem�s de esto, una naci�n que en s� misma era propensa a la desenfreno, fue impulsada por muchas otras corrupciones.

La diferencia entre fornicarios y ad�lteros es suficientemente conocida. Por personas afeminadas entiendo a aquellos que, aunque no se abandonan abiertamente a la impureza, descubren, sin embargo, su falta de castigo por halagos del habla, por la ligereza del gesto y la indumentaria, y otras atracciones. La cuarta descripci�n del crimen es la m�s abominable de todas: esa monstruosa contaminaci�n que era demasiado frecuente en Grecia.

Emplea tres t�rminos para reprobar injusticias y lesiones. Da el nombre de ladrones a quienes se aprovechan de sus hermanos por cualquier tipo de fraude o artificio secreto. Por adi�s, se refiere a aquellos que se apoderan violentamente de la riqueza de otro, o como las arp�as (340) atraen a s� mismos de todas partes y devoran. Con el fin de darle a su discurso un rango m�s amplio, luego agrega a todas las personas codiciosas tambi�n. Bajo el t�rmino borrachos, debes entenderlo como aquellos que se alimentan en exceso. En particular, reprende a los rebeldes, porque, con toda probabilidad, esa ciudad estaba llena de chismes y calumnias. En resumen, hace menci�n principalmente de esos vicios a los que, vio, esa ciudad era adicta.

Adem�s, para que su amenaza tenga m�s peso, dice, no se deje enga�ar; Con esa expresi�n, les exhorta a no halagarse con una vana esperanza, como las personas est�n acostumbradas, al atenuar sus ofensas, a seducirse a menospreciar a Dios. Ning�n veneno, por lo tanto, es m�s peligroso que esos atractivos que nos animan en nuestros pecados. Por lo tanto, evitemos, no como los cantos de las sirenas, (341) sino como las mordeduras mortales de Satan�s, la charla de personas profanas, al volverse El juicio de Dios y las reprensiones de los pecados en materia de broma. Por �ltimo, tambi�n debemos notar aqu� la propiedad de la palabra ??????????? �para heredar; lo que muestra que el reino de los cielos es la herencia de los hijos y, por lo tanto, nos llega a trav�s del privilegio de la adopci�n.

Versículo 11

11. Y as� fueron ustedes. Algunos agregan un t�rmino de especialidad: Tales fueron algunos de ustedes, ya que en griego se agrega la palabra ?????; pero soy m�s bien de la opini�n de que el Ap�stol habla de manera general. Considero que ese t�rmino es redundante, de acuerdo con la pr�ctica de los griegos, que con frecuencia lo utilizan por motivos de adorno, no como restricci�n. No debemos, sin embargo, entenderlo como poner todo en un solo paquete, para atribuir todos estos vicios a cada uno de ellos, sino que simplemente significa intimar, que nadie est� completamente libre de estos vicios, hasta que haya sido renovado por el esp�ritu. Porque debemos sostener esto, que la naturaleza del hombre contiene universalmente la semilla de todos los males, pero que algunos vicios prevalecen y se descubren m�s en unos que en otros, seg�n el Se�or saca a la luz la depravaci�n de la carne por sus frutos.

As�, Pablo, en el primer cap�tulo de su Ep�stola a los romanos, acumula muchos tipos diferentes de vicios y cr�menes, que se derivan de la ignorancia de Dios, y esa ingratitud, de la que hab�a demostrado que todos los incr�dulos eran culpables, ( Romanos 1:21): no todos los incr�dulos est�n infectados con todos estos vicios, sino que todos son responsables ante ellos y nadie est� exento de todos ellos. Para el que no es ad�ltero, peca de otra manera. Entonces, tambi�n en el tercer cap�tulo, presenta como aplicables a los hijos de Ad�n universalmente esas declaraciones:

su garganta es un sepulcro abierto: sus pies son r�pidos para derramar sangre: su lengua es enga�osa o venenosa ( Romanos 3:13)

- no que todos sean sanguinarios y crueles, o que todos sean traicioneros o rebeldes; pero que, antes de que Dios nos formara de nuevo, uno est� inclinado a la crueldad, otro a la traici�n, otro a la impureza, otro al enga�o; para que no haya nadie en quien no exista alg�n rastro de corrupci�n com�n a todos; y todos somos, para un hombre, por un afecto interno y secreto de la mente, responsables de todas las enfermedades, a menos que, en la medida en que el Se�or internamente les impida que exploten abiertamente. (342) El significado simple, por lo tanto, es este, que antes de ser regenerados por gracia, algunos de los corintios eran codiciosos, otros ad�lteros, otros extorsionadores, otros afeminados, otros repugnantes, pero ahora, siendo liberados por Cristo, ya no lo eran.

El dise�o del Ap�stol, sin embargo, es humillarlos, al recordarles su condici�n anterior; y, m�s all�, agitarlos para reconocer la gracia de Dios hacia ellos. Porque cuanto mayor se reconoce que es la miseria, de la cual hemos escapado a trav�s de la bondad del Se�or, tanto m�s brilla la magnitud de su gracia. Ahora, la recomendaci�n de la gracia es una fuente (343) de exhortaciones, porque debemos prestar atenci�n diligente, para que no podamos anular la bondad de Dios, que Deber�a ser tan altamente estimado. Es como si hubiera dicho: "Es suficiente que Dios te haya sacado de ese lodo en el que antes estabas hundido". como Peter tambi�n dice:

"El tiempo pasado es suficiente para cumplir los deseos" de los gentiles ". ( 1 Pedro 4:3.)

Pero ustedes est�n lavados. �l usa tres t�rminos para expresar una misma cosa, para que pueda disuadirlos de manera m�s efectiva de regresar a la condici�n de la que hab�an escapado. Por lo tanto, aunque estos tres t�rminos tienen el mismo significado general, hay, sin embargo, una gran fuerza en su variedad. Porque hay un contraste impl�cito entre lavado y contaminaci�n - santificaci�n y contaminaci�n - justificaci�n y culpa. Su significado es que, una vez justificados, no deben recurrir a una nueva condena: que, una vez santificados, no deben contaminarse de nuevo, que, una vez lavados, no deben deshonrarse con nuevas impurezas, sino , por el contrario, apunta a la pureza, persevera en la verdadera santidad y abomina sus antiguas contaminaciones. Y, por lo tanto, inferimos cu�l es el prop�sito por el cual Dios nos reconcilia con el perd�n gratuito de nuestros pecados. Si bien he dicho que una cosa se expresa en tres t�rminos, no quiero decir que no haya diferencia alguna en su importancia, ya que, hablando propiamente, Dios nos justifica cuando nos libera de la condena, al no imputarnos nuestros pecados; �l nos limpia cuando borra el recuerdo de nuestros pecados. As�, estos dos t�rminos difieren solo a este respecto, que uno es simple, mientras que el otro es figurativo; porque el t�rmino lavado es metaf�rico, la sangre de Cristo se asemeja al agua. Por otro lado, �l santifica renovando nuestra naturaleza depravada por su Esp�ritu. As� la santificaci�n est� conectada con la regeneraci�n. En este pasaje, sin embargo, el Ap�stol simplemente ten�a el objetivo de exaltar, con muchas recomendaciones, la gracia de Dios, que nos ha liberado de la esclavitud del pecado, para que podamos aprender de esto cu�nto nos lleva a aborrecer todo. eso agita contra nosotros la ira y la venganza de Dios.

En el nombre del Se�or Jes�s, etc. Con propiedad y elegancia, distingue entre diferentes oficinas. Porque la sangre de Cristo es la causa de nuestra limpieza: la justicia y la santificaci�n nos llegan a trav�s de su muerte y resurrecci�n. Pero, como la limpieza efectuada por Cristo, y el logro de la justicia, no sirven de nada, excepto para aquellos que han sido participantes de esas bendiciones por la influencia del Esp�ritu Santo, es con propiedad que hace menci�n del Esp�ritu en conexi�n con Cristo Cristo, entonces, es la fuente de todas las bendiciones para nosotros de �l, obtenemos todas las cosas; pero Cristo mismo, con todas sus bendiciones, nos es comunicado por el Esp�ritu. Porque es por fe que recibimos a Cristo, y que se nos apliquen sus gracias. El autor de la fe es el Esp�ritu.

Versículo 12

12. Todas las cosas son legales para m�. Los int�rpretes trabajan duro para distinguir la conexi�n de estas cosas, (345) ya que parecen ser algo ajenos al dise�o del Ap�stol. Por mi parte, sin mencionar las diferentes interpretaciones, declarar� cu�l es, en mi opini�n, la m�s satisfactoria. Es probable que los corintios, incluso hasta ese momento, conservaran gran parte de su anterior libertinaje y a�n saborearan la moral de su ciudad. Ahora, cuando los vicios acechan impunemente en el extranjero, (346) la costumbre se considera ley, y luego se buscan pretextos vanos como excusa; una instancia de la cual tenemos que recurrir al pretexto de la libertad cristiana, para hacer que casi todo sea permitido por ellos mismos. Se deleitaban en exceso de lujo. Con esto hubo, como siempre, mucho orgullo mezclado. Como era algo externo, no pensaron que hubiera ning�n pecado involucrado en �l: adem�s, seg�n las palabras de Pablo, abusaron de la libertad tanto como para extenderla incluso a la fornicaci�n. Ahora, por lo tanto, m�s apropiadamente, despu�s de haber hablado de sus vicios, discute esos pretextos b�sicos por los cuales se halagaron en pecados externos.

Es, de hecho, cierto, que trata aqu� de las cosas externas, que Dios ha dejado a la libre elecci�n de los creyentes, pero al usar un t�rmino que expresa la universalidad, o indirectamente reprende su libertinaje desenfrenado, o ensalza la liberalidad ilimitada de Dios , que es la mejor directora de moderaci�n para nosotros. Porque es una muestra de libertinaje excesivo, cuando las personas, por su propia voluntad, no se restringen y se ponen l�mites a s� mismas, en medio de tal abundancia m�ltiple. Y en primer lugar, limita la libertad (347) por dos excepciones; y en segundo lugar, les advierte que de ninguna manera se extiende a la fornicaci�n. Estas palabras, Todas las cosas me son l�citas, deben entenderse tal como se pronuncian en nombre de los corintios, ??? ? ???????????, (como anticipaci�n) como si hubiera dicho, estoy al tanto de la respuesta a la que est�n acostumbrados hacer, cuando desee evitar la reprensi�n por vicios externos. Finge que todas las cosas son legales para usted, sin ninguna reserva o limitaci�n.

Pero todas las cosas no son oportunas. Aqu� tenemos la primera excepci�n, por la cual �l restringe el uso de la libertad: que no deben abandonarse a los libertinajes, porque se debe respetar la edificaci�n. (348) El significado es: "No es suficiente que esto o aquello nos sea permitido, de manera indiscriminada; porque debemos considerar lo que es rentable para nuestros hermanos, cuya edificaci�n se convierte en nosotros para estudiar. Porque, como luego se�alar� con mayor longitud, ( 1 Corintios 10:23,) y como ya ha demostrado en Romanos 14:13, etc., cada uno tiene libertad internamente (349) a la vista de Dios con esta condici�n, que todos deben restringir el uso de su libertad con miras a la edificaci�n mutua.

No ser� puesto bajo el poder de nada Aqu� tenemos una segunda restricci�n: que somos constituidos se�ores de todas las cosas, de tal manera que no debemos someternos a nada; como aquellos que no pueden controlar sus apetitos. Porque entiendo que la palabra ????? (any) est� en el g�nero neutro, y considero que se refiere, no a personas, sino a cosas, de modo que el significado es este: "Somos se�ores de todas las cosas; solo que no debemos abusar de ese se�or�o de tal manera que alarguemos la esclavitud m�s miserable, estando, a trav�s de la intemperancia y la lujuria desmesurada, bajo sujeci�n a cosas externas, que deber�an estar sometidas a nosotros ". Y, ciertamente, el mal humor excesivo de aquellos que se resisten a renunciar a cualquier cosa por el bien de sus hermanos, tiene este efecto, que desaconsejadamente se ponen cabestros de necesidad alrededor de sus propios cuellos.

Versículo 13

13. Carnes para el vientre, y el vientre para carnes Aqu� muestra qu� uso se debe hacer de las cosas externas, para la necesidad de la vida presente, que Fallece r�pidamente como una sombra, de acuerdo con lo que dice despu�s. ( 1 Corintios 7:29.) Debemos usar este mundo para no abusar de �l Y, por lo tanto, tambi�n inferimos cu�n inapropiado es para un hombre cristiano luchar por las cosas externas. (350) Cuando surge una disputa por lo que respecta a las cosas corruptables, una mente piadosa no se detendr� ansiosamente sobre estas cosas; porque la libertad es una cosa, su uso es otra. Esta declaraci�n concuerda con otra: que

El reino de Dios no es carne ni bebida. ( Romanos 14:17.)

Ahora el cuerpo no es para fornicaci�n Despu�s de mencionar las excepciones, ahora declara a�n m�s lejos, que nuestra libertad no debe extenderse de ninguna manera a la fornicaci�n, porque era un mal que era tan frecuente en ese momento, que parec�a de una manera como si hubiera sido permitido; como podemos ver tambi�n en el decreto de los Ap�stoles, ( Hechos 15:20), donde, al prohibir a los gentiles la fornicaci�n, lo colocan entre las cosas indiferentes; porque no puede haber ninguna duda de que esto se hizo, porque en general se consideraba algo l�cito. Por lo tanto, Pablo dice ahora: Hay una diferencia entre la fornicaci�n y las carnes, porque el Se�or no ha ordenado el cuerpo para la fornicaci�n, ya que tiene el vientre para las carnes Y esto lo confirma de las cosas contrarias u opuestas, en la medida en que est� consagrado a Cristo, y es imposible que Cristo est� unido a la fornicaci�n. Lo que agrega, y el Se�or para el cuerpo, no carece de peso, ya que mientras Dios el Padre nos ha unido a su Hijo, qu� maldad habr�a en arrancar nuestro cuerpo de esa conexi�n sagrada y entregarlo a cosas indignas. de Cristo (351)

Versículo 14

14. Y Dios tambi�n levant� al Se�or. �l muestra de la condici�n de Cristo cu�n indecorosa es la fornicaci�n para un hombre cristiano; habiendo recibido a Cristo en la gloria celestial, �qu� tiene en com�n con las contaminaciones de este mundo? Dos cosas, sin embargo, est�n contenidas en estas palabras. La primera es, que es indecoroso e ilegal, que nuestro cuerpo, que est� consagrado a Cristo, debe ser profanado por la fornicaci�n, en la medida en que Cristo mismo ha resucitado de entre los muertos, para que pueda entrar en posesi�n de la gloria celestial. . La segunda es que es una cosa b�sica para prostituir nuestro cuerpo (352) a las contaminaciones terrenales, mientras que est� destinado a ser un participante (353) junto con Cristo de una bendita inmortalidad y de la gloria celestial. Hay una declaraci�n similar en Colosenses 3:1, si hemos resucitado con Cristo, etc., con esta diferencia, que �l habla aqu� solo de la �ltima resurrecci�n, mientras que en ese pasaje tambi�n habla de la primera, o en otras palabras, de la gracia del Esp�ritu Santo, por la cual somos formados nuevamente a una nueva vida. Sin embargo, como la resurrecci�n es una cosa casi incre�ble ( Hechos 26:8) para la mente humana, cuando la Escritura lo menciona, nos recuerda el poder de Dios, con el fin de confirmar nuestra fe. en eso. ( Mateo 22:29.)

Versículo 15

15. No sepa que nuestros cuerpos son los miembros, etc. Aqu� tenemos una explicaci�n o, si lo prefiere, una amplificaci�n de la declaraci�n anterior. Para esa expresi�n, el cuerpo es para el Se�or, podr�a, debido a su brevedad, ser algo oscuro. Por eso dice, como con el fin de explicarlo, que Cristo se une con nosotros y nosotros con �l de tal manera que nos convertimos en un solo cuerpo con �l. Por consiguiente, si tengo conexi�n con una ramera, rasgo a Cristo en pedazos, en la medida en que est� en mi poder hacerlo; porque es imposible para m� atraerlo a la comuni�n con tanta contaminaci�n. (354) Ahora que debe ser aborrecido, (355) hace uso de la expresi�n que est� acostumbrado a emplear en referencia a cosas que son absurdas: Dios no lo quiera (356) Observe que la conexi�n espiritual que tenemos con Cristo pertenece no solo para el alma, sino tambi�n para el cuerpo, para que seamos carne de su carne, etc. ( Efesios 5:30.) De lo contrario, la esperanza de una resurrecci�n ser�a d�bil, si nuestra conexi�n no fuera de esa naturaleza - Completo y completo.

Versículo 16

16. No sab�is que el que est� unido a una ramera saca a relucir m�s completamente la grandeza de la lesi�n que le hace a Cristo el hombre que tiene relaciones sexuales con una ramera; porque �l se convierte en un cuerpo y, por lo tanto, arranca a un miembro del cuerpo de Cristo. No es seguro en qu� sentido acomoda a su dise�o la cita que adjunta de G�nesis 2:24. Porque si lo cita para demostrar que dos personas que cometen fornicaci�n juntas se convierten en una sola carne, lo desv�a de su verdadero significado a lo que le resulta bastante extra�o. Porque Mois�s no habla all� de una base y una convivencia prohibida de un hombre y una mujer, sino de la conexi�n matrimonial que Dios bendice. Porque muestra que ese v�nculo es tan cercano e indisoluble, que supera la relaci�n que subsiste entre un padre y un hijo, que, seguramente, no puede hacer referencia a la fornicaci�n. Esta consideraci�n me ha llevado a pensar a veces que esta cita no se presenta para confirmar la declaraci�n inmediatamente anterior, sino que es m�s remota, de esta manera: "Mois�s dice que, por la conexi�n matrimonial, marido y mujer se convierten en una sola carne, pero el que est� unido al Se�or se convierte no solo en una carne, sino en un esp�ritu con �l ". (357) Y de esta manera, todo este pasaje tender� a magnificar la eficacia y la dignidad del matrimonio espiritual que subsiste entre nosotros y Cristo.

Sin embargo, si alguien no aprueba por completo esta exposici�n, como algo forzado, presentar� otra. Como la fornicaci�n es la corrupci�n de una instituci�n divina, tiene cierta semejanza con ella; y lo que se afirma con respecto al primero, puede aplicarse en cierta medida al segundo; no es que pueda ser honrado con las alabanzas debidas al primero, (358) sino con el prop�sito de expresar m�s completamente la atrocidad del pecado. La expresi�n, por lo tanto, de que ambos se convierten en una sola carne, es aplicable en el sentido verdadero y apropiado solo a las personas casadas; pero se aplica a los fornicarios, que se unen en una comunidad contaminada e impura, lo que significa que el contagio pasa de uno a otro. (359) Porque no es absurdo decir que la fornicaci�n tiene cierta semejanza con la conexi�n sagrada del matrimonio, ya que es una corrupci�n del mismo, como he dicho; pero el primero tiene una maldici�n y el otro una bendici�n. Tal es la correspondencia entre las cosas que se contrastan en una ant�tesis. Al mismo tiempo, preferir�a entenderlo, en primera instancia, del matrimonio, y luego, en un sentido inapropiado, (360) de fornicaci�n, de esta manera: �Dios declara que el esposo y la esposa son una sola carne, para que ninguno de ellos pueda tener conexi�n con otra carne; para que el ad�ltero y la ad�ltera tambi�n se conviertan en una sola carne y se involucren en una conexi�n maldita. Y ciertamente, esto es m�s simple y concuerda mejor con el contexto.

Versículo 17

17. El que est� unido al Se�or. �l ha agregado esto para mostrar que nuestra conexi�n con Cristo es m�s cercana que la de un esposo y una esposa, y que la primera, en consecuencia, debe preferirse mucho antes que la segunda, de modo que debe mantenerse con la m�xima castidad y fidelidad. Porque si el que est� unido a una mujer en matrimonio no deber�a tener una conexi�n il�cita con una ramera, mucho m�s atroz fue este crimen en los creyentes, que no son simplemente una sola carne con Cristo, sino tambi�n un solo esp�ritu. y menos.

Versículo 18

18. Huir de la fornicaci�n Cada pecado, etc. Habiendo presentado ante nosotros una conducta honorable, ahora muestra cu�nto debemos aborrecer la fornicaci�n, poniendo ante nosotros la magnitud de su maldad y bajeza. Ahora, en comparaci�n, muestra su grandeza: que solo este pecado, de todos los pecados, pone una marca de desgracia sobre el cuerpo. El cuerpo, es cierto, tambi�n est� contaminado por el robo, el asesinato y la embriaguez, de acuerdo con esas declaraciones:

Tus manos est�n contaminadas con sangre. ( Isa�as 1:15.)

Has entregado a tus miembros instrumentos de iniquidad al pecado, ( Romanos 6:19,)

y similares. Por lo tanto, algunos, para evitar esta inconsistencia, entienden las palabras pronunciadas contra su propio cuerpo, como significado contra nosotros, como conectadas con Cristo; pero esto me parece m�s ingenioso que s�lido. Adem�s, no escapan ni siquiera de esta manera, porque esa misma cosa, tambi�n, podr�a afirmarse de idolatr�a igualmente con fornicaci�n. Porque el que se postra ante un �dolo, peca contra la conexi�n con Cristo. Por lo tanto, lo explico de esta manera, que �l no niega por completo que haya otros vicios, de la misma manera, por los cuales nuestro cuerpo es deshonrado y deshonrado, sino que su significado es simplemente esto: que la contaminaci�n no se adhiere a nuestro cuerpo. de otros vicios de la misma manera (361) como lo hace por fornicaci�n Mi mano, es verdad, est� contaminada por robo o asesinato, mi lengua por hablar mal , o perjurio, (362) y todo el cuerpo por embriaguez; pero la fornicaci�n deja una mancha impresa en el cuerpo, que no est� impresa en �l por otros pecados. Seg�n esta comparaci�n, o, en otras palabras, en el sentido de cada vez menos, se dice que otros pecados est�n sin el cuerpo; sin embargo, no como si no afectaran en absoluto al cuerpo, viendo cada uno por s� mismo.

Versículo 19

19. No sepas que tu cuerpo utiliza dos argumentos adicionales para disuadirnos de esta inmundicia. Primero, que nuestros cuerpos son templos del Esp�ritu; y, en segundo lugar, que el Se�or nos ha comprado para s� mismo como su propiedad. Hay un �nfasis impl�cito en el t�rmino templo; porque como el Esp�ritu de Dios no puede ocupar su morada en un lugar que es profano, no le damos una habitaci�n sino consagrarnos a �l como templos. Es un gran honor que Dios nos confiera cuando desea habitar en �l. nosotros. (Salmo 132:14.) Por lo tanto, debemos temer tanto m�s, para que no se aparte de nosotros, ofendido por nuestras acciones sacr�legas. (363)

Y no eres tuyo. Aqu� tenemos un segundo argumento: que no estamos a nuestra disposici�n, que debemos vivir seg�n nuestro propio placer. Lo prueba del hecho de que el Se�or nos ha comprado para s� mismo, pagando el precio de nuestra redenci�n. Hay una declaraci�n similar en Romanos 14:9

Con este fin, Cristo muri� y resucit�, para ser el Se�or de los vivos y de los muertos.

Ahora la palabra precio prestado puede tomarse de dos maneras; ya sea simplemente, como com�nmente decimos de todo lo que ha costado un precio, (364) cuando queremos decir que no se obtuvo por nada; o, como se usa en lugar del adverbio ?????? a un ritmo elevado, como estamos acostumbrados a decir de cosas que nos han costado mucho. Esta �ltima opini�n me agrada m�s. De la misma manera que Peter dice:

Ustedes son redimidos, no con oro y plata, sino con la preciosa (365) sangre del Cordero, sin mancha. ( 1 Pedro 1:18.)

La suma es esta, (366) que la redenci�n debe mantenernos atados, y con una brida de obediencia refrena la lascivia de nuestra carne.

Versículo 20

20. Glorifica a Dios De esta conclusi�n, parece que los corintios se tomaron la libertad de s� mismos en las cosas externas, que era necesario frenar y refrenar. Por lo tanto, la reprensi�n es que �l permite que el cuerpo est� sujeto a Dios no menos que el alma, y ??que, en consecuencia, es razonable que ambos se dediquen a su gloria. "Como es apropiado que la mente de un creyente sea pura, tambi�n debe haber una profesi�n externa correspondiente tambi�n ante los hombres, en la medida en que el poder de ambos est� en manos de Dios, quien ha redimido a ambos". Con el mismo punto de vista, declar� hace un poco, que no solo nuestras almas, sino tambi�n nuestros cuerpos, son templos del Esp�ritu Santo, para que no pensemos que cumplimos con nuestro deber con �l, si no nos dedicamos total y enteramente a su servicio, para que �l pueda con su palabra regular incluso las acciones externas de nuestra vida.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 6". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/1-corinthians-6.html. 1840-57.