Bible Commentaries
Colosenses 4

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. Maestros, lo que es justo. Menciona primero, lo que es justo, por qu� t�rmino expresa esa amabilidad, en cuanto a que ha dado una orden en la Ep�stola a los Efesios. ( Efesios 6:8.) Pero como maestros, mirando hacia abajo desde arriba, desprecian la condici�n de los sirvientes, de modo que piensan que no est�n obligados por ninguna ley, Paul los controla, (462) porque ambos est�n igualmente sujetos a la autoridad de Dios. De ah� esa equidad de la que hace menci�n.

Y equidad mutua. Algunos entienden lo contrario, pero no tengo dudas de que Paul aqu� emple� ??????? para significar anal�gico (463) o derecho distributivo, (464) como en Efesios, ?? ????, (lo mismo.) (465) Para los amos, sus servidores no est�n obligados a ellos de tal manera que no les deben algo a su vez, como derecho anal�gico de estar en vigor entre todos los rangos. (466)

Versículo 2

2. Contin�a en oraci�n. Regresa a las exhortaciones generales, en las que no debemos esperar un orden exacto, ya que en ese caso habr�a comenzado con la oraci�n, pero Paul no estaba atento a eso. Adem�s, en cuanto a la oraci�n, elogia aqu� dos cosas; primero, asiduidad; en segundo lugar, presteza o fervorosa intenci�n. Porque, cuando dice, contin�a, exhorta a la perseverancia, mientras menciona la observaci�n en oposici�n a la frialdad y la apat�a. (467)

Agrega, acci�n de gracias, porque a Dios se le debe solicitar la necesidad presente de tal manera que, mientras tanto, no olvidemos los favores ya recibidos. Adem�s, no deber�amos ser tan importunados como para murmurar, y sentirnos ofendidos si Dios no satisface de inmediato nuestros deseos, sino que debe recibir con satisfacci�n lo que sea que nos d�. Por lo tanto, es necesario dar dos gracias. En cuanto a este punto, tambi�n se ha dicho algo en la Ep�stola a los Filipenses. ( Filipenses 4: 6 .)

Versículo 3

3. Ruega tambi�n por nosotros. �l no dice esto a modo de pretensi�n, sino porque, siendo consciente de s� mismo de su propia necesidad, deseaba sinceramente que sus oraciones lo ayudaran, y estaba completamente persuadido de que ser�an una ventaja para ellos. Entonces, �qui�n, en la actualidad, se atrever�a a despreciar las intercesiones de los hermanos, que Pablo declara abiertamente en necesidad? Y, sin lugar a dudas, no es en vano que el Se�or haya designado este ejercicio de amor entre nosotros, que oremos los unos por los otros. Por lo tanto, no solo debemos orar por sus hermanos, sino que tambi�n debemos, por nuestra parte, buscar diligentemente la ayuda de las oraciones de los dem�s, tan a menudo como lo requiera la ocasi�n. Sin embargo, es un argumento infantil (468) por parte de los papistas, que infieren de esto, que los muertos deben ser implorados (469) para rezar por nosotros. Porque, �qu� hay aqu� que tenga alg�n parecido con esto? Pablo se encomienda a las oraciones de los hermanos, con quienes sabe que tiene comuni�n mutua de acuerdo con el mandamiento de Dios: �qui�n negar� que esta raz�n no sea v�lida en el caso de los muertos? Dejando, por lo tanto, tales peque�eces, volvamos a Pablo.

Como tenemos un claro ejemplo de modestia, en la circunstancia de que Pablo llama a otros para que lo ayuden, tambi�n se nos advierte que es una cosa que est� repleta de grandes dificultades, perseverar firmemente en la defensa del evangelio, y especialmente cuando el peligro presiona. Porque no sin motivo desea que las Iglesias lo ayuden en este asunto. Considere tambi�n, al mismo tiempo, su asombroso ardor de celo. No es sol�cito en cuanto a su propia seguridad; (470) �l no pide que las Iglesias derramen oraciones en su nombre, para que pueda ser liberado del peligro de muerte. Est� contento con esta �nica cosa, para que �l, sin ser vencido ni desanimado, pueda perseverar en una confesi�n del evangelio; m�s a�n, sin temor hace de su propia vida un asunto secundario, en comparaci�n con la gloria de Cristo y la difusi�n del evangelio.

Sin embargo, por una puerta de expresi�n, simplemente quiere decir lo que, en Efesios 6:19, llama la apertura de la boca, y lo que Cristo llama boca y sabidur�a. ( Lucas 21:15.) Porque la expresi�n no difiere nada de la otra en significado, sino meramente en forma, porque �l aqu� insin�a, por toda elegante met�fora, que no es en absoluto m�s f�cil para nosotros hablar con confianza respetando el evangelio, que romper una puerta que est� cerrada y atornillada. Porque esta es verdaderamente una obra divina, como Cristo mismo dijo:

No sois vosotros los que hablamos, pero el esp�ritu de tu padre que habla en ti ( Mateo 10:20.)

Habiendo, por lo tanto, presentado la dificultad, agita m�s a los colosenses a la oraci�n, al declarar que no puede hablar bien, excepto en la medida en que el Se�or dirige su lengua. En segundo lugar, argumenta desde la dignidad (471) del asunto, cuando llama al evangelio el misterio de Cristo. Porque debemos trabajar de una manera m�s superficial en un asunto de tanta importancia. En tercer lugar, hace menci�n tambi�n de su peligro.

Versículo 4

4. Como deber�a. Esta cl�usula establece con mayor fuerza la dificultad, ya que insin�a que no es un asunto ordinario. En la Ep�stola a los Efesios, ( Efesios 6:20), agrega, ??? ??????????????, (para que pueda hablar con denuedo), de lo que parece que deseaba para s� mismo una confianza inquebrantable , como corresponde a la majestad del evangelio. Adem�s, como Paul aqu� no hace nada m�s que desear que se le otorgue la gracia para el desempe�o de su cargo, tengamos en cuenta que una regla nos es prescrita de la misma manera, para no dar paso a la furia de nuestros adversarios, pero luchar hasta la muerte en la publicaci�n del evangelio. Como esto, sin embargo, est� m�s all� de nuestro poder, es necesario que continuemos en oraci�n, para que el Se�or no nos deje despose�dos del esp�ritu de confianza.

Versículo 5

5. Camina sabiamente. Hace menci�n de los que est�n fuera, en contraste con los que son de la familia de la fe. ( G�latas 6:10.) Porque la Iglesia es como una ciudad de la cual todos los creyentes son habitantes, conectados entre s� por una relaci�n mutua, mientras que los no creyentes son extra�os. Pero, �por qu� habr�a de tener en cuenta a ellos, en lugar de a los creyentes? Hay tres razones: primero,

para que no se ponga ning�n obst�culo en , el camino de los ciegos, ( Lev�tico 19:14,)

porque nada est� m�s listo para ocurrir que los incr�dulos son llevados de mal en peor por nuestra imprudencia, y sus mentes est�n heridas, de modo que aborrecen cada vez m�s a la religi�n. En segundo lugar, es para que no se d� una ocasi�n para restar valor al honor del evangelio, y as� el nombre de Cristo se exponga a la burla, las personas se vuelvan m�s hostiles y se agiten disturbios y persecuciones. Por �ltimo, no sea que, mientras estamos mezclados juntos, compartiendo comida, y en otras ocasiones, seamos contaminados por sus contaminaciones, y poco a poco nos volvemos profanos.

En el mismo sentido, tambi�n, es lo que sigue, redimir el tiempo, es decir, porque las relaciones con ellos son peligrosas. Porque en Efesios 5:16, �l asigna la raz�n, porque los d�as son malos. "En medio de una corrupci�n tan grande como la que prevalece en el mundo, debemos aprovechar las oportunidades de hacer el bien y luchar contra los impedimentos". Cuanto m�s, por lo tanto, nuestro camino est� bloqueado con ocasiones de ofensa, tanto m�s cuidadosamente debemos prestar atenci�n para que nuestros pies no tropiecen o nos detengamos por indolencia.

Versículo 6

6. Su discurso. �l requiere suavidad en el habla, como puede atraer a los oyentes por su rentabilidad, ya que no solo condena las comunicaciones que son abiertamente malvadas o imp�as, sino tambi�n las que no tienen valor y est�n ociosas. Por lo tanto, los sazonar�a con sal. Los hombres profanos tienen sus condimentos de discurso, (472) pero �l no habla de ellos; m�s a�n, dado que las bromas son insinuantes y, en su mayor parte, buscan favores, (473) indirectamente proh�be a los creyentes la pr�ctica y el uso familiar de ellos. Porque �l considera como ins�pido todo lo que no edifica. El t�rmino gracia se emplea en el mismo sentido, para oponerse a la locuacidad, las burlas y todo tipo de peque�eces que son perjudiciales o vanidosas. (474)

Para que sepas c�mo. El hombre que se ha acostumbrado a ser cauteloso en sus comunicaciones no caer� en muchos absurdos, en los que las personas parlanchinas y parlanchines caen de vez en cuando, pero, por la pr�ctica constante, adquirir� experiencia para hacer las respuestas adecuadas y adecuadas; como, por otro lado, debe suceder necesariamente, que los que hablan tontamente se exponen a la burla cada vez que se les interroga sobre algo; y en esto pagan el justo castigo de su tonta conversaci�n. Tampoco dice simplemente qu�, sino tambi�n c�mo, y no a todos indiscriminadamente, sino a todos. Porque esta no es la parte menos importante de la prudencia: tener en cuenta a las personas. (475)

Versículo 7

7 Mis cosas. Para que los colosenses sepan qu� preocupaci�n tiene por ellos, los confirma, d�ndoles, de alguna manera, una promesa. Porque a pesar de que estaba en prisi�n y estaba en peligro de su vida, haci�ndose cargo de s� mismo como un asunto secundario, consulta sus intereses envi�ndoles a T�quico. En esto brilla el celo singular, nada menos que la prudencia del santo Ap�stol; porque no es poca cosa que, mientras est� prisionero, y se encuentra en el peligro m�s inminente a causa del evangelio, sin embargo, no deja de emplearse en el avance del evangelio y se ocupa de todas las Iglesias. Por lo tanto, el cuerpo, de hecho, est� bajo confinamiento, pero la mente, ansiosa por emplearse en todo lo bueno, deambula por todas partes. Su prudencia se manifiesta al enviar una persona prudente y prudente para confirmarlos, hasta donde sea necesario, y resistir la astucia de los falsos ap�stoles; y, m�s all�, al retener a Epaphras fuera de s� mismo, hasta que llegaran a aprender qu� y qu� gran acuerdo hab�a en la doctrina entre todos los maestros verdaderos, y pudieran escuchar de Tychicus lo mismo que hab�an aprendido previamente de Epaphras. Meditemos cuidadosamente en estos ejemplos, para que puedan estimularnos a imitar toda b�squeda similar.

Versículo 9

A�ade, On�simo, que la embajada puede tener m�s peso. Sin embargo, no est� claro qui�n era este On�simo. Apenas se puede creer que este sea el esclavo de Filem�n, en la medida en que el nombre de un ladr�n y un fugitivo podr�an haber sido reprochados. (476) Los distingue a ambos por t�tulos honorables, para que puedan hacer m�s bien, y especialmente a Tychicus, quien ejerc�a el cargo de instructor.

Versículo 10

10. Prisionero compa�ero. De esto parece que hubo otros que estaban asociados con Pablo, (477) despu�s de que fue llevado a Roma. Tambi�n es probable que sus enemigos se esforzaran, desde el principio, para disuadir a todas las personas piadosas de brindarle ayuda, amenaz�ndolas con el mismo peligro, y que esto por un tiempo tuvo el efecto deseado; pero que luego algunos, reuniendo coraje, despreciaron todo lo que se les ofreci� en el camino del terror.

Que lo recib�is. Algunos manuscritos han recibido en el estado de �nimo imperativo; pero es un error, porque �l expresa la naturaleza de la acusaci�n que los colosenses hab�an recibido, que era una recomendaci�n de Bernab� o de Marcus. Este �ltimo es el m�s probable. En griego es el estado de �nimo infinitivo, (478) pero se puede representar de la manera que lo hice. Sin embargo, observemos que fueron cuidadosos al proporcionar certificaciones, para distinguir a los hombres buenos de los falsos hermanos, de pretendientes, impostores y multitudes de vagabundos. El mismo cuidado es m�s que simplemente necesario en la actualidad, tanto porque los buenos maestros son recibidos con frialdad como porque los hombres cr�dulos y tontos se muestran demasiado abiertos para ser enga�ados por los impostores.

Versículo 11

11. Estos solo son compa�eros de trabajo, es decir, de la circuncisi�n; porque luego nombra a otros, pero eran de la incircuncisi�n. Quiere decir, por lo tanto, que hab�a pocos jud�os en Roma que se mostraban como ayudantes del evangelio, y m�s a�n, que toda la naci�n se opon�a a Cristo. Al mismo tiempo, por trabajadores se refiere a aquellos que solo estaban dotados de dones necesarios para promover el evangelio. �Pero d�nde estaba Peter en ese momento? Sin lugar a dudas, ha sido vergonzosamente pasado por alto aqu�, y no sin injusticia, o de lo contrario, esos hablan falsamente y sostienen que estaba en Roma. Adem�s, �l llama al evangelio el reino de Dios, porque es el cetro por el cual Dios reina sobre nosotros, y por medio de �l somos seleccionados para la vida eterna. (479) Pero de esta forma de expresi�n trataremos m�s completamente en otra parte.

Versículo 12

12 Siempre luchando. Aqu� tenemos un ejemplo de un buen pastor, a quien la distancia del lugar no puede inducir a olvidar a la Iglesia, para evitar que la cuide con �l m�s all� del mar. Debemos notar, tambi�n, la fuerza de la s�plica que se expresa en la palabra esfuerzo. Porque aunque el Ap�stol ten�a aqu� la intenci�n de expresar la intensidad del afecto, al mismo tiempo exhorta a los colosenses a que no consideren las oraciones de su pastor como in�tiles, sino que, por el contrario, consideren que no pueden permit�rselo. asistencia. Finalmente, deduzcamos de las palabras de Pablo, que la perfecci�n de los cristianos es, cuando est�n completos en la voluntad de Dios, que no pueden suspender su esquema de vida sobre ninguna otra cosa.

Versículo 14

14. Luke te saluda. No estoy de acuerdo con aquellos que entienden que esto es Lucas el Evangelista; porque soy de la opini�n de que era demasiado conocido para necesitar tal designaci�n, y habr�a sido se�alado por un elogio m�s magn�fico. Sin duda, lo habr�a llamado su compa�ero de ayuda, o al menos su compa�ero y participante en sus conflictos. Prefiero conjeturar que estaba ausente en ese momento, y que es otro del mismo nombre que se llama m�dico, para distinguirlo del otro. Demas, de quien hace menci�n, es sin duda la persona de quien se queja, que luego lo abandon�. ( 2 Timoteo 4:10.)

Versículo 15

Cuando habla de la Iglesia que estaba en la casa de Nymphas, tengamos en cuenta que, en el caso de un hogar, se establece una regla sobre lo que se convierte en todos los hogares cristianos: que sean tantos peque�as iglesias (480) Que cada uno, por lo tanto, sepa que esta acusaci�n recae sobre �l, que debe entrenar su casa en el temor del Se�or, para mant�ngalo bajo una disciplina sagrada y, en definitiva, forme en �l la semejanza de una Iglesia.

Versículo 16

16. Que se lea en la Iglesia de los Laodicenos. Por lo tanto, aunque estaba dirigido a los colosenses, era, sin embargo, necesario que fuera rentable para otros. La misma opini�n tambi�n debe ser tomada de todas las ep�stolas. De hecho, en primera instancia, se dirigieron a Iglesias particulares, pero, dado que contienen una doctrina que siempre est� vigente y es com�n a todas las edades, no importa el t�tulo que tengan, ya que el tema nos pertenece. . Se ha supuesto infundadamente que la otra Ep�stola de la que hace menci�n fue escrita por Pablo, y aquellos que trabajan bajo un doble error que piensan que fue escrita por Pablo a los laodicenos. No tengo dudas de que fue una Ep�stola enviada a Pablo, cuya lectura podr�a ser provechosa para los colosenses, ya que las ciudades vecinas generalmente tienen muchas cosas en com�n. Hubo, sin embargo, una impostura extremadamente grave en la circunstancia de que una persona sin valor, no s� qui�n, tuvo la audacia de forjar, bajo este pretexto, una Ep�stola, que es tan ins�pida, (481 ) que nada puede ser concebido para ser m�s extra�o al esp�ritu de Pablo.

Versículo 17

17 Dile a Archippus. Hasta donde puedo conjeturar, este Archippus estaba, mientras tanto, desempe�ando el cargo de pastor, durante la ausencia de Epaphras; pero tal vez no ten�a la disposici�n de ser lo suficientemente diligente consigo mismo sin ser molestado. Pablo, en consecuencia, lo alentar�a m�s por la exhortaci�n de toda la Iglesia. Podr�a haberlo amonestado en su propio nombre individualmente; pero �l les da esta acusaci�n a los colosenses de que pueden saber que ellos mismos deben emplear incitaciones, (482) si ven a su pastor fr�o, y el pastor mismo lo hace No te niegues a ser amonestado por la Iglesia. Para los ministros de la palabra est�n dotados de autoridad de se�al, pero al mismo tiempo que no est� exento de leyes. Por lo tanto, es necesario que se muestren ense�ables si ense�ar�an a otros debidamente. En cuanto a llamar nuevamente la atenci�n de Paul (483) a sus ataduras, insin�a que no estaba afligido en ning�n grado. Porque era consciente de la enfermedad humana, y sin duda sinti� algunas punzadas en s� mismo, ya que era tan urgente que todas las personas piadosas, deb�an ser conscientes de sus angustias. Sin embargo, no hay evidencia de desconfianza, ya que �l llama de todas partes la ayuda que el Se�or le asign�. La suscripci�n, con su propia mano, significa, como hemos visto en otras partes, que incluso en ese momento hab�a ep�stolas espurias en circulaci�n, por lo que era necesario proporcionar contra la imposici�n. (484)

FIN DEL COMENTARIO SOBRE LA EPISTOLA PARA Los colosenses.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Colossians 4". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/colossians-4.html. 1840-57.