Bible Commentaries
Deuteronomio 31

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1 Y Mois�s fue y habl� estas palabras. Por la palabra que se fue, significa que, despu�s de haber recibido los mandamientos de Dios, vino a la gente para denunciarlos. Por lo tanto, deducimos que se les advirti� a su debido tiempo si ten�an una disposici�n sensata. Y era necesario que la gente escuchara de su propia boca estas direcciones, que de ninguna manera eran gratificantes, ya que estaban llenas de amenazas crueles y severas reprensiones; porque, si hubieran sido entregados despu�s de su muerte, inmediatamente habr�an exclamado que alguien m�s los hab�a enga�ado y, por lo tanto, que su nombre estaba falsamente unido a ellos.

Adem�s, el momento peculiar de su entrega no sirvi� para aumentar su peso, de modo que las personas no solo deb�an someterse con mansedumbre y capacidad de ense�anza a su instrucci�n en este momento, sino tambi�n que podr�a permanecer profundamente impresionado en el futuro. . Sabemos con qu� atenci�n suelen recibirse las �ltimas palabras de los moribundos; y Mois�s, (230) ahora listo para enfrentar la muerte por orden de Dios, se dirigi� a la gente como si finalmente se despidiera. Para el cr�dito y la dignidad pertenecientes a su cargo como Profeta, se agreg� en consecuencia toda la fuerza y ??autoridad de una disposici�n testamentaria.

Como a lo largo de su vida hab�a estado incre�blemente ansioso por el bienestar de las personas, por lo que ahora lleva m�s all� su cuidado paternal. Y seguramente todos los maestros piadosos deben proporcionar, en lo que respecta a sus mentiras, que el fruto de su trabajo debe sobrevivir. De esta solicitud, Peter se presenta ante nosotros como un ejemplo:

�Creo que se reunir� (dice), mientras est� en este tabern�culo, despertarlo al recordarlo; adem�s, me esforzar� para que despu�s de mi fallecimiento puedan tener estas cosas siempre en recuerdo ". ( 2 Pedro 1:13)

Versículo 2

2 Y �l les dijo: Tengo ciento veinte a�os. Aunque Mois�s a menudo hab�a sido rechazado con orgullo y desd�n, no pod�a ser sino el caso, sin embargo, que su partida despertar�a la pena m�s profunda e inspirar�a con mucha alarma. Al establecer ante ellos su edad, por lo tanto, consuela su ansiedad y mitiga su dolor; y tambi�n, por otra raz�n, reprime sus lamentaciones, es decir, que Dios hab�a fijado su t�rmino de vida. Lo aduce, entonces, como un alivio, porque tanto su muerte fue m�s que madura, y ya no estaba en su vejez extrema por fatiga duradera. Aqu�, sin embargo, surge la pregunta, �por qu� deber�a decir que estaba fallando, y quebrantado en fuerza, cuando veremos un poco m�s adelante que mantuvo sus sentidos en su rigor incluso hasta su muerte? Pero la respuesta es obvia, que no habr�a sido in�til en su vejez, porque sus ojos estaban oscuros o sus miembros temblaban, sino porque su edad ya no le permit�a realizar sus deberes habituales. Porque hab�a sido maravillosamente y sobrenaturalmente preservado hasta ese momento; pero, dado que hab�a llegado al final de su curso, era necesario que se hundiera repentinamente y se le privara de sus facultades.

"Salir y entrar" es equivalente a realizar las funciones de la vida: as� se dice en el Salmo: "T� has sabido que sal�a y entraba". (231) (Salmo 121:8.) Y en este sentido se dice que David sali� y entr�, cuando realiz� el deber confiado a �l por Sa�l. ( 1 Samuel 18:5.)

En la �ltima cl�usula, donde se refiere a su exclusi�n de la tierra de Cana�n, y al no poder entrar en ella, indirectamente reprende al pueblo, por cuya ofensa Dios se hab�a enojado consigo mismo y con Aar�n. As�, por esta t�cita reprensi�n, los israelitas fueron amonestados a soportar con paciencia la pena de su ingratitud. Al mismo tiempo, cuando se muestra sumiso al decreto divino, les ordena que tambi�n lo acepten.

Versículo 3

3 El Se�or tu Dios, �l se acercar�. Con ning�n consuelo ordinario, alienta a sus mentes a una renovada prontitud, porque deber�an experimentar, incluso cuando estaba muerto, el incesante favor de Dios. Por lo tanto, recogemos una lecci�n de especial utilidad, que cada vez que Dios nos presenta a los hombres dotados de excelentes dones, no suele hacer uso de sus labores por un tiempo, como para retener a otros en su mano y sustituir constantemente a otros. , a menos que nuestros pecados se interpongan en el camino. Por lo tanto, se deduce que el poder de Dios no debe estar atado a las cualidades ilustres de los hombres, como si su muerte fuera su destrucci�n. Es cierto, de hecho, que los hombres eminentes rara vez tienen �xito por sus iguales, (232) porque nuestra maldad sofoca la luz de los dones espirituales y, en la medida en que puede, los extingue; todav�a dejemos que esto se considere seguro de que, cuando Dios promueve nuestro bienestar por ministros de eminencia especial, nos da una muestra de su bondad, para que podamos esperar su continuaci�n; "Porque no abandona el trabajo de sus propias manos". (Salmo 138:8.) Mois�s dice, por lo tanto, que aunque puede ser llevado por la muerte, Dios seguir� asumiendo el cargo de su l�der, o mejor dicho, continuar� siendo su l�der, como los israelitas Lo hab�a experimentado antes.

Pero h mantiene su enfermedad por otro consuelo tambi�n, se�alando a Joshua como su sucesor; de lo contrario, la gente podr�a haber estado dispuesta a objetar que, si Dios estaba dispuesto a ir antes que ellos, �por qu� no lo manifest� mediante la elecci�n de un representante, por cuya mano podr�a continuar lo que hab�a comenzado por Mois�s? A este respecto, por lo tanto, tambi�n muestra que el favor de Dios no era en absoluto oscuro, ya que Joshua ya hab�a sido elegido para sostener el cuidado y la carga de gobernar a la gente: porque no es por su propia autoridad que �l obstruye a Joshua y lo coloca sobre �l. ellos, pero �l lo declara llamado por Dios. A�n as�, no es un asunto hasta ahora desconocido que �l les presenta, sino que solo les pide que recuerden lo que Dios hab�a revelado hace mucho tiempo, como hemos visto en otras partes.

Versículo 4

4 Y el Se�or les har�. �l promete que, cuando entren en la tierra de Cana�n, ser�n conquistadores de todas sus naciones: y esto lo confirma por experiencia; porque, como Dios hab�a entregado a Sihon, rey de los Arnoritas, y a Og, rey de Bas�n, en sus manos, �l tambi�n les dar�a el mismo �xito al someter a sus otros enemigos. El mundo est� sujeto a muchas revoluciones, pero Dios sigue siendo como �l mismo, no solo porque su consejo nunca cambia, sino porque su poder nunca disminuye. Por una prueba real, por lo tanto, como se le llama, alienta las expectativas de la gente, y al mismo tiempo los exhorta resueltamente a ejecutar el mandato de Dios, a saber, que purguen la tierra de Cana�n por la destrucci�n de todos sus habitantes En apariencia, de hecho, esto era feroz y cruel, para no dejar a nadie vivo; pero, dado que Dios los hab�a dedicado justamente a la extinci�n, no era legal que los israelitas preguntaran qu� hab�a que hacer, sino abandonar toda discusi�n y obedecer el mandato de Dios. En eso ahorraron a muchos, tanto peor fue su negligencia, ya que Dios a menudo los hab�a preparado para ejecutar la venganza que hab�a decretado.

Versículo 6

6 S� fuerte y de buen valor. Despu�s de haber demostrado que Dios estar�a con ellos, por su ayuda, exhorta a la gente a ser firme y magnanimidad. Y seguramente este es un medio para confirmar nuestro coraje, para estar seguros de que la asistencia que Dios promete ser� suficiente para nosotros: hasta ahora es el caso, que nuestro celo y energ�a para actuar correctamente se ve afectado, por nuestra atribuci�n a la gracia de Dios lo que los hombres necios atribuyen a su propio libre albedr�o. Para aquellos que se sienten excitados por una acci�n extenuante dependiendo de su propia fuerza, no hagan m�s que lanzarse de cabeza en su temeridad y orgullo sin sentido. Comprendamos, entonces, que todas las exhortaciones son fugaces e ineficaces, que se basan en cualquier otra cosa que no sea la simple confianza en la gracia de Dios. As�, Mois�s asume, como su motivo de exhortaci�n, que Dios luchar� por los israelitas. Sin embargo, debe observarse que la gente se anim� a la perseverancia de la esperanza, cuando Dios declara que �l ser� su ayudante hasta el final, con lo cual se refuta esa alucinaci�n imp�a, por la cual los te�logos popish han fascinado al mundo. Niegan que los creyentes (233) puedan estar seguros de la gracia de Dios, excepto en cuanto a su estado actual. Por lo tanto, tienen fe en el suspenso, de modo que solo podamos creer por un d�a, e incluso de un momento a otro, mientras tengamos dudas sobre lo que Dios har� con nosotros al d�a siguiente. Considerando que, si la fe se corresponde con las promesas de Dios, y est�, por as� decirlo, en armon�a con ellas, debe extenderse a toda nuestra vida, incluso m�s all� de la muerte misma; porque Dios elimina toda duda sobre el futuro con estas palabras: "No te dejar� ni te abandonar�".

Versículo 7

7 Y Mois�s llam� a Josu�. Por lo tanto, parece que aquellos a quienes se les confiere una carga p�blica necesitan una doble confirmaci�n: porque, despu�s de haber dirigido una instrucci�n general a todo el pueblo, dirige su discurso espec�ficamente al propio Joshua, como a aquel cuyo negocio era dar un ejemplo de valent�a a los dem�s y a quienes aguardaban concursos severos. Como, por lo tanto, es m�s dif�cil liderar a todos los dem�s que seguir a un l�der, es necesario que �l, que tiene m�s de muchos, los supere por mucho. Pero, dado que nadie llama a hacer nada por s� mismo, debemos buscar a Dios lo que queramos. Por lo tanto, eso, que Mois�s hab�a ordenado a todo el pueblo, ahora se lo repite a un solo individuo, porque sobre �l fue arrojado el peso de gobernarlos. Y esto debe observarse m�s cuidadosamente, porque, en proporci�n al grado de honor, en el que se coloca a un hombre, tambi�n desprecia con desprecio todas las advertencias; de ah� que aquellos, quienes son eminentes en el mundo, rechacen descuidadamente las exhortaciones de los siervos de Dios. Pero Mois�s derroca por completo toda esa exigencia, cuando muestra que todos los que tienen autoridad no solo deben ser instruidos junto con otros, sino que deben ser tratados con mayor urgencia.

Cuando Mois�s, en este lugar y en el de arriba, proh�be a los creyentes dar paso al miedo o al temor, debe observarse eso. no los tendr�a tan privados de todo sentimiento, como para endurecerse en la indiferencia a cada peligro, o suponer, como hacen algunos locos, que no hay valent�a sin estupidez, sino que solo posee la confianza que puede superar todos los miedos, que impiden el curso de su llamado. Apropiadamente, el Ap�stol extiende esta lecci�n m�s all�, donde desea corregir la avaricia, que surge de la ansiedad excesiva, mientras que los hombres miserables no reflejan lo que es tener a Dios para su ayuda perpetua. (Hebreos 13: 5.)

Versículo 9

9. Y Mois�s escribi� esta ley. Es incuestionable que Mois�s deposit� el Libro de la Ley bajo la custodia de los levitas, para imponerles el deber de ense�ar; porque aunque solo se relata que se les orden� recitar el libro ante la gente cada s�ptimo a�o, sin embargo, es f�cil deducir que fueron nombrados los proclamadores constantes de su doctrina. Porque habr�a sido absurdo que la Ley permaneciera enterrada durante siete a�os enteros, y que no se oyera una sola palabra de su instrucci�n; Adem�s, la dificultad de o�r en una multitud tan grande ser�a grande, y su recuerdo pronto se habr�a desvanecido. En una palabra, muy poco habr�a sido el uso de la ceremonia, si en cualquier otro momento los levitas hubieran sido tontos, y no se hubiera escuchado nada en toda la tierra con respecto a la adoraci�n a Dios. Este fue entonces el objeto de la promulgaci�n solemne de la Ley, ( Deuteronomio 31:10, etc.), que se hizo en el a�o de la liberaci�n, que la gente deber�a preguntar diariamente la forma correcta de servir a Dios de la ley. Levitas, que fueron elegidos para ser ??????????? (guardianes de la Ley), para que pudieran presentar a su debido tiempo lo que sea rentable saber. Aqu�, entonces, se nos representa como en un espejo lo que dice Pablo, que la Iglesia de Dios es "el pilar y la base de la verdad" ( 1 Timoteo 3:15;) porque la pureza de la doctrina se conserva intacta en el mundo, y propagado por el ministerio de pastores, mientras que la piedad pronto decaer�a si la predicaci�n viva de la doctrina cesara. Por lo tanto, Pablo tambi�n ordena en otra parte que Timoteo se encargue de la sana doctrina, de la cual fue ministro.

"a hombres fieles, que tambi�n deber�an poder ense�ar a otros". ( 2 Timoteo 2:2.)

Primero, entonces, debemos recordar que el Libro de la Ley fue dado en confianza, por as� decirlo, a los levitas, para que la gente pudiera aprender de ellos lo que era correcto. La adici�n de "los ancianos" no es superflua; porque aunque el oficio de la ense�anza no les fue encomendado, se les dio como coadjutores a los levitas, para que pudieran defender la doctrina de la Ley y no dejar que la despreciaran. Sabemos cu�n grande es la insolencia de las personas al rechazar a los maestros piadosos, a menos que sean restringidos por quienes tienen autoridad; ni estos �ltimos cumplen debidamente su deber, si no mantienen a sus s�bditos al estudio de la religi�n, que de otro modo estar�an demasiado dispuestos a la impiedad.

Mois�s en este pasaje llama por el nombre de "la Ley", no los Diez Mandamientos grabados en las dos tablas, sino la interpretaci�n de la misma contenida en los cuatro libros. Las circunstancias ocurrieron treinta y nueve a�os despu�s de que Dios hab�a hablado en el Monte Sina�. Lo que sigue, que deb�a leerse cada siete a�os, lo he comentado en otra parte; (187) pero no habr� da�o al repetir lo que puede servir para comprender este pasaje. El s�ptimo a�o fue elegido para este prop�sito, porque todos, tanto hombres como mujeres, podr�an reunirse en Jerusal�n sin perjudicar sus intereses privados, porque hab�a un cese de todo trabajo; no sembraron ni cosecharon, y la agricultura se detuvo por completo. Por lo tanto, no hab�a nada que les impidiera celebrar esa fiesta, en la que Dios les representaba de manera viva, cu�n milagrosamente hab�a preservado a sus padres en el desierto. Para que el recuerdo de un beneficio tan grande nunca perezca, la Ley les orden�, dondequiera que estuvieran, salir de sus casas todos los a�os y pasar siete d�as bajo las ramas de los �rboles; pero en el a�o sab�tico, cuando todo descansaba en casa, les resultaba m�s conveniente ir a Jerusal�n desde todos los rincones, para que por su misma multitud pudieran testificar mejor su gratitud. Por lo tanto, se agrega, "cuando todo Israel haya venido", etc. Y debe observarse que en esa asamblea se comprometieron m�s solemnemente, todos y cada uno, a guardar la Ley, porque eran testigos mutuos si deber�a romper el pacto as� renovado p�blicamente. En esta cuenta se agrega: �Re�na a las personas, hombres, mujeres y ni�os. "Pero para que no sea un mero espect�culo vac�o, se ordena expresamente que el libro se lea" en su audiencia: "mediante el cual se expresa una recitaci�n, de donde los oyentes podr�an obtener ganancias, de lo contrario habr�a sido un farsa y rid�culo desfile; Al igual que en el papado, cuando gritan en voz alta las Escrituras en una lengua desconocida, no hacen sino profanar el nombre de Dios. Con este fin, por lo tanto, Dios deseaba que se escuchara la doctrina de Su Ley; verbigracia. para que pudiera obtener disc�pulos para s� mismo; no es que �l pueda llenar sus o�dos con un clamor sin sentido y no rentable. Y, de hecho, cuando los sacerdotes popish estaban un poco avergonzados de alejar por completo a la gente de escuchar la palabra de Dios, idearon este tonto plan de gritar a los sordos, como si esta tonta formalidad satisficiera el mandato de Dios, cuando ordena que todo deba ser ense�ado. del menor al mayor: porque luego se expresa nuevamente, �para que puedan escuchar y para que puedan aprender. Por lo tanto, establecemos que el uso leg�timo de la Escritura se pervierte cuando se enuncia de una manera oscura, como nadie puede entender. Pero aunque Dios no aprueba ning�n otro modo de lectura de la Escritura, excepto aquellos que pueden instruir a las personas, tambi�n el fruto de la comprensi�n, i. mi. , para que puedan aprender a temer a Dios, se requiere en los oyentes. Pero es indudable que "el temor de Dios" comprende la fe, m�s a�n, que hablando propiamente surge de la fe; y por esta expresi�n Mois�s indica que la Ley fue dada con el prop�sito de instruir a los hombres en la piedad y el servicio puro de Dios. Al mismo tiempo, podemos aprender de este pasaje, que todos los servicios que se pagan a Dios por ignorancia, son extravagantes e ileg�timos. El comienzo de la sabidur�a es temer a Dios; y en este punto todos est�n de acuerdo; pero luego cada uno se escapa a su propia imaginaci�n y devociones err�neas, como eligen llamarlos. Dios, sin embargo, para restringir tal audacia como esta, declara que no es debidamente adorado, excepto que primero debe haber sido escuchado. En cuanto a "los extra�os", cuando se cuestiona su participaci�n en las cosas sagradas, en otro lugar he observado que no todos los extranjeros son llamados, sino solo aquellos que, por ser gentiles de origen, se hab�an dedicado a Dios y hab�an recibido la circuncisi�n, hab�a sido incorporado a la Iglesia; de lo contrario no habr�a sido l�cito admitirlos en la congregaci�n de los fieles; y esto es confirmado por las palabras adicionales, "eso est� dentro de tus puertas", que es tanto como si Mois�s hubiera dicho, habitantes de tus ciudades, y habitando junto con el pueblo. Finalmente, cuando se menciona a sus hijos, se hace referencia a la propagaci�n de una sana doctrina, para que la adoraci�n pura de Dios pueda mantenerse continuamente. Por lo tanto, ordena que la Ley se recite, no solo en una generaci�n, sino mientras dure el estado de las personas; y seguramente todos los siervos de Dios deben tener cuidado, para que puedan transmitir a la posteridad lo que han aprendido ellos mismos. Sin embargo, debemos remarcar que toda la doctrina que pudo haber sido transmitida por sus antepasados ??no es aqu� promiscuamente recomendada; pero Dios m�s bien reclama para s� toda la autoridad, tanto hacia los padres como hacia los hijos.

Versículo 10

10. Y Mois�s les orden�. El objeto de este precepto es el mismo que el anterior. �l tendr�a (la Ley (238) ) representada, y constantemente mantenida ante sus ojos; ahora �l ordena que tambi�n se recite cada s�ptimo a�o, para que el conocimiento de esto nunca se vaya. Pero sigamos el orden de las palabras. En primer lugar, Mois�s dice que "�l escribi�" la Ley. Antes de esto, las doctrinas de la religi�n solo se hab�an expresado de boca en boca, ya que sus padres hab�an transmitido tradicionalmente a sus hijos todo lo que les hab�a sido declarado desde el cielo. Por lo tanto, la religi�n y la fe de la gente en Egipto solo se basaron en revelaciones antiguas (oraculis) y las tradiciones de sus padres. Pero, dado que nada es m�s f�cil que para las mentes de los hombres, en su vanidad, olvidarse r�pidamente de la verdadera doctrina e involucrarse en m�ltiples errores, Dios, dispuesto a proporcionar contra este mal, consign� la regla de la piedad a los registros p�blicos, (239) para que no haya pretensi�n de ignorancia si su posteridad debe declinar. He aqu�, entonces, la raz�n por la cual la Ley fue escrita, para que la verdad de Dios pueda ser testigo en el lapso continuo de las edades. No quiere decir que la Ley fue tan "entregada" a los levitas, que deber�an suprimirla, o deber�an ser sus �nicos guardianes; pero si los hubiera exhortado a todos con indiferencia a leerlo, casi ninguno se habr�a aplicado a su estudio; porque as� es habitual que los individuos descuiden lo que generalmente se impone a todos. Por lo tanto, los levitas son designados para ser los guardianes de la Ley (nomophylaces), para vigilar diligentemente, en medio de la negligencia y el desprecio de los dem�s, para que el conocimiento de Dios no falle. Tampoco hay ninguna duda de que la Ley fue confiada a sus manos, para que pudieran ser sus int�rpretes. Y a esto se refiere ese pasaje de Malaqu�as, ( Malaqu�as 2:7,) "Porque los labios del sacerdote deben guardar conocimiento, y deben buscar la Ley en su boca; porque �l es el mensajero del Se�or de los ej�rcitos ". Por lo que se agrega inmediatamente despu�s, que deber�an leer la Ley cada s�ptimo a�o, no se puede tomar adecuadamente, como si, durante el resto del tiempo, se mantuviera oculto entre ellos; porque Dios quiere que ense�en a diario y que recuerden constantemente a la gente su deber. Pero para que esta pr�ctica no se vuelva obsoleta, ya sea por la aversi�n del pueblo o por la pereza de los sacerdotes, se agreg� este rito solemne, que cada s�ptimo a�o, cuando se realizaba la asamblea m�s numerosa del pueblo, deb�a promulgarse la Ley. renovado. De donde parece que nada es demasiado sagrado ni demasiado fortificado por las precauciones para escapar de la violaci�n y la infracci�n de la maldad del hombre; porque cuando la recitaci�n de la Ley fue as� ordenada con precisi�n a los levitas, seguramente fue asombroso y detestable que se descubriera, por as� decirlo, en la �poca de Jos�as, y que su novedad despert� a todos, como si hubieran Nunca o� de eso antes. ( 2 Reyes 22:3, etc.) Exactamente lo mismo no ocurri� bajo el Papado; pero cuando sus obispos (240) deseaban dominar y tiranizar, utilizaron el artificio de declarar ilegal investigar los misterios de las Escrituras. Por lo tanto, se logr� que pudieran adictarse de manera segura a sus rid�culas locuras, y que los monjes, sus emisarios, pudieran desahogarse con impunidad, cualquier f�bula que se les ocurriera. Pero, en resumen, la intenci�n de Dios era que cada s�ptimo a�o se recordara a la gente que meditara diligentemente sobre la ley.

Versículo 12

12. Re�na a las personas. (241) Literalmente, "reunir", (242) etc., en el estado de �nimo infinitivo; y aunque esto a veces se toma como imperativo, en este pasaje algunos lo traducen incorrectamente como "Reunir", etc., como si Mois�s les ordenara dar estos mandatos una vez solo a las personas de su propia generaci�n, mientras que �l contin�a con la oraci�n anterior Este vers�culo, entonces, est� conectado con lo anterior, a saber, que la Ley deber�a promulgarse nuevamente, en los a�os en que deb�an celebrar su mayor asamblea; porque la gente fue llamada al Jubileo por el sonido de la trompeta. La palabra "reunir", por lo tanto, se extiende a todas estas asambleas septienales, de las cuales se har� menci�n en otra parte. Ciertamente, tampoco lo que �l dice de la gente que est� "dentro de sus puertas" concuerda con los tiempos de Mois�s, ya que en aquellos d�as no hab�a ninguno. En consecuencia, explica m�s completamente por qu� se�al� el s�ptimo a�o, a saber, porque toda la gente vino "a comparecer ante Dios". Menciona especialmente a las "mujeres y ni�os", para que su edad o sexo no sea una excusa; y esto aumenta la villan�a y la deshonestidad de aquellos (243) que excluir�an no solo a los ni�os, sino tambi�n a las mujeres, del aprendizaje religioso; ya que Dios invita a todos, desde los m�s peque�os hasta los m�s grandes, a su escuela, y quiere que sean sus disc�pulos. Con respecto a "los extra�os", debemos entender no a aquellos que hab�an venido a la tierra de Cana�n por negocios, y que pronto regresar�an a casa, sino a aquellos que hab�an elegido quedarse all�, y de su larga residencia se hab�an unido. en el mismo cuerpo con los israelitas. Se agrega el fruto y la utilidad (de esta recitaci�n (244) ), para que al escucharlos puedan aprender a temer a Dios. De donde inferimos, que la verdadera religi�n tiene su origen en el conocimiento, y que cualquier piedad que los hombres no instruidos por la palabra de Dios parezcan tener, es mera pretensi�n. "Observar para hacer" es equivalente a aplicarse diligentemente y celosamente para obedecer los preceptos de la Ley.

Versículo 13

13. Y que sus hijos, que no han sabido nada. Nuevamente, vemos que no se hace referencia a su asamblea actual, sino a la que deb�a repetirse cada siete a�os, para que su posteridad pudiera mantenerse en el camino del deber. Otro uso, entonces, de esta recitaci�n es aducido; que muchos que, desde su edad, no pudieron ser testigos de la primera promulgaci�n, pudieran aprender de all� c�mo se iba a servir a Dios. La posesi�n de la tierra se establece nuevamente ante ellos, para que la generosidad de Dios los atraiga a la obediencia.

Versículo 14

14. Y el Se�or dijo a Mois�s. Joshua ahora es sustituido en el lugar de Mois�s por una ceremonia solemne, no solo para que los hombres lo tengan en mayor reverencia, sino tambi�n para que sea presentado ante Dios, y as� pueda reconocer que est� dedicado a Su servicio; porque ser llevado ante la puerta del tabern�culo fue una especie de consagraci�n; y Dios tambi�n declara que le dar� un cargo, lo que equivale a decir que lo instruir� en el desempe�o de sus deberes. La aparici�n tambi�n de la gloria de Dios en la nube no fue menos efectiva para alentarse personalmente, que para dar distinci�n p�blica a su alto cargo. Porque �l nunca habr�a sido reconocido como el sucesor de Mois�s, a menos que esta aprobaci�n visible de Dios hubiera fijado el yugo sobre el pueblo.

Versículo 16

16. He aqu�, te acostar�s con tus padres. Para que Mois�s pueda trabajar m�s fervientemente para retener al pueblo en obediencia a Dios, se le recuerda su perversidad indomable. Ya hab�a experimentado lo suficiente, y m�s que suficiente, cu�n depravados y tercos era la disposici�n de los israelitas, y cu�n desobedientes y contumaces hab�an sido; Dios ahora declara que no ser�n mejores despu�s de su muerte; no, que se entregar�n a una licencia mayor como consecuencia de su ausencia de ellos. Porque parece como si hubiera una ant�tesis impl�cita entre las palabras "acu�state" y "lev�ntate"; (242) como si se dijera: Tan pronto como te hayas ido a descansar, su insubordinaci�n se desatar�, como si hubieran sido liberados de todas las leyes. No, de hecho, esto deber�a ocurrir de inmediato, ya que bajo Josu� manifestaron cierta humildad y sumisi�n; en cualquier caso, se mantuvo la forma externa de la religi�n pura, pero poco despu�s recayeron en sus viejos h�bitos. Y tal vez esta advertencia fue �til como preventivo, para que no se caigan tan pronto.

Como ahora entendemos el objeto general que Dios ten�a a la vista, ser�a bueno considerar brevemente las palabras que emplea. Cuando se le dice a Mois�s: "Dormir�s con tus padres", en primer lugar, se afirma la condici�n de la raza humana, que Mois�s puede no pensar que es dif�cil salir del mundo como todos los dem�s, ya que naci� para esto. final. Al mismo tiempo, se indica la diferencia entre la muerte de los hombres y la de los animales brutos. De ah� se deriva el mejor consuelo, ya que, si nuestra muerte fuera la aniquilaci�n total, no se deber�a decir que nos acostamos con nuestros padres.

Por qu� el Esp�ritu designa la idolatr�a con el nombre de "prostituci�n", hemos visto en otros lugares, y tambi�n por qu� llama a todos los dioses falsos "extra�os" o "de los extra�os", es decir, porque Dios eligi� ser servido solo en Israel, por lo que se hab�a distinguido por este t�tulo, que era "el Dios de Israel". Se afirma en agravante de su crimen, que no solo ser�an llevados a las supersticiones que hab�an aprendido en Egipto, sino que tambi�n se contaminar�an con las impurezas de Cana�n, de las cuales Dios hab�a querido que fuera purgado por sus mano. Estas palabras, entonces, deben ser le�das enf�ticamente. La gente se burlar� de los dioses de la tierra donde quiera que vayan, y de hecho en medio de ella; porque era mucho m�s vergonzoso abrazar a esos dioses falsos, de los cuales eran conquistadores y jueces, que inventar para s� mismos nuevos �dolos.

Otro agravante de su crimen es, tambi�n agregado, que abandonar�an al Dios por quien hab�an sido adoptados cuando eran ni�os, y se apartar�an perversamente de su pacto. Porque no pod�an fingir ignorancia, cuando hab�an sido advertidos una y otra vez tan clara y solemnemente. Mientras tanto, aprendamos de este pasaje, que todos los que se vuelven hacia los cultos supersticiosos son quebrantadores del pacto, y por lo tanto, todas sus pretensiones son vanas, quienes profesan que adoran al Dios supremo junto con los �dolos.

Versículo 17

17. Entonces mi ira se encender� contra ellos. Por esta denuncia de castigo, Dios indudablemente deseaba restringir la insensatez de la gente; pero dado que esto se hizo sin que se beneficiaran, hab�a otra ventaja en esta lecci�n, a saber, que, despu�s de haber sido castigados seriamente de acuerdo con sus desiertos, deber�an arrepentirse por completo, aunque podr�a ser tarde. De lo contrario, estos castigos habr�an sido infligidos en vano; y nunca se les hubiera sugerido a ellos que recib�an la justa recompensa de su ingratitud y p�rfido. De hecho, este es el primer paso de la prudencia, elegir voluntariamente lo que es correcto; pero el segundo es tener cuidado, cuando hemos escuchado las advertencias, y oponernos al mal. Pero, si nuestras mentes est�n tan cegadas, que las reprensiones y las amenazas no nos sirven de nada, todav�a hay un tercero, es decir, aquellos que han sido descuidados en la prosperidad deber�an por fin comenzar a percibir que son golpeados por la mano de Dios, y as� ser impulsado a reconocer su culpa. Aunque, por lo tanto, la simple advertencia, siempre que no fuera seguida por sus consecuencias, fue despreciada por los israelitas; aun as�, cuando fueron instruidos por su resultado y por experiencia, produjo su fruto; y lo mismo ocurre diariamente con nosotros mismos. Apenas hay uno de cada diez de los piadosos, que, mientras Dios posponga Sus castigos, anticipa Su juicio, pero aquellos que se despiertan de su letargo, consideran seriamente las amenazas que hasta ahora hab�an pasado con indiferencia, y, siendo tra�dos bajo convicci�n, condenarse a s� mismos.

Por la palabra ???, efi, aqu� prefiero entender su rostro que su ira; (243) para la expresi�n es m�s apropiada; y luego expone el efecto de su ira, es decir, que, privados de su ayuda, ser�n vencidos por todo tipo de males, hasta que sean consumidos y perezcan. Adem�s, �l afirma que deber�an ser llevados a una situaci�n tal que les extorsione la confesi�n, que las miserias que sufrieron fueron muestras de la alienaci�n de Dios de ellos. Pero agrega, que no escuchar�a sus oraciones. Por lo tanto, se nos ense�a que, como nuestra felicidad depende del favor paternal de Dios, no hay nada peor para nosotros que ser abandonado por �l, como si nos mirara sin m�s cuidado; y la lecci�n que debemos aprender es que no hay nada m�s deseable para nosotros que que nos honre con su semblante. Leemos respetando a todas sus criaturas, en Salmo 104:29, que est�n preocupados cuando esconde su rostro; pero aqu� se percibe m�s claramente que nada se puede imaginar m�s miserable que nosotros, cuando "nuestras iniquidades se han separado entre nosotros y nuestro Dios, y nuestros pecados nos han ocultado su rostro, que �l no escuchar�", como dice Isa�as. , ( Isa�as 59:2.)

Ya he dicho que la grandeza de sus miserias se expresa cuando la gente confiesa que est�n gravemente afligidos, porque Dios se ha apartado de ellos; porque de ninguna manera ser�an castigos leves que ser�an llevados a este estado de sentimiento, especialmente teniendo en cuenta su gran dureza de coraz�n y obstinaci�n ciega. De ello se deduce que se indican castigos severos, que deber�an obligarlos, aunque de mala gana, a reflexionar sobre la ira de Dios, de la que no hab�an tenido en cuenta anteriormente. A�n as�, esta confesi�n no se conoce como el fruto o signo de arrepentimiento sincero; porque, si el pecador vuela sinceramente a Dios, Dios seguramente se encontrar� con �l, ya que est� inclinado a la misericordia. Pero en este lugar, declara que no ser� favorable para ellos, sino que los har� aflorar en su miseria, porque Dios dice de s� mismo que "esconder� su rostro de ellos", en el verso 18, con un comentario m�s profundo. lo que significa que justo antes, en que �l no se dar� cuenta de sus gemidos y lamentaciones, y por la misma continuaci�n de sus castigos mostrar� cu�n enojado est� con ellos.

Versículo 19

19. Ahora, por lo tanto, escriba esta canci�n. Parece absurdo que se aplique un remedio in�til a una enfermedad incurable. �Por qu� Dios no corrige m�s bien su maldad, y por su Esp�ritu moldea sus corazones a la obediencia, que derramar palabras en vano en sus o�dos sordos? As�, los hombres orgullosos y profanos se burlan de este modo de tratar con ellos, como si Dios, desechando su labor, estuviera enga�ando a los hombres infelices. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la predicaci�n de la palabra, aunque es un salvador de muerte para los que perecen, sigue siendo un sacrificio de dulce salvador para Dios; ni debe considerarse desechado e ineficaz, cuando condena a los imp�os cada vez m�s, y los hace completamente inexcusables. Y Dios declara expresamente que este ser�a el uso de la canci�n como "testigo" contra aquellos, de cuya boca deber�a proceder. Para algunos, de hecho, fue rentable para la salvaci�n; porque, sometidos por el castigo, finalmente aprendieron de �l que sus iniquidades eran la fuente y la causa de todos sus males. Porque, sin embargo, Dios puede redoblar los golpes de sus flagelos, los no creyentes, que no tienen instrucci�n, no obtienen ninguna ventaja de ellos. Por lo tanto, esta canci�n fue el medio de ayudar a los elegidos a buscar el arrepentimiento, cuando fueron golpeados por la mano de Dios. Aun as�, aunque la palabra de Dios no deber�a hacer nada m�s que condenar a muerte a sus oyentes, ser�a suficiente para que fuera un dulce sabor para s� mismo. Parece de ninguna manera acorde con nuestra raz�n que Dios deber�a haberle dado este mandato a Isa�as;

�Ve y dile a esta gente, oye de verdad, pero no entiendas; y veis de verdad, pero no percib�s. Engorda el coraz�n de este pueblo, y sus o�dos se vuelven pesados, y cierra los ojos, para que no vean con sus ojos, y oigan con sus o�dos, y entiendan con su coraz�n, y se conviertan, y sean sanados, "( Isa�as 6:9)

pero, con respecto a los juicios secretos de Dios, por los cuales todos nuestros sentidos deben ser abrumados, permita que la sobriedad sea nuestra sabidur�a.

Versículo 20

20. Pero cuando los haya tra�do. En otras palabras, Dios nuevamente ampl�a la atrocidad de su iniquidad, en que, cuando hab�a tratado liberalmente con los israelitas, convertir�an sus beneficios en ocasiones de perversidad, ya que nada puede ser m�s b�sico que tal ingratitud, dice, entonces , que �l har� para ellos, indignos como son, lo que ha jurado, para que as� pueda ser fiel a sus promesas. Elogia la fertilidad de la tierra, ya que esta promesa sorprendente de su indulgencia deber�a haberlos atra�do por su dulzura para amar a un Padre tan ben�fico a cambio. Por lo tanto, por lo tanto, se demuestra la perversidad de su naturaleza, en la medida en que, cuando est�n llenos, patear�an contra �l, como caballos que se vuelven intratables por la alta alimentaci�n. Pero, despu�s de haberse quejado de su futura rebeli�n, �l nuevamente dice que cuando hayan sido llevados a una situaci�n dif�cil y abrumados por las miserias, esta canci�n ser�a "como testigo", como si proclamaran en ella su propia condena. .

Cuando dice que conoc�a su disposici�n, (244) o lo que forjaron dentro de ellos, (para la palabra empleada es ???, yetzer, que es equivalente a la ficci�n, o la imaginaci�n, e incluye todos los pensamientos y sentimientos,) es evidente que de ninguna manera ignoraba c�mo estaba otorgando sus beneficios a personas tan indignas, pero que por lo tanto contend�a con su indignidad , para que su bondad sea m�s visible; y tambi�n que deseaba que esta instrucci�n se les presentara, imp�os y sin esperanza como eran, lo cual sab�a que despreciar�an, para hacerlos a�n m�s inexcusables por esta prueba. Pero se puede objetar: �Por qu� entonces �l no volvi� sus corazones a cosas mejores? pues as� los imp�os imp�os se permiten disputar con �l; pero reflexionemos m�s bien sobre las palabras de Pablo: "No, pero, hombre, �qui�n eres t� para responder a Dios? �Acaso el alfarero no tiene poder sobre la arcilla para hacer de ella vasijas seg�n su propia voluntad? ( Romanos 9:20.) Y,

"Qui�n se lo ha dado primero, y ser� recompensado a �l de nuevo? ( Romanos 11:35.)

Entonces suceder� que exclamaremos con temblor: �Oh, cu�n profundos son los juicios de Dios! �Cu�n incomprensibles son sus caminos!

Que Dios juzgue por su vida anterior lo que ser�an en el futuro, no parece muy l�gico; pero estas dos cl�usulas deben tomarse en conexi�n, que Dios prev� que no se espera nada m�s de ellos, sino que su lujuria desenfrenada los llevar�a al pecado; y en segundo lugar, que ya hab�a sido suficientemente manifestado por sus muchas iniquidades cu�n desesperada era su obstinaci�n.

Versículo 23

23. Y le dio a Josu�, hijo de Nul, un cargo. Cuanto m�s dif�cil era la tarea de Joshua, m�s necesario era que se lo alentara a esforzarse y tener cuidado con el fracaso. Por esta raz�n, su cargo se repite, aunque en su persona todos los dem�s fueron confirmados al mismo tiempo. Mois�s lo basa en la promesa de Dios, que se ha mencionado tan a menudo; y dice que Joshua hab�a sido elegido para completar el trabajo de liberaci�n ya comenzado; porque era poco cre�ble que el disc�pulo no solo fuera superior a su maestro, sino que un hombre de posici�n humilde fuera elevado a la dignidad de la cual el profeta soberano y el ministro principal de Dios hab�an sido degradados, a menos que esto fuera hecho por El decreto y la ordenanza de Dios. Al mismo tiempo, sin embargo, lo hace confiar m�s en el resultado de su llamado, al prometerle que Dios, que fue el motor de esta expedici�n, estar�a con �l; porque �l tiene el poder de realizar cada obra para la cual nos ha designado a cualquiera de nosotros.

Versículo 24

24. Y sucedi�, cuando Mois�s hab�a terminado. Por "las palabras de esta ley", debemos entender no solo los que se incluyen en este libro, sino tambi�n en los otros tres; y hay una ant�tesis impl�cita entre las dos tablas escritas por la mano de Dios, y la exposici�n que se agreg� despu�s, para que no haya ninguna oscuridad que respete la voluntad de Dios debido a la brevedad con que fue entregada. Al principio, de hecho, Dios hab�a establecido todo lo que les era �til saber, pero era su voluntad que lo que hab�a comprendido brevemente en el Dec�logo se desplegara m�s completamente, y no solo eso, sino que as� fuera. Tambi�n comprometido con la escritura, para que no se olvide. Sabemos cu�n inclinada a la vanidad est� la mente del hombre, m�s a�n, cu�n deliberadamente es inducida al error por su ligereza; mientras que tambi�n tiene otras fallas, como la curiosidad y la audacia en la invenci�n, y el amor por la novedad. As�, la religi�n se habr�a corrompido de mil maneras, si su regla no se hubiera escrito diligentemente para la posteridad. Adem�s, dado que los libros de Mois�s fueron enterrados durante mucho tiempo por el descuido de la gente y los sacerdotes, �qu� oscuridad de error habr�a extendido las mentes de todos, si nada se hubiera escrito!

Como las dos Tablas estaban encerradas en el Arca de la Alianza, se asign� un lugar al lado de la interpretaci�n, para que no tuvieran ninguna duda sino que proced�a del mismo Autor Divino; y, dado que el Dec�logo se repite en estos libros, no era necesario que se abriera el Arca; lo cual no era legal, porque podr�an buscar en los libros de Mois�s la instrucci�n que estaba oculta en las Tablas. Esto, de hecho, debemos recordar, que el volumen se coloc� cerca del Arca en se�al de su dignidad, de modo que, cuando los levitas lo tomaron de all�, podr�a escucharse con mayor reverencia. Cuando se dice: "Que pueda estar all� para un testigo contra ti", esto no se dirige solo a los levitas, sino que se relaciona generalmente con todo el pueblo, aunque la declaraci�n general se dirige a ellos como un miembro de todo el cuerpo . Pero adem�s, aunque la aplicaci�n de su doctrina es m�ltiple, todav�a se anuncia un solo punto; porque la Ley no fue escrita con el �nico objeto de ser un testigo para condenar al pueblo, sino para ser el gobierno de una vida piadosa y santa, y un testimonio del favor de Dios. Pero, dado que ten�a que ver con mentes duras y orgullosas, Mois�s declara que, cada vez que se exponga su doctrina, har� que su perversidad sea inexcusable.

Versículo 27

27. Porque conozco tu rebeli�n. Se da la raz�n por la que pas� por alto la utilidad de su doctrina, y solo la cit� como testigo contra los israelitas en t�rminos de severidad y reproche, a saber, porque la experiencia los hab�a encontrado como "r�gidos" ( de cuya expresi�n he hablado en otra parte) y no conf�a en que ser�n m�s manejables en lo sucesivo. Argumenta de lo menor a lo mayor; porque si un l�der como el de ellos estaba vivo, eran rebeldes, probablemente asumir�an una mayor audacia cuando estuviera muerto. Porque sabemos de qu� sirve la autoridad de una persona excelente y excelente para contener el libertinaje de un pueblo. Al mismo tiempo, Mois�s no se arroga tanto a s� mismo como para decir que el buen estado de la gente depend�a de su presencia, pero, se�alando su peligro, busca hacerlos m�s obedientes despu�s de su muerte.

Versículo 28

28. Re�neme a todos los ancianos de tus tribus. Aqu� se hace referencia especial a la canci�n, que recopilamos del �ltimo verso para haber sido recitada sola. Mois�s, de hecho, parece contradecirse a s� mismo cuando ordena a los ancianos y oficiales que solo se les llame a escuchar, mientras que poco despu�s registra que lo ley� a todo el pueblo. Pero estas dos cosas se reconcilian f�cilmente, cuando recordamos el orden que �l estaba acostumbrado a observar al reunir a la multitud; porque de muchos pasajes se manifiesta que no fueron convocados de manera promiscua, sino que los jefes de las tribus y los pr�ncipes del pueblo, cada uno de ellos dirigi� su banda; de modo que la reuni�n de los ancianos aqu� mencionados est� tan lejos de excluir al resto de la multitud, que m�s bien indica que todo el pueblo fue reunido por sus tribus y clases. Y esto podemos inferir del contexto, porque seguramente �l no �llam� al cielo y a la tierra para registrar contra� solo a los oficiales; y, sin embargo, eso parece significar. Bajo los l�deres, por lo tanto, se incluye a toda la multitud.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Deuteronomy 31". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/deuteronomy-31.html. 1840-57.