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Ezequiel 3

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

Cuando se le ordena al Profeta que coma lo que recibe, esto no debe extenderse a todo lo que se encuentra con �l, pero, cualquiera que sea el sabor del libro, tiene prohibido rechazarlo, ya que su amargura posiblemente podr�a causarle rechazar las amenazas de Dios. Por �ltimo, se destaca la calidad del libro, porque no conten�a nada m�s que el material para el dolor. A�ade, que abri� la boca, en aras de la obediencia; por lo cual significa que no era curioso o delicado al tratar de probarlo, sino que tom� lo que se le ofreci� divinamente, sin la menor vacilaci�n. Ahora agrega:

Versículo 3

Ezequiel, como acabamos de ver, procede a decir que le dieron un libro para comer, porque los siervos de Dios deber�an hablar desde el m�s profundo afecto de su coraz�n. Sabemos que muchos tienen una lengua lo suficientemente fluida, pero la usan solo para ostentar: mientras tanto, Dios trata su vanidad como un hazmerre�r, porque su trabajo es infructuoso. Por lo tanto, debemos observar el pasaje de Pablo ya citado, "el reino de Dios est� con poder". ( 1 Corintios 4:20.) Pero la eficacia del Esp�ritu Santo no se ejerce a menos que cuando el llamado a ense�ar aplique sus esfuerzos serios para cumplir con su deber. Por esta raz�n, entonces, a Ezequiel se le ordena comer el panecillo. Luego, dice, era tan dulce como la miel; y, pero un poco antes, dijo que estaba lleno de maldiciones: por lo tanto, o hab�a pospuesto a toda la humanidad, o deber�a estar afligido, cuando se encontr� designado para ser el heraldo de la venganza de Dios. Pero, en otros lugares, vimos que los siervos de Dios estaban dotados de sentimientos opuestos; porque, como a menudo eran rudos y severos como su trabajo, se condolaban con la gente miserable: pero su dolor no les imped�a proceder en el cumplimiento de su deber. Por esta raz�n, Ezequiel dice ahora que el libro era dulce, porque accedi� a los mandamientos de Dios, y aunque se compadeci� de su propio pueblo, reconoci� que no podr�a suceder de otra manera, y se suscribi� al justo juicio de Dios. Por lo tanto, por la palabra dulzura, �l expresa su conformidad al abrazar el oficio que se le orden�, y obedeci� tanto a Dios que olvid� todo el material para el dolor en el libro, porque prevaleci� la justicia de Dios y por lo tanto extingui� el sentimiento de demasiado grande. humanidad que de otro modo podr�a haberlo retrasado. Jerem�as usa la misma expresi�n. (Jeremias 15:16.) Dice que encontr� las palabras de Dios y que se convirtieron para �l en alegr�a y gozo de coraz�n. Porque vimos, que solo estaba ansioso pero muy triste cuando pens� que la destrucci�n total era inminente sobre la gente. Pero, como acabo de decir, estas dos cosas no son discordantes: que los Profetas deben desear la seguridad de las personas, y utilizar sus mayores esfuerzos para promoverla, y aun as� manifestar una constancia firme, y nunca dudar, cuando la necesidad lo exija, para condenar al pueblo y pronunciar las amenazas de Dios que se les imponen. As�, poco despu�s, Jerem�as dice que estaba lleno de ira; tus palabras fueron encontradas, dice �l, y las com�, y me brindaron alegr�a y alegr�a de coraz�n, porque tu nombre ha sido invocado sobre m�, oh Jehov� Dios de los ej�rcitos: es decir, porque el poder me ha ense�ado de tu Esp�ritu, y como he sido llamado a este oficio, me has extendido tu mano para que pueda cumplir tus mandamientos con buena fe y constancia; por lo tanto, tus palabras fueron mi deleite. Luego agrega, ( Ezequiel 3:17), ni me he sentado en el consejo de burladores, ni me he exaltado por el simple hecho de arrojar el yugo; porque desde que percib� que debes ser obedecido, estaba, por as� decirlo, abrumado, pero no me sent� con los burladores, pero me sent� solo, dice �l, porque me has llenado de indignaci�n. Por lo tanto, vemos que en una persona hab�a dos sentimientos muy diferentes y de apariencia contraria, porque estaba lleno de indignaci�n y, sin embargo, recibi� alegr�a a trav�s de las palabras de Dios.

Versículo 4

Ahora, con mayor detalle, Dios explica por qu� deseaba que su siervo comiera el volumen que sosten�a en la mano, a saber, que cuando se lo indicara, podr�a acercarse a los hijos de Israel; porque no debe quedarse vac�o, y sabemos que el hombre por s� mismo no puede aportar nada s�lido: por lo tanto, Ezequiel debe recibir de la mano de Dios lo que entrega a los israelitas. Preservemos entonces este orden, ya que el volumen se entrega primero al Profeta, y luego se transfiere a la gente. Dios le ordena que ofrezca o diga sus propias palabras, lo cual es digno de menci�n, por tener el mismo significado. Pero si Ezequiel no presentara nada m�s que lo que hab�a recibido de Dios, esta regla deber�a prevalecer entre todos los siervos de Dios, que no deber�an acumular sus propios comentarios, sino pronunciar lo que Dios les ense�a como de su boca: por �ltimo, ese pasaje de Pedro ( 1 Pedro 4:11) debe guiarnos, el que habla en la Iglesia debe hablar las palabras de Dios. Ahora agrega, no te env�o a un pueblo extra�o en el habla y en un lenguaje duro, pero a la casa de Israel Stone piensas que el profeta est� aqu� animado para cumplir con su deber, porque Dios no le exigi� nada que fuera demasiado dif�cil. Porque si hubiera sido enviado a naciones remotas con las cuales no hubo intercambio de palabras, podr�a objetar que se le impuso una carga mayor de la que podr�a soportar. La dificultad habr�a sido un obst�culo completo. Piensan que las naciones remotas y extranjeras est�n aqu� en comparaci�n con el pueblo de Israel, para que pueda cumplir su deber con celeridad, como si se hubiera dicho: �No te env�o a extra�os. Porque ninguno de los dos podr�a entenderte, y tambi�n ser�an b�rbaros para ti, pero como conoces familiarmente a tu propio pueblo, no puedes darte la espalda cuando te mando a ellos. Pero esta opini�n no me aprueba, porque le� estos tres vers�culos en el mismo contexto, ya que est�n unidos. De ninguna manera es dudoso que, por esta comparaci�n, Dios agrave la impiedad de la gente. Porque esta oraci�n es la primera en orden, que los israelitas ser�an sordos, aunque el Profeta deber�a usar entre ellos el lenguaje com�n y vern�culo: este es el primer punto: ahora muestra la raz�n, porque eran un pueblo amargado Aqu� Dios significa: que nada imped�a a los israelitas obedecer la doctrina del Profeta sino su malicia e impiedad. Por esta raz�n, dice, no te env�o a personas con un lenguaje profundo, no s� c�mo algunos han conjeturado que este ep�teto significa erudito o inteligente; porque es lo mismo para un pueblo tener un discurso extra�o y un lenguaje dif�cil. �Por qu� es un lenguaje "duro" pero b�rbaro? Ahora percibimos el sentido genuino de que el Profeta no es enviado a hombres de un idioma desconocido porque �l habr�a sido un b�rbaro para ellos y ellos para �l. No te env�o a ellos, por lo tanto, sino a la casa de Israel.

Versículo 6

Ahora agrega, no a muchos pueblos. Aquellos que traducen �muchos� por �grande�, no entienden el significado del Profeta, porque Dios hab�a hablado en un n�mero singular sobre todas las personas, pero ahora usa el plural, como si hubiera dicho , No te env�o a egipcios, ni a caldeos, ni a ninguna otra naci�n remota, ya que el mundo est� a todos lados de ti, habitado por pueblos cuyo idioma no entiendes: a los que, por lo tanto, no te env�o. La part�cula, si no, sigue, y Jerome traduce, "Si te hubiera enviado a ellos", aunque la part�cula negativa se interpone, literalmente, si no, pero debido a que esta frase parece dura, algunos han supuesto ??-??, am-la, tener el sentido de jurar e interpretarlo afirmativamente para ????, cameth," verdaderamente "o" seguro ". Pero si lo recibimos as�, el pasaje ser� defectuoso; porque entienden ??, am, "otra vez", "despu�s": para estas dos palabras, ??-??, am-la, tienen la fuerza de un juramento interpuesto. Entonces, �qu� sentido extraeremos de las palabras, "verdaderamente te enviar� a ellos, y ellos te oir�n?" Entonces vemos este sentido como demasiado forzado. Algunos explican el pasaje as�: "Si no te hubiera enviado a ellos, te hubieran escuchado", como si Dios aqu� culpara a la disposici�n de la gente, porque m�s bien buscaron profec�as vanas y tontas, que se sometieron a la verdad ; tal como hab�a dicho, si alg�n impostor derramara oscuridad sobre ellos, inmediatamente abrazar�an sus f�bulas y mentiras, ya que son tan propensos a la tonter�a. Ya que, por lo tanto, te env�o, por lo tanto no escuchan. Pero esta explicaci�n no es adecuada, porque un poco m�s tarde la veremos en su propio lugar. Por lo tanto, para m� este contexto es m�s probable, si no te hubiera enviado a ellos, estos tambi�n te habr�an escuchado, como si hubiera sido dicho, a menos que se interpusiera una diferencia de expresi�n, preferir�a haber usado tu ayuda con referencia a naciones extranjeras De esta manera, Dios significa su disgusto, cuando dice, que preferir�a enviar a su Profeta de aqu� para all� que a los israelitas, excepto por la falta de un lenguaje com�n; porque esta diferencia de lenguaje presentaba el �nico l�mite para el Profeta, de modo que estaba confinado a su propio pueblo. En este sentido no hay nada forzado. Por lo tanto, no te env�o a muchos pueblos, profundos en el habla y extra�os en la lengua, porque no entender�as su idioma. Pero si esto no hubiera sido un obst�culo, te habr�a enviado y te habr�an escuchado. Vemos entonces lo que acabo de mencionar, que los israelitas son comparados con tribus extranjeras o no circuncidadas, porque rechazaron la instrucci�n que les ofrecieron, no por ignorancia del idioma, sino por la dureza de su coraz�n. Isa�as tambi�n dice ( Isa�as 28:11) que la palabra de Dios ser�a profunda y oscura incluso para los jud�os mismos, pero en otro sentido; �l tambi�n compara sus profec�as con un libro sellado, ya que Dios los hab�a cegado de acuerdo con sus desiertos. Dado que, por lo tanto, fueron entregados a una mente reprobada y carec�an de una buena comprensi�n, por lo tanto, dice que su ense�anza ser�a como un libro cerrado y sellado: luego dice que ser�a un b�rbaro, como si fuera utilizando un idioma desconocido Entonces, Dios en este lugar muestra claramente que la casa de Israel no sufr�a ning�n impedimento para beneficiarse de su palabra, excepto su propia falta de disposici�n para escuchar. ( Isa�as 8:16; Isa�as 29:11.) Porque �l dice que los paganos ser�an obedientes, si pudieran ser participantes de tal beneficio. A menos que el lenguaje del Profeta fuera desconocido para los paganos profanos e incircuncisos, all� hab�a encontrado disc�pulos atentos y obedientes, como lo testifica Dios. �C�mo sucede que la casa de Israel no puede o�r! Ahora sigue, pero la casa de Israel no est� dispuesta a escuchar, es decir, la casa de Israel no est� dispuesta a escucharte, porque no me escuchar� a m�, dice �l.

Versículo 7

Ahora, por lo tanto, vemos claramente la pereza de las personas asignadas como una raz�n por la cual rechazaron deliberadamente la Palabra de Dios y se endurecieron en la obstinaci�n. �l tambi�n asciende m�s alto y dice que la gente no solo fue desobediente al Profeta sino tambi�n a Dios mismo, como Cristo tambi�n cuando exhorta a sus disc�pulos a perseverar en la ense�anza. Por lo tanto, dice �l, no te escuchar�n, porque no me escuchar�n, y �por qu� yo y mi ense�anza somos odiados por ellos, a menos que no reciban a mi Padre? ( Juan 15:18.) Es probable que este obst�culo rompa los esp�ritus de los piadosos, cuando ven que sus ense�anzas son rechazadas con tanto orgullo. Este reproche solo, por lo tanto, a menudo est� acostumbrado a recordar a los siervos de Dios de su curso: pero esta advertencia se les propone en medio de ellos, que Dios mismo es despreciado. �Por qu�, entonces, deber�an tomarlo mal, que se les tiene en la misma estimaci�n que Dios, quien es rechazado? Se creen indignos de tal desprecio y arrogancia arrojados sobre su trabajo. �Pero no es Dios digno de ser escuchado ante todos los �ngeles? Como, entonces, est�n orgullosos e incr�dulos hacia Dios mismo, no es sorprendente que no reciban con reverencia lo que les propone el hombre mortal. Ahora, por lo tanto, vemos cu�l es la intenci�n de Dios cuando dice: la casa de Israel no te oir�, porque ellos no me oyen: para que no sea irritante para el Profeta ver su trabajo sin provecho, incluso el los hijos de Israel se alzaron contra �l: porque deber�a soportarlo con paciencia, si sufriera la misma obsesi�n que no dudaron en mostrar contra el mismo Todopoderoso. De ello se desprende, porque toda la casa de Israel es de un aspecto audaz o audaz, y de un coraz�n duro �l repite lo que vimos antes, pero en otras palabras, es decir, que la dureza del coraz�n de la gente era indomable, y que eran no solo obstinados de coraz�n sino tambi�n descarados de semblante, de modo que dejen de lado toda modestia; y finalmente, �l implica que su obstinaci�n era desesperada, cuando se une a un semblante descarado con un coraz�n duro.

Versículo 8

Ezequiel fue advertido de la obstinaci�n de la gente, incluso de su desesperada maldad. Ahora Dios lo fortalece para que no se desespere cuando vea que debe lidiar con hombres tan abandonados e imprudentes; porque �qu� m�s era que competir con piedras? Si a Ezequiel se le hubiera ordenado golpear una monta�a, habr�a sido lo mismo que luchar con semejante gente. Necesitaba entonces este fortalecimiento, es decir, su frente deber�a mantenerse firme contra la dureza de la gente. Si hubiera esperado m�s fruto de su trabajo, tal vez esa instalaci�n hab�a sido causa de negligencia: la confianza nos hace m�s negligentes cuando El trabajo en mano no es laborioso ni dif�cil. El Profeta, por lo tanto, habr�a sido m�s fr�o, si, ciertamente persuadido de que la gente ser�a d�cil, se hubiera acercado a ellos m�s descuidadamente. Dios, por lo tanto, lo excita cuando habla de su obstinaci�n. Como entonces era �til que el Profeta entendiera cu�n arduo era el deber de cumplir con su llamado, as� tambi�n deb�a estar armado con la fuerza de Dios, porque de lo contrario habr�a sido f�cilmente superado por su dificultad. Esta es la raz�n por la cual Dios agrega, que le hab�a dado un frente robusto y un aspecto descarado contra la cara y el frente de la gente. Adem�s, de esta manera se le advirti� que la fortaleza se esperaba de alg�n otro lado, que �l tal vez no gaste su fuerza en vano, sino que se deje gobernar por el Esp�ritu de Dios. Porque cuando pensamos solo en la calidad y cantidad de nuestros propios poderes, pueden fluir f�cilmente, dispersarse e incluso volverse ins�pidos, a menos que cumplamos nuestro deber con virilidad. Dios, por lo tanto, recuerda a su Profeta cuando dice que le hab�a dado una cara, como si dijera, que el Profeta no hizo la guerra con sus propias fuerzas, sino que estaba armado con la virtud celestial. Aunque, por lo tanto, esto parece haber sido dicho una vez para uso privado de Ezequiel, sin embargo, nos pertenece a todos. Aprendamos, entonces, cuando Dios nos llama a la oficina de ense�anza, nunca para medir el efecto de nuestro trabajo por el est�ndar de nuestra propia capacidad, ni a�n para considerar nuestros propios poderes, sino para descansar en alguna fuerza comunicada que Dios aqu� ensalza sin alabanzas vac�as. Quien, por lo tanto, reconozca que Dios es suficiente para superar todos los obst�culos, se ce�ir� valientemente para su trabajo; pero el que se demora en calcular su propia fuerza no solo se debilita sino que casi se vence. Adem�s, vemos que aqu� estamos instruidos en humildad y modestia, para no reclamar nada debido a nuestra propia fuerza. Por lo tanto, sucede que muchos est�n tan llenos, tan hinchados de confianza, que no producen nada m�s que viento. Por lo tanto, aprendamos a buscar solo en Dios esa fortaleza que necesitamos: porque no somos m�s fuertes que Ezequiel, y si �l necesitaba ser fortalecido por el Esp�ritu de Dios, mucho m�s lo necesitamos en este momento.

Versículo 9

Por �ltimo, deducimos de este pasaje que, aunque todo el mundo deber�a alzarse contra los siervos de Dios, su fuerza ser�a superior, como vimos con Jerem�as: luchar�n contra ti, pero no prevalecer�n. (Jeremias 1:19; Jeremias 15:20.) Por lo tanto, no hay ninguna raz�n por la que debamos temer el ataque violento de cualquier enemigo, y aunque todo el mundo deber�a estar en un tumulto, a�n no necesitamos temblar, porque la fuerza de Dios en nosotros siempre ser� m�s poderosa. Por lo tanto, se agrega, como inflexible, m�s duro que pedernal, te he colocado; por eso no les tengas miedo. Dios dice que he puesto la frente del Profeta como inflexible; no porque �l luch� con la gente por injusticia o audacia, sino porque Dios se opuso a la confianza con la que Ezequiel estaba dotado de la furiosa insolencia de la gente. En este sentido, se dice que la frente del Profeta se mantiene firme. Ahora agrega: no temas, entonces, y no te rompas por su cara o presencia. Estas frases, que el Profeta no se rompa, y sin embargo no temas, parecen para oponerse el uno al otro, ya que sobresale en una fortaleza invencible. Pero Dios atempera tanto su favor, que los fieles siempre necesitan emociones, incluso cuando los anima y les da fuerzas. Dios, por lo tanto, trabaja tan dentro de sus siervos, que ellos no hacen nada excepto cuando son gobernados por su Esp�ritu; y, sin embargo, necesitan su ense�anza, ya que sus exhortaciones a ellos nunca son superfluas. Los hombres profanos piensan que no sirve de nada ense�ar, y que todas las exhortaciones son fr�volas, si Dios, cuando act�a sobre nosotros por su Esp�ritu, no solo comienza, sino que contin�a y perfecciona su propio trabajo. Pero la Escritura muestra que estas dos cosas est�n de acuerdo mutuamente; porque mientras Dios nos fortalece y nos hace invencibles por su Esp�ritu, al mismo tiempo que �l infunde virtud en sus exhortaciones, y hace que florezcan dentro de nosotros, y que den fruto De esta manera, Dios por su parte confirma a su Profeta, dando �l una frente adamantina y m�s que pedregosa, y al darle un esp�ritu no conquistado, y sin embargo, lo exhorta a no temer. Vemos, entonces, c�mo Dios gobierna a su propio pueblo dentro de ellos y, sin embargo, agrega la ense�anza como un instrumento de su Esp�ritu. Luego agrega, porque son una casa rebelde, o aunque lo son; para la part�cula ??, ki, a menudo se pone de manera adversa, como hemos dicho en otra parte. Si lo tomamos en el sentido correcto, se adaptar� muy bien, porque son una casa rebelde; como si se hubiera dicho, el Profeta no tiene motivos para temer, porque fue amonestado cuidadosamente de antemano, y nada nuevo podr�a suceder; porque estamos acostumbrados a estar muy asustados por la novedad; pero cuando meditamos sobre lo que sucede, no nos molestan, ni nos quedamos quietos ni dudamos; porque aunque el Profeta ya hab�a aprendido que la casa de Israel era rebelde, �l persevera, porque no experimenta nada nuevo o inusual. Sigue -

Versículo 10

Esta es una repetici�n de la misma doctrina; porque dijimos que nuestro Profeta es m�s detallado que Isa�as, e incluso que Jerem�as, porque se hab�a acostumbrado a la forma de hablar que entonces era habitual entre los exiliados, por lo tanto, no est� tan restringido ni tan pulido; pero debemos entender que acomodaba su idioma a los alumnos, porque ten�a que ver con un pueblo no solo grosero y aburrido, sino tambi�n obstinado. Y luego se hab�an degenerado tanto de la pureza de su lenguaje como de la de su fe; Por lo tanto, el Profeta se inclina deliberadamente a un lado de la elegancia del lenguaje. Cualquier repetici�n que pudiera usar con hombres tan aburridos y perezosos, no era superflua. �l dice, por lo tanto, lo que hemos visto anteriormente, que se le orden� hablar todas las palabras, pero anteriormente dice que se le orden� recibirlas en su coraz�n y percibirlas con sus o�dos. El orden se invierte, porque debemos percibir con el o�do antes de recibir en el coraz�n. Y filosofan con m�s sutileza que la verdad, quienes dicen que la audici�n interior precede, en la medida en que los o�dos son golpeados por el sonido en vano, a menos que el coraz�n ya sea d�cil. Porque aunque Dios prepara a sus elegidos para escuchar, y les da o�dos para ese prop�sito, su ense�anza no penetra en sus mentes antes de ser recibida por el autom�vil. No hay duda, entonces, de que aqu� una cosa se antepone a la otra, por lo que llamamos un ??????? ???????? El resultado es que; El Profeta, como est� seguro de su vocaci�n, oye que Dios le habla. Pero esto no se dijo por su bien, sino que podr�a jactarse con seguridad de ser un siervo de Dios, y presentar nada m�s que lo que hab�a escuchado de la boca de Dios mismo. Como, por lo tanto, en esta confianza, �l deb�a luchar contra la impiedad del pueblo, por lo que se le orden� escuchar las palabras de Dios. Escuchamos, entonces, una repetici�n de lo que vimos anteriormente, a saber, que el Profeta se jacta libremente de haberlo hecho. no presenten meramente una elocuencia ventosa, como lo hacen los hombres profanos, que no tienen otro objeto que obtener el aplauso de los hombres.

El Profeta, por lo tanto, dice aqu�, que se le orden� recibir las palabras de Dios en su coraz�n.

Versículo 11

Ahora se agrega, que �l puede ir al cautiverio, a los hijos de su propio pueblo. Vemos, entonces, que Dios no considera tanto al Profeta como a los israelitas, porque nunca hab�an cedido voluntariamente al Profeta cuando trajo un mensaje de ninguna manera agradable. Porque nada podr�a ser m�s triste y odioso para ellos que escuchar amenazas y maldiciones. Porque, entonces, nunca se hab�an inclinado voluntariamente a la obediencia, se le env�a con un testimonio de que hab�a aprendido lo que pronunci� en la escuela de Dios; entonces que hab�a aprendido tanto de Dios, que no agrega nada propio; por �ltimo, que �l habla as�, eso; la obstinaci�n de la gente no se vence: si oir�n o si se abstendr�n, �seguir�s adelante? �Por qu�? Dir�s, as� ha dicho Jehov�. Ya hemos explicado el significado de esta frase, a saber, donde estamos convencidos de que nuestro trabajo es agradable a Dios, aunque sea in�til para los hombres, pero esto deber�a ser suficiente para nosotros, que Dios nos ha enviado. Entonces �l desea probar nuestra constancia, para que cuando nos veamos trabajando en vano, dejemos de hacerlo, en lugar de estar preparados para obedecer, pase lo que pase.

Versículo 12

El Profeta nuevamente afirma lo que hemos visto anteriormente, que Dios hab�a obrado en su mente por el instinto secreto de su propio Esp�ritu. Aunque, por lo tanto, Dios lo exhort� a la fortaleza, el Profeta muestra lo que se exig�a a s� mismo. En resumen, el Profeta era fuerte en Dios, porque Dios implant� su virtud dentro de �l. �l dice, por lo tanto, que fue levantado por el Esp�ritu, lo que solo significa que la agitaci�n dentro de �l no sirvi� de nada, a menos que fuera por inspiraci�n celestial; as� tambi�n debe ser llevado m�s all� de s� mismo por el momento, para que nada humano aparezca dentro de �l. Pero se dir� m�s sobre esto m�s adelante.

A�ade que escuch� una voz de gran apuro, es decir, una voz sonora, y una voz diferente a la de los hombres: porque el Profeta, por el ruido o el tumulto de la voz, pod�a distinguirla de la voz habitual. La voz de los hombres. Bendito, dijo, sea la gloria de Jehov� desde su propio lugar No podemos dudar de que esta bendici�n fue adecuada para la ocasi�n de su emisi�n: cuando, por lo tanto, se escuch� esta voz, Dios quiso refutar las voces clamorosas de las personas que pensaban ellos mismos heridos. Porque sabemos que la gente era quejumbrosa y murmuraba porque se cre�an tratados con mayor dureza de lo que merec�an. Por lo tanto, la gloria de Dios se opone a todas las blasfemias imp�as y sacr�legas, que los israelitas ten�an la costumbre de vomitar contra Dios, como si las tratara cruelmente. En resumen, esta voz contuvo todas las calumnias, por las cuales los imp�os se esforzaron por abrumar la gloria de Dios. �l dice que la gloria es bendecida, porque aunque los hombres no se atreven a pronunciar reproches groseros y abiertos contra Dios, sin embargo maldicen su gloria tan a menudo como le restan valor a su justicia y lo acusan de demasiado rigor. Por lo tanto, en oposici�n a esto, se escucha una voz que dice: la gloria de Dios es bendecida

Por el lugar de Dios, entiendo el Templo. Confieso que en muchos pasajes de las Escrituras el cielo se llama as�; no es que la esencia de Dios, que es inmensa, pueda incluirse en cualquier lugar; porque como el cielo se llama su trono o asiento, tambi�n la tierra es su estrado, porque �l llena todas las cosas con su inmensidad. Entonces, aqu�, como a menudo en otros lugares, el Templo se llama el lugar de Dios, porque �l viv�a all� con respecto a los hombres. Adem�s, esto se dice tambi�n con referencia a los exiliados y al resto de las personas que a�n permanecen en Jerusal�n. Los exiliados no consideraron suficientemente que fueron expulsados ??de su pa�s y arrastrados a una regi�n distante, por la justa venganza de Dios. Como, por lo tanto, este cautiverio no los someti� lo suficiente, el nombre de Dios debe ser puesto delante de ellos, para que sepan que no fueron expulsados ??de su pa�s por la crueldad de sus enemigos, sino por el juicio de Dios. El Profeta, sin duda, tambi�n considera a aquellos jud�os que a�n permanec�an en casa: porque se jactaban de que Dios estaba sentado en el Templo, y cre�an que siempre deber�an estar seguros bajo su protecci�n. Pero el Profeta, como veremos m�s adelante, denuncia a quienes continuaron siendo un castigo similar al de aquellos que estaban en cautiverio. Es entonces como si hubiera dicho que Dios permaneci� en su Templo, para que pudiera brillar all� con gloria conspicua. Ahora, como deseaba humillar a las diez tribus, as� como a las otras dos, deseaba aliviar el dolor de todas ellas, para que no dejaran de esperar el regreso prometido. Porque la calamidad misma podr�a llevarlos a la desesperaci�n, y suponer que su salvaci�n es imposible: no, pensar que Dios estaba muerto y que su virtud se hab�a extinguido. �Con qu� prop�sito, entonces, fue la adoraci�n a Dios? �Con qu� prop�sito el esplendor y la dignidad del Templo, a menos que Dios proteja a los suyos? Pero hab�an sido abandonados por �l; aqu� entonces era motivo de desesperaci�n, a menos que se hubiera cumplido: el Profeta ahora trata esto, ya que por un lado les recuerda que Dios era el vengador justo de la maldad, cuando sufri� que las diez tribus fueran arrastradas al exilio, pero que �l ser�a su libertador, porque no deja de reinar en su Templo, aunque los hombres profanos piensan que lo conquist�, y tratan con insolencia desenfrenada sus propios triunfos sobre �l. Ahora, por lo tanto, percibimos el sentido del Profeta: porque esta oraci�n ser�a fr�a si fuera meramente general; pero cuando se acomoda al estado de cosas en ese momento, vemos que la gloria de Dios no es exaltada por ning�n elogio vano, y que el Templo no se menciona en vano. (Salmo 11:4; Salmo 103:19; Isa�as 66:1.)

Versículo 13

El Profeta ahora parece expresar de d�nde procede la voz que escuch�: porque no creo que la voz provenga de ninguna otra parte, y que despu�s las criaturas vivientes se movieron al un�sono con las ruedas, pero me parece explicar qu� de lo contrario habr�a sido dudoso, a saber, que la gloria de Dios fue celebrada por las criaturas vivientes y las ruedas. No es maravilloso entonces que se atribuya una voz a las criaturas vivientes, porque las vimos como querubines o �ngeles, como por las ruedas que Dios desea marcar todas las acciones y movimientos; movimientos, digo, que parecen fortuitos, pero que est�n gobernados por las criaturas vivientes, a quienes Dios inspira con su propia virtud, mientras desea ejecutar sus dise�os, y as� ejerce su dominio sobre todas las criaturas; porque no pasa nada que no est� gobernado por su voluntad. Por lo tanto, una voz proviene tanto de las criaturas vivientes como de las ruedas, que ensalzaban la gloria de Dios y lo proclamaban, en medio de esa triste y miserable matanza del pueblo, que a�n reinaba en su propio Templo; entonces, de hecho, especialmente ejerciendo su poder, porque �l era un juez, al castigar su maldad; entonces porque estaba a punto de convertirse en el libertador de su propio pueblo, ya que les hab�a prometido restauraci�n despu�s de setenta a�os. �l dice tambi�n, escuch� la voz de las alas cuando se abrazaron mutuamente; para ???, nekesh, significa abrazar: otros traducen, cuando golpean o entran en conflicto entre s�: pero por la palabra osculando, la conjunci�n se significa metaf�ricamente. Cuando, por lo tanto, cada ala abraz� a su compa�ero, entonces surgi� la voz: agrega tambi�n lo mismo con respecto a las ruedas, y al final repite lo que hab�a dicho, que se escuch� un gran ruido. Sigue:

Versículo 14

Confirma lo que hemos visto anteriormente, a saber, que fue actuado por el Esp�ritu de Dios, de modo que fue de alguna manera sin �l, y no como los hombres profanos han inventado, con entusiasmo: porque sus Profetas fueron privados de autocontrol , y el diablo se ocup� de ellos de tal manera que no estaban en su sano juicio. Por lo tanto, el Profeta no comprende que fue privado de autocontrol, porque los Profetas de Dios eran de una mente tranquila y serena; pero comprende que estaba tan gobernado por el Esp�ritu de Dios, que era diferente a �l y no respiraba un aire terrestre; Por �ltimo, entiende que se le grabaron marcas visibles, que obtuvieron por su autoridad doctrinal con toda la gente. Y era m�s necesario que el Profeta fuera adornado con sus propias pruebas, a causa del aburrimiento de la gente, y tambi�n porque su mensaje era desagradable para ellos, y no hab�a cumplido previamente el deber de un maestro. Era necesario, por lo tanto, que fuera tan renovado que la gente lo reconociera como inspirado. Hab�a vivido familiarmente entre sus amigos y era suficientemente conocido tanto por su apariencia como por su car�cter. Mientras tanto, Dios, como he dicho, lo separ� de la vida com�n, para que �l representara algo celestial; y el objetivo de esto fue, como hemos demostrado, conciliar la confianza y la reverencia hacia su ense�anza. De hecho, sinti� la agitaci�n del Esp�ritu, y es dif�cil dudar de que la gente tambi�n lo supiera, de lo contrario, apenas habr�an tenido confianza en �l al hablar de s� mismo.

El objetivo de este notable gobierno del Esp�ritu era que los israelitas, si solo estaban despiertos y atentos al milagro, pudieran saber que el Profeta hab�a sido renovado de alguna manera. Pero lo que sigue parece opuesto a la oraci�n anterior; porque �l dice ( Ezequiel 3:3) el volumen era dulce como la miel, pero ahora que parti� en la amargura de su esp�ritu; pero como expliqu� brevemente ayer, esto se reconcilia f�cilmente; porque el Profeta no fue privado de toda sensaci�n. Aunque estaba totalmente consagrado a Dios, y en ning�n grado remiti� su diligencia y prontitud, retuvo algunos sentimientos humanos: de ah� el esp�ritu de amargura del que habla, al que llama su propio esp�ritu. De donde percibimos un contraste impl�cito entre ese movimiento. por el cual qued� atrapado y ese sentimiento, que, aunque no pecaminoso, era de alguna manera diferente de la gracia del Esp�ritu, porque el Profeta ard�a con tanto celo que cumpli� los mandamientos de Dios casi en el olvido de s� mismo: sin embargo, Al mismo tiempo, sinti� dentro de �l algo humano, ya que el poder del Esp�ritu no hab�a extinguido todo dolor. Sostenemos, por lo tanto, que el Profeta fue inspirado en cierto grado por el Esp�ritu, y aun as� su propio esp�ritu estaba amargado, agrega, y la mano de Jehov� fue fuerte sobre m�. Por "mano", algunos entienden la profec�a, pero en mi opini�n ignorante: no dudo que su significado sea poder o autoridad. �l dice que la mano de Dios era fuerte, porque deb�a obedecer a Dios, aunque la amargura de la que hablaba deber�a llevarlo en una direcci�n contraria. Como dice Paul, ( 2 Corintios 5:14, y Filipenses 1:23 ) que estaba limitado por un celo de Dios, as� tambi�n el Profeta significa que estaba limitado por el instinto secreto del Esp�ritu, por lo que no actu� por motivos humanos, ni obedeci� los deseos de su propia mente, ni sigui� su propia voluntad individual, pero solo ten�a la intenci�n de rendir obediencia a Dios. En este sentido, dice, que la mano de Dios fue fuerte sobre �l. De lo contrario, podr�a objetarse: �por qu� no cay� cuando estaba tan oprimido por el dolor y la ansiedad abrumaba tanto su esp�ritu? �l responde, la mano de Dios fue fuerte y prevaleci�, ya que de lo contrario habr�a fallado cien veces, si no hubiera sido apoyado por el poder de Dios. Y as� vemos que hubo cierta repugnancia en el Profeta, ya que como hombre fue afectado por la tristeza, pero el poder del Esp�ritu Santo gobern� sobre �l, por lo que se neg� a s� mismo y a todos sus afectos humanos.

Versículo 15

Ahora dice que hab�a regresado con su propia gente, no que alguna vez se hab�a alejado de ellos, sino que hab�a sido atra�do por la visi�n de la relaci�n sexual con los hombres. Porque Dios se le revel� a �l en la orilla del r�o Chebar, pero estaba solitario: y esto se hizo por visi�n, de ninguna manera es dudoso, ya que siempre estuvo entre su propia gente. �C�mo, entonces, dice que ahora ha regresado? Por qu�, porque la visi�n se hab�a desvanecido, por lo que estaba completamente ocupado con los otros cautivos. Lo que algunos afirman con sutileza, que �l era como un monje, es fr�volo: porque dicen que aborrec�a la maldad de la gente y que no pod�a contraer ninguna mancha de impureza, hab�a buscado la soledad: pero esto no es probable . Sin duda, el Profeta quiere decir que regres� a su antiguo modo de vida desde el momento en que escuch� a Dios hablando y vio la visi�n. Luego dice: me sent� siete d�as de alguna manera absorto en admiraci�n o pena, porque ???, shemew, significa "estar desolado", "estar asombrado", "maravillarse". Pero en cuanto al Profeta, sentado en silencio y en silencio durante siete d�as, hay pocas dudas, pero de esta manera Dios lo prepar� para comenzar a hablar despu�s para mayor sorpresa de todo el pueblo. Tampoco deber�a parecer absurdo que fuera tonto aunque fue enviado por Dios: porque esto no ocurri� por negligencia o demora que pueda considerarse una falta, pero la oficina de ense�anza hab�a sido tan impuesta que a�n no hab�a sido instruido. comandos fijos; Como si alguien fuera elegido embajador por un rey o un senado, y luego recibieran sus instrucciones, entonces el Profeta fue llamado a la oficina prof�tica, pero a�n no sab�a lo que deb�a decir. De hecho, se hab�a comido el rollo, pero Dios a�n no hab�a sugerido por d�nde deb�a comenzar, ni c�mo deb�a moderar su doctrina. Por lo tanto, Ezequiel a�n no se hab�a extendido: por lo tanto, dice que se sent� con gran estupor o gran desolaci�n, como dicen. Porque su apariencia misma despertar�a la atenci�n de los hombres, para que debieran preguntar el significado de esta tristeza inusual. Sea lo que sea, vemos que este silencio fue una preparaci�n para el cumplimiento de su deber con mayor fruto y eficacia, ya que su discurso deber�a ser recibido con mayor reverencia cuando hab�a estado en silencio durante siete d�as.

Luego dice: Llegu� a los exiliados que se sentaron en Thelabib. Estoy de acuerdo con la opini�n de quienes toman esto por el nombre de un lugar, y los antiguos int�rpretes incluso han dejado estas dos palabras. Su versi�n Septuagint tiene ????????, como si significara "elevado". ???, thelel, significa elevar, pero deber�a ser ????, thelol, si el Profeta quiso decir que fue exaltado, pero esto no es adecuado, ya que m�s bien afirma que era como el resto de la humanidad despu�s de que se retir� la visi�n. Algunos lo hacen "h�bil", pero no estoy al tanto de su raz�n: pero como ya he dicho, su opini�n es probable, quien supone que es el nombre propio de un lugar. Jerome traduce "un mont�n de fruta", y no est� mal; porque este fue probablemente el origen del nombre del lugar, ya que las ciudades, pueblos y monta�as a menudo reciben su nombre de su situaci�n y otras circunstancias; as� tambi�n este lugar se llamaba Thelabib. Para ??, thel significa "un mont�n", y ????, abib, significa un "tallo" o "paja de ma�z", y puede, por lo tanto, ser que el lugar se llamaba Thelabib debido a su fertilidad, ya que la cosecha all� es muy abundante. Pero esto no es de gran momento. Lo que hemos mencionado debe recordarse especialmente, que el Profeta fue visto en ese semblante triste y triste, y permaneci� en silencio durante siete d�as.

Versículo 16

Ahora el Profeta muestra m�s claramente por qu� continu� en silencio durante siete d�as, porque, de hecho, hab�a sido nombrado maestro, pero no hab�a llegado el momento en que deb�a pronunciar los mandamientos de Dios. Esper�, por lo tanto, hasta que recibiera un mensaje distinto. Por lo tanto, dice, al final de los siete d�as recib� una palabra del Se�or de donde nos reunimos, que hab�a sido elegido antes y que la carga de una embajada se le impuso: mientras tanto, estaba en suspenso, por as� decirlo. , porque no entend�a claramente lo que deb�a decir y d�nde deb�a comenzar. Por lo tanto, parece que Dios act�a gradualmente hacia sus siervos, de modo que los reclama para s� mismos, luego les muestra en general qu� deberes y trabajos tienen que cumplir, y finalmente los env�a al desempe�o de su trabajo, y la ejecuci�n de su cargo. Esto que vemos fue hecho en el caso de nuestro Profeta. Primero se enter� de que hab�a sido elegido por Dios, luego, en general, se le advirti� que se comportara con valent�a y que no cediera ante amenazas o terrores: al final Dios le explic� qu� �rdenes deseaba que llevara a la gente. Hasta ahora, Dios parece hablar, pero en general, pero es como si anunciara que hab�a llegado el momento en que el Profeta debe ce�irse a su trabajo: por eso dice: Hijo de hombre, te he nombrado vigilante de la casa de Israel.

Versículo 17

Lo que Ezequiel escuch� pertenece a todos los maestros de la Iglesia, a saber, que est�n divinamente designados y colocados como torres de vigilancia, para que puedan vigilar la seguridad com�n de todos. Era el deber de aquellos que hab�an sido nombrados desde los primeros ministros de la doctrina celestial para ser vigilantes. Y eso en el papado, como este nombre se ha impuesto a los �dolos, tontos, ciegos y sordos, aquellos que con las mejillas hinchadas se llaman a s� mismos obispos, hab�an sido amonestados por su vocaci�n. Porque sabemos que la palabra obispo significa lo mismo que vigilante. Pero cuando se jactaban de ser obispos, se ahogaban en la oscuridad de la gran ignorancia: entonces tambi�n fueron enterrados en su placer, as� como en la pereza, porque no hay m�s inteligencia en estos animales que en bueyes o asnos. Los asnos y los bueyes gastan su trabajo en beneficio del hombre, pero no solo carecen de todo juicio y raz�n, sino que son completamente in�tiles. Pero lo que he dicho es recordar, cuando Dios elige a los Profetas, que son colocados, por as� decirlo, en torres de vigilancia, para que puedan vigilar la seguridad de toda la Iglesia. Esto deber�a tener ahora su fuerza, que los pastores puedan reconocerse a s� mismos colocados en estaciones donde puedan estar vigilantes: y esto, de hecho, es un punto. Ahora esto no se puede hacer a menos que est�n dotados de dones superiores y prevalezcan en la gracia del Esp�ritu por encima de la comunidad. Tampoco es suficiente que los pastores vivan como hombres privados, sino que deben esperar m�s, como si estuvieran en una alta torre de vigilancia, lo que exige diligencia y poder de observaci�n: este es un segundo punto.

Ahora se agrega, escuchar�s palabras de mi boca y las anunciar�s a la gente de m�. Aqu� se prescribe una regla general a todos los Profetas y pastores de la Iglesia, a saber, que deben escuchar la palabra de la boca de Dios: por qu� part�cula Dios desea excluir cualquier cosa que los hombres fabriquen o inventen por s� mismos. Porque es evidente, cuando Dios se reclam� a s� mismo el derecho de hablar que ordena a todos los hombres que se callen y no ofrezcan nada por su cuenta, y luego, cuando les ordena que escuchen la palabra de su boca, que pone un fren� sobre ellos de que no deben inventar nada, ni anhelar sus propios recursos, ni atreverse a concebir m�s o menos que la palabra: y, por �ltimo, vemos que todo lo que los hombres ofrecen de s� mismos, es abolido aqu�, cuando solo Dios desea ser escuchado, porque no se mezcla aqu� con los dem�s como en una multitud, como si quisiera ser escuchado solo en parte. Asume para s� mismo, por lo tanto, lo que debemos atribuir a su supremo mando sobre todas las cosas, a saber, que debemos colgar de sus labios. Pero si se le dijo esto a Ezequiel, �c�mo es que los hombres sin autoridad ahora se atreven a difundir sus propias ficciones, como vemos en el Papado? para qu�. �Es tal religi�n sino una confusa mezcla de innumerables ficciones de hombres? dray han acumulado, de muchos cerebros, un inmenso caos de errores; �Porque desean que adoremos como los or�culos de Dios, cualquier cosa que los hombres tontos hayan imaginado. �Pero qui�n de ellos se jactar� de ser superior a Ezequiel? No, si todos estuvieran juntos, �se atrever�an a afirmar que pueden ser comparados con �l solo? Y si se atreven, �qui�n admitir� su arrogancia? Vemos entonces, que Ezequiel con los otros Profetas est� retenido, que no debe decir nada m�s que lo que ha escuchado de la boca de Dios.

Ahora se deduce que los amonestar�s. La palabra que usa el Profeta significa amonestar y advertir. No hay duda de que se refiere a esas advertencias por las cuales los hombres son inducidos a ser precavidos, para que no perezcan por ning�n error o desconsideraci�n. Por lo tanto, despu�s de que Dios hab�a sometido al Profeta a s� mismo y le hab�a ordenado que fuera un disc�pulo, lo nombr� maestro, porque escuchar no era suficiente, a menos que el que hab�a sido llamado a gobernar la Iglesia deb�a entregar de su mano lo que hab�a recibido. de Dios. Por lo tanto, Dios le ordena a su Profeta que hable, despu�s de haberle ordenado escuchar. Pero agrega, de m�, que la gente puede entender que solo Dios es el autor de la instrucci�n. Los falsos maestros, de hecho, asumen con orgullo el nombre de Dios, como vemos en el Papado que este axioma suena a trav�s de �l, que la Iglesia est� gobernada por el Esp�ritu Santo de inmediato, y por lo tanto no puede equivocarse: pero estas dos cosas deben ser lea conjuntamente, a saber, que el que es nombrado maestro debe escuchar a Dios hablando, y luego debe amonestar en el nombre de Dios mismo, es decir, debe profesar que �l es el ministro y testigo de Dios, para que su ense�anza no sea pens� el suyo. Para aquellos que afectan el elogio de la capacidad, el aprendizaje o la elocuencia, a menudo oscurecen el nombre de Dios y, por lo tanto, aunque profesaron que ten�an sus ense�anzas de Dios, luego hablan de s� mismos: es decir, se inflan con vana ostentaci�n, para que no aparezca la majestad de Dios, ni la eficacia del Esp�ritu en ese m�todo profano de ense�anza. Por lo tanto, Dios luego impuso una ley sobre su Profeta, para que no pronunciara nada m�s que lo que hab�a escuchado: ahora agrega otra cl�usula: que debe amonestar al pueblo; pero no debe amonestarlos de s� mismo, sino que siempre debe tener en su boca ese nombre sagrado de Dios, y demostrar que en realidad es enviado por �l. Porque despu�s de esto habl� Mois�s: �Qu� soy yo y mi hermano Aar�n? ( N�meros 16:11.) Aqu� vemos que Mois�s habl� de Dios; es decir, profes� ser el ministro de Dios, cuando dio testimonio de que no era nada, que no asumi� nada para s� mismo, y no actu� en nada por su propio consejo o moci�n peculiar.

Versículo 18

Ahora se le ense�a al Profeta cu�n dif�cil y peligrosa es una oficina que tiene que emprender. Dios lo hab�a establecido previamente como una ley para que no pronunciara nada de s� mismo: ahora agrega que el vigilante est� tan preocupado por la gente que debe rendir cuentas de la diligencia con la que pasa por sus relojes. Es como si se hubiera dicho que las almas estaban comprometidas con su cuidado y fidelidad, de modo que si deb�an perecer, �l deb�a ser castigado ante Dios. Pero es mejor explicar las palabras: si cuando le digo al imp�o: "Seguramente morir�s", y no lo amonestas, y �l perece, entonces de ti requerir� su sangre. En primer lugar, Dios confirma lo que vimos ayer, que no lo es. permitido a cualquier mortal condenar o absolver a su propia discreci�n. Por lo tanto, cuando Dios env�a a sus siervos, no renuncia a ese poder, ya que la autoridad suprema permanece consigo misma: porque hay un legislador, como dice James, que puede salvar y destruir. ( Santiago 4:12; Ezequiel 13:19.) Y en otros lugares Ezequiel reprende a los falsos profetas, porque mantienen vivas las almas que estaban muriendo y matan a las almas que no estaban dedicadas a la muerte. Porque sabemos que los hombres orgullosos siempre tiranizan sobre la conciencia cuando toman sobre s� mismos el nombre prof�tico y se sustituyen en el lugar de Dios, ya que su pr�ctica es en el papado. Porque el Papa de hecho finge que no hace nada en su propio nombre propio, pero mientras tanto reclama la prerrogativa de Dios, y se sienta en el templo como un �dolo, porque nada es m�s peculiar de Dios que gobernar nuestras mentes con doctrina celestial; pero los papistas mismos acumulan sus propios comentarios, y sucede que distorsionan y ahogan miserablemente sus propias conciencias incluso hasta la destrucci�n total. Ellos promulgan leyes de acuerdo a su placer, luego siempre agregan la condici�n de que deben mantenerse bajo pena de condenaci�n eterna o de pecado mortal, como dicen. Este lugar, entonces, debe estar marcado diligentemente, donde Dios se reclama solo a s� mismo el poder y el derecho de condenar: si, dice �l, cuando le digo a los imp�os. De esto deducimos que todos aquellos que son sacr�legos, atan a las conciencias con sus propias leyes, decretos y promulgaciones, imponen una cosa y proh�ben otra, porque le quitan a Dios lo que aqu� desea que se le asigne, porque es su oficio solo para pronunciar sentencia, porque los profetas son solo sus heraldos.

Mientras tanto, esos fan�ticos deben ser rechazados, quienes, con el pretexto de este lugar, desean otorgar licencia para pecar, y afirman que no hay diferencia entre el bien y el mal, porque no es nuestro deber condenar. Porque, propiamente hablando, no asumimos nada para nosotros mismos cuando recitamos lo que ha salido de la boca de Dios. Dios condena a los ad�lteros, a los ladrones, a los borrachos, a los asesinos, a los envidiosos, a los calumniadores, a los opresores: si uno se burla de un ad�ltero, otro de un ladr�n, un tercero de un borracho, �diremos que toman m�s de lo que deber�an? De ninguna manera, porque no se pronuncian a s� mismos como hemos dicho, pero Dios lo ha dicho, y no son m�s que testigos y mensajeros de su sentencia. Sin embargo, esta moderaci�n debe mantenerse, no para condenar a nadie por mal humor, ya que muchos abominan de inmediato lo que les desagrada, y no pueden ser inducidos a utilizar una investigaci�n diligente. La investigaci�n, por lo tanto, debe preceder a nuestras oraciones; pero cuando Dios ha hablado, debemos seguir la regla que se le dio al Profeta, si no lo amonestaste, y hablaste por su amonestaci�n. Aqu� se hace referencia al car�cter que se le impuso a Ezequiel: porque el mismo deber no le corresponde sobre individuos privados que no llevan el nombre prof�tico. Debemos se�alar que esta no es una declaraci�n general que concierne a todos los hombres en general, sino que se refiere a un Profeta que ya hab�a sido llamado a ser un vigilante: porque a menos que aquellos que soportan tal carga amonesten a la humanidad, no queda excusa para ellos sino La necesidad de enviar una cuenta a Dios para aquellos que est�n perdidos. Y la repetici�n muestra que esto no debe hacerse como algo natural, sino que los Profetas deben estar ansiosos e incluso celosos al recordar a los pecadores. Esta cl�usula fue bastante clara: si no amonestas a los malvados despu�s de que yo he hablado, pero se agrega, y no has hablado por su amonestaci�n. Esta oraci�n parece repetirse en vano, pero Dios significa eso. a menos que el Profeta amoneste a los pecadores, no est� absuelto, porque habl� una vez de pasada y pronunci� una sola palabra. Debemos recordar que los pecadores deben ser continuamente reprendidos para que puedan regresar al camino correcto. Y esta es la tendencia de la doctrina de Pablo a Timoteo:

"S� instant�neo en temporada y fuera de temporada". ( 2 Timoteo 4:2.)

Porque si hubiera sido suficiente para reprender a los pecadores con suavidad, y luego para perdonarlos, Paul se habr�a contentado con esa cortes�a, pero �l dice que debemos ser urgentes en cada ocasi�n. El ministro de la Iglesia no debe dejar de repetir estas advertencias, como Pablo les dice a los filipenses en otra parte:

"No estoy cansado de repetirte las mismas cosas". ( Filipenses 3:18 .)

Y sabemos lo que profesa en los Hechos. ( Hechos 20:31.) No he cesado d�a y noche, p�blica y privadamente, para amonestar a cada uno de ustedes. Esa perseverancia que Pablo muestra que us� aqu� est� ordenada a todos los Profetas y siervos de Dios.

�l dice, para instarlo a apartarse de su mal camino, es decir, a ser cauteloso; como se dijo ayer, ???, zeher, significa ser cauteloso; aqu� se toma activamente, a menos que haya hablado, para que pueda ense�arle a ser cauteloso o para que vuelva de su mal camino. Aqu� se le puede preguntar, �por qu� Dios toca solo un lado de la ense�anza y omite el punto principal? ? �Por qu� se dio la ley? �Y por qu� se convoc� a los profetas, a menos que se reuniera el pueblo para Dios? Aqu� debemos ejercer la obediencia a la fe, ya que sabemos que Dios no considera nada m�s importante que unir a los hombres miserables en la esperanza de la vida eterna. Este es el fin principal de la ley y el evangelio, que los hombres se reconcilien con Dios, puedan adorarlo como un Padre. Los castigos, las amenazas y los terrores siguen despu�s, de los cuales ahora solo se menciona; pero debemos considerar la condici�n de la gente, como ya la hemos visto; porque en ese momento la prevalencia de la impiedad y el desprecio de Dios, y de todo tipo de maldad, era tan grande que el Profeta no pod�a dirigirse a la gente con suavidad y suavidad. Dado que, de hecho, ese pasaje de Pablo debe ser recordado, ( 1 Corintios 4:21,) �qu� har�is? �C�mo voy a llegar a ti? con una vara, o en el esp�ritu de la suavidad? Cuando les da la opci�n a los corintios, si desean que venga con un esp�ritu de ternura o armados con una vara para su castigo, �y por qu�? Porque cuando estaban satisfechos con sus pecados, Pablo no pod�a, seg�n su costumbre, tratarlos como hijos, ni tratarlos libremente, pero se vio obligado a asumir, por as� decirlo, otro personaje, y a usar austeridad pura. y rigor. Tales, entonces, eran los israelitas, y por lo tanto no podemos sorprendernos de que Dios deje a un lado su piedad, sus promesas de favor, y lo que sea dulce y agradable para los hombres; porque no estaban en un estado adecuado para escuchar la voz paterna de Dios, a menos que fuera sometido previamente; y esto no podr�a hacerse sin violencia, debido a su excesiva perversidad.

Por lo tanto, debemos se�alar que cuanto m�s desagradaban a la embajada de los Profetas, mayor necesidad ten�an de entusiasmo; porque, si la gracia de Dios solo se debe presentar ante un pueblo, y la esperanza de la vida eterna se les debe ofrecer, ya que no hay nada en esa ense�anza que los ofenda o amargue sus sentimientos, por lo tanto, es f�cil para ofrecer libremente mensajes de este tipo. Pero cuando los hombres deben ser convocados, o m�s bien arrastrados, al tribunal de Dios, cuando deben estar asustados por el miedo a la muerte eterna, cuando el ministro, en el arsenal de Dios, como dice Pablo, ( 2 Corintios 10:5,) trae su venganza ante la humanidad, porque la ofensa se agita, y esto a veces incita a los hombres a la furia, porque no pueden soportar ser presionados a casa con la palabra de Dios; Por lo tanto, es necesario que los Profetas mismos est�n animados, para que no fracasen, o incluso vacilen en su deber. Ahora, por lo tanto, entendemos por qu� Dios habla solo de sus propias amenazas y terrores, ya que no mezcla la pena, porque, en verdad, los israelitas no fueron capaces de sacar provecho de ninguna suavidad, de modo que el Profeta nunca se hubiera atrevido a cumplir su deber con tanto valor a menos que se haya agregado esta amenaza. En otros lugares veremos al Profeta como el embajador de Dios, por reconciliar a los miserables exiliados con Dios; porque �l presentar� muchos testimonios sobre el reinado de Cristo y la restauraci�n de la Iglesia, y anunciar� la misericordia y el perd�n de Dios; pero antes de poder pronunciar un mensaje de gracia, �l mismo debe lidiar con la extrema obstinaci�n de la gente. Por lo tanto, es que Dios solo puede decir que los imp�os deben ser amonestados para que puedan regresar de su impiedad.

Se agrega, para darles vida; y esto puede parecer absurdo, porque toda esperanza de arrepentimiento fue quitada de antemano; son una casa rebelde y amarga, no las aprovechar�. ( Ezequiel 2:5.) Pero ahora parece que se promete el fruto de su trabajo, cuando se menciona la vida de aquellos que, cuando son amonestados, se arrepienten. Pero, en primer lugar, debemos recordar que algunas personas siempre son curables, incluso si todo el cuerpo de la gente parece desesperado. Para Dios, cuando dijo previamente que todos los israelitas eran rebeldes e intratables, se refiri� al cuerpo en general, pero como �l est� acostumbrado a preservar alguna peque�a semilla, quedaban algunos en esa gente que podr�an convertirse por el trabajo del Profeta. . Este es un punto. Adem�s, debemos recordar, incluso si no aparece el �xito del trabajo, sin embargo, deber�a satisfacernos, como si hubi�ramos tenido un mejor �xito y de acuerdo con nuestros deseos. Por ejemplo, supongamos que nuestro deber es estar con la multitud imp�a, donde sea que volvamos nuestros ojos, el desprecio de Dios nos encuentra, e incluso tal maldad, que parece que perdemos todos nuestros dolores. Sin embargo, aunque el pecado de la gente nos proporciona solo materiales para la desesperaci�n, debemos, sin embargo, seguir nuestro curso, como si la semilla sembrada produjera fruto. Aunque, por lo tanto, Ezequiel hab�a escuchado de la boca de Dios que la gente ser�a rebelde, sin embargo, deber�a gastar su trabajo para Dios tanto como si percibiera o esperara alg�n buen resultado. Mientras tanto, lo que he mencionado debe tenerse en cuenta, a saber, que Dios siempre tiene alguna semilla como remanente, aunque la gente en su conjunto puede caer en la impiedad.

Ahora se agrega, el hombre imp�o morir� en su impiedad, pero requerir� su sangre de tu mano. Dios aqu� dice, que hab�a llamado a su siervo bajo esta condici�n, que deb�a rendir cuentas si alguien perec�a por su culpa. Este lugar, aunque recientemente he tocado el tema, muestra cu�n peligroso es el cargo que sostienen aquellos que est�n llamados al deber de ense�ar. Nada es m�s valioso para Dios que las almas que �l ha creado seg�n su propia imagen, y de las cuales �l es el Redentor y el Padre. Dado que, por lo tanto, nuestras almas y su salvaci�n son tan queridas por Dios, de ah� deducimos cu�n ansiosamente deben cumplir sus deberes los Profetas y todos los pastores; porque es como si Dios comprometiera almas a su cuidado, bajo esta condici�n de rendir cuentas de cada uno. Tampoco es suficiente amonestar a uno y a otro, ya que a menos que se hayan esforzado por recordar todo de la destrucci�n a la vida y la salvaci�n, escuchamos lo que Dios aqu� pronuncia. Por lo tanto, tambi�n, Pablo usa esta expresi�n, ay de m� si no predico el evangelio, porque se me impone una necesidad. ( 1 Corintios 9:16.) Bien, para que el Profeta pueda ser llamado a emprender su oficio, Dios aqu� anuncia que ciertas sanciones penan sobre �l, a menos que se esfuerce diligentemente por recordar a todos los vagabundos en el camino de la salvaci�n. Pero, debido a que los hombres piensan que su ignorancia demostrar� ser una defensa suficiente, se elimina este problema, porque Dios dice que perecer�n, aunque no fueron amonestados. Esta excepci�n se agrega de manera aconsejable, que los hombres no pueden halagarse a s� mismos y echar la culpa a sus pastores, si perecen por error. Aunque, por lo tanto, nadie ha sido amonestado, sin embargo, morir�, y aunque el pastor dar� cuenta de su negligencia, y se ahorrar� mientras lo hace, no tendr� excusa ante Dios. Ahora percibimos que la negligencia en los Profetas y pastores se al�a a la perfidia, cuando a sabiendas y voluntariamente permiten que las almas perezcan a trav�s de su propio silencio: mientras tanto, no es sorprendente que Dios juzgue a muerte a aquellos que no son amonestados: porque su conciencia es un acusador suficiente, y sin embargo ahora pueden defender su error e ignorancia, es seguro que perecer�n por su propia voluntad. Luego sigue:

Versículo 19

Aqu� se le ense�a al Profeta cu�n �tilmente har� su trabajo, aunque parezca fallar, ya que solo debe estar satisfecho con esto, que Dios aprueba sus esfuerzos. Aunque, por lo tanto, aquellos que iban a ser tra�dos de vuelta por exhortaciones santas permanecen obstinados, sin embargo, los siervos de Dios no deben, por medio de la exigencia, arrojar su comisi�n como si fuera in�til, porque liberan sus propias almas. Se ha dicho anteriormente que se les impuso una necesidad, pero si son perros tontos, se les imputar� la destrucci�n de las almas, pero cuando hayan cumplido con su deber y hayan satisfecho al Todopoderoso, no deber�a ser suficiente para que sean absuelto en su opini�n? Vemos entonces que el Profeta estaba animado por este consuelo, para que no se cansara de amonestar a los hombres abandonados y obstinados, porque, si no se beneficiaban con sus ense�anzas, su fruto deber�a volver a �l. Esa expresi�n de Cristo es bien conocida: "En cualquier casa donde entren, saluden: si la casa no es digna, su bendici�n volver� a ustedes mismos". ( Mateo 10:12; Lucas 10:5.) As� tambi�n cuando los Profetas ansiaban ansiosamente reclamar las ovejas errantes y recogerlas dentro del redil, si experimentaban tal petulancia que su trabajo no sacar provecho de ellos, pero su utilidad volver� a ellos mismos. Ahora entendemos el consejo de Dios en estas palabras: T�, por lo tanto, has liberado tu alma. Aqu� no pone impiedad solo, sino de manera imp�a, en aras de la explicaci�n: a menos que alguien haya distinguido m�s bien que la impiedad es la maldad interior del coraz�n, pero una forma imp�a es la vida exterior y comprende todas las acciones, lo cual es quiz�s m�s probable, aunque no hay ninguna raz�n para objetar agregar una forma imp�a como explicaci�n despu�s de la menci�n de la impiedad. Ahora sigue

Versículo 20

Aqu� Dios agrega otra parte del deber que incumbe a todos los Profetas. Porque primero se env�an para traer de vuelta a los que se han alejado de Dios, luego para retener a los que ya est�n dentro del reba�o, y guiar a los que siguen hacia la meta que ya han entrado en el curso. Vemos, por lo tanto, que los Profetas deber�an ocuparse de ambos deberes, para que no solo recuerden a su obediencia a Dios aquellos que deambulan por sus propios deseos, sino que tambi�n confirman a aquellos que, por su propia voluntad, ya pueden ense�ar, y an�melos a perseverar, y evite que fracasen. Por lo tanto, despu�s de que Dios ha hablado acerca de la correcci�n de los pecadores que se hab�an extraviado, ahora agrega otro miembro. Si, dice �l, el hombre justo se aparta de su justicia, y no lo has amonestado, �l comer�, y yo requerir� su sangre de tu mano. En efecto, Dios significa que los Profetas son culpables, no solo si ellos no exhorte a aquellos que se han retirado del camino correcto a volver sobre sus pasos, sino tambi�n si no retienen dentro de su deber a aquellos que ya han entrado en el curso correcto. Entonces debemos tener dos objetos a la vista, para recordar a aquellos que han ca�do en varios errores, y tener cuidado de que aquellos dentro del redil no se caigan, sino que se fortalezcan en la perseverancia. Por lo tanto, ahora se agrega: si el justo se desv�a, de hecho morir�, pero necesitar� su sangre

Aqu� se puede preguntar, �c�mo pueden los justos apartarse, ya que no hay justicia sin el esp�ritu de regeneraci�n? Pero la simiente del Esp�ritu es incorruptible, ( 1 Pedro 1:23), ni puede suceder que su la gracia se extingue por completo; para el Esp�ritu, es el fervor y el sello de nuestra adopci�n, porque la adopci�n de Dios es sin arrepentimiento, como dice Pablo. ( Romanos 11:29.) Por lo tanto, puede parecer absurdo decir que lo justo retrocede y se desv�a del camino correcto. Ese pasaje de Juan es bien conocido: si hubieran sido de nosotros, se habr�an quedado con nosotros ( 1 Juan 2:19), pero debido a que se han marchado, esa ca�da demuestra suficientemente que nunca fueron nuestros. Pero aqu� debemos se�alar que la justicia se llama as�: que tiene solo la apariencia externa y no la ra�z: porque cuando el esp�ritu de regeneraci�n comienza a florecer, como he dicho, permanece perpetuamente. Y a veces veremos hombres llevados junto con un maravilloso ardor de celo por la adoraci�n a Dios, y se nos instar� a promover su gloria m�s all� incluso de los mejores hombres; de hecho veremos esto, pero, dice Pablo, Dios conoce a los que son suyos. ( 2 Timoteo 2:19.) Por lo tanto, no es maravilloso que Dios bajo el nombre de justicia aqu� elogie las virtudes que merecen alabanza ante los hombres, incluso si no brotan de una fuente pura. As� lo vemos. A menudo sucede que los justos est�n alienados y se apartan del camino correcto. Este pasaje, entonces, deber�a despertarnos para buscar continuamente en Dios un esp�ritu de perseverancia, porque tal es nuestra propensi�n al pecado, que fluyamos inmediatamente en diferentes direcciones como el agua, a menos que Dios nos fortalezca. Por lo tanto, cuando vemos que los justos mismos se apartan del camino, salgamos y nos aseguremos de la constancia de nuestra propia fe, solo dejemos que nuestra confianza se base en la ayuda del Esp�ritu Santo y no. en nosotros mismos Mientras tanto, vemos que Cristo no pronunci� este pasaje en vano: felices son los que perseveran hasta el final, ( Mateo 24:13), porque muchos se caen en medio de su curso, o revierten su pasos, den la espalda a Dios.

Ahora debemos remarcar cuidadosamente lo que sigue, su justicia no ser� recordada, porque algunos desean negociar con Dios, de modo que si por un tiempo entran en la b�squeda de la piedad, eso puede ser tomado en cuenta y servir a su favor. Pero escuchamos lo que Dios pronuncia, toda su justicia no ser� recordada en el caso de los rebeldes. No hay aliento para halagarnos en la pereza y la seguridad, cuando Dios lo demuestra a menos que continuemos hasta el final, incluso el objetivo de nuestra carrera, lo que sea de lo contrario logramos, es in�til. �l dice, tan claramente como las palabras lo expresar�n, si �l se aleja, o retrocede, o se aparta de su justicia y comete iniquidad. Debemos marcar esto diligentemente, porque sabemos que los mejores hombres a menudo se caen; pero aqu� se pretende una ca�da, donde cualquiera se arroja a la impiedad: por lo tanto, cometer iniquidad es entregarse por completo a la impiedad; como cuando Juan dice que aquellos que nacen de nuevo del Esp�ritu de Dios no cometen pecado, ( 1 Juan 3:9) quiere decir, no son adictos al pecado, incluso si a�n viven entre muchas enfermedades y fallas: como tambi�n dice Pablo, que el pecado mora en nosotros, pero no reina. ( Romanos 6:12.) Por lo tanto, cometer pecado es entregarse al pecado. Pero Dios dice, colocar�, o por colocar, o si hubiera colocado, un obst�culo antes de su cara El castigo se llama aqu� obst�culo, cuando Dios demuestra su venganza contra los ap�statas. Aunque un obst�culo tambi�n se puede llamar una advertencia real, como la frase es; pero debido a que es demasiado descabellado, lo recibo simplemente, si el justo se ha desviado: pero yo le habr� dado la recompensa que merec�a, �l morir�, porque no lo has amonestado: en su injusticia morir� : as� lo se�alo, porque los int�rpretes me parecen incorrectamente mezclados: morir� y morir� en su iniquidad. Ahora se repite esa amenaza que hemos visto, a saber, que todos los profetas que han abandonado su cargo son culpables ante Dios, porque su pereza difiere poco de la perfidia: porque Dios los consider� dignos del mayor honor, ya que les confi� almas, que, como hemos dicho, lo estima tan querido y precioso. Pero si rechazan esta confianza comprometida con ellos, vemos que no solo act�an de manera perjudicial para el hombre, sino que tambi�n son ingratos con Dios; y su lentitud no solo est� unida a la perfidia, sino tambi�n al sacrilegio, porque le permiten a Satan�s arrebatarle a Dios lo que era suyo. Como si cualquier vigilante abandonara su puesto y lo traicionara al enemigo; porque cuando ven que algunos deambulan y otros desertan, est� claro que esto no surge de la ignorancia, como hemos dicho, sino de las trampas de Satan�s y la lujuria son aquellos expuestos a quienes Cristo ha redimido con su sangre: por lo tanto, como hemos dicho , esta su traici�n es sin excusa.

Versículo 21

Vimos en nuestra �ltima conferencia que el oficio de pastores es doble, que recogen las ovejas dispersas y retienen dentro del redil a los que hab�an reunido. Como la naturaleza del hombre se inclina por muchos fracasos, a menudo sucede que aquellos que han sido reunidos en el redil de Dios est�n dispersos de un lado a otro, a trav�s de su propia enfermedad, a menos que se fortalezcan. Por esta raz�n, son necesarias advertencias constantes; y por lo tanto, Dios afirma que esos pastores ser�n culpables, si por su negligencia los justos caen. Ahora persigue el mismo sentimiento, pero agrega otra cl�usula, pero si se amonesta al justo, el pastor no tiene culpa. Todo el significado es este, porque Ezequiel hab�a sido llamado al oficio de ense�anza, deber�a tener la intenci�n de recordar la forma en que esos que han errado, y tambi�n en retener a otros. Mientras tanto, debemos observar que aquellos que parecen haber entrado de la manera correcta est�n diariamente sujetos a errores, a menos que Dios los retenga de sus siervos, y los exhorta a seguir adelante. Ahora sigue

Versículo 22

Dios parece de alguna manera jugar con su Profeta, cuando lo env�a, y aparentemente cambia su plan. El deber de ense�ar se impuso previamente al hombre santo, pero ahora se le ordena ir al extranjero, y luego Dios le ordena encerrarse en casa. Por lo tanto, esta variedad parece un cambio de plan, cuando Dios primero le ordena a su siervo que hable y luego que se calle. Pero de ninguna manera es dudoso que, por este m�todo, se confirm� la autoridad del Profeta, cuando Dios evidentemente gobern� su lengua, ya sea para hablar o callar. Porque aunque fue creado maestro, se contuvo hasta que Dios sugiri� lo que deb�a decir. Luego se le orden� guardar silencio y obedeci� a Dios; luego, cuando Dios dict� palabras y le orden� que saliera en p�blico, comenz� a cumplir con su cargo. Ahora, si �l hubiera comenzado a hablar directamente despu�s de su nombramiento, se podr�a objetar una gran ligereza contra �l; pero cuando mostr� su rapidez y, sin embargo, permaneci� en silencio durante el placer de Dios, se agreg� un mayor peso a su ense�anza.

Ahora entendemos con qu� prop�sito la mano de Dios estaba sobre �l. Por la mano de Dios se entiende su poder; porque esa exposici�n es fr�a, como he observado antes, que interpreta la mano de Dios como el oficio prof�tico. �l percibe, entonces, que fue impulsado por la virtud secreta de Dios. Por �ltimo, la mano de Dios no es m�s que la agitaci�n del Esp�ritu, ya que el Profeta sinti� que no fue llevado por el poder humano, ni por ning�n impulso arbitrario, dice Tie, por lo tanto, la mano de Jehov� estaba sobre m�, y me dijo que me levantara y saliera a la llanura, para que yo pueda hablar all� contigo. Ezequiel no pudo sino suponer que fue llevado a proclamar inmediatamente los mandamientos de Dios a la gente. Pero en esta opini�n, se equivoc�, porque, como veremos, fue sacado en medio de que deber�a encerrarse inmediatamente en casa. Pero antes de decir esto, dice que sali�. Vemos que sumiso era cada vez que Dios lo enviaba. Y esto es digno de notar, porque a menos que el llamado de Dios nos complazca, y nuestro sentido lo apruebe (80) , volamos de regreso, o al menos lo posponemos. Pero el Profeta ten�a una excusa justa, seg�n el juicio humano, para darle la espalda con alg�n color de raz�n; porque Dios a menudo ya se hab�a dirigido a �l, y todav�a sin fruto. Pero ahora, aunque hasta ahora est� en suspenso, Dios no pronuncia lo que desea que haga; Sin embargo, �l sale a la llanura, porque Dios le orden�. Este ejemplo nos ense�a, incluso si el resultado de las cosas se nos oculta, que tan pronto como Dios emita alguna orden, debemos obedecer, incluso si nuestros sentidos se niegan, sin embargo, debemos obedecerlo para seguirlo siempre que �l llame. , incluso si nuestro hacerlo parece no solo en vano, sino rid�culo. Pero Dios no se dirigi� a �l en vano cuando apareci� en su gloria, porque la apariencia de la gloria de Dios deber�a satisfacer a un hombre santo, aunque todas las dem�s cosas deber�an fallar. Vio la gloria de Dios, por as� decirlo, cerca del r�o Chebar; de donde nos reunimos, eso. La visi�n no estaba fija en ning�n lugar definido. Dios, por lo tanto, apareci� una vez sobre la orilla del r�o a su sirviente, y luego en la llanura. En cuanto a su dicho de que se cay� de bruces, ya he explicado lo que quiere decir. Debe suceder necesariamente que los fieles, que est�n impresionados con un serio temor a Dios, deber�an temer su apariencia. Los imp�os, tambi�n, se ven obligados a temer a Dios, pero luego se endurecen, y aunque se vuelven casi sin vida, el estupor que sigue extingue toda sensaci�n. Pero el temor que sienten los fieles por la aparici�n de Dios se une con la reverencia. As� tambi�n Ezequiel cay� sobre su rostro, para no volver a levantarse hasta que el Esp�ritu lo levantara, como sigue despu�s.

Versículo 24

Aqu� Ezequiel confirma lo que he dicho: cada vez que los fieles se asustan al ver la gloria de Dios, no pueden concentrarse a menos que el Se�or los apoye con su fuerza. Pero este estado era peculiar del Profeta, porque deb�a reconocerse a s� mismo muerto, cuando sinti� que el Esp�ritu de Dios viv�a y florec�a en su mente. Por lo tanto, esto tiende a confirmarlo, porque el Esp�ritu lo restaur� de un estado de muerte a la vida: por lo tanto, dice, el Esp�ritu vino bien, ya que el alma da vida al hombre, por lo que el Esp�ritu de Dios es una vida sobrenatural en el hombre. . Vivimos a la manera de los hombres, porque una virtud est� implantada en nuestra alma que tiene facultades propias. Porque en el alma est� el asiento de la inteligencia, y la voluntad, y las sensaciones, y difunde su vigor a trav�s de todos los miembros. Pero la vida que las almas respiran en los cuerpos es solo terrenal, pero el Esp�ritu de Dios da vida sobrenaturalmente. Y esta distinci�n debe mantenerse, porque los hombres profanos se jactan solo en las apariencias externas, como lo llaman, es decir, en el esplendor externo, que no es m�s que una m�scara: y as�, con toda su fuerza, celebran el libre albedr�o y nuestro natural facultades, porque nunca han probado cu�l es esa vida sobrenatural que se menciona aqu�. Ezequiel, de hecho, estaba lleno del Esp�ritu de Dios de una manera peculiar, para que �l pudiera estar en condiciones de emprender el oficio prof�tico, pero esto es com�n para los fieles por su vida espiritual.

Luego dice que lo pusieron de pie porque estaba postrado y que, como he dicho, tampoco pod�a levantar un dedo, a menos que hubiera sido levantado por el poder divino. Luego relata el mandato de Dios, que parece ser absurdo. Porque, �por qu� Dios design� a Ezequiel un Profeta a menos que se aplicara al oficio de ense�anza? Pero ahora le ordena no solo que descanse, sino que incluso lo oculta en casa. Utiliza la palabra "oculto" como si hubiera dicho: permanecer en casa como cautivo. Si hubiera sido un hombre privado, habr�a disfrutado de un pasaje libre, pero ahora que Dios le impone el oficio prof�tico, lo mantienen cautivo. Pero todo esto se opone a su misi�n. Pero primero, Dios deseaba probar la obediencia de su siervo; luego deseaba especialmente confirmar su llamado cada vez m�s, porque esto no era una confirmaci�n com�n, porque aunque el Profeta sobresali� en una virtud singular, no salt� al medio, sino que descans� en su hogar y se convirti� en un cautivo voluntario, porque tan complacido Dios Por lo tanto, toda la gente podr�a saber que el Profeta no procedi� precipitadamente, ni por ning�n impulso repentino, porque a menudo estaba mudo por el mandato de Dios. Luego sigue:

Versículo 25

Ahora Dios explica la raz�n por la que desea que el Profeta cese por un tiempo y permanezca en casa como si fuera tonto. Han colocado, dijo �l, cuerdas sobre ti con las que pueden atarte. La opini�n de quienes toman el pasaje metaf�ricamente no es inadecuada, como si se hubiera dicho, la perversidad de la gente obstaculiza a Ezequiel en el cumplimiento de su deber, como si hubiera sido atado con cuerdas.

Para aclarar esto, podemos recordar lo que Pablo les dice a los corintios, ( 2 Corintios 6:11), es decir, que fue retenido en la esclavitud, porque su ense�anza no pudo encontrar acceso a ellos ni penetrar en ellos. sus almas "�Nuestra boca", dice �l, "est� abierta hacia ustedes, oh Corintios! Nuestro coraz�n se ensancha hacia ti: "es decir, en lo que a m� respecta, estoy preparado fielmente para gastar mis esfuerzos en ti: pero tus entra�as est�n tensas". Dado que, por lo tanto, los hombres, por su propia depravaci�n, obstaculizan el curso de la doctrina, reduciendo a los siervos de Dios a estrechas, es bastante consistente representar la malicia de aquellos que no pueden ser ense�ados a ser como cuerdas por las cuales los maestros fieles est�n atados. que no pueden proceder libremente en el cumplimiento de su deber. Si alguien, sin embargo, prefiere tomar lo que aqu� se dice estricta y literalmente, la oraci�n debe entenderse as�, que los israelitas a�n no estaban preparados para la instrucci�n, porque si el Profeta pronunciara los mandamientos de Dios inmediatamente, ser�a como el furioso quien pondr�a las manos sobre �l y lo atar�a con cuerdas. Este sentido tambi�n es muy apropiado y, por lo tanto, podemos elegir libremente entre ellos. Pero en cuanto al significado general, la intenci�n de Dios no es en absoluto oscura, es decir, que el Profeta no debe enfermarlo, si es que durante un tiempo aparentemente es in�til sin obtener oyentes o disc�pulos id�neos. Vemos entonces que esto se dice para la comodidad del Profeta, que no debe murmurar ni enfermar que Dios desea que �permanezca encerrado en casa; porque a�n no hab�a llegado el momento adecuado, como si se hubiera dicho: �Si te apresuras ahora, te acercar�s a hombres furiosos que se apresurar�n contra ti y te atar�n con cuerdas. Porque, por lo tanto, los ve a�n no preparados para aprender, espere un momento hasta que yo prepare sus o�dos para que puedan atenderlo; o al menos, para que se vuelvan m�s excusas, te enviar�; y mientras tanto, aunque todav�a son perversos, no pueden levantarse violentamente contra ti, pero si lo har�n o no, se ver�n obligados a escuchar las �rdenes que proceden de mi boca ". Y luego confirma esto extensamente, como veremos.

Versículo 26

Pero ahora agrega: fijar� tu lengua en tu paladar, o har� que tu lengua se adhiera a tu paladar, para que no seas un reprobador, porque son una casa rebelde. Lo que Dios atribuy� a los israelitas que �l ahora transferencias a s� mismo. �l hab�a dicho: Te atar�n con sogas: ahora dice: `` Har� que tu lengua se pegue a tu paladar ''. Pero estas dos cosas se reconcilian f�cilmente, porque en verdad los israelitas rechazaron las profec�as por su intemperancia, y Dios los priv� de esto. beneficio, porque vio que no lo merec�an. Pero este lugar muestra que es una se�al de la venganza de Dios, cuando cesan todas las profec�as, y se les quita la oportunidad de escuchar. Porque como Dios brilla sobre nosotros por su instrucci�n, y por lo tanto tenemos una cierta promesa de su gracia y favor paternos, as� tambi�n cuando se elimina la instrucci�n, es como si Dios escondiera su rostro, incluso nos dio la espalda. Debemos considerar, por lo tanto, lo que se dice aqu�, porque la casa de Israel era rebelde: por lo tanto, el Profeta era tonto y se abstuvo de ense�ar a esos imp�os. Dios, por lo tanto, desiste cuando ve que est� tratando con los est�pidos y sordos; pero. no en la primera ocasi�n en que lo cansan, porque �l m�s bien se enfrenta a la ingratitud del hombre, y nunca deja de levantarse, como vemos en Jerem�as, por la ma�ana y para vigilar incluso cuando a�n es de noche; (Jeremias 7:2; Jeremias 11:7; Jeremias 35:14; Salmo 74:9;) nunca deja de llamarse a s� mismo, incluso aquellos que son lentos y lento, no, incluso el completamente rebelde: pero al final, cuando ve que no tiene �xito con la paciencia, le quita la instrucci�n, como hemos dicho. Y por lo tanto, la Iglesia se queja de que carece de Profetas, y coloca esa masacre entre los signos extremos de la ira de Dios: "No vemos nuestros signos, y los Profetas no aparecen entre nosotros". De esta manera, entienden que est�n alienados de Dios, y que no les queda consuelo cuando Dios no les da ning�n sabor de su bondad por parte de los Profetas. Los imp�os realmente desean esto, porque nada es m�s problem�tico para ellos que escuchar a Dios continuamente exclamar. Por lo tanto, en la medida de lo posible, buscan escondites, y no piensan nada mejor para s� mismos que ser torpes en medio de sus vicios, y estar sordos a cada voz de reproche; pero, sin embargo, nada es m�s destructivo para ellos, porque Dios se ofrece como un m�dico que cura nuestras enfermedades, mientras nos exhorta a la sabidur�a. Pero cuando �l est� en silencio, nos abandona como abandonados a la ruina, y por eso dije que nada es m�s destructivo que cuando no suena ning�n reproche en nuestros o�dos, pero nos sentimos dulcemente halagados, porque de esta manera Satan�s nos priva. de nuestros sentidos, y este es su envenenamiento final, cuando nos alivia tanto con sus halagos, que cesa todo reproche que pueda alarmar nuestra seguridad por completo. Ahora sigue: -

Versículo 27

Despu�s de un silencio, Dios muestra con qu� �rdenes desea instruir a su siervo, es decir, por aquellos que exasperar�an a la gente, como hemos visto anteriormente. Por lo tanto, su embajada era odiosa, ya que el Profeta comienza con este insulto: �Si desean o�r, oigan; pero si no, no estoy preocupado ". Los que son enviados como embajadores generalmente tienen la orden de intentar si pueden conciliar, con un discurso cort�s y amistoso, con quienes tienen que tratar. Pero Dios aqu� sigue un m�todo completamente al contrario. Porque, �cu�l es el significado de estas palabras? El que escucha, que oiga: el que desiste, deja que desista. a saber, que los israelitas puedan entender que el Profeta les fue enviado, no porque hubiera alguna esperanza de que volvieran a ser sabios, ya que hab�an dado testimonio mediante experimentos suficientemente numerosos que estaban completamente desesperados: pero el Se�or env�a al Profeta, que puede golpearlos y herirlos a�n m�s, y finalmente infligir un golpe mortal. Ahora, por lo tanto, vemos que se confirm� lo que el Profeta present� anteriormente, que se le impuso el oficio de ense�ar, no porque su trabajo fuera �til y fruct�fero con referencia a la gente com�n, sino que podr�a inflamar a los israelitas hasta la locura. , si no estaban dispuestos a volverse sabios de nuevo, para que �l los rompiera si no se doblaban, y si lo rechazaban, que los acusara ante Dios, quien ser�a su juez, y mientras tanto el curso de la ense�anza Prof�tica ser�a libre, aunque pertinazmente pudieran resistirlo. Ahora entendemos la intenci�n del Profeta. Por lo tanto, tambi�n recopilamos lo que he tocado �ltimamente: que Dios trata con los reprobados de varias maneras. A veces hace dudoso que sean curables, y los destina Profetas para ellos, quienes deber�an exhortarlos al arrepentimiento. Pero cuando los ve en su ingratitud enterrando toda la luz, los priva de toda doctrina; luego vuelve a brillar: al fin, otra oscuridad m�s densa tiene �xito: apresur�monos, mientras la doctrina de la salvaci�n brille sobre nosotros, para que Dios no oscurezca todas nuestras mentes y sentidos, y nos prive de ese beneficio singular, cuando la imagen de su favor paterno est� grabado en nosotros, como hemos dicho. Sigamos adelante

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Ezekiel 3". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/ezekiel-3.html. 1840-57.