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Bible Commentaries
Isaías 3

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

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Versículo 1

1. Para, he aqu�. Decimos, un poco antes, que este es el mismo tema que el Profeta comenz� a tratar hacia el final del cap�tulo anterior; porque advierte a los jud�os que su riqueza, por grande que sea, no servir� para evitar la ira de Dios, que, una vez que se ha encendido, quemar� todas sus defensas. Por lo tanto, se deduce que son acusados ??de locura excesiva, cuando, para alejar su alarma, acumulan sus fuerzas, fuerza y ??pertrechos b�licos, consultas, armaduras, abundante suministro de provisiones y otros recursos.

La part�cula demostrativa ???, (hinneth,) "he aqu�", se emplea no solo para denotar certeza, sino para expresar la falta de tiempo, como si Isa�as hiciera que los hombres malvados fueran testigos oculares del evento. ; porque con frecuencia sucede que aquellos que no se aventuran abiertamente a ridiculizar los juicios de Dios los pasan por alto, como si no se relacionaran en absoluto con ellos, o a�n estuvieran a una gran distancia. "�Qu� es eso para nosotros?" dicen ellos; �O, si alguna vez suceden, �por qu� deber�amos ser miserables antes de tiempo? �No ser� tiempo suficiente para pensar en esas calamidades cuando realmente nos sobrevienen? Dado que, por lo tanto, los hombres malvados, para no tomar en cuenta los juicios de Dios, cavan para s� mismos los lugares que est�n al acecho de esta descripci�n, por este motivo el Profeta los presiona m�s de cerca y con seriedad, para que no puedan imaginar que la mano de Dios es distante, o vanamente espera que se relaje.

El Se�or Jehov� de los ej�rcitos se llevar� de Jerusal�n. Esta es tambi�n la raz�n por la que llama a Dios el Se�or y Jehov� de los ej�rcitos, para que la majestad de Dios pueda aterrorizar sus mentes somnolientas y lentas; Dios no necesita t�tulos, pero nuestra ignorancia y estupidez deben despertarse al percibir su gloria. Primero, el Profeta amenaza con que a los jud�os se les quite todo el producto de la cosecha, para que perezcan por el hambre. Inmediatamente despu�s, habla de la misma manera sobre los guardias militares, y todo lo que se relaciona con el buen orden del estado. Por lo tanto, podemos inferir que los jud�os se jactaban de la prosperidad de la que disfrutaban en ese momento, para albergar una tonta creencia de que estaban protegidos contra todo peligro. Pero Isa�as amenaza que no solo todo el pa�s, sino la misma Jerusal�n, que era la fortaleza invencible de la naci�n, se ver�n expuestas a los castigos de Dios; como si hubiera dicho: "La ira de Dios no solo caer� sobre cada parte del cuerpo, sino que tambi�n traspasar� el coraz�n".

El poder y la fuerza. (49) En cuanto a las palabras ?????? ????, (mashgnen umashgnenah) que difieren solo a este respecto, que uno est� en masculino, y el otro en los g�neros femeninos, no tengo dudas de que el Profeta pretend�a con este cambio expresar m�s completamente la certeza de que se romper�an los apoyos de todo tipo; y por lo tanto les he traducido el poder y la fuerza (50) No estoy de acuerdo con aquellos int�rpretes que lo ven como una referencia a las personas de los hombres, porque denota m�s apropiadamente todos los apoyos, cualquiera sea su naturaleza.

Sin embargo, es dudoso que el Profeta lo limite a la comida, o lo extienda a todos los dem�s tipos de apoyo, que menciona inmediatamente despu�s. Pero es natural suponer que por ???? ??????, (mashgnen umashgnenah) se incluye generalmente todo lo necesario para mantener el orden de la ciudad o de la gente; y luego, en aras de la explicaci�n, enumera algunos detalles. Por lo tanto, la primera cl�usula significa: "Dios quitar� toda ayuda y asistencia con la que pienses que eres sostenido, de modo que no quede nada para apoyarte".

Luego, agrega, cu�les ser�n sus necesidades y desnudez; y comienza, como hemos dicho, con comida y alimento, que ocupan el primer rango en el mantenimiento de la vida de los hombres. Ahora hay dos formas en que Dios quita la fuerza del pan y el agua; ya sea cuando nos priva de las victorias, o cuando les quita el poder de alimentarnos; porque a menos que Dios imparta a nuestra comida un poder oculto, la mayor abundancia que podamos poseer no nos har� ning�n bien. ( Lev�tico 26:26.) Por lo tanto, en otro pasaje se dice que Dios parte el bast�n del pan ( Ezequiel 4:16), cuando los panaderos entregan el pan en peso, y sin embargo no rinde satisfacci�n. Y esta comparaci�n debe observarse cuidadosamente, para informarnos que, a pesar de que el est�mago se llene, siempre tendremos hambre, ya que no habr� nada m�s que la bendici�n secreta de Dios que nos pueda alimentar o apoyar.

Aunque puede entenderse que el hambre que el Profeta amenaza en este pasaje significa que los campos ser�n improductivos o que Dios les quitar� a los jud�os todo tipo de alimentos, ya que los Profetas est�n generalmente acostumbrados a tomar prestadas sus formas de Seg�n la ley, esta interpretaci�n se aplicar� muy bien. Porque �l simplemente podr�a haber dicho: "Quitar� el pan y el vino"; pero expresa algo m�s secreto cuando habla del apoyo del pan y el agua; como si hubiera dicho eso, aunque las personas no se vean reducidas a la hambruna, sin embargo, Dios las har�, incluso mientras se amotinan en la glotoner�a, para que sufran hambre; porque cuando se retira la bendici�n de Dios, toda su utilidad desaparecer�. Podemos resumir de esta manera, que la gente no tendr� comida para fortalecerlos; ya sea porque no tendr�n pan y agua o, si lo tienen, no obtendr�n ninguna ventaja de ellos.

Versículo 2

2. El hombre fuerte y el hombre de guerra menciona otros fines que contribuyen a la seguridad y el buen orden de las naciones o de las ciudades. De estos, amenaza con que los jud�os se vean totalmente privados, de modo que no tengan sabidur�a ni valent�a en la batalla, ni fuerzas militares en el extranjero. No tiene cuidado de atender el pedido, pero est� satisfecho con dar un breve resumen y mezcla un tema con otro. Comienza con hombres de guerra, en cuyas manos se comprometi� la defensa del pa�s. Dios a veces se los lleva con la muerte, y a veces al hacerlos suaves y afeminados. Esto �ltimo es m�s frecuente, de modo que la posteridad degenera de la valent�a de los antepasados, y aquellos que antes eran valientes se vuelven cobardes y no aptos para la guerra. Pero tambi�n vemos que a veces sucede lo primero, como consecuencia de lo cual los hombres m�s audaces de repente se desaniman.

El juez y el profeta. Sabemos que, en el idioma hebreo, la palabra juez significa todo tipo de gobernadores; y es seguro que por profetas se entiende todo tipo de maestros. En consecuencia, amenaza con que el gobierno civil se anule, y que las instrucciones terminen, y que los jud�os sean destruidos; y, de hecho, los magistrados y maestros ocupan el mismo lugar en la comunidad que los dos ojos tienen en el cuerpo humano.

Adivinos viejos y viejos (51) Considero que los viejos, que son m�s aptos para gobernar, consideran el mismo rango que antes, porque la edad trae consigo Es la prudencia, la sabidur�a y la gravedad. En cuanto a la palabra adivinador, aunque se usa en un mal sentido en las Escrituras, sin embargo, aqu� parece usarse en un buen sentido, cuando Isa�as enumera aquellas cosas que contribuyen a preservar el buen orden de una ciudad y de un reino. El t�rmino podr�a, por lo tanto, aplicarse a un adivino, que adivina o penetra en asuntos oscuros, no por presagios o artes supersticiosas, sino por una agudeza y habilidad extraordinaria. Pero como Dios les prohibi� consultar a magos, adivinos y adivinos, ( Deuteronomio 18:20) y como el mismo Balaam declara que no hay adivinaci�n contra Israel, ( N�meros 23:23,) I no discutas con aquellos que preferir�an usar la palabra adivino como denotando adivinaciones m�gicas; ni habr� ning�n absurdo al enumerar entre los castigos de la naci�n, que se ver�a privado tambi�n de aquellas ayudas que eran pecaminosas y criminales; porque junto con el altar y los sacrificios, Oseas menciona terafines. (52) ( Oseas 3:4.)

El capit�n de los cincuenta. Emplea este t�rmino conforme a la costumbre que prevaleci�; porque como los romanos ten�an centuriones o capitanes de cientos, los jud�os ten�an capitanes o gobernantes de los a�os cincuenta, que los griegos llaman ???????????????, pero como esa costumbre no exist�a entre los latinos, el nombre era desconocido entre ellos. Por personas de aspecto venerable (53) se refiere a aquellos cuya reputaci�n de valent�a dio influencia entre la gente.

El senador (54) La palabra ???? (yognetz,) por la cual he puesto senador, puede aplicarse a hombres en la vida privada que son eminente para la prudencia; pero como es estrictamente aplicable a los consejeros, que desempe�an un cargo p�blico, resolv� no apartarme de la opini�n com�n.

El art�fice pecaminoso. Debido a que las artes mec�nicas no son menos ventajosas para mantener la prosperidad de una naci�n, y para el sustento de la vida animal, Isa�as tambi�n menciona que, por falta de ellas, la destrucci�n de los jud�os est� a la mano.

Y el elocuente. (55) la palabra que se coloca en �ltimo lugar en la enumeraci�n ha sido explicada de diversas maneras por los comentaristas. Literalmente significa, "experto en murmurar, o en un tono de voz moderado. �Ahora, dado que los or�culos paganos dan sus respuestas mediante susurros o murmullos, algunos piensan que la palabra denota encantamientos. Quienes interpretan ??? (lahash) dan una mejor exposici�n a los dise�os secretos; pero como un estilo que es a la vez misterioso y pesado puede no estar denotado de manera inapropiada por esta palabra, no dudo en expresarlo con la palabra elocuente. Sin embargo, si se considera preferible verlo como denotando hombres sabios y cautelosos que, aunque no est�n calificados para hablar en p�blico, dan consejos privados de lo que se puede hacer de manera rentable, no tengo objeci�n.

Debemos atender a esta descripci�n completa de un estado bien regulado. Porque Isa�as ha puesto el primer ma�z y otras cosas necesarias para el apoyo corporal; en segundo lugar, fuerzas militares; tercero, habilidad para gobernar una naci�n y las diversas partes del gobierno civil; cuarto, el oficio prof�tico; y quinto, las artes mec�nicas. Con estos adornos, Dios adorna a las naciones que intenta hacer sanas y salvas; y, por otro lado, los toma de aquellas naciones que pretende destruir por completo. Por lo tanto, sepamos que todo lo que encontramos rentable para el sustento de la vida fluye de la bondad inmerecida de Dios. Por lo tanto, tambi�n sigue otra instrucci�n, a saber, que debemos tener cuidado para que, por nuestra ingratitud, nos privemos de esos excelentes dones de Dios.

Versículo 4

4. Y nombrar� a los ni�os para que sean sus pr�ncipes (56) Que la venganza de Dios puede ser m�s manifiesto, ahora describe cu�n triste y miserable ser� el cambio, cuando los gobernantes competentes y fieles ser�n tomados de entre ellos y Dios pondr� a las personas cobardes e in�tiles en su habitaci�n. Por ni�os se entiende no solo aquellos que lo son por edad, sino tambi�n por mente y conducta, como personas delicadas y afeminadas, que carecen de coraje y no pueden empu�ar la espada que se les ha confiado. Aqu� no realiza el contraste, cl�usula por cl�usula; porque pens� que era suficiente se�alar una forma en que una comunidad se arruina r�pidamente; es decir, cuando sus gobernantes son hombres d�biles y tontos como ni�os, que no tienen gravedad ni sabidur�a. Pero debe establecerse como un principio, que ning�n hombre est� calificado para gobernar una comunidad a menos que haya sido designado por Dios y sea dotado de una excelencia poco com�n. Plat�n tambi�n entendi� bien este asunto: porque, como era un pagano, no ten�a un verdadero conocimiento de este tipo, pero su r�pida sagacidad le permiti� percibir que ning�n hombre est� en forma y calificado para un gobierno p�blico que no haya sido preparado para ello. por Dios en una medida extraordinaria; porque el gobierno p�blico procede solo de Dios, y de la misma manera cada parte debe ser confirmada por �l. Adem�s, aquellos a quienes el Se�or no gobierna no les queda m�s que ser ni�os, o m�s bien ser dos veces ni�os, es decir, desprovistos de toda habilidad y de toda sabidur�a.

Ahora el Se�or ejecuta esta venganza de dos maneras; porque sucede con frecuencia, que cuando parece que tenemos personas que son serias y h�biles en los negocios, apenas entran en acci�n, tropiezan como ciegos y no tienen m�s sabidur�a que los ni�os; porque el Se�or los priva de esa notable habilidad que anteriormente hab�an recibido de �l, y los aturde, como si los hubiera golpeado con un rayo. Pero a veces el Se�or procede con m�s gentileza y elimina gradualmente a los hombres de habilidades extraordinarias, que eran aptos para gobernar, y conf�a las riendas del gobierno a aquellos que no pudieron gobernar a una familia, o incluso a un solo ni�o como estas cosas suceden, es muy seguro de que la destrucci�n no est� lejos.

Adem�s, merece nuestra atenci�n, como mencion� recientemente, que una comunidad bien regulada es un don singular de Dios, cuando las diversas �rdenes de jueces y senadores, soldados, capitanes, art�fices y maestros, se ayudan mutuamente, y unirse para promover la seguridad general de toda la gente. Porque cuando el Profeta amenaza y declara que es un castigo muy severo, que estas cosas ser�n quitadas, �l claramente muestra que esos dones eminentes y poco comunes de Dios son necesarios para la seguridad de las naciones. Por consiguiente, aqu� elogia la oficina de magistrados, capitanes y soldados, y tambi�n la oficina de maestros. Esto merece nuestra atenci�n en oposici�n a los fan�ticos, que se esfuerzan por desterrar del mundo el poder de usar la espada, junto con todo el gobierno civil y el orden. Pero el Profeta declara que estas cosas no se quitan o eliminan a menos que Dios est� enojado. Se deduce, por lo tanto, que quienes se oponen y, en lo que respecta a su poder, dejan de lado o destruyen tales beneficios, son hombres malvados y enemigos de la seguridad p�blica.

Tambi�n elogia la instrucci�n, sin la cual una comunidad no puede sostenerse; porque, como dice Salom�n,

donde la profec�a no es, la naci�n debe ser arruinada. ( Proverbios 29:18.)

Al mismo tiempo, elogia las artes mec�nicas, la agricultura, las ocupaciones manuales de todas las descripciones, la arquitectura y dem�s, de las que no podemos prescindir; Para todos los artesanos de todo tipo, que contribuyen con lo que es �til para los hombres, son los siervos de Dios, y tienen el mismo fin a la vista de los mencionados anteriormente, a saber, la preservaci�n de la humanidad.

Lo mismo debe decirse sobre la guerra; porque, aunque legal, la guerra no debe ser m�s que un intento de obtener la paz; Sin embargo, a veces es inevitable un enfrentamiento, para que aquellos que tienen el poder de la espada puedan usarlo y defenderse a s� mismos y a sus seguidores con las armas. La guerra, por lo tanto, no debe ser condenada en s� misma; porque es el medio de preservar la comunidad. Pero tampoco debe despreciarse la elocuencia; porque a menudo se necesita, tanto en la vida p�blica como en la privada, que algo se explique clara y completamente y se demuestre que es verdad. Esto tambi�n se cuenta entre los dones y las bendiciones importantes de Dios, cuando un estado abunda en hombres sabios y elocuentes,

que puede competir con los adversarios en la puerta. ( Salmo 127:5.)

Este pasaje puede resumirse as�: "Cuando Dios quita esos dones y altera la condici�n de un pueblo, de cualquier forma que esto ocurra, ya sea cambiando la forma de gobierno o quitando a los gobernantes, la ira de Dios debe ser reconocido; porque, como dice Oseas,

�l se lleva a los reyes en su ira, Y los nombra en su indignaci�n. ( Oseas 13:11.)

Por lo tanto, no atribuyamos estos cambios al azar u otras causas.

Versículo 5

5. La gente oprimir� a cada hombre a su vecino. Describe la mayor confusi�n, que estaba a punto de alcanzar a los jud�os, cuando el orden fue destruido o relajado; y esto le suceder� a todas las naciones, tan pronto como el gobierno sea removido o caiga al suelo. Sabemos cu�n grande es la falta de sentido de la mente humana, cuando cada hombre se apresura por la ambici�n y, en resumen, cu�n furiosas son las pasiones sin ley cuando no se las restringe. No hay raz�n, por lo tanto, para preguntarse si, cuando los asientos de juicio han sido bajos, cada hombre insulta a su vecino, la crueldad abunda y el libertinaje se desata sin control. Si consideramos esto sabiamente, le dar�amos un valor m�s alto a la bondad de Dios, cuando �l nos preserva en cualquier condici�n tolerable, y no nos permite ser lamentablemente arruinados. Por lo tanto, es evidente que aquellos que dirigen o aplican sus mentes para socavar los cimientos del gobierno civil son los enemigos abiertos de la humanidad, o m�s bien, no son en ning�n aspecto diferentes de las bestias salvajes.

Pero esta confusi�n descrita por el Profeta es muy vergonzosa, que un ni�o se atrever� a insultar a un anciano, que los restos de una multitud baja y despreciada se alzar�n contra nobles y hombres de alta reputaci�n; porque es la m�s absurda de todas las cosas que la modestia ser� desechada, de modo que los que fueron dignos de veneraci�n ser�n tratados con desprecio. Y sin embargo, este espect�culo, tan vergonzoso y repugnante, debe exhibirse inevitablemente cuando el gobierno civil ha sido derrocado. En cuanto a mi interpretaci�n del verbo ??? (niggash) en un sentido activo, para oprimir, me vi obligado a adoptarlo, de lo contrario el significado del pasaje habr�a sido imperfecto.

Versículo 6

6. Cuando cada hombre se apodere de su hermano Como este verso est� estrechamente relacionado con el primero, y contin�a sin interrupci�n hasta la frase que jurar�, la part�cula ?? (ki) se toma evidentemente por un adverbio de tiempo. Para Isa�as, con la intenci�n de expresar la miseria extrema de la gente, dice que no habr� hombre que se comprometa a gobernarlos, aunque se le pidi� que lo hiciera. Hasta tal punto, sin lugar a dudas, prevalece la ambici�n entre los hombres, que muchos siempre est�n ansiosos por luchar por el poder, y se esfuerzan por obtenerlo incluso a riesgo de sus vidas. En todas las �pocas, el mundo entero ha sido convulsionado por el deseo de obtener poder real; y no hay un villano tan despreciable como para no contener hombres que voluntariamente se comprometan a convertirse en gobernantes; y todo esto prueba que el hombre es un animal deseoso de honor. De ah� se deduce que todo est� en una condici�n deplorable, cuando esa dignidad no solo es despreciada sino obstinadamente rechazada; porque la triste calamidad ha alcanzado su m�s baja profundidad, cuando lo que los hombres desean naturalmente con el mayor ardor se rechaza universalmente.

Isa�as menciona otras circunstancias de naturaleza agravante, que tienden a mostrar que los jud�os preferir�n dejar de lado todo sentimiento de humanidad y compasi�n que asumir el cargo de gobernantes. Si uno se niega a gobernar naciones extranjeras, tal vez no se considere tan maravilloso; pero cuando se cuestiona la preservaci�n de los hermanos, es excesivamente cruel rechazar el honorable oficio. Por lo tanto, es una prueba de que los asuntos son completamente desesperados, cuando el oficio de gobernante es rechazado con desd�n por aquel hombre a quien apelan sus parientes, rogando su apoyo y arroj�ndose a su protecci�n. Ahora, dado que los pr�ncipes se seleccionan com�nmente debido a su riqueza, o, al menos, el poder real generalmente no se otorga a cualquiera que no tenga una porci�n moderada de riquezas, para que la pobreza no los ponga al desprecio y los reproches, o los lleve a medios indignos de ganancia, �l tambi�n agrega esta circunstancia, que aunque son capaces de soportar la carga, todav�a no la aceptar�n; como si hubiera dicho: "No solo la gente com�n, sino tambi�n los nobles y los ricos, rechazan la tarea del gobierno".

La frase apoderarse es igualmente enf�tica, ya que significa "poner las manos" sobre una persona; como si Isa�as hubiera dicho que aquellos que deseen obtener un pr�ncipe no emplear�n halagos y s�plicas, sino que proceder�n con desorden y violencia para apoderarse de alguna persona y tratar de obligarlo a ocupar el trono.

Deja que esta ruina est� bajo tu mano. Esta �ltima circunstancia no es menos importante. El significado es: "Al menos si tienes compasi�n o humanidad, no dejes de ayudarnos en nuestra miseria extrema". Porque cuando una multitud de hombres, como un reba�o disperso, lamentando con l�grimas su condici�n ruinosa, imploran la protecci�n de un pastor, el que no extender� una mano de ayuda debe tener un coraz�n tan duro como el hierro. Algunos lo traducen como si, por una forma de hablar, (hypallage,) una palabra hubiera sido puesta para otra, deja que tu mano est� bajo esta ruina; es decir, en aras de defenderlo.

Versículo 7

7. En ese d�a jurar�. La palabra jurar expresa un rechazo absoluto y vehemente; porque con frecuencia el que al principio se excusa o declara que no lo har�, por fin cede a la s�plica; pero el que, al negarse, emplea un juramento, cierra toda esperanza, porque les da a entender que su prop�sito es firme y decidido. Quiz�s, tambi�n, la frase en ese d�a significa "inmediatamente, sin demora y sin largas consultas"; pero como tambi�n se puede ver de manera demostrativa, (?????????) como una se�al m�s completa del momento de la calamidad, no expreso una opini�n firme. El significado general es obvio, que su condici�n ruinosa ser� un remedio pasado.

En cuanto a la palabra ???, (chobesh,) aunque los comentaristas difieren en su interpretaci�n de la misma, sin embargo, estoy alegremente de acuerdo con aquellos que piensan que la met�fora est� prestada aqu� de los cirujanos; (57) porque nada puede satisfacer mejor el caso. Es como si alguien, a quien se le hubiera solicitado curar a un hombre enfermo, declarara que no tiene habilidad en el arte de curar, o que la enfermedad es demasiado inveterada para admitir que est� curada.

El siguiente ? copulativo, (vau,) significa para; como si hubiera dicho: "Y, sin duda, no tengo capacidad para hacerlo". (58) Su significado, por lo tanto, es que el estado de cosas ser� tan desesperado que ning�n hombre, incluso cuando las cosas est�n en el peor de los casos, se aventurar� a tomar medidas para su defensa.

Versículo 8

8. Porque Jerusal�n est� arruinada. Para que no se piense que Dios es excesivamente cruel, cuando castiga a su pueblo con tanta severidad, el Profeta aqu� explica brevemente la raz�n de la calamidad; como si hubiera dicho que la destrucci�n de ese pueblo imp�o es justa, porque de muchas maneras han persistido en provocar a Dios. Y as� corta todo motivo de queja; porque sabemos con qu� furia insolente estalla el mundo, cuando es castigado con una severidad m�s que ordinaria. �l dice que estaban listos, tanto por palabras como por acciones, para cometer todo tipo de delitos. Al hablar de su destrucci�n, emplea un lenguaje como si ya hubiera tenido lugar; aunque el pasado puede ser tomado para el futuro, como en muchos otros pasajes.

Para provocar los ojos de su gloria. Este modo de expresi�n agrava el crimen, como denota que hab�an resuelto intencionalmente insultar a Dios; porque las cosas que se hacen ante nuestros ojos, si nos desagradan, son las m�s ofensivas. Es cierto que los hombres malvados se burlan de Dios, como si pudieran enga�arlo; pero como nada, por oculto que sea, escapa a su vista, Isa�as lo considera como un reproche contra ellos, que abiertamente y sin verg�enza, en su misma presencia, se entregaron a la comisi�n de cr�menes. La palabra gloria tambi�n merece nuestra atenci�n; porque es una prueba de locura extraordinaria, si no tenemos un sentimiento de reverencia, cuando la majestad de Dios se presenta a nuestra vista. Si Dios hubiera mostrado tan ilustre su gloria ante la naci�n de Israel, que deber�an haber sido humildes, si hubieran tenido restos de verg�enza o modestia. Entonces, cualesquiera que sean los murmullos de los hombres malvados contra Dios, o sus quejas de su severidad, la causa de todas las calamidades que soportan se encontrar� en sus propias manos.

Versículo 9

9. La prueba de su semblante responder� en ellos, o responder� en contra de ellos (59) Como el Profeta ten�a que ver con hip�critas descarados y descarados, que se jactaban descaradamente de que eran buenos hombres; entonces �l dice que su semblante testifica qu� tipo de personas son, y que no ser� necesario traer testigos desde la distancia, para probar su maldad; porque responder significa "dar testimonio" o "confesar". Aunque, por lo tanto, disfrazan su rostro y semblante, de modo que frecuentemente enga�an a otros, sin embargo, Dios los obliga a mostrar y probar lo que son; de modo que, a pesar de s� mismos, llevan, por as� decirlo, en su frente una marca de su enga�o e hipocres�a.

Algunos explican que sus cr�menes son tan manifiestos que no pueden evitar ver, como en un espejo, la bajeza que desean ocultar. Pero el significado anterior se confirma por lo que sigue, que declararon su pecado de la misma manera que habitantes de Sodoma. Con estas palabras, insin�a que se dedicaron a la iniquidad de tal manera que se jactaron de sus transgresiones sin ninguna verg�enza; como si hubiera sido honorable y loable en ellos pisotear cada distinci�n entre lo correcto y lo incorrecto, y no caer en todo tipo de maldad. Por esta raz�n, los compara con los habitantes de Sodoma, ( G�nesis 18:20), que estaban tan cegados por sus deseos, que se apresuraron, con brutal estupidez, a todo lo b�sico. Entonces, esta es la respuesta del semblante, que �l mencion� un poco antes, que llevan consigo simples muestras de impiedad, que son lo suficientemente abundantes como para demostrar su culpa.

�Ay de su alma! Aqu� declara lo que se mencion� anteriormente, que toda la causa de sus calamidades se encuentra en s� mismos; porque por sus pecados e iniquidades provocaron al Se�or; y consecuentemente que no tienen medios de evasi�n, que es in�til inventar pretensiones ociosas, porque el mal mismo habita en sus huesos; como si hubiera dicho: �Dios no puede ser acusado, como si te castigara injustamente. Reconozcan que lo han hecho ustedes mismos; glorifiquen a un juez justo y les echen toda la culpa �.

Versículo 10

10. Diga, estar� bien con los justos Antes de citar las opiniones de los dem�s, se�alar� el verdadero significado Como castigos tan severos com�nmente presentes en las mentes piadosas una tentaci�n extremadamente aguda, y especialmente porque casi no ocurren calamidades p�blicas que no involucren a hombres buenos junto con los malos; entonces el Profeta, al menos, en mi opini�n, les recuerda la providencia de Dios, que nunca confunde nada, pero incluso, cuando hay aparente confusi�n, nunca deja de distinguir entre hombres buenos y malos.

Pero hay varias formas en que se explica este pasaje; porque algunos lo dicen: "Di al hombre justo, porque �l es bueno, por lo tanto, comer� del fruto de sus manos". De esa interpretaci�n se obtiene este significado: �Deseo y ordeno a los piadosos que sean de buen �nimo; porque con cualquier severidad que pueda castigar los cr�menes de la naci�n, a�n estar� bien con los piadosos ". Pero un significado m�s adecuado es este: decir; es decir, sost�ngalo como un punto establecido; porque en la Escritura decir a menudo significa pensar y estar convencido; como David escribe, dije, prestar� atenci�n a tus caminos (Salmo 39:1) y en mil casos del mismo tipo; para que �l no les ordene que le digan al hombre justo, sino que le pide a cada hombre que est� completamente convencido de que feliz ser� la condici�n del hombre justo, aunque solo pueda parecer infeliz.

Adem�s, considero que ???, (tob,) significa una condici�n feliz y pr�spera; como en el verso anterior emple� la palabra ???, (ragnah) con la que ahora se contrasta ???; y por eso no creo que ???, (ragnah,) signifique maldad, sino una condici�n miserable. Ahora, ya que literalmente se ejecuta, diga al hombre justo, ?? ???: (ki tob,) que estar� bien, ya sea la part�cula ??, (ki,) tiene una afirmativa sentido, como en muchos otros pasajes, o parece ser superfluo, aunque la probabilidad es que est� destinado a la confirmaci�n. Seguramente le ir� bien al justo; es decir, que se eliminen todos los motivos de duda y seamos completamente convencidos de que la condici�n del hombre justo ser� excelente y pr�spera. Es dif�cil de creer esto, y por lo tanto se agrega, �l comer� el fruto de sus acciones; es decir, no ser� defraudado de la recompensa de su buena conducta. Otros consideran decir como exhortar y exponer las dos palabras, ?? ??? (ki tob,) que lo har� bien; pero lo rechazo como una interpretaci�n forzada.

Versículo 11

11. �Ay de los imp�os! Se enfermar� con �l. �l presenta esta cl�usula como un contraste con la anterior; de donde se puede inferir f�cilmente cu�l fue el dise�o del Profeta, a saber, consolar a los piadosos y aterrorizar a los imp�os con el juicio de Dios. Porque cuando ocurre una calamidad extraordinariamente severa, que ataca a todos sin discriminaci�n, dudamos si es por la providencia de Dios o, por el contrario, por casualidad, que el mundo est� gobernado. Por esta raz�n, los hombres piadosos temen y temen que la misma destrucci�n que alcanza a los malvados tambi�n los arruine. Otros piensan que no tiene importancia si un hombre es bueno o malo, cuando ven a ambas clases visitadas por pestilencia, guerra, hambre y otras calamidades. Y de ah� surge el pensamiento perverso, de que no hay diferencia entre las recompensas de lo bueno y lo malo; y en medio de estos pensamientos sombr�os, los apetitos carnales llevan a muchos a la desesperaci�n.

En consecuencia, el Profeta muestra que el juicio de Dios es correcto, que los hombres pueden seguir temiendo a Dios, y pueden ser conscientes de que aquellos que, con la expectativa de escapar del castigo, provocan a Dios, no pasar�n impunes. Asimismo, los exhorta a atribuir a Dios la alabanza de la justicia; como si hubiera dicho: "No piensen que el azar ciego gobierna en el mundo, o que Dios castiga con violencia ciega, y sin tener en cuenta la justicia, pero sost�ngalo como un principio totalmente establecido en sus mentes, que estar� bien con el justo porque Dios le pagar� lo que ha prometido y no lo decepcionar� de su esperanza. Por otro lado, cree que la condici�n del hombre malvado ser� muy miserable, ya que �l trae consigo el mal que finalmente debe caer sobre su cabeza ".

Con estas palabras, el Profeta, al mismo tiempo, acusa a la gente de estupidez al no percibir el juicio de Dios; porque sufrieron los castigos de sus cr�menes y, sin embargo, se endurecieron bajo ellos, como si hubieran estado completamente desprovistos de sentimientos. Ahora no puede sucedernos nada peor que que seamos endurecidos contra los castigos, y no percibir que Dios nos castiga. Cuando trabajamos bajo tal estupidez, nuestro caso es casi in�til.

Versículo 12

12. Los opresores de cualquier persona son ni�os (60) Aqu� tambi�n se reprob� la locura y terquedad de la gente, porque cerraron los ojos al mediod�a. No hay nada que los hombres sean m�s reacios a permitir que tener un yugo puesto sobre ellos; ni se someten voluntariamente a ser gobernados por nobles. Por lo tanto, d�biles y cobardes deben ser las mentes de quienes obedecen a los hombres delicados y afeminados, y se dejan oprimir por ellos; ni se puede dudar de que Dios ha golpeado con un esp�ritu de cobard�a a aquellos que ofrecen sus hombros, como asnos, para soportar cargas. El poder de un tirano debe ser soportado, incluso por hombres valientes; pero el reproche que Isa�as trae contra los jud�os es que, si bien se sacuden obstinadamente el yugo de Dios, est�n listos para rendir abyecta a los hombres y realizar cualquier servicio, aunque sea vergonzoso o degradante.

Los jud�os no pod�an quejarse de que se vieron obligados por la violencia, cuando por su propia voluntad obedecieron a aquellos cuya autoridad hubieran declinado con gusto. Por lo tanto, es evidente que fueron golpeados por la mano de Dios, y fueron sacudidos por el terror, por lo que no ten�an fuerza ni de cuerpo ni de mente.

Esta es tambi�n la venganza que Dios hab�a amenazado anteriormente por Mois�s; porque la doctrina general de Mois�s, como ya hemos dicho, es continuamente aludida por los profetas. (61) o c�mo fue posible que los hombres que ten�an el poder de la resistencia por su propia cuenta sufrieran una esclavitud de la que hubieran escapado voluntariamente, no �Dios los priv� de comprensi�n y previsi�n de que �l podr�a vengarse de sus cr�menes de esta manera? Siempre que, por lo tanto, nos ocurra algo de este tipo; no imaginemos que vino por casualidad. Por el contrario, siempre que suceda que somos gobernados por hombres que no son estimados, y que son m�s insignificantes que los ni�os, reconozcamos la ira del Se�or, si no elegimos que el Profeta nos acusar� del estupidez m�s grave.

Los que te gobiernan (62) �l contin�a ense�ando la misma doctrina, que cuando Dios suelta las riendas contra los imp�os, para perturbar todo, muestra que est� muy ofendido por los jud�os; porque si hubieran disfrutado de su favor, hab�a razones para esperar que su gobierno fuera el m�s santo y bendecido. Al mismo tiempo, es probable que la manada com�n de hombres se dedicara tan tontamente a sus gobernantes, que veneraran como or�culos tanto sus mandatos como su conducta; y de ah� surgi� toda la corrupci�n que prevaleci� en todas partes. Como, por lo tanto, el contagio se estaba extendiendo a�n m�s sin ser percibido por el pueblo, Isa�as grita en voz alta que deben protegerse contra los gobernadores mismos, que corrompen y destruyen al pueblo.

Otros lo explican, los que te bendicen; pero como el participio que emplea puede tomarse de ???, (yashar,) que significa gobernar, prefiero adoptar esa interpretaci�n, ya que es m�s agradable para el contexto. (63) Reconozco que los falsos profetas halagaron a la gente, pero no veo ninguna raz�n por la cual sus halagos deber�an mencionarse aqu�. Pero se aplica muy bien a los gobernantes y jefes, que fueron la causa de la destrucci�n; porque como los pr�ncipes son llevados a sus oficinas por el bien de la seguridad p�blica, ninguna plaga es m�s destructiva que cuando son hombres malos, y gobiernan seg�n su propio capricho. �l dice, por lo tanto, que quienes gobiernan son las causas de los males, y que corrompen todo, ya que era su deber corregir a otros hombres y se�alar el camino con su propio ejemplo.

Versículo 13

13. Jehov� se levanta para suplicar Mientras la maldad se desata sin control, y el Se�or no env�a alivio desde lo alto, creemos que est� inactivo y ha olvidado su deber. M�s especialmente, cuando los nobles mismos se salvan, parece darles la libertad de cometer pecado, como si fueran personas m�s sagradas que no deben ser tocadas. En consecuencia, despu�s de haberse quejado de los pr�ncipes, agrega que el Se�or har� lo que su autoridad exige, y no permitir� que tales delitos flagrantes pasen impunes. Porque casi no hay conducta m�s ofensiva, o m�s adecuada para perturbar nuestras mentes, que cuando los magistrados exhiben p�blicamente los peores ejemplos de todo tipo, mientras que ning�n hombre pronuncia una s�laba en su contra, pero casi todos dan su aprobaci�n. Luego preguntamos: �D�nde est� Dios, cuya gloria, una gran parte de la cual, que consiste en la autoridad, es quitada, deber�a haber sido mostrada ilustremente por hombres de ese rango? Isa�as encuentra esta dificultad al decir: "Aunque la naci�n es malvada, sin embargo, debido a que los pr�ncipes mismos est�n muy corrompidos, e incluso contaminan a toda la naci�n por sus vicios, Dios se sienta como juez en el cielo y finalmente los llamar� a rendir cuentas. y asigna a cada uno su recompensa ". Aunque no exime a la multitud de la culpa, sin embargo, para que se conozcan las fuentes de los males, ataca particularmente a los gobernantes y los amenaza con el castigo que merec�an.

Versículo 14

14. El Se�or entrar� en juicio con los antiguos de su pueblo. Anteriormente hab�a erigido para Dios un trono del que pod�a suplicar. Ahora dice que entrar� en juicio. �C�mo? con los antiguos Podr�a haber habido una ligera alusi�n a las asambleas legales, en las cuales los hombres mayores se sientan como diputados de Dios; pero estoy de acuerdo con la opini�n m�s com�nmente aceptada, de que Dios lucha contra los antiguos de su pueblo. Este pasaje, por lo tanto, corresponde al dicho de David:

Dios se parar� en la asamblea de los dioses (Salmo 82:1; (64) )

es decir, aunque ahora se puede pensar que los pr�ncipes hacen todo con impunidad, y aunque no haya nadie para restringir su capricho y sus pasiones sin ley, un d�a sentir�n que Dios est� por encima de ellos y le rendir�n cuentas de todas sus acciones

Estas reprensiones, sin duda, los jueces de esa �poca no estaban dispuestos a escuchar. No tienen ning�n deseo, y no piensan que sea correcto, que alguien los trate con tanta agudeza y severidad; porque desean que todo est� a su disposici�n, que su voluntad se mantenga como una ley y que se les permita hacer lo que elijan; que todos los hombres deber�an halagarlos y aplaudirlos, y aprobar sus peores acciones. Piensan que ning�n hombre es un juez de sus acciones, y no ceden sujeci�n a Dios mismo. Dado que, por lo tanto, est�n tan desenfrenados que no soportan ning�n consejo ni ninguna amenaza, el Profeta los convoca al tribunal de Dios.

Y con sus pr�ncipes Se les describe honorablemente, a modo de reconocimiento, como los pr�ncipes elegidos del pueblo. Esto tambi�n merece atenci�n; porque pensaban que, debido a su rango, disfrutaban de una especie de privilegio que los liberaba de las restricciones de la ley, y que aunque los reyes y pr�ncipes paganos pudieran dar cuenta de sus acciones, ellos, por el contrario, eran sagrados personas. Pensaban, por lo tanto, que estaban fuera del alcance de toda reprensi�n, y que no deb�an ser abordados, como los hombres paganos, por amenazas y terrores. Por este motivo, Isa�as declara expresamente que el Se�or no solo llamar� a rendir cuentas a todo tipo de pr�ncipes, sino especialmente a los orgullosos hip�critas a cuyo cuidado hab�a encomendado a su pueblo.

Y has destruido la vi�a (65) La met�fora de una vid es muy com�n, donde una naci�n, y especialmente la naci�n de Israel, es el tema. (Salmo 80:8; Jeremias 2:21.) Y con esta palabra, el Profeta ahora muestra que su crimen es doble, porque ya no ten�an en cuenta a las personas que Dios hab�a amado con afecto extraordinario. que si hubieran gobernado una naci�n pagana. El pronombre you es igualmente enf�tico; porque �l se dirige a los viticultores mismos, quienes, en lugar de dedicarse, como deber�an haber hecho, al cultivo de la vid, la devoraron como bestias salvajes. En consecuencia, �l representa que esto es un gran agravante de su crueldad; porque, �cu�n traicionero fue destruir lo que debieron haber preservado y protegido? Con esta comparaci�n, el Se�or muestra cu�n cuidadoso es el cuidado de su propio pueblo y cu�n c�lidamente los ama; no solo porque la Iglesia se llama su vid y herencia, sino al declarar que no soportar� la traici�n y la maldad de aquellos que la gobernaron tir�nicamente.

El bot�n de los pobres est� en tus casas. Agrega una circunstancia, por la cual las otras partes de su vida podr�an ser conocidas, que ten�an en sus casas la presa y el bot�n de los pobres. Ahora el palacio de los pr�ncipes deber�a parecerse a un santuario: porque ocupan la morada de Dios, que deber�a ser sagrado para todos. Por lo tanto, es el sacrilegio m�s asqueroso convertir un santuario en una guarida de ladrones. �l representa a�n m�s fuertemente su criminalidad al agregar a los pobres; porque es el m�s malvado de todos los actos de crueldad saquear a un hombre pobre y necesitado, que no puede defenderse, y que deber�a haber sido protegido.

Versículo 15

15. �Qu� significa que golpeaste a mi gente en pedazos? Menciona tambi�n otros detalles, de los cuales es evidente que gobernaron de una manera altiva, cruel y opresiva. No era necesario que el Profeta describiera minuciosamente todo lo que mereciera reproche en los pr�ncipes; porque de estas pocas circunstancias es evidente con qu� injusticia, crueldad y tiran�a gobernaron. �Pero a qui�n se burlar�n los pobres sino al magistrado, que deber�a ser el padre de su pa�s y el protector de los miserables? Por esta raz�n, emplea un interrogatorio vehemente, �qu�? como si hubiera dicho: ��Qu� descaro es este! �Qu� crueldad y barbaridad, abusar de las malas condiciones de los pobres, para no tener compasi�n de ellos! En dos comparaciones, describe su cruel opresi�n mezclada con orgullo.

Dice el Se�or Jehov� de los ej�rcitos. Para que la reprensi�n tenga todo el peso que deber�a tener, �l presenta a Dios como hablando; porque hay un contraste impl�cito de que estas cosas no deben verse como provenientes de la boca de los hombres, sino que la acusaci�n procede de Dios mismo, y que persigue a los culpables de tal injusticia, y finalmente se vengar� de ellas . Debido a que aquellos que han sido exaltados a cualquier tipo de honor se comportan tan altivamente como para despreciar todas las direcciones y consejos, por lo tanto, cumple con su orgullo al presentar la majestad de Dios, para que no se atrevan a despreciar sus amenazas serias y severas. Sin embargo, recordemos que este pasaje no debe entenderse como si el Profeta estuviera hablando solo de la misericordia de Dios; porque despu�s de haber amenazado con vengarse indiscriminadamente sobre todos, menciona particularmente a quienes son sus cabezas, para demostrar que ning�n hombre puede escapar del brazo de Dios: y aqu� emplea lo que se llama argumento de mayor a menor ". �C�mo perdonar�a el Se�or al m�s bajo de la gente, cuando castiga incluso a los pr�ncipes mismos, porque han destruido la vi�a?

Versículo 16

16. Porque las hijas de Sion son arrogantes. Luego sigue otra amenaza contra la ambici�n, el lujo y el orgullo de las mujeres. En estos puntos, el Profeta no ha seguido un orden exacto, pero reprende a veces un vicio y otras veces, seg�n parece requerir el tema, y ??luego resume lo que ha dicho en pocas palabras, como lo hizo en el s�ptimo verso del primer capitulo. Por lo tanto, pronuncia la censura en t�nicas preciosas y adornos superfluos, que fueron sin duda pruebas de vanidad y ostentaci�n. Dondequiera que el vestido y el esplendor se llevan al exceso, hay evidencia de ambici�n, y muchos vicios generalmente est�n relacionados con �l; �De d�nde viene el lujo en hombres y mujeres pero del orgullo?

Y caminar con el cuello estirado. Primero, entonces, �l declara justamente que el orgullo es la fuente del mal, y lo se�ala por el signo, es decir, por su andar; que las mujeres caminen con el cuello estirado porque, como es un signo de modestia tener una mirada desanimada (como han declarado incluso los escritores paganos), tener una mirada excesivamente santa es un signo de insolencia; y cuando una mujer levanta la cabeza no puede ser m�s que orgullo. El Profeta ciertamente act�a sabiamente al comenzar en la fuente misma; porque si hubiera comenzado mencionando signos, como vestimenta, marcha y asuntos de ese tipo, podr�a haber sido f�cil responder que la mente todav�a era pura y recta; y que si su vestido era algo elegante y espl�ndido, esa no era raz�n suficiente para acercarse a ellos con un lenguaje tan amargo y convocarlos al tribunal de Dios. En consecuencia, para cumplir con sus acusaciones infundadas, �l abre la enfermedad interna, que se manifiesta en la totalidad de su vestimenta externa.

Y ojos errantes. (66) Lo que agrega sobre los ojos errantes denota lujuria desvergonzada, que en su mayor parte se expresa por los ojos; porque los ojos impuros son los heraldos de un coraz�n impuro; pero los ojos de las mujeres castas son tranquilos, y no errantes o inestables.

Y hacer un tintineo con los pies. Esto es parte del gesto indecente mediante el cual se descubre la desenfreno. Pero no es f�cil decir si las mujeres usaban en sus sandalias algunos adornos tintineantes que hac�an ruido al caminar, o si imitaban a las mujeres que bailaban por un paso medido; para la forma de los vestidos desde ese momento ha cambiado mucho. Sin embargo, adopto f�cilmente la interpretaci�n de que hac�an ruido al caminar, ya que esto se expresa claramente en la palabra empleada.

Versículo 17

17. Por lo tanto, el Se�or har� calvo (67) la corona de la cabeza Aqu� el part�cula ?, (vau,) que significa y, por lo tanto, se pone para; porque amenaza con que, ya que ni los consejos amables ni las palabras pueden reformarlos, el Se�or tratar� con ellos de una manera muy diferente, y no solo emplear� un lenguaje agudo y severo, sino que avanzar� en una serie terrible, con una banda armada, para vengarse. Por consiguiente, como hab�an manifestado su obstinaci�n de pies a cabeza, declara que el Se�or exhibir� las marcas de su venganza en cada parte de su cuerpo. Por lo tanto, comienza con la cabeza, donde el adorno se otorga principalmente, y luego toma nota de las otras partes.

Es digno de notar que el Profeta ten�a buenas razones para reprobar, con tan gran seriedad y vehemencia, el lujo de las mujeres; porque aunque son imputables con muchos vicios, est�n sobre todo inflamados de ansia loca por tener ropa fina. Codiciosos como son naturalmente, todav�a no escatiman en gastos para vestirse de una manera llamativa, e incluso usan una dieta de repuesto y se privan de lo que la naturaleza requiere, para que su ropa sea m�s costosa y elegante. Tan gravemente est�n corrompidos por este vicio, que va m�s all� de cualquier otro.

La historia nos dice qu� vastas multitudes reunieron las mujeres a causa de la Ley de Oppian (68) que algunos deseaban mantener y otros rechazar; y esa transacci�n no se realiz� con gravedad o moderaci�n como consecuencia de las multitudes de mujeres. Pero no necesitamos ir muy lejos para encontrar ejemplos; porque son innumerables en casi todas las naciones, y es un vicio que ha sido muy com�n en todas las �pocas. Como somos diestros y videntes en disculpas para defender nuestro lujo y extravagancia, el Profeta, por ese motivo, ha se�alado con el dedo la fuente de todos los males, es decir, esa ambici�n loca por la cual los hombres se apresuran a obtener aviso p�blico, y llegar a la eminencia por encima de los dem�s; porque, para que sean m�s conocidos, desean eclipsar a sus vecinos por la elegancia de su vestido, para que puedan atraer la atenci�n de los dem�s hacia ellos.

Habiendo se�alado la fuente del mal, el Profeta desciende a muchos detalles con el prop�sito de mostrar al p�blico las bodegas de mujeres, y enumera un largo cat�logo de ellas, para mostrar que, al reunirlas, nada puede exceder la curiosidad. que habita en la mujer. De hecho, no hay fin para esos artilugios; y no sin raz�n los antiguos llamaron a la colecci�n de adornos de mujer un mundo; (69) porque si se recogieran en un mont�n, ser�an casi tan numerosos como las partes del mundo. Por este motivo, el Profeta parece buscar en los cofres de las mujeres y poner a la vista del p�blico las insignificantes bagatelas que han atesorado en ellas, para que su extravagante deleite y jactancia de estas cosas puedan hacer que su ociosidad y su locura sean m�s evidentes para todos. No hay superfluidad, por lo tanto, en esta enumeraci�n, aunque se extiende en muchas palabras, por las cuales se demuestra que sus deseos sin ley son insaciables.

En cuanto a los detalles, no me quedar� para explicarlos, especialmente porque los mejores eruditos hebreos tienen dudas sobre algunos de ellos y no pueden distinguir con certeza las formas de esos adornos. Es suficiente si entendemos la importancia y el dise�o generales del Profeta; a saber, que �l acumula y enumera estas peque�eces para que la prodigiosa variedad de ellas pueda revelar su lujo y ambici�n, a fin de dejarlas sin ninguna excusa. Ser�a el colmo de la imprudencia alegar que los artilugios hechos por la vanidad infantil de las mujeres, m�s all� de lo que la naturaleza requiere, son necesarios para proteger el cuerpo. �Cu�ntas cosas se enumeran aqu� que no son exigidas por la naturaleza, la necesidad o la propiedad! �De qu� sirven las cadenas, pulseras, aretes y otras cosas del mismo tipo? Por lo tanto, es bastante claro que una colecci�n superflua de tales ornamentos no admite ninguna excusa; que da evidencia de un lujo excesivo que deber�a ser suprimido o restringido; y que con frecuencia son artilugios imprudentes para debilitar la mente y excitar la lujuria. No debemos preguntarnos, por lo tanto, que el Profeta habla tan bruscamente y amenaza con castigos severos contra este vicio.

Versículo 24

24. En lugar de un olor dulce, habr� mal olor. Es evidente que el pa�s aqu� descrito abunda en hierbas arom�ticas; y no hay raz�n para dudar que en olores agradables, as� como en otros asuntos, eran lujosos. Vemos que las naciones que est�n m�s alejadas del este no se ven impedidas ni por la distancia ni por el gasto de ese tipo de lujo. �Qu� se puede esperar que suceda en esos lugares donde son abundantes? Que excitar�n la lujuria y promover�n el lujo est� fuera de toda duda. �l quiere decir, por lo tanto, que los ung�entos y los olores dulces fueron abusados ??por ellos de varias maneras; porque los deseos pecaminosos de los hombres son ingeniosos en sus artima�as, y nunca pueden ser satisfechos.

En lugar de una faja un alquiler. Otros lo han dejado caer; porque el Se�or los desterrar�. Tiene la intenci�n de contrastar cosas que son extremadamente opuestas entre s�; que como las mujeres antes se ce��an y adornaban con m�s cuidado cuando caminaban, en adelante ser�n rasgadas y desnudas. Tambi�n contrasta la calvicie con los rizos; porque arreglaron su cabello no de una manera modesta sino extravagante. Una vez m�s, se contrasta un cintur�n con tela de saco. Ya sea que se tratara de un cintur�n, o alg�n otro tipo de atadura, es cierto que el Profeta se refer�a a una faja, que se ten�a en alta estima. Nuevamente, quemar se contrasta con la belleza; porque las mujeres de moda apenas se aventuran a exponerse a los rayos del sol, por miedo a quemarse; y nos dice que esto les suceder� a ellos. En resumen, tanto los hombres como las mujeres tienen instrucciones de hacer un uso sobrio de los dones de Goal, tanto en la comida como en la ropa, y en toda la conducta de la vida. Porque el Se�or no puede soportar la extravagancia, y absolutamente debe infligir un castigo severo por ello; porque no puede ser restringido por un castigo m�s ligero.

Versículo 25

25. Tus hombres caer�n por la espada. Dirige su discurso a Jerusal�n y a todo el reino de Jud�; porque, despu�s de haber demostrado que todo el cuerpo est� infectado con una plaga, y que ninguna parte est� libre de enfermedades, y despu�s de dejar a las mujeres sin preservarlo, vuelve a la doctrina general. Ser�a inapropiado que m�s de un esposo sea asignado a una mujer. Adem�s, lo que sigue inmediatamente se aplica exclusivamente a esta naci�n. �l describe particularmente el castigo, que Dios derribar� con guerras toda la fuerza de la gente.

Versículo 26

26. Sus puertas llorar�n y lamentar�n. De ah� surge el duelo de las puertas, que, seg�n �l, tendr� lugar cuando se hayan encontrado con sus calamidades; porque quiere decir que donde hab�a grandes multitudes y multitudes, solo se encontrar� una triste soledad. Sabemos que en ese momento se celebraron reuniones p�blicas en las puertas; y, por lo tanto, como las puertas a veces se alegran de la multitud de ciudadanos, se dice que lloran a causa de su espantosa desolaci�n. Y, sin embargo, no niego que compare a Jerusal�n con una mujer que est� triste y que lamenta su viudez; porque era costumbre con los dolientes sentarse en el suelo, ya que esa naci�n ten�a la costumbre de usar ceremonias y signos externos en un grado mayor que el que ser�a consistente con nuestras costumbres. Pero la suma del asunto es que la ciudad habr� perdido a sus habitantes.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Isaiah 3". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/isaiah-3.html. 1840-57.
 
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