Bible Commentaries
Isaías 62

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. A causa de Si�n, no me quedar� en silencio. Teniendo en cuenta ese triste cautiverio, que era casi para borrar el nombre de toda la naci�n, era necesario confirmar y alentar a los creyentes con muchas palabras, que con una confianza fuerte y segura podr�an confiar en estas promesas bajo la carga de la cruz. . Aqu�, por lo tanto, el Profeta, desempe�ando el cargo que se le hab�a encomendado, declara abiertamente que no ser� flojo en el desempe�o de su deber, y que no dejar� de hablar hasta que aliente los corazones de los creyentes con la esperanza de salvaci�n futura, para que puedan conocer y estar completamente convencidos de que Dios ser� el libertador de su Iglesia. �l tambi�n podr�a haber quedado consternado por la incredulidad de esa gente, y podr�a haber perdido el coraje cuando vio que las cosas empeoraban cada d�a, y cuando preve�a esa terrible venganza. Pero, a pesar de las dificultades tan grandes, �l seguir� persistiendo en su deber, para que todos sepan que ni la masacre del pueblo ni su incredulidad pueden evitar que Dios ejecute sus promesas en el momento adecuado.

Y a causa de Jerusal�n no descansar�. Era necesario que estas cosas se repitieran con frecuencia, porque tal es la depravaci�n de nuestra mente que olvidamos r�pidamente las promesas de Dios. Cuando dice que no dejar� de hablar, tambi�n recuerda a los dem�s su deber, que pueden tener coraje y esperar con seguridad su restauraci�n, aunque se demore mucho, e incluso que su atenci�n incansable pueda responder a la voz. de Dios que constantemente se dirige a ellos. Sabemos por experiencia todos los d�as lo necesario que es esto, mientras Satan�s se esfuerza por todos los m�todos para desviarnos del camino correcto.

Al mismo tiempo, muestra lo que deber�a ser el objetivo de los maestros piadosos, a saber, gastar y dedicarse por completo a la ventaja de la Iglesia; porque cuando dice "a causa de Si�n", quiere decir que nuestro principal cuidado debe ser que la Iglesia pueda ser preservada, y que ninguno sea un maestro bueno y fiel sino el que tiene la salvaci�n de la Iglesia tan querida como para no perdonarla. labores Algunos explican que esto se relaciona con la oraci�n, pero elijo referirme a la doctrina; y es m�s natural verlo como que significa "que ning�n inconveniente o molestia desgastar� su paciencia, y ninguna oposici�n lo retrasar� de continuar en el oficio de ense�anza que Dios le ha ordenado con respecto a la redenci�n de la Iglesia". Porque si hubiera sobrevivido a esa triste desgracia, la multitud incr�dula lo habr�a perseguido indudablemente a �l, as� como a los otros Profetas, por muchos reproches; pero pase lo que pase, �l dice que est� fortalecido por una firmeza inquebrantable, que nunca ser� tonto por la verg�enza, sino que proceder� con un entusiasmo incesante en su curso. Adem�s, por esta forma de expresi�n, �l obtiene cr�dito a sus predicciones y mantiene su autoridad, de modo que, incluso cuando est� muerto, no dejan de resonar en los o�dos de los creyentes.

Hasta que su justicia salga como resplandor. Por "justicia" se refiere a los derechos de la Iglesia; porque durante el per�odo de calamidad, ella parec�a estar condenada. Su "justicia", por lo tanto, "sale" cuando est� perfectamente restaurada y recupera su condici�n anterior; porque esa justicia qued� oculta durante el cautiverio.

Y su salvaci�n. A la "justicia" agrega "salvaci�n", porque aquellos a quienes Dios justifica, o a quienes restaura sus derechos, tambi�n recuperan su "salvaci�n". Por lo tanto, inferimos que somos miserables y sin ayuda, siempre y cuando Dios nos oculte su gracia a causa de nuestros pecados; y, por lo tanto, en otros pasajes frecuentemente daba la denominaci�n de "la justicia de Dios" a lo que aqu� afirma ser la justicia de la Iglesia. Por lo tanto, nos deshacemos mientras somos indigentes de la justicia de Dios; es decir, mientras dormimos en nuestros pecados, y Dios se muestra como un juez severo al castigarnos por ellos.

La frase "salir" significa que la justicia de la Iglesia estuvo oculta y, por as� decirlo, enterrada por un tiempo: ella no merec�a ning�n favor a la vista de Dios; pero, por el contrario, sus iniquidades indescriptibles prevalecieron hasta tal punto que no qued� m�s que la venganza justa de Dios. Pero aqu� el Profeta tiene sus ojos en los hombres que ya consideraban que la Iglesia afectada estaba perdida, y por su orgullo y reproches casi la arrojan al infierno.

Puede arder como una l�mpara. Finalmente, la compara con el mundo y dice que, con respecto al mundo, ella ser� justa, cuando Dios haya purgado sus pecados y emprendido su causa. Con estas palabras, el Profeta ense�a que siempre debemos tener esperanzas favorables de la restauraci�n de la Iglesia, aunque sea sumergida en la oscuridad y en la tumba; porque aunque por un tiempo est� abrumada y escondida, tiene a Dios por su vengador en el cielo, quien, despu�s de haberla castigado moderadamente, finalmente demostrar� que ella fue objeto de su cuidado. Y, de hecho, su justicia debe ser ilustre y manifiesta, y eso para la salvaci�n de aquellos a quienes ha elegido ser su pueblo y herencia.

Versículo 2

2. Y los gentiles ver�n. Ahora declara m�s claramente la raz�n por la cual dijo anteriormente que no callar�a, es decir, que los creyentes pueden estar completamente convencidos de que la salvaci�n no se les promete en vano.

Y todos los reyes de la tierra tu gloria. Aqu� �l emplea la palabra "gloria" como significado "salvaci�n". Vemos aqu� el argumento por el cual los profetas deben fortalecerse para perseverar, a saber, que el Se�or es fiel y cumplir� finalmente lo que una vez prometi�, aunque se demore por un tiempo. La palabra reyes sirve para la amplificaci�n; como si hubiera dicho que no solo las personas malas y las del rango m�s bajo contemplar�n y admirar�n la gloria de Dios, sino incluso los "reyes" mismos, que com�nmente desprecian todo lo que era digno en otros aspectos de ser estimado y honrado; porque est�n cegados por su esplendor y enloquecidos por su alto rango, de modo que no contemplan voluntariamente ning�n rango que no sea el suyo.

Y ser�s llamado por un nuevo nombre. Por "nuevo nombre" se refiere a "un conjunto abarrotado"; porque la gente estaba tan completamente dispersa que no hab�a un cuerpo visible, y parec�an estar completamente arruinados. Aunque una gran multitud de personas fueron llevadas al cautiverio, sin embargo, despu�s de haber sido dispersadas entre los babilonios, fueron conducidas como los miembros de un cuerpo roto en pedazos, y apenas conservaron el nombre de un pueblo; que tambi�n les hab�a sido predicho. Despu�s de haber sido tra�dos del cautiverio, comenzaron nuevamente a unirse en un solo cuerpo, y as� recuperaron el "nombre" del que hab�an sido privados. Sin embargo, "nuevo" denota lo que es poco com�n; como si el Profeta hubiera dicho que la gloria del pueblo ser� extraordinaria y como nunca antes se hab�a o�do hablar. Sabemos que esto tuvo lugar en el progreso del tiempo; porque ese peque�o grupo de personas, mientras viv�an sufriendo en su pa�s natal, no pod�a, por ninguna distinci�n extraordinaria, llegar a tan gran renombre; pero finalmente, cuando se predic� la doctrina del Evangelio, el nombre jud�o se hizo conocido y reconocido.

La cual la boca de Jehov� nombrar�. �l confirma lo que de otro modo hubiera sido dif�cil de creer, al prometer que Dios ser� el autor de esta gloria; pues no estaba en poder de los hombres levantar una Iglesia que se hab�a hundido y estaba cubierta de deshonra, sino a Dios, que "levanta a los pobres del esti�rcol" (Salmo 113:7,) No fue dif�cil adornar su Iglesia con nuevas celebridades. Como no hubo rostro de una Iglesia durante cuarenta a�os, y, aunque el Se�or ten�a alguna semilla, estaba en un estado tan desordenado y tan ruinoso que no hab�a un pueblo visible de Dios, ahora restaura a la Iglesia su nombre, cuando lo ha reunido por la palabra del Evangelio. Esta obra majestuosa de Dios, por lo tanto, debe confirmarnos sobre este punto, para que sepamos que �l nunca abandonar� a su Iglesia; y aunque los hombres malvados nos desgarran por sus calumnias, nos golpean y escupen, y en todos los sentidos se esfuerzan por hacernos odiar universalmente, recordemos que Dios no est� privado de su derecho a reivindicarnos en el mundo, cuyos nombres tiene digna de escribir en el cielo.

Otros exponen el pasaje de una manera m�s ingeniosa, a saber, que en lugar de israelitas se les llamar� cristianos. Pero creo que el significado anterior es m�s agradable para el contexto y para el lenguaje ordinario del Profeta; y debemos observar cuidadosamente esas formas de expresi�n que son peculiares de los profetas, para que podamos familiarizarnos con su estilo. En una palabra, el pueblo ser� restaurado, aunque parezca estar exterminado, y obtendr�, no de los hombres sino de Dios, un nuevo nombre.

Versículo 3

3. Y ser�s una corona de gloria. Isa�as contin�a con el mismo tema, y ??no debemos sorprendernos de esto; porque ning�n hombre, a juzgar por la carne, podr�a haber formado concepciones y expectativas tan vastas. Adem�s, ten�a la intenci�n de fijar los corazones de los creyentes en el reino de Cristo, que era el m�s necesario para adornar y magnificar con estos t�tulos ilustres, porque hasta ahora no solo era oscuro sino a gran distancia. Era necesario prever contra un doble peligro, que los jud�os, cuando ve�an que todav�a estaban a una gran distancia de su antiguo honor, no pod�an, por un lado, despreciar la gracia de Dios o, por el otro Por otro lado, descanse satisfecho con los meros comienzos y, por lo tanto, haciendo caso omiso de Cristo, dedique toda su atenci�n a las ventajas terrenales. Por lo tanto, el Profeta les recuerda que el regreso a su pa�s natal no fue sino el precursor de ese rango exaltado que era de esperar en la manifestaci�n de Cristo.

En lo que respecta a la cl�usula anterior, los exiliados y esclavos no pod�an percibir nada m�s que desesperaci�n, cuando contemplaban la condici�n externa de las cosas, ya que, despu�s de regresar y ser restaurados a su pa�s, progresaron muy poco en la construcci�n del templo. . En consecuencia, les pide que miren a Dios, para que puedan esperar de �l la gloria que se oculta a los ojos de la carne y, sabiendo que son queridos y preciosos a su vista, pueden estar completamente satisfechos con esto, hasta que los adorne. m�s generosamente de la mano de Cristo.

Y la diadema del reino. �l llama a la Iglesia la corona de Dios, porque Dios desea que su gloria brille en nosotros; y en esto es apropiado que contemplemos y admiramos la bondad inconcebible de Dios, ya que, a pesar de que estamos por naturaleza sucios y corruptos, y m�s abominables que el lodo de las calles, sin embargo, nos adorna de tal manera que �l desea que seamos "la diadema de su reino". Dej�monos, pues, despertar por esta bondad de Dios al deseo de llevar una vida santa, para que su imagen se forme cada vez m�s en nosotros.

Versículo 4

4. Nunca m�s se te llamar� abandonado. Se encuentra con una dificultad que podr�a ocurrir a las mentes de los creyentes, al ver que fueron abandonados y abandonados, mientras que al mismo tiempo se les llamaba "diadema" y "corona". Al ver que eran odiados y aborrecidos por todas las naciones, y a veces incluso postrados a los pies de sus enemigos, y no se ve�a ayuda de ning�n tipo, podr�a parecer rid�culo que recibieran estos nombres, y as� ser elevados al cielo y colocado en la mano de Dios. Por lo tanto, quiere decir que las personas, aunque por un tiempo se parezcan a una mujer divorciada y abandonada, ser�n restauradas para cambiar su condici�n y nombre; como si hubiera dicho: �Este divorcio no ser� perpetuo; Dios finalmente te recibir� a ti mismo ". Por lo tanto, aunque la Iglesia parece estar "abandonada" y tiene la apariencia de una mujer divorciada, el Se�or pondr� fin a sus aflicciones y miserias.

Porque ellos te llamar�n, mi placer en ella. �l ense�a que esto procede de la "buena voluntad de Dios"; es decir, de su favor inmerecido, que nada puede atribuirse a los m�ritos o excelencia de los hombres; como dice en Oseas,

"Te abrazar� con misericordia y compasi�n". ( Oseas 2:19.)

Y as� �l muestra que ser�n pr�speros por ninguna otra raz�n que porque Dios, por su infinita bondad, condescendir� gentilmente para recibir en favor a los que hab�a abandonado. Aunque esto se relaciona estrictamente con la Iglesia, aprendamos en general que es por el favor y la generosidad de Dios que las ciudades y los reinos son restaurados a su condici�n anterior, que, aunque estaba enojado y ofendido, parec�a estar arruinado. El Profeta, por lo tanto, mantiene a la consideraci�n de los jud�os la fuente de todas las calamidades que hab�an sufrido, cuando testifica que cuando Dios se reconcilie con ellos, ser�n felices; porque podemos deducir que antes Dios estaba enojado con ellos, cuando su condici�n era miserable y miserable.

Y tu tierra se casar�. Esta met�fora, por la cual denota la restauraci�n de la gente, es muy hermosa y transmite una doble instrucci�n. �l muestra que el estado de variaci�n entre Dios y la Iglesia ser� terminado; primero, porque ser� recibida como esposa por su marido apaciguado; y en segundo lugar, porque la multitud de personas quitar� el reproche de la viudez. La tierra est�, en cierto sentido, casada con sus habitantes, como �rboles para enredaderas; y, por otro lado, cuando es despojado de sus habitantes, se dice que es una viuda.

Porque la buena voluntad de Jehov� est� en ti. Nuevamente repite y confirma lo que ya se dijo, que debido a la bondad inmerecida de Dios, la Iglesia es restaurada, que ella permanece en su condici�n, que la tierra recibe a sus habitantes; porque cuando Dios aparta su rostro y est� enojado con nosotros, no se puede buscar nada m�s que destrucci�n, y no se puede esperar nada de la ayuda o la fuerza de los hombres.

Versículo 5

5. Porque de joven se casa con una virgen. Este vers�culo no contiene m�s que una explicaci�n y confirmaci�n del vers�culo anterior. Ahora parece haber una especie de contradicci�n a este respecto, que en la �ltima cl�usula hace que Dios sea el �nico esposo de la Iglesia, mientras que en la cl�usula anterior le asigna a sus muchos esposos. Pero la soluci�n es f�cil; porque, cuando se habla de este matrimonio de la Iglesia, solo hay un Esposo, es decir, Dios, que siempre reclama para s� ese t�tulo; y eso se cumple en Cristo, a quien, como dice Pablo, los pastores "exponen a la Iglesia como una virgen casta". ( 2 Corintios 11:2.) Sin embargo, esto no impide que se emplee la met�fora del matrimonio para describir esa unidad de fe que todos los hijos de Dios tienen con su madre, la Iglesia. M�s a�n, es consistente con que Dios sea el Esposo de su Iglesia, que �l se case con su Iglesia con todas las naciones que est�n reunidas con ella; porque, cuando no tiene hijos, puede decirse que es viuda y solitaria. Esto se dice, por lo tanto, incluso con respecto a Dios, quien, al ratificar con su gu�a la sagrada amistad entre los miembros de su Iglesia, extiende el efecto del matrimonio a todo el cuerpo.

Y, por lo tanto, debe inferirse que la Iglesia de Dios ser� verdaderamente populosa, es decir, tendr� muchos hijos, cuando est� unida a Dios su Marido; porque debemos comenzar con Dios, para que �l pueda presidir su Iglesia, y que bajo su gu�a podamos ser reunidos en su seno; porque entonces el matrimonio ser� verdaderamente sagrado. Pero para esto, una gran multitud de personas no constituir� una iglesia, sino m�s bien un abominable burdel; Como vemos que en Popery se jacta el nombre de Dios, y sin embargo, la majestad de Dios es deshonrada por el espantoso sacrilegio.

Versículo 6

6. En tus paredes. Como el Profeta ten�a la intenci�n de describir la felicidad perfecta del reino de Cristo, �l hace un conjunto de todo lo que pertenece a la condici�n pr�spera de cualquier pa�s o ciudad. A otras ventajas agrega guardias y una guarnici�n; porque la mayor abundancia de todas las cosas buenas ser�a de poca utilidad si no estuvi�ramos a salvo de los enemigos; y, por lo tanto, declara que el Se�or no solo proporcionar� a la Iglesia todo lo necesario, sino que tambi�n designar� guardias fieles para alejar a los enemigos y los ladrones, para que as� pueda ser reconocido, tanto dentro como fuera, como el autor de un feliz vida.

Quien no se callar�. Por "estar en silencio", quiere decir "estar en reposo"; como si hubiera dicho: "Estar�n continuamente vigilantes, para prever a gran distancia los peligros que los amenazan".

Ustedes que son conscientes de Jehov�. Luego explica qui�nes son estos guardias, es decir, aquellos que "ser�n conscientes del Se�or", es decir, celebrar�n el recuerdo de su nombre. Aunque entre los guardias podr�amos, sin impropiedad, considerar a los �ngeles, (Salmo 91:11; Hebreos 1:14), a quienes sabemos que esta oficina est� asignada, pero porque voluntariamente y alegremente velar por la seguridad de la Iglesia, y no necesita ser estimulado por exhortaciones, el Profeta dirige su discurso a otros vigilantes.

La palabra que emplea es de dudoso significado. (169) A veces significa "recordar" y, a veces, "recordar"; y ninguno de esos significados ser� inapropiado. Pero creo que �l simplemente quiere decir que estos guardias ser�n los ministros de Dios para celebrar su nombre. Algunos lo traducen como "Dar a conocer al Se�or"; pero eso no es natural, y de repente rompe el significado del Profeta; y tales comentaristas no atienden a la comparaci�n de los guardias de una ciudad, que el Profeta emplea.

Aunque el Profeta intenta simplemente ense�ar que la Iglesia estar� a salvo de todos los peligros, porque ella tiene a Dios para velar por su seguridad, sin embargo, siempre debemos considerar cu�l es la naturaleza del reino de Cristo; porque no es defendido por las armas de guerra o por las armas, sino que, siendo espiritual, est� protegido por armas y guardias espirituales. Por lo tanto, el Se�or tendr� a sus ministros, cuya agencia emplear� para defender a la Iglesia con la espada de la palabra, para que pueda mantenerse a salvo; no por guardias terrenales, sino por el poder secreto y espiritual de Dios; y el Profeta se explica a s� mismo diciendo: "Ustedes que est�n atentos al Se�or". Aunque esta declaraci�n se refiere a todos los piadosos, a quienes se les ordena celebrar el nombre de Dios en todos los lugares, en lo que respecta a su poder, sin embargo, se dirige principalmente a los sacerdotes, quienes, al desempe�ar un cargo p�blico, deben presentar un ejemplo a los dem�s, y dedicarse con todo su coraz�n a las alabanzas de Dios.

Durante todo el d�a y toda la noche. Aqu� se recuerda a los pastores su deber; porque no es suficiente alimentar al reba�o del Se�or, si ellos tampoco lo defienden de los ataques de ladrones y lobos. "Noche y d�a", por lo tanto, deben vigilar y vigilar, si desean cumplir con su deber de manera adecuada.

No guardes silencio. El Se�or les proh�be guardar silencio; porque desea que sean diligentes y atentos; y en esto muestra cu�n grande es el cuidado que toma con respecto a la seguridad de la Iglesia. Este pasaje testifica que es una bondad notable de Dios, cuando tenemos pastores fieles que nos cuidan; porque estamos expuestos a peligros de todo tipo, y quedamos abiertos a las trampas de Satan�s, si el Se�or no nos protege con sus guardias; y, por lo tanto, siempre debemos rezar para que nos rodee con los guardias que �l ve que necesitamos.

Versículo 7

7. Y no le hagas silencio. Hasta ahora, el Profeta ha hablado del oficio y el deber de ense�ar; pero como esto no ser�a suficiente si la oraci�n no se a�adiera de la misma manera, exhorta a los ministros de la palabra a la oraci�n; porque creo que ??, (lo,) "a �l" se refiere a Dios. Deber�amos, por lo tanto, rogarle a Dios, y suplicar con fervorosa oraci�n, que �l d� cierto �xito a nuestros trabajos, que de otra manera no ser�an rentables. Y dado que nos dedicamos por completo a predicar la doctrina y nos oponemos en�rgicamente a todas las maquinaciones de Satan�s, aprendamos, al mismo tiempo, a volver nuestras mentes a Dios, para que no permita que nuestras labores no tengan �xito. De la misma manera que aplic� la palabra "silencio" a la doctrina al comienzo del cap�tulo, cuando dijo: "No callar�", entonces en este pasaje la aplica a la oraci�n, por la cual obtenemos de Dios fruto de la doctrina. Incluso los �ngeles nos mueven con su ejemplo a esta seriedad de oraci�n, mientras leemos en Zacar�as que el �ngel reza ardientemente por la restauraci�n de la Iglesia. ( Zacar�as 1:12.)

Hasta que �l restaure. Por lo tanto, infiera que hay dos beneficios distintos: primero, tener pastores fieles que velen por la seguridad de la Iglesia; en segundo lugar, que la agencia defienda y conserve la Iglesia en su condici�n. Pero Dios, que habla aqu�, reclama estos beneficios como propios; lo que tambi�n hace en muchos otros pasajes. "�C�mo predicar�n", dice Pablo, "a menos que sean enviados?" ( Romanos 10:15.) Le pertenece solo a Dios, por lo tanto, nombrar pastores; porque ning�n hombre podr�a haber sido "suficiente" ( 2 Corintios 2:16) para una oficina tan importante y tan dif�cil; y es �l solo quien promueve por su agencia la restauraci�n de la Iglesia; porque sus esfuerzos ser�an completamente vanos e infructuosos si el Se�or no les concediera un �xito pr�spero. Y aqu� vemos que la agencia externa de los hombres se une con la eficacia del Esp�ritu Santo; porque, aunque solo el Se�or es el autor y terminador de la obra, sin embargo, presenta los instrumentos que emplea para criar el edificio de la Iglesia. Esto nos recuerda que no debemos perder el coraje, incluso cuando no vemos nada m�s que ruina, miseria y desolaci�n; pero es nuestro deber rezar para que el Se�or la restaure, lo cual tambi�n promete que har�.

Y hasta que coloque a Jerusal�n una alabanza. Esto significa hacer gloriosa a la Iglesia, que brille de ella un motivo de alegr�a; porque cuando no sentimos nada m�s que la severidad de Dios, nos volvemos tontos y nos sentimos abrumados de verg�enza; pero cuando nos libera de nuestras aflicciones y nos hace recuperarnos, al mismo tiempo abre nuestra boca; porque nos provee de alabanza y acci�n de gracias.

Versículo 8

8. Jehov� ha jurado. Prosigue con las met�foras que usaba anteriormente; ya que, debido a la corrupci�n de nuestra naturaleza, el reino de Cristo no puede describirse de manera que est� a la altura de nuestra capacidad; era necesario representarlo bajo figuras. De la misma manera que prometi�, primero, una abundancia de todas las cosas, y luego, la tutela fiel, para que la condici�n de los creyentes sea segura; as� que aqu� les promete tranquilidad y descanso, para que puedan disfrutar pac�ficamente de sus bendiciones, y no puedan ser defraudados en el futuro. Como si hubiera dicho: �Lo que ten�as anteriormente en tus manos estaba expuesto al saqueo y al robo; pero ahora tendr�s todo bien asegurado, y participar�s libremente de tu ma�z y tu vino; y, en una palabra, disfrutar�s de tu prosperidad en paz ".

Pero dado que la depravaci�n de nuestra naturaleza es tal que no confiamos en Dios, aunque �l promete en gran medida y generosamente, por esta raz�n el Profeta lo representa como jurando; porque el Se�or nos condesciende tanto como para hacer un juramento, a fin de corregir a�n m�s nuestra incredulidad y obstinaci�n. Ahora, el Se�or "jura por s� mismo, porque" (como dice un ap�stol) "no tiene mayor que �l mismo". ( Hebreos 6:13.)

Por su mano derecha y por el brazo de su fuerza. Menciona su "brazo derecho", es decir, el poder de Dios; porque eso era apropiado para el discurso actual. Como si hubiera dicho: �Si tengo alg�n poder, lo mostrar� en tu salvaci�n; y para que, en un arduo asunto, sus mentes se adormezcan, lo juro por mi mano, que es invencible y victorioso sobre todos, que, cualesquiera que sean las dificultades que puedan surgir, estar�n a salvo bajo mi protecci�n. Por lo tanto, cuando prometa salvaci�n, pensemos en su fuerza y ??poder.

Si voy a dar. Esta es una forma de expresi�n el�ptica; y nos ense�a la santidad y solemnidad de un juramento. La importancia de esta declaraci�n es, como si hubiera dicho, que desea que en adelante no se le pueda creer, si estas promesas no est�n justificadas por el evento. Cuando promete el disfrute pac�fico del trigo y el vino, quiere decir que procedi� de su justo juicio, y no sucedi� por casualidad, que la Iglesia fue privada de ma�z y vino; porque siempre que los enemigos saqueen y saqueen, esto sin duda se hace con el permiso de Dios; como amenaza en la ley. ( Deuteronomio 28:33.) Por otro lado, es su bendici�n especial, que cada uno coma con seguridad

�Debajo de su vid y debajo de su higuera�. ( 1 Reyes 4:25.)

Versículo 9

9. Porque los que lo hayan recogido lo comer�n. Esta es una explicaci�n y confirmaci�n de la declaraci�n anterior; porque, despu�s de haber testificado que ya no permitir� que lo que la Iglesia posee se deje al descubierto como presa, agrega que ella disfrutar� de sus posesiones. Sin embargo, �l muestra que "el ma�z y el vino" son justamente llamados nuestros, cuando los hemos obtenido por una industria honesta; porque aquellos que violentamente se apoderan del pan de otros, o lo obtienen por medios ilegales, no lo tienen del Se�or, y no pueden atribuirlo a su bendici�n, como si lo poseyeran legalmente; y a esto corresponde lo que se dice en el Salmo,

"Comer�s el trabajo de tus manos, ser�s feliz y te ir� bien". (Salmo 128:2.)

Y alabar� a Jehov�. Pero cuando promete que los que cultivan la tierra tendr�n comida, �por qu� dice que dar�n gracias a Dios? �Y por qu� los hombres alaban a Dios, si por su propio trabajo recogen el ma�z y obtienen el vino? Parece ser una acci�n de gracias fingida, si esas cosas se atribuyen al trabajo y la industria de los hombres; y Dios no merece alabanzas, si los hombres obtienen comida por su propio trabajo. Pero debe observarse que el Profeta, despu�s de haber mostrado cu�l es el m�todo legal de buscar comida, al mismo tiempo agrega que nuestro trabajo ser� infructuoso si el Se�or no nos provee de comida; porque todo lo que tenemos le pertenece a Dios, y solo a �l todo lo que obtenemos debe ser atribuido.

Beber� vino en mis santas cortes. Alude al acto solemne de ofrecer sacrificios; porque pueden beber en otros lugares, y cada uno puede comer en su propia vivienda. Pero la alusi�n es a esa ceremonia que se observ� en la consagraci�n, cuando la ley exig�a que los primeros frutos fueran una oblaci�n ( Lev�tico 2:12) para que el producto del a�o pudiera dedicarse a Dios; y en los escritos de Mois�s frecuentemente nos encontramos con estas palabras,

"Har�s un fest�n y te alegrar�s en presencia de tu Dios". ( Deuteronomio 12:18.)

Versículo 10

10. Pasar, pasar por las puertas. De la declaraci�n anterior, llega a la conclusi�n de que habr� un paso libre a trav�s de las puertas de la ciudad, que anteriormente estaban cerradas o en un estado ruinoso; cerrado cuando fue asediado por los enemigos; en un estado ruinoso, cuando la ciudad fue derribada y nivelada con el suelo. �l quiere decir que habr� tal restauraci�n de la ciudad, que sus habitantes ser�n numerosos, y habr� frecuentes desplazamientos hacia y desde ella.

Algunos piensan que estas palabras est�n dirigidas a los pastores, que pueden entrar por las puertas e ir ante otros como sus conductores. Pero es una declaraci�n general y figurativa, por la cual compara la Iglesia con una ciudad populosa, aunque durante un tiempo fue ruinosa y desolada, como lo hab�a sido Jerusal�n. Otros persiguen especulaciones m�s ingeniosas y dicen que las puertas de una Iglesia se abren cuando se proclama el perd�n de los pecados, y por ese mensaje Dios invita a todos a venir a �l. Pero si deseamos llegar al significado del Profeta, debemos creer que todas estas cosas se hablan en sentido figurado, como ya hemos mencionado.

Despejar el camino para la gente. Esto es, estrictamente hablando, el deber de los maestros; pero el Profeta habla en t�rminos generales y se dirige a todas las agencias que el Se�or emple� para preparar el camino para el pueblo. En ese momento, de hecho, habl� con los medos y los persas, por medio de los cuales abri� el camino para los jud�os, para que pudieran regresar a su pa�s natal; pero a continuaci�n incluye a todos los dem�s por quienes el Se�or restaur� su Iglesia.

Nivelar, nivelar el camino. �l autoritariamente ordena a todos los hombres a "despejar y nivelar los caminos"; para que los jud�os sepan que todos los obst�culos ser�n eliminados f�cilmente, y que todos los hombres, sin importar su hostilidad, obedecer�n inmediatamente el mandato de Dios. De esta manera, ordena a los creyentes que se ce�an virilmente para el trabajo, como si muchos trabajadores estuvieran listos para dar ayuda, y la repetici�n enf�tica de la palabra ("Nivel, nivel") merece atenci�n como intenci�n de expresar certeza.

Pavimentarlo con piedras. ??? (sikkel) a veces significa quitar piedras, y otras veces pavimentar con piedras; y creo que deber�a entenderse m�s bien aqu� en este �ltimo significado, aunque los comentaristas generalmente tienen una opini�n diferente. (170)

Levanta un est�ndar para los pueblos. Esto es de la misma importancia con la cl�usula anterior; porque el Profeta significa que los pueblos obedecer�n el mandato de Dios, de la misma manera que los s�bditos acostumbran a obedecer a los pr�ncipes; porque se reunir�n y correr�n juntos cuando "se levante la norma", y prestar�n su ayuda para traer de vuelta al pueblo; y por eso ensalza en t�rminos elevados el poder de Dios, para que los jud�os puedan estar completamente persuadidos de que alg�n d�a ser�n restaurados. (171)

Versículo 11

11. He aqu�, Jehov� ha proclamado. �l quiere decir que el Se�or, al actuar milagrosamente y m�s all� del juicio o la expectativa de la carne, har� que todas las naciones sepan que esto se hace por su mandato. Se podr�a objetar: �C�mo se lograr� que los pueblos, que ahora hacen una feroz resistencia a Dios, sean obedientes a �l? �l asigna la raz�n, "Porque el Se�or proclamar� tu regreso, para que reconozcan que a su orden eres restaurado".

Decid a la hija de Sion. Indudablemente, esto se refiere literalmente a los ministros de la palabra y a los profetas, a quienes el Se�or invierte con este oficio de liberaci�n y salvaci�n prometedoras para la Iglesia. Y, por lo tanto, concluimos que estas promesas no se limitan simplemente a una sola edad, sino que deben extenderse hasta el fin del mundo; porque, comenzando con el regreso de Babilonia a Judea, debemos avanzar hasta la venida de Cristo, mediante la cual esta profec�a se cumpli� por completo, y la redenci�n se llev� a una conclusi�n; porque vino el Salvador, cuando la gracia de Dios fue proclamada por el Evangelio. En una palabra, �l predice que la voz de Dios resonar� alg�n d�a desde la salida del sol hasta la puesta del sol, y ser� escuchada, no por una sola naci�n, sino por todas las naciones.

He aqu� viene el Salvador. Esta es una palabra que, sabemos, pertenece peculiarmente al Evangelio; y, por lo tanto, pide a los maestros de la Iglesia que alienten los corazones de los creyentes, al confirmar la expectativa de la venida del Se�or, aunque parec�a estar a una gran distancia de su pueblo. Pero esta promesa se relaciona principalmente con el reinado de Cristo, por el cual estas cosas se cumplieron total y perfectamente; porque en realidad se exhibi� como el "Salvador" de su Iglesia, como hemos visto antes en el cap�tulo cuarenta.

He aqu�, su recompensa est� con �l, y el efecto de su trabajo est� ante �l. Para que ya no se sientan angustiados por ninguna duda, cuando Dios el Salvador aparezca, lo invierte con poder, como en Isa�as 40:10; porque �l repite las mismas palabras que encontramos en ese pasaje. Como si hubiera dicho: �Tan pronto como le agrade a Dios mostrar su mano, el efecto ser� r�pido y repentino; mientras se detenga o se demore, el juicio de la carne lo declara ocioso; y vemos c�mo muchos fan�ticos imaginan alguna deidad que no existe, como si estuvieran pintando una imagen muerta. Justamente, por lo tanto, el Profeta declara que el "trabajo y la recompensa de Dios est�n ante �l", para que �l pueda hacer evidente, siempre que sea necesario, que �l es el Juez justo del mundo.

Versículo 12

12. Y te llamar�n pueblo santo. Describe el beneficio de la venida del Se�or; es decir, porque al demostrar que cuida a sus elegidos como su herencia, har� evidente a todo el mundo que el pacto de adopci�n, que hizo con Abraham, no fue enga�oso. Por lo tanto, los llama "un pueblo santo", porque el Se�or los ha separado y consagrado a s� mismo; porque, aunque gobierna a todas las naciones, se ha dignado elegir la simiente de Abraham, para que pueda ser objeto de su cuidado particular. ( �xodo 19:6.)

Los redimidos de Jehov�. En el sentido ahora declarado, Dios declara que ser�n un pueblo santo, cuando �l aparecer� como su Salvador y Redentor; porque, como se dice que la gente est� "profanada" cuando mienten en medio de la inmundicia, afligidos y angustiados por los reproches de los imp�os, se dice que est�n "santificados", cuando el Se�or realmente muestra que �l preside su salvaci�n . Esto se logr� mediante una maravillosa redenci�n; y en ese momento Dios tambi�n testific� que recordaba su herencia, que, a los ojos de los hombres, parec�a haber abandonado y descuidado; porque en estas palabras, buscado, (172) no abandonado, se denota un contraste entre el momento en que Dios se divorci� de su pueblo y el momento en que nuevamente reconcili� consigo mismo a aquellos a quienes hab�a desechado.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Isaiah 62". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/isaiah-62.html. 1840-57.