Bible Commentaries
Lamentaciones 5

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

Esta oraci�n debe leerse como no relacionada con las Lamentaciones, ya que las letras iniciales de los vers�culos no est�n escritas de acuerdo con el orden del Alfabeto; sin embargo, es una queja m�s que una oraci�n; Jerem�as menciona aquellas cosas que le hab�an sucedido a la gente en su extrema calamidad para convertir a Dios en compasi�n y misericordia.

Primero dice: recuerda lo que nos ha pasado; y luego, en la segunda parte, se explica: Mire y vea nuestro reproche. Ahora las palabras, aunque breves y concisas, contienen una doctrina �til: que Dios se complace en ayudar a los miserables cuando sus males llegan a una cuenta ante �l, especialmente cuando est�n injustamente oprimidos. De hecho, es cierto que nada es desconocido para Dios, pero este modo de hablar est� de acuerdo con las percepciones de los hombres; porque pensamos que Dios ignora nuestras miserias, o imaginamos que nos da la espalda cuando no nos ayuda de inmediato. Pero como he dicho, simplemente se le debe pedir que mire nuestros males, porque sabemos lo que testifica de s� mismo; de modo que, mientras se reclama a s� mismo el oficio de ayudar a los miserables y los injustamente oprimidos, debemos consentir en este consuelo, que tan pronto como �l se complace en ver los males que sufrimos, la ayuda est� al mismo tiempo preparada para nosotros .

Se menciona especialmente el reproche, que la indignidad podr�a conmover a Dios m�s: porque para este fin tom� al pueblo bajo su protecci�n, para que pudieran ser para su gloria y honor, como dice Mois�s. Como, entonces, era la voluntad de Dios que las riquezas de su gloria aparecieran en esa gente, nada podr�a haber sido m�s inconsistente que que en lugar de la gloria no deber�an tener nada m�s que desgracia y reproche. Esta es, entonces, la raz�n por la cual el Profeta hace una menci�n especial al reproche de la gente. Sigue, -

Versículo 2

El Profeta da ahora un cat�logo de muchas calamidades, y como te he recordado, para este fin, puede obtener el favor de Dios para s� mismo y para toda la gente. De ninguna manera era una cosa razonable, que la herencia de las personas elegidas deber�a ser dada a los extranjeros; porque sabemos que la tierra hab�a sido prometida a Abraham cuatrocientos a�os antes de que sus hijos la poseyeran; sabemos que esta promesa se hab�a repetido a menudo: "Esta tierra ser� para ti como herencia". Porque aunque Dios sostuvo a todas las naciones, estaba complacido de cuidar especialmente a su pueblo. En resumen, nunca se le ha dado a los hombres una tierra tan singular como la tierra de Cana�n a la posteridad de Abraham. Como, entonces, esta herencia hab�a sido pose�da por tantas personas por el pueblo elegido, Jerem�as no se queja sin raz�n de que fue entregada a extranjeros.

En la segunda cl�usula repite lo mismo; pero �l muestra que los jud�os no solo hab�an sido despojados de sus campos, sino que hab�an sido expulsados ??de sus casas, algo m�s grave y vergonzoso. Porque a veces sucede que cuando uno pierde su granja, sus campos y vi�edos, su casa permanece intacta para �l; pero el Profeta aqu� amplifica la miseria de su propia naci�n, que no solo fueron privados de sus campos y posesiones, sino que tambi�n fueron expulsados ??de sus propias casas, y otros ten�an posesi�n de ellos. Es un espect�culo que afecta incluso a los paganos, cuando uno que no merece ning�n honor triunfa en lugar de otro eminente en riqueza y dignidad. Bien conocidas son estas palabras:

�Oh casa de Aucus! �Qu� gobernado por un maestro desigual! (223)

Como Tarquinius hab�a tenido �xito y tomado posesi�n del reino, el poeta pagano dijo con indignaci�n que la casa de Ancus hab�a pasado a aquellos que al principio eran exiliados y fugitivos, pero luego se convirtieron en tiranos orgullosos y crueles. As� tambi�n en este lugar Jerem�as dice que los extraterrestres habitaban en las casas de la gente. Sigue, -

Versículo 3

Aqu� el Profeta no solo habla en la persona de todo el pueblo, sino que tambi�n pronuncia los gemidos y las quejas de cada uno; porque esto no podr�a haber sido adecuado para toda la Iglesia, ya que habla de padres y madres. Por lo tanto, vemos que este vers�culo no se aplica a todo el cuerpo, sino a miembros individuales, aunque cada una de las personas podr�a haber dicho que las viudas y los hu�rfanos se ve�an en todas partes.

Ahora, esto generalmente ocurre cuando una naci�n es consumida por la peste o por la guerra; porque en una batalla no todos caen tanto que todo un pa�s se llena de hu�rfanos. Pero el Profeta expone aqu� el orfanato y la viudez ocasionados por la continua venganza de Dios, ya que no hab�a dejado de afligir a la gente hasta que estaban gradualmente exhaustos. Fue, de hecho, un triste espect�culo ver entre las personas elegidas tantas viudas y tambi�n tantos ni�os privados de sus padres. Sigue, -

Versículo 4

El Profeta aqu� relata que la gente fue despojada, que trabajaron bajo la falta de agua y madera. �l no dice que solo fueron privados de ma�z y vino, no se queja de que ninguno de sus lujos haya disminuido; pero �l menciona el agua y la madera, las cosas comunes de la vida; porque el uso del agua, como se dice, es com�n a todos; nadie es tan pobre si no habita en una tierra totalmente seca, sino que tiene suficiente agua para beber. Porque si no hay fuentes, hay al menos r�os, hay pozos; ni los hombres perecen por la sed, excepto en los desiertos y en lugares inhabitables. Como, entonces, se podr�a tener agua en todas partes, el Profeta aqu� expone la miseria extrema de la gente, porque incluso se les vendi� agua. En lugares pedregosos y altos se vende agua; Pero esto es algo muy raro. El Profeta aqu� significa que las personas no solo se vieron privadas de su riqueza, sino que se vieron reducidas a tal estado de necesidad que no ten�an agua sin comprarla.

Al mismo tiempo, parece expresar algo peor cuando dice: nuestra agua la bebemos por dinero y nuestra madera nos la traen por un precio. No es extra�o que se compre madera; pero el Profeta significa que se vendi� agua a los jud�os que hab�an sido suyos, y que tambi�n se vieron obligados a comprar madera que hab�a sido suya. Por lo tanto, los pronombres posesivos deben considerarse enf�ticos. Luego dice: "Nuestras propias aguas que bebemos", etc. (224) �l las llama las aguas del pueblo, que por derecho podr�an haber reclamado como los suyos y �l tambi�n llama a la madera Lo mismo; era aquello a lo que la gente ten�a un derecho leg�timo. Luego dice que sus enemigos les hab�an quitado todas las cosas, que se vieron obligados a comprar, no solo el vino que hab�an sacado de sus bodegas y el ma�z que hab�an sacado de sus graneros, sino tambi�n el agua y la madera.

Pero si alguien estuviera dispuesto a tomar las palabras de manera m�s simple, la queja no ser�a inadecuada: la gente, que antes ten�a abundancia de vino y todas las dem�s cosas, estaba obligada a comprar todo, incluso agua y madera. Porque es un cambio grave cuando cualquiera, que alguna vez pudo cortar le�a y recoger su propio vino y ma�z, no puede obtener ni una gota de agua sin comprarla. Este es un cambio triste. Entonces este pasaje puede ser entendido. Sigue, -

4. Nuestra propia agua, por dinero hemos bebido it ; Nuestra propia madera, por un precio que nos llega.

Grocio dice que en la tierra de Cana�n los bosques eran libres para que todos pudieran obtener madera. Cuando en el exilio los jud�os tuvieron que comprar madera. - Ed.

Versículo 5

Aqu� �l dice que la gente fue oprimida con una esclavitud grave. Es, de hecho, una expresi�n metaf�rica cuando dice que las personas sufrieron persecuci�n en sus cuellos. Los enemigos a veces pueden ser problem�ticos para nosotros, ya sea delante de nuestra cara, a nuestras espaldas o a nuestros lados; pero cuando son tan dominantes como para cabalgar sobre nuestros cuellos, en este tipo de insulto hay una degradaci�n extrema. Por lo tanto, el Profeta aqu� se queja de la opresi�n servil e incluso vergonzosa de la gente cuando dice que los jud�os sufrieron persecuci�n en sus cuellos.

El significado es que los enemigos dominaban tanto el placer que los jud�os no se atrevieron a levantar la cabeza. Eran, de hecho, dignos de esta recompensa, porque sabemos que ten�an un cuello de hierro; porque cuando Dios quisiera que llevaran su yugo, eran completamente inflexibles; no, eran como bestias salvajes indomables. Como, entonces, su dureza hab�a sido tan grande, Dios les dio una recompensa justa por su orgullo y obstinaci�n, cuando sus enemigos les pusieron una carga tan grande en el cuello. (225)

Pero el Profeta expone aqu� esta indignidad, para que �l pueda convertir a Dios en misericordia; es decir, que los caldeos oprimieron as� como complacieron al pueblo elegido.

Agrega que trabajaron y no descansaron. �l insin�a con estas palabras que no hab�a l�mites ni fin a sus miserias y problemas; porque la frase en hebreo es: Hemos trabajado y no hab�a descanso. A menudo sucede que cuando uno est� presionado con males durante un corto tiempo, se produce una relajaci�n. Pero el profeta. dice que no hab�a fin a las miserias de la gente. Entonces, trabajar sin descanso es lo mismo que ser presionado con aflicciones incesantes, de las cuales no hay salida. Su obstinaci�n tambi�n merec�a esta recompensa, porque hab�an luchado contra Dios, no solo durante unos meses o a�os, sino durante muchos a�os. Sabemos cu�nto tiempo los llam� el Profeta sin ning�n �xito. Aqu�, sin embargo, busca el favor de Dios al decir que la gente era miserable sin l�mites ni fin.

En nuestro cuello (de cerca) hemos sido perseguidos, Trabajamos y no descansamos.

Luego viene lo que hicieron cuando fueron perseguidos por sus enemigos, -

A Egipto le dimos la mano, A Asiria, estar satisfecha con el pan.

Dar la mano, en este caso, era presentarla como suplicantes para pedir ayuda. Esto parece referirse a un tiempo anterior a su exilio. - Ed.

Versículo 6

�l habla aqu� de la mendicidad de la gente, que buscaban pan de todas partes. Dar la mano, se explica de tres maneras: algunos dicen que significa pedir humildemente; otros, para llegar a un acuerdo; y otros, para extenderlo en se�al de miseria, ya que el que no puede pedir ayuda, intima sus deseos extendiendo su mano. Pero el Profeta parece simplemente querer decir que la gente estaba tan angustiada por la necesidad, que mendigaban pan. Luego tomo la expresi�n, para dar la mano, en el sentido de que pidieron pan, como suelen hacer los mendigos.

Ahora dice que dieron o extendieron la mano tanto a los egipcios como a los asirios, lo cual fue algo muy indigno y vergonzoso; porque los egipcios hab�an sido sus enemigos m�s problem�ticos, y los asirios luego siguieron su ejemplo. En ese momento, de hecho, los egipcios fingieron ser amigos del pueblo elegido e hicieron un tratado con ellos; pero los jud�os fueron despreciados por ellos como lo merec�an, porque se hab�an prostituido como si fueran rameras. Como, entonces, hab�an sido despreciados por los egipcios, fue una desgracia y reproche lo m�s amargo, cuando se vieron obligados a mendigar pan en Egipto, y luego en Asiria; porque esto podr�a haberse convertido en las burlas m�s amargas.

Ahora, entonces, percibimos el significado del Profeta; incluso esta recompensa tambi�n Dios justamente les entreg�. Les hab�a prometido una tierra fruct�fera, en la que estaba listo para apoyarlos al m�ximo. �Con qu� frecuencia Mois�s menciona el ma�z, el vino y el aceite? �y por qu�? para que Dios pueda mostrar que esa tierra se super� en fertilidad. Era, entonces, una evidencia de una maldici�n extrema cuando la gente se ve�a obligada a mendigar pan aqu� y all�, mientras que la abundancia de todas las cosas deber�a haber sido suficiente para abastecer incluso a los extraterrestres,

"Prestar�s a otros, pero no pedir�s prestado". ( Deuteronomio 15:6.)

Entonces, quienes debieron haber alimentado a otros con su abundancia, quedaron tan reducidos que su necesidad los oblig� a sufrir esta desgracia, a pedir pan a los egipcios y asirios. Sigue, -

Versículo 7

El Profeta parece estar aqu� para contender con Dios y pronunciar esa blasfemia mencionada por Ezequiel. Porque cuando Dios castig� severamente a la gente, ese proverbio era com�nmente usado por ellos,

"Nuestros padres comieron una uva agria y nuestros dientes est�n embotados". ( Ezequiel 18:2.)

As�, ellos insinuaron que fueron tratados injusta y cruelmente, porque sufrieron el castigo de otros, cuando ellos mismos eran inocentes. Entonces, el Profeta parece discutir con Dios cuando dice que los padres que pecaron ya no exist�an; pero como veremos m�s adelante, el Profeta confiesa tambi�n los pecados de aquellos que a�n estaban vivos. Como, entonces, el Profeta hace una confesi�n ingenua, sin duda se abstuvo aqu� de esa blasfemia que Ezequiel reprob� con tanta severidad. Jerem�as no ten�a nada m�s lejos de su prop�sito que liberar al pueblo de toda culpa, como si Dios hubiera tratado cruelmente con ellos, seg�n lo que dice un poeta pagano:

"�Por los pecados de los padres que sufres inmerecidamente, oh romano!" (226)

Otro dice:

"Ya es suficiente por nuestra sangre �Hemos sufrido por los perjurios de la Troya laomedoniana? (227)

Significan que las personas de su edad eran totalmente inocentes, y buscan en Asia y m�s all� del mar la causa de los males, como si nunca hubieran pecado en Roma. Pero el significado de Jerem�as no era este, sino que simplemente ten�a la intenci�n de decir que las personas que hab�an sido rebeldes contra Dios ya estaban muertas, y que, por lo tanto, era un momento adecuado para que Dios considerara las miserias de su posteridad. Los fieles, entonces, no alegan aqu� su propia inocencia ante Dios, como si fueran inocentes; pero solo mencionan que sus padres sufrieron un castigo justo, porque toda esa generaci�n hab�a perecido. Daniel habla m�s completamente cuando dice:

"Hemos pecado, nuestros padres y nuestros reyes". ( Daniel 9:8.)

Particip� en la misma condenaci�n tanto de los padres como de sus hijos.

Pero el objetivo de nuestro Profeta era diferente, incluso convertir a Dios en misericordia, como se ha dicho; y para alcanzar este objetivo, dice: �Oh Se�or, hasta ahora has ejecutado un castigo justo, porque nuestros padres hab�an abusado mucho de tu bondad y tolerancia; pero ahora ha llegado el momento de que intentes probar si somos como nuestros padres: como, entonces, han perecido como se merec�an, recibanos ahora en favor ". Por lo tanto, vemos que, por lo tanto, no se lleva a cabo ninguna disputa o disputa con Dios, sino solo que los miserables exiliados le piden a Dios que los mire, ya que sus padres que hab�an provocado a Dios y hab�an experimentado su terrible venganza, ya estaban muertos. (228)

Y cuando dice que los hijos llevaron la iniquidad de los padres, aunque sea una expresi�n fuerte, su significado no es que Dios haya castigado sin raz�n a sus hijos y no a sus padres; porque inalterable es esa declaraci�n,

"El hijo no llevar� la iniquidad del padre, ni el padre la iniquidad del hijo; pero el alma que pecare, morir� ". ( Ezequiel 18:20.)

Todav�a se puede decir que los ni�os est�n cargados con los pecados de sus padres, porque Dios, como lo declara Mois�s, extiende su venganza a la tercera y cuarta generaci�n. ( �xodo 20:5.) Y �l dice tambi�n en otro lugar,

"Volver� al seno de los ni�os la iniquidad de sus padres". ( Jeremias 32:18.)

Dios continu� su venganza a su posteridad. Pero, sin embargo, no hay duda de que los ni�os que hab�an sido castigados tan severamente, tambi�n soportaron el castigo de su propia iniquidad, ya que merec�an cien muertes. Pero estas dos cosas est�n muy de acuerdo, que Dios devuelve la iniquidad de los padres al seno de sus hijos y, sin embargo, los ni�os son castigados por sus propios pecados.

� Delicta majorum immeritus lues, Romane ".

Satis jampridem sanguine nostro Laomedonteae luimus perjuria Troiae ".

Nuestros padres, pecaron y no lo son; Nosotros, sus iniquidades hemos soportado.

Soportar iniquidades, evidentemente est� aqu� para soportar su castigo. Entonces, cuando se dice que Cristo lleva nuestros pecados, se quiere decir lo mismo. - Ed.

Versículo 8

Otra circunstancia agrav� la calamidad de la gente, que quedaron bajo el poder de los sirvientes, lo que es m�s degradante que cuando los ricos y los eminentes en riqueza y poder nos hacen sus sirvientes. Porque no es una verg�enza servir a un rey, o al menos a un hombre que posee algo de eminencia; porque esa servidumbre que aparentemente no es degradante se considera tolerable. Pero cuando nos convertimos en los sirvientes de los sirvientes, es una degradaci�n muy afligida, y lastima gravemente nuestras mentes.

Es, entonces, por esta indignidad que Jerem�as ahora expone y dice que los sirvientes gobernaron sobre ellos. De hecho, no hay duda de que fueron llevados al exilio por algunos de los m�s bajos; porque los caldeos pensaban que era correcto ejercer hacia ellos toda clase de crueldad. Pero todav�a era algo muy triste para los hijos de Dios ser esclavos de los sirvientes; porque estaban antes de un reino sacerdotal, y Dios los hab�a tomado tan bajo su protecci�n, que su condici�n era mejor y m�s deseable que la de cualquier otro reino. Como, entonces, les hab�an robado su libertad, y no solo eso, sino que tambi�n los sometieron a los sirvientes, el cambio fue triste en extremo. (229) Por lo tanto, el Profeta busc� otra ocasi�n para pedir misericordia, cuando dijo que los gobernaban los sirvientes. Ahora sigue, -

Versículo 9

La palabra ???, chereb, significa sequ�a y espada. Como el Profeta habla de la hambruna y el desierto, no tengo ninguna duda, pero que la sequedad o la sequ�a es la espada, la palabra significa aqu�; y me pregunto si la palabra espada se le ocurri� a alguien; no podr�an haber considerado el contexto.

Luego dice que la gente buscaba pan con el alma, es decir, a riesgo de su propia vida. Si se prefiere el peligro, no me opongo. Pero como �l simplemente dice, con el alma, parece expresar esto, que por comida ellos arriesgaron su propia vida. La comida, de hecho, es el soporte de la vida, porque �por qu� se busca pan sino para sostener la vida? Pero los hambrientos se apresuran tanto a buscar comida, que se exponen a mil peligros, y tambi�n se cansan de muchas labores; y esto es para buscar pan con su alma, es decir, cuando los hombres no solo trabajan ansiosamente para conseguir comida, sino que la derraman como si fuera su propia sangre, como cuando uno emprende un largo viaje para buscar apoyo, la mentira es casi sin vida cuando llega al lejano hospital. Como, entonces, los jud�os en ninguna parte encontraron comida, el Profeta dice que buscaron pan con su vida, es decir, a riesgo de la vida. Esta es la vista que prefiero.

Luego agrega: Por la sequedad del desierto. �Qu� tiene que ver la espada con el desierto? Vemos que esto es totalmente inadecuado; entonces no hab�a raz�n por la cual los int�rpretes deb�an pervertir esta palabra. Pero lo que �l llama la sequedad del desierto era la necesidad por la cual la gente estaba angustiada, como si estuvieran en el desierto. Esto se dice a modo de comparaci�n, que debido a la sequedad del desierto, es decir, debido a la esterilidad, ten�an la necesidad de exponer su vida a la muerte, solo que podr�an encontrar pan en cualquier lugar. (230)

Tambi�n puede ser que el Profeta quisiera decir que eran fugitivos y, por lo tanto, pasaron hambre por bosques y bosques, cuando se atrevieron a no salir al campo abierto para que el enemigo no los encontrara. Pero lo que he dicho es lo m�s adecuado, es decir, que estaban tan hambrientos como si estuvieran en un vasto desierto y lejos de todos los hospitales, de modo que no se pudiera encontrar pan en ninguna parte. Ahora, entonces, percibimos el significado del Profeta. �l a�ade, -

A riesgo de nuestra vida conseguimos nuestro pan, A causa de la espada del desierto

- Ed.

Versículo 10

Algunos leen, "para temblores"; literalmente, "de la cara de los temblores". Jerome lo traduce como "tempestades", pero la palabra "quemaduras" es la m�s adecuada; porque �l dice que sus pieles estaban oscurecidas, y las compara con un horno. Esta met�fora a menudo ocurre en las Escrituras,

"Aunque hab�is estado como entre ollas en el humo, y deformados por la oscuridad, tus alas brillar�n". (Salmo 68:14.)

Dios dice que su pueblo hab�a contra�do la negrura, como si hubieran tocado ollas de humo, porque hab�an sido quemados por muchas aflicciones; porque cuando nos alejamos de nuestros males, la propia suciedad nos deforma. Pero aqu� compara con un horno (que es lo mismo) sus pieles o pieles. Luego dice que la piel de todos estaba tan arrugada y oscurecida por la negrura, que era como un horno que est� negro a trav�s del fuego y el humo constantes. El Profeta o quien sea el autor del Salmo 119, utiliza otra comparaci�n, que era como una botella o una vejiga, contra�da por el humo y ten�a arrugas junto con la negrura. (231)

El significado es que hab�a una deformidad degradante en las personas, porque estaban tan hambrientas que no quedaba humedad en ellas; y cuando la humedad falla, entonces siguen la palidez y la descomposici�n; y luego de la palidez, una mayor deformidad y negrura, de lo que ahora habla el Profeta. Por eso he dicho que la palabra "quemaduras" es la m�s apropiada. Porque, si decimos tempestades o tormentas, una tempestad ciertamente no oscurece la piel; y si lo hacemos temblar o temblar, esto ser�a muy remoto; pero si adoptamos la palabra quema, todo el pasaje parecer� consistente; y sabemos que como alimento irriga la vida del hombre, la hambruna la quema, como lo dicen las Escrituras en otros lugares. Sigue, -

Nuestras pieles, como un horno, se volvieron negras, Debido a los horrores de la hambruna (o, horrible hambruna).

La palabra para "pieles" est� en el n�mero plural de acuerdo con varias copias, y el verbo requiere que sea as�. - Ed.

Versículo 11

Menciona aqu� otro tipo de reproche, que las mujeres hab�an sido violadas en Jerusal�n y en otras ciudades. (232) Dios hab�a ordenado que se observara la castidad entre su pueblo. Por lo tanto, cuando las v�rgenes y las mujeres se contaminaron, fue una cosa extremadamente vergonzosa. Pero el Profeta tambi�n mencion� esto, para que Dios finalmente pudiera mostrarse propicio a su pueblo despu�s de haber sido rogado. ( Deuteronomio 22:21.)

Y mencion� a Sion en lugar de Jerusal�n: era, en efecto, declarar una parte para el todo; pero ese lugar, sabemos, hab�a sido elegido por Dios para que su nombre pudiera ser adorado all�. Sion, entonces, era un lugar sagrado por encima de cualquier otro; era, en una palabra, la morada terrenal de Dios. Como, entonces, Dios ten�a all� su palacio, para poder habitar en medio de su pueblo, fue una verg�enza extrema ver a mujeres violadas all�, porque el templo de Dios fue as� violado. No solo era una cosa vergonzosa para la gente, que las mujeres fueran as� violadas, sino que era una profanaci�n sucia de la adoraci�n de Dios y, por lo tanto, sacr�lega. Ahora vemos el dise�o del Profeta. Menciona tambi�n las ciudades de Jud�, pero con referencia a lo mismo. Sigue -

Las mujeres de Sion se humillaron (o se humillaron) Y v�rgenes en las ciudades de Jud�.

Es humillado por el Sept. y Vulg. �Y� antes de �v�rgenes� es provisto por Vulg. y sir. - Ed.

Versículo 12

El comienzo del verso puede explicarse de dos maneras. Todos dicen as�: "Los pr�ncipes han sido asesinados por sus manos", es decir, de sus enemigos. Pero me pregunto c�mo nunca se les ocurri�, que fue mucho m�s grave, que fueron asesinados por su propia mano. Ciertamente no dudo, pero el Profeta dice aqu�, que algunos de los pr�ncipes se hab�an impuesto violentamente. Porque ser�a una expresi�n g�lida, que los pr�ncipes fueron colgados de la mano de los enemigos; pero si leemos que los pr�ncipes fueron colgados por su propia mano, esto ser�a mucho m�s atroz, como hemos visto antes, incluso las mujeres, que sobresalen en humanidad, devoraron a su propia descendencia. Entonces �l dice que los pr�ncipes fueron colgados, no por enemigos, porque era una cosa com�n que los conquistados fueran asesinados por sus enemigos, y tambi�n colgados a modo de reproche; pero el Profeta, como me parece, ten�a la intenci�n de expresar algo m�s atroz, incluso que los miserables pr�ncipes estaban obligados a imponerse violentamente sobre ellos. (233)

Agrega, que los rostros de los ancianos no fueron honrados; lo cual tampoco es natural; porque sabemos que siempre se rinde cierto honor a la vejez, y que el tiempo de la vida se considera com�nmente con reverencia. Cuando, por lo tanto, no se muestra respeto a los ancianos, la mayor barbarie debe prevalecer necesariamente. Es lo mismo, entonces, como si el Profeta hubiera dicho que la gente hab�a recibido un trato tan vergonzoso, que sus enemigos ni siquiera hab�an salvado a los ancianos. Ahora tambi�n entendemos por qu� agrega esto, porque de lo contrario habr�a parecido incre�ble, que los pr�ncipes se ahorcaran por su propia mano. Pero �l insin�a que no hab�a escapatoria para ellos, excepto que desesperados buscaron la muerte para ellos, porque toda la humanidad hab�a desaparecido. Sigue, -

Los pr�ncipes fueron colgados de la mano, Las personas de edad no fueron honradas.

- Ed.

Versículo 13

No puedo seguir adelante ahora.

Versículo 14

Aqu� el Profeta muestra brevemente que la ciudad qued� reducida a ruinas, de modo que all� solo se pod�a ver la desolaci�n. Porque cuando las ciudades est�n habitadas, los jueces se sientan en la puerta y los j�venes se ejercitan en actividades legales; pero �l dice que no hubo juicios; porque en ese momento, como es bien sabido, sol�an administrar justicia y celebrar asambleas a las puertas de las ciudades. Era entonces lo mismo que si todo el orden civil hubiera sido abolido.

Luego agrega, los j�venes hab�an cesado sus propios golpes o canciones musicales. El significado es que hab�a una desolaci�n tan grande en la ciudad que ya no era una ciudad. Porque los hombres no pueden vivir juntos sin leyes y sin tribunales de justicia. Donde los tribunales de justicia est�n cerrados, donde las leyes son mudas, donde no se administra equidad, prevalece la barbarie, que es peor que la soledad; y donde no hay asambleas para entretenimientos leg�timos, la vida se vuelve brutal, porque sabemos que el hombre es un ser sociable. Por estas palabras, entonces, el Profeta muestra que una desolaci�n terrible apareci� en la ciudad despu�s de que la gente se hubiera exiliado. Y entre los caldeos, y en Asiria, no ten�an sus propios jueces ni ninguna forma de gobierno, porque estaban dispersos y dispersos, y eso, de forma intencionada, para que no pudieran unirse m�s; porque el prop�sito de los caldeos era borrar gradualmente el nombre de la gente; y por lo tanto no estaban all� formados en una comunidad. Entonces, justamente, el Profeta deplora su desolaci�n, incluso en el exilio. Sigue, -

Versículo 15

�l persigue el mismo tema, pero parece explicar m�s claramente lo que hab�a dicho brevemente en el vers�culo anterior, cuando dice que toda la alegr�a del coraz�n hab�a cesado y que todas las danzas se convirtieron en luto (234) Sabemos que la vida es m�s amarga que la muerte cuando los hombres est�n de luto constante; y verdaderamente donde no hay hilaridad, ese estado de vida es peor que la muerte. Y esto es lo que el Profeta ahora quiere decir al decir que toda alegr�a hab�a cesado y que todos los bailes se convirtieron en duelo.

Convertido en luto fue nuestra tuber�a.

La palabra no significa bailar, sino tocar en alg�n instrumento fistular. - Ed.

Versículo 16

Por la corona de la cabeza, sin duda, comprende todos esos adornos con los que esa gente hab�a sido adornada. Ten�an un reino y un sacerdocio, que eran como dos luminarias o dos joyas preciosas; Tambi�n ten�an otras cosas por las cuales el Se�or los hab�a adornado. Como, entonces, estaban dotados de cosas tan excelentes, se dice que llevaban una corona en la cabeza, pero una corona no solo fue tomada por una diadema, sino que tambi�n era un s�mbolo de alegr�a y honor; porque no solo los reyes usaban coronas, sino que los hombres eran coronados en bodas y fiestas, tambi�n en juegos y teatros. El Profeta, en una palabra, se queja de que, aunque muchos adornos pertenec�an a la gente, ahora fueron despojados de todos ellos: la corona, dice, se nos ha ca�do de la cabeza (235)

Luego exclama: �Ay de nosotros ahora, porque hemos pecado! Aqu� expone una miseria extrema, y ??al mismo tiempo muestra que toda esperanza de restauraci�n fue quitada. �l, sin embargo, menciona la causa, porque lo hab�an hecho malvadamente. Al decir esto no ten�a la intenci�n de exasperar su dolor, para que los que estaban afligidos pudieran murmurar contra Dios; pero, por el contrario, su objetivo era humillar a los afligidos, para que pudieran percibir que fueron castigados con justicia. Es lo mismo que si los hubiera convocado como culpables ante el tribunal de Dios y pronunciado en una palabra que justamente sufrieron o sufrieron un castigo tan grave; porque un Dios justo es vengador de la maldad.

Por lo tanto, concluimos que cuando dijo ayer que los padres que hab�an pecado hab�an muerto y que sus hijos hab�an llevado su iniquidad, �l no habl� para eximir a los vivos de toda culpa; porque aqu� los condena y se incluye a s� mismo en el n�mero. Pero ayer expliqu� el significado de ese verso; y aqu� el Profeta ingenuamente confiesa que las personas fueron castigadas justamente, porque con sus pecados hab�an provocado la ira de Dios. Y esta doctrina debe ser cuidadosamente observada; porque cuando nos vemos presionados por las adversidades, Satan�s nos excitar� y, al mismo tiempo, nos apurar� a enfurecernos, excepto que esta doctrina nos viene a la mente, que tenemos que ver con Dios, que es un juez justo. Porque el conocimiento de nuestros pecados domesticar� nuestro orgullo y tambi�n controlar� todas esas quejas clamorosas, que los incr�dulos no suelen pronunciar cuando se levantan contra Dios. Nuestros males, entonces, deber�an llevarnos a considerar el juicio de Dios y a confesar nuestros pecados; y este fue el final que nuestro Profeta ten�a a la vista. Sigue, -

Ca�do tiene la corona de nuestra cabeza.

Entonces el "ay" en la siguiente l�nea es solo declarativo, -

Ay de nosotros ahora, porque hemos pecado.

La part�cula "ahora" se omite en nuestra versi�n. - Ed.

Versículo 17

�l conecta la tristeza aqu� con el reconocimiento del pecado, para que las personas bajo la presi�n y la agon�a de la tristeza puedan aplicar sus mentes para considerar sus propios pecados. Al mismo tiempo, el Profeta, sin duda, incluye aqu� todo lo que ya hemos observado, como si hubiera dicho que la gente no estaba sin raz�n cansada por el dolor, ya que ten�an muchas razones para su dolor.

Por esta raz�n, dice, es decir, no excedemos la medida debida en nuestro dolor, porque nuestras aflicciones no son ordinarias, por lo que nuestro dolor no puede ser moderado; pero a medida que llegamos al extremo, no puede ser as�, pero nuestras mentes deber�an estar abrumadas por el dolor. Como, entonces, la maldici�n de Dios apareci� en todas partes, �l dice que esta fue la causa del coraz�n desmayado; y �l dice tambi�n: Por eso nuestros ojos se oscurecieron. Esta es una met�fora com�n, que los ojos se vuelven tenues por el dolor; porque los sentidos a trav�s del dolor est�n embotados. Por lo tanto, es que la vista de los ojos est� lesionada; y David usa especialmente este modo de hablar. Nuestro Profeta luego dice que los ojos estaban oscurecidos, porque su dolor era, por as� decirlo, mortal. Sigue -

Versículo 18

Aunque en general hab�a incluido todo tipo de males, todav�a menciona ahora la principal causa de tristeza, que el monte Sion hab�a perdido su belleza y su excelencia. Porque ese lugar hab�a sido elegido por Dios, como si hubiera descendido all� del cielo, para poder habitar all�; y sabemos tambi�n que se habla de su belleza en t�rminos elevados. Porque all� brillaba el rostro de Dios, como Mois�s y los Profetas a menudo hablan. Fue entonces un cambio extremadamente triste, que como Dios hab�a habitado en el monte Sion, los zorros deb�an alojarse all� como en una cueva desierta. Porque en el monte Si�n estaba el tabern�culo o el santuario; y Dios dice que era el tabern�culo de reuni�n, ???? en voz alta, porque all� deseaba mantener relaciones sexuales con su pueblo. Como, entonces, ese lugar inclu�a a Dios y su Iglesia, era, como he dicho, una cosa terrible y monstruosa, que se hab�a vuelto tan desolado que los zorros tuvieron �xito en el lugar de Dios y los fieles. No fue, sin raz�n, que Jerem�as, despu�s de haber hablado de tantas y tan amargas calamidades, mencion� esto como el jefe, que el monte Si�n se vio reducido a la desolaci�n, por lo que los zorros corrieron all� de un lado a otro (236)

Porque, como es lo principal, y como fue el jefe de todas las bendiciones, ser contados como el pueblo de Dios y tener un acceso familiar a �l, de modo que en las adversidades nada es tan triste como ser privado de la presencia de Dios. Cuando David testific� su gratitud a Dios, porque se hab�a enriquecido con todo tipo de bendiciones, agreg� esto:

"Habitar� en la casa de Dios". (Salmo 23:6.)

Porque aunque hab�a hablado de riquezas y riquezas y de la abundancia de todas las cosas, vio que su principal felicidad era invocar a Dios junto con los fieles y ser considerado uno de su pueblo. Entonces, tambi�n, por otro lado, el Profeta aqu� muestra que nada puede ser m�s triste para los piadosos que cuando Dios deja su vivienda y la desola, para aterrorizar a todos los que puedan verla.

Esto mismo les hab�a sido predicho por el mismo Jerem�as, como hemos visto en el s�ptimo cap�tulo de sus profec�as: "Id a Silo", dijo, donde el arca del pacto hab�a estado durante mucho tiempo; aunque ese lugar hab�a sido durante mucho tiempo la habitaci�n de Dios, luego fue rechazado con gran desd�n. Jerem�as luego declar� a los jud�os, mientras todav�a estaban a salvo, que tal ser�a la condici�n de Jerusal�n; pero su profec�a no fue cre�da. Ahora, entonces, confirma, por el evento, lo que hab�a predicho por orden de Dios, cuando dice que el monte Sion se hab�a convertido en la guarida de los zorros. Sigue, -

17. Por esto, nuestro coraz�n se desmay�; Porque estas cosas oscurecidas fueron nuestros ojos,

18. S�, para el monte Sion, que est� desolado; Los zorros lo han atravesado.

"Este" fue el "ay" que el pecado hab�a tra�do; y "estas cosas" fueron las diversas cosas que �l hab�a dicho anteriormente, pero la desolaci�n del monte Si�n fue la principal causa de tristeza.

Otros toman este verso por s� mismo, como lo hace el Sept., donde ?? se representa "on" y ? para ???, se traduce "porque" -

En el monte Sion, porque se ha vuelto desolado, Los zorros lo han atravesado (o atravesado).

Si ?? se presenta en relaci�n con, o con respecto a, o con respecto a, la mejor construcci�n ser�a la siguiente:

En cuanto al monte Sion, que se ha vuelto desolado, Los zorros lo han atravesado (o lo han atravesado).

- Ed

Versículo 19

El Profeta aqu� levanta sus ojos hacia Dios, y, con su ejemplo, alienta a todos los piadosos, para que no cesen, a pesar de sus calamidades extremas, a mirar a Dios, como encontramos en el salmo ciento dos, donde el El salmista habla de la destrucci�n de la ciudad de Jerusal�n. De hecho, el tema de ese salmo es similar al de este cap�tulo; Tampoco hay duda de que se compuso cuando la gente, como parece claramente, estaba exiliada en Babilonia. All�, el salmista, despu�s de haber hablado de la ruina de la ciudad y de las calamidades de la gente, dice que los cielos se estaban haciendo viejos y se desgastaban con la podredumbre, junto con el mundo entero; pero luego agrega:

"Pero t�, oh Se�or, permanece perpetuamente". ( Salmo 102:26.)

Al mismo tiempo, �l habla m�s claramente que Jerem�as, porque aplica su doctrina al consuelo de la Iglesia, "los ni�os de los ni�os", dice, "la habitar�n". Por lo tanto, desde la perpetuidad e inmutabilidad de Dios, �l infiere la perpetuidad de la Iglesia. Jerem�as no hace esto, aunque est� impl�cito; y por esta raz�n, sin duda, exclama, que Dios habita para siempre, y que su trono permanece fijo en todas las edades, o en todas las edades.

Porque cuando fijamos nuestros ojos en las cosas presentes, debemos vacilar necesariamente, ya que no hay nada permanente en el mundo; y cuando las adversidades traen una nube sobre nuestros ojos, entonces la fe desaparece de alguna manera, al menos estamos preocupados y asombrados. Ahora el remedio es elevar nuestros ojos a Dios, por muy confusas que puedan estar las cosas en el mundo, sin embargo, �l permanece siempre igual. Su verdad puede estar escondida de nosotros, pero permanece en �l. En resumen, si el mundo cambiara y pereciera cien veces, nada podr�a afectar la inmutabilidad de Dios. Por lo tanto, no hay duda de que el Profeta deseaba animarse y elevarse a una firme esperanza, cuando exclamaba: "T�, oh Dios, permanece para siempre". Por la palabra sentado o restante, sin duda quiso decir que el mundo est� gobernado por Dios. Sabemos que Dios no tiene cuerpo, pero la palabra sentado debe tomarse metaf�ricamente, porque �l no es Dios, excepto que es el juez del mundo.

Esto, tambi�n, expresa m�s claramente, cuando dice, que el trono de Dios permanece a trav�s de todas las edades. El trono de Dios designa al gobierno del mundo. Pero si Dios es el juez del mundo, entonces no hace nada, ni sufre nada que hacer, sino de acuerdo con su suprema sabidur�a y justicia. (237) Por lo tanto, vemos que en la medida en que el estado de las cosas presentes, como una espesa oscuridad, elimin� toda distinci�n, el Profeta levanta sus ojos hacia Dios y reconoce que permanece igual perpetuamente, aunque las cosas en el mundo cambian continuamente. Entonces el trono de Dios se pone en oposici�n al azar o cambios inciertos con los que sue�an los hombres imp�os; porque cuando ven las cosas en gran confusi�n en el mundo, dicen que es la rueda de la fortuna, dicen que todas las cosas suceden a trav�s del destino ciego. Entonces el Profeta, para que no sea derribado con los incr�dulos, se refiere al trono de Dios, y se fortalece en esta doctrina de la verdadera religi�n, que Dios, sin embargo, se sienta en este trono, aunque las cosas est�n as� confundidas, aunque todas las cosas fluctuar; s�, a pesar de que las tormentas y las tempestades se mezclan como si fueran el cielo y la tierra, Dios se sienta en su trono en medio de todos esos disturbios. Por muy turbulentos que sean, entonces, todos los elementos pueden ser, esto no deroga nada del juicio justo y perpetuo de Dios. Este es el significado de las palabras; y por lo tanto, el fruto y el beneficio se pueden recolectar f�cilmente. Eso. sigue, -

T�, Jehov�, para siempre, Tu trono es de generaci�n en generaci�n.

Sentarse es la postura de un juez, y la referencia aqu� es a Jehov�, no en cuanto a su esencia o existencia, sino a su cargo judicial. - Ed.

Versículo 20

Parece, de hecho, aqu� para exponerse ante Dios; pero los fieles, incluso cuando soportan con paciencia sus males y se someten a los azotes de Dios, a�n depositan familiarmente sus quejas en su seno y, por lo tanto, se descargan. Vemos que David or�, y sin duda por el impulso real del Esp�ritu, y al mismo tiempo expuso:

"�Por qu� me olvidas perpetuamente?" (Salmo 13:1.)

Tampoco hay duda de que el Profeta tom� esta queja de David. Perm�tanos, entonces, saber que, aunque los fieles a veces se toman la libertad de exponerse ante Dios, no posponen la reverencia, la modestia, la sumisi�n o la humildad. Porque cuando el Profeta pregunt� por qu� Dios deber�a olvidar para siempre a su pueblo y abandonarlo, sin duda confi� en sus propias profec�as, que sab�a que proced�an de Dios, y por lo tanto aplaz� su esperanza hasta el final de los setenta a�os, por ese tiempo hab�a sido prefijado por Dios. Pero fue seg�n el juicio humano que se quej� en su propia persona, y en la de los fieles, que la aflicci�n fue larga; ni tampoco hay duda de que �l dict� esta forma de oraci�n a los fieles, para que k pudiera ser retenido despu�s de su muerte. �l, entonces, form� esta oraci�n, no solo de acuerdo con su propio sentimiento, y por la direcci�n hacia los de su propia edad; pero su prop�sito era proporcionar a los fieles una oraci�n despu�s de su propia muerte, para que pudieran huir a la misericordia de Dios.

Ahora, entonces, percibimos c�mo deben entenderse las quejas de este tipo, cuando los profetas preguntaron: "�Cu�nto tiempo?" como si estimularan a Dios para acelerar el tiempo; porque no puede ser, cuando somos presionados por muchos males, pero deseamos que se acelere la ayuda; porque la fe no nos despoja por completo de todas las preocupaciones y ansiedades. Pero cuando oramos as�, recordemos que nuestros tiempos est�n a voluntad y en manos de Dios, y que no debemos apresurarnos demasiado. Es, por lo tanto, l�cito para nosotros, por un lado, pedirle a Dios que se apresure; pero, por otro lado, debemos controlar nuestra impaciencia y esperar hasta que llegue el momento adecuado. Ambas cosas el Profeta sin duda se unieron cuando dijo: �Por qu� deber�as, perpetuamente olvidarnos y abandonarnos? (238)

Todav�a vemos que juzg� de acuerdo con los males que luego soport�; e indudablemente cre�a que Dios no hab�a abandonado a su propio pueblo ni los hab�a olvidado, ya que ning�n olvido puede sucederle. Pero, como ya he dicho, el Profeta mencion� estas quejas a trav�s de la enfermedad humana, no porque los hombres puedan permitirse sus propios pensamientos, sino que puedan ascender gradualmente a Dios y vencer todas estas tentaciones. Sigue, -

�Por qu� deber�as olvidarnos hasta el final? �Nos abandonas por la duraci�n de nuestros d�as?

"Hasta el final", o perpetuamente, y "la duraci�n de nuestros d�as" son lo mismo. La duraci�n de los d�as, tal como aparece en Salmo 23:6, significa la extensi�n de la vida presente; la frase se usa como sin�nimo de todos los d�as de la vida. �No podr�a el Profeta aqu� referirse a la vida de aquellos que entonces viven? En cuanto a la restauraci�n despu�s de setenta a�os, no podr�a haber tenido ninguna duda. Parece haber suplicado por la restauraci�n de la generaci�n que viv�a. - Ed.

Versículo 21

El Profeta muestra, en este vers�culo, que el remedio est� en manos de Dios cada vez que se complace en socorrer a su pueblo. �l, entonces, exalta aqu� el poder de Dios, como si hubiera dicho que Dios no carece de poder, sino que puede, cuando quiera, ayudar a su pueblo. Este no es, de hecho, un motivo suficiente para la confianza, pero es el comienzo de la esperanza; �De d�nde es que la desesperaci�n nos debilita, para que no podamos invocar a Dios? porque pensamos que todo ha terminado con nosotros; y de donde es esto? porque impinamente confinamos el poder de Dios; no, de alguna manera, a trav�s de nuestra incredulidad, repelemos su poder, que de otro modo se ejercer�a en nuestro nombre. As�, entonces, cerramos la puerta contra Dios, cuando atenuamos su poder, y pensamos que nuestros males prevalecer�n; Es, por lo tanto, como he dicho, el comienzo de la esperanza de creer que todos los asuntos de la muerte est�n en la mano de Dios, y que si nos trag�ramos cientos de veces, sin embargo, �l, al extender su mano hacia nosotros, puede llegar a ser El autor de la salvaci�n para nosotros en cualquier momento.

Este es ahora el argumento que el Profeta maneja, cuando dice: Convi�rtanos, oh Jehov�, y seremos convertidos; es decir, "si t�, oh Jehov�, quisieras reunirnos, la salvaci�n ya es segura para nosotros". Y �l no habla aqu� de arrepentimiento. Hay, de hecho, un doble cambio o conversi�n de los hombres a Dios, y un doble giro de Dios a los hombres. Todo se vuelve hacia adentro cuando Dios nos regenera por su propio Esp�ritu; Se dice que girar con respecto a nosotros es el sentimiento de la verdadera religi�n, cuando, despu�s de habernos alejado de �l, volvemos al camino correcto y a una mente de lucha. Tambi�n hay un giro exterior hacia Dios, es decir, cuando �l recibe a los hombres de tal manera que su favor paterno se hace evidente; pero el cambio interior de los hombres hacia Dios ocurre cuando recuperan la vida y la alegr�a.

De este segundo giro, entonces, el Profeta habla ahora: Convi�rtanos, oh Jehov�, y seremos convertidos; es decir, si t�, Jehov�, nos miras, nuestra condici�n se volver� inmediatamente pr�spera, porque en tu mano hay una salvaci�n segura para nosotros ". Como, entonces, los jud�os eran en ese momento como los muertos, dice el Profeta, que si a Dios le agradaba reunirlos, podr�an en un momento, como dicen, haber sido restaurados, como se dice tambi�n en los Salmos,

�Te quitas la vida, y todas las cosas cambian; env�a tu Esp�ritu y renueva la faz de la tierra ". (Salmo 104:29.)

Como, entonces, Dios renueva la faz de la tierra y la restaura con solo mirarla, por lo tanto, ahora el Profeta dice que los jud�os, aunque hab�an sido destruidos, a�n podr�an ser restaurados de inmediato, si fuera la voluntad de Dios para recibirlos a favor. (239)

�l agrega: Renueve nuestros d�as como antes. Esta es una explicaci�n de la cl�usula anterior: la renovaci�n de los d�as fue la restauraci�n de su estado anterior. Dios hab�a sido por muchos a�os el libertador de su pueblo; bajo David hab�a sido su mayor felicidad; bajo Salom�n tambi�n hab�an florecido mucho; pero desde el momento en que Dios hab�a redimido a su pueblo, �l hab�a dado, como sabemos, muchas y constantes pruebas de su favor y misericordia. Como, entonces, la bondad de Dios se hab�a hecho evidente por tantas evidencias, el Profeta ahora dice: Renueve nuestros d�as como antes, es decir: "Devu�lvanos esa felicidad, que antes era un testimonio de su favor paterno hacia su pueblo. " Ahora percibimos el significado del Profeta.

Pero debe notarse que basa su esperanza en los antiguos beneficios de Dios; porque como Dios hab�a redimido anteriormente a su pueblo, a menudo hab�a ayudado a los miserables, hab�a derramado sobre ellos la plenitud de bendiciones de la posteridad, por lo tanto, el Profeta se anima a mantener buenas esperanzas y sugiere tambi�n a otros el mismo motivo de confianza. Vemos que esto fue hecho a menudo por David; porque cada vez que menciona antiguos testimonios del favor de Dios hacia su pueblo, se congregaba que Dios extender�a la misma bondad y amabilidad a la posteridad. Sigue, -

Rest�uranos, oh Jehov�, para ti mismo, para que podamos ser restaurados.

Y como dice Calvino, as� como Grocio, la siguiente l�nea es una confirmaci�n:

Renueve nuestros d�as como de anta�o.

- Ed.

Versículo 22

Las dos palabras ?? ??, ki am, se explican de manera diferente: algunas las expresan, "pero si" o "ciertamente si", y as� separan el verso en dos partes, "Seguramente si nos rechazaste". , est�s muy enojado " pero este es un significado forzado, no intencionado, como creo, por el Profeta. Y estos parecen haber sido obligados por necesidad a pervertir las palabras del Profeta; porque parece dif�cil simplemente declarar que el pueblo hab�a sido totalmente rechazado por Dios. Como, entonces, esta dureza los ofendi�, inventaron este comentario: "Si nos has rechazado, est�s muy enojado". Pero como he dicho, esta exposici�n no la apruebo porque es muy forzada; y la mayor parte de los int�rpretes siguen lo que dije en primer lugar, porque toman ?? ??, ki am, de manera adversa. Las dos part�culas a menudo se conectan entre s� y se traducen, "aunque" o aunque, "aunque nos rechazaste", y por lo tanto el �ltimo verso se ha repetido.

Para los jud�os trabajan bajo esta superstici�n, que cuando un libro termina con una oraci�n dura y severa, o una que contiene una amenaza terrible, rechinando a los o�dos, para evitar el presagio triste, repiten el �ltimo verso pero uno. As� lo hacen al final de Isa�as y al final de Malaqu�as. Como dice Isa�as, "Ser� un horror (o abominaci�n) para toda carne". Por lo tanto, repiten el verso anterior. Entonces en Malaqu�as; como �l dice: "Para que no venga y hiera la tierra con una maldici�n - ???, cherem", piensan que cuando �l pronuncia all� un anatema, es una especie de encanto que puede absorber esta maldici�n, tener el verso anterior repetido despu�s de �l. Entonces, no hay duda de que tomaron este pasaje en el mismo sentido, "Aunque nos rechazaste", etc.

Si se aprueba esta explicaci�n, debemos sostener que el Profeta aqu� excedi� los l�mites debidos, ya que los fieles, en sus oraciones, no siempre se contentan tanto, sino que brota un poco de calor; porque vemos c�mo David, en los Salmos, con demasiada frecuencia mostr� este tipo de sentimiento; y, por lo tanto, es evidente que su mente no siempre estaba lo suficientemente tranquila. Entonces debemos decir que el Profeta fue impulsado por un sentimiento turbulento cuando pronunci� estas palabras.

Pero ?? ??, ki am, tambi�n se puede representar, "A menos que", o excepto 'y es singular que nadie lo haya percibido, aunque no sea un significado inadecuado, "Excepto que puede ser t� rechazar nos ha rechazado, y te has enojado mucho con nosotros �, o m�s a�n, enojado; para ?? ???, od mad en hebreo, significa lo mismo que la medida anterior (supra modum) en lat�n. Aunque el Profeta parece hablar dudosamente, al establecer su condici�n, no hay duda de que �l luch� contra toda incredulidad, cuando dijo: Excepto que puede ser; porque �l razona de lo que es imposible: �Convi�rtenos en ti y seremos convertidos, renueva nuestros d�as como antes; salvo que nos hayas rechazado: "pero esto era imposible. Entonces, como he dicho, el Profeta aqu� se fortalece al establecer un escudo contra todos los asaltos de las tentaciones cuando dice: Excepto que puede ser que nos haya rechazado (240)

Pero no puede ser que Dios rechace a su pueblo y se enoje tanto con ellos como para no reconciliarse nunca. Por lo tanto, vemos que el Profeta no simplemente establece la condici�n, como si dijera: �Oh Dios, si est�s enojado perpetuamente con nosotros y nunca te reconciliar�s, est� all� con nuestra salvaci�n; pero si te reconcilias con nosotros, entonces abriremos buenas esperanzas. No, el Profeta no mantuvo en suspenso su propia mente y la de los dem�s, sino que ten�a una confianza segura en el favor de Dios; porque no puede ser que Dios abandone a los que ha elegido, como Pablo tambi�n muestra en el cap�tulo once de la Ep�stola a los romanos.

Como les ha parecido bien a los hermanos, ma�ana comenzar� la explicaci�n de Ezequiel.

Por seguramente rechazarnos nos has rechazado, Has estado muy enojado con nosotros,

o, m�s literalmente,

Espumaste contra nosotros en extremo.

La primera l�nea aqu� corresponde con la �ltima parte del vers�culo anterior, "Restaurarnos a nuestra tierra y renovar los d�as antiguos", "Nos has rechazado por completo". �l habla de las cosas como eran entonces. Entonces, la �ltima l�nea de este vers�culo guarda relaci�n con la primera parte del vers�culo anterior: "Restauranos a tu favor", "has estado muy disgustado con nosotros". As�, por disgusto, pidi� favor, y por repudio, una restauraci�n. - Ed.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Lamentations 5". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/lamentations-5.html. 1840-57.