Bible Commentaries
Salmos 137

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. Por los r�os de Babilonia (178) all� nos sentamos, dije en otro lugar , que es un gran error suponer que es David quien aqu� prof�ticamente informa al pueblo de Dios del cautiverio que deber�a venir sobre ellos. Los profetas al hablar de eventos futuros emplean un lenguaje muy diferente. Lo que se pone en aviso es el evento como ahora hist�ricamente y la cuesti�n de la experiencia. Explicaremos brevemente el alcance del salmista. Exist�a el peligro de que los jud�os, cuando fueran expulsados ??de una manera tan melanc�lica, perdieran por completo su fe y su religi�n. Teniendo en cuenta lo listos que estamos, cuando nos mezclamos con los imp�os y los imp�os, para caer en la superstici�n o las pr�cticas malvadas, era de temer que pudieran convertirse en profanos entre la poblaci�n de Babilonia. El pueblo del Se�or podr�a verse sumido en el des�nimo, adem�s de su cautiverio, la cruel esclavitud a la que fueron sometidos y las otras indignidades que tuvieron que soportar. El escritor de este Salmo, cuyo nombre se desconoce, elabor� ??una forma de lamentaci�n, que al expresar sus sufrimientos en suspiros y oraciones, podr�an mantener viva la esperanza de esa liberaci�n de la que se desesperaron. Otro objetivo que tiene en mente es advertirles contra, el declive de la piedad en una tierra irreligiosa, y en contra; contaminaci�n con las contaminaciones de los paganos. En consecuencia, denuncia el juicio merecido sobre los hijos de Edom, y declara que Babilonia, cuya prosperidad, que tuvo una corta vida como estaba destinada a ser en s� misma, eclips� en ese momento al resto del mundo, fue un objeto de piedad y casi destruible. El per�odo de tiempo que dur� el cautiverio puede convencernos de lo �til e incluso necesario que debe haber sido para apoyar las mentes desmayadas del pueblo de Dios. Deben haber estado dispuestos a aceptar las pr�cticas corruptas de los paganos, a menos que se les haya dado una sorprendente fortaleza mental durante un per�odo de setenta a�os.

Cuando se dice que se han sentado, esto denota un per�odo continuo de cautiverio, que no solo fueron arrancados de la vista de su pa�s natal, sino de una manera enterrada y sepultada. (179) El adverbio demostrativo de lugar, ??, simulacro, es enf�tico, estableciendo el tema, por as� decirlo, antes Los ojos del lector. Aunque el placer del pa�s, regado por las corrientes, podr�a haber tenido un efecto en calmar sus mentes abatidas, se nos dice que el pueblo del Se�or, mientras viv�an all�, estaba continuamente llorando. La part�cula ??, gam, incluso, se usa como intensiva, para hacernos saber que los verdaderos temidores del Se�or no podr�an ser tentados por todos los lujos de Babilonia para olvidar su herencia nativa. El lenguaje es tan �ntimo al mismo tiempo que no estaban tan abrumados por sus calamidades como para no reconocer en ellos el merecido chat de Dios, y que no eran responsables de luchar obstinadamente contra �l; porque las l�grimas son expresi�n de humildad y penitencia, as� como de angustia. Esto parece a�n m�s claro porque recordaban que era Si�n, lo que demuestra que lo que ten�a encanto para ellos no era ninguna ventaja de tipo mundano que pudieran disfrutar all�, sino la adoraci�n a Dios. Dios hab�a erigido su santuario como una bandera sobre el monte Si�n, para que con tanta frecuencia como lo miraran, pudieran estar seguros de su salvaci�n. Justo entonces y f�rtil como era la regi�n donde habitaban, con hechizos que pod�an corromper las mentes afeminadas, y mientras estaban 'detenidos en ella, las l�grimas, que pronto se secaron proverbialmente, nunca dejaron de fluir de sus ojos, porque estaban separados de la adoraci�n a Dios, a la que sol�an asistir, y sintieron que hab�an sido arrancados de la herencia de la promesa.

"Los ancianos de la hija de Sion si�ntate en el suelo y guarda silencio ". ( Lamentaciones 2:10)

�Encontramos a Judea�, dice Addison, �en varias monedas de Vespasiano y Tito en una postura que denota pena y cautiverio. No necesito mencionarla sentada en el suelo, porque ya hemos hablado de la idoneidad de tal postura para representar una aflicci�n extrema. Supongo que los romanos podr�an tener en cuenta las costumbres de la naci�n jud�a, as� como las de su propio pa�s, en las diversas se�ales de tristeza que han puesto en esta cifra. El salmista describe a los jud�os lamentando su cautiverio en la misma postura pensativa: "Junto a las aguas de Babilonia nos sentamos y lloramos, cuando te recordamos, oh Si�n". 2)

Versículo 2

2. Colgamos nuestras arpas sobre los sauces (180) Lamenta la suspensi�n del canciones de alabanza, que Dios hab�a ordenado en su templo. Los levitas se establecieron en el departamento de canto, y lideraron el camino entre las personas en este ejercicio devocional. Si se les pregunta c�mo hab�an llevado sus arpas con ellos tan lejos de su tierra natal, tenemos en esto otra prueba mencionada por el salmista de su fe y ferviente piedad, porque los levitas, cuando fueron despojados de todas sus fortunas, hab�an conservado sus arpas al menos como un mueble precioso, para ser dedicado a un uso anterior cuando se presentaba la oportunidad. Podemos suponer que aquellos que realmente temieron a Dios le dieron un gran valor a las reliquias de su adoraci�n, y mostraron el mayor cuidado en preservarlas, hasta el per�odo de su restauraci�n. (181) Cuando se mencionan sauces, esto denota la simpat�a de los bancos, que fueron plantados con sauces para refrescarse. Pero el salmista dice que estas sombras, aunque deliciosas, no pod�an disipar un dolor que estaba demasiado arraigado para admitir consuelos o refrescos comunes. Mientras se sentaban en las orillas de los r�os cubiertos con las sombras de los �rboles, este era el lugar donde podr�an haber estado tentados a tomar sus arpas y calmar sus penas con canciones; pero el salmista sugiere que sus mentes estaban demasiado heridas con la sensaci�n del disgusto del Se�or para enga�arse a s� mismas con esas fuentes ociosas de consuelo. Incluso ir�a m�s lejos e �ntimamente esa alegr�a de un tipo bueno y santo estaba suspendida en este momento. Si bien no fue correcto ni bien juzgado alentar su dolor, no podemos preguntarnos si el canto de alabanzas en p�blico se abandon� hasta su regreso del cautiverio, llamado como lo fueron por los castigos de Dios al duelo y lamentaci�n.

Versículo 3

3. Entonces los que nos llevaron cautivos, etc. Podemos estar seguros de que los israelitas fueron tratados con cruel severidad bajo esta b�rbara tiran�a a la que fueron sometidos. Y la peor aflicci�n de todas fue que sus conquistadores los insultaron con reproche e incluso se burlaron de ellos, ya que su intenci�n era menos herir los corazones de estos miserables exiliados que arrojar blasfemias sobre su Dios. Los babilonios no ten�an ning�n deseo de escuchar sus canciones sagradas, y muy probablemente no les habr�a hecho participar en las alabanzas p�blicas de Dios, pero hablan ir�nicamente y lo insin�an como un reproche a los levitas de que deben permanecer en silencio, cuando Era su costumbre antes de cantar canciones sagradas. �Est� su Dios muerto, como si hubieran dicho, a quien sus alabanzas se dirigieron anteriormente? O si �l se deleita en tus canciones, �por qu� no las cantas? La �ltima cl�usula del verso ha sido interpretada de diversas maneras por los int�rpretes. Algunos derivan ???????, tholalenu, del verbo ???, yalal, a aullar, leer: requer�an alegr�a en nuestros aullidos. Otros lo traducen suspensiones de alegr�a. (182) Algunos lo toman como un participio del verbo ???, halal, rabiar, y leer, furioso contra nosotros. Pero como ?????, talinu, la ra�z del sustantivo empleado aqu�, se toma en el verso anterior como que significa suspender, consider� la lectura que he adoptado como la m�s simple.

Versículo 4

4. �C�mo debemos cantar, etc.? El salmista pone una respuesta elevada y magn�nima en la boca del pueblo del Se�or a su reproche insolente, que es esto, que se abstuvieron de sus canciones, como de sus sacrificios legales, porque la tierra donde estaban ahora estaba contaminada. Los caldeos pensaban que los jud�os estaban obligados permanentemente a este lugar de su exilio; El salmista, cuando lo llama una tierra extranjera, sugiere que no era m�s que el lugar de su estancia temporal. Pero la idea principal es que Caldea no era digna del honor de que se cantaran las alabanzas de Dios. Sin duda, los hijos de Dios dondequiera que hayan vivido siempre han sido extra�os y extranjeros en el mundo, pero la tierra de Cana�n era el descanso sagrado que se les proporcionaba, y el salmista los describe como extranjeros y extranjeros cuando estaban en otros climas. . De esta manera, tendr�a que estar siempre listo y preparado para su regreso, haciendo cumplir t�citamente lo que Jerem�as hab�a profetizado, cuando, para evitar que olvidaran su pa�s natal, definitivamente hab�a predicho el tiempo durante el cual su exilio deber�a durar, (Jeremias 25:11; Jeremias 29:10.) Mientras tanto, los animar�a a la constancia y no les obligar�a a unirse con los babilonios por motivos de miedo. En nuestros d�as bajo el papado, por grande que sea el peligro al que se exponen los fieles al no conformarse con el ejemplo que los rodea, el Esp�ritu Santo utiliza una barrera como esta para separarlos de los cumplimientos pecaminosos. (183) Para aquellos, ya sean franceses, ingleses o italianos, que aman y practican la verdadera religi�n, incluso su pa�s natal es un clima extranjero cuando viven bajo Esa tiran�a. Y sin embargo, hay una distinci�n entre nosotros y el pueblo antiguo de Dios, porque en ese momento la adoraci�n a Dios estaba confinada en un solo lugar, pero ahora �l tiene su Templo donde dos o tres se encuentran en el nombre de Cristo, si se separan de todos. profesi�n id�latra, y mantener la pureza de la adoraci�n divina. El salmista, por el lenguaje que emplea, de ninguna manera despreciar�a todos los intentos de su parte para celebrar las alabanzas de Dios. Prefiere exhortarlos bajo su aflicci�n a esperar con paciencia hasta que se restablezca la libertad de adorar p�blicamente a Dios, diciendo 'sobre el asunto: hemos sido privados de nuestro Templo y sacrificios, deambulamos como exiliados en una tierra contaminada, y lo que queda pero que en memoria de nuestro estado marginado deber�amos suspirar y gemir por la liberaci�n prometida.

Versículo 5

5. Si te olvido, �oh Jerusal�n! Esto confirma lo que se dijo en el verso anterior, y no nos deja ninguna dificultad para entender lo que el salmista quiso decir con eso. Porque aqu� el pueblo de Dios declara, y con la solemnidad de un juramento, que el recuerdo de la ciudad santa siempre estar� grabado en sus corazones, y nunca, bajo ninguna circunstancia, borrado. Habiendo hablado de la canci�n y de los instrumentos musicales, el atractivo del salmista se hace en t�rminos que corresponden: que su mano buscar�a su astucia y su lengua se adherir�a al paladar o al paladar. El significado es , que el pueblo del Se�or, mientras llora bajo pruebas personales, deber�a verse a�n m�s profundamente afectado por las calamidades p�blicas que caen sobre la Iglesia, siendo 'razonable que el celo de la casa de Dios tenga el lugar m�s alto en nuestros corazones y se eleve por encima de todo meras consideraciones privadas. Algunos interpretan la segunda parte del sexto vers�culo: si esta no es mi principal alegr�a, ver a Jerusal�n una vez m�s en una condici�n floreciente. Otros - La alegr�a nunca entrar� m�s en mi coraz�n, hasta que me alegra la restauraci�n de la Iglesia. En mi opini�n, ambos significados se comprenden en las palabras del salmista. El uno no puede separarse del otro; porque si colocamos a Jerusal�n por encima de nuestra alegr�a principal, la altura de esta alegr�a debe surgir de la consideraci�n de su prosperidad, y, si este es el caso, el dolor que sentimos por sus calamidades ser� tal que efectivamente excluir� todas las alegr�as mundanas. .

Versículo 7

7. �Recuerda, oh Jehov�! los hijos de Edom Vengeance iban a ser ejecutados sobre las otras naciones vecinas que hab�an conspirado para destruir Jerusal�n, de modo que sin duda todos est�n incluidos aqu� bajo los hijos de Edom, que se especifican, un parr, en general, ya sea porque mostraron m�s odio y crueldad que el resto, o que los suyos no eran f�ciles de soportar, considerando que eran hermanos, y de una sola sangre, siendo la posteridad de Esa�, y que los israelitas, por mandato de Dios, hab�an salvado a los edomitas, cuando dedic� a todos junto a ellos a la destrucci�n. ( Deuteronomio 2:4.) Fue, por lo tanto, el colmo de la crueldad en ellos invitar a los babilonios a destruir a sus propios hermanos, o avivar las llamas de su hostilidad. Sin embargo, debemos notar que el salmista no irrumpe en estas terribles denuncias sin previo aviso, sino como el heraldo de Dios, para confirmar antiguas profec�as. Dios, tanto por Ezequiel como por Jerem�as, hab�a predicho que castigar�a a los edomitas, ( Ezequiel 25:13; Jeremias 49:7; y Lamentaciones 4:21) y Abd�as claramente da la raz�n , responsables de lo que se dice aqu�: que hab�an conspirado con los babilonios. ( Abd�as 1:11.) Sabemos que Dios ten�a la intenci�n de consolar y apoyar las mentes de las personas bajo una calamidad tan angustiosa, ya que la elecci�n de Jacob podr�a parecer frustrada, si sus descendientes ser tratado con impunidad de una manera tan b�rbara, por la posteridad de Esa�. El salmista reza, bajo la inspiraci�n del Esp�ritu, para que Dios pr�cticamente demuestre la verdad de esta predicci�n. Anti cuando dice: �Recuerda, oh Jehov�! �l le recordar�a al pueblo de Dios la promesa de fortalecer su creencia en su justicia vengativa, y hacerlos esperar el evento con paciencia y sumisi�n. Orar por venganza hubiera sido injustificable, si Dios no lo hubiera hecho a favor, y si la parte contra la cual fue buscada no hubiera sido reprobada e incurable; En cuanto a los dem�s, incluso a nuestros mayores enemigos, deber�amos desear su enmienda y reforma. El d�a de Jerusal�n, es un t�tulo dado por �l, y de frecuente ocurrencia en la Escritura, al tiempo de la visita, que ten�a un t�rmino divinamente designado y definido.

Versículo 8

8. �Oh hija de Babilonia (187) arras�! El salmista discierne el juicio venidero de Dios, aunque todav�a no es evidente, a simple vista de la fe, ya que el ap�stol bien llama a la fe "la contemplaci�n de lo que no se ve". ( Hebreos 11:1.) Por incre�ble que parezca que cualquier calamidad deber�a superar a un imperio tan poderoso como lo era Babilonia, e inexpugnable como generalmente se consideraba, �l ve en el cristal de la Palabra su destrucci�n y derrocar. �l llama a todo el pueblo de Dios a hacer lo mismo, y por fe desde la elevaci�n de los or�culos del cielo, para despreciar el orgullo de esa ciudad abandonada. Si las promesas divinas nos inspiran con esperanza y confianza, y el Esp�ritu de Dios atiende nuestras aflicciones al gobierno de su propia rectitud, levantaremos nuestras cabezas en las m�s bajas profundidades de aflicci�n a las que podemos estar orientados hacia el este, y nos gloriaremos en el hecho. que est� bien con nosotros en nuestras peores angustias, y que nuestros enemigos est�n dedicados a la destrucci�n. Al declarar que aquellos que son felices y que deben vengarse de los babilonios, no quiere decir que el servicio realizado por los medos y los persas, en s� mismo, se haya encontrado con la aprobaci�n de Dios; (188) porque fueron activados en la guerra por la ambici�n, la codicia insaciable y la rivalidad sin principios; pero declara que una guerra que se llev� a cabo bajo los auspicios de Dios, debe ser coronada con �xito. Como Dios hab�a decidido castigar a Babilonia, pronunci� una bendici�n sobre Ciro y Dar�o, mientras que Jerem�as (Jeremias 48:10) declara a aquellos malditos que deber�an hacer la obra del Se�or negligentemente, es decir, fallar en llevar a cabo en�rgicamente la obra de desolaci�n y destrucci�n, a lo que Dios los hab�a llamado como sus verdugos contratados. Puede parecer un sabor de crueldad, que desea que los ni�os tiernos e inocentes sean golpeados y destrozados en las piedras, pero no habla bajo el impulso del sentimiento personal, y solo emplea palabras que Dios mismo hab�a autorizado, para que esto no es m�s que la declaraci�n de un juicio justo, como cuando nuestro Se�or dice:

"Con lo que midan, se les medir� nuevamente". ( Mateo 7:2.)

Isa�as ( Isa�as 13:16) hab�a emitido una predicci�n especial en referencia a Babilonia, que el salmista sin duda tiene aqu� en sus ojos: "He aqu� que Dios ha afilado el hierro y doblado los arcos; env�a a los medos y los persas, que no considerar�n la plata y el oro; solo tendr�n sed de sangre ", etc.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Psalms 137". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/psalms-137.html. 1840-57.