Bible Commentaries
Romanos 3

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

1. Aunque Pablo ha demostrado claramente que la circuncisi�n desnuda no trajo nada a los jud�os, ya que no pod�a negar pero hab�a alguna diferencia entre los gentiles y los jud�os , que con ese s�mbolo les fue sellado por el Se�or, y dado que era inconsistente hacer una distinci�n, de la cual Dios era el autor, vac�o y sin ning�n momento, le quedaba eliminar tambi�n esta objeci�n. De hecho, era evidente que era una tonta gloria en la que los jud�os por este motivo se entregaban; sin embargo, a�n quedaba una duda sobre el dise�o de la circuncisi�n; porque el Se�or no lo habr�a designado si no se hubiera previsto alg�n beneficio. Por lo tanto, a modo de objeci�n, pregunta qu� fue lo que hizo al jud�o superior al gentil; y se une a una raz�n para esto con otra pregunta: �Cu�l es el beneficio de la circuncisi�n? Porque esto separ� a los jud�os de la clase com�n de hombres; era una pared divisoria, como Paul llama ceremonias, lo que mantuvo a las partes separadas.

Versículo 2

2. Mucho en todos los sentidos, etc .; eso es mucho. Comienza aqu� a dar al sacramento sus propios elogios; pero no reconoce que, por este motivo, los jud�os deber�an haber estado orgullosos; porque cuando ense�a que fueron sellados por el s�mbolo de la circuncisi�n, por el cual fueron contados los hijos de Dios, no permite que se vuelvan superiores a los dem�s por m�rito o m�rito propio, sino por la misericordia de Dios. . Si entonces se les considera hombres, �l muestra que estaban a la altura de los dem�s; pero si se toman en cuenta los favores de Dios, �l admite que pose�an lo que los hizo m�s eminentes que otros hombres.

Primero, de hecho, porque, confiados a ellos, etc. Algunos piensan que hay aqu� un per�odo inacabado, ya que establece lo que no completa despu�s. Pero la palabra primero no me parece una nota de n�mero, sino que significa principalmente �o especialmente, (88) y debe tomarse en este sentido: "Aunque solo fue esta cosa, que tienen los or�culos (89) de Dios comprometidos con ellos, podr�a considerarse suficiente para probar su superioridad". Y es digno de ser notado, que la ventaja de la circuncisi�n no est� hecha para consistir en el signo desnudo, sino que su valor se deriva de la palabra; porque Pablo pregunta aqu� qu� beneficio otorga el sacramento a los jud�os, y �l responde que Dios hab�a depositado con ellos el tesoro de la sabidur�a celestial. Por lo tanto, se deduce que, aparte de la palabra, no qued� excelencia. Por or�culos se refiere al pacto que Dios revel� primero a Abraham y a su posteridad, y luego sellado y desplegado por la ley y los Profetas.

Ahora los or�culos estaban comprometidos con ellos, con el prop�sito de preservarlos siempre y cuando le agradara al Se�or continuar su gloria entre ellos, y luego publicarlos durante el tiempo de su mayordom�a en todo el mundo: fueron los primeros depositarios, y En segundo lugar dispensadores. Pero si este beneficio fuera tan altamente estimado cuando el Se�or favoreci� a una naci�n solo con la revelaci�n de su palabra, nunca podremos reprobar lo suficiente nuestra ingratitud, quienes reciben su palabra con tanta negligencia o con tanto descuido, por no decir desd�n. .

Versículo 3

3. �Qu� pasar�a si algunos, etc.? Como antes, mientras consideraba a los jud�os como exultantes a simple vista, no les permiti� ni una chispa de gloria; as� que ahora, mientras considera la naturaleza del signo, testifica que su virtud (virtutem, eficacia) no se destruye, no, ni siquiera por su inconstancia. Como entonces parec�a haber insinuado antes que cualquier gracia que pudiera haber en el signo de la circuncisi�n, se hab�a desvanecido por completo por la ingratitud de los jud�os, ahora, anticipando una objeci�n, nuevamente pregunta qu� opini�n se formar�a de ella. Aqu� hay una especie de reticencia, ya que expresa menos de lo que pretend�a que se entendiera; porque �l realmente podr�a haber dicho que una gran parte de la naci�n hab�a renunciado al pacto de Dios; pero como esto hubiera sido muy irritante para los jud�os, mitig� su severidad y mencion� solo algunos.

Deber� su incredulidad, etc. ????????? es apropiadamente para dejar vac�o e ineficaz; Un significado m�s adecuado para este pasaje. Porque la pregunta de Pablo no es tanto si la incredulidad de los hombres neutraliza la verdad de Dios, de modo que no debe permanecer firme y constante en s� misma, sino si obstaculiza su efecto y realizaci�n en cuanto a los hombres. Entonces, el significado es: �Dado que la mayor�a de los jud�os rompen el pacto, �es tan abrogado el pacto de Dios por su p�rfido que no da fruto entre ellos? A esto responde que no puede ser que la verdad de Dios pierda su estabilidad por la maldad del hombre. Aunque la mayor parte hab�a anulado y pisoteado el pacto de Dios, a�n conservaba su eficacia y manifestaba su poder, no de hecho para todos, sino con respecto a unos pocos de esa naci�n: y entonces es eficaz cuando la gracia o el La bendici�n del Se�or sirve para la salvaci�n eterna. Pero esto no puede ser, excepto cuando la promesa se recibe por fe; porque es as� como se confirma un pacto mutuo en ambos lados. Luego quiere decir que algunos permanecieron en esa naci�n, quienes al continuar creyendo en la promesa, no se hab�an alejado de los privilegios del pacto.

Versículo 4

4. Pero que Dios sea verdadero, etc. Cualquiera que sea la opini�n de otros, considero esto como un argumento tomado de la consecuencia necesaria de lo que se opone a esto, por el cual Pablo invalida la objeci�n anterior. Ya que estas dos cosas est�n juntas, s�, necesariamente de acuerdo, que Dios es verdadero y que el hombre es falso, se deduce que la verdad de Dios no es anulada por la falsedad de los hombres; porque, salvo que ahora pusiera esas dos cosas en oposici�n, la una a la otra, despu�s habr�a trabajado en vano para refutar lo que era absurdo y mostrar c�mo Dios es justo, aunque manifiesta su justicia por nuestra injusticia. Por lo tanto, el significado no es en absoluto ambiguo: que la fidelidad de Dios est� tan lejos de ser anulada por la perfidia y la apostas�a de los hombres que, por lo tanto, se hace m�s evidente. "Dios", dice, "es cierto, no solo porque est� preparado para cumplir fielmente sus promesas, sino porque realmente cumple lo que declara; porque �l habla as�, que su orden se hace realidad. Por otro lado, el hombre es falso, no solo porque a menudo viola su fe prometida, sino porque naturalmente busca la falsedad y rechaza la verdad ".

La primera cl�usula contiene el axioma primario de toda filosof�a cristiana; este �ltimo se toma de Salmo 116:11, donde David confiesa que no hay nada seguro del hombre o del hombre.

Ahora, este es un pasaje notable y contiene un consuelo que es muy necesario; porque tal es la perversidad de los hombres al rechazar y despreciar la palabra de Dios, que su verdad a menudo se dudar�a si esto no se nos ocurriera, que la verdad de Dios no depende de la verdad del hombre. Pero, �c�mo coincide esto con lo que se ha dicho anteriormente: que para que la promesa divina sea efectiva, la fe que la recibe es necesaria por parte de los hombres? porque la fe se opone a la falsedad. Esto parece, de hecho, ser una pregunta dif�cil; pero puede ser respondido sin gran dificultad, y de esta manera: el Se�or, a pesar de las mentiras de los hombres, y aunque estos son obst�culos para su verdad, todav�a encuentra la manera de hacerlo a trav�s de un camino sin senderos, para que pueda salir un conquistador, y eso es, corrigiendo en sus elegidos la incredulidad endog�mica de nuestra naturaleza, y sometiendo a su servicio a aquellos que parecen ser invencibles. Debe agregarse que el discurso aqu� se refiere a la corrupci�n de la naturaleza, y no a la gracia de Dios, que es el remedio para esa corrupci�n.

Para que puedas ser justificado, etc. El sentido es: Hasta ahora, es que la verdad de Dios es destruida por nuestra falsedad e infidelidad, por lo que brilla y parece m�s evidente, seg�n el testimonio de David, quien dice que como era pecador, Dios era un Juez justo y justo en todo lo que determinaba que lo respetaba, y que superar�a todas las calumnias de los imp�os que murmuraban contra su justicia. Por las palabras de Dios, David se refiere a los juicios que pronuncia sobre nosotros; porque la aplicaci�n com�n de estos a las promesas es demasiado tensa: por lo tanto, la part�cula que no es tan final ni se refiere a una consecuencia exagerada, sino que implica una inferencia de acuerdo con este significado: �Contra ti he pecado; justamente entonces me castigas ". Y que Pablo ha citado este pasaje de acuerdo con el significado propio y real de David, queda claro por la objeci�n que se agrega de inmediato, "�C�mo ser� perfecta la justicia de Dios si nuestra iniquidad lo ilustra?" Porque en vano, como ya he observado, e irrazonablemente, Pablo ha llamado la atenci�n de sus lectores con esta dificultad, excepto que David quiso decir que Dios, en su maravillosa providencia, suscit� de los pecados de los hombres una alabanza a su propia justicia. La segunda cl�usula en hebreo es esta: "Y que puedas ser puro en tu juicio". cuya expresi�n no importa nada m�s que Dios, en todos sus juicios, es digno de alabanza, por mucho que los imp�os puedan clamar y luchar por sus quejas vergonzosamente para borrar su gloria. Pero Pablo ha seguido la versi�n griega, que respondi� a su prop�sito aqu� a�n mejor. De hecho, sabemos que los Ap�stoles al citar las Escrituras a menudo usaban un lenguaje m�s libre que el original; porque lo contaron lo suficiente como para citar lo que era adecuado para su tema: por lo tanto, no hicieron gran cuenta de las palabras.

La aplicaci�n de este pasaje es la siguiente: dado que todos los pecados de los mortales deben servir para ilustrar la gloria del Se�or, y dado que �l es especialmente glorificado por su verdad, se deduce que incluso la falsedad de los hombres sirve para confirmar en lugar de para subvertir su verdad. Aunque la palabra ????????? puede tomarse tanto activa como pasivamente, no obstante, los traductores griegos, sin duda, la tradujeron pasivamente, en contra del significado del Profeta. (91)

Los comentaristas, tanto antiguos como modernos, han diferido en el significado del verbo en cuesti�n. [Pareus], ??[Beza], [Macknight] y [Stuart], t�melo en un sentido activo; mientras que [Erasmo], [Grocio], [Venema] y otros, compiten por el significado pasivo. [Drusius], [Hammond] y [Doddridge] lo traducen como "cuando contestas en juicio" o "cuando eres llamado a juicio", y tal significado sin duda el verbo tiene seg�n Mateo 5:40 y 1 Corintios 6:1. Pero en este caso debe tenerse en cuenta, especialmente al significado que corresponde m�s cercano al hebreo original. Algunos han sostenido que "a tu juicio" ????? puede traducirse "al juzgarte"; pero esto no solo ser�a inusual y har�a que la oraci�n sea apenas inteligible, sino que tambi�n destruir�a el paralelismo evidente de las dos l�neas. Todo el verso puede ser literalmente traducido del hebreo, -

Contra ti, contra ti solo he pecado; Y el mal delante de tus ojos he hecho; Para que seas justificado en tus palabras, y claro en tus juicios.

La conjunci�n ???? admite ser renderizada de modo que; ver Salmo 30:12; Isa�as 41:20; Am�s 2:7; y ???? en muchos casos puede representarse as�; ver Lucas 2:35. Es lo que [Schleusner] designa ?????????, que significa el problema o el evento.

[Pareus] conecta el pasaje de manera diferente. Considera la primera parte del verso entre par�ntesis, o como especificando lo que generalmente se afirma en el verso anterior, el tercero; y con ese verso conecta este pasaje: para que la interpretaci�n de los dos versos sea la siguiente:

3. Reconozco por mi transgresi�n, y mi pecado est� continuamente delante de m�, -

4. (Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos), para que puedas justificarte en tus palabras, y claro en tu juicio.

Esto es una certeza m�s probable que lo que [Vatablus] y [Houbigant] proponen, quienes conectan el pasaje con el segundo verso, "L�vame a fondo", etc. Pero el sentido dado por [Calvino] es el m�s satisfactorio - Ed.

Versículo 5

5 Pero si nuestra injusticia, etc. Aunque esto es una digresi�n del tema principal, a�n era necesario que el Ap�stol lo introdujera, para que no parezca Dar a los mal dispuestos una ocasi�n para hablar mal, que �l sab�a que ser�a f�cilmente agarrado por ellos. Ya que estaban esperando cada oportunidad para difamar el evangelio, ten�an, en el testimonio de David, lo que podr�an haber tomado con el prop�sito de fundar una calumnia: "Si Dios no busca nada m�s que ser glorificado por los hombres, �Por qu� los castiga cuando ofenden, ya que al ofender lo glorifican? Sin causa, seguramente se ofende si deduce la raz�n de su disgusto de aquello por lo cual es glorificado �. De hecho, no hay duda, pero de que se trataba de una calumnia ordinaria, y en todas partes com�n, como se ver� en la actualidad. Por lo tanto, Pablo no pudo haberlo pasado encubierto; pero que nadie deber�a pensar que �l expres� los sentimientos de su propia mente, �l cree que asume la persona del imp�o; y al mismo tiempo, toca bruscamente, con una sola expresi�n, la raz�n humana; cuya obra, como �l insin�a, es siempre ladrar contra la sabidur�a de Dios; porque �l dice no "seg�n el imp�o", sino "seg�n el hombre" o como hombre. Y as� es, porque todos los misterios de Dios son paradojas para la carne: y al mismo tiempo posee tanta audacia que teme no oponerse a ellos e insolentemente atacar lo que no puede comprender. Por lo tanto, se nos recuerda que si deseamos ser capaces de comprenderlos, debemos trabajar especialmente para liberarnos de nuestra propia raz�n (proprio sensu) y renunciar a nosotros mismos, y someternos sin reservas a su palabra. - La palabra ira, tomada aqu� para juicio, se refiere al castigo; como si dijera: "�Es injusto Dios, quien castiga esos pecados que exponen su justicia?"

Versículo 6

6. De ninguna manera, etc. Al comprobar esta blasfemia, no da una respuesta directa a la objeci�n, sino que comienza expresando su aborrecimiento, por temor a que el cristiano La religi�n deber�a incluso parecer absurdos tan grandiosos. Y esto es m�s importante que si adoptara una simple negaci�n; porque �l implica, que esta expresi�n imp�a merec�a ser vista con horror, y no ser escuchada. Actualmente se une a lo que se puede llamar una refutaci�n indirecta; porque �l no refuta claramente la calumnia, sino que solo da esta respuesta: que la objeci�n era absurda. Adem�s, toma un argumento de un oficio que le pertenece a Dios, por el cual demuestra que es imposible: Dios juzgar� al mundo; entonces no puede ser injusto.

Este argumento no se deriva, por as� decirlo, del mero poder de Dios, sino de su poder ejercido, que brilla en toda la disposici�n y el orden de sus obras; como si dijera: "Es obra de Dios juzgar al mundo, es decir, rectificarlo por su propia justicia y reducir al mejor orden lo que sea que est� fuera de lugar: no puede determinar nada injustamente . " Y parece aludir a un pasaje registrado por Mois�s, en G�nesis 18:25, donde se dice que cuando Abraham or� a Dios para que no librara a Sodoma por completo a la destrucci�n, habl� con este prop�sito:

"No es justo que t�, quien eres para juzgar la tierra, debas destruir a los justos con los imp�os: porque este no es tu trabajo ni puede ser hecho por ti".

Una declaraci�n similar se encuentra en Job 34:17, -

"�Deber�a el que odia el juicio ejercer el poder?"

Porque aunque se encuentran entre los hombres jueces injustos, esto sucede porque usurpan la autoridad contraria a la ley y al derecho, o porque son criados desconsideradamente a esa eminencia, o porque se degeneran de s� mismos. Pero no hay nada de este tipo con respecto a Dios. Dado que, por naturaleza, es juez, debe ser que es justo, porque no puede negarse a s� mismo. Pablo luego prueba de lo que es imposible, que Dios es absurdamente acusado de injusticia; porque a �l pertenece peculiar y naturalmente el trabajo de gobernar justamente el mundo. Y aunque lo que Pablo ense�a se extiende al gobierno constante de Dios, sin embargo, permito que tenga una referencia especial al juicio final; para entonces solo tendr� lugar una restauraci�n real del orden justo. Pero si desea una refutaci�n directa, mediante la cual se puedan controlar las cosas profanas de este tipo, tome esto y diga: "Que no se trata de lo que es la injusticia, que la justicia de Dios se vuelve m�s ilustre, sino que nuestra maldad es tan superada por la bondad de Dios, que est� dirigido a servir a un fin diferente al que tiende ".

Versículo 7

7. Si efectivamente (92) la verdad de Dios, etc. Esta objeci�n, yo no dudes, se aduce en la persona del imp�o; porque es una especie de explicaci�n del verso anterior, y hubiera estado relacionado con �l, si el Ap�stol no se hubiera movido con indignaci�n, hubiera roto la oraci�n en el medio. El significado de la objeci�n es: "Si por nuestra infidelidad la verdad de Dios se hace m�s evidente y confirmada, y por lo tanto, m�s gloria le es a �l, no es justo que �l, quien sirve para mostrar la gloria de Dios , debe ser castigado como pecador ". (93)

Versículo 8

8. Y no, etc. Esta es una oraci�n el�ptica, en la que se debe entender una palabra. Estar� completo, si lo lees as�, "y por qu� no se dice m�s bien (como se nos reprocha, etc.) que debemos hacer lo malo para que vengan cosas buenas". Pero el ap�stol se digna a no responder a la calumnia; que a�n podemos verificar por la raz�n m�s s�lida. La pretensi�n, de hecho, es esta: "Si Dios es glorificado por nuestra iniquidad, y si el hombre no puede hacer nada en esta vida m�s apropiado que promover la gloria de Dios, entonces pecamos para avanzar en su gloria". Ahora la respuesta a esto es evidente: "Que el mal por s� mismo no puede producir otra cosa que maldad; y que la gloria de Dios se ilustra a trav�s de nuestro pecado, no es la obra del hombre, sino la obra de Dios; quien, como trabajador maravilloso, sabe c�mo vencer nuestra maldad y convertirla en otro fin, para volverla contraria a lo que pretendemos, para promover su propia gloria ". Dios nos ha prescrito el camino por el cual �l mismo tendr�a que ser glorificado por nosotros, incluso por la verdadera piedad, que consiste en la obediencia a su palabra. El que salta este l�mite no se esfuerza por honrar a Dios, sino por deshonrarlo. Resulta que debe ser atribuido a la Providencia de Dios, y no a la maldad del hombre; a trav�s del cual no se ve, que la majestad de Dios no est� herida, es decir, totalmente derrocada (94)

(Como se nos reprocha), etc. Dado que Pablo habla tan reverentemente de los juicios secretos de Dios, es una maravilla que sus enemigos hayan ca�do en tal desenfreno como para calumniarlo, pero nunca ha habido tanta reverencia y seriedad. por los siervos de Dios como para ser suficientes para controlar las lenguas impuras y virulentas. Entonces, no es algo nuevo, que los adversarios en este d�a cargan con tantas acusaciones falsas y hacen odiosa nuestra doctrina, que nosotros mismos sabemos que es el evangelio puro de Cristo, y todos los �ngeles, as� como los fieles, son nuestros testigos Nada puede ser imaginado m�s monstruoso que lo que leemos aqu� fue puesto a cargo de Paul, hasta el final, para que su predicaci�n pudiera ser odiosa para los inexpertos. Entonces, soportemos este mal, cuando los imp�os abusen de la verdad que predicamos con sus calumnias: ni dejemos, por este motivo, constantemente de defender su genuina confesi�n, en la medida en que tiene el poder suficiente para aplastar y disipar su falsedades Al mismo tiempo, de acuerdo con el ejemplo del Ap�stol, opongamos, tanto como podamos, a todas las sutilezas maliciosas (tecnis - manualidades, artima�as) que la base y los abandonados no pueden, sin alg�n control, hablar mal de nuestro creador

Cuyo juicio es justo. Algunos toman esto en un sentido activo, ya que significa que Pablo hasta el momento les da su consentimiento, que lo que objetaron fue absurdo, para que la doctrina del evangelio no se considere relacionada con tales paradojas: pero apruebo m�s significado pasivo porque no hubiera sido adecuado simplemente expresar una aprobaci�n de tal maldad, que, por el contrario, merec�a ser severamente condenada; y esto es lo que Paul me parece haber hecho. Y su perversidad se conden�, por dos razones, - primero, porque esta impiedad hab�a ganado el asentimiento de sus mentes; y en segundo lugar, porque, al traducir el evangelio, se atrevieron a sacar de �l su calumnia.

Versículo 9

9. �Qu� entonces? Regresa de su digresi�n a su tema. Porque para que los jud�os no objeten que se les priv� de su derecho, como �l mencion� esas distinciones de honor, por las cuales se cre�an superiores a los gentiles, ahora responde por completo a la pregunta: �en qu� aspecto sobresalieron a los gentiles? Y aunque parece que su respuesta parece ir en contra de lo que hab�a dicho antes (porque ahora despoja a aquellos de toda dignidad a quienes hab�a atribuido tanto) todav�a no hay discordia; porque esos privilegios en los que les permit�a ser eminentes, estaban separados de s� mismos y depend�an de la bondad de Dios, y no de su propio m�rito; pero aqu� indaga acerca de su propia val�a, si podr�an gloriarse en alg�n aspecto de s� mismos . Por lo tanto, las dos respuestas que da est�n tan de acuerdo que la una se sigue de la otra; porque mientras ensalza sus privilegios, al incluirlos entre los beneficios gratuitos de Dios, muestra que no ten�an nada propio. Por lo tanto, lo que ahora responde podr�a haberse inferido f�cilmente; ya que era su superioridad principal, que los or�culos de Dios fueron depositados con ellos, y no lo ten�an por su propio m�rito, no les quedaba nada, por lo cual pod�an glorificarse ante Dios. Ahora marque la invenci�n sagrada (sanctum artificialium) que adopta; porque cuando les atribuye preeminencia, habla en tercera persona; pero cuando los despoja de todas las cosas, se pone entre ellos para evitar ofender.

Porque antes hemos presentado una acusaci�n, etc. El verbo griego que adopta Pablo, ????????? es propiamente un t�rmino forense; y, por lo tanto, he preferido presentarlo: "Hemos presentado un cargo"; (96) para un acusador en una acci�n se dice que acusa un delito, que est� preparado para corroborar mediante testimonios y otras pruebas. Ahora el Ap�stol hab�a convocado a toda la humanidad universalmente ante el tribunal de Dios, para que pudiera incluir a todos bajo la misma condena: y no tiene ning�n prop�sito que nadie se oponga, y diga que el Ap�stol aqu� no solo presenta una acusaci�n, sino m�s especialmente lo prueba; porque una carga no es cierta, excepto que depende de evidencias s�lidas y fuertes, de acuerdo con lo que dice Cicer�n, quien, en cierto lugar, distingue entre una carga y una calumnia. Debemos agregar que estar bajo pecado significa que estamos justamente condenados como pecadores ante Dios, o que estamos bajo la maldici�n que se debe al pecado; porque as� como la justicia trae consigo la absoluci�n, as� el pecado es seguido por la condenaci�n.

Versículo 10

10. Como est� escrito, etc. Hasta ahora ha utilizado pruebas o argumentos para convencer a los hombres de su iniquidad; ahora comienza a razonar desde la autoridad; y es para los cristianos el tipo de prueba m�s fuerte, cuando la autoridad se deriva del �nico Dios verdadero. Y de ah� que los maestros eclesi�sticos aprendan cu�l es su oficio; porque dado que Pablo afirma aqu� no hay m�s verdad que lo que confirma con el testimonio seguro de la Escritura, mucho menos deber�an intentarlo quienes no tienen otra comisi�n que predicar el evangelio, que han recibido a trav�s de Pablo y otros.

No hay justos, etc. El Ap�stol, que da el significado en lugar de las palabras enteras, parece, en primer lugar, antes de llegar a los detalles, declarar en general la sustancia de lo que el Profeta declara ser en el hombre, y que es que ninguno es justo; (98) luego enumera particularmente los efectos o frutos de esta injusticia.

El und�cimo verso ( Romanos 3:11) es del mismo salmo; el hebreo, con el cual la Septuaginta est� de acuerdo, excepto que existe el disyuntivo ? entre los participios, es el siguiente: "Si hay alguien que entiende, que busca a Dios". - Ed.

Versículo 11

11. El primer efecto es que no hay nadie que entienda: y luego esta ignorancia se prueba de inmediato, porque no buscan a Dios; porque vac�o est� el hombre en quien no hay conocimiento de Dios, cualquiera que sea el otro aprendizaje que pueda poseer; s�, las ciencias y las artes, que en s� mismas son buenas, son cosas vac�as, cuando no tienen esta base.

Versículo 12

12. Se agrega, (99) No hay nadie que haga bondad con esto debemos entender que hab�an pospuesto todos los sentimientos de humanidad. Porque como el mejor v�nculo de concordia mutua entre nosotros es el conocimiento de Dios, (como �l es el Padre com�n de todos, nos une maravillosamente, y sin �l no hay nada m�s que desuni�n), as� que la inhumanidad com�nmente sigue donde hay ignorancia de Dios, como todos, cuando desprecia a los dem�s, ama y busca su propio bien.

Versículo 13

13. Adem�s, su garganta es una tumba abierta; (100) es decir, un abismo para tragarse a los hombres. Es m�s que si hubiera dicho que eran devoradores (????????????? - hombres-comedores;) porque es una indicaci�n de extrema barbaridad, cuando se dice que la garganta es un abismo tan grande, que es suficiente tragar y devorar hombres enteros y enteros. Sus lenguas son enga�osas y, el veneno de los asps est� bajo sus labios, importa lo mismo,

Versículo 14

14. Luego dice que su boca est� llena de maldiciones y amargura (101) - un vicio de car�cter opuesto al anterior; pero el significado es que est�n llenos de maldad en todos los sentidos; porque si hablan bien, enga�an y mezclan veneno con sus halagos; pero si extraen lo que tienen en sus corazones, la amargura y la maldici�n fluyen.

Versículo 16

16. Muy sorprendente es la oraci�n que se agrega de Isa�as, la ruina y la miseria son en todos sus sentidos; (102) porque es una representaci�n de la ferocidad por encima de la medida b�rbara, que produce soledad y desperdicio al destruir todo lo que prevalece: es lo mismo que la descripci�n que Plinio da de Domitiano.

Versículo 17

17. De ello se deduce: El camino de la paz que no conocieron: est�n tan acostumbrados al saqueo, los actos de violencia y el mal, a la salvajismo y la crueldad, que No s� c�mo actuar con amabilidad y cortes�a.

Versículo 18

18. En la �ltima cl�usula (103) repite nuevamente, en otras palabras, qu� Hemos notado al principio, que toda maldad fluye de un desprecio de Dios: porque como la parte principal de la sabidur�a es el temor de Dios, cuando nos apartamos de eso, no queda en nosotros nada correcto o puro. En resumen, como es una brida para frenar nuestra maldad, entonces, cuando es necesario, nos sentimos en libertad de complacer todo tipo de libertinaje.

Y para que estos testimonios no parezcan haber sido producidos de manera inadecuada, consideremos cada uno de ellos en relaci�n con los pasajes de los que han sido tomados. David dice en Salmo 14:1, que hab�a tanta perversidad en los hombres, que Dios, al mirarlos a todos en sus diferentes condiciones, no pudo encontrar un hombre justo, no, ninguno. Entonces se deduce que este mal impregna la humanidad universalmente; porque nada est� oculto a la vista de Dios. �l habla de hecho al final del Salmo de la redenci�n de Israel: pero ahora mostraremos c�mo los hombres se vuelven santos, y hasta qu� punto est�n exentos de esta condici�n. En los otros Salmos, habla de la traici�n de sus enemigos, mientras exhib�a en s� mismo y en sus descendientes un tipo del reino de Cristo: por lo tanto, tenemos en sus adversarios a los representantes de todos aquellos que est�n alienados de Cristo. No guiado por su Esp�ritu. Isa�as menciona expresamente a Israel; y por lo tanto su cargo se aplica con una fuerza a�n mayor contra los gentiles. �Entonces que? No hay duda de que el car�cter de los hombres se describe en esas palabras, para que podamos ver qu� es el hombre cuando se lo deja solo; porque las Escrituras testifican que todos los hombres est�n en este estado, que no son regenerados por la gracia de Dios. La condici�n de los santos no ser�a nada mejor, si no se corrigiera esta depravaci�n en ellos: y que a�n puedan recordar que, por naturaleza, no se diferencian de los dem�s, s� encuentran en las reliquias de su carne (que siempre los abarca). las semillas de esos males, que constantemente producir�an frutos, no se evitar�an al mortificarse; y por esta mortificaci�n est�n en deuda con la misericordia de Dios y no con su propia naturaleza. Podemos agregar que, aunque todos los vicios aqu� enumerados no se encuentran de manera visible en cada individuo, sin embargo, pueden atribuirse justa y verdaderamente a la naturaleza humana, como ya hemos observado en Romanos 1:26.

Hay una diferencia de opini�n en cuanto al objeto preciso del Ap�stol; si en estas citas solo se refer�a a los jud�os, o tanto a los jud�os como a los gentiles. En la introducci�n, Romanos 3:9, �l menciona ambos, y en la conclusi�n, Romanos 3:19, evidentemente se refiere a ambos, en estas palabras, "que cada boca puede ser detenida, y todo el mundo puede volverse culpable ante Dios ".

La opini�n m�s consistente parece ser que los pasajes citados se refieren tanto a jud�os como a gentiles; el �ltimo, m�s especialmente, a los jud�os, mientras que algunos de los anteriores tienen una referencia especial al mundo gentil, particularmente Salmo 14, ya que describe el car�cter de los enemigos de Dios y su pueblo, a cuyo La liberaci�n del salmista se refiere en el �ltimo verso. - Ed.

Versículo 19

19. Ahora sabemos, etc. Dejando a los gentiles, claramente dirige sus palabras a los jud�os; porque tuvo un trabajo mucho m�s dif�cil al someterlos, porque ellos, aunque no menos desprovistos de la verdadera justicia que los gentiles, se cubrieron con el manto del pacto de Dios, como si fuera una santidad suficiente para ellos haber sido separados de El resto del mundo por la elecci�n de Dios. Y, de hecho, menciona esas evasiones que �l entendi� bien que los jud�os estaban listos para presentar; porque lo que se dec�a en la ley desfavorablemente de la humanidad, generalmente se aplicaban a los gentiles, como si estuvieran exentos de la condici�n com�n de los hombres, y sin duda lo habr�an sido, si no hubieran ca�do de su propia dignidad. Por lo tanto, que ninguna falsa vanidad en cuanto a su propia dignidad deber�a ser un obst�culo para ellos, y que no podr�an limitar a los gentiles solo lo que se les aplica en com�n con los dem�s, Pablo aqu� los anticipa y muestra, seg�n lo que declaran las Escrituras, que no solo se mezclaron con la multitud, sino que esa condena fue particularmente denunciada en ellos. Y de hecho vemos la discreci�n del Ap�stol al comprometerse a refutar estas objeciones; porque �a qui�n sino a los jud�os se les hab�a dado la ley, y a cuya instrucci�n sino a la suya deber�a haberle servido? Entonces, lo que dice respecto a los dem�s es como si fuera accidental; o como dicen, ????????, un ap�ndice; pero aplica su ense�anza principalmente a sus propios disc�pulos.

Seg�n la ley, dice que los jud�os eran aquellos a quienes estaba destinada la ley, por lo tanto, se deduce que los considera especialmente; y bajo la palabra ley, �l incluye tambi�n a los Profetas, y as� todo el Antiguo Testamento: para que toda boca pueda ser detenida, etc .; es decir, que toda evasi�n puede ser cortada, y cada ocasi�n como excusa. Es una met�fora tomada de los tribunales de justicia, donde el acusado, si tiene algo que defender como defensa legal, exige permiso para hablar, para poder liberarse de las cosas que se le imputan; pero si es condenado por su propia conciencia, permanece en silencio, y sin decir una palabra espera su condena, incluso siendo condenado por su propio silencio. Del mismo significado es este dicho en Job 40:4, "pondr� mi mano sobre mi boca". De hecho, dice que aunque no estaba completamente sin alg�n tipo de excusa, dejar�a de justificarse y se someter�a a la sentencia de Dios. La siguiente cl�usula contiene la explicaci�n; porque su boca est� detenida, quien es tan r�pido retenido por la sentencia de condena, que de ninguna manera puede escapar. Seg�n otro sentido, estar en silencio ante el Se�or es temblar ante su majestad y permanecer mudo, asombrado por su brillo. (105)

Versículo 20

20. Por lo tanto, por las obras de la ley, etc. Es una duda, incluso entre los eruditos, lo que significan las obras de la ley. Algunos los extienden a la observancia de toda la ley, mientras que otros los confinan solo a las ceremonias. La adici�n de la palabra ley indujo a [Cris�stomo], [Origen] y [Jer�nimo] a asentir a la �ltima opini�n; (106) porque pensaron que hay una insinuaci�n peculiar en este ap�ndice, que la expresi�n no debe entenderse como que incluye todas las obras. Pero esta dificultad puede eliminarse muy f�cilmente: ya que al ver las obras est�n tan lejos ante Dios cuando buscamos por ellos rendirle adoraci�n y obediencia, a fin de quitarle expresamente el poder de justificar todas las obras, �l ha mencionado esas, si hay alguno, que posiblemente pueda justificar; porque la ley tiene promesas, sin las cuales no habr�a valor en nuestras obras ante Dios. Por lo tanto, usted ve la raz�n por la cual Pablo mencion� expresamente las obras de la ley; porque es por ley que una recompensa se distribuye a las obras. Tampoco era desconocido para los escolares, quienes lo sosten�an como una m�xima aprobada y com�n, que las obras no tienen valor intr�nseco, sino que se vuelven meritorias por pacto. Y aunque se equivocaron, ya que no vieron que las obras est�n contaminadas con vicios, lo que los priva de cualquier m�rito, este principio sigue siendo cierto, que la recompensa por las obras depende de la promesa libre de la ley. Sabiamente y con raz�n, Pablo habla aqu�; porque no habla de simples obras, sino que se refiere clara y expresamente al cumplimiento de la ley, el tema que est� discutiendo. (107)

En cuanto a aquellas cosas que han sido aducidas por hombres eruditos en defensa de esta opini�n, son m�s d�biles de lo que podr�an haber sido. Piensan que al mencionar la circuncisi�n, se propone un ejemplo, que pertenec�a solo a las ceremonias: pero por qu� Pablo mencion� la circuncisi�n, ya lo hemos explicado; porque ninguno se hincha m�s con confianza en las obras que los hip�critas, y sabemos que se glor�an solo en m�scaras externas; y luego la circuncisi�n, seg�n su punto de vista, era una especie de iniciaci�n a la justicia de la ley; y por lo tanto les parec�a una obra de excelencia primaria, y de hecho la base, por as� decirlo, de la justicia de las obras. - Tambi�n alegan lo que se dice en la Ep�stola a los G�latas, donde Pablo maneja el mismo tema, y ??se refiere solo a ceremonias; pero eso tampoco es lo suficientemente fuerte como para respaldar lo que desean defender. Es cierto que Pablo tuvo una controversia con aquellos que inspiraron a la gente con una falsa confianza en las ceremonias; para poder cortar esta confianza, no se limit� a las ceremonias, ni habl� espec�ficamente de qu� valor ten�an; pero incluy� toda la ley, como es evidente a partir de esos pasajes que se derivan de esa fuente. Tal tambi�n fue el car�cter de la disputa sostenida en Jerusal�n por los disc�pulos.

Pero sostenemos, no sin raz�n, que Pablo habla aqu� de toda la ley; porque estamos muy apoyados por el hilo de razonamiento que hasta ahora ha seguido y sigue siguiendo, y hay muchos otros pasajes que no nos permitir�n pensar de otra manera. Por lo tanto, es una verdad, que merece ser recordada como la primera en importancia, que al guardar la ley nadie puede alcanzar la justicia. Antes hab�a asignado la raz�n, y la repetir� nuevamente en el presente, y es que todos, al ser un hombre culpable de transgresi�n, est�n condenados por la injusticia por la ley. Y estas dos cosas, estar justificadas por las obras, y ser culpables de transgresiones (como mostraremos m�s a medida que avanzamos) son totalmente inconsistentes entre s�. - La palabra carne, sin alguna especificaci�n particular, significa hombres; (108) aunque parece transmitir un significado algo m�s general, ya que es m�s expresivo decir "Todos los mortales" que decir "Todos los hombres ", Como puede ver en Gallius.

Porque por la ley, etc. �l razona de lo que es de un car�cter opuesto, que la justicia no nos es tra�da por la ley, porque nos convence de pecado y nos condena; porque la vida y la muerte no proceden de la misma fuente. Y como �l deduce del efecto contrario de la ley, que no puede conferirnos justicia, h�ganos saber, que el argumento de otra manera no es v�lido, excepto que consideramos esto como una circunstancia inseparable e invariable, eso al mostrarle al hombre Su pecado, corta la esperanza de salvaci�n. De hecho, es en s� mismo, ya que nos ense�a lo que es la justicia, el camino a la salvaci�n: pero nuestra depravaci�n y corrupci�n nos impiden tener alguna ventaja a este respecto. Tambi�n es necesario, en segundo lugar, agregar esto: que cualquiera que se considere pecador, est� privado de justicia; porque idear con los sofistas una clase de justicia medio, de modo que las obras en parte justifiquen, es fr�volo: pero no se gana nada a este respecto, a causa de la corrupci�n del hombre.

Para refutar esta noci�n es suficiente notar los pecados a los que el Ap�stol se hab�a referido; no son los que est�n en contra de la ley ceremonial sino moral, y es porque la ley moral es transgredida que no puede justificar.

�Si hay alguna ley que el hombre haya cumplido perfectamente, sin duda puede estar justificado por ella; y seguramente ning�n hombre puede ser justificado por una ley que lo condene por violarla. Pero no hay ley de Dios que ning�n hombre haya guardado; por lo tanto, ninguna ley por los hechos de los cuales un hombre puede ser justificado. El gentil viol� la ley de su raz�n y conciencia; el jud�o viol� la ley moral; e incluso el intento de justificarse observando la ley ceremonial, contradec�a la naturaleza misma y la intenci�n de la misma �. - [Scott]

Versículo 21

21. Pero ahora sin la ley, etc. No es seguro por qu� raz�n distinta �l llama la justicia de Dios, que obtenemos por fe; ya sea porque solo puede estar delante de Dios, o porque el Se�or en su misericordia nos lo confiere. Como ambas interpretaciones son adecuadas, no competimos por ninguna. Esta justicia, que Dios comunica al hombre, y acepta sola, y posee como justicia, ha sido revelada, dice, sin la ley, sin la ayuda de la ley; y la ley debe entenderse como obras de significado; porque no es apropiado referir esto a su ense�anza, que �l inmediatamente aduce como testigo de la justicia gratuita de la fe. Algunos lo limitan a ceremonias; pero este punto de vista ahora demostrar� que es poco s�lido y fr�gido. Deber�amos entonces saber que los m�ritos de las obras est�n excluidos. Tambi�n vemos que �l no combina obras con la misericordia de Dios; pero habiendo quitado y eliminado por completo toda confianza en las obras, establece la misericordia solo.

No es desconocido para m�, que [Agust�n] da una explicaci�n diferente; porque �l piensa que la justicia de Dios es la gracia de la regeneraci�n; y esta gracia permite que seamos libres, porque Dios nos renueva, cuando no es digno, por su Esp�ritu; y de esto excluye las obras de la ley, es decir, aquellas obras por las cuales los hombres mismos se esfuerzan, sin renovaci�n, en hacer que Dios se endeude con ellos. (Deum promereri - para obligar a Dios). Tambi�n s� muy bien que algunos especuladores nuevos aducen con orgullo este sentimiento, como si se les revelara en este d�a. Pero que el Ap�stol incluye todas las obras sin excepci�n, incluso las que el Se�or produce en su propio pueblo, es evidente por el contexto.

Sin duda, Abraham fue regenerado y dirigido por el Esp�ritu de Dios en el momento en que neg� que las obras lo justificaran. Por lo tanto, excluy� de la justificaci�n del hombre, no solo funciona moralmente bien, como com�nmente los llaman, y como lo hace el impulso de la naturaleza, sino tambi�n todos aquellos que incluso los fieles pueden realizar. (110) Nuevamente, dado que esta es una definici�n de la justicia de la fe, "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas", no hay ninguna duda sobre este o aquel tipo de trabajo; pero al ser abolido el m�rito de las obras, solo la remisi�n de los pecados se establece como la causa de la justicia.

Piensan que estas dos cosas concuerdan bien: que el hombre est� justificado por la fe por la gracia de Cristo, y que todav�a est� justificado por las obras, que proceden de la regeneraci�n espiritual; porque Dios nos renueva gratuitamente, y tambi�n recibimos su regalo por fe. Pero Pablo adopta un principio muy diferente: que las conciencias de los hombres nunca se tranquilizar�n hasta que se acuesten solo de la misericordia de Dios. (111) Por lo tanto, en otro lugar, despu�s de habernos ense�ado que Dios est� en Cristo justificando a los hombres, expresa la manera, "no imput�ndoles pecados ". De la misma manera, en su Ep�stola a los G�latas, �l pone la ley en oposici�n a la fe con respecto a la justificaci�n; porque la ley promete vida a quienes hacen lo que ordena ( G�latas 3:12;) y requiere no solo la ejecuci�n externa de las obras, sino tambi�n un sincero amor a Dios. Por lo tanto, se deduce que en la justicia de la fe, no se permite ning�n m�rito de obras. Entonces parece evidente, que no es m�s que un sofisma fr�volo decir que somos justificados en Cristo, porque somos renovados por el Esp�ritu, en la medida en que somos miembros de Cristo, que somos justificados por la fe, porque somos unidos por la fe al cuerpo de Cristo, que somos justificados libremente, porque Dios no encuentra nada en nosotros excepto el pecado.

Pero estamos en Cristo porque estamos fuera de nosotros mismos; y justificado por la fe, porque debemos recordar solo la misericordia de Dios y sus promesas gratuitas; y libremente, porque Dios nos reconcilia consigo mismo al enterrar nuestros pecados. Tampoco puede limitarse esto al comienzo de la justificaci�n, como sue�an; para esta definici�n - "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas" - era aplicable a David, despu�s de haber ejercido durante mucho tiempo al servicio de Dios; y Abraham, treinta a�os despu�s de su llamado, aunque era un notable ejemplo de santidad, a�n no ten�a obras por las cuales pudiera glorificarse ante Dios, y por lo tanto su fe en la promesa le fue imputada por justicia; y cuando Pablo nos ense�a que Dios justifica a los hombres al no imputar sus pecados, cita un pasaje que se repite diariamente en la Iglesia. A�n m�s, la conciencia, por la cual estamos perturbados por el puntaje de las obras, desempe�a su cargo, no solo por un d�a, sino que contin�a haci�ndolo durante toda la vida. Por lo tanto, se deduce que no podemos permanecer, incluso hasta la muerte, en un estado justificado, excepto que solo miramos a Cristo, en quien Dios nos ha adoptado, y ahora nos considera aceptados. Por lo tanto, tambi�n se confunde su sofister�a, que nos acusa falsamente de afirmar que, seg�n las Escrituras, solo estamos justificados por la fe, mientras que la palabra exclusiva no se encuentra en ninguna parte de las Escrituras. Pero si la justificaci�n no depende ni de la ley ni de nosotros mismos, �por qu� no deber�a atribuirse a la misericordia sola? y si es solo por misericordia, es solo por fe.

La part�cula ahora puede tomarse de manera adversa, y no con referencia al tiempo; como a menudo usamos ahora para but. (112) Pero si prefiere considerarlo como un adverbio del tiempo, lo admito de buena gana, para que no haya lugar para sospechar una evasi�n; sin embargo, la abrogaci�n de las ceremonias por s� sola no debe entenderse; porque era solo el dise�o del Ap�stol ilustrar mediante una comparaci�n la gracia por la cual sobresalimos a los padres. Entonces el significado es que al predicar el evangelio, despu�s de la aparici�n de Cristo en la carne, se revel� la justicia de la fe. Sin embargo, no se sigue, por lo tanto, que se escondi� antes de la venida de Cristo; porque se debe notar aqu� una doble manifestaci�n: la primera en el Antiguo Testamento, que era por la palabra y los sacramentos; el otro en lo Nuevo, que contiene la realizaci�n de ceremonias y promesas, como se exhibe en el mismo Cristo: y podemos agregar, que por el evangelio ha recibido un brillo m�s completo.

Siendo probado [o aprobado] por el testimonio, (113) etc. A�ade esto, no sea que, al conferir justicia libre, el evangelio parezca actuar en contra de los ley. Como entonces �l ha negado que la justicia de la fe necesite la ayuda de la ley, as� que ahora afirma que su testimonio lo confirma. Si entonces la ley da su testimonio de la justicia gratuita, es evidente que la ley no fue dada para este fin, para ense�ar a los hombres c�mo obtener justicia por las obras. Por lo tanto, lo pervierten y lo convierten para responder a cualquier prop�sito de este tipo. Y adem�s, si desea una prueba de esta verdad, examine en orden las principales cosas ense�adas por Mois�s, y encontrar� que el hombre, expulsado del reino de Dios, no tuvo otra restauraci�n desde el principio que la contenida en el Evangelio promesas a trav�s de la simiente bendita, por quien, como se hab�a predicho, la cabeza de la serpiente iba a ser magullada, y por medio de quien se hab�a prometido una bendici�n a las naciones: encontrar� en los mandamientos una demostraci�n de su iniquidad, y del sacrificios y oblaciones puede que aprenda que la satisfacci�n y la limpieza se deben obtener solo en Cristo. (114) Cuando vengas a los Profetas encontrar�s las m�s claras promesas de misericordia gratuita. Sobre este tema ver mis Institutos.

Versículo 22

22. Incluso la justicia de Dios, etc. (115) �l muestra en pocas palabras cu�l es esta justificaci�n, incluso lo que se encuentra en Cristo y es aprehendido por la fe. Al mismo tiempo, al introducir nuevamente el nombre de Dios, parece hacer de Dios el fundador (autor, autor) y no solo el autor de la justicia de la que habla; como si hubiera dicho que fluye solo de �l, o que su origen es del cielo, pero que se nos manifiesta en Cristo.

Por lo tanto, cuando debatimos sobre este tema, debemos proceder de esta manera: Primero, la cuesti�n que respeta nuestra justificaci�n debe ser referida, no al juicio de los hombres, sino al juicio de Dios, ante el cual nada se considera justicia, sino perfecto. y obediencia absoluta a la ley; lo que parece claro a partir de sus promesas y amenazas: si no se encuentra a nadie que haya alcanzado una medida de santidad tan perfecta, se deduce que todos en s� mismos son indigentes de justicia. En segundo lugar, es necesario que Cristo venga en nuestra ayuda; quien, estando solo solo, puede hacernos solo transfiri�ndonos su propia justicia. Ahora ves c�mo la justicia de la fe es la justicia de Cristo. Por lo tanto, cuando somos justificados, la causa eficiente es la misericordia de Dios, la meritoria es Cristo, la instrumental es la palabra en relaci�n con la fe. (116) Por lo tanto, se dice que la fe justifica, porque es el instrumento por el cual recibimos a Cristo, en quien la justicia nos es transmitida. Habiendo sido hechos part�cipes de Cristo, nosotros mismos no solo somos justos, sino que nuestras obras tambi�n se cuentan justo ante Dios, y por esta raz�n, porque cualquier imperfecci�n que pueda haber en ellas, es borrada por la sangre de Cristo; las promesas, que son condicionales, tambi�n se cumplen por la misma gracia para nosotros; porque Dios recompensa nuestras obras como perfectas, en la medida en que sus defectos est�n cubiertos por el perd�n gratuito.

En todos y sobre todos, (117) etc. En aras de la amplificaci�n, repite lo mismo en diferentes formas; era, para que pudiera expresar m�s completamente lo que ya hemos escuchado, que solo se requiere fe, que los fieles no se distinguen por marcas externas, y que por lo tanto no importa si son gentiles o jud�os.

[Stuart] conecta estas palabras con "manifestado" o revelado, en Romanos 3:21. Se manifiesta a todos y se manifiesta a todos; es decir, para el beneficio real de todos los que creen; en otras palabras, se ofrece a todos, pero se convierte en una ventaja real solo para aquellos que creen. Pero el modo m�s simple es considerar las palabras, que, como en nuestra versi�n, deben entenderse . �???????? es la palabra que adopta [Luther]. - Ed.

Versículo 23

23. De hecho, no hay diferencia, etc. Insta a todos, sin excepci�n, a la necesidad de buscar la justicia en Cristo; como si hubiera dicho: �No hay otra forma de alcanzar la justicia; porque algunos no pueden justificarse en esto y otros de esa manera; pero todos deben estar justificados por la fe, porque todos son pecadores y, por lo tanto, no tienen nada por lo que puedan gloriarse ante Dios " Pero da por sentado que cada uno, consciente de su pecado, cuando se presenta ante el tribunal de Dios, est� confundido y perdido bajo el sentido de su propia verg�enza; para que ning�n pecador pueda soportar la presencia de Dios, como vemos un ejemplo en el caso de Ad�n. Nuevamente presenta una raz�n tomada del lado opuesto; y por lo tanto debemos notar lo que sigue. Como todos somos pecadores, Pablo concluye que somos deficientes o desprovistos de la alabanza debido a la justicia. Entonces, seg�n lo que ense�a, no hay justicia sino lo que es perfecto y absoluto. Si realmente existiera la mitad de la justicia, a�n ser�a necesario privar al pecador por completo de toda gloria: y de este modo el producto de la justicia parcial, como lo llaman, es suficientemente cuestionado; porque si fuera cierto que estamos justificados en parte por las obras, y en parte por la gracia, este argumento de Pablo no tendr�a ninguna fuerza: que todos est�n privados de la gloria de Dios porque son pecadores. Entonces es cierto, no hay justicia donde hay pecado, hasta que Cristo elimine la maldici�n; y esto mismo es lo que se dice en G�latas 3:10, que todos los que est�n bajo la ley est�n expuestos a la maldici�n, y que somos liberados de ella a trav�s de la bondad de Cristo. La gloria de Dios se entiende como la aprobaci�n de Dios, como en Juan 12:43, donde se dice que "amaron la gloria de los hombres m�s que la gloria de Dios". Y as� nos convoca del aplauso de un tribunal humano al tribunal del cielo. (118)

Versículo 24

24. Ser justificado libremente, etc. Aqu� se pone un participio para un verbo seg�n el uso del idioma griego. El significado es que, dado que no queda nada para los hombres, en cuanto a s� mismos, sino perecer, siendo golpeados por el justo juicio de Dios, deben ser justificados libremente por su misericordia; porque Cristo viene en ayuda de esta miseria, y se comunica a los creyentes, para que encuentren solo en �l todas aquellas cosas que desean. Quiz�s, no haya ning�n pasaje en toda la Escritura que ilustre de manera m�s llamativa la eficacia de su justicia; porque muestra que la misericordia de Dios es la causa eficiente, que Cristo con su sangre es la causa meritoria, que la causa formal o instintiva es la fe en la palabra y que, adem�s, la causa final es la gloria de la justicia y la bondad divinas .

Con respecto a la causa eficiente, dice, que somos justificados libremente y, adem�s, por su gracia; y as� repite la palabra para mostrar que todo es de Dios y nada de nosotros. Podr�a haber sido suficiente para oponer la gracia a los m�ritos; pero para que no imaginemos un tipo de gracia, afirma con m�s fuerza lo que quiere decir con una repetici�n, y reclama solo la misericordia de Dios toda la gloria de nuestra justicia, que los sofistas dividen en partes y mutilan, para que no se vean obligados para confesar su propia pobreza. - Por medio de la redenci�n, etc. Este es el material, - Cristo, por su obediencia, satisfizo la justicia del Padre, (judicium - juicio), y al emprender nuestra causa, nos liber� de la tiran�a de la muerte, por la cual fuimos cautivos; como a causa del sacrificio que ofreci� se quit� nuestra culpa. Aqu� nuevamente se confunde completamente el brillo de aquellos que hacen de la justicia una cualidad; porque si se nos considera justos ante Dios, porque somos redimidos por un precio, ciertamente derivamos de otro lo que no est� en nosotros. Y Pablo inmediatamente explica m�s claramente qu� es esta redenci�n, y cu�l es su objetivo, que es reconciliarnos con Dios; porque �l llama a Cristo propiciaci�n (o, si preferimos una alusi�n a un tipo antiguo) propiciatorio. Pero lo que quiere decir es que no somos de otra manera que a trav�s de Cristo propiciando al Padre por nosotros. Pero es necesario que examinemos las palabras. (119)

[Pareus] lo representa " placamentum - expiaci�n," hoc est , " placatorem span> ", es decir," atoner o expiator ". La versi�n de [Beza] es la misma: " placamentum ;" [Doddridge] tiene �propiciaci�n�, y [Macknight], �un propiciatorio� y [Schleusner], � expiatorem - expiator".

La palabra aparece en otro lugar con el art�culo neutro , ?? ??????????, , Hebreos 9:5, donde claramente significa el propiciatorio. Siempre se acompa�a con el art�culo en la Septuaginta, cuando por s� solo, vea Lev�tico 16:2; pero aqu� est� sin el art�culo, y puede verse como un adjetivo que depende de "qui�n" y se convierte en propiciador. Si se hubiera previsto el propiciatorio, habr�a sido ?? ??????????. - Ed.

Versículo 25

25. A qui�n Dios ha establecido, etc. El verbo griego, ??????????, significa a veces determinar de antemano, y a veces establecer . Si se toma el primer significado, Pablo se refiere a la misericordia gratuita de Dios, al nombrar a Cristo como nuestro Mediador, para que pueda apaciguar al Padre mediante el sacrificio de su muerte: ni es una peque�a recomendaci�n de la gracia de Dios que �l, de por su propia buena voluntad, busc� una forma de eliminar nuestra maldici�n. Seg�n esta opini�n, el pasaje armoniza completamente con el de Juan 3:16,

"Dios am� tanto al mundo, que dio a su Hijo unig�nito".

Sin embargo, si aceptamos este significado, seguir� siendo cierto que Dios lo expuso a su debido tiempo, a quien hab�a designado como Mediador. Parece haber una alusi�n en la palabra , ??????????, como he dicho, al antiguo propiciatorio; porque nos ense�a que lo mismo se exhibi� realmente en Cristo, que hab�a sido tipificado previamente. Sin embargo, como la otra opini�n no puede ser refutada, si alguien lo prefiere, no me comprometer� a decidir la cuesti�n. Lo que Pablo quer�a decir especialmente aqu� es sin duda evidente por sus palabras; y fue esto, que Dios, sin tener en cuenta a Cristo, siempre est� enojado con nosotros, y que estamos reconciliados con �l cuando somos aceptados por su justicia. Dios no odia en nosotros su propia obra, es decir, como somos hombres formados; pero odia nuestra impureza, que ha extinguido la luz de su imagen. Cuando el lavado de Cristo limpia esto, �l nos ama y nos abraza como su propia obra pura.

Un propiciatorio a trav�s de la fe en su sangre, etc. Prefiero as�, literalmente, retener el lenguaje de Pablo; porque me parece que pretend�a, con una sola frase, declarar que Dios es propicio para nosotros tan pronto como tengamos nuestra confianza en la sangre de Cristo; porque por fe llegamos a la posesi�n de este beneficio. Pero al mencionar solo la sangre, no quiso excluir otras cosas relacionadas con la redenci�n, sino, por el contrario, incluir el todo bajo una sola palabra: y mencion� "sangre", porque por eso estamos limpios. Por lo tanto, al tomar parte en el todo, se�ala todo el trabajo de expiaci�n. Porque, como hab�a dicho antes, que Dios est� reconciliado en Cristo, entonces ahora agrega, que esta reconciliaci�n se obtiene por fe, mencionando, al mismo tiempo, qu� es lo que la fe deber�a considerar principalmente en Cristo: su sangre.

Para (apuntalar) la remisi�n de los pecados, (120) etc. La preposici�n causal importa tanto como si hubiera dicho, "en aras de la remisi�n". o "con este fin, para que pueda borrar los pecados". Y esta definici�n o explicaci�n nuevamente confirma lo que ya te he recordado a menudo, que los hombres se pronuncian justamente, no porque lo sean en realidad, sino por imputaci�n: porque solo usa varios modos de expresi�n, para que pueda declarar m�s claramente: que en esta justicia no hay m�rito nuestro; porque si lo obtenemos por la remisi�n de los pecados, concluimos que no es de nosotros mismos; y adem�s, dado que la remisi�n misma es un acto de la generosidad de Dios solo, cada m�rito cae al suelo.

Sin embargo, se puede preguntar, �por qu� limita el perd�n a los pecados anteriores? Aunque este pasaje se explica de diversas maneras, me parece probable que Pablo haya tenido en cuenta las expiraciones legales, que de hecho eran evidencias de una satisfacci�n futura, pero que de ninguna manera podr�an apaciguar a Dios. Hay un pasaje similar en Hebreos 9:15, donde se dice que por Cristo fue tra�da una redenci�n de los pecados, que permaneci� bajo el antiguo Testamento. Sin embargo, no debes entender que no hubo pecados sino los de tiempos pasados ??que fueron expulsados ??por la muerte de Cristo, una noci�n delirante, que algunos fan�ticos han sacado de una visi�n distorsionada de este pasaje. Para Pablo solo nos ense�a esto: que hasta la muerte de Cristo no hab�a manera de apaciguar a Dios, y que esto no fue hecho ni cumplido por los tipos legales: por lo tanto, la realidad se suspendi� hasta que lleg� la plenitud de los tiempos. Podemos decir, adem�s, que aquellas cosas que nos involucran diariamente en la culpa deben considerarse bajo la misma luz; porque solo hay una verdadera expiaci�n para todos.

Algunos, para evitar lo que parece inconsistente, han sostenido que se dice que los pecados anteriores han sido perdonados, para que no les parezca una libertad dada al pecado en el futuro. De hecho, es cierto que no se ofrece perd�n sino por los pecados cometidos; no es que el beneficio de la redenci�n falle o se pierda, cuando luego caemos, como so�aban Novatus y su secta, sino que es el car�cter de la dispensaci�n del evangelio, poner delante de aquel que pecar� el juicio y la ira de Dios, y ante el pecador su misericordia. Pero lo que ya he dicho es el verdadero sentido.

Agrega, que esta remisi�n fue a trav�s de la paciencia; y esto lo tomo simplemente en el sentido de gentileza, que ha mantenido el juicio de Dios y ha sufrido que no estalle en nuestra ruina, hasta que finalmente nos haya recibido a favor. Pero parece haber aqu� tambi�n una anticipaci�n impl�cita de lo que se podr�a decir; que nadie podr�a objetar y decir que este favor hab�a aparecido recientemente. Pablo nos ense�a que era una evidencia de tolerancia.

Lo que es la "justicia" de Dios aqu� se ha explicado de diversas maneras. Algunos lo consideran su justicia en el cumplimiento de sus promesas, como [Beza]; otros, su justicia en Cristo a los creyentes, mencionada en Romanos 1:17, como [Agust�n]; y otros, su justicia como el Dios de la rectitud y la justicia, como [Cris�stomo]. Algunos, tambi�n, como [Grocio], lo ven como un significado de bondad o misericordia, considerando que la palabra a veces tiene este sentido.

Es el contexto que nos puede ayudar a encontrar el significado correcto. Dios exhibi� a su Hijo como propiciaci�n, para exponer esta justicia; y esta justicia est� relacionada con la remisi�n de, o m�s bien; como la palabra significa, la preterici�n o connivencia de los pecados cometidos bajo la antigua dispensaci�n: y esos pecados fueron conspirados por la paciencia de Dios, no ejecutando el castigo que merec�an; y se dice que el prop�sito es, que Dios puede ser o parecer justo, mientras que �l es el justificador de aquellos que creen en Cristo. Ahora, �qu� puede ser esta justicia sino su justicia administrativa? Como la ley no permit�a la remisi�n, y Dios s� remit�a los pecados, parec�a haber una mancha en la justicia divina. La exposici�n de Cristo como expiaci�n es lo que solo la elimina. Y hay una palabra en el verso anterior, como lo observa [Venema] con justicia, que tiende a confirmar este punto de vista, y esa palabra es redenci�n , ???????????, que es una liberaci�n obtenida por un rescate, o por un precio , como lo requiere la justicia.

Tanto [Doddridge] como [Scott] miran el pasaje a esta luz; y este �ltimo da la siguiente versi�n del mismo:

�A quien Dios ha designado antes como propiciaci�n, por fe en su sangre, para una demostraci�n de su justicia, a causa del paso de los pecados, que se hab�an cometido en tiempos pasados, por la paciencia de Dios; Digo, para una demostraci�n de su justicia, en este tiempo presente, para que �l sea justo, y el justificador del que cree en Jes�s ". - Nada puede ser m�s claro que esta versi�n.

Las �ltimas palabras se expresan correctamente, aunque no literalmente ; ??? ?? ??????? ????? - "�l de la fe de Jes�s" o "�l de la fe en Jes�s". El de fe es el que cree, ya que ???? ??? ?? ????????? - "los que no son de circuncisi�n" significa "los que no est�n circuncidados", Romanos 4:12; y ???? ?? ???????? - "los que est�n en disputa", significa, "los que contienden", o son contenciosos, Romanos 2:8. - Ed.

Versículo 26

26. Para una demostraci�n, (121) etc. La repetici�n de esta cl�usula es enf�tica ; y Paul lo hizo resignadamente, ya que era muy necesario; porque nada es m�s dif�cil que persuadir al hombre de que debe renunciar a todas las cosas como si fueran suyas y atribuirlas todas a Dios. Al mismo tiempo, se hizo menci�n intencional dos veces de esta demostraci�n, para que los jud�os pudieran abrir los ojos para contemplarla. - En este momento, etc. Lo que hab�a sido siempre, se aplica al tiempo en que Cristo fue revelado, y no sin raz�n; porque lo que antes se conoc�a de una manera oscura bajo las sombras, Dios se manifest� abiertamente en su Hijo. Entonces la venida de Cristo fue el tiempo de su buen placer, y el d�a de la salvaci�n. De hecho, Dios en todas las �pocas hab�a dado alguna evidencia de su justicia; pero parec�a mucho m�s brillante cuando brillaba el sol de justicia. Notado, entonces, deber�a ser la comparaci�n entre el Antiguo y el Nuevo Testamento; porque entonces solo se revel� la justicia de Dios cuando apareci� Cristo.

Para que sea justo, etc. Esta es una definici�n de esa justicia que ha declarado que fue revelada cuando Cristo fue dado, y que, como nos ense�� en el primer cap�tulo, se da a conocer en el evangelio: y afirma que consta de dos partes: la primera es que Dios es justo, no como uno entre muchos, sino como uno que contiene en s� mismo toda la plenitud de la justicia; para elogios completos y completos, como es debido, no se le da de otra manera, sino cuando �l solo obtiene el nombre y el honor de ser justo, mientras que toda la raza humana est� condenada por injusticia: y luego la otra parte se refiere al comunicaci�n de justicia; porque Dios de ninguna manera guarda sus riquezas en s� mismo, sino que las derrama sobre los hombres. Entonces la justicia de Dios brilla en nosotros, cada vez que nos justifica por la fe en Cristo; porque en vano Cristo nos fue dado para justicia, a menos que haya sido fructificado por fe. Por lo tanto, se deduce que todos fueron injustos y perdidos en s� mismos, hasta que se les ofreci� un remedio del cielo. (122)

Versículo 27

27. �D�nde est� entonces la gloria? El Ap�stol, despu�s de haber expulsado a los hombres de su confianza en las obras, con razones abundantemente fuertes, ahora triunfa sobre su locura: y esta exultante conclusi�n era necesaria; porque sobre este tema, ense�arnos no hubiera sido suficiente; Era necesario que el Esp�ritu Santo tronara en voz alta para postrar nuestra nobleza. Pero �l dice que la gloria est� m�s all� de toda duda excluida, ya que no podemos aducir nada propio, que sea digno de ser aprobado o recomendado por Dios. Si el material de la gloria es el m�rito, ya sea que nombres el de congruencia o de dignidad, por el cual el hombre conciliar�a a Dios, ver�s que ambos est�n aqu� aniquilados; porque no trata de la disminuci�n o la modificaci�n del m�rito, pero Paul no deja una part�cula detr�s. Adem�s, dado que la fe que se glor�a en las obras es tan quitada, esa fe no se puede predicar verdaderamente, sin privar por completo al hombre de toda alabanza al atribuir todo a la misericordia de Dios, se deduce que ninguna obra nos ayuda a obtener justicia.

De obras? �En qu� sentido niega el ap�stol aqu�, que nuestros m�ritos est�n excluidos por la ley, ya que �l ha demostrado antes que estamos condenados por la ley? Porque si la ley nos entrega a la muerte, �qu� gloria podemos obtener de ella? Por el contrario, �no nos priva de toda gloria y nos cubre de verg�enza? Entonces, de hecho, demostr� que nuestro pecado queda expuesto por lo que declara la ley, porque guardarlo es lo que todos hemos descuidado: pero �l quiere decir que la justicia de las obras ser�a justicia, nuestra gloria no ser excluido; pero como es solo por fe, no hay nada que podamos reclamar para nosotros mismos; porque la fe recibe todo de Dios, y no trae nada excepto una humilde confesi�n de necesidad.

Este contraste entre la fe y las obras debe notarse cuidadosamente: las obras se mencionan aqu� sin ninguna limitaci�n, incluso funcionan universalmente. Entonces �l no habla solo de ceremonias, ni espec�ficamente de ning�n trabajo externo, sino que incluye todos los m�ritos de las obras que posiblemente se puedan imaginar.

El nombre de la ley est� aqu�, sin una estricta correcci�n, dado a la fe: pero esto de ninguna manera oscurece el significado del Ap�stol; porque lo que �l entiende es que cuando llegamos a la regla de la fe, toda la gloria en las obras queda postrada; como si dijera: "La justicia de las obras es en verdad recomendada por la ley, pero la de la fe tiene su propia ley, que deja a las obras, cualesquiera que sean, no hay justicia". (124)

Versículo 28

28. Luego concluimos, etc. Ahora dibuja la proposici�n principal, como una que es incontrovertible, y agrega una explicaci�n. La justificaci�n por la fe se hace muy clara, mientras que las obras est�n expresamente excluidas. Por lo tanto, en nada nuestros adversarios trabajan m�s en la actualidad que en los intentos de combinar la fe con los m�ritos de las obras. De hecho, permiten que el hombre sea justificado por la fe; pero no solo por fe; s�, ponen la eficacia de la justificaci�n en el amor, aunque en palabras la atribuyen a la fe. Pero Pablo afirma en este pasaje que la justificaci�n es tan gratuita, que lo hace bastante evidente, que de ninguna manera puede asociarse con el m�rito de las obras. Ya he explicado por qu� nombra las obras de la ley; y tambi�n he demostrado que es bastante absurdo limitarlos a ceremonias. Fr�gida tambi�n es la glosa, que las obras deben ser tomadas para aquellos que son externos, y que se hacen sin el Esp�ritu de Cristo. Por el contrario, la palabra ley que se agrega significa lo mismo que si los llamara meritorios; porque lo que se refiere es la recompensa prometida en la ley. (125)

Lo que, dice James, que el hombre no se justifica solo por la fe, sino tambi�n por las obras, no se opone en absoluto a la visi�n anterior. La conciliaci�n de los dos puntos de vista depende principalmente de la deriva del argumento seguido por James. Porque la pregunta con �l no es c�mo los hombres logran la justicia ante Dios, sino c�mo prueban a los dem�s que est�n justificados, porque su objetivo era enga�ar a los hip�critas, que en vano se jactaban de que ten�an fe. Asqueroso, entonces, es el sofisma, no admitir que la palabra, para justificar, es tomada por James en un sentido diferente del que usa Paul; porque manejan diferentes temas. La palabra, fe, tambi�n es indudablemente capaz de varios significados. Estas dos cosas deben tenerse en cuenta antes de que se pueda formar un juicio correcto sobre el punto. Podemos aprender del contexto, que James no quiso decir m�s que ese hombre no est� hecho o demostrado ser solo por una fe fingida o muerta, y que debe probar su justicia por sus obras. Ver sobre este tema mis Institutos.

Versículo 29

29. �Es �l solo el Dios de los jud�os? La segunda proposici�n es, que esta justicia no pertenece m�s a los jud�os que a los gentiles: y fue un gran asunto que este punto fuera necesario, para que se pudiera hacer un paso libre para el reino de Cristo a trav�s del mundo entero. . Entonces no pregunta simple o expresamente si Dios fue el Creador de los gentiles, lo cual fue admitido sin ninguna disputa; pero si �l se dise�� para manifestarse como un Salvador tambi�n para ellos. Como �l hab�a puesto a toda la humanidad en un nivel, y los hab�a llevado a la misma condici�n, si hay alguna diferencia entre ellos, es de Dios, no de ellos mismos, quienes tienen todas las cosas por igual: pero si es cierto que Dios se propone haga que todas las naciones de la tierra participen de su misericordia, entonces la salvaci�n y la justicia, que es necesaria para la salvaci�n, deben extenderse a todos. Por lo tanto, bajo el nombre de Dios, se transmite una indicaci�n de una relaci�n mutua, que a menudo se menciona en las Escrituras:

"Ser� para ti un Dios, y t� ser�s para m� un pueblo". (Jeremias 30:22.)

Por la circunstancia de que Dios, por un tiempo, eligi� para s� mismo un pueblo peculiar, no anul� el origen de la humanidad, todos formados a la imagen de Dios, y deb�an criarse en el mundo con la esperanza de Una bendita eternidad.

Versículo 30

30. Qui�n justificar�, (127) etc. Al decir que algunos est�n justificados por fe, y algunos por fe, parece haberse entregado a variar su idioma, mientras expresa lo mismo, y para este fin, que podr�a, por cierto, tocar la locura de los jud�os, quienes imaginaron un diferencia entre ellos y los gentiles, aunque en el tema de la justificaci�n no hubo diferencia alguna; porque dado que los hombres se convirtieron en participantes de esta gracia solo por fe, y dado que la fe en todos es la misma, es absurdo hacer una distinci�n en lo que es muy parecido. Por lo tanto, me llevan a pensar que hay algo ir�nico en las palabras, como si se dijera: "Si alguien desea que haya una diferencia entre los gentiles y los jud�os, que tome esto, que el que obtiene la justicia por la fe". y la otra por medio de la fe ".

Pero puede ser que algunos prefieran esta distinci�n, que los jud�os fueron justificados por fe, porque nacieron herederos de la gracia, ya que los Padres les transmitieron el derecho de adopci�n, y que los gentiles fueron justificados a trav�s de la fe, porque el pacto con ellos fue adventicio.

Versículo 31

31. �Hacemos, etc.? Cuando la ley se opone a la fe, la carne sospecha de inmediato que existe cierta contrariedad, como si fuera adversa. el otro: y esta falsa noci�n prevalece, especialmente entre aquellos que est�n imbuidos de ideas equivocadas en cuanto a la ley, y que dejan las promesas, no buscan nada m�s a trav�s de ella que la justicia de las obras. Y por este motivo, no solo los jud�os hablaron de Pablo, sino tambi�n de nuestro Se�or mismo, como si en toda su predicaci�n apuntara a la abrogaci�n de la ley. Por eso fue que hizo esta protesta:

"No vine a deshacer, sino a cumplir la ley". ( Mateo 5:17.)

Y esta sospecha se refiere tanto a la ley moral como a la ceremonial; porque como el evangelio ha puesto fin a las ceremonias mosaicas, se supone que tiende a destruir toda la dispensaci�n de Mois�s. Y adem�s, a medida que barre toda la justicia de las obras, se cree que se opone a todos los testimonios de la ley, por los cuales el Se�or ha declarado, que por lo tanto ha prescrito el camino de la justicia y la salvaci�n. Por lo tanto, tomo esta defensa de Pablo, no solo en cuanto a las ceremonias, ni en cuanto a los mandamientos que se llaman morales, sino con respecto a toda la ley universalmente. (128)

Porque la ley moral es en realidad confirmada y establecida a trav�s de la fe en Cristo, en la medida en que fue dada para este fin: guiar al hombre a Cristo mostr�ndole su iniquidad; y sin esto no se puede cumplir, y en vano requerir� lo que se debe hacer; ni puede hacer nada m�s que irritar la lujuria m�s y m�s, y as�, finalmente, aumentar la condena del hombre; pero donde hay una venida a Cristo, primero se encuentra en �l la perfecta justicia de la ley, que se vuelve nuestra por imputaci�n, y luego hay santificaci�n, por la cual nuestros corazones est�n preparados para guardar la ley; de hecho est� imperfectamente hecho, pero hay un objetivo en el trabajo. Similar es el caso con las ceremonias, que de hecho cesan y desaparecen cuando Cristo viene, pero en realidad son confirmadas por �l; porque cuando son vistos en s� mismos son im�genes vanas y sombr�as, y solo logran algo real y s�lido cuando se considera su fin. En esto consiste su confirmaci�n principal, cuando han obtenido su logro en Cristo. Tengamos en cuenta tambi�n, entonces, para dispensar el evangelio que mediante nuestro modo de ense�ar la ley pueda ser confirmada; pero que no se sostenga con otra fuerza que la de la fe en Cristo.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Romans 3". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/romans-3.html. 1840-57.