Bible Commentaries
Zacarías 7

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Versículo 1

Aqu� no hay visi�n, sino la respuesta que se le orden� a Zacar�as que diera a los mensajeros de los cautivos: porque dice que algunos hab�an sido enviados desde Caldea para ofrecer sacrificios a Dios, y al mismo tiempo para preguntar si el ayuno, que ellos hab�an designado cuando la ciudad fue tomada y destruida, deb�a ser observada. Pero hay algo de ambig�edad en las palabras del Profeta, ya que es dudoso que los dos a quienes nombra, incluso Sherezer y Regem-melech, junto con los dem�s, hayan enviado a los mensajeros de quienes se hace menci�n, o ellos mismos vinieron y trajo el mensaje de los cautivos. Pero esto no es un gran momento. En cuanto a la pregunta en s�, estoy dispuesto a adoptar su punto de vista, quienes piensan que estos dos vinieron con sus asociados a Jerusal�n, y en nombre de todos ellos preguntaron respetando el ayuno, como veremos m�s adelante. (68) Los jud�os piensan que estos eran pr�ncipes persas; Pero esta opini�n es fr�vola. De este modo, est�n acostumbrados a dibujar lo que ocurra para la gloria de su propia naci�n sin ninguna discreci�n o juicio, como si hubiera sido un objeto muy deseado por los jud�os, que dos persas subieran al templo. Pero aqu� no hay necesidad de una larga discusi�n; porque si consideramos el dise�o del Profeta, podemos concluir f�cilmente que se trataba de jud�os que hab�an sido enviados por los exiliados, tanto para ofrecer obsequios como para preguntar sobre el ayuno, como nos dice el Profeta. La suma del todo, entonces, es que Sherezer y Regem-melech, y sus compa�eros, vinieron al templo, y que tambi�n pidieron consejo a los sacerdotes y profetas, si el ayuno del quinto mes a�n estaba por observarse.

Primero debe observarse que, aunque no todos tuvieron el coraje de regresar a su propio pa�s tan pronto como se les dio permiso, todav�a no eran groseros despreciadores de Dios y completamente despose�dos de toda religi�n. De hecho, no fue un error leve permanecer t�mido entre los babilonios cuando se les permiti� un retorno libre; porque fue una invaluable amabilidad de parte de Dios extender su mano hacia los miserables exiliados, que hab�an desesperado por completo de regresar. Desde entonces, Dios estaba preparado para llevarlos a casa, tal favor no podr�a haberse descuidado sin una gran ingratitud. Pero todav�a era la voluntad del Se�or que algunas chispas de gracia continuaran en los corazones de algunos, aunque su celo no era tan ferviente como deber�a haber sido. El mismo perezoso que vemos en la actualidad es el de muchos, que contin�an en la inmundicia de Popery; y, sin embargo, gimen all�, y el Se�or los preserva, para que no se quiten toda preocupaci�n por la religi�n, ni se desmoronen por completo. No se debe condenar a todos como infieles, que son perezosos y quieren vigor; pero deben ser estimulados. Porque los que consienten su letargo act�an muy tontamente; pero, al mismo tiempo, deber�an ser compadecidos, cuando no hay en ellos esa prontitud deseable para dedicarse a Dios, lo que deber�an tener. Tal ejemplo entonces vemos en los cautivos, quienes deber�an haberse preparado inmediatamente para el viaje, cuando los edictos de Ciro y Dar�o les dieron un permiso. Sin embargo, permanecieron en el exilio, pero no renunciaron por completo a la adoraci�n a Dios; porque enviaron ofrendas sagradas, por las cuales profesaron su fe; y tambi�n preguntaron qu� deb�an hacer, y mostraron deferencia a los sacerdotes y profetas en Jerusal�n. Por lo tanto, parece que no estaban satisfechos consigo mismos, aunque no modificaron de inmediato lo que estaba mal. Hay muchos ahora, que, para exculparse, o m�s bien para borrar (como piensan) toda desgracia, desprecian la palabra de Dios y nos tratan con burla; es m�s, idean cr�menes con los que nos acusan, con el fin de vilipendiar la palabra del Se�or en la estimaci�n de lo simple. Pero el Profeta muestra que los cautivos de quienes habla, aunque no tan valientes como deber�an haber sido, a�n eran verdaderos siervos de Dios; porque enviaron sacrificios al templo, y tambi�n deseaban escuchar y aprender lo que deb�an hacer.

2. Cuando Bethel envi� a Sherezer, a Regem-melech y a sus hombres a suplicar al rostro de Jehov� y hablar con los sacerdotes que estaban

3. sobre la casa de Jehov� de los ej�rcitos, y a los profetas, diciendo: "Llorar� en el quinto mes, separ�ndome como lo he hecho

4. �tantos a�os? � entonces vino la palabra de Jehov� de los ej�rcitos a

5. yo, diciendo: "Habla a toda la gente de la tierra ya los sacerdotes, diciendo:"

"Cuando ayunaron y lloraron en el quinto y en el s�ptimo, aun

6. estos setenta a�os, ayunando, �ayunaron conmigo, incluso a m�? y cuando comiste y bebiste, �no sois vosotros los que com�an?

7. y ustedes mismos los bebedores? �No eran estas las palabras que Jehov� proclam� por los antiguos Profetas, cuando Jehov� estaba habitado y habitable, y sus ciudades a su alrededor, y cuando el sur y la llanura estaban habitadas?

"Betel" aqu� significa la ciudad; y por lo tanto, "es", y no "sus hombres", es la versi�n adecuada; y en lugar de "�llorar�?", la interpretaci�n m�s adecuada ser�a: "lloraremos". Que los habitantes de Judea est�n destinados, y no mensajeros de Babilonia, es bastante evidente en el quinto verso, "Habla a toda la gente de la tierra". - Ed.

Versículo 2

Primero dice que los mensajeros fueron enviados a suplicar a Jehov�. Aqu� por la palabra suplicando o rezando, el Profeta significa tambi�n sacrificios. Porque es cierto que los jud�os rezaban en el exilio, ya que no podr�a haber religi�n en ellos si no se hubieran ejercitado en la oraci�n. Pero la menci�n que se hace aqu� es de esa oraci�n declarada, relacionada con los sacrificios, por la cual profesaban ser el pueblo de Dios. Por lo tanto, tambi�n podemos aprender que los sacrificios de s� mismos no son de gran importancia, ya que la oraci�n o invocar a Dios siempre tiene el primer lugar. Los sacrificios y otras ofrendas fueron, como podemos decir, adiciones; (accessoria - accesiones;) para que este comando deba ser considerado por los fieles,

"Ofr�ceme el sacrificio de alabanza". (Salmo 50:14.)

�l dice, en segundo lugar, que se enviaron mensajeros, para que pudieran aprender de los sacerdotes y los Profetas lo que para ellos era dudoso. Por lo tanto, concluimos que no fue un gran disimulo, como se encuentra en los hip�critas que pretenden orar a Dios, sino que hubo un verdadero deseo de obedecer. Y, sin duda, cuando la palabra de Dios y la verdad celestial son despreciadas, entonces no hay ninguna oraci�n real, ni ning�n otro ejercicio religioso; porque la incredulidad contamina y contamina lo que sea de otra manera sagrado en su naturaleza. Quienquiera que desee con raz�n orar a Dios, que agregue fe, es decir, que venga a Dios en un estado mental de ense�anza y que busque ser gobernado por su palabra. Para el Profeta al decirnos lo que se hizo, sin duda sigue el m�todo o el orden observado por los cautivos. Fue digno de elogio que no solo estaban ansiosos por buscar el favor de Dios con oraciones y sacrificios, sino que tambi�n buscaban saber qu� era lo que agradaba a Dios. Tampoco era de extra�ar que enviaran a Jerusal�n por este motivo, porque sab�an que ese lugar hab�a sido elegido por Dios como el lugar desde el cual deb�an buscar el conocimiento correcto de la religi�n. Desde entonces, Jerusal�n era el santuario de Dios, los cautivos enviaron all� a sus mensajeros, particularmente porque sab�an que los sacerdotes eran los embajadores de Dios, y que la interpretaci�n de la ley deb�a buscarse de su boca. De hecho, sab�an que a�n no hab�a llegado el momento en que la doctrina de la salvaci�n se difundiera por todo el mundo.

Pero el Profeta dice que los cautivos no solo consultaron a los sacerdotes, sino tambi�n a los Profetas. Por lo tanto, parece que era algo com�nmente conocido, que Dios hab�a levantado a los Profetas, lo cual hab�a dejado de hacer por mucho tiempo. Porque no fue sin raz�n que Isa�as dijo que Dios a�n hablar�a por sus Profetas, cuando nuevamente consolar�a a su pueblo. ( Isa�as 40:1.) Hubo un silencio triste durante setenta a�os, cuando no se enviaron Profetas, de acuerdo con lo que se dice en el libro de los Salmos,

"nuestras se�ales que no vemos, ni hay un Profeta entre nosotros". ( Salmo 74:9.)

De hecho, Dios se hab�a acostumbrado a guiar al pueblo como si fuera una bandera erigida cuando habitaban en la tierra santa, y los profetas se suced�an continuamente en orden regular, de acuerdo con lo que el Se�or hab�a prometido por Mois�s:

"Un Profeta levantar� en medio de ti", etc. ( Deuteronomio 18:15.)

Desde el momento en que los hab�an llevado al exilio, mientras se miraban el uno al otro, no pod�an o�r ninguna voz que los alentara con esperanza, hasta que los nuevos Profetas volvieron a levantarse m�s all� de lo que esperaban. Y era la voluntad de Dios que los Profetas tuvieran su morada y habitaci�n en Jerusal�n, para que �l pudiera reunir al Israel disperso; porque si hubiera habido profetas en Caldea, muchos podr�an tener un pretexto para su pereza: ��No habita Dios en medio de nosotros? �Qu� necesidad hay de emprender un viaje dif�cil y dif�cil? no encontraremos nada mejor en Jerusal�n que en este exilio; porque Dios muestra que �l est� presente con nosotros por sus Profetas ". Por lo tanto, habr�a sido un gran mal para los jud�os tener Profetas en su exilio. Pero cuando los cautivos oyeron que el don de profec�a apareci� nuevamente en el templo, podr�an haber recordado lo que sus padres hab�an escuchado de la boca de Isa�as, y tambi�n de la boca de Miqueas, "de Si�n saldr� una ley, y la palabra de Jehov� de Jerusal�n ". ( Isa�as 2:3, Miqueas 4:3.) Ahora percibimos por qu� Zacar�as uni� a los profetas a los sacerdotes.

Pero debemos tener en cuenta lo que hemos dicho en otra parte que lo prof�tico era, por as� decirlo, un oficio extraordinario, cuando Dios tom� a otros como ministros de su palabra adem�s de los sacerdotes. Porque su trabajo fue sacerdotal; pero Dios quiso condenar a los sacerdotes transfiriendo el trabajo de ense�ar a otros, es decir, cuando los Profetas fueron tomados de la gente com�n, o de otras familias, y no de la tribu lev�tica. De hecho, no es cierto que todos los sacerdotes fueran profetas; pero la oficina en s� misma no habr�a sido transferida a ninguna otra tribu, si Dios no hubiera castigado as� la ingratitud de aquellos que otorgaron m�s trabajo a sus propias preocupaciones privadas que a ense�ar a la gente. Sin embargo, este caso puede haber sido, fue un testimonio ilustre del favor de Dios, que los Profetas en ese momento hab�an sido levantados nuevamente. Y se ha agregado este hecho: que no habitaban en ning�n otro lugar sino en Jerusal�n, para alentar a los dispersos a regresar y mostrarles que el lugar no hab�a sido en vano previamente elegido por Dios. Esta es la raz�n por la cual el Profeta dice expresamente que los Profetas, as� como los sacerdotes, estaban en la casa o en el templo del Se�or de los ej�rcitos.

Tambi�n se menciona el tiempo, el cuarto a�o de Dar�o, y el noveno mes y el cuarto d�a (69) El comienzo del a�o, sabemos, fue en Marzo; por lo tanto, el mes de Chisleu fue noviembre, o parte de octubre y noviembre, ya que sol�an comenzar sus meses en las nuevas lunas. Del rey Dar�o hemos hablado en otra parte. No fue, de hecho, el primer Darius, el suegro de Cyrus, que transfiri� la monarqu�a al persa, sino Darius, el hijo de Hystaspes. Fallecido luego tuvo los setenta a�os, porque este, como se ha dicho antes, fue el cuarto rey.

Versículo 3

Consideremos ahora la pregunta que los cautivos propusieron a los sacerdotes. Preguntaron si deb�an llorar en el quinto mes y si deb�an separarse como lo hab�an hecho durante setenta a�os y m�s; durante algunos a�os, como hemos visto, hab�a transcurrido m�s all� de ese n�mero. Por lo tanto, aprendemos que se observ� un ayuno regular desde el momento en que el templo fue quemado y la ciudad destruida. Aqu� habla solo del quinto mes, pero poco despu�s se menciona el s�ptimo mes. Es evidente por la historia sagrada que la ciudad fue demolida y el templo derribado en el quinto mes. Por lo tanto, es probable que haya habido un d�a de duelo observado por la gente en memoria de ese triste evento. En el s�ptimo mes, aunque no en el mismo a�o, Gedaliah fue asesinada, y el resto de la gente fue expulsada. A medida que la tierra se volv�a desolada, tambi�n es probable que se designara otro ayuno, que cada a�o pudieran humillarse ante Dios y suplicar su perd�n. Desde entonces hubo una raz�n para ambos ayunos, es evidente que no pudieron haber sido condenados por los sacerdotes: ni hay ninguna duda, pero fue por el consentimiento p�blico de todos, que cada a�o mantuvieron estos d�as de llanto . Tambi�n vemos el fin que Dios tiene a la vista al prescribir un ayuno: que los hombres que acuden a �l sientan verdadera penitencia y se recuerden por su apariencia externa de su propia culpa. Cuando los jud�os observaron esta regla en sus ayunos, debemos concluir que agradaron a Dios; porque estos eran ejercicios religiosos, por los cuales podr�an haber sido conducidos al arrepentimiento.

Ahora preguntaron si deb�an continuar llorando; porque el templo ya se hab�a comenzado a construir, as� como la ciudad. Dado que la raz�n de su duelo hab�a sido, que el templo ya no se encontraba donde pod�an ofrecer sus sacrificios, y que la ciudad santa hab�a sido demolida, era indudablemente correcto dar gracias a Dios y sentir alegr�a cuando llegara el fin. lleg� a sus calamidades. Sin embargo, los cautivos se aventuraron a no cambiar nada sin la autoridad y el consentimiento de los sacerdotes, para que todos pudieran estar de acuerdo. Y as�, tambi�n testificaron que eran verdaderos miembros de la Iglesia, ya que no deseaban tener nada diferente de los dem�s.

La palabra ayuno no se menciona; pero preguntaron: "�Lloramos?" Por lo tanto, tambi�n parece que no fueron tan groseros en sus ideas como para pensar que la parte principal de la religi�n es el ayuno, como lo hacen los hip�critas, que imaginan que honran a Dios al abstenerse de comer y, por lo tanto, se burlan de Dios, que es un Esp�ritu , con simples bagatelas, cuando es su voluntad expresa ser adorado espiritualmente. Entonces vemos claramente que los jud�os no estaban imbuidos de este pensamiento grosero y tonto cuando establecieron este ayuno anual; porque pusieron el llanto en el lugar del ayuno. �Y por qu� fue este llanto, excepto que entraron en la presencia de Dios conscientes de su culpa y de manera suplicante, y testificaron por signos externos que reconocieron sus pecados, para que pudieran obtener misericordia y perd�n?

Mencionaron tambi�n la consagraci�n. La palabra ???, nezar, que significa separar, se explica de varias maneras: pero aqu� muchos int�rpretes la limitan a la abstinencia de la comida, como si hubieran dicho: "�Nos separamos de la comida?" (70) Esto me parece forzado: por lo tanto, prefiero aplicarlo a la santificaci�n; porque sabemos que cuando se prescribi� un d�a para ayunar u ofrecer sacrificios, se agreg� la santificaci�n. Porque aunque se convirtieron en jud�os a lo largo de toda su vida en abstenerse de toda contaminaci�n, sin embargo, sabemos que cuando se nombraba un sacrificio r�pido o en particular, eran m�s diligentes y sol�citos para descartar toda contaminaci�n. Ahora entendemos lo que los jud�os ten�an en mente y lo que quer�an decir con estas palabras. Ahora sigue:

Versículo 4

Aqu� el Profeta nos dice que fue enviado al pueblo y a los sacerdotes, no tanto para ense�ar a los mensajeros que vinieron de tierras lejanas como para corregir los vicios de su propia naci�n; pues los jud�os hab�an comenzado, de acuerdo con su manera habitual, a disimular con Dios, y se hab�an deslizado, como ha aparecido en otras partes, en muchas pr�cticas malvadas. Y parece evidente, que Dios no comprometi� con Zacar�as lo que los mensajeros podr�an traer de vuelta a Caldea; pero que se aprovech� la ocasi�n para recordar a los jud�os que deb�an cuidarse a s� mismos. Puede haber sido el caso, que los mismos sacerdotes y todos los dem�s hab�an comenzado a plantear una controversia: ��C�mo es esto? nuestros hermanos preguntan si a�n se debe observar el ayuno: "y las opiniones podr�an haber sido diferentes. Pero como esto es dudoso, lo dejo como tal. Sin embargo, vemos que el Profeta no habla aqu� respetando a los cautivos, ni dirige a sus mensajeros nada que puedan transmitir a Caldea, sino que dirige su discurso a los sacerdotes y al pueblo. La suma del todo es que, si bien los cautivos no dieron un testimonio desagradable de su religi�n, Dios reprendi� a los jud�os, que hab�an regresado a su propio pa�s, por ingratitud, ya que ya hab�an comenzado a contaminarse.

Versículo 5

Por lo tanto, �l presenta esta acusaci�n contra ellos: �Me hab�is ayunado? �Me has comido? como si hubiera dicho: "Dios no considera ayunos, excepto que proceden de un sentimiento sincero y tienden a un fin correcto y l�cito". Fue entonces el objetivo del Profeta despertar a los jud�os, para que no imaginaran que Dios estaba pacificado por el ayuno o por cualquier otra ceremonia fr�gida, pero que podr�an saber que se requer�a algo m�s. Y vemos cu�n propensos son los hombres a depender de los ritos externos, y pensar que han cumplido con su deber con Dios cuando han ayunado. A medida que la naturaleza humana trabaja bajo esta enfermedad, el Profeta es enviado aqu� para disipar esta ilusi�n; lo cual hace al declarar que el ayuno no agrada a Dios, o es aceptable para �l, como si fuera algo meritorio, o como si hubiera en �l alguna santidad.

Primero dice que la palabra de Jehov� le fue dada, para que �l pudiera ir al pueblo de la tierra y a los sacerdotes. Vemos la verdad de lo que ya dije, que la respuesta no estaba dirigida a los cautivos, sino a los mismos habitantes de la tierra y a los ciudadanos de Jerusal�n, y por esta raz�n, porque pensaron eso cuando la pregunta respetaba el ayuno fue movido, la primera y principal parte de toda religi�n fue objeto de investigaci�n. Por lo tanto, Dios, para poder despojarlos de esta superstici�n, dice: Cuando ayunaron en el quinto mes y en el s�ptimo mes, y durante los setenta a�os, �ayunaron conmigo? porque �l ha puesto un afijo al verbo, ?????, tsametni, y luego agreg� ???, ani: como si hubiera dicho: "�Fue a m� a quien ayun�? �Debo aprobar ese ayuno? Hay un �nfasis en la repetici�n, como si hubiera dicho, que no hab�a raz�n para que los jud�os se jactaran de haber servido fielmente a Dios, y cumplieran plenamente su deber, porque ayunaban dos veces al a�o, porque ten�an que ver con ese Dios que rechaz� cosas tan insignificantes.

Por lo tanto, aprendemos que nada es m�s absurdo que los hombres juzguen la adoraci�n de Dios seg�n sus propias nociones y conf�en en s� mismos. De hecho, es f�cil para nosotros enga�arnos a nosotros mismos; porque como somos terrenales, podemos pensar que lo que brilla ante nuestros ojos es lo m�s aceptable para Dios. Pero el Profeta aqu� nos recuerda, en una frase, cu�n fr�volos son tales pensamientos autocomplacientes; porque Dios nos encuentra con esta pregunta: ��Me hab�is ayunado? �Deben ser jueces, y les conviene inventar varios modos de adoraci�n? Pero permanezco siempre como yo, y no me transforma de acuerdo a lo que te agrada; porque repudio todo de este tipo ".

Versículo 6

Al decir que ellos mismos comieron y bebieron, �l insin�a que comer y beber, o abstenerse de comer y beber, son cosas totalmente ajenas a la adoraci�n a Dios. De hecho, puede surgir otro sentido, que los jud�os comieron como los paganos, y habr� en este caso una reprensi�n indirecta, que trataron de pacificar a Dios solo dos veces al a�o, y que durante el resto del tiempo fueron descuidados y se entregaron a los excesos. Deber�amos tener en cuenta lo que dice Pablo:

"ya sea que comamos o bebamos, todas las cosas deben hacerse para alabanza de Dios ". ( 1 Corintios 10:31.)

La ley tambi�n ordenaba expresamente a los jud�os que �festejen delante del Se�or�, es decir, que no prueben la comida sin acci�n de gracias, como si Dios estuviera presente. Por lo tanto, cuando los jud�os ayunaron sin tener en cuenta a Dios, no es de extra�ar que sus ayunos fueran rechazados; porque su curso no fue consistente. Porque aunque los piadosos no siempre ayunan, sin embargo, mientras participan libremente de carne y bebida, no apartan sus pensamientos de Dios, sino que se regocijan ante �l. Por lo tanto, comen y beben para Dios, y tambi�n se abstienen por cuenta de Dios. Pero el Profeta muestra aqu� que los jud�os comieron para s� mismos y que, por lo tanto, su ayuno no fue considerado ante Dios. Este �ltimo sentido no es inadecuado: pero en cuanto al tema en s�, es suficiente para nosotros saber que el Profeta, ya que tuvo que lidiar con los hip�critas, ridiculiza su superstici�n en sus ayunos, en la medida en que pensaron que se trataba de expiaciones por que sus pecados fueron borrados, y que si se abstuvieron por un d�a o dos de comer y beber, Dios fue pacificado.

Versículo 7

Y el objeto del Profeta es m�s evidente en el siguiente vers�culo, cuando dice: �No son estas las palabras que Jehov� proclam� por los antiguos Profetas? �l confirma aqu� su doctrina con muchos testimonios, es decir, que Dios ya hab�a exhortado a los jud�os al arrepentimiento verdadero a trav�s de las eras sucesivas, y hab�a condenado su disimulo, para que no pensaran que la verdadera religi�n estaba hecha de ayuno y cosas similares. Y esto hizo el Profeta, no solo para ganar o asegurarse para s� mismo m�s cr�dito, sino tambi�n para duplicar la maldad de los jud�os; como si hubiera dicho que aparentemente estaban muy ansiosos por no ofender a Dios, sino que era simplemente una falsa pretensi�n; porque si desde el coraz�n hubieran deseado agradar a Dios, hace mucho tiempo habr�an aprendido que los ayunos no eran de ning�n momento, pero que un comienzo deber�a hacerse con la verdadera religi�n y la adoraci�n espiritual.

Ya he mencionado que, posiblemente, cuando los cautivos plantearon la pregunta, prevalecieron muchas disputas, como suele ser el caso, entre la gente. Pero a medida que los jud�os alguna vez volvieron a sus viejas costumbres, apegados ciegamente a sus fr�as ceremonias, y pensando de esta manera para propiciar a Dios, el Profeta, por esta raz�n, se burla de su trabajo y trabajo absurdos. "Mira", dice, "la �nica pregunta ahora es, si debe haber ayuno, como si esto fuera lo principal ante Dios; Mientras tanto, la santidad es descuidada y descuidada es un verdadero llamado a Dios, y toda la adoraci�n espiritual tambi�n es estimada por ustedes como nada, y no prevalece integridad de la vida: porque se muerden unos a otros, se saquean unos a otros, se maltratan unos a otros, y son culpables de mentir: sin prestar atenci�n cierran sus ojos a vicios como estos; y al mismo tiempo cuando se descuida el ayuno, piensan que toda la religi�n cae al suelo. Estas son sus viejas costumbres, y tales eran com�nmente los pensamientos y las acciones de sus padres; y parece evidente que juegas con Dios, y que est�s lleno de enga�os, y que no hay en ti una part�cula de religi�n verdadera. Porque Dios antes hablaba en voz alta en tus o�dos, y sus palabras no eran oscuras cuando te exhort� por sus Profetas; te mostr� lo que era el verdadero arrepentimiento, pero no efectu� nada. �No es entonces bastante evidente que ahora est�s actuando enga�osamente cuando preguntas con tanto cuidado sobre el ayuno? Ahora percibimos qu� fuerza hay en esta oraci�n: �No son estas las palabras que Jehov� proclam� anteriormente? Porque no fue suficiente para recordarles a los jud�os el verdadero arrepentimiento; pero esta reprensi�n era necesaria para estimularlos con mayor dureza; y era completamente necesario descubrir su hipocres�a, para que no estuvieran demasiado satisfechos con las actuaciones externas.

Para que no se opongan, que lo que pidieron respetando el consejo de Dios se hizo con una buena intenci�n, el Profeta les responde: "�D�nde est�n las palabras por las cuales Dios ha testificado qu� puede complacerlo?" Y para el mismo prop�sito usa la palabra, ???, kora, proclam�: porque no dice que Dios simplemente declar� palabras de sus Profetas, sino que las pronunci� en voz alta, y como si fuera una boca llena �Mira�, dice, �preguntas como si estuvieras en duda, y que el nudo dif�cilmente se pudiera desatar, y como si fuera una cuesti�n de gran momento. Dios no solo ha hablado, sino que tambi�n ha llorado en voz alta en los o�dos de tus padres; Mientras tanto, ustedes pisotean su ense�anza, o la pasan con los ojos cerrados. �Qu� significa esto? preguntar con tanta ansiedad sobre el ayuno y, al mismo tiempo, despreciar lo que es mucho m�s importante? De manera similar, Cristo tambi�n condena a los hip�critas, porque dudaron en no tragarse un camello, mientras que no sol�an colar un mosquito, ( Mateo 23:24;) porque en las cosas insignificantes se atrevieron a no intentar nada ; pero en cuanto a la asquerosa maldad, saltaron sobre ella como si fuera con la audacia de las bestias salvajes. El objetivo de las palabras del Profeta era mostrar que los jud�os no cuestionaron seria y sinceramente el respeto de la voluntad de Dios, sino que pretendieron estar muy atentos a la religi�n, mientras que abiertamente, y con audacia grosera y sin cabeza, rechazaron la verdadera doctrina, que de ninguna manera era ambiguo, ya que Dios, por medio de sus muchos Profetas, les hab�a ense�ado claramente a ellos y a sus padres lo que les exig�a.

Versículo 9

As� dijo Jehov� de los ej�rcitos, (71) diciendo: El juicio del juez de la verdad, y la bondad y la misericordia muestran, cada uno a su hermano. Hemos visto lo que dijo el Profeta sobre el ayuno, cuando los mensajeros enviaron mensajeros para preguntar sobre el tema. Fue una oportunidad adecuada para manejar la pregunta. Porque, como dijimos entonces, la gente estaba tan dedicada a sus ceremonias, como para pensar que toda la religi�n consist�a en ayunar y en ejercicios similares. Y como somos propensos a este mal por naturaleza, debemos considerar cuidadosamente lo que el Profeta nos ha ense�ado: que el ayuno no es simplemente, o por s� mismo, aprobado por Dios, sino por el fin dise�ado por �l. Despu�s de haberles mostrado a los jud�os su error, al pensar que Dios podr�a ser pacificado por las ceremonias, ahora les recuerda lo que Dios requiere principalmente en su ley: que los hombres deben observar lo que es justo y correcto el uno con el otro. De hecho, es cierto que la primera parte de la ley se refiere al servicio debido a Dios; pero es una forma que Dios ha adoptado com�nmente, para probar la vida de los hombres seg�n los deberes de la segunda Tabla, y para mostrar lo que esta parte de la ley requiere especialmente de Dios, entonces en este pasaje, como en muchos otros, no recomienda justicia hacia los hombres para despreciar la piedad; ya que esto supera con creces todo en todo el mundo, as� que sabemos que al formar correctamente la vida, el comienzo siempre debe hacerse sirviendo a Dios correctamente. Pero como el Profeta tuvo que ver con los hip�critas, muestra que solo jugaron con Dios, mientras que hicieron muchas cosas externas, y al mismo tiempo descuidaron la rectitud y los deberes del amor.

Ahora entendemos el objeto del Profeta. �l hab�a dicho en la �ltima conferencia que no present� nada nuevo, pero solo les record� lo que otros Profetas les hab�an ense�ado; y aqu� persigue el mismo tema: que Dios tuvo m�s en cuenta la rectitud y la bondad que esas sombras legales, que en s� mismas no tuvieron importancia.

El juicio de la verdad, dice, juez. Esto no podr�a haberse extendido indiscriminadamente a todo el pueblo; pero con estas palabras, el Profeta reprendi� indirectamente a los jueces, porque cometieron el saqueo, ya sea por favor o por odio, de modo que decidieron los casos no de una manera justa y equitativa. Luego aprendemos de las palabras del Profeta, que los juicios se dieron de manera corrupta, de modo que el juez decidi� a favor de un amigo o fue comprado por un precio o una recompensa. Como entonces no hab�a verdad en los juicios dados, sino falsas pretensiones y coloraciones, el Profeta aqu� los exhorta a ejecutar el juicio de la verdad, es decir, el juicio verdadero, cuando no se muestra respeto a las personas, y cuando no prevalece el odio ni el favor. , pero solo se considera la equidad.

Luego se dirige a toda la gente en com�n y dice: Mostrar, o hacer ejercicio, amabilidad y misericordia (72) cada uno hacia su hermano. No solo les ordena que se abstengan de hacer nada malo, sino que los exhorta a mostrar amabilidad; porque no ser�a suficiente para no da�ar a nadie, excepto que cada uno de nosotros tambi�n fue sol�cito para ayudar a nuestros vecinos; en la medida en que es el dictado de la benevolencia ayudar a los miserables cuando la necesidad lo requiere. Pero debemos recordar que una parte se da dos veces por el todo en lo que dice el Profeta: en primer lugar, se refiere solo a la segunda Tabla de la ley, mientras que incluye en general la regla por la cual se formar� nuestra vida ; y en segundo lugar, enumera no todas las cosas contenidas en la segunda tabla, pero solo menciona algunas cosas como instancias. Sin embargo, es cierto que su dise�o era mostrar que los hombres est�n muy enga�ados cuando buscan cumplir con sus deberes hacia Dios por medio de ritos y ceremonias externas; y m�s all�, que es una evidencia verdadera y sustancial de piedad, cuando y uno observa lo que es justo y equitativo con su vecino. Luego agrega:

Versículo 10

Menciona aqu� algunos otros deberes, pero con el mismo prop�sito de demostrar que el temor de Dios no se prueba mediante ceremonias, sino actuando con justicia hacia nuestros hermanos, y no absteni�ndose solo de hacer lo malo, sino estando dispuesto a ayudar a los dem�s. miserable. Como las viudas, los hu�rfanos y los extra�os est�n expuestos al saqueo, Mois�s a menudo en la ley les recomienda que favorezcan, y muestra que Dios se preocupa por ellos, y ser� su defensor, cuando sea herido. As� tambi�n el Profeta habla aqu� expresamente de viudas, hu�rfanos y extra�os, para que los jud�os puedan entender, no solo que deben prestar atenci�n, para que nadie, siendo perjudicado, se queje, o para que nadie tome represalias por una lesi�n, pero que deb�an observar integridad ante Dios; porque los imp�os a menudo est�n aterrorizados por el miedo, y se abstienen de hacer travesuras, porque saben que habr� un vengador. De ah� que los ricos y los opulentos est�n a salvo de todas las heridas, porque est�n rodeados y fortificados por fuertes defensas; pero las viudas y los hu�rfanos no son capaces de repeler los errores. Esta es la raz�n por la cual el Profeta prefiere aqu� mencionar a viudas, hu�rfanos y extra�os, en lugar de hablar indiscriminadamente de todas las personas. Porque la importancia del todo es, como te he recordado, que el temor a Dios no se prueba realmente, excepto cuando una persona se apega a lo que es justo y correcto, y no se ve restringido por miedo o verg�enza, sino que cumple con su deber como estaba en presencia de Dios y de sus �ngeles, de modo que �l muestra favor a los pobres y miserables, que no tienen quien los ayude. Pero como ya he explicado m�s ampliamente este tema en general, ahora es suficiente mencionarlo brevemente. (73) Continuemos -

Ni imagines en tu coraz�n Todo hombre es malo contra su hermano.

Literalmente es ...

Y el mal del (o malvado) hombre, su hermano, No inventes en tu coraz�n.

No deb�an idear ni idear en sus corazones ning�n mal o mal para el hombre, siendo �l un hermano. Este sentido se da en el Targum, y Grotius, Henry y otros; pero Henderson, siguiendo la Septuaginta, le da otro significado; y su versi�n o m�s bien parafraseada es:

Y no pienses en tu coraz�n de la lesi�n Lo que le ha hecho a otro.

Pero el original dif�cilmente puede admitir tal construcci�n: el primero, sin duda, es el verdadero significado. - Ed.

Versículo 11

El Profeta aqu� al referirse a los padres reprocha m�s bruscamente a los jud�os de su �poca; porque vio que difer�an poco de sus padres. La suma de lo que dice es que los jud�os de todas las �pocas trataron infiel y perversamente con Dios; por cuanto se jactaban de su cuidado y celo por la religi�n, todav�a buscaban satisfacer a Dios solo con vanas tonter�as. Este era entonces el objeto del Profeta. Porque es cierto que alguna vez hubo alguna pretensi�n de religi�n en esa naci�n, pero fue una mera disimulaci�n porque, mientras tanto, intentaron sus ceremonias y cuando Dios les protest� seriamente su obstinaci�n y perversidad antes de que aparecieran ocultas al instante.

Por lo tanto, dice que se negaron a escuchar. Ahora no acusa a los muertos excepto con este prop�sito de ense�ar a la gente de su acre. Vio que eran sol�citos sobre el ayuno en las estaciones designadas, mientras que al mismo tiempo consideraban casi nada los requisitos principales de la ley, incluso la misericordia, la justicia y la rectitud. Estas son de hecho las tres cosas que Cristo menciona. ( Mateo 23:23.) Luego insin�a que esta doctrina no era nueva, y que sus padres hab�an sido suficientemente advertidos e instruidos, pero que deliberadamente, y como se dise��, se rebelaron contra Dios. En resumen, se quita la m�scara de ignorancia; porque, como los hombres en su mayor parte buscan atenuar sus pecados con la s�plica, de que no se les hab�a ense�ado clara o razonablemente, el Profeta declara que no hab�a ninguna excusa de este tipo, porque hab�an sido refractarios e indomables, se hab�an negado escuchar

Para exponer m�s completamente esta perversidad, luego dice, que el hombro de la retirada hab�a sido presentado por ellos. Los hebreos dicen que los hombres sirven con el hombro, cuando son sumisos y manejables, y voluntariamente sufren la carga que les corresponde, de acuerdo con lo que hemos visto en Sofon�as 3:1. El Profeta ahora, por el contrario, dice que los jud�os ten�an un hombro refractario, ya que se negaron a soportar el yugo, pero se sacudieron todo temor de Dios. La raz�n de la met�fora es esta: que a medida que las cargas se cargan sobre el hombro, el Se�or impone la ley sobre nuestros hombros, para que la carne no lascive con placer, sino que se mantenga bajo control. Por lo tanto, dice que hab�an presentado un hombro rebelde. La palabra ????, sarret, se representa correctamente en declive; pero algunos lo hacen perverso y otros contumaces: dado que el significado es el mismo, no sostengo la palabra. Es suficiente saber que la contumacia de los jud�os es lo que aqu� se condena; porque hab�an sido totalmente imposibles de ense�ar y se hab�an negado a someterse a Dios y a su palabra. (74)

Posteriormente menciona sus o�dos, hicieron que sus o�dos pesaran, para que no oyeran. En resumen, el Profeta busc� por todos los medios demostrar a los jud�os culpables, para que no adujeran nada para atenuar su pecado: porque se hab�an negado a obedecer a Dios en todos los sentidos, con la m�s decidida maldad, cuando su ense�anza era lo suficientemente clara. e inteligible.

Y retirar el hombro, "Bienvenido".

Agrega, �La l�nea ocurre en Nehem�as 9:29. La met�fora se toma de las bestias que disminuyen el yugo. Ver Oseas 4:16. �

Y le dieron la espalda rebeldemente, Henderson

�l observa que "girar el hombro es equivalente a darle la espalda a cualquiera. La causa de tal acci�n se remonta a una disposici�n refractaria, rebelde e intratable ".

Literalmente es

Y dio (o present�) el hombro de darse la vuelta.

Es una met�fora tomada, como dicen algunos, de ni�os o sirvientes refractarios, a quienes se les amonesta, desprecia y rechaza lo que se les ordena, como observa Drusius, d�ndoles la espalda. Esta es la vista m�s adecuada seg�n el contexto. La falta de atenci�n a la palabra de Dios, y no la insubordinaci�n, es el tema. Se negaron a escuchar, dieron la espalda y fingieron sordera, o se comportaron como si estuvieran sordos. Luego se menciona la fuente de esta conducta; el coraz�n se hizo tan duro como inflexible, para que no oyeran la ley y las palabras enviadas por los profetas. La falta de atenci�n est� en todo el tema; y el hecho evidente se menciona primero, en las diversas formas en que se exhibi�; y luego se remonta a un coraz�n adamantino. Esta es a menudo la forma en que los profetas declaran las cosas: primero se declaran los actos m�s palpables, luego los participios m�s ocultos. - Ed.

Versículo 12

Luego viene al coraz�n. Hicieron, dice, su coraz�n inflexible, o la piedra m�s dura. Algunos lo hacen de acero, y otros s�lex. A veces significa una espina; pero en este lugar, como en Ezequiel 3:9, y en Jeremias 17:1, debe tomarse como inflexible, o la piedra m�s dura. (75) Ahora vemos que el objetivo del Profeta era mostrar que los jud�os no ten�an excusa, como si hubieran ca�do por error o ignorancia, pero alguna vez lo hab�an hecho. voluntaria y perversamente rechaz� la sana doctrina. El Profeta nos ense�a que la hipocres�a hab�a sido el �nico obst�culo para evitar que entendieran y siguieran lo que era correcto.

Pero puede ser �til notar la forma de hablar que el Profeta adopta al condenar la perversidad de los jud�os, cuando dice, que hab�an rechazado la atenci�n a Dios. Porque deber�amos observar aqu� la conexi�n entre el temor de Dios y la obediencia, y por otro lado, entre el desprecio de la ley y la rebeli�n deliberada. Si entonces no seremos condenados por contumacia ante Dios, se debe prestar atenci�n en primer lugar a su palabra, y luego se deben someter los hombros, para que podamos soportar sumisamente el yugo que se nos ha impuesto; y en tercer lugar, debemos escuchar con los o�dos, para que la palabra de Dios que nos predic� no se pierda, sino que nos hunda en las ra�ces profundas; y, por �ltimo, nuestros corazones deben volverse hacia la obediencia, y toda dureza corregida o suavizada. Entonces Zacar�as agrega que los jud�os ten�an un coraz�n de piedra o de hierro, por lo que repudiaron la ley de Dios y todos sus profetas. �l le da el primer lugar a la ley, porque deber�an haber buscado de ella toda la doctrina de la religi�n; y los Profetas, como se ha dicho a menudo, solo eran int�rpretes de la ley.

Luego menciona las palabras que Jehov� hab�a enviado a trav�s de su Esp�ritu y de sus Profetas (76) Al decir que Dios habl� por sus Profetas, se encuentra con una objeci�n por el cual los hip�critas suelen cubrirse cuando rechazan la verdad. Porque se oponen y dicen que estar�an dispuestos a someterse a Dios, pero que no pueden soportar la autoridad de los hombres, como si la palabra de Dios cambiara su naturaleza al pasar por la boca del hombre. Pero como los hip�critas y los hombres profanos acostumbran a disminuir la autoridad de la palabra, el Profeta aqu� muestra, teniendo en cuenta este pretexto, que Dios dise�� para ser escuchado, aunque emple� ministros. Por lo tanto, por este tipo de concesi�n est� impl�cito, que los Profetas son personas intermedias y, sin embargo, que Dios habla as� por boca, que se le ofrece desprecio cuando no se muestra el debido honor a la verdad. Y adem�s, para que la bajeza de los hombres no detenga la palabra, menciona tambi�n al Esp�ritu, como si hubiera dicho, que Dios hab�a hablado no solo por sus siervos, sino tambi�n por hombres mortales, sino tambi�n por su Esp�ritu. Entonces no hay raz�n para que los hip�critas se disculpen enga�osamente, diciendo, que no se rebelan contra Dios, cuando desprecian a sus Profetas; porque el poder y la majestad del Esp�ritu Santo aparecen y brillan en la doctrina misma, de modo que la condici�n de los hombres no quita nada de su autoridad. Esta parte tambi�n se agreg� para condenar a los jud�os, porque desde el principio hab�an sido advertidos de manera razonable, y era solo su propia culpa que no se arrepintieran. Porque si el Se�or les hubiera permitido desviarse durante mucho tiempo, habr�a habido alguna pretensi�n para sus evasiones: pero como Dios hab�a tratado de recordarlos por el camino correcto, y los Profetas, uno tras otro, hab�an sido enviados continuamente a ellos, su infidelidad, s�, su perversidad de hierro, al negarse obstinadamente a obedecer a Dios, fueron descubiertos m�s completamente. Esta es la raz�n por la cual Zacar�as menciona aqu� a los antiguos Profetas.

Luego agrega, que hubo gran ira de parte de Jehov� de los ej�rcitos; con qu� oraci�n les record� que no era una disputa, como en caso de duda, si sus padres hab�an sido malvados y desobedientes a Dios; porque hab�a demostrado ser castigos lo suficiente como para abominar su conducta; porque este principio debe ser verdad que Dios no trata injustamente con los hombres cuando los castiga, sino que el castigo que inflige debe estimar el dem�rito de los cr�menes. Como entonces Dios hab�a castigado tan severamente al pueblo antiguo, la conclusi�n natural es que su maldad se hab�a vuelto intolerable. Ahora vemos por qu� el Profeta dijo que hab�a habido gran ira de parte de Dios; la raz�n era que los jud�os podr�an no pensar que se hab�a ofendido levemente, ya que no estaba satisfecho con un castigo moderado; porque, dado que su ira hab�a sido tan grande, y dado que hab�a castigado de una manera tan terrible los pecados del pueblo, se deduce que su maldad hab�a sido m�s grave de lo que los hombres consideraban que era.

Tambi�n hay aqu� una comparaci�n impl�cita; porque la infidelidad de aquellos que vivieron fue peor, por esta raz�n, porque no tomaron ninguna advertencia de las calamidades de sus padres, para tratar con m�s sinceridad con Dios. Sab�an que sus padres hab�an sido amonestados cuidadosamente y de diversas maneras; sab�an que segu�a el exilio, que era una evidencia de la terrible venganza de Dios. Como eran como sus padres, y no hab�an pospuesto su disposici�n perversa, demostraron ser culpables de una bajeza mayor y m�s refractaria, ya que deber�an haber sido influenciados al menos por el miedo, cuando vieron que el juicio de Dios hab�a sido tan terrible. contra los hombres obstinados. Luego sigue:

Versículo 13

El Profeta expone m�s completamente lo terrible de este castigo, que en vano gimieron y se quejaron, porque Dios estaba sordo a sus quejas y llantos. Cuando Dios, en cierta medida, se fulmina y pronto se reconcilia, no parece estar muy indignado, pero cuando el miserable a quien aflige por su mano no aprovecha nada de sus s�plicas y oraciones, parece evidente que Dios no est� en un grado com�n. ofendido Esto es lo que el Profeta quiso decir al decir que Dios no los escuch� cuando lloraron.

Pero debemos notar lo que se dice de su perversidad; porque �l dice que Dios hab�a llamado y que no lo oyeron. Ahora no puede considerarse una recompensa injusta, que Dios castigue el desprecio de su palabra; porque �cu�n grande es el honor por el cual �l favorece a los miserables miserables cuando los invita a s� mismo y los invita expresamente? Por lo tanto, cuando el llamado de Dios es rechazado y despreciado, �no se merecen los que son tan refractarios lo que el Profeta declara aqu�, que tendr�an que llorar en vano, ya que Dios estar�a sordo a sus gemidos?

En cuanto a las palabras, el cambio de persona puede avergonzar a los iletrados, pero es un modo de hablar com�n a los Profetas, porque asumen la persona de Dios para ganar m�s autoridad en su doctrina; y hablaron a veces en tercera y a veces en primera persona: cuando en el primero Dios mismo habla, y cuando en la tercera tiene el car�cter de ministros, quienes declaran y entregan, como si fueran de mano en mano, lo que hab�a sido comprometido con ellos por Dios. Por lo tanto, el Profeta en la primera cl�usula habla como ministro de Dios; luego asume su persona, como si fuera Dios mismo. Pero esto, como se ha dicho, se hizo con respecto a la palabra entregada. Fue que cuando �l llam� y no oyeron, etc. �Qui�n llam�? No es correcto aplicar esto, como algunos lo hacen, al Profeta; �l, por lo tanto, acusa aqu� a los jud�os, sin duda, del pecado de hacer o�dos sordos a la palabra de Dios. Entonces, dice, llamar�n y no escuchar�. Se podr�a haber dicho, "entonces llamar�n, y el Se�or no escuchar�". No hay en el significado, como vemos, nada oscuro o ambiguo. (77)

La importancia del todo, entonces, es que Dios no hab�a amenazado en vano por sus antiguos Profetas; pero que, como �l hab�a denunciado la venganza por boca de Isa�as, as� se hab�a ejecutado contra los jud�os, porque sin efecto lloraron y encontraron a Dios como un juez severo, cuya voz hab�an despreciado previamente. De hecho, sabemos que es una verdad repetida a menudo, que Dios no escucha a los imp�os; no, que sus oraciones son abominables; porque profanan el nombre de Dios con un coraz�n y una boca impuros cada vez que huyen a �l, mientras se acercan a �l sin fe ni arrepentimiento. Entonces aprendemos de estas palabras, que aquellos que desprecian perversamente la palabra de Dios se pudren merecidamente en sus propias calamidades; porque de ninguna manera es correcto o razonable que el Se�or est� listo para escuchar el llanto de aquellos que hacen o�dos sordos a su voz. Sigue -

13. Y fue, como �l hab�a llamado, y no oyeron, as� que "llamar�, y no oir�", dijo Jehov� de los ej�rcitos .

El Profeta relata lo que Jehov� hab�a dicho cuando los jud�os se negaron a escucharlo. El verbo [???] aqu�, como en una instancia anterior, se debe representar en tiempo pasado. Est� incorrectamente traducido "saith" en nuestra versi�n, y tambi�n por Newcome y Henderson. El tiempo pasado es observado por Marckius. Entonces, el comienzo del siguiente vers�culo es una continuaci�n de lo que Jehov� hab�a dicho:

14. "Y los conducir� como por un torbellino entre todas las naciones que no conocen;" Y la tierra qued� desolada tras ellos, sin pasajero y sin habitante; S�, hicieron de la tierra del deleite una desolaci�n.

Las dos primeras l�neas son literalmente as�:

"Y los har� girar Sobre todas las naciones a las que no conocen.

En las tres �ltimas l�neas, el Profeta declara cu�l fue el efecto.

Newcome dice que [?], "ellos", despu�s de "saber", es redundante. Es una instancia de dos pronombres, relativo y personal, "a quienes no conoc�an". Es lo mismo en gal�s, "(lang. Cy) Y rhai nad adwaenant hwynt". - Ed.

Versículo 14

Aqu� el Profeta concluye lo que hab�a estado hablando de la venganza de Dios, con lo cual hab�a demostrado completamente, que los pecados de esa naci�n hab�an llegado a tal punto, que no hab�a lugar para el perd�n. Por eso dice que se hab�an dispersado; pues prefiero representar la palabra, y el contexto parece requerir esto. Los int�rpretes var�an en cuanto a su significado; y, de hecho, los propios hebreos dicen que este es un pasaje dif�cil, ya que, de acuerdo con las reglas de la gram�tica, la palabra dif�cilmente puede adaptarse al contexto. Pero primero veamos de qu� trata el Profeta; y en segundo lugar, qu� significado, como la palabra significa varias cosas, es el m�s adecuado.

El Profeta sin duda se refiere aqu� a la venganza de Dios, como lo demuestra la dispersi�n de los jud�os entre muchas naciones, no solo cuando fueron expulsados ??al exilio, sino tambi�n cuando se dispersaron en varias partes del mundo. El verbo, tomado transitivamente, no es de ninguna manera dudoso en su significado, porque ???, sor, significa mover uno de un lugar, o expulsar, y eso por la fuerza, en la medida en que se deriva de torbellino. Por lo tanto, como puede ser aqu� un verbo transitivo, no veo ninguna raz�n por la que debamos buscar otros significados que difieran del dise�o y el objeto del Profeta. Luego dice que los jud�os hab�an sido dispersados, �c�mo? entre todas las naciones, es decir, a trav�s de todas partes del mundo; y luego entre naciones desconocidas. Ahora sabemos que cuanto m�s se aleja el exilio, m�s severo es, porque los vecinos en su mayor parte son los m�s humanos; y cuando uno se traslada lejos a una naci�n b�rbara, preferir�a cien veces morir en su viaje que vivir a una gran distancia de su pa�s, y entre un pueblo de h�bitos nuevos y extra�os. El significado es que los jud�os hab�an sido severamente visitados por Dios, no solo porque se hab�an apartado de su verdadero culto y santo temor, sino porque hab�an sido perversos, hab�an rechazado toda doctrina sensata y hab�an sido sordos e indiferentes a todas las advertencias. . Fue entonces por esta raz�n que se dispersaron entre todas las naciones.

Luego agrega, que la tierra despu�s de ellos se volvi� desolada y que nadie la atraves�. Esta circunstancia tambi�n, que Dios dedic� la tierra a la desolaci�n, demostr� m�s plenamente su ira: porque cuando Dios imprime marcas de su venganza en la tierra, y en otras cosas inofensivas, necesarias para el apoyo del hombre, se hace evidente que no est� ligeramente disgustado con los hombres. Luego insin�a que Dios no estaba satisfecho con el exilio y la dispersi�n de ese pueblo, pero que ten�a la intenci�n de que tambi�n debieran haber marcas visibles de su maldad en la esterilidad y la desolaci�n de la tierra misma: y esa tierra, sabemos, era muy fruct�fero, tanto por naturaleza como por la bendici�n de Dios; porque hab�a prometido dar a los israelitas una tierra que fluye leche y miel. Cuando esta fecundidad se convirti� en esterilidad, tal cambio deber�a haber despertado la mente de todos para considerar el terrible juicio de Dios. Ahora vemos por qu� el Profeta dice que la tierra despu�s de ellos, es decir, despu�s de su partida, se convirti� en desolada; porque hab�an contaminado la tierra hasta obligarla, aunque inocente, a soportar el juicio de Dios.

Y dice adem�s, que la tierra deseable se convirti� en un desperdicio, incluso por culpa de ellos. De hecho, Dios fue el autor de ese desperdicio, pero Zacar�as atribuye esta calamidad a la gente, porque hab�an provocado la ira de Dios y se hab�an ganado este mal; s�, hab�an involucrado a la tierra en s�, ya que ten�an la misma culpa, porque Dios la hab�a maldecido, aunque hab�an sido conducidos a otro pa�s. Tierra deseable era un nombre que a menudo se le daba a Judea, no solo por su fecundidad y la abundancia de sus productos, sino porque Dios lo hab�a elegido para s� mismo: porque aunque esa tierra sobresal�a de otras tierras en muchos aspectos, todav�a es seguro que su excelencia principal consist�a en esto, que Dios lo honr� con un favor peculiar.

Zacar�as luego condena a los jud�os, no solo porque hab�an extinguido por su propia culpa el favor del producto de la tierra, sino porque hab�an corrompido la tierra misma, que hab�a sido tan singularmente favorecida como para convertirse en la habitaci�n de Dios. Y por lo tanto, aprendemos m�s plenamente cu�n grande fue la enormidad de sus pecados, lo que hizo que Dios dedicara a la desolaci�n una tierra elegida por �l mismo; porque, como hemos dicho, no era un honor com�n para esa tierra, en la que Dios dise�� para ser adorado por su pueblo escogido y santo, haber sido destinado por �l para ser hecho como el Para�so. Pero cuando tal honor se convirti� en verg�enza y reproche perpetuo, fue claramente una se�al notable de la ira de Dios: y, por lo tanto, tambi�n se hace evidente la impiedad de esa gente que, como se hab�a dicho, desvi� el favor de Dios de la tierra, que no solo no produjo sus productos habituales, sino que tambi�n se convirti�, por as� decirlo, en un espect�culo vergonzoso, y llen� todo de horror al verlo tan desolado, donde anteriormente se ve�a el templo y la adoraci�n a Dios.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Zechariah 7". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/zechariah-7.html. 1840-57.