Bible Commentaries
1 Samuel 13

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículos 1-23

EL FIN DE UN JOVEN DE PROMESA

'Sa�l rein�'.

1 Samuel 13:1

Sabemos poco de Sa�l excepto como rey. Propongo hablar sobre su historia y su car�cter. Me parece apropiado tomar como texto estas dos breves palabras, porque, considerando el caso de Sa�l, consideramos el caso de un rey, y un rey que prometi� grandeza y bondad, pero cay� y cay� terriblemente.

I. La promesa temprana de Sa�l. �Primero, observemos su promesa temprana, cuando viv�a en la casa de su padre entre los labradores de Benjam�n.

( a ) Era un joven escogido y bueno, y desde sus hombros hacia arriba era m�s alto que cualquiera de las personas. Por lo tanto, ten�a todas esas cualidades f�sicas que constituyen la aptitud para el mando.

( b ) A la fuerza f�sica y la belleza a�adi� cualidades morales: era modesto. Le dijo a Samuel, cuando en su primer encuentro el profeta le indic� que ten�a una gran carrera por delante: ��No soy yo un benjamita, de la m�s peque�a de las tribus de Israel, y mi familia la m�s peque�a de todas las familias de la tribu de Israel? �Benjam�n? �Por qu�, pues, me hablas as�? Y cuando la asamblea nacional reunida en Mizpa lo eligi� rey, ya que parece haber habido una especie de elecci�n, no pudieron encontrarlo, porque se hab�a 'escondido entre las cosas', lo que considero que es el bagaje de el campamento.

( c ) Y, adem�s, fue valiente . Cuando Nahas, el rey de los amonitas, impuso condiciones vergonzosas a los hombres de Jabes de Galaad, requiriendo que se les arrancara el ojo derecho antes de perdonarles la vida, encontramos que el rey reci�n elegido repudi� tal sumisi�n con desprecio, mientras que la gente a su alrededor parece haber sido aplastada y aterrorizada por esta nueva incursi�n.

( d ) Adem�s, Sa�l era capaz . Hay hombres valientes que son extra�amente deficientes en capacidad, as� como a veces hay hombres capaces que carecen de valent�a. Pero Sa�l combin� ambas cualidades. Envi� su llamado a todo el pa�s, y cuando fue obedecido por una gran hueste, dividi� su ej�rcito en tres partes, atac� con fuerza en la guardia matutina y dispers� al enemigo antes de que tuvieran tiempo de tomar precauciones contra su ataque.

( e ) Adem�s, Sa�l fue magn�nimo . Cuando, despu�s de esta victoria, el ej�rcito quiso dar muerte a sus enemigos, �l intervino: "Nadie morir� hoy, porque hoy el Se�or ha obrado salvaci�n en Israel". Este rey reci�n elegido estaba lleno de cualidades principescas.

II. La declinaci�n de Sa�l. �Y, sin embargo, toda la historia de la vida de Sa�l, hasta que llega a las �ltimas escenas en el monte Gilboa, es la historia de nada m�s que su declive gradual. La larga lucha con los filisteos, con sus alternativas de victoria y derrota, parec�a haberlo expuesto a pruebas que no ten�a la fuerza espiritual para soportar. En la primera instancia que se nos dio, el pecado en el asunto del sacrificio fue de presunci�n.

En el segundo caso, el pecado en el asunto del bot�n de los amalecitas fue la codicia de su parte o, lo que parece m�s probable, la connivencia con la codicia del pueblo. Este deterioro por parte de Sa�l fue progresivo. Continu� y sigui� hasta que lo llev� a su perdici�n.

III. La lucha con el bien y el mal. �Sin embargo, incluso en la ca�da de Sa�l, tenemos vislumbres del regreso, de vez en cuando, de su mejor yo. Hubo una larga lucha entre el bien y el mal por la posesi�n de su alma. Y el hombre tambi�n luch�. Eso me parece la mitad de la tragedia de las almas perdidas. Sa�l, confundido por la lealtad y paciencia de David, con la conciencia herida por su regreso de bien por mal, luch� duramente contra el demonio de los celos que se hab�a apoderado de toda su alma.

IV. El fin de Sa�l. �Si quiere encontrar en la historia una escena de oscuridad y tristeza, vaya al cap�tulo del primer Libro de Samuel que habla de las �ltimas horas de Sa�l. El viejo profeta al que reverenciaba una vez y al que despreciaba despu�s ya no pod�a tener comuni�n con �l. Dios guard� silencio, como Dios guardar� silencio ante aquellos que lo han desafiado y han desechado Su autoridad. Los filisteos vertieron sus ej�rcitos sobre la llanura de Esdrel�n hasta el f�rtil centro del pa�s.

El rey, que hab�a perdido su fe religiosa, se volvi�, como muchos otros lo han hecho en apuros similares, a la superstici�n, y por fin el esp�ritu de Samuel apareci�, o pareci� aparecer, y reprendi� a Sa�l por su apostas�a y desobediencia, y pronunci� la palabra de Dios. ira contra �l y predijo su ca�da. Al d�a siguiente, los filisteos llevaron las alturas y vencieron la �ltima resistencia en la llanura de las tierras altas en la cima.

Sa�l enfrent� su destino con orgullo y desaf�o. Sus hijos fueron asesinados, su ej�rcito destruido y �l sufri� la muerte por su propia espada antes de caer en manos de sus enemigos. Tal fue el final del joven de la promesa.

Rev. Dr. TJ Lawrence.

Ilustraci�n

Las energ�as de Sa�l no se vieron mermadas por ninguna forma de sensualidad grosera. Cay� a causa de los pecados del esp�ritu, contra los cuales los que est�n exentos o son victoriosos de las tentaciones de la carne se ven obligados a luchar con todas sus fuerzas. Hay algunos que perecen porque la prosperidad les vuelve la cabeza. Con altiva confianza en s� mismos pierden el cuidado, el sentido de dependencia de Dios, a veces incluso la habilidad que los distingu�a en una posici�n inferior.

Hay otros que perecen a causa de la adversidad. Quiz�s una deshonra inmerecida, quiz�s alg�n otro mal les sobreviene, y endurecen sus corazones y se rebelan contra el Todopoderoso. Sa�l fue uno de los que caen porque no pueden soportar la alternancia de prosperidad y adversidad. Nuestra Letan�a dice, �en todo tiempo de nuestra tribulaci�n; en todo momento de nuestras riquezas ... Dios m�o, l�branos �. El ejemplo de Saulo deber�a llevarnos a rezar esa oraci�n con mayor devoci�n de la que a veces mostramos; porque el orgullo y los celos deben ser evitados por todos, ya sea que su estado sea alto o bajo. '

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Samuel 13". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-samuel-13.html. 1876.