Bible Commentaries
1 Samuel 5

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículos 1-12

EL DIOS PESCADO

Dag�n nuestro dios.

1 Samuel 5:7

I. La posesi�n del arca result� ser una maldici�n m�s que una bendici�n para los filisteos. �Esto se debi� a que Dios, en cuya presencia estaba el arca, no recibi� el lugar que le correspond�a. Colocaron el arca junto a la imagen de su dios, que cay� postrado ante el arca, como para mostrarles la posici�n que deb�an tomar ante el Dios de Israel. Los filisteos decidieron tener a Dag�n adem�s del arca, por lo que lo establecieron de nuevo.

Muchas personas que nos rodean hoy le dar�an a Dios un segundo lugar en sus corazones si sus �dolos pudieran permanecer. Pero eso no puede ser. Debe haber una elecci�n: Dios o los �dolos, no ambos.

II. A la ma�ana siguiente, los filisteos encontraron a su �dolo nuevamente ca�do ante el arca, sin la cabeza y las manos. �Por lo tanto, no quisieron que el arca permaneciera con ellos, sino que la enviaron primero a un lugar y luego a otro, llev�ndose destrucci�n a dondequiera que fuera. Despu�s de haber estado siete meses en su pa�s, los filisteos decidieron enviarlo de regreso a los israelitas. El arca fue recibida por la gente de Bet-semes; pero cuando Dios hiri� a los hombres de esa ciudad por haber mirado dentro del arca, la enviaron a los habitantes de Quiriat-jearim, quienes la llevaron a la casa de Abinadab, donde permaneci� mucho tiempo.

Los sacerdotes de Bet-semes deben haber sabido que incluso a los levitas se les prohibi� mirar los muebles del Lugar Sant�simo bajo pena de muerte ( N�meros 4:19 ), pero en lugar de apresurarse a cubrirlo con la reverencia adecuada, lo dej� expuesto a la mirada del p�blico, y provoc� un juicio que ten�a la intenci�n de vindicar la santidad de Jehov�.

Ilustraciones

(1) 'Si hay en nuestro coraz�n alg�n �dolo de Dag�n, ante el cual nos hemos postrado, traigamos el arca del Dios de Israel. Seguramente ninguna cosa mala puede oponerse a la entrada del Redentor. Debe caer ante �l y romperse. Aquellos que no puedan derribar a Dag�n antes de introducir el arca, deben introducir el arca, y Dag�n caer� solo. Los �dolos �l abolir� por completo. '

(2) 'En los Libros de Samuel y los Reyes es la presencia o la ausencia del arca lo que justifica todo lo normal y explica suficientemente todo lo anormal de la historia. Ya sea en Silo, o en manos de los filisteos, en Quiriat-jearim o en el monte Si�n, est� en todas partes y siempre �el arca del pacto�, el testigo silencioso del per�odo del �xodo.

En la historia israelita existe una sola arca de este tipo, y hace que la historia en sus rasgos principales, especialmente en sus rasgos religiosos, sean indivisibles e irreprochables. El secreto de los libros es el secreto del arca que los almacen�, y entre cuyos querubines habit� Jehov� de los ej�rcitos. '

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Samuel 5". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-samuel-5.html. 1876.