Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 1

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículo 5

EL EVANGELIO PODEROSO

'Nuestro evangelio no les lleg� solo en palabras, sino tambi�n en poder'.

1 Tesalonicenses 1:5

La predicaci�n de San Pablo tuvo un �xito excepcional en Tesal�nica, y tambi�n all� los buenos resultados de su trabajo se vieron menos empa�ados por las malas influencias posteriores que en muchos otros centros de sus labores apost�licas. Con los tesalonicenses, decididamente, el evangelio no se ve como un mero encanto de juegos de palabras, sino como una influencia viva y poderosa.

I. El mundo necesita un evangelio poderoso � La gran necesidad de los hombres en todas las �pocas y climas es un poderoso impulso para sacarlos del letargo espiritual a la nueva experiencia de una nueva vida.

II. El evangelio de Cristo est� lleno de poder . El cristianismo no es simplemente un sistema religioso espec�fico que ocupa su lugar entre otros sistemas: egipcio, indio, griego, etc. No solo es un sistema mejor que todos los dem�s, superlativamente mejor en dignidad, pureza, etc. Es m�s que cualquier esquema de divinidad. No es simplemente la soluci�n incomparablemente m�s noble jam�s ofrecida al gran enigma del universo. Su peculiaridad sorprendente es que est� vivo mientras otros sistemas de religi�n y filosof�a est�n muertos.

III. Cristo es la fuente del poder del evangelio � El evangelio viene con poder, y no como una mera palabra, porque Cristo mismo est� con Su evangelio.

Ilustraci�n

Hay mucha verdad en las ideas ved�sticas de Dios, en la ense�anza zoro�strica sobre el pecado, en las teor�as egipcias del juicio futuro, en las opiniones del dramaturgo griego sobre el gobierno moral y en los pensamientos del fil�sofo griego sobre el bien principal. Pero todas estas grandes y muchas veces nobles concepciones carecen de poder para cambiar el coraz�n y el car�cter de los hombres. El cristianismo hace esto. Cristo dio la nota clave cuando obr� milagros: "se�ales poderosas". Sus milagros f�sicos fueron signos de su obra espiritual '.

Versículos 9-10

ESPERANDO AL HIJO DEL CIELO

'Os volvisteis a Dios de los �dolos para servir al Dios vivo y verdadero; y esperar a su Hijo del cielo, a quien resucit� de entre los muertos.

1 Tesalonicenses 1:9

Estas condiciones marcaron la vida de aquellos a quienes el Ap�stol escribi�:

( a ) El apartarse de los �dolos .

( b ) El servicio del Dios vivo y verdadero .

( c ) La espera del Hijo del cielo como aquellos que esperan el regreso de un Rey .

�Est�n estas condiciones grabadas profundamente en la vida de la gente de esta tierra? �Tienen un dominio reconocido sobre los corazones de j�venes y ancianos, ricos y pobres? �O diremos �haciendo todo lo posible por las grandes y benditas excepciones� que la superficialidad en la religi�n, la tendencia a presumir de la paciencia de Dios se encuentran entre las principales caracter�sticas de nuestro tiempo?

I. 'Esperar a su Hijo del cielo'. �La expectativa moment�nea, la calma y la preparaci�n paciente, marcaron esa espera en tiempos pasados. Los rostros una vez vueltos hacia arriba en el Monte de los Olivos a menudo deben haber escaneado el cielo para ver si hab�a alguna se�al del regreso de Aquel de quien se dijo: '�l vendr� de la misma manera en que lo hab�is visto ir al cielo'. Los primeros cristianos vivieron como los siervos de Aquel cuya venida, si se promet�a en ning�n momento, era posible en cualquier momento , como aquellos cuya existencia les promet�a prepararse a s� mismos y a los que los rodeaban para el regreso de un Rey, cuyo reino en la tierra deber�a mostrar. algunas se�ales de preparaci�n para anticipar y recibir su venida.

II. Y as�, en el libertinaje e iniquidad paganos que los rodeaba, estos hombres se esforzaron por llevar el mensaje ennoblecedor de la libertad de Cristo. En la maldad cristiana y la oscuridad que nos rodea, tambi�n debemos llevar ese mismo mensaje, si queremos ser soldados fieles de la Cruz de Cristo. �Y se puede exagerar la necesidad? �Se pueden pintar los horrores con demasiada profundidad? �Pueden acentuarse con demasiada fuerza los inarticulados gritos de auxilio? Hay mucho que ver ahora que deber�a hacernos sentir esperanzados y muy agradecidos.

Y, sin embargo, la necesidad es grande, terrible y apremiante, con respecto a los males sociales de nuestro tiempo.

III. �Qu� estamos haciendo en estos asuntos? �Con demasiada frecuencia miramos impotentes a las masas. Dios individualiza. Decimos: ' Nosotros , �qu� podemos hacer?' Dios dice: "T�, �qu� est�s haciendo?" Arte t� usando tu libertad cristiana, y por precepto y ejemplo tratando de alegrar la vida de otros con el mensaje que ha hecho la vida de tu conexi�n con el yugo de Cristo? Porque la libertad cristiana no es licencia para vivir para nosotros mismos, sino poder para vivir para Dios.

No hay nada que unir� intereses en conflicto, que se unir� de coraz�n a coraz�n, que unir� clase y clase como un trabajo com�n para Dios, como una preparaci�n mutua y �til, mientras esperamos el regreso del Hijo del cielo, volvi�ndonos a Dios. de los �dolos para servir al Dios vivo y verdadero.

IV. En tal preparaci�n, el cielo y la tierra se encuentran � Cuando levantamos nuestras manos para trabajar, hay otras manos que parecen encontrarse y estrechar las nuestras. Levante los ojos al cielo y observe los preparativos que se llevar�n a cabo all� cuando sienta la tentaci�n de desanimarse. All�, 'en medio de las crecientes actividades que rodean el trono de Dios; all�, de donde surge el canto de alabanza inmortal; all�, hasta que llegue el cumplimiento del tiempo, se adelantan siempre los preparativos para el regreso triunfal de Cristo, el Rey de reyes.

Dentro del velo que �l representa, suplica, intercede. �Oh, alcen sus ojos a las colinas, de d�nde viene su ayuda, humildes seguidores de Dios, ustedes que, con una fuerza que no es la suya y atra�dos por la extra�a atracci�n de la Cruz, est�n tratando de mantener su propio coraz�n! de d�nde vienen los resultados de la vida y la muerte, y cuidar con diligencia la parte de la vi�a que el Se�or ha encomendado a ustedes.

Es la misma obra de Cristo que se les ha impuesto. Debe ser una carga para tu coraz�n, poner a prueba tus energ�as y hacerse sentir en tu vida. No temas esto; el que sigue a Cristo debe llevar una cruz, y el que lleva una cruz la encontrar� marcada en sus hombros. Sin embargo, si su causa es la de Cristo, es la que ha escrito mucho sobre ella la promesa y la potencia del �xito definitivo y asegurado. Une entonces a�n m�s perfectamente tu espera por el Hijo del cielo con Aquel que ahora espera dentro del velo; y permita que la misma marca de preparaci�n activa e incansable, de gran simpat�a, de amor inagotable, de paciencia incansable que caracterizan toda la obra de Cristo, tambi�n distinga en su medida sus fervientes esfuerzos en la causa del Maestro.

�Obispo ER Wilberforce.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Thessalonians 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-thessalonians-1.html. 1876.