Bible Commentaries
1 Timoteo 2

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículos 1-2

LA LEY DE INTERCESI�N DE CRISTO

Por tanto, exhorto a que, ante todo, se hagan s�plicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que est�n en autoridad.

1 Timoteo 2:1

Ciertamente, no podemos ser cristianos sin creer en el poder y la eficacia de la intercesi�n de unos a favor de otros. Dios es Esp�ritu. As� como en el mundo religioso y en el lenguaje de las Sagradas Escrituras decimos que Dios es Amor, Dios es Luz, Dios es Bondad, Justicia y Fuerza, as� en el mundo de la ciencia decimos que Dios es Poder, Fuerza, Ley y Orden. . Si por un lado es herej�a y pante�smo decir que todo es Dios, por otro lado es la m�s profunda verdad cat�lica decir, Dios est� en todo, y �l sostiene todas las cosas con la palabra de Su poder.

I. �Es la oraci�n superflua ? Pero si eso es as�, aquellos que deseen expulsarlo de su propio universo dir�n que Dios sabe mejor lo que es para el bien de nosotros y de nuestros amigos, y ante quien interceder. �l en su nombre es superfluo. �Ah! esa no es la mente de Dios. Al otorgarnos el don del libre albedr�o, ha determinado que seamos agentes morales en el asunto de Sus dones y bendiciones como en todo lo dem�s.

�l otorga los resultados ordinarios de Su Providencia a todos los que nacen en las condiciones normales de la humanidad: vida, aliento, aire, sol, lluvia, comida y cosas por el estilo. Pero donde se necesitan y desean ejercicios especiales de Sus energ�as, ya sea en las cosas de la mente o del cuerpo, �l los reserva para aquellos que se lo pidan.

II. Oraci�n por los dem�s � Si somos siervos genuinos del Se�or Jesucristo, oraremos a�n m�s por los dem�s que por nosotros mismos. Como Cristo en la gloria intercede por nosotros, as� debemos interceder nosotros por los hombres. En proporci�n a nuestra fe, amor y celo, nuestras intercesiones ser�n escuchadas.

III. No escatimar en el temperamento de la oraci�n � No debemos escatimar en absoluto en el temperamento de la oraci�n y en el h�bito de llevar los deseos de nuestro coraz�n, ya sea para nosotros mismos o para otros, ante Dios. "La oraci�n eficaz y ferviente del justo vale mucho". Tan grande es el poder que se convierte en uno de los motivos m�s fuertes en el cultivo de la santidad. Cuanto m�s cerca estemos de Dios, m�s prevaleceremos en nuestras oraciones por aquellos a quienes amamos.

Archidi�cono William Sinclair.

Ilustraci�n

'El santo obispo Jackson, siempre que estaba en casa por la tarde, sol�a retirarse a su habitaci�n a las cuatro y all� durante una hora, con la lista del clero de la di�cesis extendida ante �l, concentraba su pensamientos sobre el car�cter de cada uno, y derram� su coraz�n por ellos al Dios Todopoderoso, de acuerdo con sus circunstancias, necesidades y car�cter. Hab�a pocos miembros de su clero, incluso los p�rrocos recientemente ordenados, de los que no se hab�a formado una noci�n definida; y as� pudo, como su padre en Dios, llevar a todos sus hijos, j�venes y ancianos, ante el trono de la gracia. '

Versículos 1-3

OBISPOS Y PUEBLOS

'Exhorto ... que ... se hagan ... oraciones ... por todos los que est�n en autoridad'.

1 Timoteo 2:1

Es dif�cil tener autoridad. El hombre con autoridad debe vivir toda su vida bajo el feroz resplandor de la cr�tica p�blica. Tambi�n parece dif�cil darse cuenta de que tenemos un deber para con las autoridades. El hombre con autoridad parece tan alejado de nosotros, tan independiente de todo lo que podamos hacer. Sin embargo, tenemos ese deber, un deber pr�ctico expresado por San Pablo en su exhortaci�n a la oraci�n por los que est�n en los lugares altos.

I. La autoridad de los obispos . Le ruego que aplique lo que he dicho a los obispos, no porque desee magnificar indebidamente el oficio del episcopado, sino porque los obispos necesitan las oraciones de los fieles para el correcto desempe�o de su p�blico. deberes. Son hombres con autoridad. Independientemente de lo que se pueda pensar sobre el episcopado como parte de la esencia de la Iglesia, los hechos son obstinados, y es un hecho que se conf�a una gran autoridad a un obispo.

( a ) La mayor autoridad de los obispos se basa en la relaci�n del obispo con el gran Jefe de la Iglesia . La Corona puede nombrar a un obispo para su alto cargo, como en Inglaterra. Puede ser elegido por el pueblo, como en Australia. Ejerce su autoridad episcopal principalmente ni para la Corona ni para el pueblo, sino para el gran Obispo de nuestras almas. Entonces, necesariamente la autoridad de un obispo en su sentido m�s alto es pastoral.

( b ) Un obispo tambi�n tiene autoridad como custodio de la fe . Sobre �l, m�s que sobre otros, recae el deber de desterrar y ahuyentar la 'doctrina extra�a y err�nea'.

II. La responsabilidad del pueblo � no he tenido escr�pulos en indicar cu�n importante es la responsabilidad de un obispo. �No tienes ninguna responsabilidad? Considere el deber de orar por los obispos a la luz de las necesidades actuales.

( a ) Ore para que los obispos tengan una mente alerta y sin prejuicios . La edad da sabidur�a, pero no siempre da la mente abierta como la de un ni�o para captar el susurro de la voz de Dios.

( b ) Ore para que los obispos tengan el valor de hablar y actuar sin temor ni prejuicios . Esto no es f�cil de hacer. Exige valor de un obispo para cumplir con su deber en Inglaterra hoy sin miedo ni prejuicios, y est� extra�amente constituido quien nunca ha sentido el temor de la opini�n p�blica adversa, tan a menudo ciega y cruel en su fuerza. Sin embargo, si temen a los hombres, no son siervos de Cristo Jes�s. Ore, por lo tanto, para que los que tienen autoridad en la Iglesia no tengan miedo.

( c ) Sobre todo, ore para que puedan tener una adhesi�n completa y convincente al Bendito Se�or . La sabidur�a es buena. El coraje es bueno. La herencia del pasado, las oportunidades del presente, las esperanzas del futuro, estimulan y elevan nuestras vidas, pero son vanas sin Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

�Obispo GH Frodsham.

Ilustraci�n

'M�s cosas se logran con la oraci�n

De lo que sue�a este mundo. Por tanto, deja que tu voz

Lev�ntate como una fuente para m�, d�a y noche.

Porque �qu� son mejores los hombres que las ovejas o las cabras?

Si, conociendo a Dios, no levantan manos de oraci�n.

Versículo 5

EL �NICO MEDIADOR

"Un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre".

1 Timoteo 2:5

San Pablo describe aqu� no un credo sino una experiencia. Estas palabras no son la expresi�n de un dogma apost�lico, sino la expresi�n del sentimiento del Ap�stol. �l no est� insistiendo en algo que se debe tener como creencia, sino que nos est� diciendo algo que ha encontrado que es Jesucristo Hombre, su conciencia de �l.

Nadie medi� jam�s entre Dios y el hombre como lo hizo Cristo.

I. Es notable, porque lo celestial y lo terrenal se encuentran en �l sin dificultad, se mezclan en �l. �Cu�n maravillosamente completo es �l! No hay defecto en Su car�cter, no hay descuido de las cosas menores de la vida, no hay imperfecci�n en el lado humano debido a Su lado Divino. No hay unilateralidad en Cristo Jes�s, como encontramos en la mayor�a de los reformadores. Era un Hombre intensamente espiritual, pero lleno de todo lo humano. Esta reuni�n y mezcla es �nica.

II. Cristo es �nico en lo que media .

( a ) En lo que �l trae y nos presenta . Su visi�n de Dios el Padre, que nos dio, es �nica. �Qui�n hizo que los hombres pensaran en Dios como �l?

( b ) Un mediador ante Dios de nuestra humanidad . En �l nos acercamos al Padre.

III. Cristo es el �nico Mediador. - 'Si alguno hubiere pecado, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo, y �l es la propiciaci�n por nuestros pecados'. Cuando pensamos as� en 'Jesucristo hombre' y escuchamos la exhortaci�n: 'Alcen vuestros corazones', la voz de humilde amor y fe responde: 'Los exaltamos al Se�or'.

Versículo 8

'ORA, SIEMPRE ORA'

Por tanto, quiero que los hombres oren en todas partes, levantando manos santas, sin ira y sin dudar.

1 Timoteo 2:8

Si hay un sentimiento m�s arraigado en el hombre que otro es el de la dependencia. El orgullo puede existir, pero uno todav�a se siente dependiente. Una objeci�n que se escucha contra la oraci�n es que Dios ha arreglado todas las cosas. As� que lo ha hecho, pero no absolutamente; por ejemplo, el agricultor debe sembrar trigo o no cosechar. El objetivo de la oraci�n no es familiarizar a Dios con nuestras necesidades, sino profundizar nuestro sentimiento de dependencia. En oraci�n estamos obedeciendo el mandato de Dios. �l conoce nuestra necesidad, pero dice: 'Por esto me preguntar�n', etc.

I. La naturaleza de la oraci�n .

( a ) Est� dirigido al Padre, a trav�s del Hijo, por el Esp�ritu .

( b ) Es la expresi�n de una necesidad que se siente .

II. Caracter�sticas de la oraci�n (ver texto),

( a ) Pureza de motivo .

( b ) Debe ser la expresi�n del coraz�n .

( c ) Debe ofrecerse con esp�ritu de caridad .

( d ) Debe haber confianza . 'El que viene a Dios debe creer que �l existe, y que �l recompensa a los que lo buscan diligentemente'.

III. Universalidad de la oraci�n .

( a ) Siempre . Necesitado, peligro, mundo, familia, hogar, en el extranjero.

( b ) En todos los lugares . En lugares consagrados y lugares no consagrados. 'Donde dos o tres', etc.

Ilustraci�n

�Un hombre de estudios, pero incr�dulo, viajaba una vez por Manila en una expedici�n cient�fica. Lo escoltaba un nativo de rango. Cuando estaba a punto de comenzar, el nativo le pidi� al forastero blanco que orara a su Dios. Se neg�, porque no era un hombre de oraci�n. El nativo dijo entonces: "Bueno, hay que rezarle a alg�n Dios , as� que me disculpar�s si le rezo al m�o". El incr�dulo fue as� reprendido por los paganos. Su efecto fue que el hombre que fue en busca de curiosidades devolvi� un hijo de Dios, y habiendo encontrado la perla de gran precio. Su pr�xima visita ser� como misionero para predicar a Cristo '.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Timothy 2". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-timothy-2.html. 1876.