Bible Commentaries
2 Reyes 4

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículo 6

SUMINISTRO PROPORCIONADO A LA FE

Y el aceite se qued�.

2 Reyes 4:6

�Qu� dolorosa confesi�n! No hab�a ninguna raz�n por la que deber�a quedarse. Hab�a tanto petr�leo como siempre, y el poder que hab�a producido tanto podr�a haber continuado sin l�mite ni agotamiento. La �nica raz�n para el cese del petr�leo fue la falla de las vasijas. La viuda y sus hijos hab�an obtenido solo un n�mero limitado de vasijas y, por lo tanto, solo hab�a una escasa provisi�n del precioso aceite.

I. Es por eso que muchas de las promesas de Dios no se cumplen en su experiencia. �En tiempos pasados ??segu�as reclamando su cumplimiento; con frecuencia le tra�as las promesas de Dios y le dec�as: 'Haz lo que has dicho'. Vaso tras vaso de necesidad se tra�an vac�os y se llevaban llenos. Pero en los �ltimos a�os te has abstenido, te has apoyado en los remos, has dejado de traer tu necesidad. De ah� la menguante oferta.

II. Es por eso que su vida no es tan productiva en bendiciones como podr�a ser. �No traes suficientes vasijas. Piensas que Dios ha obrado a trav�s de ti tanto como puede o quiere. No esperas que �l llene los �ltimos a�os de tu vida como lo hizo con los primeros.

III. Por eso la bendici�n de una Misi�n permanece en su curso. �Mientras el Misionero permanezca con nosotros podemos esperar la continuaci�n de la bendici�n. Pero despu�s de un tiempo decimos 'Dejemos que los servicios se detengan, han seguido su curso y cumplieron su fin'. E inmediatamente la bendici�n se detiene a mitad de camino. Traigamos los vasos vac�os de nuestro pobre esfuerzo para que Dios los llene hasta la medida de su capacidad.

Ilustraci�n

'La lecci�n de esta historia, una lecci�n familiar y familiar, pero siempre verdadera y bendita, es la que el Se�or proporcionar�. La firme convicci�n de que cumplir� su palabra y se encargar� de que sus obreros tengan todo lo que sea esencial para su mantenimiento y para el cumplimiento de sus justas obligaciones: �no es mucho que desear? Necesito la mente tranquila, la tranquilidad tranquila, el esp�ritu apacible y victorioso, si sus tareas deben ser bien hechas y sus batallas bien peleadas.

El que lucha por el Rey Celestial no debe enredarse en los asuntos de esta vida, y no debe obstaculizar sus movimientos con presentimientos, recelos y dudas. Debe caminar en libertad. Debe regocijarse siempre. Debe creer y estar seguro de que �reparar� hasta una fuente llena� y de que su glorioso Se�or suplir� todas sus necesidades. "Si buscas primero el Reino de los Cielos", escribe Matthew Henry, "tendr�s comida y ropa a modo de sobra, ya que el que compra bienes tiene papel e hilo de embalaje que se le entregan por encima y por encima del trato". '

Versículo 26

LA SALUD DEL ALMA

�Te va bien?

2 Reyes 4:26

Esta es una pregunta com�n sobre el cuerpo. Preguntar acerca de la salud es la primera pregunta generalmente cuando los amigos se encuentran: y verdaderamente, de todas las misericordias externas y providenciales de Dios, ninguna es mayor y m�s deseable que la salud. Porque sin ella, �de qu� sirve la posesi�n de otros dones o bendiciones?

I. Al igual que con el cuerpo, as� con el alma. �La primera pregunta y la principal preocupaci�n debe ser su salud y bienestar. De un amigo cristiano o de un p�rroco especialmente, como m�dico espiritual, qu� saludo es m�s apropiado que este: '�Te va bien?'

II. Las apariencias externas pueden ser enga�osas en cuanto al estado del alma. �Un hombre subi� al templo a rezar. �Le va bien? �Baj� a su casa injustificado, su oraci�n no fue escuchada y su persona no aceptada! �Y ese pobre publicano, la imagen misma de la miseria, de pie a lo lejos, golpe�ndose el pecho, con la mirada baja y el semblante abatido? �Le va bien? �Oh si! Los �ngeles en el cielo se regocijan por �l, y el gran Dios que llena el cielo y la tierra con su majestad infinita mira con favor y bendici�n a ese pobre hombre de esp�ritu humilde y contrito.

Entonces, tambi�n, qu� poco la apariencia exterior indica salud espiritual incluso en el mismo individuo. El rey Manas�s rein� cincuenta y cinco a�os en Jerusal�n en prosperidad y en olvido de Dios, haciendo que Jud� y Jerusal�n erraran y fueran peores que las naciones; pero cuando el rey de Asiria lo tom�, lo at� con grilletes y lo llev� a Babilonia, 'cuando estaba en aflicci�n, suplic� al Se�or su Dios, se humill� mucho ante el Dios de sus padres y le or�; y le suplic�, y oy� su s�plica, y lo llev� de nuevo a Jerusal�n, a su reino. Entonces Manas�s supo que el Se�or era Dios. ' Le iba 'bien' en su mazmorra babil�nica, pero no en el trono y en el templo de Jerusal�n.

Un ejemplo a�n m�s sorprendente: el ladr�n moribundo en la cruz. En la agon�a de una muerte dolorosa y vergonzosa, justamente debida a causa del crimen, y que pronto pasar� de la sentencia del tribunal terrenal a la presencia del Dios justo y santo. De todos los hombres, �le va bien? �Oh si! Su alma se regocija en Dios, su Rey y Salvador, quien ha dicho: "Hoy estar�s conmigo en el para�so".

�Qu� poco se puede distinguir el estado del alma de las condiciones externas! El hombre mira la apariencia exterior, pero Dios mira el coraz�n. Dios nos ha dado su Palabra para que miremos en �l como en un espejo, mostrando el coraz�n, cuyas dolencias y enfermedades se reflejan y se ven fielmente all�.

III. �Te va bien? �La pregunta es demasiado amplia en sus orientaciones y demasiado variada en su aplicaci�n para admitir se�alar m�s de unas pocas l�neas de autoexamen a partir de ella.

( a ) �Te va bien? Esto se le puede decir a alguien cuya alma no est� regenerada, no convertida, en el mismo estado en que naci�, con vida natural e intelectual, pero en lo que concierne a las cosas espirituales, "muerta en delitos y pecados".

( b ) O se le puede hacer la pregunta a alguien que realmente desee saber: '�Qu� debo hacer para ser salvo?'

( c ) Nuevamente, la pregunta: "�Te va bien?" se le puede poner a alguien que apenas sabe si el alma est� viva o muerta; un caso frecuente y muy miserable.

Cuanto m�s de estas cosas: m�s sentido del pecado, m�s fe en Cristo, m�s deseo de santidad, m�s deleite en la Palabra y las ordenanzas y el pueblo de Dios, m�s actividad, paciencia y cordialidad en el servicio de Cristo, tanto m�s hay evidencia, no s�lo de vida espiritual, sino de salud del alma.

Ilustraci�n

Eliseo ten�a un coraz�n amable. Cuando vio venir a la mujer, supo que algo andaba mal. No esper� hasta que ella se acerc� a �l y le cont� su problema, pero envi� a su sirviente a buscarla en el camino. Debemos entrenarnos para simpatizar con otros que est�n en problemas. Debemos cultivar la consideraci�n. Siempre que veamos a alguien entristecido o en una prueba, debemos mostrar nuestra simpat�a de alguna manera. Algunas personas parecen no pensar nunca en los problemas que otros tienen y, por lo tanto, pierden innumerables oportunidades de hacer el bien. El coraz�n verdadero, sin embargo, reconoce instintivamente el dolor, el dolor o el hambre del coraz�n en los dem�s, y muestra a la vez afecto y bondad �.

Versículo 40

LA MACETA ENVENENADA

'Oh hombre de Dios, hay muerte en la olla'.

2 Reyes 4:40

El uso de un milagro, como el de un eclipse, es doble. Puede estudiarse como un fen�meno especial en s� mismo; o puede considerarse que sirve especialmente para ilustrar el mecanismo general de los cielos. Hay una cierta forma de pensar con un solo ojo que considera un milagro s�lo como una maravilla . Hay otra forma, al igual que el tuerto, que lo considera solo una revelaci�n . La verdadera forma, la 'vista binocular', incluye a ambos.

I. El milagro en s� mismo. �Fue extraordinariamente oportuno. Si alguna vez 'los tiempos estaban fuera de lugar', fue en esa temporada en Israel. Toda la riqueza y la influencia de la corte hab�an estado durante mucho tiempo en contra de la verdadera fe y a favor de la impiedad y la superstici�n. En consecuencia, muchos profetas hab�an sido asesinados; y en un momento le pareci� al m�s eminente de todos ellos, que �l era el �nico hombre temeroso de Dios que quedaba en la tierra.

'�D�nde est� el Se�or Dios de El�as?' La respuesta adecuada vino en milagros como este. Tal es la econom�a de los milagros de la Escritura; vienen exactamente en el momento, del car�cter y en la proporci�n requerida. De hecho, la antigua regla dram�tica pagana, seg�n la cual no se debe presentar un dios a menos que ocurra una crisis adecuada a su interposici�n, podr�a haberse tomado de esta regla pr�ctica de la Palabra de Dios.

Pero esta iluminaci�n milagrosa no es todo. Este milagro no solo fue un beneficio p�blico y un est�mulo para todos los verdaderos israelitas en ese momento, sino que tambi�n fue una liberaci�n providencial privada para una compa��a importante entre ellos. Por lo tanto, no fue una mera demostraci�n del poder de Dios. Al contrario, estableci� la fe por su manera de preservar la vida; y al buscar, como lo hizo, confirmar la gracia, emple� la mano de la Providencia para ese fin.

Adem�s, este milagro fue de una descripci�n singularmente discriminatoria. Brind� asistencia a los siervos especiales de Dios, los Profetas: a los profetas de Dios, cuando la severa presi�n de sus necesidades diarias debe haber sido una gran tentaci�n para ellos para dedicar su atenci�n �nica e indivisa a asuntos meramente temporales. �Cu�n peculiarmente calculada, por lo tanto, fue esta ayuda para beneficiar a todos los creyentes que temblaban en Israel en ese momento! Lo que es bueno para el ministro, es bueno para su reba�o; lo que le anima en su trabajo anima a multitudes a su lado.

Por �ltimo, dio todo este aliento y consuelo porque fue un verdadero milagro, una verdadera se�al. Ning�n hombre ordinario podr�a haber curado el potaje envenenado con un pu�ado de mera comida. 'El tesoro' estaba 'en un vaso de barro, para que la excelencia del poder fuera de Dios, y no de los hombres'.

II. Consideremos el milagro

Como ilustrativo de los caminos de Dios, ya sea en la Providencia o en la gracia. - ( a ) Como por el pu�ado de comida en esta historia, as� por la 'locura de la predicaci�n', por la doctrina de la cruz, por 'ni�os y lactantes', por los carnalmente d�biles e innobles, por vasijas de barro de diversas descripciones Dios se complace en trabajar, por regla general. Es una de sus prerrogativas m�s distintivas lograr grandes resultados por peque�os medios.

Nunca dejes que el creyente humilde se desanime, por lo tanto, por la aparente insuficiencia de los medios. Es un principio para Dios que su 'fuerza debe perfeccionarse en la debilidad'. ( b ) La historia tambi�n sirve para ilustrar la admirable actualidad de la ayuda de Dios; y eso no solo con respecto al car�cter general de la �poca. No fue cuando se recogi� la calabaza, no cuando se hizo trizas en el recipiente, no hasta que estuvo a punto de participar, que Dios intervino.

La sensaci�n de paz, la aprehensi�n de una verdad importante, la misericordia temporal muy necesaria, la liberaci�n espiritual tan deseada, a menudo llegan cuando el siguiente paso ser�a la ruina absoluta o la muerte. Exactamente "suficiente para el d�a" es tanto su mal como su bien. ( c ) Tambi�n vemos, de una manera muy notable, la integridad del cuidado de Dios. Vemos que �l no solo provee para nuestras necesidades; �l corrige nuestros errores.

Incluso la calabaza envenenada fue hecha por �l para ministrar la vida del hombre. Incluso las locuras, los errores, los divagaciones y, en cierto sentido, las mismas ca�das de quienes verdaderamente creen en su Hijo y lo aman, est�n hechas para ayudarlos en su camino. "Todas las cosas les ayudan a bien a los que aman a Dios". No es que esto, sin embargo, se aplique por completo al hombre que, a sabiendas, elige el veneno como alimento.

( d ) Una vez m�s, vemos ilustrados aqu� los grandes beneficios reflejos del Evangelio. Eliseo vino como invitado. Se convirti� en el verdadero anfitri�n. Le dieron lo mejor de s� mismos, llenos de muerte. Les dio vida a cambio. Tampoco falla el principio de quien realmente recibe a Cristo en su coraz�n. Entrar� a �l, cenar� con �l y �l conmigo.

-Rvdo. WS Lewis.

Ilustraciones

(1) '�Muerte en la olla! A menudo ocurre tanto con la comida espiritual como con la comida corporal; parece como si fuera saludable y nutritivo, es decir, las palabras son hermosas y atractivas y, sin embargo, contiene veneno para el alma, que es destructivo, si no estamos en guardia para no recibirlo '.

(2) �Comieron, y sobr�. Esa es siempre la regla donde Dios provee.

Hasta este momento, �l es el mismo Se�or profuso y ricamente generoso a quien Eliseo conoci�. Cuando todo su pueblo haya recibido su porci�n de su misericordia, cuando hayan recibido de �l el pan de vida que no perece en el uso, cuando hayan quedado satisfechos con la bondad de su casa, quedar� mucho. Faber tiene raz�n: en �l y en Su Cristo hay "gracia suficiente para miles de nuevos mundos tan grandes como este".

De otra manera, hay una plenitud desbordante de amor en �l. Su paciencia conmigo es "siempre fiel, siempre segura". Su bondad hacia m� no se debilita, aunque mis locuras y debilidades se vuelven m�s evidentes para �l. No puedo escapar de su compasi�n. Me acosa por detr�s y por delante. En mi penumbra me devuelve a la luz. En mi desobediencia, me gana de nuevo la lealtad. Siempre, cuando temo haber agotado Su provisi�n, descubro de nuevo que "como y lo dejo". '

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 2 Kings 4". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/2-kings-4.html. 1876.