Lectionary Calendar
Friday, September 27th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
El Comentario del Púlpito de la Iglesia Comentario del Púlpito de la Iglesia
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Ezekiel 26". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/ezekiel-26.html. 1876.
Nisbet, James. "Comentario sobre Ezekiel 26". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-21
LA CONDICION DEL NEUM�TICO
"La har� ... como la punta de una roca".
Ezequiel 26:4
Once a�os despu�s de la captura de Joaqu�n, es decir, el a�o despu�s de la ca�da de Jerusal�n, y mientras Tiro se regocijaba por la ca�da de la capital hebrea, Ezequiel expuso su pecado, su condenaci�n, los instrumentos con los que ser�a castigada y el efecto producido por su ca�da.
I. Fue el gran centro comercial del viejo mundo , lo que fue Venecia en la Edad Media y lo que es hoy Liverpool o Nueva York. Ella pens� que se beneficiar�a enormemente de la ca�da de Jerusal�n, pero en cambio, bajo el terrible asedio y asalto de Nabucodonosor, su sitio quedar�a tan vac�o como lo estaba antes de que se construyeran sus poderosos edificios, mercados y puertos. Los pueblos y aldeas que depend�an de ella ("sus hijas") compartir�an su destino.
Cuando se pronunci� esta profec�a, nada parec�a menos probable que que Tiro cayera antes de cualquier ataque, porque ya hab�a resistido a los poderosos ej�rcitos de Asiria, y hab�a muchas razones para pensar que resistir�a a los de Babilonia; pero el prop�sito divino debe mantenerse.
II. De modo que toda grandeza terrenal, por muy estable que parezca, debe desaparecer. �Las cosas que excitan la ambici�n y la codicia de los hombres perecer�n con el uso, y Dios pondr� gloria s�lo en la tierra de los vivientes. En este caso esa frase debe referirse al pueblo hebreo, que debe tener a Jehov� como un muro de fuego y Su gloria en medio de ellos ( Zacar�as 2:5 ). Pero en su alcance adicional, las palabras seguramente se refieren a aquellos que est�n contados en el Libro de la Vida, y reinar�n con Cristo cuando las obras del orgullo humano se hayan desvanecido como la niebla de la ma�ana.
III. Tenemos que sufrir por nuestros pecados. �Cada paso que damos sobre las flores por el camino prohibido, tenemos que volver sobre �l, pero las flores se han convertido en cenizas calientes. El camino de los transgresores es duro, y las mismas personas y circunstancias que estaban asociadas con los placeres del pecado se convierten en l�tigos de escorpi�n con los que somos azotados de regreso al camino abandonado. Los antiguos cre�an en N�mesis; y el Evangelio no duda en pronunciar la misma nota de advertencia, que todo hombre debe cosechar lo que ha sembrado. Dejemos que el hombre o la mujer peque con un c�mplice, �l o ella ser� la maldici�n segura y el dolor de la vida futura, a menos que Dios intervenga por alguna providencia especial.