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Bible Commentaries
Job 42

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

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Versículos 1-17

EL MISTERIO DEL DOLOR

'He o�do de ti por el o�do del o�do, pero ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza.

Job 42:5

Hay algunos vers�culos en el libro de Job que son bastante familiares para todos. Tales como, 'El Se�or dio, y el Se�or quit�; bendito sea el Nombre del Se�or '(1:21). O esto, 'El hombre que nace de mujer es de pocos d�as y est� lleno de problemas. Como flor sale, y se corta; como sombra tambi�n huye y no se detiene '(14: 1, 2). O esto: 'Yo s� que mi Redentor vive, y que estar� en el postrer d�a sobre la tierra; y aunque los gusanos de mi piel destruyan este cuerpo, en mi carne ver� a Dios, a quien ver� por m� mismo, y mis ojos ver�n, y no otro �(19: 25-27).

Pero la mejor manera de leer casi cualquier libro es leerlo de principio a fin: esto es especialmente cierto con los libros de la Biblia. Sin duda, es la mejor manera de entender a Job. Era un pr�spero jefe o jeque en la tierra de Uz, entre Siria y Arabia. �l era rico, su familia numerosa, su casa grande y tem�a a Dios. Pero, de repente, la tormenta cae de un azul despejado. Los ladrones se llevaron su propiedad.

Sus sirvientes fueron asesinados. Sus hijos e hijas murieron a causa de un terremoto. Todo esto fue suficiente para hacer que su cerebro diera vueltas y se tambaleara, pero Job 'se postr� en tierra y ador�, y dijo� El Se�or dio, y el Se�or quit�; bendito sea el Nombre del Se�or '.

Luego viene la enfermedad y Job se cubre de �lceras.

Para agregar a su aflicci�n su esposa, que parece haber sido una de esas personas que dijeron: 'Me siento como una reina y no ver� dolor', en lugar de aliviar la miseria de su esposo, se suma con palabras crueles y malvadas.

A�n m�s. Sus amigos condenaron a Job sin motivo. Su teor�a era que las calamidades ca�an sobre los hombres solo a causa del pecado: los justos prosperaron, los imp�os sufrieron. No es de extra�ar que Job los llamara 'consoladores miserables' y 'm�dicos sin valor', porque arrojaban una luz falsa sobre esos problemas de dolor y tristeza que dejan perplejos a todas las edades.

Al final del libro, Eli� aparece por Job. Est� indignado por su justicia propia. Job hab�a estado tan seguro de su propia inocencia que dudaba de la justicia de Dios, y estaba profundamente equivocado. Sus dolores le ense�aron a Job la humildad.

Rev. F. Harper.

Ilustraciones

(1) �El cierre del libro de Job debe tomarse en relaci�n con su pr�logo, para obtener una visi�n completa de su soluci�n del misterio del dolor y el sufrimiento. De hecho, el pr�logo es m�s completamente la soluci�n que el final, ya que muestra que el prop�sito de las pruebas de Job no es su castigo, sino su prueba. Toda la teor�a de que los dolores individuales eran el resultado de pecados individuales, en cuyo apoyo los amigos de Job vertieron tantos lugares comunes elocuentes y desalmados, est� desacreditada desde el principio. El magn�fico pr�logo muestra la fuente y el prop�sito del dolor. El ep�logo de este �ltimo cap�tulo muestra el efecto que tiene en el car�cter de un buen hombre y, posteriormente, en su vida.

As� que tenemos la cosa l�gubre iluminada, por as� decirlo, en los dos extremos. El sufrimiento viene con la misi�n de probar de qu� material est� hecho un hombre, y conduce a un conocimiento m�s cercano de Dios, que es una bendici�n; a la autoestima m�s humilde, que tambi�n es bendecida; ya renovadas bendiciones externas, que ocultan las viejas cicatrices y alegran el coraz�n torturado.

La �ltima palabra de Job a Dios est� en hermoso contraste con muchas de sus expresiones anteriores sin medida. Respira humildad, sumisi�n y aquiescencia satisfecha en una providencia parcialmente comprendida. No pone en boca de Job una soluci�n al problema, sino que muestra c�mo se alivia su presi�n acerc�ndose m�s a Dios '.

(2) �Vemos en el Libro de Job estos elementos: Primero, vemos una historia que se ha apoderado de las mentes tanto de los pensadores como de los poetas del mundo. En segundo lugar, vemos una gran obra que atrae a todo ser humano que ha vivido, como un cuadro para �l de su experiencia espiritual diaria y una soluci�n del problema principal que lo atormenta todos los d�as. En tercer lugar, encontramos el m�todo de la soluci�n del problema, la apelaci�n a un Dios justo y la respuesta que aprueba la justicia de Job, tan fiel a toda experiencia interior.

En cuarto lugar, el poema gana en inter�s y encanto por ser en cierta medida griego en sentimiento, dram�tico en forma, y ??dando como motivo la purificaci�n del h�roe no por la acci�n, sino por el poder justificante de una buena conciencia, que, incluso en su anterior estado de �nimo esc�ptico, rompe en fragmentos el sofisma de una creencia meramente convencional. Si a�adimos a estos elementos esa "frescura de un mundo primitivo" que da atm�sfera a esta obra, bien podemos preguntarnos si, en general, alguna vez se ha legado a la humanidad un escrito mayor y m�s noble �.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Job 42". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/job-42.html. 1876.
 
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