"En la ventana de mi casa mir� a trav�s de mi ventana, y vi entre los simples, discern� entre los j�venes, un joven falto de entendimiento".
Proverbios 7:6
De la observaci�n de Salom�n aprendemos:
I. Los peligros especiales de las grandes ciudades .
II. El mal de las �ltimas horas .
III. El peligro de la compa��a tonta .
IV. El entendimiento de ning�n hombre puede considerarse completamente s�lido hasta que haya sido sometido al poder de la verdad como lo es en Jes�s .
Ilustraci�n
�Fue� en el crep�sculo, al atardecer, en la noche negra y oscura �que Salom�n presenci� esas escenas desde la ventana de su palacio que casi le hicieron sonrojar las mejillas. A medida que la oscuridad se posa sobre la ciudad, el vicio sale sigilosamente de su lugar al acecho, y alima�as inmundas en forma humana se arrastran por las calles. Todos los demonios del pozo tienen un gran carnaval. Ha llegado el momento de los placeres ilegales, las locas convivialidades y la lasciva juerga. Hombres j�venes, tengan cuidado con las horas de la noche. Deje la llave del pestillo en casa; no lo necesitas. El mejor de los amigos, el Se�or Jesucristo, te ofrece Su mano de apoyo '.
Información bibliográfica Nisbet, James. "Comentario sobre Proverbs 7". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/proverbs-7.html. 1876.
Versículos 1-27
LOS SIMPLETONES ATRAEN A LOS SEDUCTORES
"En la ventana de mi casa mir� a trav�s de mi ventana, y vi entre los simples, discern� entre los j�venes, un joven falto de entendimiento".
Proverbios 7:6
De la observaci�n de Salom�n aprendemos:
I. Los peligros especiales de las grandes ciudades .
II. El mal de las �ltimas horas .
III. El peligro de la compa��a tonta .
IV. El entendimiento de ning�n hombre puede considerarse completamente s�lido hasta que haya sido sometido al poder de la verdad como lo es en Jes�s .
Ilustraci�n
�Fue� en el crep�sculo, al atardecer, en la noche negra y oscura �que Salom�n presenci� esas escenas desde la ventana de su palacio que casi le hicieron sonrojar las mejillas. A medida que la oscuridad se posa sobre la ciudad, el vicio sale sigilosamente de su lugar al acecho, y alima�as inmundas en forma humana se arrastran por las calles. Todos los demonios del pozo tienen un gran carnaval. Ha llegado el momento de los placeres ilegales, las locas convivialidades y la lasciva juerga. Hombres j�venes, tengan cuidado con las horas de la noche. Deje la llave del pestillo en casa; no lo necesitas. El mejor de los amigos, el Se�or Jesucristo, te ofrece Su mano de apoyo '.