Bible Commentaries
Salmos 131

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículos 1-3

UN HIMNO DE FACILIDAD DEL CORAZ�N

"Mi alma es como un ni�o destetado".

Salmo 131:2

I. La obediencia interior del coraz�n, la obediencia del recibir, lo pasivo, que radica m�s en c�mo tomamos que en lo que hacemos, es superior a lo activo. Es m�s alto porque: (1) es m�s dif�cil; (2) es el �ltimo siempre; (3) es m�s como Cristo.

II. Considere algunas de las formas de obediencia pasiva. �La aceptaci�n de nuestra salvaci�n. Si alguna vez va a ser salvo, debe comenzar por un acto de obediencia perfectamente pasiva. Habr� abundancia de activos en la actualidad; pero lo que te salva es la fe, una simple aceptaci�n de tu perd�n, mediante lo que Cristo ha hecho seg�n la voluntad y el mandamiento de Dios. (2) El gran pecado y la p�rdida de la mayor�a de nosotros es que no damos una porci�n suficiente todos los d�as a las influencias receptivas del Esp�ritu Santo.

(3) �Cu�nto de la vida espera, solo espera, una cosa enteramente pasiva! Y Dios generalmente ejercita lo pasivo antes de bendecir a lo activo. (4) Dios tiene su ley de la desilusi�n, y muchos de los que han sido un excelente siervo en el deber han estado lamentablemente faltos de obediencia al fracaso.

III. Para alcanzar el estado bendito de la obediencia pasiva, que no hace preguntas, que sirve sin la conciencia de su servidumbre, son necesarias dos cosas. - (1) La primera es adoptar puntos de vista grandiosos y honrados de Dios. Ll�nate de Su majestad y Su bondad. (2) No mida cosas. Vea s�lo Su voluntad en soberan�a, Su mente en su presciencia, Su mano en Su providencia, Su ternura en todas Sus obras, Sus prop�sitos en misericordia, porque el fin a�n no es.

-Rvdo. Jas. Vaughan.

Ilustraciones

(1) 'El alma est� inquieta. Necesita calma y calma. Discute contigo mismo; c�ntate canciones de cuna de confianza y esperanza; recuerde toda la bendici�n que Jes�s prometi� a los misericordiosos y mansos. Sobre todo, al�jese de las fuentes de su propia energ�a, de todo lo que pueda ministrar a su autosuficiencia y orgullo, de toda la pompa y el poder que se jactan del mundo. Destetados de tus propios caminos, planes y pensamientos, espera en Dios desde ahora y para siempre. �l har� por ti m�s de lo que t� podr�as hacer por ti mismo.

(2) 'Despu�s de un per�odo de lucha prolongada y dolorosa para obtener respuesta a sus anhelos, el peque�o deja de esforzarse m�s y est� en paz. Ese proceso fue una imagen para nuestro poeta de lo que pas� en su propio coraz�n. Como un ni�o destetado, sus l�grimas derramadas, sus gritos acallados, reposando sobre el mismo seno que hace poco excitaba sus deseos m�s tumultuosos, su alma que anta�o se esforz� apasionadamente por arrancar de Dios una respuesta a sus ansiosos interrogantes, ahora cansada, resignada, y sumiso, simplemente se pone a descansar con fe simple en esa bondad de Dios, cuyos prop�sitos no puede comprender, y cuyos caminos a menudo le parecen duros, enredados y oscuros.

Es una imagen de reposo infinito y de una belleza conmovedora: el peque�o acurrucado cerca de los brazos de la madre, con la cabeza reclinada confiadamente en su hombro, las l�grimas secas de su rostro ahora tranquilo y los ojos tranquilos, con solo una sombra persistente de la tristeza pasada todav�a en ellos, mirando hacia afuera con una mirada de absoluta paz, alegr�a y seguridad. Es la paz del dolor aceptado, la victoria de la entrega �.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Psalms 131". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/psalms-131.html. 1876.