Bible Commentaries
Salmos 69

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículos 1-36

PRIVILEGIOS MAL USADOS UNA OCASI�N DE CA�DA

'Sea su mesa una trampa para apresarse con ellos; y lo que debi� haber sido para su riqueza sea para ellos ocasi�n de caer'.

Salmo 69:23 (Versi�n del libro de oraci�n)

Estamos familiarizados con los comentarios que a menudo se hacen sobre palabras inspiradas como estas. '�Qu� esp�ritu', dicen los hombres, 'est� aqu�! �Qu� diferente del esp�ritu afable, tierno y caritativo de nuestro Maestro, Cristo! �Cu�n impropio de ser repetido por cristianos que han sido ense�ados en la escuela de Cristo! ' Esto, y cosas similares de esto, es lo que se dice, y se basa en dos errores principales. (1) La primera es que el Nuevo Testamento ten�a la intenci�n de abrogar el Antiguo de alguna manera.

(2) El segundo es que el amor de Dios es de alguna manera el antagonista de Su justicia; que no puede ser realmente justo sin dejar de amar; que no puede amar sin jugar con su instinto de justicia. Recordemos que, en el vers�culo que tenemos ante nosotros, no escuchamos a David, sino al Ser perfectamente justo en cuya persona canta David. Aqu� tenemos una frase que nada tiene que ver con la pasi�n humana, que se basa en las m�s ciertas leyes que gobiernan el mundo moral. La sentencia es un juicio penal pronunciado contra los que han sido pecadores contra la luz que se les ha concedido.

I. Dios, bajo ciertas circunstancias, convierte las mismas bendiciones que otorga en instrumentos de castigo. �Llega un momento en que una larga infidelidad provoca esta sentencia sobre una naci�n, una Iglesia, un alma. Por la figura de "una mesa" se entiende un suministro de alimento necesario, ya sea del alma o del cuerpo. La mesa que Dios prepar� ante David en presencia de sus enemigos fue el alimento que sostuvo su vida f�sica, la gracia que sostuvo la vida de su esp�ritu.

La mesa que se extiende ante las asociaciones de hombres, ante las naciones, ante las Iglesias, es la suma total del alimento material, moral, mental y espiritual que Dios les presenta en el curso de su historia. La mesa se convierte en una trampa cuando las bendiciones que Dios da se convierten en fuentes de corrupci�n y desmoralizaci�n, cuando lo que se pretend�a levantar y vigorizar realmente, por la infidelidad o perversidad del hombre o de la sociedad, s�lo sirve para debilitar o deprimir. .

II. Esto es exactamente lo que le sucedi� a la gran mayor�a del pueblo jud�o en los d�as de nuestro Se�or y Sus Ap�stoles. �Uno por uno, los sentidos espirituales que deber�an haber llevado a Israel a reconocer al Cristo fueron adormecidos o destruidos. Una perversa insensibilidad a la voz de Dios hizo que los mejores dones de Dios fueran los instrumentos de la ruina de Israel.

III. Este vers�culo se aplica a la vida religiosa del cristiano individual. �Todo cristiano tiene una cierta dotaci�n de bendiciones, lo que el salmista llama una 'mesa'. Todo cristiano tiene que cumplir un cierto curso predestinado. Tiene una obra que hacer, una obra que los dones de Dios le permiten hacer, antes de morir. La resistencia a la verdad, al deber, puede traernos este juicio penal. En la vida del alma, no avanzar es retroceder.

Sin que nosotros lo sepamos, nuestra vida religiosa puede estar te�ida de desgana y falta de sinceridad. Es posible que la terrible sentencia se haya emitido en el cielo: "Que las cosas que deber�an haber sido para su riqueza le sean motivo de ca�da". No tiene por qu� ser as� con nadie por quien Jesucristo haya muerto.

�Canon Liddon.

Ilustraci�n

Las imprecaciones de este vers�culo y las que le siguen son repugnantes s�lo cuando se consideran expresi�n de un ego�smo maligno. Si las pronuncia Dios, no chocan la sensibilidad del lector, ni deber�an hacerlo cuando se las considera el lenguaje de una persona ideal, que representa a toda la clase de sufridores justos, y particularmente a Aquel que, aunque or� por sus asesinos mientras agonizaba (San Lucas 23:34 ), hab�a aplicado antes las palabras de este mismo pasaje a los jud�os incr�dulos (St.

Mateo 23:38 ), como lo hizo Pablo despu�s ( Romanos 11:9 ). La doctrina general de la retribuci�n providencial, lejos de limitarse al Antiguo Testamento, se ense�a claramente en muchas de las par�bolas de nuestro Salvador. (Ver San Mateo 21:41 ; Mateo 22:7 ; Mateo 24:51 .) '

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Psalms 69". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/psalms-69.html. 1876.