Bible Commentaries
Romanos 10

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Versículo 1

'EL DESEO Y LA ORACI�N DEL CORAZ�N'

'Hermanos, el deseo de mi coraz�n y la oraci�n a Dios por Israel es que puedan ser salvos'.

Romanos 10:1

Observe, comienza con el ' deseo del coraz�n ' y esto se traduce en una oraci�n . La fuente de la oraci�n est� en lo m�s rec�ndito del coraz�n.

I. El deseo del Ap�stol . Te suplico: '�Eres salvo?' �Esa religi�n que profesas te ha dado paz con Dios? �Te ha llevado a conocer a Cristo como tu Salvador? Muchos tienen la religi�n suficiente para hacerlos miserables . Busca y mira cu�l es el tuyo . �Te ha tra�do a Jes�s?

II. Celo sin conocimiento. "Les doy testimonio, tienen celo por Dios", �un testimonio noble! �Oh, tener celo por Dios! Ojal� vi�ramos m�s de eso. Ojal� hubiera menos estancamiento. Pero observe c�mo contin�a el texto, "pero no de acuerdo con el conocimiento". �No ves que es posible ser muy celoso de la religi�n y, sin embargo, ignorar a Dios? Aqu� hab�a personas que llevaban el alto y santo nombre de Israel; gente muy religiosa, excesivamente celosa y, sin embargo, sin Dios .

Qu� espantoso pensar en la religi�n sin Cristo; religi�n sin un coraz�n quebrantado por el pecado; religi�n que nunca ha sacado al hombre de s� mismo y lo ha llevado a Cristo. Religi�n sin Dios: esta es la terrible pesadilla de las multitudes. Un celo por Dios, pero ignorante. Cual es tu religion?

III. �Y cu�l es el resultado de esta ignorancia? �'Ellos ignoran la justicia de Dios '�Cristo, el justo, que viene al mundo para tomar el lugar del inicuo � "ignoran" esto, " van a establecer su propia justicia". El hombre siente su necesidad de justicia. No es apto para presentarse ante Dios. De modo que " realiza " sus buenas obras para aquietar su conciencia; �l " va sobre " sus pensamientos, compar�ndose a s� mismo con un est�ndar irreal.

�Y para qu�? Para que obtenga una justicia en la que pueda descansar. Intenta conseguir un lugar de descanso, pero no puede. �Y por qu�? Porque 'no se han sometido a la justicia de Dios'. ' Sometido ': es la flexi�n del alma hacia algo que nunca antes hab�a tenido. Es aceptar, como un ni�o peque�o, a Cristo como nuestra justicia, y renunciar para siempre a cualquier otra confianza.

IV. El remedio: "Cristo es el fin de la ley, para justicia a todo aquel que cree". Aqu� est� el remedio. La primera palabra lo responde todo: Cristo . Cristo es el fin de la ley, el fin de todo. Ven y toma a Cristo, y entonces lo tendr�s. Cristo es un gran Salvador. Toma a este Salvador como tuyo; y hazlo ahora. Som�tete. Ven, y no te echar� fuera.

Rev. F. Whitfield.

Versículo 9

CONFIRMACI�N

"Si confesares con tu boca que Jes�s es el Se�or, y creyeres en tu coraz�n que Dios le levant� de los muertos, �l te salvar�".

Romanos 10:9

Cuando San Pablo habla de la confesi�n que es necesaria para la salvaci�n, se refiere en parte, y quiz�s principalmente, a la confesi�n de fe que acompa�a al bautismo de adultos. Ahora que el bautismo infantil se ha convertido, y con raz�n, en la costumbre casi universal de la Iglesia, la confesi�n p�blica se ha trasladado a una �poca posterior. Pertenece a la Confirmaci�n.

I.La confirmaci�n es un acto por el cual una persona que ha llegado a a�os de discreci�n acepta y ratifica el pacto de su bautismo, renueva la dedicaci�n de s� mismo a Dios y declara su fe en las promesas y privilegios en que lo admiti� su bautismo. Esta "confesi�n" entonces, que una vez fue, y sigue siendo, propiamente, una parte del bautismo de adultos, ahora pertenece a la Confirmaci�n. Hasta que es Confirmado, una persona nunca se ha hecho una "confesi�n" p�blica de Cristo y de la religi�n cristiana, ante Dios y el mundo.

Entonces lo hace. Quiz�s la �nica vez en su vida en la que lo hace ante la Iglesia. Cu�n agradable es esto a los ojos de Dios, y cu�n esencial, parece de estas palabras de nuestro texto, donde observar� que la 'confesi�n' externa ante la Iglesia y la fe interna est�n entre par�ntesis. Esto coloca a la 'Confirmaci�n' en su verdadera luz y muestra su gran y primordial importancia.

II. Es doble Confirmaci�n �confirmando y siendo confirmado� usted confirmando el pacto de su bautismo, y usted es confirmado, si llega a �l con fe � por el Esp�ritu Santo, igualmente. De la raz�n, entonces, y la conveniencia y el deber de la Confirmaci�n, como complemento del Bautismo Infantil, dif�cilmente puedo concebir ninguna duda en una mente razonable. Hablo dentro de l�mites cuando digo que la experiencia de cientos, a quienes yo mismo he conocido, podr�a dar testimonio de la grandeza y la realidad de la bendici�n y el poder que se encontraron en la Confirmaci�n. Por supuesto, el beneficio depende enteramente de la verdad y la seriedad con que se haga; pero sea solo real y hecho con fe, y ninguna palabra puede exagerar la ganancia.

-Rvdo. James Vaughan.

Ilustraci�n

'Me temo que la mayor�a de nosotros debemos declararnos culpables de la acusaci�n de que, en nuestros h�bitos de vida ordinarios, en nuestra conducta cotidiana entre nosotros, no mostramos' de qui�n somos y a qui�n servimos ', al hablar de Cristo y las grandes verdades de la religi�n cristiana. �Podr�a cualquier observador com�n, cualquier oyente casual, que entr�, que nos conoci� en la sociedad, que se sent� con nosotros en nuestro c�rculo familiar, descubrir que somos cristianos? Incluso si hablamos religiosamente, �es Cristo de Quien hablamos y de Su gran salvaci�n? '

Versículo 17

FE

"La fe viene por el o�r".

Romanos 10:17

No hay duda de que por "fe" aqu� San Pablo significa confianza . Esta fe viene por el o�r, de ah� la necesidad de ense�ar y predicar.

I. La fe salva el alma � Cristo comenz� Su ministerio no con el Serm�n del Monte, sino con 'Arrepent�os y creed en el Evangelio' ( Marco 1:15 ). Y estudia estos textos y ver�s c�mo las bendiciones del Evangelio se limitan a los que creen: Juan 3:14 ; Hechos 10:43 ; Hechos 13:38 ; Hechos 16:30 .

"El justo vivir� por su fe", dijo el profeta hebreo ( Habacuc 2:4 ). Esas palabras se citan cuatro veces en el Nuevo Testamento ( Romanos 1:17 ; 2 Corintios 5:7 ; G�latas 3:11 ; Hebreos 10:38 ).

San Pedro escribe sobre la "fe preciosa" (2 San Pedro Romanos 1:1 ): es un ser vivo que se mueve en el alma como el esp�ritu de la primavera se mueve en las ramas de los �rboles. Sin fe en Cristo, la moralidad se convierte en prudencia o imprudencia.

II. La fe cambia el car�cter � Purifica el coraz�n, vence al mundo y obra por el amor. Sin duda hay algunos que escuchan el Evangelio toda su vida y parece que no hay diferencia, pero �por qu�? No est� mezclado con fe en los que oyen ( Hebreos 4:2 ).

III. La fe abre los labios. "Cre�, y por eso habl�" ( 2 Corintios 4:13 ).

IV. La fe eleva la vida � La religi�n de Cristo lleva a Cristo a los deberes y preocupaciones diarios y lo transforma todo.

V. La fe en Cristo divide al mundo. - 'Algunos creyeron lo que se dec�a, y otros no creyeron' ( Hechos 28:24 ).

VI. La fe en Cristo es una marca del pueblo de Dios � F�jese en las solemnes palabras de nuestro Se�or: "Pero no cre�is, porque no sois de Mis ovejas, como os dije" ( Juan 10:26 ).

VII. La fe es lo que Cristo buscar� cuando regrese: 'Cuando el Hijo del Hombre venga, �hallar� fe en la tierra?' ( Lucas 18:8 )

-Rvdo. F. Harper.

Ilustraciones

(1) 'Cuando el Dr. Moffat comenz� sus labores en �frica, uno de sus primeros conversos fue un jefe llamado Africaner. Este africano era el terror de la colonia. Ten�a la ferocidad de un forajido, y dondequiera que se pronunciara su nombre mostraba consternaci�n. Cuando Africaner fue llevado al conocimiento de la verdad, pareci� algo tan grandioso que aquellos que lo conocieron lo describieron como la octava maravilla del mundo �.

(2) 'Se cuenta una historia de Her�clito, el fil�sofo griego, que despu�s de que se hizo famoso en el mundo, algunos extra�os distinguidos buscaron su hogar, y cuando llegaron, en lugar de encontrar al sabio concentrado en el discurso elevado, encontraron al gran hombre sentado ante el fuego de la cocina calent�ndose y conversando con sus esclavos. Los desconocidos se detuvieron en el umbral sorprendidos, pero �l dijo: �Pasen, pasen; los dioses tambi�n est�n aqu� �, y el sabio ingenio del anciano maestro se�al� la gran verdad que encontr� tan hermosa expresi�n en el ministerio de Jesucristo.

Versículo 21

LAS MANOS EXTENDIDAS

"Todo el d�a extend� mis manos a un pueblo rebelde y rebelde".

Romanos 10:21

Cuando pensamos en el Calvario, vemos a Jes�s extendiendo Sus manos todo el d�a hacia un pueblo desobediente y contradictorio. Incluso cuando los clavos hab�an hecho su cruel trabajo y hab�an desgarrado la carne del Hijo de Dios, all� estaban las manos extendidas con amor como siempre.

I. Esas manos est�n extendidas ahora, y para ti . Todo el d�a, desde que naciste, Jes�s ha extendido sus manos hacia ti.

II. Algunos de nosotros, �ay! me he apartado de esas manos queridas . Cuando han llamado a la puerta de nuestra casa, no hemos abierto; cuando apuntaron hacia arriba, hemos bajado la mirada al suelo. Hemos preferido las caricias del mundo al amor de Jes�s, la copa llena de placer pecaminoso a la amarga hiel de la penitencia, el c�modo lecho del autocomplacencia a la dura cruz de la abnegaci�n.

III. �No aprenderemos la verdadera naturaleza del pecado?al contemplar la agon�a de la mente y el cuerpo que el pecado trajo al Hijo de Dios? �No aprenderemos a odiar el pecado en el futuro, no por el miedo cobarde de sus consecuencias, no por un temor cada vez menor al juicio que lo sigue, sino por el conocimiento de lo que le cost� a nuestro Salvador? Cuando la pr�xima tentaci�n venga sobre ti, haz una pausa y env�a tus pensamientos al Calvario; piensa en tus pecados intencionales como espinas en la cabeza de Jes�s, como gotas de agon�a que brotan de su frente, como clavos en sus manos, esas manos extendidas para salvarte; como clavos en sus pies, esos pies que siempre anduvieron haciendo el bien; como lanza en su coraz�n amoroso. Al�jate del pecado que entreg� a Jes�s a la Cruz, y no te acobardes ante la cruz de la abnegaci�n que te unir� a �l. Deje que las manos extendidas de Jes�s le gu�en durante todo su viaje.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Romans 10". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/romans-10.html. 1876.