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Bible Commentaries
1 Samuel 2

Comentario Bíblico de SmithComentario de Smith

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Versículos 1-36

Este libro presenta la historia, la historia personal de Samuel quien fue el �ltimo de los Jueces. Marca el comienzo del per�odo de los reyes en los hijos de Israel, o entre los hijos de Israel.

Hab�a un hombre de Ramathaimzophim, del monte Ephraim, y su nombre era Elkanah. Ten�a dos esposas; una era Ana, la otra Penina: Penina ten�a hijos, Ana no ten�a hijos. Este hombre sal�a de la ciudad cada a�o para adorar y ofrecer sacrificios al Se�or de los ej�rcitos en Silo. [Que en ese tiempo era el centro religioso de la naci�n.] Y los dos hijos de Eli, [Quien era el sumo sacerdote en ese tiempo] Ofni y Finees, los sacerdotes del Se�or, estaban all�.

Y sucedi� que cuando lleg� el momento en que Elcana ofreci�, dio a Penina y a sus hijos porciones: pero a Ana le dio una buena porci�n [o extra]; porque amaba mucho a Ana: pero Dios hab�a cerrado su matriz [y que era est�ril] ( 1 Samuel 1:1-5 ).

As� se establece la escena del hombre que vive en la poligamia, dos esposas. Uno lo amaba m�s que el otro. Uno ten�a muchos hijos, pero el que realmente amaba no pod�a tener hijos.

Y as� su adversario ( 1 Samuel 1:6 ),

Ese es el adversario de Hannah, o la otra esposa. As� que hubo fricciones en la casa entre las dos esposas mientras luchaban por la atenci�n y el amor del �nico hombre. Como dije esta ma�ana, es un tonto cualquier hombre que piensa que puede satisfacer todas las necesidades de dos mujeres. Seguro que tienes problemas. As� lo hicieron.
La lucha interna dentro de la casa como

Penina provoc� a Ana, la hizo enojar, porque era est�ril ( 1 Samuel 1:6 ).

Realmente presion� el tema, realmente se burl� de ella por su incapacidad para tener hijos. As� que Elcana se dirig�a a Silo, tiempo de vacaciones, tiempo de fiesta. Tiempo de celebraci�n, debe ser un tiempo de alegr�a y regocijo al subir a la casa de Dios para adorar. Es interesante para m� que Dios quiere que el regocijo o la adoraci�n a �l sea una experiencia feliz y de regocijo. Los llamaban las "fiestas" y eran simplemente fiestas.

La gente sub�a y simplemente ten�a una gran fiesta. Era una fiesta, un tiempo en el que adoraban a Dios y se reun�an ante �l, un tiempo de regocijo y felicidad. As� que Elcana se dirig�a a este tiempo y se llevaba a su esposa Ana con �l. Ella lloraba todo el tiempo y no com�a.

Entonces Elcana le dijo: �Por qu� lloras? �por qu� no est�s comiendo? �Por qu� est� tan afligido tu coraz�n? �No soy yo mejor para ti que diez hijos? ["�No puedes estar feliz conmigo?"] Entonces Ana se levant� despu�s de haber comido en Silo y despu�s de haber bebido. Y el sacerdote Eli se sent� en un asiento junto a un poste del templo del Se�or. Y ella estaba en amargura de alma, y ??or� al Se�or, y llor� mucho. Y durante este per�odo ella hizo un voto al Se�or, y dijo: Se�or, si en verdad miras la aflicci�n de tu sierva, y te acuerdas de m�, y no me olvidas, pero si me das un hijo var�n, [ �Dame un ni�o�] Lo dedicar� al Se�or todos los d�as de su vida, y no pasar� navaja sobre su cabeza ( 1 Samuel 1:8-11 ).

"Se�or, si me das un hijo, te lo devolver�, pero quiero un hijo, te lo devolver� todos los d�as de su vida".
Ahora bien, hay muchas ocasiones en que oramos y nos preguntamos por qu� nuestras oraciones no son respondidas de inmediato. Hay momentos en los que Dios demora la respuesta a nuestras oraciones. Aqu� est� el caso ahora Hannah sin duda hab�a estado orando por un hijo durante mucho tiempo. Maldita por la esterilidad, sin duda la hab�a llevado ante el Se�or muchas veces en oraci�n. "Oh Dios, dame un hijo. Se�or, quiero un hijo. Dios, �por qu� no me has dado un hijo?" Sin embargo, aparentemente no hubo respuesta a su oraci�n. Dios retras� la respuesta.

Ahora con Ana hab�a una raz�n por la que Dios demor� la respuesta, y con nosotros. Si Dios demora la respuesta de nuestras oraciones, hay una raz�n para su demora. Muchas veces, con Hannah, la raz�n es que Dios est� buscando acercarnos a Sus prop�sitos. La Biblia dice: "Los ojos del Se�or recorren toda la tierra para mostrarse fuerte a favor de aquellos cuyo coraz�n est� completamente hacia �l" ( 2 Cr�nicas 16:9 ). Entonces Dios estaba esperando, trayendo a Hannah donde su coraz�n estaba completamente hacia Dios, y las cosas de Dios, y lo que Dios quer�a.

Dios necesitaba un hombre para guiar a Israel durante estos d�as desesperados de transici�n. Necesitaba un hombre con el que pudiera hablar, y que hablara a la gente por �l. Porque durante este per�odo de su historia, en realidad no hab�an o�do hablar de Dios. Dice: �La palabra del Se�or era preciosa�, quiere decir que era escasa. Dios no estaba hablando a los hombres. No hubo hombres cuyos o�dos estuvieran realmente abiertos a Dios.
Entonces Ana finalmente, en la desesperaci�n de su alma, dijo: "Se�or, si me das un hijo, te lo devolver� todos los d�as de su vida.

Esto es lo que Dios estaba deseando, esto es lo que Dios estaba buscando, y entonces cuando Dios la trajo a este lugar de ese compromiso con Dios. "Se�or, si me das un hijo, le dar� de vuelta a Ti." Entonces el Se�or contest� su oraci�n.

Cuando Dios ahora da, muchas veces se demora en dar, para poder dar m�s, o para que lo que se da se use para Sus prop�sitos. Siento que muchas veces cuando estamos orando, la Biblia dice: "No siempre sabemos orar como debemos" ( Romanos 8:26 ), y esto es muy cierto. A menudo oramos por cosas que en nuestra oraci�n inicial, estamos pensando en nosotros mismos.

Santiago dice: "No hab�is recibido nada porque lo pedisteis mal para consumirlo en vuestras propias concupiscencias" ( Santiago 4:3 ). Gran parte de nuestra oraci�n es de tipo personal de peticiones a Dios, ya que casi vemos a Dios como un Pap� Noel en una especie de "Quiero esto. Quiero eso. Quiero esto". No estamos pensando realmente en Dios, pero estamos pensando en nosotros mismos. Lo que quiero yo, en lugar de lo que quiere Dios.

Ahora bien, la Biblia dice: "Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, �l nos oye, y si nos oye, entonces hemos recibido las peticiones que le hemos hecho". Mucho de lo que pedimos no est� realmente de acuerdo con la voluntad de Dios, est� de acuerdo con mis propios deseos. Estoy pensando en m� mismo, c�mo puedo usarlo para m�.
Hannah sin duda estuvo mucho tiempo solo pensando, "Se�or, quiero un hijo para que la otra esposa cierre la boca", cansada de este asunto de ser reprendida todo el tiempo.

"Se�or, quiero un hijo al que pueda amamantar. Quiero un hijo al que pueda cuidar". Estaba pensando en s� misma. Ahora, a trav�s de los procesos de la obra de Dios en su vida, ella era una mujer piadosa, se expresa a medida que avanzamos en el pr�ximo cap�tulo y leemos sobre su regocijo cuando Dios contest� su oraci�n. Vemos que en la alabanza de Hannah, hay se�ales de una profunda espiritualidad. Ahora ella est� en armon�a con los prop�sitos de Dios. �Dios dame un hijo, y te lo devolver� todos los d�as de su vida�.

Y aconteci� que mientras ella continuaba orando delante del Se�or, el sacerdote El� sentado all� en el poste la miraba. [�l vio las muecas en su rostro, y] vio que su boca se mov�a [y escuch�], pero no pudo o�r ninguna palabra: as� que concluy� que estaba borracha. Y �l le dijo: Oye mujer, �por qu� est�s tan borracha? guarda tu vino. Y ella respondi�: No, se�or m�o, soy mujer de esp�ritu triste; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehov� ( 1 Samuel 1:12-15 ).

Neg� las acusaciones del sacerdote y solo dijo: "Soy una mujer de esp�ritu triste. Derram� mi alma al Se�or".

No tengas por hija de Belial a tu sierva; porque de la abundancia de mi queja y de mi dolor he hablado al Se�or. Entonces El� respondi� y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te conceda la petici�n que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y la mujer se fue, comi�, y su semblante no estaba m�s triste ( 1 Samuel 1:16-18 ).

Ella crey� en la palabra del Se�or. Cambio de actitud. Ya no andaba por ah� luciendo triste. Ella no andaba sin comer. Su esposo probablemente se pregunt� por el cambio en toda su actitud. Pero era fe, creyendo la palabra de Dios a trav�s del sacerdote. Creyendo que Dios ahora le iba a dar un hijo. En realidad, ser�a contrario a los hechos que ella continuara con tristeza y aflicci�n, sin comer.

Dios ha prometido. �l va a responder.
Aqu� est�, por supuesto, una de las marcas de la fe, actuar como si la tuvieras, antes de que realmente la tengas. Es una actitud. Si Dios ha prometido d�rmelo, �por qu� debo andar deprimido, triste y afligido? �Por qu� andar preocupado y preocupado si Dios me ha prometido d�rmela? Si realmente creo en las promesas de Dios, voy a empezar a regocijarme.

Voy a comenzar, en realidad, mi actitud y mis acciones estar�n en armon�a con lo que realmente creo. As� que porque ella crey� en la promesa de Dios, su semblante cambiar�a.
Ella comenz� a comer.

Y entonces se levantaron temprano en la ma�ana, y despu�s de la adoraci�n regresaron a su casa en Ramah: [que est� justo al norte de Jerusal�n, la ciudad moderna de Ram Allah.] y Hannah qued� embarazada; el Se�or se acord� de ella. Aconteci�, pues, que cuando lleg� el tiempo, despu�s que Ana concibi�, dio a luz un hijo, y llam� su nombre Samuel, [que significa "pedido a Dios".] Porque yo lo ped� al Se�or.

[Entonces Samuel significa "pedido a Dios".] Y el var�n Elcana, y toda su casa, sub�a a ofrecer al Se�or el sacrificio anual, ya hacer su voto. Pero Ana no subi�; porque ella dijo a su marido: No subir� hasta que haya destetado al ni�o, y entonces lo llevar� a la casa de Dios para que se quede all�. Entonces Elcana su marido le dijo: Haz lo que bien parezca; espera hasta que lo hayas destetado; s�lo el Se�or establezca su palabra.

Y se qued� la mujer, y dio, y cri� a su hijo [en realidad] hasta que lo hubo destetado. Y despu�s que Samuel fue destetado, ella lo tom� consigo, con tres becerros, una fanega de harina, un odre de vino, y lo llev� a la casa del Se�or en Silo; y el ni�o era peque�o. Y degollaron un becerro, y trajeron el ni�o a Eli. Y ella dijo: Oh mi se�or, vive tu alma, mi se�or, yo soy la mujer que estaba aqu�, [soy la mujer si recuerdas que estaba acostada all�, y pensaste que estaba borracha.

] y te dije que le estaba pidiendo a Dios un hijo. Y este es el hijo por quien or� ( 1 Samuel 1:19-27 ).

"Aqu� est�, aqu� est� la prueba, aqu� est� mi peque�o".
Ha habido muchas ocasiones aqu� en Calvary Chapel donde parejas j�venes se han acercado y han expresado su deseo de tener un hijo. Quiz�s llevan casados ??cuatro, o cinco, seis a�os, algunos de ellos diez, doce a�os casados, y llegan y expresan su deseo de tener un hijo. "Hemos estado casados ??tanto tiempo y nunca hemos podido tener un hijo.

Oh, estamos pensando en adoptar, pero nos encantar�a tener un hijo". Les hemos impuesto las manos y orado por ellos, y un a�o o dos despu�s, vienen y dicen: "Este es el beb�. por lo que oramos. Este es el ni�o". Tenemos este mismo tipo de experiencias. Muchos peque�os beb�s milagrosos por aqu�. Donde Dios ha respondido la oraci�n y ha bendecido el hogar con ni�os.
Ella estaba emocionada, dijo: "Oh, mi se�or, yo soy la mujer. Yo soy el que estaba aqu�. Fue por este ni�o que or�. El Se�or me ha dado mi petici�n que le he pedido�.

Por eso lo devuelvo al Se�or; mientras viva ser� del Se�or. Y ador� all� al Se�or ( 1 Samuel 1:28 ).

Ahora aqu� es donde obtenemos la dedicaci�n de los beb�s el domingo por la ma�ana. Es m�s o menos siguiendo este mismo patr�n de Hannah. Le hemos pedido a Dios que nos bendiga, que nos d� hijos, reconociendo que estos hijos son regalos de Dios, los traemos de vuelta a Dios y decimos: "Dios, nos has dado este hijo, pero queremos darte este hijo a ti, para tus prop�sitos, que el ni�o te sirva todos los d�as de su vida.

Que Tus prop�sitos y Tu voluntad se cumplan en el ni�o". As� que la dedicaci�n de nuestros beb�s al Se�or.
Ahora bien, no conozco ninguna base b�blica para bautizar beb�s. No conozco una sola prueba b�blica para el bautismo de beb�s. Realmente creo que el bautismo es m�s el acto de un adulto consciente. Hay dos escrituras que realmente tratan sobre el bautismo. Una es, "Arrepent�os y bautizaos".

Ahora todav�a tengo que conocer a uno de estos peque�os beb�s que se ha arrepentido. En el evangelio de Marcos dice: "El que creyere y fuere bautizado", y realmente todav�a no tienen suficiente inteligencia para creer.
Ahora bien, eso no significa que el ni�o se perder�a si muere. Creo que un ni�o dentro de un hogar cristiano se salva si muere antes de la edad de responsabilidad. Yo creo que I Corintios, el segundo cap�tulo ense�a esto.

Que: �La esposa o el esposo creyente, cualquiera de los dos siendo creyente, el ni�o est� cubierto por los padres creyentes, de lo contrario sus hijos ser�an inmundos. Pero ahora�, dijo Pablo, �son santos�. As� que la fe de un padre creyente cubre a ese hijo. Usted dice: "�Pero qu� pasa con un padre incr�dulo?" Eso no lo s�, la Biblia guarda silencio. Debo estar en silencio.
Ud. dice: "Pero ser�a justo", bueno, Dios har� lo que sea justo.

Pero la Biblia no dice espec�ficamente, no puedo decir espec�ficamente. Creo que Dios ser� justo. Estoy seguro de que �l ser� justo. S� que �l ser� justo y apoyo mi caso all� en la justicia y la equidad de Dios. Dios ser� absolutamente justo en todos Sus juicios. No hay una sola persona que obtenga un mal trato ante el tribunal de Dios. No habr� una sola persona que se aleje, que pueda alejarse y decir: "Eso no es justo".

Dios tratar� con justicia cada caso y cada atenuaci�n en cada caso. La justicia de Dios es algo de lo que estoy absolutamente convencido. La justicia absoluta de los juicios de Dios.
La justicia del hombre es algo en lo que tengo poca fe. Grito con la multitud: "No hay justicia", pero eso es solo hablar desde un punto de vista humano. Pero desde el punto de vista divino, la justicia absoluta del juicio de Dios es algo sobre lo que no tengo ninguna duda.

Por lo tanto, no estoy realmente preocupado por esas personas que nunca han o�do hablar de Jesucristo o los beb�s que mueren, o lo que sea. S� que Dios ser� absolutamente justo y equitativo en sus juicios. As� que solo lo dejo ah�. Pero los beb�s pueden ser escriturales, pueden ser dedicados o presentados a Dios.
Ahora, en el Nuevo Testamento, cuando naci� Jes�s, vinieron y ofrecieron los sacrificios por el hijo primog�nito y lo presentaron al Se�or.

Los sacerdotes lo levantaron en sus manos y lo bendijeron, y dijeron: "Ahora, Se�or, permite que tu siervo muera en paz porque me has permitido ver tu salvaci�n". Pero de nuevo la idea de, "Aqu� est� mi ni�o Se�or. Te lo presento para que puedas usar esta vida para cualquier prop�sito, para que Tus influencias puedan llegar a este ni�o y conducirlo y guiarlo a medida que crece y se desarrolla. Y Se�or, Te lo devuelvo todos los d�as de su vida.

"Creo que es un gesto maravilloso de parte de un padre. Dedicamos a todos nuestros hijos al Se�or, de hecho entre nosotros los dedicamos al Se�or antes de que nacieran.
Ahora es cierto que cuando tienen la edad suficiente ellos tienen que hacer sus propios compromisos y sus propias decisiones El hecho de que los dediquemos al Se�or no significa que van a consentir en esa dedicaci�n cuando tengan la edad suficiente para hacer lo que quieran.

Pero con suerte para ese momento habremos dado suficiente aporte espiritual y todo eso cuando sean mayores, no se apartar�n de esa fe que han ganado mientras crec�an bajo nuestra tutor�a. Entonces es m�s que solo dedicar; hay una responsabilidad como padres de educar al ni�o, o catequizar al ni�o en los caminos del Se�or. Ense�arles, instruirlos en los caminos del Se�or, para que a medida que crezcan, estas ser�n cosas que han sido plantadas profundamente en sus corazones y mentes, se convertir�n en una parte muy importante de sus mismos procesos de pensamiento. Cap�tulo 8

Ahora bien, aconteci� que cuando Samuel era anciano, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su primog�nito fue Joel; el segundo era Abia: y eran jueces en Beerseba. [Que est� en el sur.] Pero sus hijos no anduvieron en sus caminos, sino que se desviaron tras el lucro, aceptaron soborno, y pervirtieron el derecho ( 1 Samuel 8:1-3 ).

As� que aqu� hay algo desafortunado. Un hombre piadoso Samuel, y sin embargo sus hijos estaban torcidos. Estos tipos estaban aceptando sobornos, hab�an codiciado el dinero, pervertir�an el juicio por sobornos.

Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel a Samuel all� en Ram�, y dijeron: He aqu�, t� eres viejo, pero tus hijos no andan en tus caminos; haznos, pues, un rey que nos juzgue como a todas las naciones. [As� que ahora la demanda de todos los ancianos de Israel para que puedan tener un rey como el resto de las naciones.] La cosa desagrad� a Samuel, cuando dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel or� al Se�or.

El Se�or dijo a Samuel: Oye la voz del pueblo, porque no te han desechado a ti, sino a m�, para que no sea rey sobre ellos ( 1 Samuel 8:4-7 ).

Ahora bien, una naci�n que es gobernada por Dios es una teocracia. Estas personas rechazaban ahora una forma teocr�tica de gobierno y exig�an ahora una monarqu�a. "Queremos un rey como las otras naciones". Es un triste paso hacia abajo en su historia cuando rechazaron a Dios de ser rey. Sin embargo, debido a que Dios no estaba siendo representado fielmente por sus gobernantes, exigieron un rey como las otras naciones. El Se�or dijo: "Diles lo que implicar� una monarqu�a".

Entonces Samuel cont� al pueblo todas las palabras del Se�or. Cuando tengas un rey que reine sobre ti: �l tomar� a tus hijos, los reclutar�, y los designar� para s� mismo y para sus carros, para que sean sus jinetes; algunos correr�n delante de sus carros. El va a nombrar capitanes sobre los miles, y sobre los cincuenta; y �l los pondr� para labrar su tierra, o para labrar su tierra, para segar su mies, para hacerlo instrumentos de guerra e instrumentos de sus carros.

Y tomar� a vuestras hijas para que sean sus panaderas, cocineras y pasteleras. Y tomar� vuestros campos, vuestras vi�as, vuestros olivares y lo mejor de ellos, y los dar� a sus siervos. Tendr�s que empezar a pagar impuestos del diez por ciento. [Lo ten�an bastante bien.] Y �l tomar� vuestros siervos y vuestras siervas, y vuestros mejores j�venes, vuestros asnos, y los pondr� a su trabajo.

Y tomar� la d�cima parte de vuestras ovejas: ser�is sus siervos. Y clamar�is en aquel d�a a causa de vuestro rey que habr�is elegido; y el Se�or no os oir� en aquel d�a. Sin embargo, el pueblo dijo: Bien, queremos un rey para que podamos ser como todas las naciones; para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y pelee nuestras batallas. Entonces Samuel escuch� al pueblo, regres� y dijo: Se�or, todav�a quieren un rey.

Entonces el Se�or dijo: Escucha su voz, y hazlos rey. Y Samuel dijo a los hombres de Israel: Id cada uno a su ciudad ( 1 Samuel 8:10-22 ).

Cap�tulo 9

Y hab�a un var�n de la tribu de Benjam�n, que se llamaba Cis, era hijo de Abiel,... y ten�a un hijo, que se llamaba Sa�l, joven escogido, y [la palabra] hermoso: [ es hermoso] y no hab�a entre los hijos de Israel una persona m�s hermosa que �l: era m�s alto en cabeza y hombros que cualquier otro ( 1 Samuel 9:1-2 ).

S�lo un tipo grande y apuesto, Sa�l, hijo de Cis. De hecho, era simplemente el tipo m�s guapo de todo Israel, grande, guapo, con beneficios y caracter�sticas naturales.

Ahora los burros de Kish estaban perdidos. Y dijo a Sa�l: Toma uno de los sirvientes, y ve y busca las asnas. Y as� pas� Sa�l por el monte de Efra�n, pas� por la tierra de Salisa, pero no los hallaron; pasaron por la tierra de Salim, y no los hallaron all�; y pasaron por la tierra de los benjamitas, no los hallaron; no encontrarlos. Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Sa�l le dijo a su criado que estaba con �l: Mejor volvamos a casa, porque mi padre dejar� de preocuparse por los burros, se preocupar� por nosotros.

As� que dijeron: �C�mo diablos vamos a llegar a casa desde aqu�? estamos perdidos [M�s o menos.] Entonces �l dijo: He o�do que hay un hombre honorable; un profeta en esta ciudad; vamos; tal vez �l pueda mostrarnos el camino por el que debemos ir. Entonces Sa�l dijo al criado: Pero, mira, si vamos al profeta no tenemos nada que darle. Hemos gastado todo lo que tenemos y no tenemos presente para dar al hombre de Dios.

Y el criado respondi� a Sa�l, y dijo: Aqu� tengo la cuarta parte de un siclo de plata; y se la daremos al var�n de Dios, para que nos indique nuestro camino. Ahora bien, (antes en Israel, cuando un hombre iba a consultar a Dios, dec�a as�: Venid, y vayamos al vidente; a los profetas en aquellos d�as los llamaban Videntes ( 1 Samuel 9:3-9 ).

La palabra "vidente" es lo que implica que es un hombre que es capaz de ver en las cosas espirituales, o un hombre que tiene percepci�n espiritual, y ellos fueron llamados "videntes", esa era la palabra original para los profetas. M�s tarde los llamaron profetas. Pero en los primeros d�as se les llamaba videntes.
Entonces dijo Sa�l a su criado:

Vamos, eso es lo suficientemente bueno, vamos. Fueron, pues, a la ciudad donde estaba el var�n de Dios. Y subieron al monte de la ciudad, y hallaron a unas doncellas que sal�an a sacar agua, y dijeron: �Est� aqu� el vidente ( 1 Samuel 9:10-11 )?

Ahora pueden imaginarse a este apuesto Sa�l, grande, nadie es m�s apuesto que �l y les est� preguntando a estas j�venes doncellas d�nde est� el vidente. Ellos tienen cuidado de responderle.

Y ellos respondieron y dijeron: El es; he aqu�, �l est� delante de ti: date prisa ahora, porque �l vino hoy a la ciudad; porque hoy hay sacrificio del pueblo en el lugar alto: Tan pronto como entren en la ciudad, en seguida lo encontrar�n, he aqu�, �l sube al lugar alto a comer; porque el pueblo no comer� hasta que �l llegue, porque bendice el sacrificio; y despu�s comen los que est�n invitados.

Ahora si te levantas; por esta vez lo encontrar�s. [Date prisa.] Y ellos subieron a la ciudad; y cuando llegaron a la ciudad, he aqu�, Samuel sali� contra ellos para subir al lugar alto. Ahora bien, el Se�or le hab�a dicho a Samuel en su o�do un d�a antes de que Sa�l viniera, [�No es genial que el Se�or pueda hablarle as� a Samuel? Le habl� al o�do.] y dijo: Oye, ma�ana a esta hora te enviar� un hombre de la tierra de Benjam�n, y lo ungir�s para que sea capit�n sobre mi pueblo Israel, para que pueda salvar a mi pueblo. de mano de los filisteos; porque he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta m�.

Y cuando Samuel vio a Sa�l, el Se�or le dijo: He aqu� el hombre de quien te habl�. �ste reinar� sobre mi pueblo. Entonces Sa�l se acerc� a Samuel en la puerta, y dijo: Dime, te ruego, d�nde est� la casa del vidente. Y Samuel respondi� a Sa�l, y dijo: Yo soy el vidente; sube delante de m� al lugar alto; porque hoy comer�is conmigo, y ma�ana os dejar� ir, y os declarar� todo lo que est� en vuestro coraz�n.

Y en cuanto a las burras que se perdieron hace tres d�as, no os preocup�is por ellas; ya han sido encontrados. �Y sobre qui�n est� todo el deseo de Israel? �No recae sobre ti y sobre la casa de tu padre ( 1 Samuel 9:12-20 )?

Ahora encuentra al profeta, y el profeta comienza a decir algunas cosas raras. �l dice: "Ahora no te preocupes por esos burros, ya han sido encontrados. Pero �sobre qui�n es el deseo de todo Israel?" Israel est� deseando un rey. "�Sobre qui�n es el deseo de todo Israel? �No es sobre ti y sobre la casa de tu padre?"

Y Sa�l dijo: Oye, espera un momento, no me culpes por eso, soy benjamita, �somos la tribu m�s peque�a de Israel? mi familia es la m�s peque�a de todas las familias de la tribu de Benjam�n. �Qu� me est�s diciendo hombre? Y Samuel tom� a Sa�l y a su criado, y los llev� a la sala, y los hizo sentar en el lugar principal entre los convidados, que eran como unas treinta personas. Y Samuel dijo al cocinero: Trae las porciones que te di, de las cuales te dije: Ponlas junto a ti.

Y el cocinero tom� la espaldilla y lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Sa�l. Y Samuel dijo: He aqu� lo que queda. ponlo delante de ti, y come; porque hasta ahora te ha sido guardado, desde que convid� al pueblo. As� que Sa�l comi� con Samuel ese d�a. Y cuando descendieron del lugar alto a aquella ciudad, Samuel habl� con Sa�l sobre el terrado de la casa. Y se levantaron temprano; y aconteci� que cerca de la primavera de ese d�a, Samuel llam� a Sa�l a la azotea de la casa, diciendo: Lev�ntate, para que te despida.

Sa�l se levant� y se fueron ambos, y Samuel, al extranjero. Y mientras descend�an al cabo de la ciudad, Samuel dijo a Sa�l: Manda a tu siervo que pase delante de nosotros, y qu�date aqu� un rato, para que yo te ense�e la palabra de Jehov� ( 1 Samuel 9:21-27 ).

As� que Samuel ahora se est� preparando para revelarle a Sa�l las cosas de Dios. "Env�a a tu sirviente".
Cap�tulo 10

Samuel tom� una redoma de aceite, y la derram� sobre Sa�l, sobre su cabeza, y lo bes�, y dijo: �No es porque te ha ungido el Se�or para que seas capit�n sobre su heredad? Ahora, cuando te vayas de m� hoy, cuando llegues a la tumba de Raquel, ver�s a dos hombres; y te dir�n: Las asnas que buscabas han sido encontradas; y tu padre ya no se preocupa por las asnas, sino por ti.

Luego, a medida que avance desde all�, llegar� a la llanura de Tabor, y all� se encontrar� con tres hombres que suben a Dios a Betel, y uno lleva tres ni�os y otro tres panes. de pan, y otro portando una botella de vino: Os van a saludar, os van a dar a hogazas de pan; que recibir�s. Y luego, cuando llegu�is al monte de Dios, donde est� la guarnici�n de los filisteos, acontecer� que cuando os acerqu�is a la ciudad, os encontrar�is con una compa��a de profetas que descienden del lugar alto con salterio, arpa, flauta y arpa delante de ellos; y profetizar�n: Y el esp�ritu del Se�or vendr� sobre ti, y profetizar�s con ellos, y ser�s cambiado en otro hombre.

Y as� sea, cuando te lleguen estas se�ales, haz lo que te sirva la ocasi�n; porque Dios est� contigo ( 1 Samuel 10:1-7 ).

As� que aqu� est� el profeta, es el viaje para �l. "Cuando salgas, cuando llegues a la tumba de Raquel, habr� un par de tipos all� que te dir�n: 'Oye, se encontraron los burros que est�s buscando. Tu pap� est� realmente preocupado por ti. �l no No s� lo que te ha pasado. A medida que avance un poco m�s, se encontrar� con tres hombres que suben a Betel para adorar a Dios.

Uno tendr� tres cabras, uno tendr� tres panes y el otro tendr� una jarra de vino. Te van a ofrecer un par de barras de pan, t�malas. Luego, cuando avance un poco m�s, cuando se acerque a la ciudad, habr� un grupo de profetas descendiendo. Van a tener algunos instrumentos, van a estar tocando y cantando. Al unirse a ellos, el Esp�ritu de Dios vendr� sobre usted. Vas a ser transformado en otro hombre. As� que en ese momento haz lo que la ocasi�n te parezca mejor, porque el Se�or est� contigo".

Y descender�s delante de m� a Gilgal; para ofrecer holocaustos, y para sacrificar ofrendas y ofrendas de paz; y esperar�is siete d�as, hasta que yo venga a ti, y te diga lo que has de hacer. Y aconteci� que cuando se apart� de Samuel, Dios le dio otro coraz�n: y todas aquellas se�ales se cumplieron aquel d�a. Y cuando llegaron cerca de la colina, he aqu�, una compa��a de profetas le sali� al encuentro; y el esp�ritu de Dios vino sobre �l, y profetiz� entre ellos.

Y aconteci� que cuando todos los que le conoc�an antes vieron que, he aqu�, �l profetizaba delante de los profetas, el pueblo se dec�a unos a otros: �Qu� es esto que le ha venido al hijo de Cis? �Est� Sa�l entre los profetas? Y uno del mismo lugar respondi� y dijo: �Pero qui�n es su padre? Por eso se hizo proverbio: �Est� Sa�l entre los profetas? Y cuando hubo terminado de profetizar, lleg� al lugar alto.

Y el t�o de Sa�l le dijo a �l y a su siervo: �A qu� parte del mundo hab�is ido? Y �l dijo: A buscar las asnas; y como vimos que no estaban por ninguna parte, llegamos a Samuel. Y el t�o de Sa�l dijo: Dime, �qu� te dijo Samuel? Y Sa�l dijo a su t�o: Nos dijo claramente que hab�an sido encontradas las asnas. Pero Sa�l no le revel� a su t�o las otras cosas que Samuel le hab�a dicho acerca de que �l era el elegido de Dios y del pueblo, para ser el rey.

Y as� Samuel convoc� al pueblo delante del Se�or all� en Mizpa; Y dijo a los hijos de Israel: As� ha dicho Jehov� Dios de Israel: Yo saqu� a Israel de Egipto, os libr� de mano de los egipcios, de mano de todos los reinos, de los que os oprimieron. : Y hab�is desechado este d�a a vuestro Dios, que os salv� �l mismo de todas vuestras adversidades y de vuestras tribulaciones; y le dijisteis: No, sino pon rey sobre nosotros.

Ahora pues, presentaos delante del Se�or por vuestras tribus, y por vuestros millares. Y cuando Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, la tribu de Benjam�n fue tomada. Cuando hizo que la tribu de Benjam�n se acercara por sus familias, las familias de Matri fueron tomadas, y Sa�l hijo de Cis fue tomado; y busc�ndolo, no lo pudieron encontrar. Por lo tanto, pregunt� m�s al Se�or si el hombre a�n hab�a de llegar all�. Y el Se�or respondi�: He aqu�, se ha escondido all� en la basura ( 1 Samuel 10:8-22 ).

Ahora ha llegado el momento de presentar a Israel su rey. Todos los hijos de Israel est�n reunidos en Mizpa, este gran d�a, la coronaci�n del rey. Y entonces Samuel est� all� afuera, grandes ceremonias, y �l hace pasar a las diversas tribus. Y toma la tribu de Benjam�n. �l hace pasar las familias de Benjam�n. Se lleva a la familia de Matri. Luego, de la familia de Matri, toma a Sa�l y le dice: "Est� bien, eres rey. �D�nde est� �l?".
As� que dice: "Se�or, �qu� est� pasando aqu�? �Qu� est� pasando?"
El Se�or dijo: �Oh, el tipo se escondi� all� en la materia�.

Fueron, pues, all� en el material, y sacaron a Sa�l; y le tomaron; y cuando estaba en medio del pueblo, era m�s alto que cualquiera de los del pueblo, de hombros arriba. [Se puso de pie entre la multitud.] Y Samuel dijo a todo el pueblo: �Veis al que ha escogido Jehov�, que no hay semejante a �l entre todo el pueblo? Y el pueblo gritaba y dec�a: Dios salve al rey. Entonces Samuel cont� al pueblo el aspecto del reino, y lo escribi� en un libro, y lo puso delante de Jehov�.

Y Samuel despidi� a todo el pueblo, cada uno a su casa. Y Sa�l se fue a su casa en Gabaa; y fue con �l un grupo de hombres, cuyos corazones Dios hab�a tocado. Pero los hijos de Belial dijeron: �C�mo nos salvar� este hombre? Y lo despreciaron, y no le trajeron ning�n presente. Pero call� ( 1 Samuel 10:23-27 ).

Ahora bien, hay un par de cosas aqu� en esta �ltima parte que me interesan y me fascinan. N�mero uno es esa unci�n de Sa�l donde el Esp�ritu de Dios vino sobre �l, y se convirti� en otro hombre, una especie de experiencia de conversi�n real. El Esp�ritu de Dios sobre �l, y su profec�a, y el coraz�n fue cambiado, una verdadera obra de Dios dentro de su vida.
Lo segundo que me interesa es que con �l iba un grupo de hombres a los que Dios hab�a tocado el coraz�n.

Esta escritura siempre me emociona por su potencial. No es que sea chovinista, pero creo que no hay nada m�s emocionante y lleno de posibilidades que conseguir un grupo de hombres cuyos corazones han sido tocados por Dios. Para m�, el potencial de una banda de hombres, corazones tocados por Dios, es simplemente incomprensible. �Qu� puede hacer Dios cuando toca los corazones de los hombres!
Ahora bien, durante mucho tiempo, el cristianismo fue visto como algo casi marica y afeminado.

Las mujeres generalmente eran aquellas que estaban comprometidas con el Se�or y trataban de arrastrar a sus esposos. Pero ese no es el orden de Dios. Dios pretend�a que el hombre fuera la cabeza y l�der espiritual en la casa, de las cosas espirituales. Ahora bien, si el hombre no lo es, creo que la mujer debe ocupar ese lugar. Pero ese no es el orden divino de Dios. Es orden divina de Dios que el hombre dirija la casa en las cosas espirituales.

Qu� fuerte y qu� bendita es la casa donde el hombre asume el rol espiritual de liderazgo.
Pero con la iglesia hab�a una especie de idea afeminada involucrada en el cristianismo. Incluso los ministros hablaban y actuaban como un mont�n de mariquitas. Sabes que buscaban ser tan correctos y dulces, y afeminados, que le dio al cristianismo una especie de sentimiento afeminado.
Creo que Jesucristo desaf�a la masculinidad de un hombre.

Creo que uno de los mayores desaf�os para cualquier hombre para afirmar realmente la plenitud de su hombr�a es comprometer su vida completa y plenamente a seguir a Jesucristo. Creo que es una de las cosas m�s varoniles que puedes hacer. Creo que es poderoso. Creo que es din�mico. Cuando re�nes a un grupo de personas que realmente han entregado sus vidas a Jesucristo, cuyos corazones realmente han sido tocados por Dios, tienes el potencial de poner el mundo patas arriba.

Hombres totalmente comprometidos con el Se�or, con Jesucristo, qu� potencial tan emocionante.
As�, vemos que Sa�l tiene muchas ventajas. Viene de un buen hogar, seguridad, amor, sabe que su pap� se va a preocupar por �l cuando no se presente. El f�sico natural, hermoso, grande, todo no significa nada comparado con el Esp�ritu de Dios que viene sobre su vida y lo unge, cambiando su coraz�n, convirti�ndolo en otro hombre.

Entonces Dios pone a su alrededor a un mont�n de personas que simplemente est�n excitadas por Dios. Un grupo de hombres cuyos corazones Dios hab�a tocado. Ahora tienes aqu� el potencial de cosas maravillosas para Dios. Tienes todos los ingredientes que necesitas para una verdadera explosi�n espiritual. Pero continuaremos y veremos c�mo fracas� y por qu� fracas�.
Cuando �ramos ni�os, podr�amos haber legalizado los petardos aqu� en California.

Sol�amos encender las Panteras Negras porque eran buenas y ruidosas. Pero de vez en cuando, ya sabes, pones el petardo en la lata, y enciendes la mecha, y regresas y esperas, y esperas, y esperas, sin explosi�n, un chisporroteante Por supuesto que aprendimos cuando �ramos ni�os que puedes tomar el gaseoso, partirlo en dos, verter el polvo, encender el polvo y cuando comienza a salir disparado, si lo detienes, te abre el pie, pero realmente puedes hacer la cosa explota.

Pero sol�amos estar siempre decepcionados con esos fizzlers, ten�an el potencial, explotaban y esa lata no hac�a nada, se esfumaba.
Vuelvo a mirar la vida de algunas personas y ves ese potencial. Ves que todos los ingredientes est�n ah�, fizzlers. Nunca lo logran. Qu� decepci�n son los fizzlers. Dios nos ayude a no ser fizzlers. Esa es tu lecci�n para esta noche.
�Nos ponemos de pie?
Oro para que Dios est� contigo esta semana, que te bendiga en tu trabajo, que te d� sabidur�a y gu�a.

Que Su amor realmente fluir� a trav�s de tu vida en esas circunstancias dif�ciles y adversas. Que el Esp�ritu de Dios descanse sobre ti, la unci�n de Su Esp�ritu y poder. Que te conviertas en el hombre que Dios quiere que seas, haciendo el trabajo que Dios quiere que hagas para la gloria de Jesucristo. "

Información bibliográfica
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre 1 Samuel 2". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/csc/1-samuel-2.html. 2014.
 
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