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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Bíblico de Smith Comentario de Smith
Declaración de derechos de autor
Derechos de autor © 2014, Capilla del Calvario de Costa Mesa, California.
Derechos de autor © 2014, Capilla del Calvario de Costa Mesa, California.
Información bibliográfica
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre 1 Samuel 9". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/csc/1-samuel-9.html. 2014.
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre 1 Samuel 9". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-27
Y hab�a un var�n de la tribu de Benjam�n, que se llamaba Cis, era hijo de Abiel,... y ten�a un hijo, que se llamaba Sa�l, joven escogido, y [la palabra] hermoso: [ es hermoso] y no hab�a entre los hijos de Israel una persona m�s hermosa que �l: era m�s alto en cabeza y hombros que cualquier otro ( 1 Samuel 9:1-2 ).
S�lo un tipo grande y apuesto, Sa�l, hijo de Cis. De hecho, era simplemente el tipo m�s guapo de todo Israel, grande, guapo, con beneficios y caracter�sticas naturales.
Ahora los burros de Kish estaban perdidos. Y dijo a Sa�l: Toma uno de los sirvientes, y ve y busca las asnas. Y as� pas� Sa�l por el monte de Efra�n, pas� por la tierra de Salisa, pero no los hallaron; pasaron por la tierra de Salim, y no los hallaron all�; y pasaron por la tierra de los benjamitas, no los hallaron; no encontrarlos. Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Sa�l le dijo a su criado que estaba con �l: Mejor volvamos a casa, porque mi padre dejar� de preocuparse por los burros, se preocupar� por nosotros.
As� que dijeron: �C�mo diablos vamos a llegar a casa desde aqu�? estamos perdidos [M�s o menos.] Entonces �l dijo: He o�do que hay un hombre honorable; un profeta en esta ciudad; vamos; tal vez �l pueda mostrarnos el camino por el que debemos ir. Entonces Sa�l dijo al criado: Pero, mira, si vamos al profeta no tenemos nada que darle. Hemos gastado todo lo que tenemos y no tenemos presente para dar al hombre de Dios.
Y el criado respondi� a Sa�l, y dijo: Aqu� tengo la cuarta parte de un siclo de plata; y se la daremos al var�n de Dios, para que nos indique nuestro camino. Ahora bien, (antes en Israel, cuando un hombre iba a consultar a Dios, dec�a as�: Venid, y vayamos al vidente; a los profetas en aquellos d�as los llamaban Videntes ( 1 Samuel 9:3-9 ).
La palabra "vidente" es lo que implica que es un hombre que es capaz de ver en las cosas espirituales, o un hombre que tiene percepci�n espiritual, y ellos fueron llamados "videntes", esa era la palabra original para los profetas. M�s tarde los llamaron profetas. Pero en los primeros d�as se les llamaba videntes.
Entonces dijo Sa�l a su criado:
Vamos, eso es lo suficientemente bueno, vamos. Fueron, pues, a la ciudad donde estaba el var�n de Dios. Y subieron al monte de la ciudad, y hallaron a unas doncellas que sal�an a sacar agua, y dijeron: �Est� aqu� el vidente ( 1 Samuel 9:10-11 )?
Ahora pueden imaginarse a este apuesto Sa�l, grande, nadie es m�s apuesto que �l y les est� preguntando a estas j�venes doncellas d�nde est� el vidente. Ellos tienen cuidado de responderle.
Y ellos respondieron y dijeron: El es; he aqu�, �l est� delante de ti: date prisa ahora, porque �l vino hoy a la ciudad; porque hoy hay sacrificio del pueblo en el lugar alto: Tan pronto como entren en la ciudad, en seguida lo encontrar�n, he aqu�, �l sube al lugar alto a comer; porque el pueblo no comer� hasta que �l llegue, porque bendice el sacrificio; y despu�s comen los que est�n invitados.
Ahora si te levantas; por esta vez lo encontrar�s. [Date prisa.] Y ellos subieron a la ciudad; y cuando llegaron a la ciudad, he aqu�, Samuel sali� contra ellos para subir al lugar alto. Ahora bien, el Se�or le hab�a dicho a Samuel en su o�do un d�a antes de que Sa�l viniera, [�No es genial que el Se�or pueda hablarle as� a Samuel? Le habl� al o�do.] y dijo: Oye, ma�ana a esta hora te enviar� un hombre de la tierra de Benjam�n, y lo ungir�s para que sea capit�n sobre mi pueblo Israel, para que pueda salvar a mi pueblo. de mano de los filisteos; porque he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta m�.
Y cuando Samuel vio a Sa�l, el Se�or le dijo: He aqu� el hombre de quien te habl�. �ste reinar� sobre mi pueblo. Entonces Sa�l se acerc� a Samuel en la puerta, y dijo: Dime, te ruego, d�nde est� la casa del vidente. Y Samuel respondi� a Sa�l, y dijo: Yo soy el vidente; sube delante de m� al lugar alto; porque hoy comer�is conmigo, y ma�ana os dejar� ir, y os declarar� todo lo que est� en vuestro coraz�n.
Y en cuanto a las burras que se perdieron hace tres d�as, no os preocup�is por ellas; ya han sido encontrados. �Y sobre qui�n est� todo el deseo de Israel? �No recae sobre ti y sobre la casa de tu padre ( 1 Samuel 9:12-20 )?
Ahora encuentra al profeta, y el profeta comienza a decir algunas cosas raras. �l dice: "Ahora no te preocupes por esos burros, ya han sido encontrados. Pero �sobre qui�n es el deseo de todo Israel?" Israel est� deseando un rey. "�Sobre qui�n es el deseo de todo Israel? �No es sobre ti y sobre la casa de tu padre?"
Y Sa�l dijo: Oye, espera un momento, no me culpes por eso, soy benjamita, �somos la tribu m�s peque�a de Israel? mi familia es la m�s peque�a de todas las familias de la tribu de Benjam�n. �Qu� me est�s diciendo hombre? Y Samuel tom� a Sa�l y a su criado, y los llev� a la sala, y los hizo sentar en el lugar principal entre los convidados, que eran como unas treinta personas. Y Samuel dijo al cocinero: Trae las porciones que te di, de las cuales te dije: Ponlas junto a ti.
Y el cocinero tom� la espaldilla y lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Sa�l. Y Samuel dijo: He aqu� lo que queda. ponlo delante de ti, y come; porque hasta ahora te ha sido guardado, desde que convid� al pueblo. As� que Sa�l comi� con Samuel ese d�a. Y cuando descendieron del lugar alto a aquella ciudad, Samuel habl� con Sa�l sobre el terrado de la casa. Y se levantaron temprano; y aconteci� que cerca de la primavera de ese d�a, Samuel llam� a Sa�l a la azotea de la casa, diciendo: Lev�ntate, para que te despida.
Sa�l se levant� y se fueron ambos, y Samuel, al extranjero. Y mientras descend�an al cabo de la ciudad, Samuel dijo a Sa�l: Manda a tu siervo que pase delante de nosotros, y qu�date aqu� un rato, para que yo te ense�e la palabra de Jehov� ( 1 Samuel 9:21-27 ).
As� que Samuel ahora se est� preparando para revelarle a Sa�l las cosas de Dios. "Env�a a tu sirviente". "