Bible Commentaries
2 Crónicas 1

Comentario Bíblico de SmithComentario de Smith

Versículos 1-17

Vayamos al cap�tulo 1 de II Cr�nicas.
I Cr�nicas nos lleva hasta la muerte de David, y II Cr�nicas comienza con el reinado de Sa�l y cubre el resto de la historia de los reyes de Jud�. Estas son las cr�nicas de los reyes de Jud�. Realmente no trata de los reyes de Israel, sino que se concentra en el reino del sur, el reino de Jud�. Hubo, tal vez, cr�nicas de los reyes de Israel.

Los que no tenemos. Pero estas son las cr�nicas de los reyes de Jud�, y I Cr�nicas se ocupa principalmente del reino de David. Porque fue bajo David que el reino alcanz� el cenit, la c�spide de su gloria y poder. Y Salom�n intervino y sigui� a su padre, quien hab�a colocado un hermoso fundamento y disfrutado, realmente, de los beneficios del reinado de su padre.
Bajo Salom�n el reino comenz� a deteriorarse.

Y as� de r�pido el reino se vino abajo. A la muerte de Salom�n, cuando su hijo Roboam asumi� el poder, el reino se dividi�, y lo que una vez fue un reino fuerte y poderoso pronto se debilit�, un estado tan debilitado que los gloriosos tesoros que hab�an sido acumulados por David y Salom�n se desvanecieron. pronto tomada por Sisac, el rey de Egipto. Y la gloria y el poder y la riqueza del reino pronto fueron destruidos.
Entonces, al entrar en el segundo libro de las Cr�nicas de los reyes de Jud�,

Salom�n hijo de David fue fortalecido en su reino, y Jehov� su Dios estaba con �l, y lo engrandeci� sobremanera ( 2 Cr�nicas 1:1 ).

Salom�n comenz� su reinado con gran poder. Poder que le fue entregado, en realidad, de su padre David. Pero tambi�n poder del Se�or, porque al principio el coraz�n de Salom�n era recto ante Dios.
Y Salom�n reuni� al pueblo en Gaba�n, porque el tabern�culo del Se�or, en ese tiempo, estaba en Gaba�n. Ahora bien, hab�a dos tabern�culos en este momento. David hab�a levantado una tienda en Jerusal�n para el Arca de la Alianza.

Cuando trajeron el Arca del Pacto de regreso a Jerusal�n, David hizo una tienda para el Arca del Pacto en Jerusal�n. Pero el verdadero centro de adoraci�n de la naci�n todav�a estaba en Gaba�n, donde exist�a el tabern�culo, modelado seg�n el tabern�culo en el desierto, y el altar donde subir�an para ofrecer sacrificios a Dios estaba en Gaba�n.

Y as� Salom�n reuni� al pueblo en el lugar alto que estaba en Gaba�n; porque all� estaba el tabern�culo de reuni�n semejante al que hab�an tenido en el desierto. Y David hab�a tra�do el arca de Dios de Quiriat-jearim a Jerusal�n y hab�a construido una tienda para eso. Y Salom�n subi� all� a este altar de bronce delante de Jehov�, que estaba en el tabern�culo de reuni�n, y ofreci� sobre �l mil holocaustos ( 2 Cr�nicas 1:3 ; 2 Cr�nicas 1:4 ; 2 Cr�nicas 1:6 ) .

Ahora bien, Salom�n era un tipo extravagante. Mil holocaustos. Y era extravagante en todo lo que hac�a.

En aquella noche se apareci� Dios a Salom�n y le dijo: Pide lo que te dar� ( 2 Cr�nicas 1:7 ).

Eso es casi como algunas de las tramas de los cuentos de hadas que lees, ya sabes, la diosa hada o el genio o lo que sea. Pregunta lo que quieras. A veces me preguntaba si Dios deber�a venir a m� y decirme: "Pide lo que quieras que te d�". Me he preguntado qu� le pedir�a a Dios. �Cu�l ser�a mi pedido? Y a menudo he pensado mientras reflexionaba sobre esto, creo que le dar�a la vuelta y dir�a: "Dios, dame lo que quieras darme.

"Porque ver�s, es posible que est� pensando en mucho menos de lo que Dios quiere darme. �l me ama tanto que desea simplemente darme. Y podr�a estar diciendo: "Se�or, me gustar�a tener mil d�lares". Y �l puede querer poner un mill�n de d�lares en m�. �Y por qu� deber�a interrumpirlo?

Creo que no nos damos cuenta de cu�nto Dios nos ama realmente. Y lo que Dios est� dispuesto a hacer por nosotros. "Porque si Dios no perdon� ni a su propio Hijo, sino que lo entreg� por todos nosotros, �cu�nto m�s no nos dar� gratuitamente todas las cosas?" ( Romanos 8:32 ) Mira lo que Dios ya te ha dado. Consid�ralo. No perdon� ni a su propio Hijo, y si no perdon� ni a su propio Hijo, sino que lo entreg� por vosotros, �cu�nto m�s os dar� gratuitamente todas las cosas? Jes�s dijo: "Ya no hab�is pedido nada en mi nombre.

Pide.� Y en el griego est� en el intensivo, que traducido m�s literalmente ser�a, �Pide, por favor pide, para que recibas, para que tu gozo sea completo� ( Juan 16:24 ). Dios quiere bendecirte. Dios quiere bendecir tu vida, porque Dios quiere que tu vida sea un instrumento a trav�s del cual el mundo que te rodea pueda conocer el gozo y la bendici�n de servir al Se�or, y as� Dios quiere, Dios se deleita en dar cosas buenas a Sus hijos. .

"Pide lo que te dar�".

Y Salom�n dijo: Gran misericordia has hecho con David mi padre, y me has hecho reinar en su lugar. Ahora, oh SE�OR Dios, sea firme tu promesa a David mi padre, porque t� me has puesto por rey sobre un pueblo que es como el polvo de la tierra en cuanto a su n�mero. Dame ahora sabidur�a y ciencia, para salir y entrar delante de este pueblo; porque �qui�n podr� gobernar a este tu pueblo, que es tan grande? ( 2 Cr�nicas 1:8-10 )

As� que la petici�n de Salom�n, "Sabidur�a y conocimiento, Dios. Para que sepa entrar y salir delante de este pueblo, porque la tarea que se me ha encomendado, reinando sobre Tu pueblo, es m�s grande de lo que realmente puedo manejar. Y as� , Padre, conc�deme la sabidur�a y el conocimiento, de verdad, para hacer Tu negocio. Conc�deme, Se�or, lo que necesito para hacer las cosas que T� quieres que haga".

Que hermoso pedido. Ahora, un poco m�s adelante, cuando entremos en nuestra lectura de la pr�xima semana, encontraremos al profeta viniendo al rey Asa y declarando: "Porque los ojos del Se�or van y vienen por toda la tierra para mostrarse fuerte sobre por aquellos cuyo coraz�n es perfecto para con �l" ( 2 Cr�nicas 16:9 ).

Ahora, aqu� est� Salom�n expresando un coraz�n que est� completamente hacia Dios. "Pregunta lo que quieras, Salom�n". "Se�or, me gusta ser famoso. Se�or, me gusta mi huella en Grauman's Chinese. Se�or, me gustar�a ser rico". No, "Se�or, has puesto una responsabilidad grande y pesada sobre m�. Me has hecho rey en lugar de mi padre sobre Tu pueblo. Y Dios, necesito sabidur�a y necesito conocimiento y simplemente saber c�mo hacerlo". el trabajo que quieres que se haga".

Y dijo Dios a Salom�n: Porque esto estaba en tu coraz�n, y no pediste riquezas, bienes, u honra, ni pediste la vida de tus enemigos, ni pediste larga vida para ti; pero has pedido para ti sabidur�a y conocimiento, para que puedas juzgar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey: sabidur�a y conocimiento te son dados; y te dar� riquezas, y hacienda, y gloria, cual no la tuvo ninguno de los reyes que fueron antes de ti, ni despu�s de ti habr� quien las tenga.

Entonces Salom�n vino de su viaje al lugar alto que estaba en Gaba�n a Jerusal�n, de delante del tabern�culo de reuni�n, y rein� sobre Israel. Y Salom�n reuni� carros y gente de a caballo; y ten�a mil cuatrocientos carros, doce mil hombres de a caballo, que puso en las ciudades de carros, y con el rey en Jerusal�n. Y el rey hizo que la plata y el oro en Jerusal�n fueran tan abundantes como piedras, y los cedros los hizo tan comunes como los sic�moros que crecen abundantemente en el valle.

Y Salom�n hizo traer caballos de Egipto e hilo de lino; y los mercaderes del rey recibieron el hilo de lino a precio. Y trajeron de Egipto carros por seiscientos siclos de plata, caballos por ciento cincuenta; y as� sacaron caballos para todos los reyes de los heteos, y para los reyes de Siria, por medio de ellos ( 2 Cr�nicas 1:11-17 ).

En otras palabras, comenzaron a ser comerciantes de caballos. Comenzaron a venderlos a las naciones de alrededor, a los heteos, a los sirios, y dem�s. Ahora bien, es interesante que Salom�n comenz� este comercio de caballos con Egipto, al parecer, muy temprano en su carrera. Y al hacerlo, estaba comenzando a plantar las semillas de destrucci�n y deterioro de su reino. Porque en Deuteronomio, el Se�or dio la ley concerniente a los reyes de Israel, y en el cap�tulo diecisiete, en el vers�culo catorce, el Se�or le dijo a Mois�s: "Cuando el pueblo entre en la tierra, y la posean, y dir�n , 'Queremos un rey como las naciones que nos rodean.

'" Entonces Dios da requisitos para el que deben establecer como rey, pero en el vers�culo diecis�is, �l dijo: "Pero no se multiplicar� los caballos, ni har� que el pueblo regrese a Egipto, con el fin de que ellos multiplicar�a los caballos" ( Deuteronomio 17:14 ; Deuteronomio 17:16 ).

Ahora, �qu� tiene Dios en contra de los caballos? Nada. �l los cre�. Pero en aquellos d�as el caballo era un arma definitiva y decisiva en la batalla. Comenzaron a medir la fuerza de un ej�rcito por el n�mero de caballos. Un hombre a caballo ten�a una clara ventaja, y un carro era un arma de guerra temible e impresionante. Algo as� como tanques contra la infanter�a hoy. Y por eso Dios no quer�a que confiaran en los caballos.

Y en los Salmos dice: �El caballo es cosa vana� ( Salmo 33:17 ) en cuanto a algo en que confiar. Como habla del contraste, confiar en el Se�or. �Algunos hombres conf�an en caballos y otros en carros, pero nosotros confiaremos en el Se�or nuestro Dios� ( Salmo 20:7 ). Y muchos de los salmos se refieren al hecho de que la gente confiaba en los caballos.

Ahora, el hecho de que Salom�n comenz� a acumular esta gran cantidad de caballos, y por un tiempo, los cr�ticos de la Biblia atacaron el relato b�blico debido a la cantidad de caballos que ten�a Salom�n. Y cuenta c�mo construy� estas ciudades y puso establos en estas ciudades y dem�s. Y ahora en las excavaciones, en muchas de estas ciudades que Salom�n hab�a fortificado, han encontrado, en realidad, los establos de caballos. En la ciudad de Meguido al nivel de excavaci�n que hab�a en tiempo de Salom�n, se ven estos abrevaderos de piedra que hab�an labrado para el agua de los caballos, y los abrevaderos y todo.

Est�n all� hoy y en grandes cantidades. Y todo verifica, realmente, el relato b�blico de la gran cantidad de caballos que reuni� Salom�n.
Y la tendencia, sin embargo, era entonces confiar en el hecho de que tienes en tu ej�rcito un cierto n�mero de jinetes y todo. As� que me sorprende que tan pronto Salom�n abandonara la ley del Se�or y comenzara a sembrar las semillas que finalmente deteriorar�an el reino. "

Información bibliográfica
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre 2 Chronicles 1". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/csc/2-chronicles-1.html. 2014.