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Bible Commentaries
Isaías 64

Comentario Bíblico de SmithComentario de Smith

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Versículos 1-12

�Ojal� rompieras los cielos, que descendieras, y que los montes se desplomaran ante tu presencia, como cuando arde el fuego que derrite, el fuego hace hervir las aguas, y da a conocer tu nombre a tus adversarios, para que las naciones tiemblen ante tu presencia! Cuando hiciste cosas asombrosas que nosotros no esper�bamos, descendiste, y los montes se desplomaron ante tu presencia. Porque desde el principio del mundo no oyeron los hombres, ni oyeron o�do, ni ojo vio, oh Dios, fuera de ti, lo que ha preparado para el que le espera ( Isa�as 64:1-4 ).

Ahora est� orando: "Dios, �por qu� no te manifiestas como lo hiciste en el pasado? �Cuando la gente vio tu poder, la gloria de tu poder?" Ahora Dios es. En el cap�tulo treinta y ocho del libro de Ezequiel, cuando Dios habla de Su furia levant�ndose en Su rostro para destruir al ej�rcito ruso invasor cuando entraran en Israel, �l dijo: "Y ser� santificado delante de las naciones de la tierra y ellos sabr� que yo soy Dios cuando te haya destruido, oh Gog� ( Ezequiel 38:16 ).

Entonces Dios una vez m�s se mover�. Ahora, en oraci�n, Isa�as est� orando por este d�a para que Dios se mueva una vez m�s. Ven y deja que las monta�as fluyan ante Su presencia. Las cosas maravillosas que hizo y las har� de nuevo. Ahora el vers�culo Isa�as 64:4 , "Porque desde el principio del mundo no se ha o�do, ni percibido el o�do, ni el ojo ha visto, oh Dios, fuera de ti, lo que has preparado para el que espera en ti". Oh, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que s�lo esperan en �l.

Nuestro problema es que no esperamos en Dios. Nos ponemos tan impacientes. Queremos ver las cosas hechas. Al igual que Abraham, sabemos lo que Dios quiere hacer y por eso vamos a ayudar a Dios. Y eso siempre es tr�gico. Oh, las cosas que Dios ha preparado para los que esperan. Recuerden que Pablo dijo algo as� en Corintios, y sin duda �l estaba haciendo referencia a este pasaje aqu� en Isa�as, porque Pablo dijo: "Como dice la Escritura: 'Ojo no vio, o�do no oy�, ni penetr� en �l'". el coraz�n del hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que le aman.

Pero �l nos las ha revelado a nosotros por Su Esp�ritu� ( 1 Corintios 2:9-10 ). Pablo est� hablando del hombre natural, el hombre espiritual. El hombre natural no entiende nada acerca del Esp�ritu. las cosas del Esp�ritu, �l no puede saber las cosas del Esp�ritu porque son discernidas espiritualmente.

Sin embargo, el que es espiritual entiende todas las cosas, aunque no es entendido. Pero al hablar del contraste entre el hombre natural y el hombre espiritual, dice: "Los ojos no vieron, los o�dos no oyeron, ni han subido en el coraz�n del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que le aman". ." Pero Dios ha comenzado a revel�rnoslas por Su Esp�ritu.

Pablo or� por los efesios para que Dios les concediera el esp�ritu de sabidur�a y entendimiento para que pudieran saber cu�l es la esperanza de su llamado. Oh, si supieras lo que Dios tiene reservado para nosotros como sus hijos. Si supieras la gloria del reino. Es tan maravilloso, est� m�s all� de cualquier cosa que nosotros en nuestra propia imaginaci�n podamos concebir o idear. Es tan glorioso que cuando Pablo tuvo una peque�a vista de la cosa, prob� un poco de ella, fue llevado al tercer cielo y all� escuch� estas cosas gloriosas que eran tan maravillosas que ser�a un crimen tratar de describirlas en humanos. idioma.

Y fue tan glorioso que Pablo dijo: "Era necesario que Dios me diera un aguij�n en la carne para mantenerme sobre la tierra, no sea que me exalte sobremanera a causa de estas revelaciones que me han sido dadas. Fue tan fant�stico Yo solo... Dios tuvo que mantenerme en el suelo y yo simplemente... vivo en esa visi�n y reino celestial". Entonces, debido a la abundancia de la revelaci�n del Se�or, porque es tan gloriosa, esta vieja espina clavada en el suelo solo me recuerda que todav�a soy humano. Pero ese deseo a partir de entonces. Tengo un deseo de partir y estar con Cristo que es mucho mejor. Y ese anhelo. Si supieras las cosas que Dios ha preparado.

Ahora Dios ha comenzado a revel�rnoslas por Su Esp�ritu. Pero, sin embargo, la oraci�n de Pablo: "Para que teng�is esp�ritu de sabidur�a y de inteligencia, para que sep�is cu�l es la esperanza de vuestra vocaci�n". Si tan solo supieras lo que Dios tiene para ti, ya no podr�as estar feliz o satisfecho con estas cosas mundanas. Le gustar�a que Paul... La gente dice: "Tienes una mentalidad tan celestial que no sirves para nada en la tierra". Bueno, nunca he conocido a esa persona, con toda honestidad.

Creo que, en su mayor parte, tenemos una mente demasiado terrenal para ser un bien celestial. Ojal� tuvi�ramos una mente m�s celestial. Ojal� mir�semos m�s hacia lo que Dios tiene preparado para los que le aman, porque as� nuestra perspectiva ser�a mejor, en cuanto a las cosas del mundo, y no nos enredar�amos tanto en las cosas que est�n pasando. perecer. Pero estar�amos m�s involucrados en aquellas cosas que son eternas.

"Nosotros no miramos", dijo Pablo, "las cosas que se ven, porque las cosas que se ven son temporales. Pero miramos las cosas que no se ven, porque son eternas" ( 2 Corintios 4:18 ). Tenemos nuestros ojos en lo invisible; las cosas del Esp�ritu se revelan del reino glorioso de Dios. Oh, te inquietas en este mundo en el que vives y solo quieres mantener un toque ligero en la tierra.

�Porque desde el principio del mundo los hombres no han o�do, ni percibido por el o�do, ni el ojo ha visto, oh Dios, fuera de ti, lo que �l ha preparado para los que esperan en �l�. Oh Dios, ay�danos a esperar en �l.

Continuando su oraci�n:

Te encuentras con el que se goza y hace justicia, los que se acuerdan de ti en tus caminos: he aqu�, est�s enojado; porque hemos pecado; en ellos est� la permanencia, y seremos salvos. Pero todos nosotros somos como suciedad, porque todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia; y todos nos marchitamos como una hoja; y nuestras iniquidades, como viento, nos han llevado ( Isa�as 64:5-6 ).

Ahora �l no est� tratando de justificarse ante Dios, lo cual hacemos tan a menudo en nuestras oraciones. Muchas veces en nuestras oraciones, nuestras oraciones son un intento de explicarle a Dios por qu� estamos tan podridos, para justificarnos a nosotros mismos. Como Ad�n, "Se�or, la mujer que me diste por esposa. Ese es mi problema, Se�or". Y estamos tratando de justificarnos, echando la culpa a otra parte. La Biblia dice: "El que busca justificarse a s� mismo no ser� limpiado, pero el que confiesa su pecado ser� perdonado" ( Proverbios 28:13 ).

Ahora, si notan en la oraci�n de Daniel, y llegaremos all� en unos meses, Daniel tambi�n confes� el pecado y el pecado del pueblo. "Se�or, eres justo en lo que has hecho. Tenemos la culpa. Somos culpables, Dios". Y es importante cuando venimos a Dios que vengamos con el rostro abierto y las manos abiertas. "�Dios, soy culpable!" Y ponte en la misericordia de Dios en lugar de tratar de explicarle a Dios a trav�s de tus oraciones todas las circunstancias atenuantes que te llevaron a cometer tu transgresi�n. Dios no est� interesado en eso. S�lo le interesa la confesi�n de culpabilidad. �Se�or, estamos equivocados. Dios, hemos pecado. Y todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia ante Tus ojos�.

Miro al hombre, pobre hombre, desfilando en sus justicias. "Bueno, hago lo mejor que puedo para hacer a los dem�s lo que me gustar�a que hicieran conmigo. Doy a la Cruz Roja y doy al Fondo Unido y paso una hora a la semana en mis actividades caritativas". Y los hombres tratan de revestirse de sus peque�as buenas obras. Y desfilan con tanta pompa y todo en sus buenas obras. Consiguen sus fotos en el peri�dico haciendo sus buenas obras.

Dios dice que son todos trapos de inmundicia. Apesta. Nuestras justicias.
Ahora, el ap�stol Pablo dijo: �Si alguno tiene de qu� gloriarse en sus propias obras, en la ley, yo tengo m�s que el resto de ustedes. �Quieren ser justos guardando la ley? incuestionablemente. Mira, yo era jud�o. Fui circuncidado al octavo d�a. Soy de la tribu de Benjam�n. Yo era fariseo. Era muy celoso de la ley.

De hecho, en cuanto a la justicia que es por la ley, yo era perfecto. lo he hecho todo Sin embargo, lo que para m� era ganancia, lo he estimado como p�rdida por la excelencia del conocimiento de Jesucristo, por quien lo sufro todo como p�rdida, pero lo tengo en cuenta, pero lo rechazo, para poder conocerlo y ser hallado en �l. no teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino teniendo ahora la justicia que es de Cristo por medio de la fe.

�Mi justicia es como trapo de inmundicia.
Pero en Apocalipsis cap�tulo 17, nuevamente, �l ve a la novia ataviada para su esposo y ella est� vestida de lino fino, puro y limpio. Y el lino fino son las justicias de los santos. revestido de la justicia de Jesucristo que Dios me ha imputado por mi fe en Jesucristo. Y de eso estaba hablando Pablo. Me quit� mis andrajos viejos. Lo que era ganancia para m�, en cuanto a la ley se refer�a, es basura. Apesta. Quiero ser hallado vestido con la justicia que es de Cristo a trav�s de la fe. Las vestiduras nuevas de justicia que tengo en Cristo. As� que aqu�, nuestras justicias son como trapos de inmundicia a los ojos de Dios.

Y no hay quien invoque tu nombre, que se despierte para abrazarse a ti; porque escondiste de nosotros tu rostro, y nos consumiste a causa de nuestras iniquidades. Pero ahora, oh SE�OR, t� eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y t� eres nuestro alfarero ( Isa�as 64:7-8 );

Tres veces en la Biblia se usan las figuras del alfarero y del barro para describir la soberan�a de Dios en su relaci�n con el hombre. Jerem�as y el ap�stol Pablo usan la misma figura. Pablo lo usa para enfatizar la soberan�a de Dios y dice: "�Puede el barro decirle al alfarero: 'Oye, �c�mo es que me pusiste esa forma? No me gusta eso'". No, el barro no tiene poder sobre lo que va a ser, todo eso est� en las manos y en la mente del alfarero.

�l tiene soberan�a total sobre el barro". Ahora, eso podr�a ser muy aterrador si no conocieras al alfarero. Pero debido a que conozco al Alfarero, s� que cualquier cosa que �l quiera hacer de m� es lo mejor para m�. Tengo absoluta confianza en el Alfarero. Entregarme a �l, porque la �nica forma en que puedo descubrir lo que est� en la mente del Alfarero es rindi�ndome al Alfarero. Entonces, "T� eres el Alfarero, nosotros somos el barro".

y todos nosotros somos obra de tu mano. No te enojes mucho, oh SE�OR, ni te acuerdes de la iniquidad para siempre: mira, mira, te rogamos, pueblo tuyo somos. Tus ciudades santas son un desierto, Si�n es un desierto, Jerusal�n es una desolaci�n. Nuestra casa santa y hermosa, donde te alabaron nuestros padres, es quemada con fuego, y todas nuestras cosas agradables son asoladas. �Te abstendr�s de estas cosas, oh SE�OR? �callar�s y nos afligir�s con mucha dureza? ( Isa�as 64:8-12 ) "

Información bibliográfica
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre Isaiah 64". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/csc/isaiah-64.html. 2014.
 
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