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Bible Commentaries
San Juan 20

Comentario Bíblico de SmithComentario de Smith

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Versículos 1-31

Vayamos ahora en nuestras Biblias al evangelio seg�n Juan, cap�tulo 20.

El primer d�a de la semana Mar�a Magdalena vino de madrugada, cuando a�n estaba oscuro, al sepulcro, y vio que quitaban la piedra del sepulcro. Entonces ella corri� y se acerc� a Sim�n Pedro y al otro disc�pulo, a quien Jes�s amaba, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Se�or, y no sabemos d�nde lo han puesto ( Juan 20:1-2 ).

Ahora, los otros evangelios nos dicen que Mar�a vino con varias de las mujeres. Y no hay que pensar una discrepancia, ni pensar que Mar�a no lleg� temprano al sepulcro con varias mujeres. Juan hace menci�n de Mar�a porque ella es la que corri� a su casa y le trajo a Pedro ya �l la noticia del sepulcro vac�o. Pero f�jate en lo que dijo cuando trajo la noticia. �Se han llevado del sepulcro al Se�or y a nosotros.

.." no, "no s�", sino, "no sabemos", infiriendo en verdad que las otras se�oras estaban con ella, como relatan los otros evangelios. Y llegaron al sepulcro y encontraron la piedra removida. Y as� , este relato no es contradictorio con los otros evangelios como algunas personas supondr�an,
hay diferencias en los relatos de la ma�ana de la resurrecci�n y de los hechos que sucedieron que se pueden armonizar muy f�cilmente.

Pero algunas personas ven diferencias irresolubles y, por supuesto, a los cr�ticos de la Biblia les gusta resaltar las diferencias en los diversos relatos que se dan. En lugar de probar que la Biblia no es la Palabra de Dios, definitivamente prueba que los escritores no se unieron en connivencia y dijeron: "Muy bien, �mantengamos nuestras historias en orden, compa�eros! Esta es la forma en que tenemos que contar eso." Y si todas las historias fueran exactamente iguales y todos los detalles, entonces habr�a una buena raz�n para cuestionar si hubo colusi�n o no en la escritura de la historia. Pero debido a que lo obtenemos desde diferentes �ngulos, excluye la colusi�n.
Asi que,

Entonces sali� Pedro, y aquel otro disc�pulo [que sabemos que era Juan], y llegaron al sepulcro ( Juan 20:3 ).

Ahora, Mar�a, sin duda, estaba all� en la casa de Juan cuando lleg� Mar�a Magdalena con la noticia, porque Juan la llev� a su casa, el cap�tulo diecinueve, y ella se qued� con �l. As� que Pedro y Juan fueron corriendo al sepulcro para averiguar qu� hab�a sucedido.

Corrieron los dos juntos: y el otro disc�pulo corri� m�s que Pedro ( Juan 20:4 ),

Ahora, no s� si John necesitaba agregar eso al registro, pero tal vez un poco de jactancia all�. Era un hombre m�s joven, por lo que super� a Peter.

y lleg� primero al sepulcro. Y �l, inclin�ndose y mirando adentro, vio las ropas de lino puestas all�; pero no entr�. Cuando Pedro, sigui�ndolo, entr� en el sepulcro, y vio las s�banas puestas ( Juan 20:4-6 ),

Ahora, la construcci�n griega indica que las s�banas de lino que envolv�an a Jes�s todav�a estaban en forma circular como si un cuerpo estuviera en ellas.

Y el sudario, que hab�a estado sobre su cabeza, se dobl� solo en una esquina ( Juan 20:7 ).

para que pudieran ver que no hab�a ning�n cuerpo dentro de las vendas de lino. Esto, por supuesto, trae a colaci�n la cuesti�n del sudario de Tur�n, en cuanto a si era o no realmente el sudario que envolv�a a Jesucristo. Y hay muchos que s� creen que de hecho era el sudario que envolv�a a Cristo. Tengo dificultad con eso, ya que el evangelio de Juan nos dice claramente que la s�bana que estaba alrededor de Su cabeza estaba doblada y en una esquina sola.

Y en el sudario de Tur�n, tiene la forma entera incluyendo la cabeza. Y entonces, que de hecho era el sudario que estaba alrededor de Jes�s, me cuestiono seriamente a m� mismo.
Creo que el Se�or ha permitido deliberadamente que todas esas reliquias que involucran la vida y el ministerio de Cristo se pierdan en la oscuridad a trav�s de los a�os. Porque �l conoce esa tendencia del hombre a adorar un objeto. Y Dios no quiere que adoremos objetos; �l quiere que lo adoremos.

Y as�, el c�liz de plata de Antioqu�a, que dicen que fue la misma copa de la que bebi� Jes�s, o de la que bebieron los disc�pulos en la �ltima cena, Jes�s no bebi� de ella, cuestiono su autenticidad. Durante a�os vendieron astillas de la cruz, y pod�as comprar astillas de la cruz. Por supuesto, esta era una pr�ctica que comenz� alrededor del a�o 400. Cuando finalmente se vendieron suficientes astillas, junt�ndolas, podr�as haber construido una casa de buen tama�o.

Alguien ahora estaba se�alando el hecho de que ahora hab�a suficientes astillas para hacer una casa, y as� la iglesia desarroll� el dogma de la milagrosa multiplicaci�n de la cruz. Y as�, seg�n este dogma de la multiplicaci�n milagrosa de la cruz, cada vez que sacaban una astilla se formaba una nueva, para que las siguieran vendiendo.
Es tr�gico que el hombre tenga tanta dificultad para adorar al Dios invisible y necesite un objeto, que tan f�cilmente se convierte en un �dolo.

O la idolatr�a. Y eso es la adoraci�n de cualquier objeto, es idolatr�a. Y eso es algo que est� prohibido por las escrituras. Pero es algo que el hombre es tan propenso a hacer. Y debido a la inclinaci�n del hombre hacia la idolatr�a, siento que el Se�or deliberadamente elimin� todas las cosas relacionadas con Jesucristo. Cosas que pudo haber tocado, la moneda que Pedro sac� de la boca del pez, y todo ese tipo de cosas.

Y creo que el Se�or ha eliminado deliberadamente estos artefactos para evitar la idolatr�a.
Ahora, cada vez que una persona comienza a adorar un artefacto, siempre hay una doble revelaci�n. N�mero uno: revela que ese hombre ha perdido la conciencia del poder y la presencia de Dios en su vida. En el momento en que estoy adorando alg�n artefacto, significa que he perdido esa conciencia vital de la presencia de Dios.

Significa que de alguna manera anhelo lo que perd�. Y as�, tengo un recordatorio de lo que Dios hab�a hecho. Pero la idolatr�a, cualquier idolatr�a, siempre habla de un estado degradado de experiencia espiritual. Bueno, por supuesto, la forma en que se trata el sudario de Tur�n como un artefacto al que se le otorga una gran reverencia y todo eso, es solo una indicaci�n cl�sica de por qu� el Se�or, creo, permiti� que todas las cosas fueran deliberadamente. perdido o descartado.
Ahora,

el otro disc�pulo [despu�s de que Pedro entr�], entr� tambi�n al sepulcro, y vio, y crey� ( Juan 20:8 ).

Entonces, Juan da testimonio de su propia creencia. Cuando vio la ropa tirada all�, se dio cuenta de que Jes�s deb�a haber resucitado.

Porque a�n no conoc�an la Escritura, que es necesario que resucite de entre los muertos. Y los disc�pulos se fueron de nuevo a sus casas ( Juan 20:9-10 ).

Probablemente regresaron para contarle a Mary lo que hab�an descubierto. Es decir, Mar�a la madre de Jes�s que estaba hospedada en casa de Juan.
Para m�, es interesante; "porque a�n no conoc�an la Escritura". Y, sin embargo, Jes�s les hab�a dicho que resucitar�a al tercer d�a. Sin embargo, simplemente todav�a no comprend�an completamente esto.

Pero Mar�a estaba fuera llorando junto al sepulcro ( Juan 20:11 ):

Ahora, Juan y Pedro hab�an corrido al sepulcro. Entraron, vieron las vendas tumbadas all� y regresaron a la casa de John. Mar�a, despu�s de decirles que el sepulcro estaba vac�o, volvi� de nuevo al sepulcro, esta vez sola.

y estando all� llorando, se inclin� y mir� dentro del sepulcro, y vio a dos �ngeles vestidos de blanco sentados, uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde hab�a yacido el cuerpo de Jes�s. Y ellos le dijeron: Mujer, �por qu� lloras? Y ella les dijo: Porque se han llevado a mi Se�or, y no s� d�nde lo han puesto. Y habiendo dicho esto, se volvi� y vio a Jes�s de pie, y no sab�a que era Jes�s ( Juan 20:11-14 ).

Ahora, es interesante para m� c�mo Mar�a no estaba interesada en los �ngeles. Estos dos hombres sentados all� vestidos de blanco, diciendo: "�Por qu� lloras?" Ahora, �cu�l ser�a tu respuesta si vieras �ngeles? Estoy seguro de que estar�amos muy fascinados. Estar�amos intrigados. Pero sabes, cuando tu coraz�n anhela a Jes�s, �incluso los �ngeles no sirven! Y ella anhelaba a Jes�s; ella estaba deseando a Jes�s. Y los �ngeles ni siquiera son un sustituto decente cuando tu coraz�n anhela a Jes�s.

Y as�, se alej� de los �ngeles, sin estar realmente interesada en los �ngeles. "Quiero a mi Se�or". Y Jes�s estaba parado all� y ella no lo reconoci�.
Ahora, es interesante c�mo parec�a haber una cierta dificultad para reconocer al Cristo resucitado, y la dificultad, al parecer, estaba de parte del espectador. Leemos que los dos muchachos estaban en el camino a Ema�s y Jes�s se uni� a ellos, pero no lo reconocieron.

Dec�a: "Porque sus ojos estaban tapados para que no pudieran ver". En otras palabras, hab�a una cosa espiritual real involucrada aqu�, donde el reconocimiento de �l era algo que Dios reten�a. Y no fue hasta que �l parti� el pan y probablemente vieron las huellas de los clavos en Sus manos que lo reconocieron.
Cuando entramos en el pr�ximo cap�tulo del evangelio de Juan aqu�, cuando Jes�s hab�a preparado el pescado para ellos en la orilla, nuevamente dice: "Y ninguno de ellos se atrev�a a preguntarle: '�Qui�n eres?', sabiendo que era Jes�s.

Entonces, probablemente hab�a una diferencia en Su apariencia f�sica, suficiente en Su cuerpo resucitado que no era f�cilmente identificable solo por la apariencia.
Ahora, Mar�a no sab�a que era Jes�s. Ella pens� que tal vez �l era el jardinero parado all�. ... Es posible que fuera temprano en la ma�ana, y debido a que hab�a estado llorando tanto que su visi�n estaba distorsionada por las l�grimas en sus ojos. Aunque no reconoci� esa forma f�sica, s� reconoci� la voz. Pero primero de todos, le dijo lo mismo que le hab�an dicho los �ngeles:

Mujer, �por qu� lloras? �a qui�n est�s buscando? ( Juan 20:15 )

Ahora, escuch� a un compa�ero la otra noche decir que Jes�s no sab�a todo mientras estuvo en este cuerpo en la tierra, por lo tanto, hizo preguntas. Porque �l realmente no sab�a las respuestas. Escuch� eso en el canal 40. Y tenga cuidado con lo que escucha en ese canal; no siempre es una sana doctrina b�blica. La Biblia dice: "Examinadlo todo y retened lo bueno". Creo que es muy presuntivo que una persona haga esa declaraci�n, y creo que bordea la blasfemia contra Jesucristo.


�Crees que Jes�s le dijo a Mar�a: "�Por qu� lloras?" porque �l no sab�a por qu� ella estaba llorando? �Por supuesto que �l sab�a por qu� estaba llorando! Las preguntas se utilizan a menudo en los m�todos de ense�anza; no para que el profesor pueda averiguar la respuesta, sino para que la persona pueda averiguar lo que sabe o pueda expresar lo que sabe. Y es una pr�ctica docente muy com�n hacer preguntas, no porque no sepas las respuestas, sino porque quieres que la gente empiece a pensar.

Nuestras mentes son perezosas a menudo, y si alguien hace una pregunta, piensan: "Bueno, �qu� es eso?" Y te hace pensar, y empieza a extraer de ti. Y es una pr�ctica docente muy com�n.
De hecho, escuch� de un ni�o peque�o que se fue a casa del jard�n de infantes. Y su madre dijo: "Bueno, �c�mo estuvo tu primer d�a de clases?" �l dijo: "Fue terrible, nunca volver� a ese lugar de nuevo.

Esa maestra es la persona m�s est�pida del mundo." Y la madre dijo: "�Qu� quieres decir?" �l dijo: "Todo el d�a todo lo que hizo fue hacer preguntas. '�Qu� es uno y uno?' �Ella no sabe nada!"
Y decir, "Bueno, Jes�s hizo preguntas porque no sab�a" es absolutamente err�neo. Esa es una suposici�n que no es correcta. De hecho, no es b�blica porque Juan nos dijo que Jes�s no sab�a nada. No es necesario que ning�n hombre le d� testimonio acerca de otros hombres, porque �l conoc�a a los hombres y sab�a lo que hab�a en los hombres.

Y cuando Jes�s dijo por tercera vez: "Pedro, �me amas?" Pedro dijo: "Se�or, t� sabes todas las cosas". Sin embargo, a Peter le acababan de hacer una pregunta. Pedro reconoci� que Jes�s no estaba haciendo la pregunta para Su propio beneficio; Lo estaba pidiendo para el beneficio de Peter. "Se�or, t� sabes todas las cosas". Y as�, sugerir que Jes�s estaba haciendo preguntas para poder obtener informaci�n no es b�blico y es manifiestamente incorrecto.
Mujer, �por qu� lloras? �A qui�n buscas? Sab�a muy bien por qu� lloraba ya qui�n buscaba.

Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Se�or, si lo has dado a luz fuera de aqu�, si me dices d�nde lo has puesto, me lo llevar� ( Juan 20:15 ).

En esto veo la fuerza del amor. Todos estamos familiarizados con la imagen del hombrecito que lleva al ni�o en sus brazos, y mira al hombre y dice: "No es pesado, se�or. Es mi hermano". El poder del amor, la fuerza del amor. Imagino que Jes�s era una persona bastante robusta f�sicamente. Y un cad�ver fl�cido es dif�cil de levantar. Pero, sin embargo, Mar�a dice: "Oye", y no creo que ella fuera tan grande, ella dijo: "Si me dices ad�nde lo has llevado, me lo llevar�". Y apuesto a que podr�a haberlo hecho. La fuerza del amor.

Jes�s le dijo: Mar�a ( Juan 20:16 ).

Ahora, hubo muchas Mar�as que siguieron a Jes�s. All� estaba su madre Mar�a. Estaba esa otra Mar�a mencionada en la cruz. Estaba Mar�a Magdalena. Y con todas estas Mar�as alrededor, podr�a volverse confuso. En nuestro hogar era confuso debido a Chuck Jr. Entonces, alguien llamaba "Chuck" y, a menudo, ambos respond�amos. Entonces, me imagino que Jes�s ten�a una forma determinada de decir "Mar�a" de manera personalizada para cada uno de ellos.

Para que cuando �l dijera "Mar�a" o "Ma-r�a", ellos reconocieran por Su entonaci�n a qu� Mar�a estaba hablando. Y me imagino que �l ten�a una manera de decir "Mar�a" que era especial y espec�ficamente para Mar�a Magdalena, esta mujer de la que hab�an sido echados siete demonios, que se convirti� en una ferviente disc�pula. Y �l dijo: "�Mar�a!" en tal tono que sab�a exactamente qui�n era que grit�: "�Rabboni! �Maestro!"

Y Jes�s le dijo: No me toques ( Juan 20:17 );

Ahora, aqu� nuevamente los cr�ticos de la Biblia tienen un d�a de campo, porque en los otros evangelios nos dice que las mujeres vinieron y lo tomaron de los pies y lo adoraron. Y m�s adelante en este cap�tulo, �l le va a decir a Juan: "Toma tu dedo y ponlo en Mi mano. Mira si no soy Yo. Ponlo all� en las huellas. Dices que no creer�s hasta que mira las huellas y la cicatriz en Mi costado, �adelante!, hazlo, Tom�s.

Entonces, el hecho de que el �nico evangelio dice que la mujer lo tom� de los pies y lo ador�, y en el evangelio de Juan, Jes�s le dijo a Mar�a: "No me toques". "Naturalmente, la Biblia no puede ser la Palabra de Dios; son solo los escritos confusos de los hombres".
Si miras m�s detenidamente lo que Jes�s dijo en el idioma griego, le dijo a Mar�a: "Mar�a, no te aferres a m�". Puedo imaginar que cuando Jes�s dijo: "Mar�a y ella grit� "�Maestro!" que ella se ech� sobre �l y lo agarr� por el cuello con un estrangulamiento, como si dijera: "T� te alejaste de m� una vez, pero nunca m�s te alejar�s de m�. No voy a soltarte.� Y as�, �l dijo: �Mar�a, no te aferres a M�.

Todav�a no he subido a mi Padre: pero ve y cu�ntaselo a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre ya vuestro Padre; y a mi Dios, y a vuestro Dios. Vino Mar�a Magdalena y dijo a los disc�pulos que hab�a visto al Se�or, y que �l le hab�a dicho estas cosas ( Juan 20:17-18 ).

Ahora, aunque Mar�a hab�a venido y les hab�a dicho a los disc�pulos: "He visto al Se�or. �l me habl�, me dijo que viniera y les dijera que a�n no ha ascendido al Padre", me imagino que deben simplemente lo han hecho pasar por la histeria de una mujer excitada.
En este punto, Thomas no era el �nico que dudaba. Estaban, todos ellos, bastante todav�a dudando en este punto. De hecho, los dos disc�pulos, recuerda, que partieron para Ema�s, seg�n el evangelio de Lucas, y que iban por el camino de Ema�s.

Cuando Jes�s se uni� a ellos y les dijo: "Oigan, compa�eros, �por qu� se ven tan tristes?" Oh, aqu� est� �l haciendo preguntas de nuevo. ��l no sabe nada? "�Qu� les pasa, compa�eros?" Dijeron: "T� debes ser un extra�o por aqu� si no sabes las cosas que han estado sucediendo �ltimamente en Jerusal�n". Y nuevamente, Jes�s hizo una pregunta, "�Qu� cosas?" �De verdad crees que Jes�s no sab�a lo que hab�a sucedido en Jerusal�n? Y ellos le dijeron: Acerca de Jes�s de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo.

Tanto sus obras como sus palabras, un poderoso profeta. Y c�mo los pr�ncipes de los sacerdotes y nuestros propios gobernantes le entregaron para ser condenado a muerte y le crucificaron, pero nosotros esper�bamos que �l hab�a sido el que hab�a de redimir a Israel. Y adem�s de todo esto, es el tercer d�a desde que estas cosas fueron hechas. S�, y tambi�n nos asombraron ciertas mujeres de nuestra compa��a, que fueron temprano al sepulcro. Como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que tambi�n hab�an visto una visi�n de �ngeles que dec�an que estaba vivo.

�Estas damas, tienen visiones de �ngeles, y dijeron que �l estaba vivo! Y algunos de los que estaban con nosotros, es decir, Pedro y Juan, fueron al sepulcro y lo hallaron tal como hab�an dicho las mujeres. Pero ellos no le vieron." Y les dijo: "Oh, insensatos y tardos de coraz�n para creer todo lo que los profetas han dicho. �No deber�a el Mes�as haber padecido estas cosas y entrar en Su gloria?" Mira, todav�a no hab�as cre�do, aunque las mujeres vinieron y dijeron: "Oye, vimos a los �ngeles", dijeron, "�l est� vivo". "Pedro y Juan fueron; encontraron la tumba vac�a, pero, ya sabes, "nadie lo ha visto". Por supuesto, en este punto, no ten�an la historia de Mar�a Magdalena. Se hab�an ido para Ema�s.

Esa misma tarde ( Juan 20:19 ),

M�s temprano en la tarde, se apareci� a los dos disc�pulos en el camino a Ema�s. Y es interesante para m� que la primera persona a la que Jes�s se le apareci� despu�s de Su resurrecci�n fue una mujer. Y se le apareci� a ella que tanto lo amaba. Jes�s dijo: "A quien mucho se le perdona, mucho ama". Y Su respuesta al llanto de Mar�a, Su respuesta a su amor, fue que ella fue la primera a la que se le apareci�. Luego a las otras mujeres que sujetaron Sus pies y lo adoraron.

Y luego a los dos disc�pulos en el camino a Ema�s. Y ahora es la tarde. Jes�s hizo un viaje de regreso de Ema�s m�s r�pido que los otros dos disc�pulos, aunque me imagino que regresaron bastante r�pido. "Entonces el mismo d�a por la tarde",

siendo el primer d�a de la semana, estando cerradas las puertas donde estaban reunidos los disc�pulos por temor a los jud�os, vino Jes�s y poni�ndose en medio, les dijo: Paz a vosotros ( Juan 20:19 ).

El t�pico saludo jud�o de paz, shalom.

Dicho esto, les mostr� las manos y el costado ( Juan 20:20 ).

Ahora, Jes�s en este punto todav�a lleva las marcas de la cruz. Les mostr� Sus manos, Su costado. "Soy yo." Cuando est� en el cielo, todav�a llevar� las marcas de la cruz, porque en Apocalipsis cap�tulo 5, cuando el rollo est� en la mano derecha de Aquel que est� sentado en el trono y el �ngel proclama a gran voz: "�Qui�n es digno de tomar el rollo y desatar los sellos?" Y Juan est� llorando porque "nadie es digno ni en el cielo ni en la tierra debajo del mar de tomar el rollo, ni siquiera de mirarlo.

Los ancianos dijeron a Juan: "He aqu�, no llores, el Le�n de la tribu de Jud� ha vencido para tomar el rollo y desatar los sellos". Y Juan dijo: "Me volv� y lo vi como un cordero que hab�a sido sacrificado .� Todav�a las marcas de la cruz. Isa�as en el cap�tulo 52 nos dice que todos los que lo miren quedar�n asombrados, conmocionados, porque Su rostro ha sido tan desfigurado que no pueden reconocerlo como un ser humano.

En el cap�tulo cincuenta y tres de Isa�as, nos dice que "nosotros, por as� decirlo, escondimos de �l nuestro rostro". La idea es que su apariencia fue tan impactante que realmente no puedes soportar mirar. Pero luego contin�a diciendo: "Pero �l fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades". Ahora, cuando Jes�s regrese, todav�a llevar� las marcas, "porque mirar�n al que traspasaron". �Cu�nto tiempo llevar� �l estas marcas? No s�; seguramente no toda la eternidad.

Porque Juan lo ve en el libro de Apocalipsis en el cap�tulo 1 en esa gloria del reino, y describe esa gloriosa visi�n de Cristo en Apocalipsis, cap�tulo 1. Pero por un tiempo, y estoy seguro, como un recordatorio impactante para nosotros. de lo que estuvo dispuesto a soportar para traernos la salvaci�n, su primera visi�n de Jes�s puede ser una experiencia muy impactante. S�lo prep�rate para ello. Muy a menudo, pensamos: "Oh, mirar el rostro de Jes�s", y contemplamos un rostro perfecto.

La Rosa de Sar�n, el Lirio del Valle, la Estrella Brillante y Matutina, m�s hermosa que diez mil. Pero su primera vista puede ser muy impactante, ya que sorprendentemente se le recuerda cu�nto Dios lo ama, al ver lo que �l estuvo dispuesto a soportar para traerle la salvaci�n.
Entonces, Jes�s les mostr� Sus manos y Su costado.

Y entonces se alegraron los disc�pulos, cuando vieron al Se�or. Entonces Jes�s les dijo otra vez: [Shalom] Paz a vosotros: como me envi� el Padre, as� tambi�n yo os env�o ( Juan 20:20-21 ).

"El Padre me envi�". �A qu�? "Para servir, para dar mi vida por los dem�s, as� te env�o yo". �C�mo? �Para qu�? Servir y entregarse por los dem�s.
No puedo soportar esa ense�anza que declara que es la voluntad de Dios que todos seamos pr�speros y saludables y, ya sabes, "Si no est�s conduciendo un Mercedes, es porque te falta fe. Que nunca es la voluntad de Dios para Sus hijos". Dios nunca es glorificado por el sufrimiento de sus hijos.

Esa es una negaci�n de Jesucristo y de la cruz. Seguramente era la voluntad de Dios que �l sufriera por nuestros pecados. Y Pedro, escribiendo sus ep�stolas, dijo: "Y los que sufren seg�n la voluntad de Dios, entr�guenle sus almas a �l". como un fiel creador". Pero �l habla de sufrir seg�n la voluntad de Dios. Tal cosa es ciertamente posible. Y esa doctrina que se est� ense�ando es basura b�blica. "Como me envi� el Padre, as� tambi�n Yo los env�o a ustedes". Darse, servir; no ense�orearse de la gente, sino entregarse.

Y dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo: Recibid el Esp�ritu Santo ( Juan 20:22 ):

"Sopl� sobre ellos". Me resulta interesante que la palabra para esp�ritu en hebreo es ruwach, que es la misma palabra hebrea para aliento. La palabra griega para esp�ritu es pneuma, que es la palabra griega para aire. Llantas neum�ticas significa llantas que se llenan de aire. Pneuma�aire. Pero tambi�n es la palabra griega para esp�ritu. As�, en el Antiguo Testamento, cuando Dios form� al hombre del polvo de la tierra, sopl� en el hombre.

Ahora, cuando los eruditos hebreos tradujeron el Antiguo Testamento hebreo al griego, lo que se conoce como la Septuaginta, es una traducci�n del Antiguo Testamento al griego, hecha por setenta eruditos unos 200 a�os antes de Cristo. Cuando hicieron esta traducci�n de la Septuaginta, la palabra griega "sopl� en el hombre, y se convirti� en un alma viviente", es la misma palabra que Juan usa aqu� y es el �nico lugar donde se usa en el Nuevo Testamento.

�Jes�s sopl� sobre ellos�. As� como Dios sopl� en esa coraza que hab�a formado del polvo de la tierra y el hombre se convirti� en un esp�ritu viviente. Pero ese esp�ritu, recuerda, muri� cuando el hombre pec� y el hombre perdi� la comuni�n con Dios. Ahora Jes�s est� restaurando lo que Ad�n hab�a perdido, al soplar en ellos y decir: "Recibid el Esp�ritu Santo, esa vida de Dios, ese Esp�ritu de Dios, esa vida espiritual.

Y as�, lo que Ad�n hab�a perdido ahora es restaurado por Jesucristo. La vida de Dios dentro del hombre, que Dios hab�a soplado en el hombre en el principio, ahora est� restaurada.
Jes�s les hab�a dicho a sus disc�pulos apenas cuatro noches antes: rogad al Padre y os dar� otro Consolador, s�, el Esp�ritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conoc�is, porque mora con vosotros y estar� en vosotros.

"Y creo que cuando Jes�s sopl� sobre ellos, y se convirtieron, en ese punto, una vez m�s en esp�ritus vivientes, restaurados como lo fue Ad�n en comuni�n con Dios en el Jard�n del Ed�n. Y creo que ese fue el punto cuando el Esp�ritu Santo vino a sus vidas.
Ahora, Jes�s les va a estar diciendo, "Ahora esperen en Jerusal�n, porque en unos d�as el Esp�ritu Santo va a venir sobre ustedes. Vas a ser empoderado ahora por el Esp�ritu, empoderado ahora para tu servicio a Dios.

Ahora espera hasta que obtengas esta investidura de poder para el servicio". Pero creo, en este punto, cuando �l sopl� sobre ellos y dijo: "Recibid el Esp�ritu Santo", que all� estaba la experiencia del nuevo nacimiento. All� fue donde Dios la vida fue puesta de nuevo en el hombre, el Esp�ritu de Dios. Y el hombre vino por ese Esp�ritu a la uni�n y comuni�n con Dios.
Entonces Jes�s dijo:

A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; ya quienes se los retuviereis, les quedan retenidos ( Juan 20:23 ).

�Significa esto que Jes�s les dio a sus disc�pulos el poder de perdonar los pecados?
Cuando trajeron a Jes�s a un hombre que estaba postrado en cama a causa de una par�lisis, �recuerdas que rompieron el techo y lo bajaron en medio de la habitaci�n frente a Jes�s? Y Jes�s le dijo: "Hijo, tus pecados te son perdonados". Y los fariseos dec�an entre s�: "�Oh, eso es blasfemia! �Qui�n puede perdonar los pecados sino Dios?" Ten�an raz�n en esa declaraci�n.

S�lo Dios puede perdonar los pecados. Jes�s solo les estaba probando que �l era Dios. Ellos no reconocieron eso. Pero su suposici�n era correcta, solo Dios puede perdonar los pecados.
Os acord�is en el Salmo 51, aquel Salmo penitente de David, despu�s de haber sido enfrentado por el profeta Nat�n a causa de su pecado con Betsab�. �Ten piedad de m�, oh Se�or, conforme a la multitud de tus tiernas misericordias, borra tu transgresi�n y esconde este pecado de mi vista.

Porque contra ti y contra ti solo he pecado y he hecho esta gran iniquidad delante de ti. Contra ti, oh Dios, he pecado". El pecado es contra Dios, y por lo tanto, Dios es el �nico que puede perdonar los pecados.
Entonces, �qu� quiso decir Jes�s cuando dijo a sus disc�pulos: "A quienes remit�is los pecados, les son remitidos ; a quienes se les retuvieren los pecados, les quedan retenidos�? Creo que una de las experiencias m�s gozosas que tiene un hijo de Dios es guiar a una persona a trav�s de la oraci�n del pecador.

Para m�, siempre es un gozo tener una persona que viene y dice: "Quiero recibir a Jesucristo". Y dir�: "Est� bien, s�gueme en esta oraci�n". Y mientras oramos para que Dios perdone nuestros pecados, y mientras oramos para que el Esp�ritu Santo venga y comience a morar en nuestras vidas, y que ahora podamos tener esta nueva relaci�n con Dios mientras lo invitamos a entrar y tomar el control. , En el nombre de Jesus; cuando dicen su "Am�n", siempre es un gozo para m� poder mirarlos directamente a los ojos y decirles: "Dios no tiene nada en contra de ustedes; est�n completamente perdonados, todos los pecados que hayan cometido". .

"�Ay, c�mo me encanta decir eso! �Qu� emoci�n me da poder decirle eso a una persona!
Ahora, �en base a qu� digo eso? Porque aqu� estoy, tengo el poder de decir: " �Oye, est� bien! �Cancelado, hombre!"? �De ninguna manera! Hago esa declaraci�n sobre la base de su confesi�n por fe, que Jesucristo es el Se�or y lo han invitado a entrar y ser el Se�or de su vida. Y sobre la base de lo que han confesado con su boca, y sabiendo que si algo le pedimos a Dios en el nombre de Jes�s, ser� hecho.

Y debido a que le han pedido al Se�or en el nombre de Jes�s que los perdone y los limpie de todos sus pecados, puedo decir seg�n la Palabra de Dios: "�Tus pecados te son perdonados!"
Ahora, si alguien viene y dice: "Bueno, no me gusta Jesucristo. No quiero tener nada que ver con �l. �l podr�a entorpecer mi estilo", no puedo decirles: "Est� bien". , tus pecados te son perdonados de todos modos. Los voy a perdonar.

"�De ninguna manera! Pero a esa persona puedo decirle: "Amigo, un d�a, si no recibes a Jesucristo como tu Salvador, vas a tener que presentarte ante Dios y responder por tu pecado. Y tus pecados te van a condenar. Todav�a est�s en tu pecado.� E incluso si una persona viene y dice: �Bueno, he hecho tantas buenas obras. Ahora, s� que hice algunas cosas bastante malas, pero las he compensado con todas las buenas acciones que he hecho.

Les digo: "Mirad, todas vuestras buenas obras no pueden quitar vuestra culpa del pecado; a�n eres culpable ante Dios.� �Bueno, yo medito y paso por mi cosita.� �T� a�n eres culpable ante Dios. Hasta que recibas a Jesucristo como tu Se�or y Salvador, sigues siendo culpable.� Y as�, �A quienes remit�is los pecados, les son remitidos; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos.� Pero yo s�lo hago eso sobre la base de lo que ellos han hecho o declarado.


Ahora, hay muchas veces que las personas que incluso han pasado por la oraci�n del pecador todav�a son renuentes a creer en la Palabra de Dios. "Oh, pero soy un desgraciado tan horrible; no puedo creer que Dios pueda perdonarme as� de f�cil, as� de simple. Seguramente hay algo que tengo que hacer, porque fui tan horrible". Pero es glorioso poder simplemente decir: "No, no hay nada que puedas hacer, excepto lo que ya has hecho, y eso es solo creer en Jesucristo y confesarlo como tu Se�or.

Tus pecados te son perdonados". Y muchas veces esa palabra de fe para ellos es lo que desencadena su fe y los hace darse cuenta.
Fui una noche a una se�ora que se hab�a adelantado para recibir a Jesucristo. Y le dije ella, "�C�mo te sientes ahora?" Y ella comenz� a llorar y dijo: "Todav�a me siento miserable. Todav�a siento toda mi culpa y todav�a me siento miserable". Entonces, continu�: "�Ahora le has pedido a Jesucristo que entre en tu coraz�n?" "Oh, s�.

"�Le pediste que te perdonara tus pecados?" "Oh, s�." Dije: "Entonces, tus pecados te son perdonados. Dios no tiene nada contra ti. Ahora, si de repente viniera y te diera un regalo glorioso y fabuloso, �cu�l ser�a tu respuesta?" Ella dijo: "Oh, te lo agradecer�a". Yo dije: "Est� bien. Dios te acaba de dar un glorioso y fabuloso regalo de vida eterna. �No crees que deber�as agradecerle?" Y cuando ella comenz� a agradecerle al Se�or, hey, la vieja carga del pecado se desvaneci� y el gozo del Se�or y el poder del Esp�ritu vinieron a su vida de una manera tan gloriosa. Tus pecados son perdonados. Puedo declarar eso a una persona sobre la base de la Palabra de Dios y la confesi�n de su fe.

Pero Tom�s, uno de los doce, llam� al mellizo ( Juan 20:24 ),

Didymus es gemelo, por lo que Thomas evidentemente ten�a un hermano gemelo.

no estaba con ellos cuando Jes�s vino ( Juan 20:24 ).

Ahora bien, Thomas era un tipo muy pr�ctico. Nunca fue de los que pretenden creer algo que en realidad no cre�a. Por ejemplo, cuando Jes�s estaba hablando con sus disc�pulos esa �ltima noche, les dijo: "Y si me voy, vendr� otra vez y os tomar� a m� mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambi�n est�is. Y ad�nde voy t� lo sabes, y c�mo lo sabes". Y Tom�s dijo: "�Espera un minuto, Se�or! No sabemos a d�nde vas y c�mo podemos saber el camino". Ver�, �l nunca fue de los que pretenden saber algo que realmente no sabe, o cree algo en lo que realmente no cree.


Cuando Jes�s estaba con sus disc�pulos en el r�o Jord�n, y recibieron noticias de la enfermedad de L�zaro y finalmente Jes�s dijo: "Vamos, para que pueda despertar a L�zaro de su sue�o". Y los disc�pulos dijeron: "Se�or, si est� durmiendo, probablemente est� mejorando". Jes�s dijo: "No, realmente est� muerto. Pero me alegro por m� de no haber estado all�, para que ustedes realmente vean la gloria de Dios". Y Tom�s dijo: "Bueno, vamos a morir con �l".
Ahora los disc�pulos dijeron: �Oigan, lo hemos visto. �l nos mostr� Sus manos, Su costado. Lo hemos visto. �l est� vivo, �l ha resucitado�. Tom�s dijo,

Si no veo sus manos en la huella de los clavos, y meto mi dedo en la huella de los clavos, y meto la mano en su costado, no creer� ( Juan 20:25 ).

"Tengo que verlo por m� mismo". Ahora, uno pensar�a que �l confiar�a en estos tipos. Hab�a estado cerca de ellos durante mucho tiempo. Pero Thomas era del tipo que es de Missouri, "Tienes que mostrarme".

Ocho d�as despu�s, sus disc�pulos estaban otra vez dentro, y Tom�s estaba con ellos ( Juan 20:26 ):

Ahora, f�jense despu�s de ocho d�as, ellos se hab�an reunido el primer d�a de la semana. Ocho d�as despu�s fueron reunidos, lo que habr�a sido nuevamente el primer d�a de la semana. Y se cree que aqu� es donde realmente comenz� la pr�ctica de reunirse el primer d�a de la semana para adorar, justo despu�s de la resurrecci�n. As� fue como el domingo temprano se convirti� en el d�a en que los disc�pulos se reun�an para adorar al Se�or resucitado, y as�, la iglesia se re�ne hoy en domingo, en lugar del d�a de reposo, que es el s�bado. Las dos primeras reuniones de los disc�pulos fueron el primer d�a de la semana. Ocho d�as despu�s volver�a a ser domingo, el primer d�a de la semana. Estaban reunidos de nuevo. Esta vez,

las puertas estaban cerradas, y Jes�s se par� en medio de ellos y dijo: Paz a vosotros. Entonces dijo a Tom�s: Acerca aqu� tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y m�tela en mi costado; y no se�is incr�dulos, sino creyentes ( Juan 20:26-27 ).

Esto indicaba que cuando Tom�s expresaba sus dudas, Jes�s estaba all� mismo escuchando sus expresiones. Para lo primero que dijo Jes�s: "Oye, Tom�s, �de acuerdo, quieres hacerlo? Adelante". Ahora, lo que Jes�s realmente buscaba para entrenar a los disc�pulos en este punto era que �l estaba presente con ellos incluso cuando dijo: "He aqu�, yo estar� con vosotros todos los d�as, hasta el fin del mundo". Que estaba presente con ellos aunque no lo vieran, y esa es la conciencia que quiere que desarrollemos, la presencia de Jes�s con nosotros.

Aunque no lo vemos, �l est� siempre con nosotros. Y �l quiere que seamos conscientes, que seamos conscientes de Su presencia en todo momento. Y entonces, �l est� entrenando a los disc�pulos ahora de esta misma manera para que se den cuenta de que �l est� presente con ellos, aunque no lo vean.

Respondi� Tom�s y le dijo: Se�or m�o y Dios m�o ( Juan 20:28 ).

Tom�s reconoci� a Jes�s como su Dios. Juan lo reconoci� como Dios, "En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios" ( Juan 1:1 ). Pablo lo reconoci� como Dios, "Porque esperamos la manifestaci�n gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" ( Tito 2:13 ).

E incluso Dios mismo lo reconoci� como Dios, porque en Hebreos leemos que Dios lo declar�, en realidad, como Dios. Hablando de �l, dijo: �Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo: cetro de justicia, cetro de tu reino� ( Hebreos 1:8 ). Ahora, los Testigos de Jehov� no quieren reconocerlo como Dios.

Pero si Tom�s dice: "Se�or m�o y Dios m�o", y Juan dice que �l es Dios, y el ap�stol Pablo le habla a �l como Dios, y si Dios mismo lo llama Dios, entonces, �qui�n soy yo para creer, los Testigos de Jehov�? Preferir�a creerle a Dios.

Jes�s le dijo: Porque me has visto, Tom�s, has cre�do; bienaventurados los que no vieron y creyeron ( Juan 20:29 ).

Eso est� bien, ves y crees, est� bien. Pero bueno, bienaventurados los que creen sin ver.

Y otras muchas se�ales a la verdad hizo Jes�s en presencia de sus disc�pulos, que no est�n escritas en este libro; pero estas est�n escritas para que cre�is que Jes�s es el Cristo, el Hijo del Dios viviente; y para que creyendo, teng�is vida en su nombre ( Juan 20:30-31 ).

Entonces, Juan estaba escribiendo su evangelio con un prop�sito definido en mente, y ese es hacer creyentes de las personas. Por eso fue escrito este evangelio, para que cre�is que Jes�s es el Cristo, o el Mes�as, el Hijo del Dios viviente, y creyendo, teng�is vida en Su nombre. Es por eso que el evangelio de Juan es lo mejor que puedes poner en manos de un pecador para que lo lea. An�melos a leer el evangelio de Juan, porque la Palabra de Dios no volver� vac�a. Este evangelio fue escrito para convencer a la gente de que Jes�s era el Mes�as, el Hijo de Dios, para que al creer, pudieran tener vida por medio de �l.
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Información bibliográfica
Smith, Charles Ward. "Comentario sobre John 20". "Comentario Bíblico de Smith". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/csc/john-20.html. 2014.
 
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