El siguiente comentario cubre los cap�tulos 29 y 30.
En el cap�tulo 29, Dios, en Su bondad amorosa, saca a David de su dificultad por medio del celo de los pr�ncipes de los filisteos. Sin embargo, para mantener su cr�dito con Achish, David cae a�n m�s bajo, me parece, y protesta que est� completamente listo para pelear contra los enemigos del rey filisteo, es decir, contra el pueblo de Dios. Esta me parece la parte m�s miserable de la vida de David, en cualquier caso, antes de que fuera rey.
Dios lo hace consciente de ello; porque mientras �l est� all�, los amalecitas lo despojan de todo y queman Ziklag, y sus seguidores est�n listos para apedrearlo. Todo esto es penoso; pero la gracia de Dios lo resucita, y el efecto de este castigo es traerlo de regreso a Dios, porque siempre fue fiel a �l en su coraz�n. David se anima en Jehov� su Dios, y le consulta qu� ha de hacer. �Qu� paciencia, qu� bondad en Dios! �Qu� cuidado tiene �l de Su pueblo, incluso cuando se est�n alejando de �l!
David es realmente devuelto a Dios y rescatado de su falsa posici�n, y camina y act�a con Dios. Dios, sin que �l lo supiera, estaba preparando una posici�n muy diferente para �l, y lo estaba purificando y preparando para ello. �Cu�n terrible hubiera sido si David hubiera estado con los filisteos y tomado parte en la derrota del pueblo de Dios y en la muerte de aquel cuya vida hab�a perdonado tan conmovedoramente! �Cu�nto puede extraviarse el hijo de Dios cuando se pone bajo la protecci�n de los incr�dulos, en lugar de contar con la ayuda de Dios en todas las dificultades que acechan en el camino de la fe! Es a trav�s de estas mismas dificultades que se desarrolla cada gracia.
Y obs�rvese el peligro en que se encuentra el creyente, si su fe no es simple, sino que falla por poco que sea, de ser arrojado a los brazos de los enemigos de Dios a trav�s de la persecuci�n de los profesantes. La naturaleza se cansa y busca consuelo lejos del camino angosto que conduce a trav�s de las zarzas. Esto sucede siempre que el pueblo de Dios, siguiendo su propia voluntad, conf�a sus intereses a aquellos que no buscan sino su propio beneficio en una posici�n menos dif�cil, que no es ni la de Dios ni la de la fe.
Y cuanto m�s gloriosa es la obra de la fe, m�s se cansa la naturaleza si la fe se debilita. Ziklag es tomado durante la ausencia de David, pero �l persigue a los saboteadores y recupera todo el bot�n. David, recto y generoso, encontr� en la dificultad que surg�a del ego�smo de su pueblo, una oportunidad para instituir lo que era conforme a la voluntad de Dios; y en lugar de tratar de enriquecerse con su parte del bot�n, lo usa para mantener relaciones bondadosas con los ancianos de su pueblo, y para probarles que Jehov� todav�a est� con �l.
Información bibliográfica Darby, John. "Comentario sobre 1 Samuel 30". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/1-samuel-30.html. 1857-67.
Versículos 1-31
El siguiente comentario cubre los cap�tulos 29 y 30.
En el cap�tulo 29, Dios, en Su bondad amorosa, saca a David de su dificultad por medio del celo de los pr�ncipes de los filisteos. Sin embargo, para mantener su cr�dito con Achish, David cae a�n m�s bajo, me parece, y protesta que est� completamente listo para pelear contra los enemigos del rey filisteo, es decir, contra el pueblo de Dios. Esta me parece la parte m�s miserable de la vida de David, en cualquier caso, antes de que fuera rey.
Dios lo hace consciente de ello; porque mientras �l est� all�, los amalecitas lo despojan de todo y queman Ziklag, y sus seguidores est�n listos para apedrearlo. Todo esto es penoso; pero la gracia de Dios lo resucita, y el efecto de este castigo es traerlo de regreso a Dios, porque siempre fue fiel a �l en su coraz�n. David se anima en Jehov� su Dios, y le consulta qu� ha de hacer. �Qu� paciencia, qu� bondad en Dios! �Qu� cuidado tiene �l de Su pueblo, incluso cuando se est�n alejando de �l!
David es realmente devuelto a Dios y rescatado de su falsa posici�n, y camina y act�a con Dios. Dios, sin que �l lo supiera, estaba preparando una posici�n muy diferente para �l, y lo estaba purificando y preparando para ello. �Cu�n terrible hubiera sido si David hubiera estado con los filisteos y tomado parte en la derrota del pueblo de Dios y en la muerte de aquel cuya vida hab�a perdonado tan conmovedoramente! �Cu�nto puede extraviarse el hijo de Dios cuando se pone bajo la protecci�n de los incr�dulos, en lugar de contar con la ayuda de Dios en todas las dificultades que acechan en el camino de la fe! Es a trav�s de estas mismas dificultades que se desarrolla cada gracia.
Y obs�rvese el peligro en que se encuentra el creyente, si su fe no es simple, sino que falla por poco que sea, de ser arrojado a los brazos de los enemigos de Dios a trav�s de la persecuci�n de los profesantes. La naturaleza se cansa y busca consuelo lejos del camino angosto que conduce a trav�s de las zarzas. Esto sucede siempre que el pueblo de Dios, siguiendo su propia voluntad, conf�a sus intereses a aquellos que no buscan sino su propio beneficio en una posici�n menos dif�cil, que no es ni la de Dios ni la de la fe.
Y cuanto m�s gloriosa es la obra de la fe, m�s se cansa la naturaleza si la fe se debilita. Ziklag es tomado durante la ausencia de David, pero �l persigue a los saboteadores y recupera todo el bot�n. David, recto y generoso, encontr� en la dificultad que surg�a del ego�smo de su pueblo, una oportunidad para instituir lo que era conforme a la voluntad de Dios; y en lugar de tratar de enriquecerse con su parte del bot�n, lo usa para mantener relaciones bondadosas con los ancianos de su pueblo, y para probarles que Jehov� todav�a est� con �l.