Bible Commentaries
1 Samuel 31

Sinopsis del Nuevo Testamento de DarbySinopsis de Darby

Versículos 1-13

El cap�tulo 31 relata la muerte solemne de Sa�l y tambi�n de Jonat�n, cerrando, con el desconcierto total de Israel, esta conmovedora historia. Todo el relato de Sa�l y su familia, levantados para hacer frente a los filisteos, termina: Sa�l y sus hijos caen en sus manos; son decapitados, sus armas enviadas en triunfo a la casa de los �dolos de los filisteos, y sus cuerpos colgados sobre los muros de Beth-shan. �Triste fin, como lo ser� siempre el de la carne en la batalla de Jehov�!

Repasemos brevemente la historia de David. La sencillez de la fe lo mantiene en el lugar del deber, y all� contento, sin deseo de dejarlo, porque le basta la aprobaci�n de Dios. En consecuencia, all� puede contar con la ayuda de Dios, como totalmente asegurada para �l; �l act�a en la fuerza de Dios. El le�n y el oso caen bajo su mano juvenil. �Por qu� no, si Dios estaba con �l? Sigue a Sa�l con igual sencillez y luego vuelve al cuidado de sus ovejas con la misma satisfacci�n.

All�, en secreto, hab�a entendido por fe que Jehov� estaba con Israel; hab�a comprendido la naturaleza y la fuerza de esta relaci�n. Ve, en la condici�n de Israel, algo que no responde a esto; pero, en cuanto a �l mismo, su fe descansa en la fidelidad de Dios. Un filisteo incircunciso cae como el le�n. Sirve a Sa�l como m�sico con la misma sencillez que antes; y, ya sea con �l, o cuando Sa�l lo env�a como capit�n de mil, da prueba de su valor.

Obedece las �rdenes del rey. Finalmente, el rey lo ahuyenta; pero todav�a est� en el lugar de la fe. Hay poco ahora de logros militares, pero est� el discernimiento de lo que se convirti� en �l, cuando el poder espiritual estaba en �l, pero la autoridad divina externa estaba en otras manos. Era la misma posici�n que la de Jes�s en Israel. David no falla en esta posici�n, sus dificultades s�lo para sacar a relucir mejor toda la belleza de la gracia de Dios y los frutos de la obra del Esp�ritu, mientras desarrolla muy peculiarmente los afectos espirituales y la relaci�n �ntima con Dios, su �nico refugio. Esto es especialmente lo que dio lugar a los Salmos.

La fe basta para hacerle pasar por todas las dificultades de su posici�n, en la que muestra toda su belleza y toda su gracia. La nobleza de car�cter que la fe imparte al hombre, y que es el reflejo del car�cter de Dios, produce en los corazones m�s endurecidos, incluso en aquellos que, habiendo abandonado a Dios, son abandonados por �l (un estado en el que el pecado, el ego�smo y la desesperaci�n , se combinan para endurecerse), sentimientos de afecto natural, el remordimiento de una naturaleza que despierta bajo la influencia de algo superior a su malicia, algo que arroja su luz (dolorosa, porque moment�nea e impotente) sobre las tinieblas que envuelven al infeliz pecador que rechaza a Dios.

Es porque la fe mora tan cerca de Dios que est� por encima del mal, que sustrae a la naturaleza misma del poder del mal, aunque la naturaleza no tiene poder de dominio propio. Pero Dios est� con la fe; y la fe respeta lo que Dios respeta, e inviste al que lleva algo de Dios con el honor debido a lo que pertenece a Dios, y que recuerda a Dios en el coraz�n con todo el afecto que la fe tiene por �l, y todo lo que le pertenece. .

Esto se ve siempre en Jes�s, y dondequiera que est� Su Esp�ritu; y esto es lo que da tanta hermosura, tal elevaci�n, a la fe, que se ennoblece con la nobleza de Dios, reconociendo lo que es noble a sus ojos, y por su relaci�n con �l, a pesar de la iniquidad o de la humillaci�n de los que est�n investidos de ella. La fe act�a en nombre de Dios y lo revela en medio de las circunstancias, en lugar de ser gobernado por ellas. Su superioridad sobre lo que le rodea es evidente. �Qu� reposo, presenciar esto en medio del fango de este pobre mundo!

Pero, aunque la fe, en el lugar que nos da en este mundo, es suficiente para todo lo que encontramos en �l, �ay! la comuni�n con Dios no es perfecta en nosotros. En lugar de cumplir con nuestro deber, cualquiera que sea, sin cansancio, porque Dios est� con nosotros, y cuando hayamos matado al le�n, estando listos para matar al oso, y por esto, m�s listos a�n para matar a Goliat, en lugar de que la fe sea fortalecida por la victoria. , la naturaleza se cansa del conflicto; perdemos la posici�n normal de la fe, nos degradamos y nos deshonramos.

Qu� diferencia entre David, que, por el fruto de la gracia, saca l�grimas del coraz�n de Sa�l, reabriendo (al menos por el momento) el cauce de sus afectos, y David, incapaz de levantar la mano contra los filisteos que �Hab�a derrotado tantas veces y se jactaba de estar listo para pelear contra Israel y el rey cuya vida hab�a perdonado! Hermanos m�os, permanezcamos en el lugar de la fe, aparentemente m�s dif�cil, pero el lugar donde se encuentra a Dios, y donde la gracia, lo �nico precioso en este mundo, florece y une el coraz�n a Dios con mil eslabones. de afecto y gratitud, como a Aquel que nos ha conocido, y que se ha inclinado a suplir nuestra necesidad y los deseos de nuestro coraz�n.

La fe da energ�a; la fe da paciencia; y es as� muchas veces que se desarrollan los afectos m�s preciosos, afectos que, si la energ�a de la fe nos hace siervos en la tierra, hacen feliz al mismo cielo, porque Aquel que es el objeto de la fe est� all�, y lo llena en presencia de el padre.

La naturaleza nos impacienta con las circunstancias, porque no comprendemos suficientemente a Dios, y nos lleva a situaciones en las que es imposible glorificarlo. Por otro lado, es bueno observar que cuando el hombre hubo fallado por completo, cuando incluso la fe de David se encontr� deficiente y, partiendo de Israel, se arroj� entre los filisteos, fue entonces cuando Dios le dio el Reino. La gracia est� por encima de todo fracaso: Dios debe glorificarse en Su pueblo.

Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre 1 Samuel 31". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/1-samuel-31.html. 1857-67.