Pero no es solo dentro de los l�mites de la tierra que se conocen el poder y la gloria de Salom�n. Su fama se esparce entre los paganos, hasta tierras lejanas; y viene la reina de Sab� a traerle su tributo de admiraci�n, y las cosas preciosas de los gentiles, que as� contribuyen al esplendor y gloria del lugar escogido por Dios, cuya luz hab�a venido, y sobre el cual hab�a descendido la gloria de Jehov�. resucitado (en tipo sin duda por el momento, pero seg�n el principio de la gracia, y por el poder que la cumplir� plenamente, seg�n los consejos de Dios).
Es una gloria, cuyo rumor atrae a las naciones, pero que, vista, supera todo lo que de ella se puede decir; y cu�l hay que estar cerca para apreciar. Es una gloria que supera todo lo que el mundo ha visto, una sabidur�a jam�s igualada; una sabidur�a que atrajo a todos los reyes de la tierra, quienes, cada a�o, tra�an sus ofrendas y sus presentes al rey que estaba sentado en el trono de Jehov� en la tierra.
As�, gobernando hasta los confines m�s lejanos de la tierra prometida, hace que todo Israel goce de la abundancia y de la bendici�n que Dios derram� sobre su pueblo.
Información bibliográfica Darby, John. "Comentario sobre 2 Chronicles 9". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/2-chronicles-9.html. 1857-67.
Versículos 1-31
Pero no es solo dentro de los l�mites de la tierra que se conocen el poder y la gloria de Salom�n. Su fama se esparce entre los paganos, hasta tierras lejanas; y viene la reina de Sab� a traerle su tributo de admiraci�n, y las cosas preciosas de los gentiles, que as� contribuyen al esplendor y gloria del lugar escogido por Dios, cuya luz hab�a venido, y sobre el cual hab�a descendido la gloria de Jehov�. resucitado (en tipo sin duda por el momento, pero seg�n el principio de la gracia, y por el poder que la cumplir� plenamente, seg�n los consejos de Dios).
Es una gloria, cuyo rumor atrae a las naciones, pero que, vista, supera todo lo que de ella se puede decir; y cu�l hay que estar cerca para apreciar. Es una gloria que supera todo lo que el mundo ha visto, una sabidur�a jam�s igualada; una sabidur�a que atrajo a todos los reyes de la tierra, quienes, cada a�o, tra�an sus ofrendas y sus presentes al rey que estaba sentado en el trono de Jehov� en la tierra.
As�, gobernando hasta los confines m�s lejanos de la tierra prometida, hace que todo Israel goce de la abundancia y de la bendici�n que Dios derram� sobre su pueblo.
Pero pronto la imagen cambia.