Lectionary Calendar
Sunday, September 29th, 2024
the Week of Proper 21 / Ordinary 26
the Week of Proper 21 / Ordinary 26
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!
Click here to join the effort!
Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Estos archivos están en el dominio público.
Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre 2 Samuel 12". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/2-samuel-12.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre 2 Samuel 12". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-31
El siguiente comentario cubre los cap�tulos 11, 12 y 13.
Sigue la historia de David y la esposa de Ur�as. David ya no act�a por fe en el servicio de Dios. Cuando llega el momento en que los reyes salen a la guerra, �l se queda en casa a gusto y env�a a otros en su lugar para pelear las batallas de Jehov�. A gusto y en la indolencia cae f�cilmente en el pecado, como sucedi� cuando busc� descanso entre los filisteos. Ya no estaba firme por la fe. Cuanto m�s cerca estaba David de Dios, m�s ineficaces eran sus intentos de ocultar su pecado.
Entregado a s� mismo por el tiempo del castigo, a�ade una segunda transgresi�n a la primera; lo completa y disfruta de su fruto, ahora que la eliminaci�n de todo obst�culo da una apariencia de legalidad a su curso. �Qu� triste historia! �Qu� indignidad! Se olvida de su posici�n como rey, y un rey de Dios. �Reinaba en justicia para aprovechar su poder real para oprimir a Ur�as? Se hace esclavo del desdichado Joab haci�ndolo c�mplice de su crimen.
�Qu� degradante! �Cu�nto m�s feliz era cuando, aunque perseguido como una perdiz en las monta�as, ten�a una fe viva y una buena conciencia! Pero, �qui�n puede rehuir el ojo de Dios? En consecuencia, Dios, que lo conoce y lo ama, no deja de visitar su pecado. Este fue un pecado muy grande: David lo cometi� en secreto; Dios lo castiga a la vista de todo Israel. Si David no supo c�mo glorificar a Dios, ni -mientras reinaba en su nombre- mantener un testimonio verdadero en cuanto a la naturaleza del reino de Dios; si por el contrario hubiera falsificado su car�cter, Dios mismo sabr� c�mo, a la vista de todos los hombres, volver sobre sus rasgos mediante el castigo que enviar� sobre el hombre que as� lo ha deshonrado, y que le hab�a quitado el �nico testigo. a Su gobierno que Dios hab�a establecido delante de los hombres.
Esta historia nos muestra hasta qu� punto el pecado puede cegar el coraz�n, aun cuando el juicio moral siga sano; muestra tambi�n el poder de la palabra fiel de Dios. Dios manifiesta al mismo tiempo la soberan�a de su gracia; porque aunque castig� a David con la muerte del ni�o, es otro hijo de Betsab� el elegido de Dios, el que lleg� a ser rey y cabeza de la familia real, el hombre de paz y de bendici�n, el amado de Jehov�.
David se somete bajo la mano de Dios; su coraz�n se inclina bajo �l en la profundidad de sus afectos. Lo entiende mejor que sus siervos, aunque m�s culpable que ellos. Act�a de acuerdo con la inteligencia espiritual. Hab�a confianza en Dios e intimidad con �l; y por lo tanto David puede abrir la parte m�s tierna de su coraz�n a Dios, la parte en la que Dios lo hab�a herido; pero cuando la voluntad de Dios es manifiesta, se somete por completo.
Vemos aqu� la obra evidente del Esp�ritu. Es el mismo Esp�ritu que obr� en Jes�s en Getseman�, aunque tanto la ocasi�n como la extensi�n del sufrimiento no s�lo fueron diferentes, sino muy importantes; pero el coraz�n se abre completamente a Dios y la sumisi�n es completa cuando se conoce la voluntad de Dios.
El pecado de David ha sido sumamente grande; pero podemos ver claramente en �l la preciosa obra del Esp�ritu. Confundido por la simple fidelidad de Ur�as, �no puede escapar de la mano de Dios! David es perdonado, porque confiesa su pecado; pero en cuanto a su gobierno, Dios se muestra inflexible, y perdonando al rey -porque merec�a la muerte- le anuncia que la espada nunca se apartar� de su casa.
Hemos visto un caso similar en la infidelidad de Jacob. El castigo de David tambi�n responde a sus pecados (comparar 2 Samuel 11:10 ; 2 Samuel 11:12 con la historia de Absal�n). En cuanto a los afectos de David, el castigo fue la muerte de su hijo, un castigo que �l sinti� profundamente; y el gobierno p�blico de Dios se manifest� en lo que se hizo, conforme a Su palabra, delante de todo Israel y del sol.
Es posible que los hijos de Am�n merecieran un juicio severo, y que este per�odo fuera el tiempo de su juicio; eran los enemigos insolentes del rey que Dios hab�a puesto, y que hab�a dado prueba de su bondadoso sentimiento hacia ellos. Pero en cuanto a su condici�n personal, no s� si David habr�a tratado a sus enemigos de esta manera cuando caminaba por el camino angosto de la fe. Como tipo, este juicio trae a la mente el justo juicio del Mes�as, y las terribles consecuencias de haberlo despreciado e insultado aun en Su gloria. Aprendemos de esto tambi�n, que cuando un pueblo est� maduro para el juicio, Dios lo traer� sobre ellos, aunque otros busquen actuar en gracia.
Cuando David demostr� que se hab�a olvidado de Dios y que hab�a fracasado en su total dependencia de �l, pronto estallaron los males en su casa. Hab�a aumentado el n�mero de sus esposas. La ra�z de la amargura brota y da frutos amargos. Aunque en general el coraz�n de David era recto ante Dios y lo reconoc�a profundamente, sin embargo, una vez fuera de ese camino de humilde dependencia que produce la fe y el sentido de la presencia de Dios, amarg� el resto de sus d�as siguiendo su propia voluntad. en medio de sus bendiciones.
Hay pecado en su casa, ira a causa del pecado, vacilaci�n por la parcialidad hacia Absal�n. Joab aparece en escena, como cada vez que estos asuntos de intriga y maldad se repiten en la historia. Esto es todo lo que hay que decir de la dolorosa historia de Amn�n y Absal�n.