Bible Commentaries
Isaías 40

Sinopsis del Nuevo Testamento de DarbySinopsis de Darby

Versículos 1-31

La primera parte de lo que podr�a llamarse el segundo libro de Isa�as se extiende desde el cap�tulo 40 hasta el final del cap�tulo 48. El Mes�as, comparativamente hablando, se presenta muy poco aqu�. Es m�s bien la gran pregunta entre Jehov� y los �dolos, respondida primero por el �xito de Ciro y la captura de Babilonia. Porque, aunque su gloria no se puede separar, all� est� Jehov� y Su ungido. Esto est� evidentemente relacionado en la gracia con la liberaci�n de Israel, el testigo de Dios en la tierra, indigno, como era la naci�n, de serlo.

Al mismo tiempo, estos caminos de Dios mostraron que no hab�a paz en absoluto para los imp�os en Israel. Esta gran verdad se repite dos veces, aplic�ndose a las dos grandes controversias que Dios tuvo con Israel. Se�alaremos algunos detalles para hacer evidente todo esto. Los primeros ocho Vers�culos del cap�tulo 40 ( Isa�as 40:1-8 ) expresan de manera muy notable los principios sobre los que Dios act�a: la gracia que brota de Su propio coraz�n, cuando Sus castigos han sido totalmente infligidos.

Dios consolar�a a su pueblo; y �l habla al coraz�n de Jerusal�n, dici�ndole que su guerra ha terminado. El heraldo proclama la venida de Jehov�. Y aqu� est� el hecho, como liberaci�n: no se menciona su rechazo. Se habla de ella m�s adelante en los cap�tulos 51, 53. Pero con respecto al pueblo, �qu� debe decir el profeta? "Toda carne es hierba". Si toda carne ha de ver la gloria de Jehov�, si �l pide venganza con toda carne, aqu� es donde debe comenzar el testimonio.

Toda carne es hierba: Jehov� sopla sobre ella. �Es as� s�lo con los gentiles? No; "el pueblo es hierba". La comodidad debe comenzar con esto. la hierba se seca; �en qui�n, entonces, se puede confiar? Dios ha hablado. "La palabra de nuestro Dios" (dice la fe del remanente-dice el Esp�ritu de profec�a) "permanecer� para siempre". Luego viene el testimonio prof�tico de la bienaventuranza de Sion rescatada, que proclama a las ciudades de Jud� la presencia de Jehov�, el Salvador, cuyo tierno cuidado se describe luego de manera conmovedora.

La gloria de Su divina Majestad se contrasta con los �dolos al Vers�culo 26 ( Isa�as 40:26 ). Luego desaf�a a Israel por su incredulidad. El que es Jehov� no se fatiga, ni se cansa. Las profundidades de Su sabidur�a son inescrutables; pero los que en �l esperan tendr�n nuevas fuerzas, y no se cansar�n.

Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Isaiah 40". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/isaiah-40.html. 1857-67.