Bible Commentaries
Job 3

Sinopsis del Nuevo Testamento de DarbySinopsis de Darby

Versículos 1-26

Pero las profundidades del coraz�n de Job a�n no hab�an sido alcanzadas, y hacer esto era el prop�sito de Dios, cualesquiera que hayan sido los pensamientos de Satan�s. Job no se conoc�a a s� mismo, y hasta ese momento, con toda su piedad, nunca hab�a estado en la presencia de Dios. �Cu�n a menudo sucede que, incluso a lo largo de una larga vida de piedad, la conciencia nunca se ha puesto realmente delante de Dios! Por lo tanto, la paz, la paz inquebrantable, y la verdadera libertad, no se conocen todav�a.

Hay un deseo de Dios, hay una nueva naturaleza; se ha sentido el atractivo de su gracia: sin embargo, Dios y su amor, tal como es, no se conocen. Si Satan�s es frustrado (la gracia de Dios ha impedido que el coraz�n de Job murmure), Dios todav�a tiene Su propia obra que realizar. Lo que la tempestad que Satan�s hab�a levantado contra Job no pudo hacer, lo produce la simpat�a de sus amigos.

�Pobre coraz�n de hombre! La rectitud e incluso la paciencia de Job se hab�an manifestado y Satan�s no ten�a m�s que decir. Pero s�lo Dios puede buscar lo que realmente es el coraz�n ante �l; y la ausencia de toda voluntad propia, el acuerdo perfecto con la voluntad de Dios, la sumisi�n absoluta como la de Cristo, estas cosas s�lo Dios pod�a probarlas, y as� poner al descubierto la nada del coraz�n del hombre ante �l. Dios hizo esto con Job; revelando al mismo tiempo que obra en gracia en estos casos para el bien del alma que ama.

Si comparamos el lenguaje del Esp�ritu de Cristo en los Salmos, a menudo encontraremos la apreciaci�n de las circunstancias expresada en t�rminos casi id�nticos; pero en lugar de amargas quejas y reproches dirigidos a Dios, encontramos la sumisi�n de un coraz�n que reconoce que Dios es perfecto en todos sus caminos. Job era recto, pero empez� a hacer de esto su justicia; lo cual prueba evidentemente que �l nunca hab�a estado realmente en la presencia de Dios.

La consecuencia de esto fue que, aunque razon� m�s correctamente que sus amigos, y mostr� un coraz�n que realmente sent�a mucho m�s que ellos lo que era Dios, atribuy� injusticia a Dios y un deseo de hostigarlo sin causa (ver cap. 19; Job 23:3 ; Job 23:13 ; Job 13:15-18 ; Job 16:12 ).

Encontramos tambi�n en el cap�tulo 29 que su coraz�n se hab�a detenido en su andar recto y ben�volo con complacencia, encomend�ndose a s� mismo y alimentando con ello su amor propio. "Cuando el ojo me vio, dio testimonio de m�". Dios lo estaba llevando a decir: "Ahora mis ojos te ven y me aborrezco". Es con estos Cap�tulos (29, 30, 31), que expresan su buena opini�n de s� mismo, que Job termina su discurso; le hab�a dicho todo su coraz�n.

Estaba satisfecho de s� mismo: la gracia de Dios hab�a obrado en �l de una manera hermosa; pero el efecto presente a trav�s de la traici�n del coraz�n humano, y no estando en la presencia de Dios que lo detecta, fue hacerlo amable a sus propios ojos Si (cap. 9) confiesa la iniquidad del hombre (pues qui�n puede negarlo; y especialmente �qu� convirti� a los hombres?), es en amargura de esp�ritu, porque es in�til intentar ser justo con tal Dios.

El cap�tulo 6, as� como todo su discurso, prueba que, si fue el orgullo de su coraz�n lo que no pudo soportar ser encontrado en tal estado por aquellos que hab�an conocido su grandeza, un estado que el orgullo habr�a soportado en s�lo la terquedad, o la simpat�a que, al debilitarse que le hab�a dejado en pleno sentido, fue la presencia y el lenguaje de sus amigos el medio de sacar todo lo que hab�a en su coraz�n. Vemos tambi�n en el cap�tulo 30 que se detect� el orgullo de su coraz�n.

Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Job 3". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/job-3.html. 1857-67.