Llegamos ahora, Salmos 120-134, a las canciones de los grados, que representan, sin duda, las circunstancias externas del mismo per�odo, cuando Israel est� en la tierra, pero el poder de Gog a�n no ha sido destruido. El primero de esta serie comienza con la declaraci�n del clamor lanzado por el piadoso en su angustia a Jehov� que lo escuch�. El cargo especial aqu� es el enga�o y la falsedad. El juicio debe venir sobre �l. Pero es contra el piadoso mismo, no contra la violencia y la opresi�n hecha a Jerusal�n, o la opresi�n ap�stata del pueblo.
Su ay es habitar en Mesech, y entre las tiendas de Cedar. El mal est� en sus corazones; y, cuando los piadosos hablaron de paz, se prepararon para la batalla. No me parece que sea la opresi�n del Anticristo, o de la bestia en Jerusal�n, sino aplicable a aquellos que en la tierra se encontraban donde estaba el �ltimo poder hostil que hab�a pretendido favorecerlos, [1] y hab�a llevado a muchos a apostatar por la tranquilidad y la prosperidad, ahora se mostraba a s� mismo como un opresor enga�oso.
Información bibliográfica Darby, John. "Comentario sobre Psalms 120". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/psalms-120.html. 1857-67.
Versículos 1-7
Llegamos ahora, Salmos 120-134, a las canciones de los grados, que representan, sin duda, las circunstancias externas del mismo per�odo, cuando Israel est� en la tierra, pero el poder de Gog a�n no ha sido destruido. El primero de esta serie comienza con la declaraci�n del clamor lanzado por el piadoso en su angustia a Jehov� que lo escuch�. El cargo especial aqu� es el enga�o y la falsedad. El juicio debe venir sobre �l. Pero es contra el piadoso mismo, no contra la violencia y la opresi�n hecha a Jerusal�n, o la opresi�n ap�stata del pueblo.
Su ay es habitar en Mesech, y entre las tiendas de Cedar. El mal est� en sus corazones; y, cuando los piadosos hablaron de paz, se prepararon para la batalla. No me parece que sea la opresi�n del Anticristo, o de la bestia en Jerusal�n, sino aplicable a aquellos que en la tierra se encontraban donde estaba el �ltimo poder hostil que hab�a pretendido favorecerlos, [1] y hab�a llevado a muchos a apostatar por la tranquilidad y la prosperidad, ahora se mostraba a s� mismo como un opresor enga�oso.
Nota 1
No me refiero aqu� a Daniel 9 , sino a Daniel 8 .