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Bible Commentaries
Salmos 19

Sinopsis del Nuevo Testamento de DarbySinopsis de Darby

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Versículos 1-14

El siguiente comentario cubre los Salmo 18 y 19.

Salmo 18 nos presenta la conexi�n de Cristo, y particularmente de Su (no sufrimiento expiatorio que se encuentra en Salmo 22 , sino Su) entrada en los dolores de la muerte, con toda la historia de Israel. Es la conexi�n de la liberaci�n de Israel y el juicio final ejecutado en su nombre en la tierra con el t�tulo que Cristo ten�a para esa intervenci�n.

Sin duda, la expiaci�n era absolutamente necesaria para esto, pero no es de ese lado que Sus sufrimientos son vistos aqu�. Dios se deleita en �l y le responde seg�n su rectitud, y libra al remanente afligido, en cuyos dolores ha entrado con �l. Cristo es el centro, en una palabra, de las liberaciones de Israel, la causa de su liberaci�n de Egipto, y de su completa y final redenci�n por poder en los �ltimos d�as, y luego tambi�n su Libertador personal.

�l depende de Jehov�, es o�do, y sus dolores est�n delante de nosotros; pero al final �l obra en el poder de Jehov� la liberaci�n de Su pueblo, y entonces es el pleno testimonio de la misericordia de Dios (chesed) para Su Ungido David y Su descendencia para siempre. La misericordia aqu� no es simplemente de la que hablar�amos con los pecadores, sino el favor y la gracia mostrados y disfrutados, hasta el punto de ser usados ??para la piedad en el hombre. Se celebra particularmente en Salmo 89 , donde, de estas misericordias que centran todo en �l, se aplica el t�rmino a Cristo en persona.

�l es el jasid ( Salmo 18:19 ). Por lo tanto, las bendiciones conferidas a Israel al final (y de hecho a todos los que las disfrutan) son llamadas con la misma palabra "las misericordias firmes de David", confirmadas por un pacto eterno, y ciertamente, como nos muestra el ap�stol, aseguradas por la resurrecci�n de Cristo, haciendo muy clara su conexi�n con sus dolores de muerte en este salmo.

Este salmo tambi�n nos presenta una prueba b�blica directa y una ilustraci�n de un principio sumamente importante en cuanto a la naturaleza de todos los salmos, dando una clave de su car�cter y forma general. Sabemos por el libro de Samuel que la ocasi�n de este salmo fue la celebraci�n de la liberaci�n de David de la mano de Sa�l y de todos sus enemigos. Pero es evidente que el lenguaje del salmo de ninguna manera se detiene en ning�n evento de la vida de David, o que en su significado principal el Esp�ritu de Dios contempla incluso lo que le sucedi� a esa v�ctima ya ungida, que fue la ocasi�n de la salmo.

El Esp�ritu de Dios toma la circunstancia que tiene un inter�s personal presente para aquel a quien �l usa meramente como profeta, como la ocasi�n para poner de manifiesto la escena cada vez m�s amplia de la que s�lo Cristo puede ser el centro, dando sentido al conjunto, en respecto de lo cual la circunstancia m�s inmediata s�lo forma un eslab�n parcial, aunque quiz�s muy interesante, en la cadena que conduce a la plena manifestaci�n de Dios y sus caminos en el gran resultado.

As� fue con todos los profetas, solo que aqu� m�s personalmente predictivo. La invasi�n de Senaquerib, por ejemplo, es la ocasi�n de traer a escena al asirio de los �ltimos d�as. As� las profec�as tuvieron una aplicaci�n del m�s profundo inter�s en la �poca y se convirtieron en el instrumento del presente gobierno de Dios, pero tambi�n fueron la revelaci�n de aquellos �ltimos acontecimientos sobre la tierra en los mismos pueblos y naciones en los que el gobierno de Dios ser�a plenamente y finalmente se muestra.

No son de interpretaci�n privada. V�ase 2 Pedro 1:20 . Formaban parte del gran esquema del gobierno divino.

En los Salmos, el escritor y la ocasi�n inmediata a veces desaparecen casi por completo, nunca son el objeto principal, pero no deben perderse de vista en las expresiones utilizadas como manifestaci�n de un sentimiento personal, y que no son la revelaci�n de hechos objetivos. En este �ltimo caso, las circunstancias del escritor tienen poca aplicaci�n. Los Salmos necesariamente atraen m�s al orador, aunque los creyentes descubren que el Esp�ritu Santo us� los sentimientos del orador para proveer para los corazones de los dem�s, sin embargo, mand� y forj� en ellos, y gui� al escritor por Su poder mucho m�s all� de lo que la ocasi�n hubiera podido. sugiri� a su propia mente.

El sentimiento, en su naturaleza adecuada al evento que podr�a dar lugar al salmo, fue solo la ocasi�n en que el Esp�ritu Santo tom� al escritor para proporcionar un registro divino para guiar los sentimientos en los d�as futuros, o para revelar los de Cristo como teniendo. la causa de su pueblo. Tambi�n pueden ser las del orador, como a menudo suced�a en la piedad simple; pero en todos los casos fue la provisi�n del Esp�ritu para los d�as futuros, o una profec�a relacionada con Cristo mismo y la parte que �l toma en esos tratos de Dios con Israel, y contin�a, considerando el libro como un todo, en su totalidad y sin disfraz. celebraci�n de los resultados.

El salmo, como hemos dicho, abarca toda la historia de Israel, y habla como en el tiempo en que ya se ha logrado la liberaci�n de la presi�n del poder hostil. Pero celebra especialmente a Jehov� mismo el Libertador, y todav�a declara la dependencia de quien habla en �l. Esta es la tesis del salmo. Luego, como es la forma habitual de los Salmos, pasa por todas las circunstancias que conducen al alma hasta lo que se celebra en el primer Verso o Versos.

Se ve a Cristo, los dolores de la muerte rode�ndolo y las inundaciones de hombres imp�os acos�ndolo, los dolores del Hades sobre �l y las cuerdas de la muerte alrededor de Su alma. No tengo duda de que la letra de esto era la expresi�n de lo que David hab�a sentido, como ciertamente lo muestra el vers�culo 50 ( Salmo 18:50 ). Sin embargo, como he dicho, esta era simplemente la ocasi�n. La sustancia de esto se aplica a Cristo. Pasa en Su mente, como en Getseman�, a trav�s de los dolores de la muerte. Esta es la base puesta para todo lo dem�s.

El siguiente punto es la dependencia y la s�plica. En su angustia invoca a Jehov� y clama a su Dios. Lo escucha como en medio de Israel, Su clamor viene delante de El Ahora vienen los resultados. Cristo represent� a Israel aqu�, porque no tenemos nada que ver con la asamblea aqu�. Del vers�culo 7-16 ( Salmo 18:7-16 ) tenemos la liberaci�n de Israel de Egipto por los poderosos actos de Jehov�.

Pero estas no fueron todas las dificultades de Israel. Hab�a que anular el poder de sus enemigos, que eran m�s fuertes que �l en cuanto a la carne. Esto tambi�n se cumpli�, y fue llevado a un lugar rico. Pero esto introduce otro principio, la justicia en la que Dios se deleitaba; y que, aunque se encuentra absoluta y perfectamente s�lo en Cristo como hombre viviente, caracteriza al remanente de Israel en cuyos corazones est� escrito el deleite en la ley de Dios.

Este principio se destaca en la �ltima parte de los vers�culos 19-26 ( Salmo 18:19-26 ). Cristo es el fundamento de esto, pero es como entrar en la condici�n y dolores de Su pueblo. �l es el Israel en esp�ritu; y por lo tanto, aunque todo el valor de Su perfecci�n est� delante de Dios para ellos, la perfecci�n de Aquel cuya vida entera, identificada con el remanente, fue agradable a �l, sin embargo, debemos tomar el lugar y el estado del remanente, como del mismo David.

Porque, aunque Cristo entr� en este lugar del remanente en Su propia perfecci�n, para darles el valor de esa perfecci�n ante Dios, como agradable a Su vista, sin embargo, el estado de aquellos a quienes hab�a de aplicarse es el que es sustancialmente ante nosotros en el salmo. Por lo tanto, encontramos: "Me guard� de mi iniquidad".

Esto es de suma importancia al juzgar el uso literal de los Salmos. Cristo pudo haber dicho, "de la iniquidad"; pero personalmente, "por mi iniquidad", no pudo. Pero el Esp�ritu de piedad (de Cristo) en el remanente obrando as� les guarda de seguir la carne. Reconocen que si Israel se extrav�a (y as� lo hicieron casi universalmente en principio), esta maldad fue de ellos, en s� mismos; pero se les impidi� hacerlo.

Ahora bien, esta es la verdad en las partes internas justo lo que Dios quiere. Es el gobierno de Dios el que hemos presentado aqu� claramente en su principio inmutable ( Salmo 18:25-26 ). Ahora bien, Cristo, habiendo tomado su causa, como asociado con ellos, con estos "principales de la tierra", todo el valor de lo que despert� el deleite de Dios en �l, y que, por gracia, los anim�, fue su lugar de aceptaci�n ante Dios. , aunque la expiaci�n fue la base final de la misma.

Pero en el caso de ellos, esta integridad y naturaleza interior divina se mostraron al apartarse de su curso natural. Pero hab�a otra parte de este gobierno, el tierno cuidado de los afligidos, salv�ndolos y abatiendo todo orgullo de hombre ( Salmo 18:27 ). En la oscuridad habr�a luz. Para los justos surge la luz en la oscuridad.

Ahora se nos presenta otra escena: la llegada del poder a favor de ellos. Y, como Cristo hab�a tomado el dolor al principio, y luego tuvimos el remanente en su propia condici�n, sin embargo, Cristo no se separ� de ellos en el camino del inter�s y la asociaci�n (porque aqu� no es uni�n, esa es la porci�n de la asamblea) , as� que aqu� �l debe tomar el poder en Persona tambi�n; tal como en Marcos �l estaba ocupado en la siembra y la cosecha, todo el tiempo intermedio transcurriendo sin Su intervenci�n personal o aparente cuidado, aunque la cosecha siempre era Suya.

La palabra de Dios hab�a permanecido firme en todo momento, y Jehov� mismo era un escudo para los que confiaban en �l. Pero ahora �l da fuerza y ??victoria a Su ungido por Israel desde el vers�culo 29 hasta el final ( Salmo 18:29-50 ). Sin duda el lenguaje es el de David, pero es sustancialmente la introducci�n del reino de Cristo.

Unas pocas observaciones bastar�n para dar los detalles, aprovech�ndose de este car�cter general de la �ltima parte del salmo. La tensi�n general es descanso menos victoria. Pero en el vers�culo 43 ( Salmo 18:43 ) hay detalles a tener en cuenta. Aqu� se introducen tres clases de personas: el pueblo �l es librado de sus luchas; los paganos �l es hecho su cabeza; entonces un pueblo, no conocido antes, con el cual �l no hab�a estado en relaci�n como en Israel, le servir�.

Es decir, el Mes�as librado de las contiendas y rebeliones de los jud�os imp�os; hizo la cabeza de los paganos; y entonces un pueblo hasta ahora extra�o le debe servir, convertido ahora en un pueblo para �l. La sumisi�n ser� inmediata, tan evidente es Su gloria y poder ahora. E incluso donde no hay sinceridad, o al menos no hay prueba de ello, inmediatamente servir�n, inclin�ndose ante �l. Esta es la introducci�n de lo que es millennial. Aqu� se reconoce de nuevo a Jehov�.

Volvemos, por as� decirlo, a la tesis original del salmo, habiendo llegado con Israel, o al menos con los jud�os, a trav�s de todas las dificultades del camino. No veo al Anticristo aqu�. La �nica palabra que parece hablar de �l est� en el vers�culo 48 ( Salmo 18:48 ) el hombre de violencia; pero me doy cuenta de que es un enemigo externo.

Por eso alaba entre los paganos. La destrucci�n del Anticristo lo har�a alabado entre los jud�os. Aqu�, es de notar, aunque revestido con la fuerza de Dios, Cristo es visto como el hombre dependiente, y en la tierra, ya sea que sufra o victorioso. Lo encontramos (como podemos haber visto del estudio de los detalles en los vers�culos 4-6 ( Salmo 18:4-6 ), al comienzo del salmo) en Su dolor y prueba; y aunque David est� en parte en la escena, sustancialmente el Mes�as nuevamente del vers�culo 32 ( Salmo 18:32 ).

Entre los dos, est� Israel, primero entregado como naci�n, luego en el dolor y la calamidad. Entonces se declaran los principios del gobierno de Dios, y llega la liberaci�n. Es muy interesante ver, despu�s de que se ha presentado a la Persona del Mes�as, y se ha mostrado Su asociaci�n con el remanente piadoso, toda la historia p�blica de Israel depende de principio a fin. �ltimo en su inter�s en ellos, habiendo entrado en sus dolores, afligido en todas sus aflicciones.

Llegamos ahora (es justamente el mismo orden de pensamiento en Juan 17 ) a los testimonios dados en el mundo oa Israel. Salmo 19 nos da dos: la creaci�n, particularmente la que est� en los cielos, que est� por encima del hombre y no ha sido corrompida por �l (este es un testimonio de Dios como tal).

Luego la ley ( Salmo 19:7 ). Esta es la ley de Jehov�. Aqu�, en humildad, el jud�o piadoso tiene dos puntos de vista sobre el pecado. En primer lugar, no puede contar las suyas: tantas mentiras que se le ocultan. Aqu� �l desea ser limpiado. En segundo lugar, los pecados de presunci�n: de �stos desea ser guardado. As� se le guardar�a de cualquier apostas�a de Jehov�.

Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Psalms 19". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/psalms-19.html. 1857-67.
 
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