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Salmos 8

Sinopsis del Nuevo Testamento de DarbySinopsis de Darby

Versículos 1-9

Ahora hemos llegado a Salmo 8 que cierra este desarrollo de la condici�n del remanente, y los consejos de Dios en cuanto al Ungido rechazado de Jehov�. Lo que se dice est� todav�a por boca del remanente ahora entregado. "�Oh Jehov�, Se�or nuestro!" �En vano se han levantado los paganos contra �l! �Cu�n glorioso es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos!

"No es ahora un rey en Si�n, aunque seguramente eso ser� cierto; sino una gloria puesta sobre los cielos. Ahora no es solamente bendito el pueblo del gran Rey; sino dondequiera que habiten los hijos de los hombres, el nombre de Jehov�, el Se�or de Israel , es grande. �Es ahora como poner a Cristo en Su santo monte de Sion? No, es poner al Hijo del hombre, no solo sobre los hijos de los hombres, sino sobre todo lo que Su mano ha creado en todos los lugares de Su dominio .

�l est� encargado de todas las obras de Su mano; ninguno est� exceptuado. S�lo se except�a aquel que someti� todas las cosas a �l. �Y qui�n es este Hijo del hombre? Es uno hecho un poco menor que los �ngeles para el sufrimiento de la muerte, coronado ahora de gloria y honra, y puesto (que la Ep�stola a los Hebreos, ( Hebreos 2 ), nos muestra que a�n no se ha cumplido) sobre todas las obras de las manos de Dios

[1] No pod�a ser rechazado como Cristo (aunque ese t�tulo fuera a ser luego cumplido por Aquel que desde el cielo se r�e de la ira impotente de los reyes de la tierra) sin que se le destinara un lugar a�n m�s glorioso en los consejos de Dios el ser gloriosamente coronado en el cielo, y puesto sobre todas las cosas. Hijo de Dios y (Hijo de David) Rey en Si�n era Su t�tulo en la tierra. [2]

Pero su primer rechazo en este car�cter lo arroja a esta gloria m�s amplia que tambi�n hab�a adquirido fielmente, lo que pertenec�a por compromiso divino al Hijo del hombre. Por eso vemos en los Evangelios al Se�or encargando a sus disc�pulos que no digan m�s que �l era el Cristo (pues ahora era virtualmente rechazado por Israel), porque el Hijo del hombre deb�a sufrir y ser rechazado, entregado a los gentiles, morir y resucitar ( Lucas 9 ).

Por lo tanto, esto fue gracia para Israel; sino al hombre, al hombre en Cristo. Aun as�, el Se�or de Israel, Jehov�, fue excelente en toda la tierra. Esto es con lo que concluye el salmo, como el resultado apropiado en la boca del remanente, aunque fue producido por y dependiente de una gloria mucho mayor. Dios, en presencia de la ira y la mala voluntad de Sus enemigos, y para silenciar a los opresores y el orgullo del enemigo, y de los implacables y despiadados perseguidores de Sus santos y pueblo, ha elegido las cosas m�s d�biles de la tierra para perfeccionar elogio.

Hemos tenido un ejemplo de esto, un peque�o ejemplo anticipado de esto en la recepci�n del Cristo rechazado cabalgando hacia Jerusal�n. Se cumplir� plenamente en el �ltimo d�a. Entonces se le dio testimonio, como Hijo de Dios al resucitar a L�zaro, como Hijo de David al entrar cabalgando as� en Jerusal�n, como Hijo del hombre cuando subieron los griegos. Pero entonces �l debe morir para tener esta �ltima gloria ( Juan 11:12 ).

En los �ltimos d�as no todo fallar� as� en la tierra. Se cumplir� en el poder. Mientras tanto �l es coronado de gloria y honra en un lugar mejor. El salmo tiene una energ�a elevada y ampliada, como conviene a la gran liberaci�n celebrada. La creaci�n hace al hombre tan peque�o en s� mismo. �Qu� es �l cuando consideramos este vasto y brillante universo? Pero mire a Cristo y ver� que todas sus glorias se oscurecen ante la excelencia de Aquel bajo cuyos pies todo est� puesto. S�, son iluminados de nuevo por esa gloria. En verdad, el hombre es grande y sobre todo en �l, el Hijo del hombre puesto sobre todas las cosas.

No es el lugar aqu� para extenderse sobre el uso de este salmo en el Nuevo Testamento; pero deja muy claro su uso e importancia. En 1 Corintios 15 vemos que se cumple en la resurrecci�n. En Hebreos 2 vemos que la sujeci�n de todas las cosas est� en el mundo venidero, que a�n no han sido puestas bajo los pies de Cristo, sino que �l ya est� coronado de gloria y honra.

Efesios 1 muestra que la iglesia est� unida a �l en este lugar de gloria, pero eso no entra en absoluto en el �mbito del salmo. Era parte del misterio escondido por siglos y generaciones.

Antes de continuar, revisar�a brevemente el terreno que hemos tratado en estos salmos introductorios. Primero, el remanente en el �ltimo d�a se nos presenta; luego los consejos de Dios en cuanto al Mes�as, pero los reyes de la tierra y los gobernantes oponi�ndose a Jehov�, y Su Ungido. Sin embargo, �l ser� puesto rey en Sion. Luego Salmo 3 a Salmo 7 presentan los grandes principios sobre los cuales el remanente tendr� que caminar bajo las circunstancias en que se encuentran, siendo Cristo rechazado.

No nos proporcionan las profundas expresiones de sentimiento que suscita la extensi�n de la angustia, sino s�lo los sentimientos producidos por la gracia en su posici�n, en la medida en que son necesarios para dar voz al sentimiento de gracia y de fe en ella: Salmo 3 a Salmo 5 confianza; Salmo 6:7 , la inclinaci�n del coraz�n bajo la angustia; Salmo 3 , simple confianza; Salmo 4 , invocaci�n al Dios de justicia, y trazado el camino de los justos; Salmo 5 , clama a Jehov�, porque �l discierne entre el mal y el bien, y as� los malos deben ser quitados, y Jehov� bendiga a los justos que en �l conf�an; Salmo 6, se apela a la misericordia, ya que, angustiado de esp�ritu, ruega a Jehov� que no lo reprenda con ira, y Jehov� lo ha o�do en su angustia para salvarlo de la muerte; Salmo 7 , apela contra sus perseguidores, contrastando su conducta y la suya propia para con ellos, pero Jehov� juzga a su pueblo.

Estos son los grandes elementos de la relaci�n entre Jehov� y el remanente de Su pueblo en ese d�a. �Cu�n precioso ser� para el remanente que estos testigos llenos de gracia del Esp�ritu de Cristo sostengan su fe y les den palabras, por encima de sus temores, para guiarlos, justificar sus mejores esperanzas y calmar sus temores m�s justos! Creo que no es dif�cil entender por qu� Cristo no pudo tener personalmente los sentimientos y deseos aqu� expresados ??y, sin embargo, animar prof�ticamente por medio de su Esp�ritu estos mismos deseos en el remanente, y entrar en todas sus circunstancias con simpat�a.

�l vino del cielo, y nunca perdi� el esp�ritu que all� se respiraba, aunque estuvo en las circunstancias que la tierra le trajo; pero ese esp�ritu es el amor. Estaba por encima del mal en el poder del amor y en la conciencia de los sentimientos divinos que tendr�a el Hijo del hombre que est� en el cielo, aunque pas� por todas las penas a las que podr�a estar sujeto el Hijo del hombre en la tierra. Pas� por todas las angustias que el pecado y la incesante enemistad del hombre y la insensibilidad incluso de Sus disc�pulos [3] pod�an traer sobre �l; pero, siendo s�lo lo m�s sensible y sinti�ndolo m�s profundamente porque era perfecto, estaba sobre todo el mal en el amor en la perfecci�n personal del bien.

El remanente no ser� as�. Ser�n sostenidos por Dios, pero no solo en medio del mal, sino bajo �l, presionados por �l, por el sentimiento de culpa, por el temor a la ira, no solo por el profundo sentido de la ira, sino por un temor personal a ella. No hay liberaci�n para ellos sin la destrucci�n de sus enemigos; y lo desean. Estos tambi�n son enemigos de Jehov�, y su deseo es correcto (ver Salmo 6:5 ; Salmo 6:7 Salmo 6:10 ).

Este Cristo, como hemos dicho, no. �l estaba sobre toda esta enemistad en el amor celestial y por la comuni�n conocida con Su Padre, cuya voluntad �l ten�a que hacer pac�ficamente en aprobaci�n conocida: hasta que, al final, entr� en ese valle oscuro, donde, por nuestro bien y el de Israel, �l ciertamente iba a encontrar la ira, pero all� Su conversaci�n fue con Dios. En cuanto a sus enemigos humanos, �l s�lo dice: "Si me busc�is a m�, dejad ir a �stos", y todos se postraron ante �l, y es Suyo decirles en paz: "Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas .

�De ah� que �l mismo, amor divino, pasando por cada dolor que Israel o nosotros tengamos que pasar, lo hizo personalmente en amor. Todo se sent�a, pero estaba por encima del mal en amor a los hombres, estando en perfecta comuni�n con el cielo y su amoroso favor. En esto, �l es un modelo para los cristianos, no para Israel. Pero �l realmente pas� por todo lo que el remanente puede pasar, pero estaba lo suficientemente libre de cualquier poder sobre �l para sentir por otros en eso.

Esto lo hace perfectamente, y prof�ticamente inspira las expresiones de fe a aquellos que, sin conocer a�n el amor celestial y la liberaci�n, est�n presionados bajo �l; y da expresi�n, por el Esp�ritu prof�tico hacia Dios (como lo har�a el Esp�ritu en tal), al sentido de la opresi�n de su coraz�n que las circunstancias dan ocasi�n, cuando no se conoce el favor divino y la liberaci�n.

Nadie puede entrar en las aflicciones de otro bajo esta opresi�n tan bien como quien conoce la causa de ella, y lo que eso produce con respecto a la relaci�n con Dios, pero no est� en ella. Cristo ha estado en toda su aflicci�n, y la sinti�, pero no sinti�, en cuanto a los dem�s, lo que sienten los que est�n bajo ella, y necesaria y justamente ocupados consigo mismos. Se compadeci� de sus opresores con amor celestial. Su simpat�a, siendo perfecta, ha entrado, por el Esp�ritu prof�tico, en todas las circunstancias y sentimientos del remanente, y les ha dado expresi�n divinamente provista.

El coraz�n puede levantarse y decir: Es algo f�cil darlo por el Esp�ritu prof�tico si �l no est� realmente en �l. Yo respondo, �l estuvo en cada parte de la aflicci�n al m�ximo, e infinitamente m�s de lo que jam�s lo estar� el remanente, habiendo sufrido, adem�s, lo que ellos nunca sufrir�n porque �l tiene. Pero el hecho de tener mejores sentimientos en aquello en lo que entr�, �impide que tenga perfecta simpat�a con ellos? Le permite tenerlo, en cuanto a toda la angustia, que vino de Satan�s, y de Dios cuando no era meramente una cuesti�n de sentimiento por aquellos de quienes vino la angustia, cuando �l mismo estaba sufriendo �l mismo pas� por todo de la misma manera. manera (s�lo mucho m�s profundamente) que ellos; y, en cuanto a una parte y la parte m�s profunda de ella, tom� sobre s� mismo lo que nunca tendr�n.

Cuando el remanente est� en los mismos dolores, sin conocer el favor divino, �l les ministrar�, ya trav�s de estos salmos, todos los sentimientos que Dios puede mirar con aprobaci�n y escuchar. �l conducir� sus almas a trav�s de ellos. Cu�ntas veces en la prueba, cuando apenas nos atrevemos a expresar lo que sentimos (por miedo a ofender a Dios, en las incertidumbres de una fe nublada), un texto que expresa nuestros dolores de una manera que, siendo en la palabra, debe ser correcto, alivia el coraz�n y dar confianza para mirar a Dios! As� ser� entonces.

Nota 1

La peque�ez del hombre comparada con la creaci�n en lo alto, da ocasi�n a la revelaci�n de los consejos de Dios en el hombre.

Nota 2

Compare Juan 1:49-51 .

Nota 3

Ni una sola vez entendieron lo que les dijo.

Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Psalms 8". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/psalms-8.html. 1857-67.