Bible Commentaries
1 Corintios 10

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Versículo 1

X.

(1) Adem�s, hermanos ... - Mejor, porque no quiero, hermanos, que ignor�is. De la fuerte declaraci�n de desconfianza personal con la que concluye el cap�tulo anterior, el Ap�stol pasa ahora a mostrar que la historia jud�a contiene ejemplos solemnes de la decadencia de aquellos que parec�an mantenerse firmes en el favor y el privilegio divino. El mismo tipo de peligros todav�a acechan al pueblo de Dios, pero nunca ser�n mayores que la fuerza que Dios dar� para soportarlos.

Estos pensamientos se aplican luego al tema inmediato en cuesti�n, a saber, la participaci�n de la carne que se hab�a utilizado en los templos paganos. El tema es, por as� decirlo, tomado de 1 Corintios 8:13 , donde una expresi�n de voluntad personal de renunciar a un derecho, llev� al escritor a un lado hacia el tema que ocupa 1 Corintios 9 .

Uniendo 1 Corintios 11:1 , con el �ltimo vers�culo de este cap�tulo, el esquema general del argumento es el siguiente:

1 Corintios 10:1 . La historia de la Iglesia jud�a contiene ejemplos que deber�an ser advertencias contra la confianza en uno mismo.

1 Corintios 10:12 . Estos pensamientos deber�an hacer que los cristianos desconf�en de s� mismos, pero no desesperen.

1 Corintios 10:15 . La unidad del cuerpo cristiano con Cristo, expresada y realizada en la Sagrada Comuni�n, hace imposible una comuni�n del mismo cuerpo con los objetos del culto id�latra.

1 Corintios 10:18 . Cualquier participaci�n en las fiestas id�latras implicar�a la uni�n hasta el punto de transigir, as� como la participaci�n de Israel en las ofrendas de los sacrificios implicar�a la uni�n con el altar de Jehov�.

1 Corintios 10:23 - 1 Corintios 11:1 . Una enunciaci�n de los principios deducidos de las consideraciones anteriores que deben guiar a los cristianos corintios en su participaci�n de la carne que podr�a haber sido ofrecida a los �dolos.

Que deb�is ser ignorantes. - El pensamiento aqu� no es que sus lectores pudieran ignorar en absoluto el mero hecho hist�rico que ahora recuerda, y con el que sin duda estaban bastante familiarizados, sino que probablemente no ten�an en cuenta las lecciones espirituales que deben aprenderse. a partir de una agrupaci�n de hechos como la que ahora da el Ap�stol, y del sorprendente contraste entre el disfrute de grandes privilegios por todos (cinco veces repetido enf�ticamente) y la apostas�a de la mayor parte de ellos.

El Ap�stol asume que est�n familiarizados con los hechos a los que se hace referencia, y no siente que sea necesario mencionar que de "todos", literalmente, solo dos (Josu� y Caleb) obtuvieron la m�xima aprobaci�n de Jehov�.

Nuestros padres. - Estas palabras no tienen por qu� limitar la referencia de esta ense�anza �nicamente a los cristianos jud�os. Incluir�a a todos los cristianos por derecho de ascendencia espiritual.

Versículo 2

Todos fueron bautizados en Mois�s. - El peso de la evidencia est� a favor de la voz media para el verbo aqu� utilizado; lo que significa que todos ellos se hab�an bautizado voluntariamente en Mois�s. Mois�s era el representante de Dios bajo la Ley, por lo que fueron bautizados en �l al unirse voluntariamente a esa "Iglesia" de Dios que march� bajo la sombra de la nube y pas� por las aguas del mar; como cristianos, son bautizados para Jesucristo: �l es (en un sentido superior tanto en especie como en grado) el representante de Dios en la Nueva Dispensaci�n.

La �nube� y el �mar� se refieren a la nube que cubri� a los israelitas ( �xodo 13:21 , y ver N�meros 14:14 ), y el paso a trav�s del Mar Rojo ( �xodo 13:22 ; N�meros 35:8 ).

Versículo 3

Carne espiritual. - El man� ( �xodo 16:13 ) no era alimento natural, pues no se produc�a de forma natural, sino que lo suministraba el Esp�ritu y el poder de Dios. El pan de la tierra ser�a pan natural, pero esto era pan del cielo ( Juan 6:31 ).

Nuestro Se�or ( Juan 6:50 ) ya hab�a familiarizado a la Iglesia cristiana con el �pan verdadero�, del cual ese alimento hab�a sido el pron�stico t�pico.

Versículo 4

Esa Roca espiritual que los sigui�. - Hab�a una tradici�n jud�a de que la Roca, es decir, un fragmento roto de la roca golpeada por Mois�s, sigui� a los israelitas a lo largo de su viaje, y San Pablo, con el prop�sito de ilustrarlo, adopta ese relato en lugar de la declaraci�n en N�meros 20:11 .

La repetici�n enf�tica de la palabra "espiritual" antes de "beber" y "roca" recuerda al lector que es el aspecto espiritual y no el hist�rico del hecho lo que est� presente en la mente de San Pablo. El relato tradicional de la Roca era una ilustraci�n m�s completa de la presencia permanente de Dios, que era el punto que el Ap�stol desea presentar aqu�.

Y esa Roca era Cristo. - As� como Cristo fue �Dios manifestado en carne� en la Nueva Dispensaci�n, as� Dios manifestado en la Roca (la fuente de vida sustentadora) fue el Cristo de la Antigua Dispensaci�n. Los jud�os se hab�an familiarizado con el pensamiento de Dios como una Roca. (V�ase 1 Samuel 2:2 ; Salmo 91:12 ; Isa�as 32:2 .

) Aunque los jud�os pudieron haber reconocido a la Roca po�ticamente como Dios, no sab�an que era, como una manifestaci�n de la presencia de Dios, t�pica de la manifestaci�n que a�n no se hab�a dado en la Encarnaci�n. Tal parece ser la fuerza del enunciado y de la palabra "Pero" que lo introduce enf�ticamente. Pero aunque pensaron que era solo una Roca, o aplicaron la palabra po�ticamente a Jehov�, esa Roca era Cristo.

Versículo 5

Pero con muchos de ellos. - Mejor, sin embargo , Dios no agrad� a la mayor parte de ellos. Esto introduce el punto del cual el Ap�stol busca extraer la gran lecci�n de la desconfianza en uno mismo. Todos ten�an todos estos privilegios - privilegios de un bautismo y una comida y bebida espirituales que se corresponden con las ordenanzas sacramentales que son pruebas y prenda de todos los privilegios de nosotros los cristianos - y sin embargo con la mayor parte - de hecho, con todos excepto dos - Dios no se agrad� de esa vasta multitud, como lo prueba el hecho de que ( N�meros 14:16 ) todos, excepto Caleb y Josu�, perecieron en el desierto.

Versículo 6

Ahora bien, estas cosas fueron nuestros ejemplos. - Mejor, ahora estas cosas eran tipos de nosotros. �Ahora� introduce el contraste entre el Israel f�sico y el Israel espiritual, entre la muerte f�sica que sobrevino a la mayor�a del primero, y la muerte espiritual que, si se descuidan o abusan de los privilegios, debe sobrevenir al segundo.

A la intenci�n. - San Pablo considera que todo lo que ha sucedido en la historia tiene un prop�sito divino de bendecir a los dem�s. Todo este sufrimiento material de su parte no ser� en vano si nos ense�a la lecci�n espiritual que Dios quiere que aprendamos de �l.

No debemos codiciar las cosas malas. - El Ap�stol expone ahora las causas con las que la mayor�a de los israelitas neutralizaron las grandes ventajas de las que todos hab�an compartido. La codicia por las cosas malas debe tomarse como aplicada a su conducta general (evidenciada especialmente en las circunstancias mencionadas en N�meros 11:4 ; N�meros 11:18 ).

�Como ellos tambi�n� conecta directamente los pecados que los corintios estaban en peligro con los pecados que llevaron al derrocamiento de los israelitas. La idolatr�a, comer, beber y cometer fornicaci�n se refieren todos a tipos de pecado que los corintios pod�an cometer si no se manten�an perfectamente distintos de los paganos. (Ver 1 Corintios 6:12 .)

Versículo 8

Y cay� en un d�a veintitr�s mil. - En N�meros 25:9 la afirmaci�n es que perecieron veinticuatro mil. Se han hecho varios e ingeniosos intentos para reconciliar estos dos relatos de los n�meros reales. La explicaci�n que est� m�s en armon�a con el car�cter del escritor, y la naturaleza absolutamente no esencial del punto hist�ricamente, es, me atrevo a pensar, que o el Ap�stol cit� de memoria un hecho de poca importancia, o bien se refiri� a su cifras a alguna copia de la LXX., en la que los n�meros podr�an especificarse como aqu�.

Versículo 9

Tampoco tentemos a Cristo. - Mejor, tampoco tentemos al Se�or, como algunos de ellos tentaron y perecieron por las serpientes. Existe mucha controversia en cuanto a si la palabra aqu� es "Dios" o "Cristo" o "el Se�or", cada uno con una cierta cantidad de EM. apoyo. En general, la lectura adoptada aqu� (el Se�or) parece, seg�n la evidencia interna, haber sido probablemente la lectura verdadera.

Es posible que la palabra �Dios� se colara en el texto, habiendo sido puesta como una explicaci�n marginal para superar la supuesta dificultad que implica aplicar las palabras que siguen, �ellos tambi�n tentaron� a Cristo. �En qu� sentido se podr�a haber dicho que los israelitas tentaron a Cristo? Sin embargo, no hay raz�n para conectar "algunos de ellos tentados" (la palabra "tambi�n" no est� en el original) con el objeto de la cl�usula anterior: y es notorio que la segunda palabra traducida como "tentado" no es la igual que el primero.

"No tentar" es en el original una forma intensificada del verbo que se usa en su forma simple en "algunos de ellos tentaron". La lectura "Cristo" puede haber entrado en el texto como una explicaci�n de que con la palabra "Se�or", San Pablo se refer�a al Redentor.

El verdadero significado del pasaje, sin embargo, es evidente. Los israelitas, por su anhelo por las cosas dejadas en Egipto, hab�an probado a Dios de modo que Dios se hab�a afirmado al visitarlos con castigo, por lo que los cristianos deben estar en guardia, con tal advertencia ante ellos, para no tentar a su Se�or. anhelando esos placeres mundanos y f�sicos de los que �l los ha librado con Su muerte.

(Ver N�meros 21:4 .) Algunos de los cristianos corintios parec�an por su conducta, en cuanto a comer y beber y disfrutar de la sensualidad, anhelar esa libertad en referencia a las cosas que hab�an disfrutado antes de la conversi�n, en lugar de disfrutar de estas. bendiciones espirituales y alimentarse del sustento espiritual que Cristo les hab�a proporcionado.

Fueron destruidos por serpientes. - Mejor, y fueron destruidos por las serpientes. El art�culo antes de �serpientes� indica que la referencia es a un hecho particular y bien conocido.

Versículo 10

Ni murmur�is. - La referencia aqu� es a N�meros 16:41 , y el evento hist�rico al que se alude, es decir, la murmuraci�n de los israelitas contra los l�deres que Dios les dio, Mois�s y Aar�n, es an�logo a la murmuraci�n de los corintios contra su Ap�stol. , San Pablo. Es notable que St.

Pablo atribuye la muerte del pueblo al Destructor, es decir, al mensajero de Dios enviado para destruir, mientras que en N�meros se dice que perecieron por la "plaga". Cada pestilencia que azot� a las naciones para purificarlas fue un mensajero de Dios. As�, en Salmo 78:50 se dice que Dios entreg� "su vida a la pestilencia", de la que en �xodo 12:23 se habla de "el destructor".

Versículo 11

Les sucedi� por ejemplos. - Mejor, les pasaba t�picamente; y fue escrito para nuestra amonestaci�n. El verbo �sucedi� es plural, refiri�ndose a las ocurrencias multiplicadas que el Ap�stol acaba de mencionar; pero �escrito� es singular, refiri�ndose al registro sagrado en el que se transmiten los hechos hist�ricos. El Ap�stol no afirma que el prop�sito que Dios ten�a en vista al permitir estos pecados y juicios era que pudieran servir como "ejemplos" para las generaciones posteriores, como puede parecer a primera vista el significado del ingl�s, pero el verdadero El punto del pasaje es: Estas cosas que se les ocurrieron deben ser consideradas por nosotros, no simplemente como eventos hist�ricos interesantes, sino como si tuvieran un significado t�pico.

Su historial sigue siendo una advertencia permanente de que muchos pueden disfrutar de grandes privilegios y utilizarlos para su destrucci�n. Las bendiciones temporales de la naci�n jud�a presagian las mayores bendiciones espirituales de la Iglesia cristiana.

Los fines del mundo. - Mejor, los fines de los tiempos ( Mateo 13:39 ).

Versículo 12

Por qu�. - �sta es la conclusi�n pr�ctica de todo el asunto. Debemos mirar hacia atr�s en ese extra�o historial de espl�ndido privilegio y de terrible ca�da y aprender de �l la solemne lecci�n de la desconfianza en uno mismo. Conducidos por l�deres divinamente designados, eclipsados ??por la Divina Presencia, sostenidos por alimentos y bebidas divinamente dados, las vastas huestes de Israel hab�an pasado de la esclavitud de Egipto a la gloriosa libertad de los hijos del Dios viviente; sin embargo, entre todos aquellos que parec�an estar tan seguros en su relaci�n con Dios, pero unos pocos no cayeron.

Los cristianos, llamados a salir de una esclavitud m�s mortal a una libertad m�s gloriosa, corren el mismo peligro. El que piensa que est� seguro, mire mucho, no sea que caiga. La murmuraci�n contra sus maestros apost�licos, el anhelo de llegar tan lejos como pudieran en la indulgencia sin cometer un pecado real, eran indicaciones terriblemente significativas en la Iglesia de Corinto. Cuando sentimos que estamos empezando a sentir desagrado por aquellos que nos advierten contra el pecado, y cuando nos encontramos midiendo con min�scula casu�stica cu�l es la distancia m�s peque�a que podemos poner entre nosotros y alg�n objeto deseado de complacencia sin pecar realmente, entonces �el que piensa �l est� firme, mira que no caiga. "

Versículo 13

No te ha tomado ninguna tentaci�n. - Lo que se entiende por �tentaci�n com�n al hombre� (o mejor dicho, propia del hombre ) se explica m�s adelante como una tentaci�n que se puede �soportar�. De la advertencia y exhortaci�n del vers�culo anterior, el Ap�stol pasa a las palabras de aliento: "No necesitas estar desesperado ni desesperado". Dios permite la tentaci�n al permitir que surjan las circunstancias que crean la tentaci�n, pero se asegura de que ning�n Destino obstaculice el camino del retiro.

Con cada tentaci�n, abre un camino para escapar de ella. Y eso es as�, debe ser as�, porque Dios es fiel. El estado de salvaci�n al que Dios nos ha llamado ser�a un enga�o si existiera una dificultad insuperable para continuar en �l. En este vers�culo tenemos, quiz�s, la exposici�n m�s pr�ctica y, por lo tanto, la m�s clara que se puede encontrar de la doctrina del libre albedr�o en relaci�n con el poder dominante de Dios. Dios abre un camino, pero luego el hombre mismo debe caminar por �l. Dios controla las circunstancias, pero el hombre las usa. Ah� es donde radica su responsabilidad.

Versículo 14

Por tanto, amados m�os, huid de la idolatr�a. - Estas palabras muestran que a trav�s de todo el argumento y advertencia anteriores, el escritor tuvo en cuenta los peligros particulares que surgen de su contacto con el mundo pagano, y especialmente de la participaci�n en las fiestas de los sacrificios. No porque fueran enemigos, sino porque son sus �amados�, les hab�a escrito as�. Porque Dios es un Dios fiel, porque hace posible que usted escape de estos peligros y pecados, huya de la idolatr�a. No intente qu� tan cerca puede llegar de �l, sino qu� tan lejos puede llegar de �l.

Versículo 15

Hablo como a sabios. - Estas palabras no son hipot�ticas; implican el punto de vista desde el cual el Ap�stol ahora mira a sus lectores, es decir, competente para reconocer la fuerza de su argumento. Habi�ndoles advertido contra cualquier participaci�n en la idolatr�a, incluso aquellos que estar�an involucrados en participar en las fiestas de los sacrificios, por ser peligrosos para ellos, ahora procede a mostrar que tal participaci�n ser�a despectiva e incompatible con su uni�n con Cristo.

La identidad y la intimidad de esa uni�n se establece en primer lugar mediante una referencia a la Sagrada Comuni�n, en la que se expresan v�vidamente tanto la unidad de la Iglesia como su uni�n con Cristo.

Versículo 16

La copa de bendici�n que bendecimos. - En otros pasajes se menciona la copa despu�s del pan, y no, como aqu�, antes. El orden en el que se colocan aqu� se ha explicado de diversas formas, ya sea como surgiendo (Stanley) de la analog�a con las fiestas paganas, en las que la libaci�n ven�a antes de la comida, o (Meyer) porque el Ap�stol tiene la intenci�n de extenderse m�s. sobre el pan. El uso del plural "nosotros", en referencia tanto a la bendici�n de la copa como a la fracci�n del pan, indica claramente que fue en virtud de que �l representaba a toda la compa��a presente, y no como poseedor individual de alg�n don milagroso, que quien presidi� una Comuni�n realiz� el acto de consagraci�n.

Sobre todo el tema de las fiestas eucar�sticas en Corinto, v�anse Notas sobre 1 Corintios 11:17 . La comuni�n con el cuerpo y la sangre de Cristo se establece y afirma en esta participaci�n del pan y de la copa.

Versículo 17

Porque siendo muchos, somos un solo pan. - Mejor, porque es un solo pan, y nosotros, los muchos, somos un solo cuerpo, porque todos tomamos una porci�n de ese �nico pan. Este vers�culo explica c�mo �la fracci�n� del pan fue el acto significativo que expres� sacramentalmente la comuni�n del cuerpo de Cristo. Hay un pan, est� partido en muchos pedazos, y como todos (aunque cada uno recibe solo un fragmento) participamos del �nico pan que consta de estos pedazos, aunque muchos individuos somos un solo cuerpo, incluso el Cuerpo de Cristo con con quienes, as� como entre nosotros, tenemos comuni�n en ese acto.

Versículo 18

He aqu� Israel seg�n la carne , es decir, Israel en su aspecto meramente humano, no el Israel espiritual ( Romanos 2:28 ; G�latas 4:29 ; G�latas 6:16 ).

El sacrificio se dividi�: una porci�n ofrecida sobre el altar y una porci�n tomada y comida ( Deuteronomio 12:18 ; Deuteronomio 16:11 ): de modo que quien com�a una porci�n del mismo sacrificio participaba en com�n con (no "de", como en la traducci�n al ingl�s) el altar. Este es otro argumento en contra de participar de las fiestas paganas. No puedes hacerlo sin conexi�n con el altar pagano. El ejemplo de Israel lo prueba.

Versículo 19

�Qu� digo entonces? - Se podr�a haber argumentado a partir del vers�culo anterior que el Ap�stol admiti� que las ofrendas paganas y los �dolos a los que se ofrec�an eran tan reales como lo eran las ofrendas y el Ser a quien Israel erigi� el altar, mientras que en 1 Corintios 8:4 hab�a afirmado lo contrario.

Versículo 20

Pero digo. - Mejor, no; pero que las cosas que sacrifican, las sacrifican a los demonios y no a Dios.

La palabra "diablos" significa esp�ritus malignos. La Iglesia cristiana considera que el mundo pagano est� bajo el dominio del Esp�ritu maligno y sus emisarios ( Efesios 2:2 ; Efesios 6:12 ), y al recordarles a los corintios que en Israel un comedor de la carne del sacrificio se convirti� en participante con el altar de Dios, el Ap�stol quiso advertirles que, si participaban de las carnes de sacrificio ofrecidas en un altar de demonios, se convertir�an en part�cipes de ese altar y de los seres a los que pertenec�a el altar.

Versículos 21-22

No pod�is ... - Aqu� sigue la raz�n especial por la que el Ap�stol desea que no participen del vino derramado en libaci�n a los demonios, o de la mesa en la que la carne sacrificada a estos demonios se extend�a como alimento. Eso los privar�a de su participaci�n en la copa del Se�or y en la mesa sobre la que se coloc� la Cena del Se�or. Por supuesto, la imposibilidad era moral, no f�sica.

Entonces el Ap�stol agrega la pregunta de advertencia: �De hecho lo hace? �Haces lo que es moralmente imposible y provocas as� los celos de nuestro Dios celoso, que no tendr� una lealtad dividida? �Seguramente no somos m�s fuertes que �l? A tal pregunta no puede haber m�s que una respuesta. Estas palabras, que son el punto culminante del argumento, son naturalmente sugeridas por el pasaje de Deuteronomio ( Deuteronomio 32:15 ), que evidentemente estuvo en la mente del Ap�stol durante todo este argumento, conteniendo las impactantes palabras, �Roca de su salvaci�n ". �Ellos sacrificaron a los demonios y no a Dios�, y �lo provocaron a celos�.

Versículo 23

Todo me es l�cito. - El Ap�stol procede ahora a concluir, con algunas indicaciones y consejos pr�cticos, la cuesti�n del consumo de carne ofrecida a los �dolos, de cuyo tema inmediato la fuerte expresi�n del sentimiento personal en 1 Corintios 8:13 hab�a llevado a ramificarse en el varios aspectos de asuntos colaterales que lo han ocupado desde entonces, y a los cuales el tema tratado en 1 Corintios 10:14 de este cap�tulo, naturalmente hacen retroceder los pensamientos del escritor.

�l repite aqu� el gran principio de la libertad cristiana, "Todas las cosas me son l�citas" (ver 1 Corintios 6:12 ), pero insiste, como antes, que su aplicaci�n debe estar limitada por una consideraci�n (1) al efecto que cada la acci�n tiene sobre nosotros, y (2) su influencia sobre la Iglesia en general. ��Este acto tiende a mi propio beneficio espiritual? �Tiende a fortalecer a otros? " deber�an ser las reglas pr�cticas de la vida cristiana.

Versículo 24

Pero la riqueza de cada hombre es ajena. - Mejor, pero el uno para el otro es bueno. La palabra inglesa "riqueza", con el tiempo, ha llegado a tener un significado limitado, como no le pertenec�a originalmente. Por �riqueza� nos referimos ahora a las posesiones o ventajas temporales; originalmente significaba "bien", incluyendo m�s especialmente "bienestar moral", como en la colecta para la Reina en el Libro de Oraciones, "Conc�dele salud y riqueza para vivir".

Versículo 25

Todo lo que se vende en la ruina. - Aqu� est� la aplicaci�n pr�ctica del principio establecido. Cuando un cristiano ve carne expuesta a la venta en el mercado p�blico, perm�tale comprarla y comerla; no necesita hacer ninguna pregunta para satisfacer su conciencia sobre el tema. Parte de la carne que se hab�a utilizado con fines de sacrificio se vendi� posteriormente en los mercados. Los cristianos m�s d�biles tem�an que si inconscientemente compraban y com�an algo de esa carne, se contaminar�an.

La opini�n del Ap�stol es que una vez que se env�a al mercado p�blico se convierte simplemente en carne, y su uso anterior no le da importancia. Lo compras como carne y no como parte de un sacrificio. Por lo tanto, el consejo aqu� no est� en desacuerdo con el argumento anterior en 1 Corintios 10:20 . El acto que all� se condena como �participar de la mesa de los demonios� es comer carne de sacrificio en una de las fiestas que se dan en el patio del templo pagano, cuando la carne era una porci�n declarada y significativa del sacrificio.

Las palabras �por el bien de la conciencia� se han interpretado de diversas maneras en el sentido de: (1) No indagues, para que tu conciencia no se turbe, como lo ser�a si supieras que la carne se ha utilizado para el sacrificio; o, (2) No hagas preguntas, no sea que la conciencia de alguna persona d�bil se contamine si escuchan que es carne de sacrificio y sin embargo te ven comerla. Esta �ltima interpretaci�n debe ser rechazada, ya que el Ap�stol se�ala claramente en 1 Corintios 10:28 que aqu� ha estado hablando de la propia conciencia de la persona, y solo all� se procede a hablar de la conciencia de un hermano.

Versículo 26

La tierra es del Se�or ... - Todo alimento que la tierra produce o nutre es un regalo de Dios y, por lo tanto, es bueno. Era simplemente cuando se consideraba un sacrificio real que cualquier carne pod�a considerarse como "de demonios". Esta gran verdad, reconocida tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, es la raz�n de la declaraci�n anterior de que la conciencia no necesita entrar en el asunto en absoluto.

Versículo 27

Si alguno de los que no cree ... - �C�mo debe actuar un cristiano si un amigo pagano lo invita a una fiesta? �Deber�a preguntar si hubo carne de sacrificio en la fiesta y as� evitar comerla? No. Aqu� se aplica el mismo principio: no es necesario hacer ninguna pregunta.

Versículo 28

Pero si alguien ... - Sin embargo, si alg�n hermano d�bil presente se�ala que es carne de sacrificio, no comas por su bien y por el bien de la conciencia (ver 1 Corintios 10:29 ). Aqu� su libertad personal debe ser modificada por el principio mencionado en 1 Corintios 10:24 .

Si el hermano d�bil ve que usted come la carne que acaba de informarle que fue utilizada como sacrificio, su ejemplo puede guiarlo a comerla �l mismo, aunque el solo hecho de que �l le haya llamado la atenci�n demuestra que �l lo cree. mal, y por eso su conciencia est� contaminada.

La palabra ( hierothuton ) que se usa aqu� (seg�n el mejor manuscrito) para "ofrecido a un �dolo" es diferente de la palabra condenatoria ( eidolothuton ) que se usa en otros lugares; como cortes�a natural llevar�a a un cristiano a la mesa de un pagano a usar un ep�teto que no ser�a ofensivo para su anfitri�n. Una lecci�n de controversia: no oculte sus convicciones de conciencia, pero no las exprese en un lenguaje innecesariamente doloroso para su oponente.

La repetici�n de las palabras �La tierra es del Se�or�, etc., en este vers�culo es una interpolaci�n que no se encuentra en el mejor manuscrito, y tiende a interrumpir el pensamiento que se lleva a cabo en 1 Corintios 10:29 .

Versículo 29

Conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. - En el vers�culo anterior no hay nada que indique que la obligaci�n de no comer la carne en tales circunstancias surge de una consideraci�n de la ternura de la conciencia del otro. Aqu� se elimina cualquier peligro de error en cuanto a a qui�n se refiere la conciencia. Por supuesto (dice San Pablo) me refiero a su conciencia, no a la tuya. Porque los escr�pulos de ning�n otro hombre deben atar mi conciencia. Si bien la opini�n o la debilidad de otro nunca debe hacer que mi conciencia vacile de lo que sabe que es verdad, a menudo puede ser una raz�n para que sacrifiquemos en acto alguna indulgencia personal.

Versículo 30

Porque si por gracia participo. - Mejor, si participo agradecido, �por qu� se me habla mal por aquello por lo que doy gracias? Algunos que se oponen a la restricci�n de su libertad que implica el consejo que acabamos de dar podr�an formular esa pregunta. Para el objetor quejumbroso, el Ap�stol no da una respuesta definitivamente limitada. �l establece en los siguientes vers�culos los grandes principios que deben guiar toda la vida cristiana y por los cuales, por lo tanto, cada detalle de ella debe ser regulado.

Versículo 31

Por tanto, si com�is, o beb�is, o hac�is cualquier otra cosa. - Estas palabras abarcan toda la vida. Los actos definidos de comer y beber se mencionan expresamente ya que son el tema inmediatamente bajo consideraci�n. Sin embargo, deben ser regulados por el mismo principio que gu�a toda la vida verdadera. St.

Paul. Ning�n acto de la vida es en s� mismo religioso o secular. La calidad de cada acto depende del esp�ritu que lo gu�a y del motivo del que brota. Lo m�s com�n se puede hacer con un elevado esp�ritu cristiano. La mayor haza�a puede surgir de un motivo ego�sta y bajo. Un acto religioso realizado con esp�ritu secular es secular. Una cosa secular hecha con esp�ritu religioso es religiosa. Este es "el gran primer principio" de la vida cristiana.

Versículo 32

No se ofenda. - Una prueba pr�ctica de si alguna conducta es para la gloria de Dios. Si causa que alg�n ser humano ofenda, entonces no es para la gloria de Dios. Hasta ahora, San Pablo s�lo hab�a hablado de la edificaci�n de la Iglesia cristiana y de evitar cualquier ofensa a un hermano cristiano. Aqu� se ampl�a la esfera de la obligaci�n moral. Jud�os y griegos, as� como la Iglesia cristiana, deben ser objeto de nuestra solicitud cristiana.

Versículo 33

As� como complazco a todos los hombres ... Mejor, as� como en todas las cosas trato de complacer a todos los hombres, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos , es decir, toda la gran masa de hombres, y no, como el ingl�s parece implicar simplemente "un gran n�mero". Esta es la misma idea que "para todos soy hecho de todo". (Ver 1 Corintios 9:22 .)

Con el �ltimo vers�culo de este cap�tulo debemos conectar el primer vers�culo de 1 Corintios 11 , "H�ganse imitadores de m�, como yo soy de Cristo". Esta es la finalizaci�n de la exhortaci�n. El Ap�stol se refiere a su propio ejemplo, pero solo para llevar a sus lectores a Cristo como el gran ejemplo de Aquel �que no se agrad� a s� mismo� ( Romanos 15:3 ).

Su propio ejemplo es valioso en la medida en que es el ejemplo de alguien que se esfuerza por conformarse a la imagen de su Se�or. Con la menci�n del Ejemplo m�s santo y el Nombre m�s sagrado, todo este argumento y exhortaci�n alcanza su cl�max y conclusi�n naturales.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Corinthians 10". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-corinthians-10.html. 1905.