Bible Commentaries
1 Corintios 11

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Versículo 1

XI.

(1) Sed seguidores de m�. - Ver nota final sobre 1 Corintios 10 .

Versículo 2

Ahora te alabo. - Aqu� se introduce un nuevo tema, que ocupa hasta 1 Corintios 11:16 . La exhortaci�n del vers�culo anterior probablemente record� a la mente del Ap�stol que hasta cierto punto los corintios siguieron su ense�anza y ejemplo; y posiblemente en su carta, a la que ahora respond�a, se jactaba de su obediencia.

La reprimenda que est� a punto de administrar se introduce, con la cortes�a caracter�stica, con palabras de elogio. Si bien hay una semejanza de forma en el original en las palabras "imitadores" y "recordar", esta �ltima es m�s d�bil en su significado. Los exhorta a ser "imitadores". Los elogia solo por tenerlo presente en todas las cosas hasta el punto de obedecer ciertas instrucciones pr�cticas que les hab�a dado.

La palabra "ordenanzas", o tradiciones, aqu� se refiere a asuntos de disciplina cristiana (como en Hechos 16:4 ; 2 Tesalonicenses 3:6 ).

Versículo 3

Pero quiero que lo sepas.- Despu�s del elogio general en el vers�culo anterior, se introduce as� la reprimenda por descuidar o desear descuidar sus preceptos en un caso particular. El tema tratado, a saber, el descubrimiento de la cabeza por las mujeres en las asambleas para el culto, fue de un momento ef�mero y, como todos lo considerar�amos ahora, de importancia trivial. Sin embargo, toda circunstancia que pudiera, en lo m�s m�nimo, hacer que los principios del cristianismo fueran pervertidos o mal entendidos por el mundo pagano fue de vital importancia en aquellos primeros d�as de la Iglesia, y de ah� que encontramos al Ap�stol, quien ense�� los principios de la manera m�s intr�pida. de la libertad cristiana, condenando con la mayor seriedad toda aplicaci�n de esos principios que pudiera ir en detrimento de los mejores intereses de la fe cristiana.

La cabeza de todo hombre es Cristo. - El Ap�stol no se trata simplemente de la pr�ctica exterior sobre la que se ha buscado su consejo, sino que procede a establecer los principios que se oponen al principio de esa igualdad absoluta y esencial, que encontr� su expresi�n y afirmaci�n en la pr�ctica de mujeres descubriendo sus cabezas en asambleas p�blicas.

La alusi�n aqu� no es a Cristo como la Cabeza de todo el Efesios 1:22 humano y de todas las cosas (como en Efesios 1:22 ; Colosenses 1:16 ; Colosenses 2:10 ), sino como la Cabeza del "Cuerpo", el cristiano Iglesia: y este pensamiento introduce el argumento general con respecto a la subordinaci�n pr�ctica de la mujer, recordando a los corintios que aunque hay en la Iglesia una perfecta igualdad espiritual (como se ense�a en G�latas 3:28 ), sin embargo, es una igualdad que es de orden y no de desorden, que es una igualdad que s�lo puede conservarse recordando que cada uno no es un �tomo irresponsable aislado, sino una parte de un todo org�nico.

Hay una Cabeza en la Iglesia, por lo tanto, no es una m�quina compuesta de varias partes, sino un cuerpo que consta de varios miembros. As� como hay una subordinaci�n de todo el cuerpo a Cristo, tambi�n hay en ese cuerpo una subordinaci�n de la mujer al hombre. La �ltima cl�usula, �la Cabeza de Cristo es Dios�, da (como es la costumbre de San Pablo, ver 1 Corintios 3:23 ; 1 Corintios 8:6 ; 1 Corintios 15:25 ) completitud al pensamiento.

Como Cabeza de la Iglesia, es decir, como Jesucristo hombre, Cristo est� subordinado al Padre y, de hecho, tal vez la idea se lleve m�s all� en el misterio de la naturaleza divina misma, que consta de tres Personas co-eternas y co-igual, pero designado con una secuencia invariable como "primero", "segundo" y "tercero".

Versículo 4

Todo hombre orando o profetizando. - La referencia aqu� es a la oraci�n y la ense�anza p�blicas (la palabra �profetizar� se usa en su sentido menos restringido). El Ap�stol probablemente no alude a ning�n caso en Corinto donde un hombre haya participado en una reuni�n religiosa con la cabeza cubierta. La pr�ctica griega era que los hombres se descubrieran la cabeza cuando participaban en ceremonias religiosas (Grotius in loc.

). A esta pr�ctica se inclinar�a San Pablo, como costumbre nacional del pa�s, y tambi�n como caracter�stica de la distinci�n entre sexos que acaba de establecer. La ense�anza del Ap�stol sobre este tema es una ilustraci�n notable de cu�n completamente hab�a superado su antiguo prejuicio jud�o, y c�mo toda su naturaleza se hab�a leudado con la libertad del evangelio, porque era costumbre entre los jud�os que el hombre reza con la cabeza cubierta y el rostro velado con el Tallith, como expresi�n de su indignidad de hablar cara a cara con Dios.

Fue un conocimiento profundo de la naturaleza humana lo que permiti� al Ap�stol darse cuenta de c�mo un s�mbolo externo tender�a infaliblemente a modificar la doctrina, y c�mo la perpetuaci�n de tal costumbre en la Iglesia cristiana podr�a haber obstaculizado el pleno reconocimiento de la gran verdad de la Biblia. comunicaci�n personal y directa de cada alma individual con el Padre.

Deshonra su cabeza. - Deshonra su propia cabeza en cuanto es la parte de su cuerpo de la que Cristo ha tomado su t�tulo de �Cabeza del Cuerpo�, la Iglesia, y as� deshonra a su Cabeza Espiritual. incluso Cristo.

Versículo 5

Pero toda mujer que ora ... Del caso hipot�tico del hombre que ora o predica con la cabeza cubierta (que se mencion� primero para introducir la ant�tesis), el Ap�stol llega ahora al caso real del que tiene que tratar, es decir, la mujer descubriendo su cabeza. A primera vista, el permiso aqu� implicado para que una mujer ore y ense�e en p�blico puede parecer en desacuerdo con la ense�anza en 1 Corintios 14:34 , donde se le ordena guardar silencio, y el mandato en 1 Timoteo 2:12 , que las mujeres no deber�a �ense�ar.

En estos pasajes, sin embargo, se habla de la reuni�n p�blica de toda la Iglesia, y en ellos las mujeres deb�an guardar silencio, pero las reuniones de las que se habla aqu�, aunque p�blicas, a diferencia de las devociones privadas de los individuos, fueron probablemente solo reuniones m�s peque�as como las que se indican en Romanos 14:5 ; Colosenses 4:5 ; Filem�n 1:2 .

Algunos escritores han sugerido que el mandato en 1 Corintios 14:34 proh�be la pr�ctica que aqu� se supone que es permisible s�lo por el bien de la argumentaci�n; pero seguramente San Pablo no se habr�a ocupado �l y sus lectores aqu� con la discusi�n elaborada y meramente forense de las condiciones bajo las cuales se realizar�an ciertas funciones que estaba a punto de condenar posteriormente, como no permitidas bajo ninguna restricci�n.

Deshonra su cabeza. - Tanto entre jud�os como entre griegos, los largos cabellos de una mujer eran su gloria. Solo en tiempos de duelo ( Deuteronomio 21:12 ), o cuando se la condenaba por un pecado vergonzoso, se le pod�a cortar el cabello a una mujer.

Aqu�, nuevamente, la palabra "cabeza" debe tomarse en su doble significado. Una mujer con la cabeza descubierta deshonra esa cabeza a s� misma haci�ndola as� a la vista de los dem�s el tipo de verg�enza que en realidad no es de ella, y como su cabeza t�picamente es su marido, as� tambi�n lo deshonra a �l.

Versículo 6

Que ella tambi�n sea esquilada. - La fuerza de este argumento depende del hecho de que la cabeza de una mujer est� descubriendo ser�a considerado por otros como implicando la misma pena, ya que fue indicado por el pelo de ser cortado corto de una mujer ( es decir, esquilada), o totalmente eliminado ( es decir, afeitada) . Es como si el Ap�stol dijera: Si una mujer insiste en su derecho a orar y hablar en una asamblea con la cabeza descubierta, que lleve a cabo este principio hasta su resultado l�gico; que insista en su derecho a que le corten el pelo, para mostrar su igualdad con el hombre, �y qu� pensar�a de ella entonces! Ninguna mujer con una chispa de verg�enza pensar�a en hacer eso.

En consecuencia, admite que este principio de igualdad de sexos no se aplica en todos esos asuntos; y es il�gico argumentar a favor de cualquier principio general como si fuera de obligaci�n universal, cuando ustedes mismos admiten que no es aplicable en algunos casos.

Versículo 7

Para un hombre de verdad. - En 1 Corintios 11:4 el argumento en contra de que la cabeza de la mujer fuera descubierta se basaba en ( a ) la relaci�n de la mujer con el hombre, y ( b ) la relaci�n del hombre con Cristo en la Iglesia. En los tres vers�culos siguientes, 1 Corintios 11:7 , se cambia el fundamento del argumento y se llega a la misma conclusi�n al revisar ( a ) la relaci�n de la mujer con el hombre y ( b ) la relaci�n del hombre con Dios. en la Creaci�n f�sica.

La forma externa de este argumento es la misma que se adopt� anteriormente. El Ap�stol declara primero lo que el hombre no debe hacer y luego, a la inversa, lo que debe hacer la mujer. El Ap�stol aqu� retoma el orden de la creaci�n mencionado en G�nesis 1:2 , y el argumento es as�: - El hombre fue hecho a imagen de Dios, y es la gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre (porque la mujer fue hecha del hombre, y tampoco el hombre fue creado a causa de la mujer, sino la mujer para - i.

e., como ayuda-encuentro para - hombre). Por lo tanto, el hombre, como ser creado, seg�n el orden aceptado de la creaci�n, es el representante directo de Dios, y la mujer el representante directo del hombre (y s�lo indirectamente y a trav�s de �l de Dios). La igualdad espiritual entre marido y mujer no altera esta relaci�n y, por tanto, debe condenarse cualquier intento de destruir su expresi�n exterior, ya que pronto conducir�a a la aniquilaci�n del hecho mismo.

Debe recordarse a lo largo de este pasaje (y le da un mayor �nfasis a la alusi�n a Ad�n y Eva) que San Pablo solo est� hablando de mujeres casadas; es muy improbable que hubiera ocurrido alg�n caso de una mujer soltera que intentara tal un ultraje al sentimiento social y las costumbres nacionales. Las mujeres griegas, cuando estaban en p�blico (excepto las de car�cter manifiestamente malo), usaban un velo o se cubr�an la cabeza con el peplum o chal.

Versículo 10

Por eso la mujer debe tener poder sobre su cabeza. - Las dos cl�usulas que componen este vers�culo son, quiz�s, los dos pasajes m�s dif�ciles del Nuevo Testamento y, en consecuencia, han dado lugar a una variedad casi infinita de interpretaciones. �Qu� significa, en primer lugar, que la mujer tiene "poder sobre su cabeza"?

1. Ha habido muchas �algunas de ellas muy fant�sticas� sugerencias de que la palabra poder ( exousia ) puede haber aparecido en lugar de alguna otra palabra por el error de alg�n copista; o que la palabra usada por San Pablo puede haber sido exiousa - "Cuando sale en p�blico"; o dos palabras ( ex ousias ) - "de acuerdo con su naturaleza". Sin embargo, todas las explicaciones que requieran una alteraci�n en el texto griego del pasaje deben dejarse de lado, porque (1) no hay manuscrito.

evidencia alguna para sustentar cualquier lectura que no sea la ordinaria, exousian; y (2) cualquier alteraci�n de una palabra dif�cil o inusual habr�a sido naturalmente en una palabra que simplificar�a el pasaje, mientras que aqu�, si se ha producido una alteraci�n, ha sido insertar una palabra que ha aumentado la oscuridad de un pasaje dif�cil .

2. Se ha sostenido que la palabra exousia aqu� significa el signo de poder, es decir, un velo, que es el s�mbolo del poder del marido sobre la esposa. La objeci�n fatal a este punto de vista, sin embargo, es que la exousia expresa nuestro propio poder, y no el poder que otro ejerce sobre nosotros. Es una palabra usada frecuentemente por San Pablo en este sentido. (Ver 1 Corintios 8:9 ; 1 Corintios 9:4 ; 1 Corintios 9:12 ; 1 Corintios 9:18 .

) Cualquiera que sea la interpretaci�n, por lo tanto, que le demos a este pasaje, debe ser consistente con esta palabra siendo interpretada en el sentido de alg�n �poder� que la mujer misma tiene, y no alg�n poder ejercido sobre ella por su esposo.

La mayor�a de los comentaristas han citado un pasaje de Diodorus Sic. I. 47, en el que la palabra griega �reino� ( basileia ) se usa para significar �corona�, como una ilustraci�n del uso de la palabra que indica la cosa simbolizada por el s�mbolo mismo. El paralelismo entre ese uso de la palabra reino y el uso aqu� de la palabra "poder" ha sido negado muy positivamente (Stanley y otros), sobre la base de que el "uso del nombre de la cosa significaba para el s�mbolo, aunque natural cuando el poder del que se habla pertenece a la persona, ser�a antinatural cuando se aplica al poder ejercido sobre esa persona por otra persona ". Pero el paralelismo se mantendr� si podemos referir el "poder" aqu� a alg�n s�mbolo de un poder que pertenece a la mujer misma.

Si tenemos en cuenta el uso constante del Ap�stol de palabras con un doble significado, o m�s bien con un significado tanto obvio como sutilmente impl�cito, y si tambi�n recordamos la referencia que se hace a la abundancia de cabello de una mujer en 1 Corintios 11:5 , y la referencia adicional al cabello largo de una mujer en 1 Corintios 11:14 , donde el cabello de la mujer, dado por la naturaleza, y el uso de un velo se usan como pensamientos casi id�nticos, creo que podemos, creo, Concluya que el �poder� del que se habla aqu� es ese cabello largo que se llama en 1 Corintios 11:15 su �gloria�.

Es notable que Calistrato use dos veces esta palabra exousia en relaci�n con el cabello para expresar su abundancia. Para los jud�os, el recuerdo de la historia de Sans�n habr�a dado a la palabra "poder", aplicada al cabello, un significado notable. Desviarse as� abruptamente en medio de un largo pasaje en el que se impone la subordinaci�n de la mujer, y hablar s�bita y v�vidamente de su �poder�, ser�a eminentemente paulino.

En los escritos del Ap�stol, el pensamiento de inferioridad y superioridad, de gobernante y servidor, es frecuente y casi parad�jicamente considerado y reforzado como id�ntico. Servir porque tu gobiernas; ser d�bil porque en otro sentido eres fuerte, son pensamientos sorprendentemente combinados una y otra vez en las Ep�stolas de San Pablo. Por lo tanto, me lo imagino aqu� repentinamente volvi�ndose a un lado y diciendo: he estado hablando de su esclavitud y subordinaci�n, debido a esto, debe tener una cubierta (un velo o cabello largo) en la cabeza como una se�al, y sin embargo eso mismo que es el s�mbolo de tu sujeci�n al hombre es el signo de tu belleza y "poder" como mujer.

Por los �ngeles. - �Por qu� una mujer debe tener la cabeza cubierta (ya sea con su velo natural de cabello o con un velo artificial cubriendo su rostro) debido a los �ngeles? Las mismas objeciones que ya se han expresado a cualquier alteraci�n del texto griego habitual de la cl�usula anterior de este vers�culo se aplican igualmente aqu�. El MS. La evidencia es un�nime a favor de la palabra "�ngeles", ni podemos aceptar ninguno de los significados figurativos adjuntos a la palabra �ngel como "el presidente" (ver Apocalipsis 2:1 ), o "mensajero", enviado por los enemigos para ver qu� tuvo lugar contrariamente a la costumbre general en esas asambleas. Debemos tomar la palabra "�ngel" en su sentido ordinario y general.

Que los �ngeles estuvieran presentes en las asambleas para la adoraci�n era una idea que prevalec�a entre los jud�os ( Salmo 138:1 , en la LXX.), Y los cristianos los consideraban como "esp�ritus ministradores" ( Hebreos 1:14 ), sin duda. su presencia se realizar�a en las reuniones de cristianos.

Ya hemos visto que el Ap�stol en su argumento sobre la relaci�n de los sexos entre s� ( 1 Corintios 11:7 ), se refiere a los primeros tres cap�tulos del G�nesis como ilustrando y reforzando esa relaci�n. Qu� m�s natural que que sus pensamientos debieran haber ido a 1 Corintios 6 del mismo libro, donde est� el registro de los �ngeles (en la LXX.

la palabra traducida como "hijos de Dios" es "los �ngeles" - angeloi ) habiendo estado enamorados de la belleza de las mujeres y, por lo tanto, habiendo ca�do de su alto estado. Este relato de "la ca�da de los �ngeles" se menciona m�s de una vez en otras partes del Nuevo Testamento (ver Judas 1 Corintios 11:1 ; 2 Pedro 2:4 ), y a trav�s de las interpretaciones rab�nicas habr�a sido familiar para S.

Conversos de Pablo. Sin expresar necesariamente en absoluto su creencia en la exactitud hist�rica de esta visi�n legendaria de la ca�da de los �ngeles, San Pablo podr�a usarla como argumento con aquellos que s� la creyeron (como en el caso de la Roca. Ver 1 Corintios 10:4 y nota all�). �Crees que ser�a St.

El llamamiento de Pablo a estas mujeres - que una vez, al ver la belleza de las hijas de los hombres, los santos �ngeles cayeron - incluso ese pensamiento deber�a hacerte sentir que no es correcto para ti estar sin un velo (del cual tu � poder sobre tu cabeza �, es decir, tu cabello, es el tipo) en aquellas asambleas donde los �ngeles est�n presentes como esp�ritus ministradores de Dios.

Meyer y otros han insistido en que la palabra "�ngeles", en el Nuevo Testamento, siempre significa �ngeles buenos, y en ese sentido lo considerar�a aqu�, porque el pensamiento seguramente es que son �ngeles buenos. y, por tanto, no debe ser tentado. Supongo que la idea tambi�n era que los �ngeles ca�dos eran "buenos" antes de su ca�da.

Versículo 11

Sin embargo ... - A continuaci�n se presentan unas palabras de advertencia, no sea que la previa declaraci�n expresa de la subordinaci�n de la mujer al hombre pueda resultar exagerada o pervertida. Esta misma subordinaci�n de un sexo al otro implica una conexi�n mutua y no un aislamiento de cada sexo. La mujer no es independiente, sino dependiente del hombre "en el Se�or" , es decir, en la econom�a cristiana.

Versículo 12

Porque como la mujer es del hombre. - Una apelaci�n al acto original de la creaci�n prueba la verdad de la declaraci�n anterior de la interdependencia de los sexos. Si ya ( 1 Corintios 11:7 ) el hecho de que la mujer haya sido sacada del hombre se us� como argumento para probar su subordinaci�n, ahora se une al hecho del origen de la mujer otro hecho del nacimiento perpetuo del hombre. de la mujer, para mostrar que hay una relaci�n mutua.

La primera mujer fue hecha de hombre; por tanto, la mujer depende del hombre. Todo hombre ha nacido de mujer; por tanto, el hombre no es independiente de la mujer. En el griego, la palabra traducida "de" representa un acto finito - la palabra traducida "por" un proceso continuo.

Pero todas las cosas de Dios. - As�, como de costumbre, San Pablo completa el pensamiento remontando todo a Dios. Los procesos mediadores de su origen pueden diferir, pero la fuente de su ser es com�n: ellos, y todos los seres, y todas las cosas, y la secuencia de todas las cosas provienen de Dios. (V�ase 1 Corintios 8:6 ; Romanos 11:36 ; 2 Corintios 5:18 .)

Versículo 13

Juzguen ustedes mismos. - En este y en los dos vers�culos siguientes el Ap�stol razona con ellos - apela a su propio sentido com�n, y a las indicaciones de la Naturaleza, en cuanto a la verdad evidente de lo que les ha ense�ado sobre esta cuesti�n. �Seguramente no pensar�a usted que es apropiado que una mujer (dejando de lado la cuesti�n de los hombres y los �ngeles) hable cara a cara con Dios en oraci�n?

Versículo 14

La naturaleza misma. - Esto puede significar "el sentido innato nativo de lo que es digno" en contraste con la revelaci�n; o puede significar la disposici�n ordinaria y evidente de las cosas en la creaci�n. Probablemente el primero es el verdadero significado del pasaje que se refiere al hecho de que los paganos que no ten�an una revelaci�n directa hicieron (al considerar el cabello largo como la gloria de una mujer) "por naturaleza" las cosas contenidas en la Ley ( Romanos 11:14 ) .

Versículo 15

Pero si una mujer tiene el pelo largo, es una gloria para ella. - Debemos seguir las sugerencias de la naturaleza. Si una mujer tiene el cabello naturalmente largo, que se le da para cubrir su cabeza, cubrirse la cabeza no puede ser una verg�enza para ella; por tanto, que lleve un velo. "La voluntad debe corresponder a la naturaleza".

Versículo 16

Pero si alg�n hombre parece ser contencioso. - Terminada la argumentaci�n y la apelaci�n a su propio sentido com�n, el Ap�stol a�ade ahora que si, despu�s de todo, alguien contin�a discutiendo el asunto de manera cautiva y no est� satisfecho con la raz�n dada, la respuesta a tal Debe ser simple: Nosotros, los Ap�stoles y las iglesias de Dios, no tenemos la costumbre de que las mujeres oren y ense�en con la cabeza descubierta.

Se ha sugerido que la palabra "costumbre" se refiere, no al descubrimiento de la cabeza, sino a la "contienda" que se acaba de mencionar. Pero la primera interpretaci�n parece m�s natural; y el objetivo del Ap�stol aqu� no es tanto censurar meramente el esp�ritu contencioso, sino mostrar c�mo se debe tratar a tal objetor. Se nota que la apelaci�n se hace a la pr�ctica de las iglesias (plural), no a la Iglesia.

Por tanto, no es la autoridad de la Iglesia como tal lo que se cita, sino la uniformidad de la pr�ctica en las diversas iglesias cristianas a la que se apela. La Iglesia de Corinto no tiene derecho a ser excepcional.

Ser�a bueno hacer dos observaciones generales sobre el alcance y el alcance de este notable pasaje.

1. Como San Pablo ense�� con respecto a la esclavitud ( 1 Corintios 7:21 ) que el objetivo del cristianismo no era borrar repentinamente los arreglos pol�ticos existentes, tambi�n ense�a aqu� que el cristianismo no busc� borrar estas distinciones sociales que eran universalmente reconocidas. Sabemos ahora cu�n poderoso instrumento ha sido la religi�n de Cristo para elevar la condici�n social de la mujer, pero esto se ha logrado fermentando gradualmente al mundo con principios cristianos, y no mediante una revoluci�n externa repentina.

Los argumentos y las ilustraciones que el Ap�stol emplea aqu� tienen una aplicaci�n m�s duradera y m�s amplia que el caso particular al que los aplic�. Se han escrito "para nuestro aprendizaje", as� como para la instrucci�n de aquellos a quienes se dirigieron originalmente. Y la lecci�n que nos ense�an es que el cristianismo no vino a la mujer sin sexo, sino para criarla, dignificarla y ennoblecerla como mujer, para abolir para siempre sus males reales, pero no para ceder a un clamor revolucionario por derechos imaginarios.

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento enfatizan la verdad de que (como se ha dicho curiosa y verdaderamente) �la mujer no fue hecha de la cabeza del hombre para ser su gobernante, ni de sus pies para ser su esclava, sino de su lado para ser su igual, y de debajo de su brazo fuerte para exigir su protecci�n ".

2. La influencia de la instrucci�n de San Pablo en cuanto a que las mujeres no se descubran la cabeza en el culto p�blico ha perdurado mucho despu�s de que la necesidad de esa expresi�n particular de su relaci�n con el hombre haya desaparecido. Si bien, en las edades sucesivas, una y otra vez, algunos han olvidado los principios de la ense�anza, que son eternos, la aplicaci�n particular de ellos, que fue s�lo temporal, se ha observado continua y universalmente.

Seguramente esta es una ilustraci�n y evidencia de la Sabidur�a Divina que impidi� a los escritores apost�licos, por regla general, establecer instrucciones minuciosas para la adoraci�n o f�rmulas dogm�ticas de fe. Los hombres, en una obediencia servil a las reglas, habr�an olvidado pronto y por completo los principios vivos en los que se basaban. Hasta el d�a de hoy, la costumbre universal en los lugares de culto cristianos de que las mujeres sean cubiertas y los hombres descubiertos, y la creciente revuelta contra el reconocimiento de la subordinaci�n de la mujer al hombre, de la cual esa pr�ctica fue originalmente el s�mbolo declarado, es una prueba contundente de c�mo el mismo esp�ritu, que llev� a los jud�os de anta�o a ser escrupulosos en la observancia de ciertas ordenanzas externas, mientras olvidaba los asuntos m�s pesados ??de los que deb�an ser la expresi�n externa, no era meramente una debilidad jud�a sino humana.

Versículo 17

Ahora, en esto que les declaro ... - Mejor, ahora les doy este mandamiento, sin alabarlos porque se unen no para mejor, sino para peor. Estas palabras conducen del tema que ha ido antes a otro y diferente abuso de la libertad en las asambleas p�blicas, del que ahora va a hablar el Ap�stol. Evidentemente, hubo tres grandes abusos que se hab�an infiltrado en la Iglesia: 1.

El descarte por parte de las mujeres de la cobertura de sus cabezas. Esto solo concierne a un sexo y se ha tratado en la primera parte de este cap�tulo. Los otros dos afectan a ambos sexos. 2. Los des�rdenes en la Cena del Se�or. 3. El mal uso de los dones espirituales. El primero de estos ocupa el resto de este cap�tulo, mientras que el segundo se analiza en 1 Corintios 12:1 .

Interpretar la palabra griega "Yo declaro", como en la versi�n autorizada, y as� hacer que se refiera a lo que est� a punto de seguir, da una completitud m�s l�gica al pasaje, pero apenas se permite, ya que la palabra griega en otros lugares siempre significa un mandato distinto ( 1 Corintios 7:10 ; 1 Tesalonicenses 4:11 ; 2 Tesalonicenses 3:6 ; 2 Tesalonicenses 3:10 ; 2 Tesalonicenses 3:12 , et al.

). Otros han sugerido que San Pablo anticipa en el pensamiento la direcci�n pr�ctica que ocurre en 1 Corintios 11:34 , y la alude aqu� en las palabras, "Esto te mando". Este punto de vista est� abierto a las objeciones (1) que a�sla completamente 1 Corintios 11:17 de 1 Corintios 11:16 , mientras que el griego evidentemente insin�a una conexi�n entre ellos; (2) que no es natural separar la declaraci�n hasta ahora del mandato al que se refiere. Es mejor considerar estas palabras como se dieron arriba, formando una especie de istmo intelectual que conecta los dos amplios campos de pensamiento que abarcan las porciones anteriores y posteriores del cap�tulo.

No te alabo. Esto lleva el pensamiento a 1 Corintios 11:2 , y muestra que el elogio expresado all� sigue siendo el punto de partida del escritor, o m�s bien el punto de partida desde el que procede a censurar.

Que os un�is. - Aunque en la versi�n en ingl�s se inserta la palabra �you� (�no te alabo �), no aparece en el griego. El pasaje no es, "No te alabo porque, etc.", sino, "No alabo tu uni�n no para mejor, sino para peor". Estas palabras introducen el nuevo tema que sigue.

Versículo 18

Primero que nada. - En vano buscamos el "segundo", que, en un tratado perfectamente sistem�tico, debe seguir a este "primero". Algunos escritores sostienen que 1 Corintios 11:18 forman el primer punto, y 1 Corintios 11:20 el segundo.

Sin embargo, no hay indicios de que se introduzca un nuevo tema con 1 Corintios 11:20 , pero la repetici�n de las palabras "reun�os" lleva la mente de inmediato al "reun�os" en 1 Corintios 11:18 , y indica la continuaci�n del tema que all� comenz�, y del cual el Ap�stol, al mencionar la palabra �divisiones�, por un momento se apart� entre par�ntesis.

Es mejor considerar que el �primer punto� es el abuso de la Cena del Se�or, que se trata de manera m�s inmediata; y el "segundo punto", el abuso de los dones espirituales, comenzando con 1 Corintios 12:1 . Son dos ramas de un tema general, a saber, "Irregularidades en las asambleas religiosas", y aunque la �ltima no est� conectada con la primera por un "segundo" definido, hay una indicaci�n verbal suficiente de que se aborda un segundo tema. .

Es bueno recordar en este y otros casos similares que esto no es un tratado, sino una carta, y no solo una carta, sino una respuesta a una carta, y que si tuvi�ramos una copia de la ep�stola a la que esta es una respuesta , muchos puntos de secuencia y disposici�n, que en las actuales dificultades actuales, ser�an tan claros para nosotros como lo fueron para aquellos que originalmente recibieron esta ep�stola.

Cuando os reun�s en la iglesia. - La referencia aqu� no es a una localidad, sino al car�cter de la asamblea, como deber�amos decir "en la iglesia" o "en el parlamento". El esp�ritu de facci�n, que ya se ha tratado en la primera parte de esta ep�stola, como omnipresente en la sociedad cristiana, hab�a invadido las asambleas cristianas.

En parte lo creo. - Estas palabras est�n llenas de la cortes�a y la caridad tan caracter�stica del Ap�stol; y nos sugieren a todos una lecci�n con respecto a nuestra creencia de informes malvados, incluso cuando nos comunican con "la mejor autoridad". La pr�ctica general es creer un poco m�s de lo que nos dicen. San Pablo crey� solo una parte de lo que le dijeron.

Versículo 19

Porque tambi�n debe haber herej�as. - Mejor, porque tambi�n debe haber sectas. Ha habido muchos intentos de explicar d�nde radica la diferencia entre las "divisiones" del vers�culo anterior y las "sectas" de este vers�culo. De todo lo que sabemos de la Iglesia Apost�lica, est� claro que ninguna de estas palabras puede significar sectas separadas de la Iglesia, sino �partidos� en la Iglesia. Cristo hab�a predicho ( Mateo 18:7 ) que deb�an surgir �esc�ndalos� o �esc�ndalos� en la Iglesia, y es posible que nuestro Se�or en alguna ocasi�n los llamara �sectas� (Justino M�rtir atribuye el uso de esta misma palabra a nuestro Se�or); y St.

Pablo, posiblemente, usa la palabra aqu� porque fue la que tradicionalmente se inform� que fue usada por Cristo en algunas de sus declaraciones no registradas. Cristo ha predicho que en la econom�a divina del permiso surgir�n tales divisiones. Est�n permitidos porque este es un estado de juicio continuo; y la existencia de tales "ofensas" ser� el medio de Dios para manifestar a los que est�n libres de ofensa y a los que no lo son.

Versículo 20

Por tanto, cuando os reun�s en un mismo lugar, esto no es para comer la Cena del Se�or. - Mejor, por tanto, cuando os reun�s en el mismo lugar, no es para comer la cena dedicada al Se�or. Con respecto a 1 Corintios 11:19 como un par�ntesis, la palabra "por tanto" conecta esto con 1 Corintios 11:18 .

Al haber divisiones entre ustedes, no es posible que cuando se re�nan como cuerpo de la Iglesia ("en el mismo lugar" es equivalente a "en la iglesia" de 1 Corintios 11:18 ) para participar de esa cena que est� dedicada a la Se�or. La comida completa, o "fiesta de caridad" ( Judas 1:12 ), se distingu�a de otras comidas por estar unida con la Cena del Se�or.

A estas fiestas de caridad los cristianos tra�an contribuciones de alimentos - los ricos de su abundancia, los pobres lo que pod�an pagar - y la comida as� proporcionada era compartida por todos. Las palabras griegas en este vers�culo para "Cena del Se�or" son m�s generales ( kuriakon deipnon ) que las que se usan en 1 Corintios 11:27 y en 1 Corintios 10:16 ; 1 Corintios 10:21 ( kuriou ). Toda la comida se dedic� al Se�or en virtud de su uni�n con la Cena sacramental del Se�or.

Versículo 21

Para. - Aqu� sigue una descripci�n de la conducta y el modo de proceder en esta fiesta, que hace imposible, como se dice en 1 Corintios 11:20 , que sea una Cena del Se�or. Cada uno agarra con avidez (toma antes de que se haga la distribuci�n) lo que ha tra�do consigo y se lo apropia para su uso individual, en lugar de convertirlo en una contribuci�n al suministro general y com�n.

Cada uno viene a comer su propia cena, y no la Cena del Se�or. Y el resultado es que mientras un pobre, que no ha podido traer lo suficiente para s� mismo, se queda sin comer, un rico, bebiendo el vino que trajo y que no ha compartido con otros, se emborracha. (Ver nota sobre 1 Corintios 11:34 .)

Versículo 22

�Qu�? �No ten�is casas ...? - Mejor, � seguro que no es que no tienes casas para comer y beber? �sta no puede ser la explicaci�n de su conducta, pues tienen casas en las que pueden disfrutar de sus propias comidas. El hambre y la sed, que pueden satisfacerse en casa, por lo tanto, no pueden ser la explicaci�n de su conducta en las fiestas de caridad. La �nica otra explicaci�n alternativa, por lo tanto, es que desprecian una asamblea que es la Iglesia de Dios; y avergonzaron a los miembros pobres, que sin duda eran la mayor�a, que no tienen casas donde comer y beber, y se han reunido en esta asamblea com�n de cristianos para compartir la comida que los miembros m�s ricos deber�an comer. contribuir.

La verg�enza que sentir� un pobre cuando los ricos vengan a estas fiestas trayendo provisiones para su uso privado y no para la distribuci�n general, surgir� tanto del sorprendente contraste que resultar� tanto m�s v�vidamente de que su pobreza sea tra�da a su pa�s. ese contacto directo con la riqueza de los ricos, y de la evidente aversi�n de los ricos a participar de una comida com�n con los pobres.

As�, esas asambleas, a trav�s de la mala conducta de los cristianos m�s ricos, tendr�n precisamente el resultado opuesto al que se pretend�a lograr. Ser� una asamblea en un solo lugar, pero no para participar de una sola cena, incluso la que est� dedicada al Se�or. El Ap�stol pregunta indignado si tal conducta puede incluirse en el cat�logo (ver 1 Corintios 11:17 ) de aquellas cosas por las que puede alabarlos, y luego en los siguientes vers�culos muestra c�mo tal conducta no puede ser digna de alabanza, por cuanto est� completamente en desacuerdo con las circunstancias solemnes y sagradas en las que se origin� la Cena del Se�or.

Versículo 23

Porque he recibido del Se�or. - Mejor, porque recib� del Se�or. �Implican estas palabras que San Pablo tuvo una revelaci�n directa de Cristo de las palabras y los hechos que ahora recuerda, o simplemente que sab�a por los relatos que le dieron otros que hab�an estado presentes, lo que sucedi� en esa memorable y solemne ocasi�n? ?

Toda la estructura del pasaje parece implicar que lo que sigue fue recibido por San Pablo directamente de Cristo, y que no est� apelando a una tradici�n bien conocida, en cuyo caso apenas habr�a usado el singular, �Recib� , �Ni a algo que hab�a aprendido de los otros Ap�stoles, en cuyo caso no habr�a dicho� yo �enf�ticamente (la palabra se enfatiza por expresi�n en el griego), ni� del Se�or �, porque los otros Ap�stoles hab�an no recibieron su conocimiento de estos hechos �del Se�or�, sino de su propia observaci�n y o�do.

No se nos dice c�mo Cristo comunic� estas verdades a su nuevo ap�stol. El m�todo de comunicaci�n (ya sea en trance, en estado de �xtasis o de cualquier otra manera sobrenatural) no parece causar dudas o dificultades a aquellos a quienes el Ap�stol les transmiti� la informaci�n que le fue otorgada milagrosamente.

Lo que tambi�n os entregu�. - El Ap�stol no comunicaba ahora por primera vez estos hechos solemnes a los corintios. �l les hab�a dicho todo esto antes y, por lo tanto, estaban pecando contra el conocimiento cuando degradaron una fiesta que sab�an que era tan solemne para un prop�sito tan indigno.

A continuaci�n sigue un relato de la instituci�n de la Cena del Se�or, que, en comparaci�n con los relatos dados en los relatos del Evangelio (ver Mateo 26:26 ; Marco 14:22 ; Lucas 22:19 ), posee algunas caracter�sticas dignas de menci�n.

Los evangelistas (San Mateo y San Marcos) escribieron sus relatos muchos a�os despu�s del incidente y registraron lo que recordaban haber observado y o�do. San Pablo escribe aqu�, dentro de muy pocos a�os en todos los eventos de haberlo recibido, un relato de lo que hab�a sido comunicado directamente por el Se�or. Este fue tambi�n probablemente el primer registro escrito de lo que ocurri� en esa noche solemne.

El hecho de que la narraci�n de San Lucas concuerde m�s estrechamente con la de San Pablo, implicar�a, no como insin�an algunos cr�ticos racionalizadores, que San Pablo estaba en deuda con San Lucas; pero que San Lucas valoraba mucho una cuenta que su compa�ero hab�a recibido directamente del Cristo glorificado. Las �nicas diferencias de importancia entre la narrativa de San Lucas y San Pablo son: (1) San Lucas escribe "dado para ti"; S t.

Pablo omite la palabra "dado" (ver Nota sobre 1 Corintios 11:24 ). (2) San Lucas omite las palabras �haced esto todas las veces que lo beb�is�, despu�s de la entrega de la copa; pero las insin�a al afirmar que la copa se le dio "de la misma manera" al pan, en relaci�n con el cual registra estas palabras. La sugerencia de que St.

Lucas copi� su relato de la �ltima Cena de esta Ep�stola es una mera especulaci�n, y en el m�s alto grado improbable. Si ese evangelista hubiera usado esta ep�stola al escribir su evangelio, �es probable que se hubiera contentado con dar el relato algo escaso de las apariciones de nuestro Se�or despu�s de su resurrecci�n, cuando ten�a a la mano el registro mucho m�s amplio de la aparici�n a los 500 a�os? hermanos y a Santiago, que contiene esta ep�stola? ( 1 Corintios 15 )

En todas las narraciones, sin embargo, los contornos de la escena son los mismos. No puede haber ning�n error en cuanto a que todos son verdaderos y (como demuestran las discrepancias menores) registros honestamente independientes de una escena hist�rica real. Vale la pena se�alar que en las acaloradas controversias que se han suscitado en torno a la fiesta eucar�stica en cuanto a su significado espiritual, su valor probatorio se ha perdido con frecuencia de vista.

Si la Traici�n y la Crucifixi�n no son hechos hist�ricos, �c�mo podemos explicar la existencia de la Fiesta Eucar�stica? He aqu� una ep�stola cuya autenticidad la cr�tica m�s penetrante y despiadada nunca ha cuestionado. Tenemos evidencia de la existencia de esta fiesta y su conexi�n con eventos que ocurrieron solo veinte a�os antes. Si tenemos en cuenta que los Ap�stoles eran jud�os, y sin embargo hablaban de ese vino que beb�an como "sangre", que estaban amorosamente dedicados a la persona de Cristo, y sin embargo hablaban de ese pan que com�an como Su "carne". - �Puede la imaginaci�n m�s salvaje concebir que esa pr�ctica se haya originado en ellos mismos como su rito religioso m�s solemne, y la expresi�n m�s profunda de su amor por su Se�or? �Podr�a algo m�s que el registro dado en la narraci�n del Evangelio posiblemente explicar que tal ceremonia ocupara un lugar as� en una secta compuesta por jud�os cristianizados? Una oscura conspiraci�n como la de Catilina podr�a haber elegido el sabor de la sangre humana como s�mbolo del odio sanguinario de los conspiradores hacia todo el orden y la vida humanos; pero un grupo de hombres como los primeros cristianos ciertamente no podr�a haber tomado tal decisi�n por su propio pensamiento y haberla proclamado p�blicamente.

Y si esto es cierto, si Jes�s, la noche antes de una muerte ignominiosa, instituy� este extra�o y solemne rito, que ha sido transmitido siglo tras siglo en una continuidad ininterrumpida, �puede esa previsi�n en cuanto al futuro de su Iglesia ser asignada a alguien que fue menos de lo que la cristiandad dice que es su Se�or? Cuando Cristo muri�, sus ap�stoles dieron todo por perdido y regresaron con tristeza a su antiguo trabajo como pescadores; La cristiandad no fue una ocurrencia tard�a de los ap�stoles, sino la previsi�n del Se�or.

La misma noche en que fue traicionado. - Estas palabras implican que la historia de la Traici�n era familiar, y tambi�n recuerdan a los corintios de manera solemne y conmovedora el extra�o contraste entre los eventos de esa noche y las escenas en las que se entregan ahora en la misma noche en que participan de esa cena. .

Versículo 24

Y cuando hubo dado gracias ... - Mejor, y habiendo dado gracias, lo parti� y dijo: " Este es mi cuerpo que es para ti". MS no admite la inserci�n de las palabras "tomar, comer" y "romper". evidencia. Los primeros probablemente se insertaron para producir una identidad verbal con el relato de San Mateo, y la palabra "roto" posiblemente como explicativo. En la instituci�n, el acto de partir el pan explicaba suficientemente lo que se quer�a decir. El Maestro, en el acto de romperlo, dijo: "Este es Mi cuerpo, que es para ti".

Hagan esto en memoria m�a , es decir, todo lo que se hizo entonces. Bendice el pan, partelo, distrib�yelo, c�melo. Cuando ya no est� f�sicamente con ustedes, estos actos har�n que la memoria crezca y se convierta en la realizaci�n de Mi presencia en medio de ustedes. Si la suave m�sica de esas palabras pudiera llegar a nosotros ahora, desenredadas de las discordias teol�gicas de las edades intermedias, seguramente vendr�an a nosotros con tal significado.

Para aquellos que los escucharon por primera vez, ciertamente debieron dar a entender no que una presencia f�sica estaba a punto de perpetuarse, sino m�s bien que ahora hab�a algo para ellos que en el futuro los consolar�a por una ausencia f�sica.

Versículo 25

De la misma manera tambi�n tom� la copa, cuando hubo cenado. - Tenemos aqu� una insinuaci�n que no se encuentra en la narraci�n de San Mateo o San Marcos, que la bendici�n de la copa tuvo lugar �despu�s de la cena�, lo que implica que la bendici�n del pan tuvo lugar antes en la comida.

Esta copa es el nuevo testamento. - Mejor, esta copa es el nuevo pacto. La palabra "nuevo" es peculiar de esta narrativa y de la de San Lucas; no ocurre en el mejor MSS. de San Mateo y San Marcos. El nuevo pacto de gracia entre Dios y la humanidad fue ratificado en la sangre de Cristo. La copa que contiene el s�mbolo de esa sangre es, por tanto, la prenda y el testimonio de ese pacto.

Este era un nuevo pacto en sangre ( Romanos 3:25 ) en contraste con el antiguo pacto en sangre ( �xodo 24:8 ).

Tan a menudo como bebais. - Esto dif�cilmente puede tomarse como un mandamiento para hacer virtualmente una eucarist�a todas las ocasiones de refrigerio corporal, pero debe considerarse como una referencia definitiva (como en el siguiente verso) a este rito particular.

Versículo 26

Porque tan a menudo como vosotros ... - El vers�culo anterior concluy� el relato de la instituci�n tal como Cristo lo transmiti� a San Pablo, y el mismo Ap�stol ahora habla de nuevo. Siendo todo esto el relato verdadero del origen de esta Cena, cada vez que comes este pan y bebes esta copa (a diferencia de otros panes y vinos), proclamas la muerte del Se�or hasta que �l venga. La palabra griega para "mostrar" es la que se usa para hacer una proclamaci�n oral p�blica.

El pasaje no implica, como algunos han sugerido, que la Cena del Se�or "fue un serm�n vivo o un discurso actuado", sino, como todav�a es costumbre, que cuando el pan y el vino fueron consagrados a este uso sagrado, hubo un declaraci�n oral hecha (quiz�s en las mismas palabras que el Ap�stol us� aqu�, 1 Corintios 11:22 ) de los hechos de la instituci�n original. La forma imperativa dada al margen de la versi�n autorizada es absolutamente inadmisible.

En las pat�ticas palabras �hasta que venga� podemos encontrar una expresi�n de la creencia, quiz�s debido en gran parte a la esperanza, de que la Segunda Venida no estaba muy lejos.

Versículo 27

Por tanto, cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Se�or ... - Mejor, pues , cualquiera que coma el pan o beba la copa del Se�or. Todo el peso de la EM. la evidencia est� a favor de la conjunci�n "o", no "y", que probablemente se mantuvo en la versi�n en ingl�s para que la disyuntiva "o" no parezca favorecer la pr�ctica de recibir en un solo tipo.

Sin embargo, est� claro que si en estos primeros d�as hubo un intervalo considerable entre la recepci�n del pan y el vino, habr�a sido muy posible que un participante hubiera recibido uno solo indignamente, y el Ap�stol da a entender que en cualquier caso �l es culpable.

El pecado fue la causa de que ese cuerpo se rompiera y esa sangre derramada, y por lo tanto, el que usa indignamente los s�mbolos de ellos se convierte en participante de la culpa misma de aquellos que crucificaron ese cuerpo y derramaron esa sangre.

Versículo 28

As� que d�jalo comer. - Esto implica que un hombre debe participar de esta fiesta sagrada s�lo despu�s de haberse examinado cuidadosamente a s� mismo en cuanto al esp�ritu con el que se estaba acercando a ese pan y vino sagrados.

Versículos 28-32

(28-32) Hay tantas modificaciones requeridas en estos vers�culos del texto griego del cual se toma nuestra traducci�n, para armonizarla con el mejor manuscrito, y tantos cambios necesarios en la traducci�n misma, para que Para transmitir m�s claramente el significado del original, ser� mejor dar aqu� una traducci�n consecutiva de todo el pasaje. Debe leerse as�: - Pero que el hombre se pruebe a s� mismo y as� coma del pan y beba de la copa, porque el que come y bebe, come y bebe un juicio para s� mismo si no discierne el Cuerpo - ( porque esto porque muchos de ustedes est�n d�biles y enfermos, y algunos duermen ) -pero si nos discerni�ramos a nosotros mismos, no ser�amos juzgados; pero siendo juzgados, somos castigados por el Se�or, para que no seamos finalmente condenados con el mundo. Hay varias palabras en esta oraci�n que requieren comentario.

Versículo 29

Indignamente. - Esta palabra no est� en el mejor manuscrito griego.

Condenaci�n a s� mismo. - La palabra griega h�roe no implica condena final. Por el contrario, solo significa juicios temporales como la enfermedad y la debilidad que se mencionan posteriormente, y que deben salvar al hombre de compartir la condenaci�n final de los paganos.

No discernir el cuerpo del Se�or. - Se deben omitir las palabras �del Se�or�, el peso de MS. la evidencia est� totalmente en contra de su autenticidad. 1 Corintios 11:30 es un par�ntesis, y 1 Corintios 11:31 vuelve a abrir con este mismo verbo.

La fuerza del pasaje es: �El que come y bebe sin discernir el Cuerpo ( es decir, la Iglesia) en esa asamblea, come y bebe un juicio para s� mismo; porque si nos discerni�ramos a nosotros mismos, no ser�amos juzgados ".

Hay algunos puntos importantes a tener en cuenta con respecto a esta interpretaci�n del pasaje. (1) La palabra griega, que traducimos "discernir", "discernir", significa llegar a una estimaci�n correcta del car�cter o la calidad de una cosa. (2) La falta que condenaba San Pablo era la pr�ctica en la que hab�an ca�do los corintios de considerar estas reuniones como oportunidades para la indulgencia individual y no como asambleas de la Iglesia.

No estimaron correctamente tales reuniones como reuniones corporativas; no se estimaron correctamente a s� mismos no como individuos ahora aislados, sino como miembros del Cuerpo com�n. Deben discernir en estas reuniones de la Iglesia un cuerpo; deben discernir en s� mismos las partes de un cuerpo. Me atrevo a pensar que esta interpretaci�n no s�lo es la interpretaci�n m�s exacta y literal del griego, sino que es el �nico punto de vista que me parece que hace que el pasaje se relacione de manera inteligible con el punto que St.

Pablo est� considerando el mal real que busca contrarrestar. (3) Referir estas palabras directa o indirectamente a la cuesti�n de la presencia f�sica en la Cena del Se�or, es divorciarlos violentamente de su entorno y hacer que aluden a alg�n mal para el cual el remedio expl�cito y pr�ctico elogiado en 1 Corintios 11:33 no ser�a ning�n remedio.

Es m�s. si la palabra "cuerpo" significa el cuerpo f�sico del Se�or, seguramente se habr�a agregado la palabra "del Se�or", y las palabras "y la sangre", porque el no reconocer la sangre ser�a una ofensa igualmente grande. (4) San Pablo nunca usa la palabra "cuerpo" en referencia al cuerpo f�sico de nuestro Se�or, sin alguna indicaci�n clara de que as� se refiere. (Ver Romanos 7:4 ; Filipenses 3:21 ; Colosenses 1:22 .

) Por otro lado, es frecuente el uso de la palabra �Cuerpo� o �Cuerpo de Cristo�, que significa Iglesia. Lo hemos tenido solo unos pocos vers�culos antes, en referencia a este mismo tema ( 1 Corintios 10:16 ). Tambi�n se encuentra en Romanos 12:5 ; Efesios 1:22 ; Efesios 5:23 ; Efesios 5:30 . (En este �ltimo pasaje, "de Su carne y de Sus huesos", no est�n en el mejor manuscrito, y destruyen la fuerza real del "Cuerpo", que significa "Iglesia").

Versículo 30

Por esta causa , es decir, porque no consideran estas fiestas, a las que se une la Cena del Se�or como reuniones en un cuerpo com�n, sino que comen y beben en exceso, y as� no obtienen ninguna ventaja espiritual, sino realmente maldad f�sica, muchos son d�biles. y enfermizo.

Y muchos duermen. - Mejor, y algunos mueren. Incluso la muerte a veces resultaba de sus org�as de borracheras, ya sea de forma natural o por la visita directa de Dios.

Versículo 31

Para. - Esto une 1 Corintios 11:31 a 1 Corintios 11:30 , que ver. El cambio a la primera persona, identific�ndose cort�smente con ellos, es caracter�stico de San Pablo.

Versículo 32

Pero cuando somos juzgados. - Este vers�culo declara expl�citamente que la condenaci�n que sigue a una participaci�n indigna no fue una condenaci�n final, sino un sufrimiento temporal para salvarlos de ser condenados con los paganos.

Versículos 33-34

Por tanto, hermanos m�os. - Para corregir los abusos de los que ha hablado, y permitirles escapar de los juicios que ca�an sobre ellos, el Ap�stol les da este consejo pr�ctico. Cuando se re�nan en esta fiesta eucar�stica, no coman con entusiasmo lo que han tra�do; espere hasta que todos hayan llegado, y luego participe en com�n de esta comida cristiana. Sin embargo, si alg�n hombre tiene realmente hambre, entonces d�jelo satisfacer su hambre en casa, y venga a esta Cena para que pueda participar de ella, no a su juicio.

Versículo 34

El resto - o, literalmente, los asuntos restantes - sin duda se refiere a algunos otros detalles relacionados con las fiestas de caridad.

De lo anterior recogemos el siguiente esbozo del m�todo de celebraci�n de la Cena del Se�or en la Iglesia Apost�lica.
Era una pr�ctica com�n entre los griegos en esta �poca celebrar una fiesta llamada eranos, a la que todos contribu�an y de la que todos participaban. Pronto surgi� un arreglo similar en las comunidades cristianas, y se llam� agap�, o "fiestas de caridad". En estas reuniones se celebraba, probablemente al principio todos los d�as y luego semanalmente, la Cena del Se�or.

Consist�a en dos partes: una hogaza que se part�a y se distribu�a durante la comida, y una taza de la que todos los presentes participaban despu�s. Este pan y esta copa se distingu�an de la comida misma por la solemne declaraci�n sobre ellos del hecho de la instituci�n ( 1 Corintios 11:26 ). Sin embargo, toda la fiesta tuvo la solemnidad y la santidad que le impart�an los actos eucar�sticos que la acompa�aban; y mientras este pan y este vino constitu�an la "Cena del Se�or", toda la "fiesta de caridad" se consagr� por ella como una "Cena del Se�or" ( 1 Corintios 11:20 ), siendo la frase similar a "D�a del Se�or". ( Apocalipsis 1:10 ).

A ella vinieron los hermanos, no como individuos, sino como miembros del cuerpo de Cristo. Esta reuni�n de la Iglesia era Su cuerpo ahora en la tierra; ese pan y vino sacramental, los s�mbolos de Su cuerpo, que hab�a estado en la tierra y que les hab�a sido dado. A la fiesta de la caridad trajeron los ricos de su abundancia, los pobres de su pobreza. Pero una vez montado all� todo era com�n. El esp�ritu de fiesta que rugi� afuera pronto invadi� estas escenas sagradas.

Los miembros ricos dejaron de discernir en esa reuni�n "el Cuerpo" y de discernirse a s� mismos como "miembros de ese Cuerpo". Se consideraban a s� mismos como individuos y la comida que tra�an como propia. Los pobres fueron avergonzados; algunos de ellos que llegaban tarde segu�an hambrientos, mientras que los ricos com�an y beb�an en exceso. Sobre los que actuaban as�, ca�an naturalmente los juicios de Dios sobre la enfermedad y la muerte.

Para corregir este terrible mal y grave esc�ndalo, San Pablo les recuerda la solemnidad del acto de la Sagrada Comuni�n, lo que significaba, c�mo se instituy�. Les recuerda c�mo toda la fiesta fue consagrada al tener ese pan y vino eucar�sticos unidos a ella, y manda a aquellos que solo quer�an satisfacer su hambre natural que lo hagan en casa antes de venir a la "Cena del Se�or". Los dos pensamientos de comuni�n con Cristo y comuni�n entre s�, y de que el pan y el vino son el medio de uni�n con �l y la fuente de la unidad cristiana, se entrecruzan y entrelazan, como los finos hilos de alg�n tapiz que se entretejen con tanta habilidad que no se puede distinguir de ellos mientras se mira en la imagen o escena que sin duda producen.

Podemos diseccionarlos con sutileza teol�gica; pero si lo hacemos, perderemos esa imagen amorosa de la Sagrada Comuni�n que el Ap�stol plasm� en su ense�anza, y que �l y la Iglesia primitiva miraron con tierna adoraci�n, y de la que extrajeron los trazos m�s profundos de vida espiritual.

Cuando yo venga. - No hay ninguna indicaci�n definitiva de una visita inminente en estas palabras. Son bastante generales "siempre que yo venga"

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Corinthians 11". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-corinthians-11.html. 1905.